Capítulo 1 |Secuestro
Circasia.
Gaia quedo sin madre debido a una revuelta en su pueblo, creció junto a su padre hasta que tuvo diez años, el hermano menor de él llegó para quedarse con ellos.
Gaia desarrollo prontamente una relación especial con el, se dice que ambos tenían más que un afecto tío sobrina, otros dicen que eran especulaciones tonta.
Pero cuando Gaia viajo por nueve meses a Grecia los rumores se elevaron como las nubes.
Gaia era una hermosa joven de cabellos rubios casi blancos, de ojos azules como el mar y de piel tan blanca como la nieve, era un sueño echo realidad, cientos de hombres iban a circasia solo por ver su belleza, algunos iban con propuestas de matrimonio y otros con oro para comprarla.
Su padre era alguien estricto y de poco afecto, crío a Gaia de forma recta y con poco amor.
Pero su tío fue diferente, le dio el afecto que ella nunca había recibido, aquello solo levantó el deseo que ella tenía por el.
—Mi hermosa Gaia -la joven se poso entre sus brazos —Cada día creces tan hermosamente, estoy profundamente encantando contigo.
—Lo se querido, se cuanto me profesas su amor -el mayor acaricio su abultado vientre, el viaje que habían realizado a Grecia fue solo para que la joven diese a luz, estaban a nada de ver el fruto de su amor nacer.
Gaia pensaba que su padre al ver a su nieto cambiaría de parecer y la dejaría estar con su tío, pero Alek sabía que aquello era casi imposible.
—Mi amada Gaia, cuando el bebé nazca tu te iras primero... diré que su madre murió. -ella no estaba de acuerdo pero acepto.
Finalmente dio a luz, un hermoso niño de nombre Ivan, el niño fue amado por ambos hasta que Gaia tuvo que separarse de el.
Dos meses después Alek llegó con el pequeño Ivan a casa, el padre de Gaia lo miró desaprobatoriamente y acepto al bebé a regaña dientes.
Tres años pasaron de aquel acontecimiento, cuando el padre de Gaia murió el pequeño Ivan supo que su madre era la hermosa mujer que siempre le contaba cuentos, el niño estaba rodeado de amor.
Aquello fue sumamente hermoso y hasta parecía irreal, eso fue hasta que los tartaros llegaron a Crimea, era una costumbre ir y buscar a las mujeres más hermosas cada cierto tiempo.
Gaia escondió a Ivan en un lugar secreto y echo a correr por todo el bosque, fue poco lo que su recorrido duro, Gaia fue atrapada y sometida por los tartaros.
—Finalmente tenemos a la belleza de Circasia -Gaia fue arrastrada por los hombres, Alek el cual había llegado rápidamente a casa al escuchar las campanas vio petrificado como el amor de su vida era alejada de él.
Gaia miro la daga en el pantalón del hombre, una idea suicida cruzo por su mente, tenía que deshacerse de ellos o morir en el intento.
Pateo a ambos hombres y con dificultad tomó la daga, los hombres se abalanzaron sobre ella y alzando la daga los amenazó.
—Son unos inútiles -una voz asusto a la joven, el hombre se acercó por atrás y abrazo a Gaia para tratar de quitarle la daga, la joven se removió violentamente y en uno de esos movimientos la daga pasó por el rostro del hombre. —¡Maldita perra! -su mano se alzó y Gaia cerró los ojos con fuerza.
—No puede jefe, recuerde que es valiosa, nos darán miles de monedas por ella -dijo uno de sus captores, Gaia solto un suspiro pesado.
Estambul Turquía.
|Mercado de esclavos|
Las mujeres desfilaban por la pequeña tarima una a una, el comerciante que las había comprado a los tartaros gritaba los precios de cada una, Gaia se sintió asqueada y con un dolor enorme en el pecho, recordaba cuando las campanas sonaron, recordaba cuando había besado por última vez la cabeza de su pequeño hijo y recordaba con tristeza a su amado.
—Y ahora tenemos aquí a la belleza de Circasia - Gaia fue jaloneada hasta adelante y los hombres comenzaron a murmurar un sin fin de obscenidades hacia ella. —Empecemos con diez monedas - los hombres comenzaron a gritar el triple de esa cantidad.
Un hombre de ropas finas y de mirada felina se acercó, el bullicio llamó su atención y cuando miró a la razón de aquello no dudo en intervenir.
—Quinientas monedas, más cien por las demás mujeres - el hombre encantado le vendió a las mujeres.
Gaia soltaba suspiros cansados, había tenido que caminar por horas detrás de aquel hombre, las mujeres a su lado murmuraban cosas que no lograba entender.
—¿De que hablan? -finalmente se decidió a hablar, una de ella se acercó, su rostro amable pero sucio la recibió.
—Vamos al palacio del sultán, dicen que si tienes suerte puedes convertirte en una sultana poderosa -su emoción en la voz la hizo estremecerse.
La idea de ser vendida a un burdel era asquerosa, pero aún era demasiado joven para morir en un palacio siendo criada.
—Algunas chicas de aquí fueron capturadas cuando estaban con sus hijos, seguramente las envíen al peor lugar -dijo otra, una joven de tez pálida y cabellos negros tembló.
—Yo tenia un bebé... ¿me mataran? -la otra chica asintió, la joven cayó desmayada delante de ellas.
Gaia mordió su labio con nervios, si era descubierta posiblemente la enviarían a otro lugar mucho peor.
—Yo se que podríamos hacer para evitar que vayas a un burdel o a la casa de algún anciano asqueroso -repitió la misma mujer —pero va a doler -la joven que antes estaba en el suelo asintió a duras pena, Gaia se acerco para escuchar lo que ella decía.
Por nada del mundo le diría a alguna de ellas que había tenido un hijo, los celos y la envidia podían atacar.
—Tú eres hermosa -dijo una joven de cabellos rubios y tez morena —¿Acaso tu eres la belleza de circasia?
—¿Cómo lo sabes? -su voz sonó algo rasposa.
—Todos conocen el rumor de tu belleza, la mujer más hermosa de circasia, tenían razón.
Finalizando aquella frase el hombre las hizo callar, Gaia alzó la vista y vio el inmenso palacio, era majestuoso por donde se le viera.
Así dio inicio a su nueva vida.
Y asi damos inicio a esta historia.
Espero les guste y voten y comenten por favor.
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