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Capítulo 36|Celebraciones.


Con un embarazo casi al termino, Nükhet pasaba sus días en sus aposentos con sus hijos y en el jardín.

Luego de lo sucedido con Süleyman se habían distanciado, Firuze había aprovechado aquella oportunidad para permanecer más con Süleyman, seguía soltando su veneno y esparciendo su mala vibra en el palacio.

—Gracias a ti ahora he podido despejar mi mente - Mahşa se sentó a su lado — Estos días se sienten tan pesados.

—¿Cuándo lo harás?

—Ella ya esta lista, iré hoy - Mahşa asintió —Ve a probar tu vestido, hoy llegan las víboras.

—Presiento algo malo - Nükhet la miro —Pero no me hagas caso, mi boda debe de salir bien.

—¿Por qué lo haces? Pudiste tener un joven visir, escogiste a uno que ronda la misma edad que tu padre... me da asco de pensarlo.

—Así lo quiero yo - Nükhet suspiro —No te preocupes, si siento que algo va mal me deshare de él.

—Confiare en ti - Mahşa sonrió.


























Firuze salió de los aposentos de Süleyman con una enorme sonrisa, cada día que pasaba la lejanía entre Nükhet y el era enorme, ahora solo faltaba dejar de ser una esclava y convertirse en una esposa.

—Me iré a preparar - las criadas asintieron —Busca el vestido más hermoso y la corona más grande, hoy llega Mahidevran y debo de demostrar mi poder, cuando de a luz a un principe empezaremos a matar a los sehzades.

—Sí sultana - Firuze sonrió y siguió su camino.




















Nükhet recorrió las calles seguida de un gran séquito de guardias y criadas en cubierto, su objetivo era el basar, ahí encontraría a Kelebek y fingiria salvarla.

Cuando se corrió el rumor de la muerte de Zeki, Nükhet tuvo que encerrarse para vivir un falso dolor, todos especulaban sobre lo sucedido pero ninguno se atrevía a hablar.

Süleyman había aceptado lo que ella hizo, sorprendentemente, pero temía que si aquello salía a la luz en el futuro el trono de Iskender se vería borroso.

—¡Maldita zorra! - Nükhet sonrió para sus adentros.

—¿Qué es eso? - nadie más que ella y Nürhan sabían lo que se vendría.

—Parece que quieren golpear a aquella joven - Nükhet miró a sus guardias y estos asintieron, le abrieron el paso hasta el centro.

—¡Te voy a matar! - Kelebek portaba ropas viejas, su rostro sucio y falsas heridas, Nükhet se abalanzó sobre ella cuando vio al hombre alzar el latigo, con todo fríamente calculado grito.

—¿¡Qué crees que haces golpeando a una mujer!? - los guardias se unieron a ella y alzaron sus espadas.

—Esa zorra robo comida.

—Cuida tus palabras hombre, estas ante la favorita de su majestad, Nükhet sultan  - todos se sorprendieron y se acercaron para mirar.

—¿Estas bien? - Nükhet le aparto el cabello de la cara.

—¿Sultana esta bien? Esta pálida.

—Zeki amado mío, hijo...

—Le debe de recordar a su hijo fallecido - alguien mencionó, tras eso miles de interrogantes y palabras tristes sonaron, todos se habían conmovido ante una madre dolida.



















Mahidevran bajo del carruaje seguida de sus nueras, llegar a Topkapi se había convertido en un sueño, años atrás había soñado con ser la única dueña de sus paredes, pero ahora solo era simplemente una consorte olvidada.

—No se preocupe sultana, algún día usted será la valide, la dueña de todo esto - Fatma le dio esperanzas, una pequeña sonrisa se asomo en el bello rostro de la concubina.

—Algún día  - Mahidevran también se dio esperanzas.

Al ingresar encontró a Firuze, portaba un vestido rojo y una enorme corona, su mirada era altanera y su porte era erguido y fingía elegancia, de todas las consortes prefería ver a Hürrem, era educada y aveces hablaban tranquilas, pero con Firuze no podía cruzar ninguna palabra debido a su mala educación.

—Mahidevran.

—Incluso entre leones hay rangos  - una tercera voz se escucho, Mahidevran se giro y miró a la traidora de Nükhet —La sultana está por encima de ti Firuze, tiene al príncipe de la corona, tu solo a una niña.

—No puedes hablar si ya no eres la favorita de su majestad.

—Incluso una sombra es más importante que tu, di a luz más hijos varones que todas las consortes aquí presentes, pero incluso yo se que debo respetar a Mahidevran.

—Nükhet tiene razón, incluso un pequeño leon sabe que rango tiene - Hürrem se acercó — Mahidevran bienvenida, he preparado tus antiguos aposentos.

—Gracias - sin decir más siguió su camino.

—Pagaran por esto - Firuze se dio la vuelta y regreso a sus aposentos.

—¿Quién es? - Hürrem miro a la joven detrás de Nükhet.

—Es una joven que encontré en el pueblo... me recordó a Zeki - Hürrem la miro triste —Es mi hija ahora.

—No tomes una decisión a la ligera.

—Ya la tome, Nürhan lleva a la joven a darse un baño, dale de comer y llama a la costurera a mis aposentos.

—Yo iré a preparar la fiesta de circuncisión.

—Gracias por hacerlo.

—Son los hijos de mi amado, también son míos... - Nükhet asintió y siguió su camino.



Aquel día se dio a conocer una nueva integrante en la familia otomana, adoptada pero finalmente hija de la joven Nükhet, Kelebek sultana, llenada con joyas, zapatos y vestidos, con el amor que el difunto príncipe Zeki había perdido.














































Al día siguiente de aquel hecho se llevó acabo la fiesta de circuncisión de los jóvenes príncipes de Nükhet y también la Magnífica boda de Mahşa sultan y Rustem, el recién nombrado paşa.

—Hoy es la noche de hena ¿Lista? - Mahşa miro su reflejo en el espejo.

—Sí madre. - Nükhet dejo un pequeño beso en su frente y salió.

Como madre no estaba de acuerdo con aquella unión, Mahşa era una niña aun, pero como sultana estaba feliz, sabía que Rüstem poseía una inteligencia nunca antes vista.

Desde que se había aliado con el había logrado grandes resultados, Hatice cada vez recibía mensajes de amenaza, Ibrahim era amenazado con revelar su secreto y todo iba a como ella quería.

—Escucho los cascabeles de cerca - Hürrem soltó una leve risa, en una mesa lejana estaban Hatice, Mahidevran y Gülfem.

—Siempre tienes algo que decir - Nükhet sonrió — Ahora Mahidevran es una abuela, pero su felicidad no será eterna, Fatma es ponsoñosa pero tonta, acabará arruinando su poder.

—Y quiero presenciar eso - Hürrem sonrió, Mahşah ingreso a los aposentos segundos después.

La noche de hena comenzó con cantos y con Mahşa siendo el centro de atención, un hermoso vestido rojo estaba en su pequeñp cuerpo, estaba feliz y todos podían notarlo.

—¡Atención su majestad el sultán! - la música se detuvo y todos se pusieron de pié para reverenciarse.

Süleyman se acerco a su hija y le dijo algunas palabras para luego sacar un hermoso collar, había sido elaborado por el mismo, Mahşa no cabía en su alegría.

—Para mi hermosa hija, te deseo toda la felicidad posible - Süleyman beso la frente de Mahşa y se alejo — Sigan por favor.

Definitivamente se podía medir cuanto amor desbordaba Süleyman por su segunda hija.



































































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Se viene lo bueno, los demás los subiré más tarde.

Hice un video para tiktok, así que pasen por mi cuenta (se subirá cuando se suba el siguiente capitulo) traerá un pequeño spoiler así que vayan a darle un vistazo.

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