Capítulo uno.
A finales del 2020, el mundo padeció una crisis histérica a nivel global. ¿Cuál era la razón? Un grupo de estudiantes desapareció sin dejar rastro alguno, a excepción de un chico que días después apareció con un montón de heridas que incluso se creyó que era imposible que viviera. Pero lo hizo, de alguna manera extraña su cuerpo parecía haberse curado de toda herida milagrosamente. Entonces después de una semana ya estaba totalmente recuperado, se le consideró un milagro y se enfocaron en la desaparición del resto de los chicos.
Y entonces la crisis sucedió.
Inició con una persona atacada de manera salvaje alrededor del cuello, después sucedió lo mismo que le había sucedido al primer chico. Su cuerpo se curó automáticamente. Nadie sabía la razón, ¿era un animal? ¿Era el gobierno? ¿Terroristas acaso? ¿O incluso una arma biológica? No había respuesta, era un misterio. Un mes después fue el punto de quiebre para la población a nivel global, ningún lugar era seguro.
Nadie estaba a salvo pero al menos esas criaturas ya estaban denominadas como vampiros.
Septiembre del año 2030. Seúl, Corea.
—¿De nuevo sumergido en una ensoñación, Jeongguk?—Cuestionó el guapo chico de cabello grisáceo recargado en la puerta de aquella mansión, estaba más radiante que nunca.
—Supongo que ya te alimentaste, hace un rato lucías como un maldito muerto y ahora es todo lo contrario.
—Técnicamente ya estamos muertos, ¿no lo crees? Compañero, la vida humana no existe más. Nuestro corazón no late.
—Lo que digas. —Respondió desinteresado, cogió uno de los cojines del sofá y se lo lanzó al otro pálido que obviamente le esquivo con sus desarrollados reflejos. —¿Trajiste mi alimento?
—Has acertado, mi buen compañero. Y me he tomado el atrevimiento de traer un poco más para mí, después de todo la sangre artificial que fabrican sólo es una vez por mes.
—Maldito idiota aprovechado, sabía que debía ir yo.
—Yah, no te enojes, Gguk. —Murmuró el pálido con burla cuando notó el color rojizo en los ojos del otro, su cólera había subido de un instante a otro. ¿Y cómo no? Era Jeon, el más odioso de todos. — Además tú dijiste que no querías seguir alimentándote más con sangre, no entiendo porque si es artificial y tú ni siquiera eres humano. ¿Por qué sigues actuando cómo si uno de ellos pudiera reclamarte algo? Todos están extintos.
—Fui uno de esos humanos, Park. —Respondió tajante mientras sus ojos estaban clavados en él, Jimin suspiró con fastidio. — Y sí, dije que no quería más sangre pero para nuestra jodida suerte eso es lo único que nos mantiene aquí.
El vampiro de cabello grisáceo se removió tenso por sus palabras, intentó calmarse y no alterarse con el otro sangre fría. No quería otra pelea de nuevo.
—¿Por qué tanta repulsión a ser un sangre fría?—Cuestionó sereno, Jeongguk desvío su mirada para posarla en la fotografía que estaba cerca de los cuadros. — No te entiendo, para mí es lo mejor del mundo y para ti parece ser el fin del mundo. ¡Estamos aquí! Nos dejaron seguir, de lo contrario estaríamos por ahí tirados! Creo que es bueno que nos dejaran vivir, al menos si es como un vampiro. El resto del mundo está muerto, Gguk. Unos tenemos suerte, otros no y así es la ley de la vida.
—Tú no entiendes, ¿cierto?—Le preguntó el pelinegro sin despegar su mirada de aquella fotografía donde posaba él mismo con un diploma y otros chicos a su lado, se colocó de pie no sin antes devolver el cuadro a su lugar. — No estamos vivos, esta no es una jodida segunda oportunidad. ¡Nos alimentamos de puta sangre! ¿Entiendes? Esto no es suerte y nunca lo será. —Expresó con cólera antes de pasar por la puerta y chocar su hombro con el de Jimin.
—¡Taehyung-ssi! No te alejes tanto del sendero, recuerda que no estamos seguros aquí. —Le regaña Seokjin jalando su mano, se asegura de entrelazar sus dedos para el rubiecito no se pierda como ha sucedido al menos las últimas tres veces. — El bosque es enorme y no estoy seguro de poder encontrarte de nuevo si te alejas.
—Hyung, no hemos visto a ningún sangre fría por aquí. —Se quejó realizándole un puchero, el mayor se negó a caer en sus chantajes. —Además ya tengo diecinueve, sé cuidarme muy bien.
—Claro, dile eso al bosque en donde te perdiste tres veces en los últimos treinta minutos.
—Seokjin hyung, creo seriamente en tu opinión pero me veo en la obligación de decirte que-
—No, Taehyung.
El rubiecito abrió su boca indignado y se resignó a seguir caminando tomado de las manitas con su hyung.
—¿Sabes qué si nos dividimos podríamos recoger los frutos y regresar al refugio más rápido?—Intentó por última vez Taehyung pero el mayor no estaba dispuesto a ceder de ninguna manera.
—No sabes regresar al sendero así que ni intentes convencerme más porque mi respuesta será la misma.
—¿Un sí?—Preguntó haciéndole ojitos, Seokjin bufó observando con atención por todas partes. Siempre en alerta y atento a cualquier cosa que pudiera suceder, los vampiros eran muy rápidos así que debían estar observando cada parte del lugar y ser muy cautelosos.
—Debí dejarte con Yoongi.
—Tú dijiste que no era confiable por ser vampiro pero él me salvó de caer por el risco el otro día, ¿ya confías en él un poquito más?
—Y es por eso que estoy en deuda con Min Yoongi. —Murmuró el pelinegro siguiendo el sendero, observó un árbol a lo lejos y agradeció mentalmente por eso. Ahora podrían tener más reservas de frutos y no tener que salir tanto del refugio. — Respondiendo a tu pregunta, confío sólo un poco pero jamás te dejaría con él. Era broma lo anterior, nunca te dejaría en sus manos.
—Yoongi hyung es el único vampiro que me agrada, él no se deja cuando quiero darle besitos pero a veces me prepara sándwiches de mermelada muy ricos.
—Ni siquiera conoces a otros vampiros, Taehyung. —Rió Seokjin deteniendo su paso para recolectar los frutos, los metió en su mochila y le pidió al rubiecito realizar su misma acción.
—¡Ni me interesa hacerlo! ¡Son feos!
—Creo que debí pedirle que viniera a acompañarnos, no conocemos esta parte del bosque.
Taehyung notó la expresión angustiada del contrario, colocó su mano en su hombro y le sonrió cálidamente.
—Yoongi hyung se quedó para proteger el refugio, era lo mejor para el resto de las personitas. —Expresó con tranquilidad, con sus manitas tomó los frutos para empezar a guardarlos en la mochila que llevaban. —Además somos fuertes, tú y yo somos el mejor equipo.
—¿En serio lo crees?
—Noup, pero traje gas pimienta que me dio una señorita del refugio. —Murmuró entre risitas contagiando a Seokjin, todo esta escena siendo presenciada por alguien más en el bosque.
Seokjin se alertó en cuanto escuchó el ruido de los arbustos, guardó el resto de los frutos con rapidez y tomó la manita de Taehyung para regresar por el sendero con rapidez.
Debían salir de ahí lo más rápido por su propia seguridad.
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