Narrador

Yoongi daba vueltas por toda la alcoba, sus pequeños llevaban minutos moviéndose muy bruscamente, y lo lastimaban pero en vez de enfadar lo, lo hacian feliz, el sabía que sus pequeños estaban bien por aquellos simples movimientos constantes o no, pero en estos momentos si quisiera a JiMin junto a el, el podía lograr que sus cachorros se estubieran quietos por unos minutos, pero el estaba ocupado y no podía interrumpir.

Ya muy agotado de hacer lo posible para que sus pequeños estén quietos se sentó cerca del gran ventanal de su habitación y empezó a acariciar su vientre y hablándole cálidamente.

— Mis pequeños cachorritos, detenganse, papi está cansado y con un poco de dolor por sus pataditas, créanme me hace muy feliz sus movimientos por qué se que están muy bien, pero papi está adolorido mis tesoros- hablaba muy quedito que parecían susurros, unos minutos más y los pequeños dejaron de patear.

— gracias mis pequeños, descansen un momento, papá JiMin no debe demorar en venir....- una sonrisita pequeña se instalo en sus finos labios cuando sintió a su sexi alfa cerca.

— saben mis cachorritos, si llegan a ser Omegas sería fantástico, por qué así podríamos nosotros cuatro ir a comparar ropa muy linda y coqueta para que puedan atrapar a muchos alfas- en eso escucho un leve gruñido y la puerta abrirse.

— Nono y no, si son Omegas ellos o ellas tendrán prohibido salir, y se vestirán con ropa muuuy grande- dijo JiMin simulando estar enfadado.

— pero alfa, no seas celoso ellos deben de vestirse como a ellos les guste- vaya su plan iba a la perfección.

— Nono, ellos se vestirán como gusten hasta que yo muera, y además siempre estarán rodeados de muchos hombres para protegerlos si no estoy yo a su lado, pero si son alfas, ellos estarán siempre a tu lado para cuidarte, pero ahorita no es momento de pensar en eso, es muy temprano- con eso dejo un beso en los bellos labios de su pareja, escuchando en leve gemido.

— Alfa- sus ojos estaban en un azul celeste y el alfa respondió.

— omega- los orbes de aquel alfa se tornaron grises respondiendo al llamado de su bonito Omega.

JiMin haciendo memoria del repentino cambio de su Omega, y lo supo al ver el calendario, su Omega estaba en celo, y eso quiere decir que el suyo se adelantará, maldición, intento quitarse de los exquisitos labios de su Omega y escuchando gruñidos y susurros de no alejarse, los ignoro y fue por su celular, llamando a su querido amigo NamJoon.

— No preguntes nada solo escucha, salgan todos de la casa y vayan a la que está cerca de las bodegas, YoonGi a entrado en celo- eso basto para poder colgar la llama y en cuestión de segundos cuando recibió un mensaje diciendo que todos se habían ido, se dispuso a devorar, morder y lamer ese par de delgados labios que siempre le hacían andenes de ser besados.

Así pasaron los minutos, solo entre beses desenfrenados, y separándose leves segundos cuando su respiración se agotaba, pero volvían a unirse, sintiendo desesperación el Omega hizo un amago de querer más, y su señal fue entendida, JiMin se acercó más a su bonito novio y rozó sus miembros por encima de la ropa, aquellos pedazos de carne dolían, dolían como el infierno y aquellos pequeños roces hicieron que ambos deliraran.

— Ji... JiMin, ahg- se colgó del cuello de su alfa y atrapó sus labios entre sus dientes, mordió y chupo aquellos hasta dejarlos rojos e hinchados.

— Oh maldición, controlate omega, no puedo ser como siempre, nuestros cachorros- usando la voz que solo a usado con sus enemigos dió una entendible señal de que saltase para poder tener sus piernas al rededor de sus caderas.

— mgh... Alfa, Jo... Jodeme como sabes.. ha... Hacerlo, mierda- por la crecido de su vientre sus roces no eran constantes cómo les hubiese gustado pero eran satisfactorios.

JiMin como buen alfa que es, obedeció a su Omega, pero lo haría siendo cuidadoso, si su lobo estaba por tomar el mando pero eso no quiere decir que permitirá lastimar a sus cachorros. Con toda la delicadeza del mundo dejo el cuerpo de su novio, dejando cortos beses en sus mofletes, labios, nariz, frente, ojos y barbilla, levantándose y ver desde una distancia aceptable todo lo bello que tenía solo para el, se volvió a colocar encima de su Omega y fue retirando la primera prenda, un suéter de lana color blanco algo ceñido a su pancita, después dijo bay a sus pantuflas de kumamon, para así poder retirar sus holgados pantalones de tela color negro.

Grande sorpresa se llevó cuando noto que su angelito no llevaba ropa interior, se lamió los labios cuando sintió el olor del poco lubricante que se extendía a lo largo de sus largas piernas. Oh maldición eso no ayudaba en lo que tenía en mente, colocandose de nuevo encima de su pareja capturo con sus labios uno de sus botones cafecitos y jugosos, que por el embarazo habían tomado ese volumen que los hacía más exquisitos, con unas de sus manos acariciaba el pequeño pene arrebatándole así un glorioso gemido.

— Mierda Park- dijo sientiendose algo mejor al recibir atención en su hombría.

— esa boca bonito- se enderezó y golpeó levemente el miembro de su acompañante- di, discúlpame alfa- sabía cómo poner a su bebé a prueba y al contrario no le molestaba.

— per.. perdón al.. fa- ese es un gusto culposo que descubrió entre tantos encuentros que tuvieron. Sonriendo el alfa acepto aquello y siguió con su trabajo en aquellas zonas  encantadoras para el.

Con la mano donde acariciaba el miembro de su pareja colocó su dedo pulgar en la cabeza de aquel sin hueso, y daba leves apretones, con su boca succionaba y mordía ese botoncito, y YoonGi estaba que sentía que explotaría en cualquier momento, se quería correr, esa sensación de hormigueo en el vientre, el clavar las uñas en las sábanas y morder sus labios para resistir hasta que le dieran la aprobación lo mataban.

— Me.. me correré, alfa quiero- sus ojos se pusieron en blanco al terminar por qué sintió un apretón en su uretra- joder- sabía lo que se vendría no sería bueno, su miembro se libero y era la aprobación que necesitaba, chorros salieron disparados manchando el abdomen de su alfa y parte de su pancita, los ojos de su alfa estaban en un tono gris, pero en diferente tono un gris muy claro haciendo entender que estaba furioso por la grosería, en fin, no le gustaba tanto caminar.

En aquí la otra parte de su maratón mis mandarinas preciosas.

2/6