Capítulo 18| Guerra.
Meses habían pasado desde que Süleyman la había llamado, nueve en total, su paso por el camino dorado era triste y desolado, Süleyman ya no la recibía con emoción o amor.
—¿Por qué te negaste a venir? - Nükhet le miró con tristeza, aquello estrujo el corazón de Süleyman —¿Qué te hicieron?
—Qué me hizo mejor dicho - Süleyman frunció el ceño — me ha olvidado, nueve meses sin llamarme, sus hijos no recuerdan su rostro ya, Kaan y Onur ya caminan, no saben quien es su padre. -un sollozo salió de sus labios —¿Nunca me amo?
—Siempre que vienes lloras, no me gusta eso - Nükhet se limpio el rostro.
—Por eso no quería venir, siempre es algo contra mi, una queja, un regaña, Nükhet no hagas esto, Nükhet solo cuida de tus hijos - ella negó y se quito el collar. —No vendré a verlo más, no me ama, dejaré de hacerlo yo también, me canse de un amor a medias - Süleyman miró sorprendió cómo Nükhet se iba, su corazón se estrujo nuevamente y la siguió.
—Yo te amo Nükhet -ella se detuvo y sonrió sin que la viera —No te vayas.
—¿Me ama? - Süleyman asintio, Nükhet se dio la vuelta y le miró — Entonces no me deje ir nunca - Süleyman la cargo en brazos e ingreso a sus aposentos.
El vientre abultado de Firuze era evidente, había dejado de trabajar para Hürrem cuando su vientre creció, la excusa perfecta había sido enfermedad, por lo cual reposaba en el palacio de Hatice.
—Ve al jardín a dar una vuelta, no puedes estar encerrada todo el tiempo - Firuze asintió y se puso de pié con dificultad —Cuándo des a luz deberás de regresar a la batalla.
—No se preocupe sultana - Firuze sonrió.
Nükhet dejo de descansar en el pecho de Süleyman y se sentó a observar las estrellas, su cuerpo desnudo era iluminado por la luz de la luna, se veía cómo un ángel.
—Qué hermosa - la única persona que logro asomarse por el balcón quedo embelezado, su cuerpo desnudo era un manjar y la luz de la luna lo comprobaba.
Firuze entro en labor de parto aquella noche, a la mañana siguiente Süleyman la visito para saber su estado, seguía en labor de parto y los nervios del mayor eran descontrolados.
—Una niña, una niña nos ayudara - Sí le quitaban el amor de Mahşa y se lo daban a esa niña Hatice estaría segura de que Firuze sería alguien amada, pero si daba a luz a un niño, Mustafa se vería en peligro.
—Es una niña. - Süleyman ingreso a los aposentos rápidamente, Firuze reposaba en la cama con la niña en brazos, piel morena y escaso cabello.
—Mi hija - Süleyman sonrió tomándola en brazos —Mi niña de hermoso rostro, te llamaras Hafsa cómo mi madre, Hafsa - los presentes sonrieron, Hatice lo supo, Hafsa sería la ruina de Mahşa y Mihrimah.
Süleyman partiría a la guerra en pocos meses, Nükhet aprovecharía aquello para saber quién era la mujer que rondaba su cama y se desharia de ella de una vez por todas.
—Sultana, esta pálida - Emin se acerco a ella, Nükhet se tambaleó un poco y cayó en el pecho del eunuco —¡Traigan al medico!
Süleyman quien estaba en junta dejo todo de lado y corrió a ver a su amada, al ingresar encontró a Nükhet inconsciente en su cama.
—¿Qué tiene?
Nükhet quien fingía dormir quiso rodar los ojos, era evidente que era, aveces creía que Süleyman era tonto, ya había pasado por varios embarazos cómo para no saber que era lo que tenía.
—La sultana esta embarazada - Süleyman sonrió, aquel día había nacido su amada Hafsa y su amada Nükhet estaba embarazada.
La fiesta de aquella noche no sólo era por Nükhet, solo Hatice lo sabía, era por Hafsa y Firuze, Firuze sultan.
—Te vez muy alegre Nükhet, pero esta fiesta no es solo por ti - Nükhet miró a Hatice, Hürrem también la miro, cada que Hatice hablaba era para soltar veneno —Así que no estés completamente feliz.
Tres meses después Süleyman partía a la guerra, todas su familia estaba en los aposentos de Nükhet esperando a Süleyman para despedirse, pero este por alguna razón llegaba tarde.
—¿Por qué tarda? - Hürrem habló con calma, Hatice dio una sonrisa que ambas no lograron entender.
—Hay algo importante antes de venir - dijo finalmente.
—¿Más importante que yo? - Mahşa hablo, Mihrimah le dio una rápida mirada.
—Sí - Nükhet miró mal a Hatice.
—Padre nos ama a ambas, así que no hay nada más importante que nosotras - Mihrimah hablo —No diga eso sultana, pondrá triste a la pequeña Mah.
Mahşa quiso sacarle la lengua a Hatice pero simplemente tomó la mano de Mihrimah, aún que Mahşa se había robado el amor de Süleyman, Mihrimah la quería.
Firuze observo a Süleyman cargar a Hafsa, la pequeña sonreía a su padre con ojos de amor.
—Cuida a Hafsa, es mi luna - Firuze asintió. —Pórtate bien con tu madre mi niña.
Süleyman ingreso luego de una hora, sus dos consortes le miraron con atención.
—Padre tardo. - Mahşa beso su mejilla —la sultana Hatice dijo que había algo más importante que yo - Süleyman miró a Hatice. —¿Lo hay? - los ojos de la menor se cristalizaron.
Süleyman negó, podía amar a Hafsa, pero Mahşa era el amor de su vida, igual a Nükhet en rostro y personalidad, aquello hacía a Süleyman amarla más.
—Solo te amo a ti -le susurró al oído — Y a tu madre - Süleyman beso la frente de Nükhet y siguió despidiéndose de sus hijos.
Al partir Süleyman el harén quedaba en caos, peleas por saber quien era la favorita desconocida y nacimientos inesperados.
—Sultana, La sultana hatice la tiene - Nükhet dejo de comer y miró a Nürhan —¿Ya dio a luz?
—Sí, Firial Hatun ya dio a luz al hijo del paşa - Nükhet soltó a reír.
—Tanto que habla de su honor y llegó a tanto. - Nükhet sonrió — Quiero que secuestren a la niña, lleven la lejos de Hatice y de Ibrahim, Hatice es capaz de usarla y Hürrem podría entrar en juego.
Luego del secuestro de la pequeña Kadar, Nükhet dio a luz a una niña de nombre Raziye y a un principe de nombre Ümut, con el paso de los años la guerra del harén había quedado en pausa hasta que se descubriera quien era la mujer que rondaba la cama de Süleyman.
La primera temporada ha llegado su fin, en pocos días la nueva.
Mis redes.
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