Gaia ingreso al palacio luego de que las criadas revisaran sus dientes y cabellos, una vez adentro fueron divididas en dos grupos, aún seguía al lado de aquellas chicas con las que había hablado antes.

—Serán bañadas y revisadas - Gaia apreto el agarre de su vestido roto, siguió a las mujeres hasta los baños y se desnudo para luego colocarse la toalla, tenía la suerte de que su cuerpo no había sufrido cambios durante su embarazo por lo cual seguía igual que antes de tener un hijo, pero aquella preocupación era poca comparada con la que sentía por la revisión.

—Ve con ellas -la joven que anteriormente les había dicho que era madre fue apartada del grupo.

—¿A donde la enviaran? - se atrevió a preguntar otra joven.

—Será enviada a algún palacio lejos o irá a otro lado, no importa, siguiente - Gaia apreto los labios, una joven de tez morena tembló ante la mayor, se notaba de lejos que había tenido un hijo.

—¿Que haré? -susurro otra a su lado -Yo también...

—Vez esa lista - dijo Gaia -Crea una distracción y serás anotada sin ningún problema - la joven la miro.

—Soy Adelaide - Gaia asintió y la empujó levemente, la mujer que se decía ser la kalfa se acercó a Gaia, los nervios aumentaron.

—Siéntate y abre las piernas - Gaia hizo lo que le pidieron, su temor aumento. Adelaide se separo levemente de ella y empujó la veladora que estaba a su lado, la toalla que portaba otra mujer se prendió en fuego y pronto el caos se dejó ver.

La kalfa solto la lista y se acercó rápidamente junto a las demás kalfas, Gaia tomó con cuidado la lista y se anoto rápidamente junto a la joven que había creado la distracción.

—¡Lleven la a la enfermería! - la voz fuerte de la mujer las hizo callar, se acercó a Gaia la cual fingía limpiarse su intimidad -¿Ya termine con ustedes? -reviso la lista y asintió -Que raro, siguiente - Adelaide solto un suspiro y se acercó a ella.

—Gracias -susurro bajo y Gaia sonrió, ambas salieron hacia el harén en donde un grupo de mujeres se acercó a verlas.

—Parece que somos la diversión de esas mujeres - comento Gaia con desagrado, la kalfa las ubico en sus camas y les dio el uniforme.

Mahidevran observaba a Hatice hablar, Hürrem era un problema para ellas, pero por suerte la habían quitado de su camino causándole graves quemaduras, estaría fuera de juego ahora que su rostro estaba arruinado.

—Pero igual, hay que buscar a otra mujer que ocupe su corazón -hablo la madre sultana, Mahidevran asintió, hace años que no sentía nada por el sultán, por lo cual llevar a otra mujer le era indiferente.

—Déjeme escogerla -hablo, las miradas se dirigieron a ella -Una mujer más hermosa que la misma luna, una mujer con belleza cegadora, esa debe de ser la mujer que acabe con Hürrem -la valide asintió.

—Llegaron mujeres nuevas desde circasia, las mujeres más hermosas vienen de ahí - Daye hablo, Mahidevran se puso de pié y realizó una reverencia, al salir llamó a su criada.

—Trae a las nuevas, las más hermosas - Fidan asintió y salió, al ingresar a sus aposentos despidió a Mustafa para tener tiempo y poder concentrarse. -Acabare con esto de una vez Hürrem.

Gaia miro todo el lugar, era llamativo y hermoso, había oro y lujos por donde se le viera, era obvio que ese imperio era el más poderoso.

Fidan ingreso y comenzó a observa a las criadas, se acercó a Gaia y le ordenó seguirla, Gaia sin saber quien era o que quería la siguió, portaba ropas mucho mejores que las suyas, por lo cual creyó que era alguien con buen rango en ese harem.

—Entra, la sultana Mahidevran desea verte, haz una reverencia y no la mires al rostro - Gaia rodó los ojos, en circasia incluso las mujeres la respetaban y aquella joven era una grosera, la miraba mal de vez en cuando.

Al ingresar realizó una reverencia y miró al suelo, un hermoso bordado rojo era lo que portaba el vestido de aquella mujer, supuso que era poderosa.

Sultana, aquel título era importante según los mercaderes en Circasia, entonces aquella mujer era alguien de rango muy alto.

—Mírame -aquella orden sonó tan suave, su voz era dulce, al alza la vista se encontró con la mujer más hermosa que sus ojos habían visto -Ahora comprendo el porqué solo la trajiste a ella, es hermosa, ¿Cual es tu nombre?

—Si me disculpa, usted es la más hermosa aquí - elogio, estaba cegada por aquella belleza -Es Gaia mi señora, soy de Circasia y en este momento tengo veinte años.

—Gracias por el cumplido, ¿veinte años? Incluso te vez más joven - Gaia asintió - Cuéntame de ti - Gaia asintió gustosa.

—Era hija de un mercader poderoso en circasia, todos me nombraron como la belleza de circasia, no tengo madre, murió años después de darme a luz - Mahidevran asintió.

—La belleza de circasia -susurro -No mienten -sonrió -Te tengo un trabajo Gaia, ¿Estas dispuesta a enfrentar al diablo de cerca?

—Por sobrevivir incluso puedo matarlo si es posible -Mahidevran sonrió.

—Su majestad el sultán tiene dos consortes, yo soy la primera, madre del heredero al trono, la segunda es una esclava que se convirtió en su esposa, es una amenaza para todos, es mala, vil y cruel, es un parásito - Gaia asintió, por como se describían debía de ser muy mala -Así que te enviaré con su majestad una vez este regrese, si logras enamorar lo posiblemente escales hasta ser una kadin, una niña te vendría bien.

Gaia quiso reír, quería acabar con su rival creando otra rival, era algo paradójico, una belleza que fue desplazada por otra, ¿aquella mujer de la que hablaba como si fuera un monstruo era más hermosa que ella? O solo era producto de su soledad. Crear otra consorte para su dueño era tonto, pero aceptaría si quería vivir, incluso si le tocaba estar del lado de ella.

—Acepto sultana, haré lo que me pide -Mahidevran sonrió.

Y primer encuentro con Mahidevran, empezamos la historia desde el incidente de Hürrem y las criadas, obviamente no abordare todo tal a como sucedió en la serie, pero si hare referencias.

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