Süleyman regreso días después, al preguntar por Hürrem se le fue dicha la verdad, aunque pidió por ella Hürrem de nego a verlo en tal estado, cosa que Mahidevran y la valide aprovecharon para meter a Gaia en sus aposentos.

—¿Es ella? -dijo la valide observando a la joven de pies a cabezas -Eres hermosa, muy joven para Süleyman pero eres la perfecta - Gaia sonrió al ver a Mahidevran. -Abide prepara la para esta noche, haz que luzca impecable.

La mayor le indico que la siguiera y ambas salieron de ahí.

Gaia observo a las criadas bañarla y rociarla de esencias, al salir de los baños fue vestida y maquillada por un pequeño grupo de mujeres, su cabello quedó suelto y un pulcro vestido blanco se poso en su cuerpo, se miraba realmente hermosa.

—Vaya, la sultana no mentía, eres hermosa niña - Gaia sonrió.

Mahidevran tomó de su té y observo a Hatice a su lado, pronto ella y Mustafa tomarían su camino para la provincia del heredero, por lo cual debía de dejar a alguien haciéndole frente a Hürrem, aquella joven era la indicada.

—Te ves contenta - hablo Hatice y llevo su taza a sus labios, Mahidevran asintió.

—Quitarnos a Hürrem será magnífico - Hatice asintió, aquella amistad que comenzó con gran amor se perdió hace mucho, ahora eran dos conocidas que se odiaban, para Hatice, Hürrem era un mal que debía de ser arrancado de raíz y para Hürrem, Hatice era aquella amiga que conoció al principio.

—Poco a poco todo regresara a su lugar...

Hürrem observo a sus hijos dormir, se miraban tan tranquilos y calmos que sintió que aquello era un sueño, uno en donde no deseaba despertar.

—¿Traes noticias Gül agha? - el eunuco realizó una reverencia y miró a Hürrem con nerviosismo.

—Las sultanas hicieron un movimiento - Hürrem lo miró - Han enviado a una mujer hoy - Hürrem solto un suspiro y nego, esperaba que Süleyman no la recibiera.

—Prepárate para regresar.

Gaia paso por el camino dorado siendo guiada por Sumbul y por Abide, al acercarse a las puertas los aghas ingresaron para anunciar a la joven y segundos después ingreso.

Sus nervios eran pocos, debido a lo ocurrido con su tío la experiencia era mucha, solo debía de fingir al inicio y luego intentaría seducirlo.

Al ingresar realizó una reverencia y se arrodillo, el mayor solto un suspiro al verla y le ordenó levantarse, la echaría sin si quiera verle el rostro. Llenándose de valor Gaia alzó la vista y le tiro una mirada seductora a Süleyman, el mayor quedó perdido en su mirada.

Gaia se acerco lentamente a él y beso su mano con lentitud, la temperatura comenzó a subir causando que Süleyman quedara estático en su lugar, Gaia sonrió nuevamente y se acercó a besar los labios de Süleyman, el mayor la acepto gustosamente.

Aquel beso subió de tono al sentir las manos de Gaia recorrer el cuerpo del mayor, Süleyman con desesperación busco el cierre del vestido de la joven y con un ágil movimiento lo hizo caer, al observar a la joven se sintió más atraído, la cargo entre sus brazos y la llevo hasta la cama.

Con un gentil pero feroz movimiento Süleyman hizo suya a Gaia aquella noche.

—Sultanas, la recibió - era Gülşah la que había llevado las buenas noticias, Mahidevran y Hatice sonrieron cómplices.

—Que alegría, mañana traela a desayunar con nosotras -hablo Mahidevran.

Gaia despertó al día siguiendo con los brazos de Süleyman al rededor de su cuerpo, con delicadeza se alejo de él y corto un poco de su dedo llenando así las sábanas de sangre, se coloco nuevamente al lado de Süleyman y fingió dormir, al paso de una hora el sultán beso los labios de la joven como señal para que se levantara.

—Que hermosa te ves durmiendo -la joven se sonrojo levemente y beso sus labios - Vamos a desayunar -le tendió la bata y la joven se la coloco, ambos se sentaron en los cojines y se vieron con una sonrisa.

Gaia tomó la cuchara y la lleno con comida, la acercó a Süleyman y comenzó a alimentarlo, el mayor solo reía al ver a la joven escoger cada uno de los platos.

—¿Cual es tu nombre? -la joven detuvo su mano.

—Es Gaia majestad.

—No te ves como Gaia, te ves como una joya en el palacio -la joven solto una pequeña risa - Nükhet.

—¿Qué? -lo miró con curiosidad.

—Nükhet, la joya, eres eso, mi joya, la joya del palacio - la joven sonrió feliz.

Hürrem ingreso al palacio junto con sus hijos, al entrar a sus aposentos se dio con la noticia de que Süleyman seguía junto a esa criada, con toda la paciencia del mundo se sentó y observo Gül.

—Que el sultán se entere de que ya llegue - el eunuco asintió y salió. —Quiero toda información sobre esa mujer Nazli, ve -la mujer hizo una reverencia y salió.

No podía creer que Süleyman había aceptado a aquella en sus aposentos, lo peor fue que habían pasado la noche juntos y que ahora gozaban de un desayuno. Pero ella solo era un pequeño bache en su camino.

Gaia ahora llamada Nükhet siguió a la kalfa hasta sus nuevos aposentos, debido a la ausencia de favoritas aquel lugar era solo de ella por lo cual no había problemas.

—Acudiras a tus clases diarias, ahora que eres favorita debes de mantenerte en ese puesto, no es fácil pero si eres inteligente lograrás más -dijo la mayor, Nükhet sonrió gustosa y se tiro en el diván.

El recuerdo del llanto de su hijo seguía en su mente, cada que cerraba los ojos recordaba a su pequeño niño.

—Espero tu padre te cuide bien, me pequeño Ivan -una pequeña lágrima rodó por su mejilla, abrazando una pequeña almohada se quedó dormida.

Hürrem observo a Nazli con la mirada seria, la hatun le relato lo sucedido con la joven y de donde provenía, no era una amenaza pero de igual manera debía de quitarla de su camino.

—Acaba de llegar, dale un tiempo para que crea que ha logrado mucho.

Primera noche señoras 😂

¿Cómo le irá con Hürrem?

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