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04- Metamorfosis


Cuando Giyu llegó a la casa de glicinias llamaron a un doctor para que atendieran la joven, la dejo en ese lugar y luego se marchó, aunque volvería después para interrogar a la joven respecto a la lanza nichirin que poseía.

Pasaron al menos tres días y Kotori solo pareció empeorar, no podían trasladarla a un mejor lugar por su estado aparentemente delicado.

Se le habían formado varios moretones en el cuerpo, había llegado casi congelada, tuvieron que sumergir sus manos en agua caliente para que no se formará una necrosis. La abrigaron muy bien y respecto a la fiebre está había disminuido un poco por haber estado toda una noche enterrada bajo la nieve.

La herida en su rostro había sido limpiada y vendada, seguramente le iba a quedar una gran cicatriz.

Se quejaba mucho entre sueños.

Cuando finalmente despertó estaba muy mareada, todo su cuerpo dolía, incluso abrir los ojos dolía, la colcha que abrigaba su cuerpo se sentía pesada como bloques.

Cuando intento moverse un dolor punzante atravesó toda su columna y omóplatos.

— ah!.

Soltó un fuerte grito y un sollozo. La señora encargada de la casa y el doctor acudieron a ella.

— M-me duele...m-mucho...

Dijo con su voz raposa, su garganta estaba seca y se sentía como una lija. Tosió un par de veces y sintió una mano sobre su cabeza, era la ancianita encargada.

— Shhh... Tranquila, estás a salvo aquí... Quédate quieta, no te esfuerces.

Kotori lloro hipando, incluso llorar hacia que su cuerpo doliera... Se quejó mucho cuando la pusieron sobre su costado para revisarla.

El doctor reprimió un jadeo cuando miro la inmensa hematoma que cubría toda su espalda. La joven se había lastimado gravemente, incluso podría tener órganos lastimados.

Miro a la anciana y negó de forma discreta... Las posibilidades de sobrevivir eran pocas para Kotori...y si vivía tendría secuelas de por vida.

Volvieron a colocarla sobre su espalda.

Le dieron medicina para ayudarla a descansar y un poco de caldo para aliviar su garganta lastimada.

Después de eso ella logró dormir un poco más, en sus alucinaciones por el malestar vio a a Ruka, tenía la cabeza descansado en su regazo mientras le acariciaba sus mechones blancos.

— ¿Mami?.

Observó la suave sonrisa de su madre, la única madre que pudo tener en su corta vida... Su expresión se volvió confusa cuando el cabello oscuro de Ruka cambio a blanco, sus ojos carmesí se volvieron grises y su piel aún más pálida.

Parecía otra persona.

Parpadeo cuando una mano paso por su rostro, cuando los volvio a abrir ya no había nadie detrás de ella... Pero había un chico arrodillado a un costado.

Ella lo miro con sus ojos cansados.

— Quien...eres...

Murmuró, sentía sus labios agrietados y la boca seca otra vez.

 
Giyu visito a la joven una vez al día para informarse sobre su progreso, esperando de forma impaciente a que está despertara.

Cuando la anciana le dijo que está había despertado simplemente se metió a la habitación, no le importo los regaños de la señora mayor.

La observó dormir, a simple vista se notaba la belleza escondida bajo el vendaje, había visto cuando le limpiaron el rostro y tenía buenas fracciones, además de que ya no se veía hinchada y demacrada como antes.

Se arrodilló a su lado, la lanza descansaba en una esquina de la habitación con las cuchillas cubiertas por unas fundas improvisadas.

Cuando devolvió su mirada a la joven casi se sobresalta, ella lo miraba con esos ojos azules carentes de brillo, parecía que intentaba atravesarle el alma con los ojos...era un poco perturbador.

— Quien.. eres...

Escucho su voz débil.

— Iba a preguntar lo mismo... Te encontré bajo la nieve... Tenías eso cerca de ti...

Señalo la lanza, kotori fruncío el seño, no había notado que estaba ahí.

— ¿Eres un aprendiz?... Si es así fuiste muy irresponsable,  pudiste morir...

La joven lo miro con recelo, Giyu estaba acostumbrado a ese tipo de miradas.

Entonces un balde de agua cayó encima de Kotori, por un momento había olvidado la tragedia que había atravesado la familia kamado... Tanjiro...¿Tanjiro seguiría vivo?.

— I-intente...protegerlos...b-buscar a-ayuda...

Su vista se nublo cuando sus orbes azules se llenaron de lágrimas.

— ¡Él los mato a todos!.

Empezó a llorar frenéticamente, con el dolor atravesado su cuerpo y alma... Giyu la observó con algo de incomodidad, había presenciado la tristeza de muchas personas que habían perdido a sus familias, pero por alguna razón la tristeza de la joven parecía afectarle.

Jadeó levemente cuando sintió una mano tibia sobre su rostro, que presionaba un pañuelo sobre sus mejillas vendadas... Observó al chico con una mirada confusa.

— Mojas tu vendaje, tienes la herida fresca aún.

Ella lloro por unos minutos más, desahogandose por primera vez después del ataque.

Aunque el dolor empezó a volverse más fuerte de golpe... Sentía como si algo rompiera su columna en miles de pedazos y cuchillas desgarrando su piel.

— d-duele...¡D-duele!.

Giyu siseo cuando la mano de la joven agarro su muñeca, era un agarre muy fuerte.

El doctor y la anciana entraron alarmados a la habitación para auxiliar a la joven que lloraba y gritaba.

— ¡Mantenla quieta!

Kotori empezaba a retorcerse y eso podía lastimarla aún más.

Giyu le puso sus manos en los hombros de ella y la empujó contra el futón... Pero kotori le sujeto los antebrazos y clavó sus dedos contra su haori, amenazando con atravesar su piel.

Empezó a convertirse en un forcejeo mientras el doctor preparaba un sedante.

Cuando se hacerco con la jeringa metálica Kotori ella emitió un grito desgarrador. Giyu jadeo cuando sintió que era empujado, intento aplicar contra peso... pero ella lo estaba empujando hacia atrás.

Su respiración se cortó por un momento cuando sus ojos conectaron con los de Kotori, podía ver las venas hinchándose alrededor de sus ojos... Y los colmillos creciendo en su boca.

¿Acaso era un demonio?

Imposible, cuando la llevo a ese lugar no había reaccionado a los árboles de glicinia alrededor de la casa... Tampoco había sanado por si sola, y desde que despertó no había  intentado comerse a alguien.

Había llegado a un punto donde ella se había reincorporado por completo, su espalda estaba desnuda... La ancianita y él doctor gritaron al mismo tiempo al ver como dos picos se formaban en los omóplatos de la joven.

Como si algo quisiera salir.

Ella emitió otro grito y Giyu observó sin aliento, la sangre salpicó en todas las direcciones... No podía entender lo que veía, dos extremidades rojas emergieron de la espalda de la joven, y de estas empezaron a formarse lo que parecían plumas.

Finalmente Kotori no lo soporto y volvió a desfallecer, colapsando sobre Giyu, este la sujetó y observó atónito las alas ensangrentadas en la espalda de la joven.

Ella no era un demonio...era una criatura totalmente diferente.

Giyu Tomioka recordaba una antigua leyenda que le había contado su maestro... Cuando era más joven y aún estaba en entrenamiento.

A parte de los demonios habían existido criaturas que eran totalmente lo contrario, que habían nacido para defender a los humanos de esa amenaza... Pero eran demasiado nobles para derramar sangre, solo unos pocos fueron lo suficientemente capaces para decapitar a los demonios, y esa debilidad por la vida se convirtió en sus tumbas.

Observó a la joven... Las heridas de ella habían desaparecido, en su rostro solo había quedado una delgada cicatriz y el malestar se había ido.

Estaba tumbada sobre su costado, con las alas desparramadas detrás de ella, la anciana le estuvo limpiando las plumas y la espalda, dejando el blanco a la vista.

Se veía como una criatura demasiado delicada e indefensa... Había enviado un aviso a su maestro para saber si podía recibir a alguien más en lo que informaban a la sede.

— uh...

La escucho quejarse, el sol iluminaba su cuerpo... Había habierto la ventana solo para confirmar que no era un demonio.

— Cuidado... No te levantes aún...

Se hacerco cuando ella se reincorporo.

— q-que paso...

Jadeo y miro sobre su hombro al sentir un peso extraño que la tiraba hacía atrás.

— ¡¿Que es eso?!.

Grito, pensaba que se había convertido en un demonio o algo así.

— Cálmate... No te a pasado nada malo.

Giyu se mantenía tranquilo ante la histeria de la joven.

— Solo sufriste...tu metamorfosis.

Era así como llamaban la transición de esas criaturas.

Kotori no sabía que decir... No sabía que hacer. Giyu le dijo lo poco que sabía.

Ella no podía entenderlo...como podría pertenecer a una raza así...¿Shinjuro lo sabía?...¿Y porque le estaba sucediendo eso en ese preciso momento?.

Se quedó pensando cuando le dieron un momento para asearse después de varios días sin tomar un baño. Era extraño tener alas, pesaban y hacían que perdiera el equilibrio, tampoco podía sostenerlas bien provocando que se arrastran por el suelo.

Luego de algunas horas logro recogerlas contra su cuerpo y mantenerlas ahí.

Cuando finalmente salió del baño observó al cazador de demonios, lo había notado por el uniforme que también usaba su hermano mayor.

— Soy Kotori.

Él le había preguntado quién era y nunca le respondió.

— Giyu Tomioka.

Ella asintió, luego miro la lanza doble.

— No se a quien habrá pertenecido... La encontré bajo las tablas de mi hogar y me la llevé conmigo.

Giyu miro la lanza, Kotori seguramente había tenido algún familiar cazador de demonios.

— Te llevaré con mi maestro, estarás segura allá... Si los demonios se enteran sobre tu existencia podría ser peligroso para todos.

No podía cuidar de ella, no podía ser el maestro de nadie...




Tomioka después de tener en el momento más random de su vida


PERO QUE ESTA PASANDO DOCTOR GARCÍA!?

Quise hacer el momento más dramático, en la otra versión prácticamente fue un power up, la antigua prota era tremenda Mary Sue, no sufrió ni un poquito, le crecieron tremendas alotas y no le dolió ni vrgs

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