
Capítulo 81|Bayaceto
Bayaceto había caído en su propio plan, al querer envenenar a Iskender las pruebas salieron como un rayo de sol, Süleyman estaba furioso con su hijo y había enviado por él.
—Süleyman debes calmarte -Nükhet tomó su mano —Debe de ser un error.
—¿Por qué lo defiendes? Bayaceto no es tu hijo.
—Era hijo de mi amiga, no quiero que le suceda nada malo, cometió errores pero podemos arreglarlo.
—¿Y si Iskender hubiera muerto?
—Mi hijo esta bien cuidado Süleyman.
—¡Vayan por Bayaceto! Yo nunca permitiré este tipo de actos.
—Süleyman -Nükhet le siguió. —Perdonalo por esta vez, tiene hijos y esposas ¿que será de ellos?
—Ha cruzado la línea. - Mehmet paşa ingreso.
—¿Su majestad podemos hablar? - Nükhet se puso de pie y miro por última vez a Süleyman antes de salir.
Rüstem miro con impaciencia a Nükhet, lo que le diría la pondría más inquieta y molesta.
—Su alteza Bayaceto ha pedido refugio a los Persas - Nükhet se quedó quieta —Nuestros enemigos.
—¿Qué dijiste?
—Pidió refugio pero Persia pide una cantidad enorme para entregarlo.
—¡Malditasea! - Nükhet se sostuvo de la pared —¿Tiene una piedra por cerebro? Süleyman no perdonara esto.
—Debemos hacer algo - Mihrimah hablo desde la puerta —Se lo suplico, es mi hermano menor, él y Selim son lo único que me queda - Nükhet asintió.
—Pero yo ya hice todo por él, Süleyman se niega a escucharme -suspiro —Bayaceto cruzo límites inimaginables, primero hay que liberarlo y luego pedir perdón.
—Lo liberaremos y lo haré renunciar al trono. -Nükhet la miro —Es lo mejor sultana.
—Lo es, envia una carta Rüstem, que nos diga el şah cuanto pide por liberarlo, le daremos lo que pida.
—Si sultana, pero le rectifico, hay que estar preparados para todo.
Hürrem hatun observo a Nükhet y su enfado aumento, había intentado ganarse su cariño de todas las maneras posibles, pero Nükhet la había rechazado en todas las ocasiones.
—Si no puedo tenerla al menos la haré sufrir - tomó su velo y se dirigió a los aposentos de Süleyman.
Al ingresar encontró al mayor observando un documento con tanta atención, sabía que habían problemas y usaría eso a su favor.
—Süleyman - la joven le quito lentamente el papel de las manos, Süleyman alzó la vista con el seño fruncido. —¿Quieres una solución a tu estrés?
—No es el momento, hoy tome una decisión difícil.
—Se que estas frustrado -se levanto y se acercó al vino, fingió prepararlo y le vertió un líquido extraño —Quieres tener a la haseki en tus brazos -le tendió la copa —Pero ella te evita, es una lastima, su majestad está en su mejor momento.
—¿Qué tienes en mente? - Hürrem observo cómo el mayor bebía toda la copa, una sonrisa cruzo su rostro.
—Esta noche duerme sola, no vendrá a verte en este jueves -la pelirroja acaricio sus hombros y olió su cuello, aquello le gusto a Süleyman. —Ve a verla, tómala por fuerza, se que a ella le gusta ser maltratada en la cama. - Vio como las pupilas de Süleyman y su cuerpo comenzaba a temblar —Le gustará tu regalo.
Süleyman aparto a Hürrem y salió echa una bestia de sus aposentos.
Nükhet dormía plácidamente, en la oscuridad de la noche se sobresalto a sentir como su camisón era despedazado, quiso gritar al ver a Süleyman, sus ojos estaban rojos y sus pupilas dilatadas, parecía una bestia.
Había dejado de frecuentar sus aposentos debido a la aparición de varias favoritas, llevaba meses sin verlo, pero justo ahora estaba ante ella con la ropa a medio quitar.
Quiso huir, no quería que Süleyman la tocara, le daba asco ser tocada por el, la frecuente visita de muchas concubinas pasarían factura.
—Deja de huir - Süleyman la tomó de los tobillos y la hizo acostarse.
Nükhet batallo, quiso alejarlo, quiso correr y esconderse, pero al final era su esposa, su única esposa oficial y era su deber complacerlo, complacerlo a él y sufrir ella en silencio.
La mañana llego como un aviso de salvación, Süleyman se fue tan pronto quedó satisfecho y sus criadas ingresaron para prepararla para el nuevo día.
—¿Se encuentra bien? - Nürhan lucia preocupada.
—Me duele - Nürhan suspiro y tomo su mano.
—Todo estará bien, Nür ve y prepara un té para su alteza, las demás salgan, yo la asistiré -todas se reverenciaron y salieron.
—Süleyman fue provocado por algo, averígualo.
—Ya lo hice, minutos antes Hürrem hatun había estado con él, salió y ella se quedó durmiendo ahí.
—Esa maldita Zorra, aun no es su momento si, cuando Süleyman caiga ella lo hara.
—Anoche salió un mensajero, aún no sabemos de qué se trata.
—Por el momento esperemos, hay que juntar el dinero que pedirá el şah de persia.
—La sultana Mihrimah y la sultana Mahşa ya han reunido una parte, contaré su dinero hoy.
—Bien Nürhan.
Nükhet quedo en shock tan pronto escucho las noticias, su cuerpo temblo ligeramente y sus lágrimas no tardaron en salir, había suplicado tanto para nada, había luchado tanto para nada, de igual manera la sangre otomana se rego por los suelos.
Bayaceto y sus ocho hijos fueron ejecutados por órdenes de Süleyman, ocho niños que rondaban entre los tres años y los quince, Süleyman no había tenido piedad.
¿Pero que se podía esperar del mismo que asesino a Mustafa sin perder el color?
—No puede ser, el dinero estaba listo - Nükhet se tocó el pecho, ya tenían la cantidad exacta, habían recogido el dinero en menos de tres días.
—Envía en secreto a Kaan, que recoja los cuerpos y los entierre en un lugar digno, que no sea llamativo y que se registren a otros nombres - Mahşa le ordenó a Nürhan, acaricio los hombros de su madre y la reconforto. —Momento para llorar hay miles, pero para actuar solo hay uno.
—Lo se - Nükhet se limpio el rostro.
—Vamos a deshacernos de su majestad - susurro en su oído —Tomemos el trono ahora que el escándalo se ha esparcido.
—No es hora de llorar, es hora de cambiar al monarca de este imperio.
Recuerden la dinámica anterior, el video se publicará antes que el capitulo.
Lamentablemente no hice ediciones para este final de la historia, por algún motivo no me sentí bien y no quise hacerle nada a esta historia, supongo que es la tristeza de terminar.
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