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Acto 2: 𝐴𝑚𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑡𝑢́.

Nuevamente el sol hacia su llegada, lo que significaría un nuevo día de trabajo para mí, trabajaba en una elegante florería de una pequeña nación en Europa. Yo suelo hacer los arreglos florales y todo lo que tenga que ver con ellos, muchas veces recibía pedidos de jóvenes muchachos para sus novias, los cuales los hacía con el mayor cuidado y esmero posible.

Una vez acabado con mi jornada decido ir de visitar al hogar de mi hermano, el suele ser alguien apagado por ende cada viernes le llevo un ramo de flores para decorar su hogar.

Después de unos minutos de viaje finalmente me encontraba fuera de su puerta, llevaba un tiempo tocando y no parecía que hubiera alguien adentro, preocupada fuerzo la entrada y logro tener acceso a su casa.

-¿Esteban? ¿Dónde estás? - Trato de registrar la casa tratando de hallarlo.

-A...quí- Escuche un pequeño susurro y corro hasta él.

Mi hermano se encontraba en el piso del baño, estaba sudado y apenas podía hablarme, rápidamente busque paños húmedos para bajar la fiebre. Busque mi carro y lo subí a este, sabía de un brujo que curaba hasta las más complejas enfermedades, él podría ayudarlo.

-Tranquilo hermanito, vas a estar bien- Acariciaba su cabeza con el fin de entregarle algo de tranquilidad, una que no tenía en realidad, estaba asustada ¿Y si le pasa algo a mi hermanito?

El conductor cada ciertos minutos volteaba a vernos para asegurarse si todo estaba bien, el solía ser el conductor de mamá por lo que él nos conocía bastante, se encontraba igual de preocupado que yo.

Una vez en la tienda del hechicero solo se encontraba un viejo hombre, según me explico solo era ayudante del maestro Aiden.

-¿Sabes cuando llegara el hechicero? mi hermano está agonizando y necesita su ayuda- Antes de poder decir algo las paredes se movieron y cambiaron de lugar.

-Dele esto a su hermano-Me tendió un té que provenía de una de las estanterías que habían aparecido de aquellas paredes que anteriormente se habían movido.

Le doy el té a mi hermano, él lo bebió sin dudar, pude notar como su dolencia comenzaba a desaparecer, sin embargo, su lucidez también se iba.

-¡¿Por qué se duerme?!

-Tranquila- Exclamó el viejo un poco harto de mi- Es por el té, su dolor desaparecerá y su enfermedad se frenará hasta que el maestro Aiden lo cure, sin embargo, en la tienda mágica funcionamos a través de trueques, solo si el maestro acepta el paciente.

-¿Y qué debo hacer para que acepte a mi hermano? ¿Qué quiere a cambio?

-No es tan simple, veras en la tienda mágica todo cambia, nunca nada es estático, el maestro crea y recrea esta tienda, una puerta no es solo eso, te llevara a lugares que jamás hayas creído, y el maestro es mucho más que un hechicero y un corazón es más que un simple órgano -Volteo a ver a mi hermano.

-¿Cómo sabe que es su corazón?

-Solo me basta verlo, pero te aseguro niña, eso no es natural, el deseo y la vida no son algo dado sino algo que debe ser ganado- Miro con cierto desagrado a mi hermano.

Guarde silencio y que me quede junto con mi hermano, su cabeza permanecía en mi regazo mientras esperaba al hechicero Aiden, en la tienda mágica no habían ventanas por lo cual no sabía cuánto tiempo llevaba ahí, quizás habían pasado 2 o 3 hrs, era difícil saber con certeza. Para mi sorpresa el maestro Aiden, no entro por aquella puerta por la cual mi hermano y yo habíamos entrado sino más bien entro por una de las puertas que se movían, él al momento de entrar sacudió su ropa y dejo caer algo de polvo, yo inmediatamente me levante de mi asiento para poder rogar por su ayuda.

-Maestro Aiden, por favor ayude a mi hermano se lo ruego- Antes de seguir hablando me di cuenta de con quien trataba, era un muchacho que iba todas las semanas a pedir arreglos florales para su novia y según mis observaciones se trataban de chicas diferentes en cada oportunidad, en resumidas cuentas, él me desagradaba.

-No tengo tiempo ahora, déjalo en la sala de enfermos y cuando tenga tiempo lo curaré-Él ni siquiera volteo a verme, quizás ni siquiera me había reconocido- Apolo, lleva a su hermano a la sala de enfermos y lleva a esta señorita a la salida.

Él anciano que anteriormente le había dado ese té a mi hermano estaba a punto de seguir las ordenes que se le habían entregado, pero me puse frente a Esteban y me negué a que se lo llevaran.

-No- Separe al anciano y le aleje de mí y mi hermano lo más que pude-No trates de llevártelo-Caminé hasta Aiden, y me interpuse en su camino- No dejaré que lo dejes ahí agonizando.

-Ya te recuerdo corazón, tus arreglos florales me hicieron muy popular, pero, aun así, no pienso atender a tu hermanito-Él solo me empujo y me quito de su camino.

Rápidamente dirigí mi mirada hacia mi hermano, el anciano estaba a punto de tomarlo y llevárselo a alguna habitación de esa extraña tienda, saque unas dagas debajo de mi vestido y se las clave en las mangas al anciano, él solo quedo clavado a la pared sin llevar a hacerle daño.

-Creí que había sido suficientemente clara, no vas a llevártelo lejos de mi ¿Ahora si lo entiendes?

-Jajaja, me has agradado niña, quédate aquí hasta que él maestro Aiden pueda curar a tu hermano, puedes quedarte si me ayudas con los mandados, pero primero bájame.

[***]

Llevaba un par de semanas ayudando en la tienda mágica, la mayoría de las veces me encargaba de la limpieza de esta y de cocinar, hacía las actividades que ellos no sabían hacer y en cuanto a mi hermano seguía dormido.

El trabajo que realizaba la tienda y el maestro Aiden era bastante inspirador, a pesar de no tener mucho acceso a él, pude verlo realizar su trabajo, se dedicaba a reemplazar recuerdos, muchas personas venían a la tienda con algún objeto que representaba de donde provenía su tristeza, Aiden intercambian este objeto por una fotografía que reemplazaría esa tristeza. Muchas veces estas personas ni siquiera sabían quién era el que los ayudaba a sanar, pero confiaban profundamente en él.

[***]

Hoy Aiden volvería a irse, no sabía muy bien a donde, pero suponía a quien vería, desde hace unas semanas ha estado recibiendo cartas con el sello real y también sé que el Rey está muy enfermo.

-Vamos Apolo, ¿Cuándo me dirás que fue lo que le sucedió a mi hermano? -Él anciano llevaba un par de días ignorando mis preguntas que ansiaban con tener una respuesta.

-No pienso decírtelo, simplemente su dolencia no es de origen natural, una persona mala y poderosa lo hizo para castigarlo, no quiero que te decepciones de él Emily, sé que lo amas mucho y por eso llevas tanto tiempo aquí-Sin dudas esta respuesta me dejo aún más confusa pero no descansaría hasta tener toda la verdad.

-Apolo, desde que nuestros padres murieron solo hemos sido él y yo contra el mundo, y una cosa así no hará que desconfié de él ni mucho menos decepcionarme,
afortunadamente mis sentimientos no son frágiles, sea lo que sea jamás dudare de él.

-Lo sé solo no quiero que la verdad te hiera.

-Mejor cambiemos de tema, ya que Aiden no está, porque no me dices porque siempre parece estar triste- Apolo solo me miro con sorpresa.

-Bien, pero si él llega a enterarse de esto yo lo negaré todo-Solo asentí con mi cabeza- Él hace mucho tiempo se enamoró y esto no termino bien, en el caso de que no lo sepas Aiden no es un ser humano, por lo cual esta ruptura le jugo en contra, esta mujer lo abandono y se llevó todo con ella, él lo único que quería era acabar con ese dolor en su pecho por lo que se quitó su corazón y lo guardo en alguna parte de esta casa, su magia ya no es tan poderosa y deslumbrante como solía serlo, porque un hechicero sin un corazón no es nada.

-¿Cómo podemos hacerlo cambiar de opinión? él debe tener su magia de vuelta.

-Malas noticias, el ya no confía en los humanos, algo que tú y yo tenemos en común. Sin embargo, es algo que tendremos que resolver pronto, él no ha curado a tu hermano porque no quiera si no porque no puede.

Todo este tiempo había pensado que él no quería curarlo y que simplemente ignoraba mi existencia, pero él no había estado siendo cruel. Durante los siguientes días, Aiden ha estado de un mejor humor y ya comenzaba a dirigirme la palabra.

-¿Y cómo va todo en la florería? -Él hechicero recargaba su espalda y dejaba caer su cabeza hacia atrás.

-Renuncié a ella, no quería dejar a mi hermano solo-Tratando de restarle importancia seguí cocinando sin dirigirle la mirada.

Él en lugar de ignorarme como solía hacerlo la mayoría de las veces, se acercó curioso, sin embargo, no pronuncio ninguna palabra solo se me quedo viendo.

-Desearía amar como tú.

Después de aquello, solo subió a su habitación y no lo vi por el resto del día. Durante la semana, Aiden no me ignoraba como solía serlo, incluso me dejaba estar con él cuando algún cliente necesitaba ayuda de la tienda, y aveces teníamos largas charlas durante la madrugada.

Aiden decidió que debíamos subir al techo para tener una mejor vista de la luna cuando de repente dijo...

-Eres demasiado buena, y no soy nada en comparación.

-¿De que estas hablando? -Estuve mirándolo mientras que él no volteaba su mirada de la luna.

-Haré lo posible por obtener una mayor cantidad de magia y curar a tu hermano, no te preocupes por eso, luego de eso podrás volver a tu vida de antes.

-Si no te molesta mi presencia me gustaría quedarme aquí contigo, es increíble lo que haces en la tienda.

[***]

Hoy mientras limpiaba la entrada de la tienda, vi llegar a la Guardia Real, supuse que tendría que ver con la enfermedad del rey que según las personas del pueblo esta comenzaba a empeorar, la realeza comenzaba a hostigar al Maestro Aiden, él jamás les comento sobre su magia, que ya no era tan poderosa como solía serlo, por ende, la realeza cree que no ha curado al rey porque simplemente no quiere hacerlo.

-¿Se encuentra Aiden? -Un guardia se acercó violentamente a preguntar.

-Es maestro Aiden para usted, y no, no se encuentra-Mentí-Ya es tercera vez que vienen esta semana, cuantas veces debe decirles que él no puede curar al rey-Exclamé con enfado.

-Avísenos cuando esté presente-Este solo ignoro todo lo que le dije y me dio la espalda.

Inmediatamente corrí hacia la puerta y la cerré con llave, me aseguré de voltear el cartel que avisaba que actualmente estábamos cerrados, hasta que vi a Aiden bajar las escaleras.

-¿Qué te he dicho sobre discutir con la Guardia Real?

-Lo siento...-Aiden se acercó y me dio unas palmaditas en la cabeza.

-¿Cerraste la tienda? -Asentí con la cabeza- Bien hecho.

Aiden reviso las ventanas y como los guardias se iban, quizás analizando la situación en la que nos encontrábamos, debido a los guardias la tienda ya ni siquiera podía atender a las personas del pueblo, porque los guardias se los prohibían.

-Bien, es hora de mudarnos, no nos dejaran en paz y lo mejor será irnos por un tiempo.

Aiden chasqueo los dedos he hizo unos movimientos raros con sus brazos, la tienda parecía estar igual, pero al mirar por las ventanas, sabía que estaba en un pueblo completamente distinto. Incluso se veía más grande y vistosa la tienda.

-¿Cómo haremos que entren a la tienda? -Me dirigí a Aiden, realmente me preocupaba que la tienda no fuera reconocida, además, estando en un pueblo nuevo, es probable que no supieran lo que se hace aquí.

-En ese caso, tú y Apolo se encargarán de traer gente aquí.

[***]

Durante los siguientes días la tienda tomo mucha popularidad, Aiden cada vez se hacía más cercano a mí y a Apolo, nos encontrábamos muy felices, sin embargo, el estado de mi hermano seguía preocupándome ¿Qué hare si él no vuelve a despertar? no había conseguido encontrar el corazón de Aiden y él aun no encontraba la forma de obtener más magia.

-¿Pasa algo Emily? estas más distraída que de costumbre, si es sobre tu hermano, estoy a punto de resolverlo, no te preocupes por ello-Él acariciaba mi cabeza, desde hace un tiempo supe que quizás, lo amaba.

-¿Qué piensas hacer? -Me preocupaba lo que él sería capaz de hacer y no quería que saliese lastimado.

-Encontré a la bruja que hechizo a tu hermano, es sin duda la más poderosa que he visto-Apolo inmediatamente camino hasta el maestro tratando que dejara de hablar- Apolo no es lo piensas y siendo honestos, Emily tenía razón al no dudar de él-Nuevamente se dirigió a mi-envenenaron a tu hermano ya que él rechazo su propuesta de matrimonio, el jamás hizo nada malo Emily, así que puedes quedarte tranquila- Aiden me abrazo y regaño a Apolo por hablar mal de Esteban.

Estaba realmente contenta por la noticia de Aiden, mi hermano pronto estaría conmigo, no solo estando dormido y pronto volveríamos a casa.

-Bien, él trato será esta noche, así que por favor- Él maestro hizo una pequeña pausa pensando bien que iba a decir- Apolo, encargarte que Emily no se duerma tarde.

Apolo y Aiden tuvieron una conversación que no pude escuchar, sabía que era algo privado de ellos dos y no pensaba entrometerme. Me dirigí a la habitación que compartía con mi hermano, de solo pensar que pronto despertaría, llenaba mi corazón de felicidad. Antes de dormir, limpie su rostro y deje un beso de buenas noches en su cabeza, era algo que siempre hacíamos y quería que siguiera así.

[***]

Era aproximadamente media noche, el maestro Aiden ya se había ido, pero se escuchaban llantos de su habitación, entre a esta y me encontré con Apolo.

-Apolo, ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? -Corrí a consolarlo.

-Él maestro renunciara a su magia-Este no dejaba de llorar y podía escuchar su voz quebrarse.

-¿De que estas hablando?

-Ese es el trato, él renunciara a su magia y la bruja quitara el veneno que le puso a tu hermano-Mi mirada estaba atónita, jamás podría imaginar al maestro renunciar a su magia y a la tienda.

-Apolo, ¿Dónde vive la bruja? debemos detenerlo.

Apolo sabía en donde vivía la bruja, ambos corrimos hasta encontrarlos, cruzamos un gran bosque hasta llegar a su encuentro. La casa se encontraba sobre un gigantesco árbol, Apolo me ayudo a subir, pero el no logro entrar conmigo, el lugar al igual que la tienda te engañaba con su tamaño real, por fuera parecía ser muy pequeña y modesta pero al momento que cruce la ventana fue todo lo contrario, llegue a un gigante pasillo con al menos 7 puertas, rápidamente abrí cada una de ellas hasta finalmente encontrarlos.

-Aiden no puedes hacer esto, no puedes renunciar a tu magia-Él solo me miro sorprendido por el lugar en donde me encontraba.

-¿Cómo despertaré a tu hermano si no? jamás me perdonaría alejarte de él.

-Tengo un plan, pero por favor ya vámonos.

La bruja se enfureció con mi imprudencia, y sobre todo porque arruine su plan de quedarse con toda la magia de Aiden y aunque no tuviera corazón, era bastante poderoso. Una vez llegamos a la tienda le explique todo a Apolo, él estaba mucho más tranquilo.

-¿Qué haremos con tu hermano? no tengo magia suficiente y dudo que la bruja me permita hacer un nuevo trato- Aiden caminaba de un lado a otro frotando su sien.

-Necesitas un corazón, ¿no? -Él solo asintió- Toma el mío.

-¡¿Qué?! no puedo hacer eso, no puedo hacerte eso.

-Claro que puedes, tu corazón no está en esta casa porque ella se lo llevo ¿no es así? -Él no pronunció ninguna palabra por lo que supuse que yo tenía razón- Toma el mío y salva a mi hermano.

Después de muchas insistencias el finalmente acepto, puso su mano sobre mi pecho y un brillo amarillo salió de este, jamás había visto algo así de brillante, tomo el deslumbrante corazón y lo puso en su pecho, sus ojos se iluminaron y dejo de sentirse agotado.

-¿Sabes? cuando llegaste aquí solía ver en tu mente para saber si yo te desagradaba, no quería que tuvieras que vivir con un hombre que odiaras, pero a pesar de mis infantiles acciones, jamás me odiaste o pensaste mal sobre mí, es más parecías impresionada conmigo y la tienda, siempre pensaba ¿Qué te hace pensar que soy tan especial? después de un tiempo lo comprendí, no había nada de especial sobre mí, simplemente era tu forma de ser, tu amabilidad, y deseaba ser la mitad de lo que creías de mí, y ahora me regalas tu corazón, quizás ahora pueda aprender a amar como tú.

Él se alejó de mí y fue hasta la habitación en donde se encontraba mi hermano inconsciente, tocó su corazón y el despertó de su sueño que parecía ser eterno, me abalancé sobre mi hermano y lo abracé como nunca, cuando iba a abrazar a Aiden para poder agradecerle solo me detuvo.

-Por primera vez, haré lo correcto- Él beso mi frente y todo se volvió oscuro.

[***]

Ya habían pasado un par de semanas desde que el Maestro Aiden nos regresó a casa a mi hermano y a mí, volví a la florería, afortunadamente me recibieron gustosas, y en cuando a Esteban, no recordaba que había sucedido, pero decidí no contarle nada, quizás era lo mejor para él.

No volví a ver a Aiden, pero sabía que se mantenía cerca, todas las mañanas aparecían tulipanes azules en mi ventana, jamás podría olvidarme de él.

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