
Capítulo 5
Regalo.
Taehyung suspiró con tristeza, miró alrededor y sintió las lágrimas acumularse en sus ojos. La casa tenía toda la decoración navideña, el hermoso árbol de pino con las luces de colores, las esferas, y la estrella dorada en la punta, las maravillosas guirnaldas sobre la chimenea y en las escaleras, y el infaltable muérdago colgando junto a la puerta. Todo se veía listo para recibir la navidad, pero faltaba lo más primordial en estas fechas, el calor navideño.
La tristeza en el ambiente era abrumadora. Taehyung y Jimin habían estado emocionados cuando enviaron la carta hace una semana, pero la esperanza había languidecido con el pasar de los días. Aún no habían obtenido una respuesta. Y quizás esa era la respuesta, quizás Yoongi no iba a volver jamás.
Se limpió las lágrimas que habían logrado escapar de sus ojos. No podía creer que había perdido al hombre de su vida todo por un simple y estúpido error.
Se sentía exhausto, y más miserable que nunca. Estos últimos días habían sido un infierno. Había echado de menos a Yoongi. Su risa, el brillo de sus ojos, la sonrisa traviesa, su corazón gentil. Jamás había creído cuán profundamente podía meterse una persona en su alma y corazón hasta ahora, pero Yoongi lo había hecho, y estar sin él era una absoluta agonía.
Miró el reloj sobre la chimenea, faltaban dos horas para navidad e iba a ser la segunda peor navidad de su vida. La primera fue el año anterior cuando perdió a Jungkook, pero ésta era aún más dolorosa. Porque el amor que sentía por Yoongi era más grande y profundo.
Se sentó sobre el sofá, y observó el fuego bailando en la chimenea.
Se sentía vacío y sin fuerzas, cerró los ojos y poco a poco se fue quedando dormido.
Observó al hombre durmiendo en el sofá, y sacudió la cabeza. Tal vez no debió esperar hasta navidad para entregar este regalo especial. El hombre reposando frente a la chimenea lucía agotado y miserable. Pero cuando despertara, todo estaría mejor.
Dejó los regalos bajó el árbol, y el presente especial junto al hombre dormido. Le hubiera gustado estar allí cuando el hombre despertara y viera su obsequio.
Muy suavemente dejó una carta sobre la mesita de café, y se alejó otra vez a la chimenea. Las galletas prometidas estaban allí esperándolo, se comió dos, y cerró los ojos mientras las saboreaba lentamente. Sí, en definitiva, éstas eran unas de sus favoritas.
Chasqueó los dedos y el fuego se apagó por un instante. Dio una última mirada alrededor y sonrió. Esperaba que Jimin estuviera feliz con sus obsequios.
Salió rápidamente por la chimenea, y subió a su trineo cargando su bolsa roja. Tenía aún muchos regalos más que entregar.
Taehyung se sobresaltó con el extraño ruido viniendo del techo, y despertó rápidamente. Quedó paralizado unos segundos al notar un cuerpo caliente acostado a su lado. ¿Qué demonios?
Se giró y sintió a su corazón volver a latir otra vez de alegría. Lágrimas de felicidad corrían por sus mejillas. Levantó la mano, y trató de asegurarse de que no era un espejismo. La suave piel rozando sus dedos, le arrancó un ronco sollozo.
—¿Yoongi? —murmuró entre lágrimas.
Observó atentamente a esos ojos gatunos que lo miraban con una sonrisa bailando en ellos.
—Hola —respondió Yoongi mientras sonreía.
Taehyung lloró y se abrazó a Yoongi como si su vida dependiera de ello, y lo hacía, al fin tenía al hombre que amaba otra vez en sus brazos. Sollozos incontenibles llenaron el silencio en la sala de estar.
—Lo… siento… lo siento… —pudo decir entre sollozos. —…te amo… te amo mucho,… y… no… vuelvas… a dejarme… por favor —sus brazos se aferraron fuertemente alrededor de Yoongi, tratando de conseguir que ese maravilloso calor irradiando de su cuerpo, alejara el frío que se había instalado en su alma desde que Yoongi desapareció.
Fuertes brazos lo apretaron y pequeños besos cayeron sobre su cabello, y Taehyung pudo sentir que todo estaría bien. Que podía ser feliz con su familia al fin reunida.
Yoongi y Jimin eran su familia y por fin estaban juntos.
—Shh… ya estoy aquí Tae… ya estoy aquí, junto a ti, y no pienso alejarme nunca más —Taehyung suspiró feliz con esa afirmación, y poco a poco sus sollozos se fueron calmando— Leí tu carta, pero quiero escuchar de tu boca lo que sientes por mí.
—Te amo —susurró junto a la piel del cuello de Yoongi, respirando ese aroma maravilloso que siempre le recordaría a la navidad.
Cerró los ojos y suspiró cuando una cálida mano acarició su mejilla y levantó su barbilla. El calor y el amor brillando en la mirada de Yoongi aceleraron el palpitar de su corazón cuando abrió los ojos.
—Te amo —dijo Yoongi mientras bajaba su rostro.
El beso fue dulce y tierno, labios tomando cálidamente el sabor del otro, acariciando y reconociendo la dulzura en cada beso. Taehyung suspiró, y dejó que Yoongi bebiera de su boca muy suavemente. Se separaron después de varios minutos, con sonrisas brillando en sus rostros.
—¿Cuándo volviste?
Yoongi acarició su mejilla y sonrió. —Hace unos minutos. Mi exjefe me ayudó a venir.
Taehyung se sentó rápidamente, y lo miró con sorpresa.
—¿Santa estuvo aquí? —preguntó con un chillido—, espera un momento… dijiste tu exjefe —murmuró, dándose cuenta del significado de las palabras de Yoongi, lo miró atentamente, y descubrió que ya no tenía orejas puntiagudas y que sus ojos azules ahora eran de un hermoso color café oscuro—. Tus…
Yoongi se sentó junto a él y tomó una de sus manos. —Ya no soy un elfo —murmuró mientras ponía la mano de Taehyung sobre su oreja y lo miraba atento a los ojos.
Taehyung tocó maravillado la curva normal de la oreja de Yoongi, y observó su mirada gatuna conteniendo la respiración. —¿Eso qué significa? —miró atentamente esos ojos gatunos, esperando ansiosamente la respuesta.
—Soy un humano —susurró mientras acercaba su boca—, con todo lo que con lleva serlo. Tengo hasta mi ID que confirma que soy un ciudadano de este pequeño pueblo —murmuró con una sonrisa bailando en sus ojos—. Y volví porque te amo,… te amo más que nada en el mundo.
¡Oh Dios!
Taehyung sentía que pronto tendría un ataque al corazón con tantas emociones embargándolo en ese momento. Yoongi era humano. ¡Un humano! Y eso significaba que podían pasar su vida juntos, envejecer juntos y mirar a Jimin crecer y tener su propia familia.
Se abalanzó sobre Yoongi, tomando su boca en un beso cargado de emociones. Sus bocas se movían frenéticas y hambrientas, y el calor recorriendo sus cuerpos era incontrolable. Cada segundo que pasaba, Taehyung deseaba mucho más a Yoongi. Lo quería. Quería tocar su piel, lamer cada curva de su cuerpo, y sentirlo moviéndose muy profundo en su interior.
—Ven… —murmuró, mordisqueando sensualmente el labio inferior de Yoongi, y tomando su mano mientras se ponía en pie—, vamos a mi habitación. Quiero amarte completamente éstas primeras horas de navidad y de nuestras vidas juntos.
Yoongi gimió, y se levantó, siguiéndolo mientras se besaban cada pocos pasos, brindando caricias bajo sus ropas. Taehyung cerró la puerta, y le demostró a Yoongi en muchas y traviesas maneras, el amor y la pasión que sentía por él en esas largas horas de la madrugada de Navidad.
•Kat🐾
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