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𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚

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Tres años después...

El pequeño Eddy no paraba de gritar y balbucear en el regazo de su padre, dando un par de brincos desperados en las piernas del alfa, estirando sus pequeños brazos hacia su padre omega, rogando ir con él.

- Entiendo cuando alguien no quiere estar conmigo. - comentó Harry tratando de no sonar herido, riendo un poco.

Louis río igual y negó con la cabeza, tomando a su pequeño del regazo de su alfa, para cargarlo.

- Es un bebé Hazza, no te sientas mal. Los bebés suelen ser más apegados al omega, es normal. - dijo el castaño tratando de subirle el ánimo a su pareja.

Harry negó con la cabeza, convencido con su postura de que su hijo quería más a Louis.

- Últimamente no se quiere alejar de ti. - afirmó el alfa levantándose del sofá. - Y no lo culpó. - agregó mirando a su omega de pies a cabeza, con una sonrisa en sus labios.

Y a pesar de tres años de unión, el alfa siempre lograba que el omega se sonrojará solo con darle una mirada.

- Mami. Dulce. - susurró bajo el bebé escondiendo su rostro en el cuello de su papá.

- Si, mami es un dulce omega. - respondió Harry, mirando encantado como las mejillas del castaño se teñían de un color carmesí.

- Tú eres un alfa muy tierno, amor. - susurró el omega, suspirando. - Llevare al bebé a la cama, debe estar cansado. - dijo mirando como su bebé tenía su naricita pegada a la fuente de su aroma, sonrió por eso, Eddy era idéntico a su padre, no le sorprendería que fuera un alfa igual de protector que Harry.

- ¿Quieres que te haga un té?, hace frío. - preguntó el alfa amable.

- Creo que tú puedes mantenerme más cálido que un té. - respondió Louis caminando hacia la habitación del bebé, para dejarlo en su cuna.

Harry sonrió con esa imagen; Louis caminando despacio, luciendo un suéter más grande que él, con su bebé en brazos, era algo precioso y que él se sentía bendecido de poder apreciar algo así.

- ¡Te veo en la habitación!. - gritó el rizado, una vez que dejó de suspirar por su omega.

Louis no respondió a eso, pero sabía que lo había escuchado.

- Eddy, amor. - habló el omega, llamando la atención de su cachorro. - Debes ser más discreto, pequeño. Sé que no lo entiendes, pero necesito que dejes de oler mi cuello, por lo menos en lo que se lo digo a papá. - pidió mirando a su pequeño, quien lo miraba como si no entendiera ni una palabra de lo que dijo.

- ¿Decirle que a papá? - preguntó el pequeño, ladeando su cabeza, confuso.

- Nada. - negó el castaño con una sonrisa para su bebé. - Debes dormir.

- ¿Por qué no puedo oler tu cuello? - preguntó Eddy con un puchero en sus labios y con sus ojos cristalizados. Estaba a punto llorar, Louis lo sabía.

- Si puedes amor. - dijo de inmediato el omega tratando de que su bebé no llore. - Sólo quiero que lo hagas más discreto, papá es celoso. - agregó riendo, bueno, esa no era la verdadera razón, pero no le estaba mintiendo a su bebé.

- ¡Pero eres mi mamá, no de él!. - gritó el niño haciendo berrinche. - Eres mío. - gruñó.

Louis rió por eso, llenándose de ternura con las palabras de su bebé, no había duda que era igual que Harry.

- Eso es posesivo bebé. - comentó riendo. - ¿De dónde aprendiste eso? - preguntó con diversión.

- Papá, lo dice. - respondió el bebé. - Pero no eres suyo, eres mío, mi mami. - insistió el pequeño.

- Si, soy tu mami, pero soy el omega de papá. Son cosas diferentes. - dijo el castaño tratando de no reír más.

- Lo quieres más a él. - dijo Eddy con un puchero en sus labios.

Louis negó divertido, no podía creer que su bebé le estaba haciendo una escena de celos.

- Tú eres mi bebé y él mi alfa, los dos son parte de mi. Los amo a los dos. - dijo el omega tratando de mantener la cordura.

- No. Quieres más a papá. - dijo celoso, con su ceño fruncido.

- Vaya, eres un bebé muy posesivo, amor.

- Es que tú eres mi mami. - insistió.

- Bien. Ganas. - aceptó el castaño. - Pero deberás compartir con papá Harry.

Eddy asintió.

- Compartir. Pero tú eres mío, no de él. - aceptó el niño.

Louis rió y asintió igual, inclinándose para darle un beso en la frente a su bebé, cubriéndolo con las cobijas.

El omega miró a su pequeño acurrucarse en las sabanas y sonrió, con una grandiosa idea en mente.

- Tardaste más de lo normal, ¿Todo bien?. - dijo Harry preocupado una vez que el omega llego a la habitación.

- Tu hijo Styles, es un posesivo igual que tú. - respondió el omega sonriendo.

- ¿Por qué lo dices? - preguntó el alfa riendo.

- Dice que yo soy suyo. No tuyo. - explicó comenzando a reír.

- Eres su mamá, pero tú eres mi omega. Mío. - dijo Harry enredando sus brazos en la cintura de su omega.

- Dios. ¿Qué haré con dos alfas posesivos? - dijo el castaño dramático, mordiendo su labio cuando pensó: "tal vez sean tres alfas."

- Amarnos. - respondió Harry besando la nuca del omega.

- Si, creo que es mi única opción. - bromeó el castaño.

- Mañana hablaré con él. No espere años por ti, para que mi propio hijo que te arranque de mi lado. - dijo el alfa pegando más el cuerpo del más bajo al suyo.

- Es tu bebé, Harry. No puedes pelear con él por mi. - dijo Louis divertido.

- Soy capaz. - respondió Harry sonriendo, enterrando su nariz en los cabellos castaños de su pareja.

Louis se giró, sin salirse de los brazos de Harry, mirándo el rostro de su alfa, sintiéndose más enamorado que nunca.

- Te amo alfa. - susurró el castaño, colocando sus brazos alrededor del cuello del más alto, estando un poco de puntillas para alcanzarlo.

Harry suspiró y se inclinó para besar a su omega, manteniéndolo cálido entre sus brazos.

- Te amo, mi dulce omega. - respondió el rizado entre el beso, sin separar sus labios de los del castaño.

Louis sonrió entre el beso, sintiéndose más cálido.

- Entonces, ¿Ya sabes cómo vas a decirle?. - preguntó Liam, mientras jugaba con el pequeño Eddy.

Louis había salido con su cachorro y Liam al supermercado, a comprar un par de cosas que hacían falta en la casa, cosas que necesitan y que querían, más lo que necesitaba para su plan.

- Si. - respondió el omega seguro, con una sonrisa en su rostro.

Su amigo dejó de mirar al pequeño que estaba sentado en el carrito de compras, para mirar al omega.

- ¿Y cómo lo harás?. - preguntó curioso, alzando una de sus cejas.

- Te lo explicaría, pero no entenderías. - dijo Louis divertido.

Liam se sintió ofendido.

- Oye, soy alguien muy listo. - gruñó el chico indignado.

- No estoy que no lo seas. - dijo el castaño riendo. - Sólo que... es algo mío y Harry. Íntimo. - explicó el omega.

- Bien. - asintió Liam. - ¿Y qué es eso que necesitas comprar para decirle?. - preguntó.

- Sábanas, cobijas, almohadas... - respondió el omega, mirando todas las opciones que tenía enfrente de él, mirando específicamente las de color verde, pensando en los ojos de su alfa.

Liam sonríe y asiente.

- Vamos a elegir las mejores. - opina su amigo y Louis no duda al respecto, con su mano en su vientre plano.

Por ahora...

Y en la noche, Harry está en su habitación, sentado en el borde la cama, con sus manos detrás de su espalda como soporte, mientras sonríe para su omega que se acerca él.

El alfa sabe que su chico esconde algo o tiene algo planeado, lo puede ver por la manera en la sus ojos parecen tener un brillo especial, único.

Y antes que Harry pueda decirle al omega algo de su teoría, el castaño se sube en su regazo, a horcajadas, enredando sus brazos en su cuello, como tanto le gusta hacerlo.

El omega viste un suéter de lana, de color azul, que hace que sus ojos se noten más intensos y Harry adora eso con toda su alma, pero no solo es eso; sino que el suéter, como la mayoría de su ropa, es una talla más grande y el omega suele tirar de los suéteres y camisetas, para que el lado de su cuello que tiene su marca de unión quedará descubierto y cualquiera supiera que esta enlazado, pero especialmente lo hace por qué sabe que Harry adora presumir su marca, a su omega en general.

Así que Harry no puede decir nada coherente, por qué sus ojos están fijos en la marca que él mismo hizo hace tres años, luciendo igual de brillante y gloriosa que ese día, llenándolo de orgullo.

- Tengo una misión para ti, alfa. - habló Louis, pegando su frente a la del rizado, dejando un beso en la nariz del chico, provocando que el alfa de sonroje un poco y que marque sus hoyuelos en una sonrisa. - Una muy especial. - susurra, llevando uno de sus dedos para tocar los hoyuelos de su alfa.

Harry sonríe en grande.

- ¿Si?, ¿Qué debo hacer? - pregunta con entusiasmo.

- Escuchar a tu alfa. - murmura Louis dejando un pequeño beso de pico en los labios del alfa, antes de levantarse de nuevo para ir por las cosas que compró con su amigo esa tarde. - Toma. - dijo entregando las bolsas al alfa.

Harry frunció el ceño, pero no preguntó nada más, tan solo abrió las bolsas que le había dado su omega, sintiéndose confundido al ver lo que había dentro, sintiéndose mareado, con mil teorías pasando por su mente en ese momento.

- ¿Qué es esto? - cuestionó el rizado sacando una de las sábanas de color esmeralda de la bolsa.

- Son sábanas. - respondió simple, sonriendo, mordiendo su labio con nervios.

- Sé que son sábanas. ¿Para qué compraste sábanas?, creí que yo te mantenía cálido. - dijo Harry casi indignado con la situación.

Louis rió y negó con la cabeza divertido.

- Claro me mantienes cálido. - susurró el omega regresando lentamente al regazo del alfa. - No las compré para eso. - agregó acariciando el pecho del alfa.

Harry sintió que su corazón se aceleró.

- ¿Tu alfa no quiere hacer algo con esas sábanas? - preguntó Louis en voz baja, sonriendo al sentir el latido del corazón del rizado.

El alfa asintió lentamente, dirigiendo sus ojos al estómago de su omega.

- ¿Y qué es, mi alfa?. - cuestionó sin dejar de sonreír.

- Quiere hacerte un nido. - susurró sin poder creer lo que estaba pasando.

Louis asintió victorioso.

- Si, sólo que esta vez no quiere embarazarme. - murmuró el omega riendo al recordar lo que había sucedido hace tres años. - Él ya tiene el trabajo hecho. - agregó, mirando los ojos esmeralda de su alfa.

Harry sonrió en grande, sintiendo todo una carga de felicidad caer sobre él.

¡Louis está embarazado!, ¡Su Louis está embarazado!, ¡Está embarazado otra vez!.

- Te amo tanto. - suspiró el alfa en respuesta acercándose a los labios del omega para besarlo.

Louis sonrió contra los labios de su alfa cuando lo besó.

- Tienes trabajo que hacer amor. - murmuró el castaño bajando del regazo del alfa.

- Tendrás el nido más hermoso, te lo juró. - respondió Harry con orgullo.

- Lo sé, hacer nidos es lo tuyo. - dijo el omega riendo.

- Este será el segundo de muchos que voy hacerte. - respondió el rizado poniéndose de pie, para tomar las sábanas que había comprado el omega.

Louis rió en alto, hasta que las tiernas arrugas se formaron en sus ojos.

- Si te creo. - susurró sin dejar de reír.

- Hacerte un nido fue la mejor decisión de mi vida. - comentó Harry con orgullo y felicidad.

- Tienes razón en eso. - suspiró. - Me diste un bebé hermoso y posesivo como tú. - agregó con diversión.

El alfa asintió con orgullo por su cachorro.

- Espero que este bebé no sea posesivo, como Eddy. - susurró el omega colocando su mano en su estómago.

- Amor, eres el omega más hermoso y dulce, es imposible que mis hijos y yo no quisiéramos protegerte contra todo.

- Si, pero me protegen hasta de ustedes mismos. - dijo Louis riendo.

Harry rió igual por eso.

- Yo lo encuentro lindo. - dijo el rizado encogiéndose de hombros. - Aunque nadie puede protegerte mejor que yo. - agregó posesivo.

Louis sonrió y asintió con una sonrisa en su rostro, sabiendo que su alfa tenía razón en eso.

Y antes que el omega pudiera decir algo sobre eso, escuchó el llanto de su bebé, llamando a su mamá.

- Al parecer tu bebé no está de acuerdo con eso. - comentó Louis con diversión, levantándose de la cama, para ir a la habitación de su cachorro.

Harry rió bajo, mirando el montón de sábanas, cobijas y almohadas que tenía frente a él, suspirando con una sonrisa en su rostro.

- Bueno alfa, a trabajar. - susurró para él mismo sin dejar de sonreír, comenzando a acomodar las cosas que compró Louis.

Ahora tenía que hacer otro nido para su Louis embarazado.

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