Nükhet se apresuró a ir a los aposentos de Hürrem en cuanto supo la noticia, Fatma había logrado sacarla del juego tan pronto como pudo, era algo que ambas se habían permitido al no ponerle un alto a la mujer.

—¿Como sucedió Hürrem? -la pelirroja soltó un suspiro y se sento.

—Tenía un lugar secreto para espiar al consejo  - Nükhet negó —No fui cuidadosa.

—Eres tonta - Nükhet suspiro  —Vete un tiempo, fingiremos que no nos hablamos y regresaras en dos meses sin avisar.

—¿Por qué?
—Solo así Fatma te olvidara por un pequeño tiempo y se centrará en mi, quiero tener algo con que enviarla al inframundo.

—Bien - Nükhet sonrió.

—No te preocupes por nada, Süleyman te recibirá nuevamente.

Fatma sonrió complacida al ver a Hürrem irse, solo le quedaba Nükhet y gracias a la nueva joven que había llegado tendría a raya y fuera del camino a Nükhet.

—¿Cual es tu nombre?

—Me llamo Valeria - la joven poseía unos cabellos castaños casi rojos, ojos grises y cuerpo esbelto, era muy joven pero con caderas fuertes para dar a luz a descendientes reales.

—De ahora en adelante te llamaras Nazenin, haz lo que te diga y serás más poderosa que la esposa del Sultán ¿Quieres?

—Haré lo que usted me pida.

Indirectamente Fatma se había aliado con Musa paşa para molestar a Nükhet.

Aylin hatun corrió por todo el palacio buscando a Nükhet, se sentía aterrada y con dolor, estaba a punto de colapsar.

—¡Sultana Nükhet! - la joven interrumpió en el jardín.

—¿Qué te sucede niña? Toma aire y habla.

—Por favor mateme, mateme  - Nükhet la miro alarmada —Prefiero morir antes de dar a luz a un hijo de mi abusador. - Nükhet cerró sus ojos.

Se notaba el miedo en sus ojos y en su cuerpo, temblaba con terror.

—Por favor sultana, mateme - Nükhet soltó el aire que retenía y miro a Nürhan.

—Vamonos - le ordenó a todas las criadas, Nükhet se puso de pie y comenzó a caminar.

—Sígueme  -la joven se levantó temblorosa y le siguió con paso torpe.

—Por favor...

—Un hijo podría ponerte en buen lugar.

—No quiero poder o riquezas, no quiero sufrir por culpa de otras mujeres.

—Puedes deshacerte del bebé nada más. -la joven negó.

—Quiero morir, por favor -la joven se arrodillo, Nükhet soltó un suspiro —Permitame morir.

—Regresa a tus aposentos, luego hablamos - La joven la miro con los ojos llorosos y salió.

Nazenin era una joven belleza, delicada y dulce, a Süleyman le gustaba su voz, su talento al recitar poemas y su pequeño cuerpo.

Nazenin deseaba una única cosa, lo que el señor Alek le había prometido, ser la mujer más poderosa del mundo, ser la madre del futuro Sultán, por ello haría hasta lo imposible para juntarse con los enemigos de la haseki.

—Ven aquí querida - la joven se acercó a Süleyman, se poso en su regazo y observo el poema escrito en su papel.

—"Una joya en el palacio" -leyó lentamente —Una hermosa joya que guarda secretos, que guarda amor y que guarda dolor, oh mi amada joya, mi joya de hermoso azul marino, mi amada de belleza irreal - Süleyman sonrió y guardo lentamente el poema. —¿Para quien es?

—No es tu asunto querida, quería darte algo - Süleyman saco una pequeña caja, Nazenin la abrió con emoción y en ella encontró un broche en forma de mariposa, su color rosado era tan hermoso que no dudo en besar varias veces a Süleyman.

—Es hermoso Süleyman - Nazenin sonrió.

—Lo es -las puertas fueron tocadas —Adelante.

Un agha ingreso rápidamente —La sultana Hafsa está aquí.

—Que entre - Süleyman levanto a Nazenin.

—¿Quien es Hafsa?

—Mi hija - Süleyman se puso de pie para recibir a la joven, una joven de tez morena y cabello negro como la noche ingreso, no se parecía en nada a la Haseki a la cual había visto una vez, y mucho menos a los hijos de esta ¿Quién era su madre?

—Padre - la joven de acercó a abrazarlo.

—Mi querida hija, mira ella es Nazenin, mi favorita  - Nazenin se reverencio —¿Comemos los tres juntos?

—Bien padre, seria bueno.

En la oscuridad de la noche una persona con capucha ingreso a la sección de las favoritas, una hermosa joven de vestido rojo esperaba sentada en su diván, su rostro estaba sonriente y sus manos que anteriormente temblaban ese día estaban quietas.

Bebido de la copa que le tendieron y con una sonrisa pacífica se rindió a la muerte.

Aylin hatun había muerto en paz, se había librado del dolor y la angustia.

Süleyman recibió la noticia con enfado, no podía creer que su joven amante había muerto por causas naturales, pero Hürrem estaba lejos y sabía que Nükhet jamás haría algo como eso.

—Entierrenla con honores, llevaba a mi hijo, merecen irse con honor.

Nükhet despidió a su hijo con tristeza y a la vez con felicidad, habían logrado Manisa, ahora le tocaba hacer que viviera hasta que el trono fuera suyo.

—No se preocupe, haré que su alteza esté bien y lo traeré sano para tomar el trono - eso fue lo que dijo Nurbanu, eso la hizo feliz.

—Confío en ti, Iskender debe de regresar para tomar el trono, para ser Sultán y tu su acompañante, su esposa.

Huricihan vio partir a Iskender con dolor, habían pasado poco tiempo juntos pero había desarrollado más que amistad con el, así que haría lo que fuera por estar con él, incluso si eso la llevaba a alejarse de sus principios.

—Espérame Iskender, iré tras de ti y seré tu mejor aliada, tu esposa y tu amiga, lo prometo Iskender.

Kelebek había aceptado otra cita de Mahmud paşa, a su vez cuidaba profundamente de Gizem, le daba joyas, vestidos y la hacía comer junto a ella, eso confundía a Gizem que poco a poco comenzaba a desarrollar sentimientos extraños por la sultana.

Sentimientos que para ella y para todos eran un pecado, sentimientos que una mujer no debía de sentir por otra.

—¿Qué tanto me miras? - Gizem soltó un pequeño brinco. —¿Acaso te gusto?

Confesiones, confesiones.

¿Qué le dirá Gizem?

Mis redes.