Capítulo 17 |Aliados
Aquella mañana Nadya hatun aparecio colgada en el harén, el revuelo que se causó hizo molestar a más de uno.
—Qué poco original - soltó Nükhet en bostezo —¿Qué sucedió con las criadas?
—Ya aprendieron su lección sultana. -Nükhet asintió.
—Bien, preparen todo, quiero buscar a un eunuco y a más criadas, necesito aliados - Nürhan se acercó con sus ropas —¿A dónde deberíamos de ir?
—Al viejo palacio, ahí encontrará lo que necesita - Nükhet asintió.
Firuze observo con los ojos llorosos a Nadya, ella la había metido en aquello y ahora estaba muerta, Hatice le había dicho que había sido Hürrem, pero ¿Por qué nunca mencionaba a Nükhet?
—Nükhet no es tan celosa, es manipuladora, pero celosa no - mencionó — Es Hürrem tu enemiga.
—Claro sultana - aquella noche Firuze visitaría al sultán, usaría sus encantados con él para pasar al siguiente nivel.
Nükhet bajo del carruaje y observo el lugar, creía que al mencionar antiguo palacio sería algo en mal estado, pero era lujoso por fuera.
—Por dentro es frío y poco lujoso - Nürhan habló — Este lugar guarda más lágrimas que otros lugares.
—Qué contraste, en topkapi solo hay sangre y aquí lágrimas. - Nürhan la guió por los pasillos.
—Los nuevos eunucos están terminando su entrenamiento, ¿Los quiere ver? - Nükhet asintió.
Al ingresar encontró a los hombres de rodillas recibiendo un castigo, Nükhet les observo con atención.
—¿Alguno llama su atención? - Nükhet observo a uno que no se doblegaba ante los golpes, estaba serio y con aire imponente.
—¿Quién es él? - Nürhan le miró.
—Lo llevare al salón principal - Nükhet asintió y siguió con su camino.
Minutos después el eunuco ingreso a los aposentos en dónde realizó una reverencia y miró al suelo.
—¿Cuál es tu nombre? - el hombre alzó la vista, quedó asombrado con la belleza de aquella mujer.
—Emin.
—Digno de confianza... ¿Es real eso? - el hombre la miro fijamente.
—Sí usted lo desea, si, si quiere que de mi vida a cambio de demostrarlo lo haré. - Nükhet sonrió.
—Necesito a alguien que sea mis ojos y oídos, quiero a alguien que se arratre por la sangre sin abrir la boca, alguien dispuesto a matar a su propia familia por proteger a su amo - Emin se arrodillo.
—Sí usted me pide matar a mi familia lo haré, haré lo que sea por servirle fielmente - Nükhet sonrió.
—De ahora en adelante me sirves exclusivamente a mi, Nürhan te dará lo necesario - el asintió y se acercó a besar las faldas de su vestido.
Una piel pálida y bello rostro, ojos tan azules cómo el mar, Emin estaba cegado por tal belleza y estaba dispuesto a hacer lo que ella le pidiera.
Después de todo, Emin también tenía secretos.
Nükhet observo a las criadas con atención, estas miraban el suelo fijamente y en silencio.
—Que aburridas, me quiero divertir - Nükhet susurro lo último y tomo asiento. —Salgan todas.
Nurhan la miro sin entender.
—¿No iba a buscar a la dama?
—Solo por que te aprecio hago esto Nürhan, diles que entren - Nurhan lo sabía, Nükhet no quería verla metida en problemas por lo cual buscaría a una criada perfecta para que se manchara de sangre. —Aquí dentro había unos preciados pendientes de perlas dados por su majestad, pero desaparecieron. ¡Una de ustedes debe haberlos tomado! ¿Quién fue?
Las mujeres se miraron entre sí desconcertadas.
Ni siquiera habían visto dichos pendientes de perlas, mucho menos los habían tomado.
No, era extraño dejar unos pendientes de perlas en la sala de espera en primer lugar.
Sin embargo, no podían objetarle eso a la sultana, ademas parecía realmente enojada.
—¿No saben quién los tomó o están fingiendo no saberlo? ¡Si están encubriéndose entre sí, no tendré más remedio que castigarlas a todas! -Después de gritar de esta manera, Nükhet se dirigió furiosa a los aposentos continuos. —¿Cómo están? - Nürhan sonrió.
—Están muy asustadas.
—Tráelas aquí una por una. Antes de dejarlas entrar, aconséjales en secreto que si dicen la verdad no serán castigadas.
Una hora paso y ninguna habló al respecto, Nükhet suspiro aburrida y negó.
—Sultana - una mujer algo mayor que ella y de cabellos castaños rojizos ingreso.
—Dime -la mujer sonrio.
—Emily hatun los tomó, yo la vi con ellos - Nükhet la miro.
—¿Puedes sostenerlo?
—Hasta mi muerte - Nükhet sonrió.
—¿Tú nombre?
—Alice majestad. - Nükhet sonrió.
—Te llamaras Adalet, significa Justica, comprenderás con el tiempo que tu nombre solo sirve para mi, harás justicia para mi -la mujer asintió contenta.
Firuze había caído desmayada ante Süleyman, el revuelo que armo fue silencioso debido a Hatice, si queria mantenerla viva debía de ocultarla de las víboras.
—La hatun esta embarazada - Süleyman abrió sus ojos con emoción, Hatice miro con molestia a Firuze, ese no era su plan, estaba ocurriendo lo mismo que con Nükhet.
—Hasta que nazca debemos de mantener a Firuze lejos de las demás. - Süleyman asintió ante lo dicho por su hermana —Sí ama a su mujer deberá de ocultarla.
Su mujer, Süleyman sonrió, Firuze era su mujer.
Nükhet reposo en su diván con una ligera molestia en su cabeza, daba vueltas y vueltas tratando de averiguar que sucedía, Nadya había muerto pero la favorita seguía viva.
—No era Nadya, era otra - Nükhet suspiro.
Adalet quien estaba a su lado se acercó y masajeo sus hombros.
—Tiene tantos hijos que el podría llenar varios palacio con ellos, no debe de importarle una mujer sin nombre, por ahora solo importa educar al futuro sultán.
A pesar de todo Nükhet no veía a Iskender en el trono, no aún, pero si quería preservar su vida y la de sus hijos debía de verlo en el.
—Lo se, conseguiré al mejor maestro, los de Mustafa no quisieron enseñarle, Ibrahim prefiero fingir estar ocupado... lo hacen aun lado, mi niño no merece eso.
—No se preocupe, algún día se arrepentirán de lo que hacen - Nükhet asintio, ella misma se haría cargo de todos ellos.
Firuze y Süleyman celebraron la buena noticia aquella noche, dos mujeres no sabían lo que sucedía a la oscuridad de la noche y otra celebraba el inicio de su escalera al poder.
Un capítulo más y se acaba la primera temporada.
Mis redes.
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