𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈: El inicio del fin
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈: ❛ El inicio del fin ❜
La furia comienza a crecer, su sangre se siente caliente y su presencia es arraigada por sus pasos firmes y la ira que emana puede perpetuar el miedo que pretende hacer sentir. Ya no le importa que los Uchiha lo vean caminar por las calles del Distrito Uchiha o de la Torre del Hokage.
A esas alturas no le interesa ser reconocido por otros Uchiha, al final demostró que no era niño idiota que solía ser, que ahora es él dueño de todo lo que conocen y lo que le deben.
Los Uchiha que pretenden detenerlo caen inconscientes cuando aparece en la oficina de Fugaku. Obito traspasa la puerta y el otro simplemente le mira sin ninguna sorpresa. Fugaku siempre ha sido buen shinobi, tal vez de los mejores que ha nacido en Konoha.
—Antes solías tocar la puerta.
—¿Mucho trabajo, Fugaku?
Obito es sarcástico y altanero, ve la montaña de papeles que se asoma en su escritorio, hay una pila en cada lado de la mesa, Fugaku entre sus manos tiene un pergamino. Un aviso.
—Por eso el anciano solía divagar por la aldea sin hacer su trabajo —Fugaku no le quita la mirada de encima y, ciertamente, ser Hokage es un trabajo administrativo bastante pesado para alguien que siempre estuvo en el campo de batalla.
—Me imagino que no estas aquí para darme consejos —Fugaku se cruza de brazos sin expresión en su rostro.
Obito se burla internamente, Itachi es la calca de su padre, tan hermético y serio, con movimientos precisos; Itachi es solo la versión joven de Fugaku Uchiha. Con aquel semblante rígido, el cabello oscuro y cenizo, la mirada penetrante. Es solo una versión más polémica de él.
—¿Qué aldea pide explicaciones ahora?
Obito toma asiento en el escritorio y le mantiene la vista a Fugaku. Ninguno se doblega ante el otro.
—Ya deberías saberlo —Fugaku es concreto, no es de las personas que se dejan manipular solo por obtener un cargo de manera simple.
Fugaku es igual o más racional que Itachi. Obito se jacta internamente porque Fugqku nunca ha confiado en él y de cierta manera lo sabía, sin embargo, ambos trabajaban para el mismo objetivo: reivindicar al Clan Uchiha. Ahora no está muy seguro de tenerlo como aliado y tal parece, Fugaku juega su propio juego. Astuto, piensa Obito.
—La Aldea Oculta entre la Lluvia —Obito es divertido y con su voz llena de satisfacción combinado con sorna.
—No mencionaste que Akatsuki seguía de pie —Fugaku lo sabe, hay más de dos personas trabajando en secreto, no se necesita ser un genio.
—No lo seguía —Obito vuelve a ser serio con una ligera pausa antes de continuar— Pain encontró otra aliada. Esa maldita hija de puta los encontró primero, ahora trabajan para ella.
Por supuesto, Fugaku sabría que se trataba de Pain y sus seis cuerpos detrás del mito de Hanso de la Salamandra, no necesitaba ser muy inteligente para evadir ese detalle en la historia. Pero, ver a Obito molesto por la intromisión de Akatsuki no es un buen augurio.
Obito es una bomba de tiempo.
—¿Por qué pienso que Ino Yamanaka está involucrada?
—En eso te equivocas, Fugaku —no pasa desapercibido para el Hokage aquel tono sutil y venenoso, suave y paciente cuando se trata de Ino— ella no tiene idea de su papel en este mundo, en realidad, dudo que lo vaya a saber. Ella sólo es mi pequeña distracción. Cuando termine todo esto, no volverá a molestarte.
—No subestimes a las personas —es un consejo, decide Obito— lo hice con mi propio hijo y terminó siendo un espía.
—Itachi en ese entonces era joven, —Obito justifica, pero no puede evitar desdeñar la furia que crece con cada segundo que pasa—, Ino carece de algo que se llama ser objetivo. Ella vive en una burbuja, es tentador tenerla entre mis dedos, pero no es más que una parte más de este juego.
—La utilizas y pretendes que yo haga lo mismo. —Fugaku es inteligente y Obito lo sabe—. ¿En qué quieres o pretendes que yo interfiera? Porque te recuerdo que si ella se alió con la mujer de Akatsuki fue tu problema no el mío.
Obito no espera menos. Fugaku aunque no lo demuestre es un hombre que tiene bien cimentados su lealtad y valores. Una parte de Fugaku tiene ese sentimiento de lealtad a la Aldea de la Hoja y con ello a su gente.
—Ese fue un pequeño error —es verdad. Subestimo a Ino y a la maldita de Izanami. Ella de alguna forma se había involucrado por culpa de la diosa, esa no era su tarea y, sin embargo, lo había hecho.
—Tus errores me cuestan a mí —Fugaku lo mira— deja a la niña en paz y concéntrate en lo que provocaste.
—¿Qué deje a Ino en paz? —Obito siente desquiciarse con esas palabras, y en reflejo puede ver a Itachi hablar, por eso olvidaba lo testarudo que es Itachi, es idénticos a su padre—. Tal y como se lo dije a ella, yo la cree, yo fui quien la hizo. Eso no va a resultar, no quieres meterte en problemas.
—Los líderes planean atacar cuando antes por tus actos irracionales hacia ella. —Fugaku es profundamente serio y objetivo—. ¿Crees que no lo notaría? Cada movimiento que has hecho se ha visto envuelto por tu estúpida obsesión por ella. La guerra se desatará porque no pensaste que ella te iba a traicionar con Akatsuki, te confiaste y ella hizo lo que sabe hacer por naturaleza: espionaje. Ahora, que las consecuencias están aquí pretendes que yo solucione tus actos poco sensatos. Ella es hija de Inoichi Yamanaka, eres ingenuo si piensas que no tiene sus narices metidas en esto.
Obito se burla.
—¿Inoichi podría contigo o conmigo? No seas iluso.
—Nunca dije que contra nosotros.
Obito se quita la máscara, pero Fugaku no se sorprende por las cicatrices en su rostro o por otras cosas.
—¿Qué quieres, Fugaku? —Obito entrecierra su mirada.
El ahora Hokage se mantiene firme a sus convicciones. Obito está rayando en lo desquiciado, lo hace peligroso e impredecible. No es que no lo fuera antes, sin embargo, Obito parece tener la cabeza perdida y su chakra lo delata.
Hay veces que el chakra de Obito tiene esa tendencia a lo obsesivo, pero sin serlo y hay otras veces que, es profundo y está completamente alterado.
—Eres un hombre inteligente —Fugaku no tiene prejuicios para hablar su incomodidad— deja al hijo de tu maestro en paz. Deja a la hija de Inoichi.
—¿Te estás acobardando? —Obito pregunta con ese tono condescendiente que suele usar para burlarse—. No dejaré a Ino hasta que ella lo decida. Y tu asqueroso hijo le quite las manos de encima.
—Sí tienes un poco de respeto deja a Naruto —Fugaku comienza a entender un poco— esa fue una de las condiciones por las que tengo este cargo, Naruto y el legado de Minato no se deben tocar. Si tienes un poco de respeto por tu maestro deberías llevarlo a cabo.
—¿Quién crees que fue el causante del nueve colas hace once años? —Obito se jacta y se divierte.
Por su parte, Fugaku endurece su expresión debido a la respuesta, él fue el causante de aquel desastre y por el que fueron inculpados injustamente, la razón por la que casi expulsan al Clan Uchiha de Konoha. Maldito bastardo.
—¿No te gustó? —Obito se inclina hacia el frente para mirar directamente a Fugaku—. No te tengo miedo, no soy Pain y su idea errónea de ser un Dios. Yo puedo manejar el mundo shinobi a mi conveniencia. Y si Naruto o tu estúpido hijo, Sasuke son la única forma, lo haré. Y si piensas entrometerte hazlo, sabes que con un chasquido —Obito truena los dedos— puedo hacerlos desaparecer.
—No puedes controlarlo todo, Obito —Fugaku sonríe— hay cosas que no conoces, hay cosas que no puedes imaginar.
Obito enfurece aún más, Fugaku sabe algo que probablemente cambie la línea del juego, una lucha en esos momentos no es necesaria. Él no se va a ensuciar las manos por la hipocresía de Fugaku. Ya no es ese tipo de persona.
—¿Qué podrías saber? —Obito siente la ira descomunal golpear su mente, Fugaku ríe con autosuficiencia— sea lo que te diga esas patéticas tablas no están a la altura de lo que realmente es.
Fugaku pone atención a la información.
—He visto todo, ni tu, ni Pain, ni tu hijo puedes hacer algo ahora —Obito se levanta de aquel escritorio y mira con desdén a Fugaku— no pretendas jugar conmigo y dile al imbécil de tu hijo que no se le ocurra tocar lo que me pertenece.
Fugaku sonríe más cuando Obito lo encara. Ambos están parados uno frente al otro. La tensión es palpable y capaz de destruir todo a su paso.
No hay nada que provoque más a Fugaku que el bienestar de ambos hijos y de su clan. Aunque Obito sea un Uchiha, es de temer, Obito es un jodido hijo de puta.
—¿Todo esto es por qué Itachi o Shisui se acostó con Ino Yamanaka? Te creía más inteligente —Fugaku se burla descaradamente cuando el rostro de Obito se desencaja—. Eres patético.
Obito en un movimiento que Fugaku puede leer, sin embargo, es bastante más rápido y ágil de lo que su propio Sharigan logra visualizar. Tiene a Obito y así misma chocando un kunai cada uno. El sonido del metal se escucha como eco y definitivamente es algo que no pretende ocultar.
Ambos están cara a cara.
—Déjate de estupideces —Fugaku esta enojado pero su rostro no muestra ningún tipo de emoción— lo que sea que tu mente enferma esté pensando no involucrará a ningún Uchiha.
—No te queda amenazarme.
—No eres nada sin nosotros —Fugaku es claro— te jactas que Ino Yamanaka la creaste tú, que debería agradecerte de rodillas —Fugaku activa sus ojos— pero no te olvides que sin este Clan solo serías la sombra de Madara, que sin nosotros y con nosotros no hiciste nada.
—Tú no sabes nada. —Obito también tiene su sharingan activado, cualquier movimiento en falso de ambos y pueden desatar un terrible caos.
—Recuerda Obito —Fugaku tiene un aviso o una alerta— que a pesar de omnipotente que te creas siempre fuiste un eslabón débil dentro de nuestra élite.
Obito sonríe y desaparece dentro del mismo remolino que lo hizo a parecer por el pasillo.
Es inteligente, piensa Fugaku. Obito necesita más de todos los involucrados de lo que él mismo piensa, de una extraña forma los respeta y los dejará vivir hasta que hayan cumplido su objetivo.
Fugaku no pasa desapercibido la información que reveló Obito. Si las tablas del Santuario Nakano no sirven de nada...
Entonces, ¿Quién le dio ese poder a Obito Uchiha?
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—¿Se divirtieron anoche?
Ino parpadea un poco para poder ver el reflejo de Shisui detrás de ella. Él espejo es amplio y puede ver aquellos ojos oscuros con un poco de diversión. Se mantiene con su cabello húmedo y la toalla a medio secar.
Ino sigue viendo el reflejo y las mejillas le arden, no lo dice abiertamente, pero la noche de anoche es un poco borrosa y los pequeños recuerdos con Itachi la hacen temblar de pies a cabeza.
—Eres un pervertido —murmura Ino amarrando su cabello en su clásica coleta alta.
Mira su reflejo por quinta vez en ese rato que lleva. Su ropa morada está un poco ajustada y aprieta en sus muslos y espalda. Supone que es el efecto de pasar cierto tiempo en el pasado, por mucho que aquella mujer loca diga el tiempo sigue avanzando y ella ya no pretende creer que tiene dieciocho años.
No teóricamente.
—No me invitaron —Shisui ríe se ve tal y como lo conoció, tan irritable y coqueto— no soy celoso Ino.
—Pero Itachi sí —ella guiña el ojo divertida.
Shisui arquea la ceja un poco confundido, sin embargo, el sonrojo de Ino la delata. Shisui ríe nuevamente, pero ahora de forma escandalosa y no puede evitar no verse demasiado divertido con la situación. Es decir, Itachi nunca ha sido demasiado expresivo y ahora sabe que las marcas moradas en el cuello de Ino son el claro ejemplo de que es una persona diferente.
Es algo así como posesivo.
—Itachi no siente celos de mí —Shisui la mira intensamente a través del espejo.
Cualquier se sentiría extraño o notaría con ojos peculiares aquella relación. No obstante, Shisui es fresco, divertido y cínico; Ino piensa que es una forma de evadir su próximo destino y de una forma humana expresar agradecimiento.
Porque Itachi ama a Shisui y Shisui ama a Itachi.
—No seas un idiota —Ino sonríe con esa sonrisa altanera con la que denota su propia autosuficiencia cuando hace algo de lo cual se siente orgullosa.
—No lo soy...
Shisui coloca su mano sobre la cintura desnuda de ella y recarga su cabeza sobre el cuello de Ino. Aspira el aroma a flores y suspira cuando ella acaricia sus cabellos rebeldes, cierra sus ojos en calma y sonríe porque parece ser que esa conexión no pretende irse. Shisui respira sobre su cuello. Ino se estremece, pero sigue teniendo aquella sonrisa altanera.
—Itachi me preocupa.
—Es normal —Shisui también sonríe y sabe Ino que lo hizo solo para molestarla y hacerla temblar de pies a cabeza. Porque al parecer la muerte inminente lo hace perder el tiempo— para él esto es nuevo.
—¿Nuevo? —Ino está confundida.
—Todo lo que tenga que ver con sexo es nuevo para él —Shisui la mira a través del reflejo y los colores suben de cuello hasta las mejillas de Ino— no te hagas la santa.
—¡Eres un patán! —Chilla Ino con fuerza y cubre su cara con sus manos en señal de vergüenza.
—Vamos, te he visto desnuda, —Shisui parece no tener alguna clase de filtro, pero su expresión se suaviza cuando coloca su mano sobre el hombro de Ino en señal de apoyo—, lo que quiero decir es, él no ha tenido una vida tan normal como la tuya o incluso la mía, a Itachi no le dieron tiempo de crecer y si lo hizo en tu futuro debió ser extraño y poco agradable. Itachi no es muy expresivo y eso lo convierte en blanco fácil de confusión.
—No me ha dirigido la palabra desde la mañana —Ino encara a Shisui y está solo un poco decepcionada. Sus ojos reflejan confusión y quizás temor en ellos.
—Es normal —Shisui no se ve preocupado en absoluto— para él lo que sea que haya pasado lo descoloca un poco —Shisui se siente relajado y no pretende que ese sea un problema— eso es todo, no cometiste alguna indiscreción o algo por el estilo.
—Pensé que Itachi sería más... amistoso —Ino se muerde la mejilla por lo ridículo por no decir estúpido que suena eso.
—Él solo necesita poner en orden lo que siente y hace, —Shisui se recarga en la pared para contemplar el sonrojo de Ino, ella realmente no sabe que hacer porque nunca había estado en una situación así— no debes avergonzarte, Itachi entiende las cosas a su manera... todos lo hacemos.
—Siento que fue un desastre —admite Ino y golpea su frente con la mano— Shikamaru tenía razón cuando dijo que no debía tomar de más...
Shisui comienza a reír hilarante por la información. Ino no es una persona que no sepa tomar, puede entender mejor que su estado de ánimo se viese reflejado en eso. Y personalmente, tampoco piensa que haya sido algo ridículo.
Solo eran un par de jóvenes comportándose como lo que son, jóvenes.
—Habla con él...
Ino asiente con la cabeza cuando siente la calidez golpear con fuerza su red de chakra. Asombrada y con ojos abiertos, dirige su vista hasta Shisui quien de igual forma se ve bastante asombrado.
Ambos miran hacia la ventana para vislumbrar la a Itachi sentado en aquel extenso mar verde que hay fuera de la casa.
—No, tú debes hablar con él —Ino menciona— no es bueno cuando aparece, debió pasar algo.
Shisui no responde y solo desaparece de su vista. Una sonrisa se quiere aparecer en su labios, intenta reprimirse porque reconoce esa firma de chakra, es inconfundible, su cuerpo se tensa y la calidez que siempre la embarga golpea su red de chakra.
Espera paciente a que la calidez baja y cuando lo hace se percata de una foto a sus espaldas.
En el buro que ahora tiene algunas de sus pertenencias hay detrás de una caja de música, una foto. Se acerca a paso lento y es entonces, que puede visualizar de quienes se trata.
Es una foto vieja y polvorienta, el cristal está roto, pero la foto aún se encuentra en buenas condiciones. La madera del retrato está húmeda y supone que es por el tiempo. Sin embargo, no es el estado de esta si no las personas en ella.
—Obito... —murmura y reconoce al Uchiha en ella.
No puede reconocerlo por su actitud si no por su inminente físico. Su cabello rebelde, su vestimenta naranja y aquel dulce rostro lleno de ingenuidad y torpeza que le hace recordar a Naruto. Sus gestos animados, sus grandes ojos dando un aire más aniñado y sobre todo de aquella energía que puede transmitir la fotografía. Una castaña. Su sensei. Y Kakashi Hatake.
Es irónica la vida, Kakashi el maestro de Naruto y shinobi de élite siendo el compañero de equipo de Obito.
—Naruto... —murmura de nuevo Ino.
Recuerda vagamente aquel día en el que Obito la arrastró hasta la Cuarta Guerra Shinobi. Naruto siempre con ese ímpetu que no puede pasar desapercibido por nadie, con esas ganas de vivir y de cambiar a aquellos que desean destruir al mundo. Naruto es un alma cálida que ilumina a todos.
Si el destino es caprichoso tenderá a repetir la historia y que Naruto Uzumaki sea quien pueda dar paz a ese mundo lleno de guerra.
—Tal vez solo tal vez, si pudiera hacer algo diferente, sería ayudarte a terminar con eso —Ino siente una pena enorme al acariciar al solemne Obito en el retrato.
Observa a través de la ventana a Itachi y Shisui.
Espera, con toda la convicción y voluntad de fuego que tiene, poder ser mejor que el pasado.
Poder cambiar aunque sea algo.
En especial, evitar la muerte de Itachi.
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—Tú debes saber más de sexo.
Itachi lo mira de soslayo sin levantar la cabeza. Shisui comprende porque Ino se siente tan afectada por ese Itachi. Es parecido a su yo más joven, estoico, inexpresivo y con aire bastante más maduro que lo hace pasar desapercibido.
—A veces olvido lo irritante que solías ser —Itachi expresa con calma. Está apoyado en la corteza de un árbol, con su pierna flexionada hacia arriba y su brazo apoyado en ella— descarado, es la palabra correcta.
—No digas que no me has extrañado —Shisui lo mira con esa expresión de sabiduría que emana—. Apuesto que, tú sí te has divertido.
El tono sugerente y la ceja alzada hacen a Itachi sonreír bajo el cuello alto de su vestimenta. Shisui es igual de irreverente a como lo recuerda.
—No creo que te sientas tan interesado en mi vida sexual. —Itachi lo mira sin alguna expresión de molestia—. ¿Por qué pienso que hay un consejo que no estoy pidiendo?
Shisui se acerca y se acuesta cerca de Itachi para poder hablar mejor. Mira el cielo al medio día y sabe que no hay mejor momento que estar con su mejor amigo sin ninguna preocupación.
—A pesar de ser la misma persona —Shisui comienza a explicar con ese aire determinado y un poco ansioso— los hechos no han sido de igual forma. Eso te hace diferente en lo irónico que eso pueda sonar.
—¿Por eso te importa mi vida sexual?
Shisui ríe un poco e Itachi sigue siendo esa versión joven y un tanto inocente. Es exactamente igual, con el tono de voz más rasposo y profundo.
—Digamos que, no has llevado las cosas de la mejor forma —Shisui es quisquilloso y sonríe abiertamente como solo Shisui parece comprender la inseguridad de Itachi.
—Me conozco —Itachi responde con extrema calma— y los nervios provocados siguen en mi sistema, además —coloca sus dedos sobre su cuello y presionar sintiendo un ligero dolor acompañado del pequeño aroma de jazmines— sé exactamente que quieres decir. Es la memoria emocional.
Shisui se encoge de hombros quitado de la pena.
—Solo digo que, Ino se preocupa y seamos sinceros, no eres muy abierto con eso —Shisui lo mira y sabe que habla en serio— en unos días empezara la guerra y no quiero que mueras virgen.
—No soy virgen.
—¿Quién diablos fue la afortunada y por qué no me enteré?
Itachi sonríe porque Shisui sigue siendo tan él. Un cínico y desvergonzado.
—Porqué estás muerto y mi compañero de Akatsuki no es un gran líder moral.
—Un punto a considerar —Shisui le guiña el ojo y con un cambio de actitud expresa:—Debe estar pasando algo para que decidas gastar tus reservas de energía llegar hasta aquí —Shisui es tan relajado y toma asiento a su lado— Ino te tiene muy estudiado.
—Estoy agonizando —responde Itachi con calma— y él se dio cuenta de su ausencia. No tardará en encontrar respuestas.
—¿Hay un Madara en el futuro? —Shisui pregunta y su sonrisa se ve interrumpida con el rostro serio.
—Yo pensé lo mismo, que sería la versión de nuestro futuro —la sonrisa de Shisui se ensancha porque nuestro hace referencia a él y a Ino— pero tal parece que no es así cómo funciona.
—¿Cómo pasó? —Shisui comienza a idear en su cabeza. Porque si hay dos enmascarados, quiere decir que es algo mucho más grande de lo que realmente pensó—. Por eso estás aquí.
—Tuve un poco de ayuda —Itachi lo mira ahora con esa mirada apagada e inexpresiva que tiene— una compañera de Sasuke e Ino me ayudó. Me ha mantenido con vida los últimos dos años.
—¿Han pasado dos años? —Shisui se ve confundido. Y si se trata de dos telepatas ellos ganarían, porque la curiosidad de Itachi se ve reflejada en ese revoltijo oscuro que tiene por ojos—. Ha pasado más tiempo aquí. Además, Ino dijo que una mujer le explicó que ella no envejecería aquí, sigue teniendo los casi dieciocho que tenía cuando llegó.
—¿Una mujer?
—¿No tienes acceso a los recuerdos en este tiempo?
—No funciona así —Itachi lo ignora para poder mirar el cielo buscando respuestas— ya te lo había dicho.
—Era una mujer que de acuerdo con Ino ella fue quién rompió el tiempo para que el enmascarado tuviera acceso al pasado —Shisui se ve cansado y quizás agobiado.
—Él aún no lo tiene —Itachi está seguro porque suele deambular por Konoha y la cabaña en donde se encuentra para verificar su estado.
"Madara" lo quiere muerto de una u otra forma.
—Podría ser una versión más en el futuro, una versión que fue más allá y regresó.
—Podría ser un bucle —Itachi responde y cierra los ojos como si nada de lo que pasará a fuese de gran importancia— robar a Ino una y otra vez. Podría ser, eso explicaría porque él la desconoce hasta entonces, pero tiene una obsesión enfermiza por ella. Quizás todavía no la conoce.
—¿En dos años? Eso no suena a Madara —responde Shisui— tuvo que haberla conocido. Ino desapareció cuando sería su cumpleaños dieciocho, ayer por la noche dijo que recordó que sería su cumpleaños. No en tu tiempo.
—La única solución sería que tanto él como ella son de diferentes puntos en la historia —Itachi se permite disfrutar de su aquel momento, el sol brillante, el cielo claro y su mejor amigo con vida— y la única solución es romper el ciclo.
—¿Cómo saber dónde inicia y dónde acaba?
—Por eso es un bucle —Itachi es silencioso y mira Shisui tan inexpresivo— no hay inicio ni final.
—¿Has considerado todas las formas? —Shisui tiene una mente brillante y comienza a idear algunas cosas.
Con la información de Itachi ahora es diferente y no era evitar otra guerra si no desenmascarar lo que sea que Obito estuviese haciendo. Si algo había aprendido Shisui, es que todo tiene caducidad y aparentemente también las razones por las que lucha.
—Creí que de eso se encargaría Inoichi —Itachi también lo sabe, un mal movimiento en la historia y todo absolutamente todo cambiaría— y desde donde estoy solo puedo esperar.
—Ino está jugando su propio juego —Shisui se ve ligeramente decepcionado—. ¿Por qué sonríes?
—Porqué he visto a la generación de Sasuke, sus compañeros de equipo, su mejor amigo, a Hinata Hyūga y ahora con Ino —hace una pausa dramática— no son exactamente como nosotros, ellos no se esperan a nada de lo que puedan ordenarles, actúan desde su convicción. Me recuerdan tanto a ti.
Shisui sonríe y no puede evitar no tener las mejillas sonrojadas.
—No he hecho lo que desee —Shisui expresa— ese hombre debe tener mi ojo y si intento usar el que tengo. Moverá todas las piezas.
Lo pensaron ambos, Obito parece tener en su poder el ojo de Shisui, esa es una de las claves que tiene, una pieza estratégica para su plan. Pero...
¿A dónde quiere llegar?
—Las bestias con cola no son el problema —dice Shisui cuando Itachi parece buscar una respuesta clara— Akatsuki mueve su piezas y no creo que estén muy ansiosos porque se cumpla su cometido.
—Debió preverlo —murmura Itachi— Akatsuki siempre ha sido un movimiento para algo mayor que he intentado estudiar de cerca. —Itachi presta atención a un punto en especifico—. El enmascarado mueve las piezas del lugar, Pain es su títere, sin embargo, ahora que no necesita de él por qué dejarlos con vida.
La inquietante mirada de Itachi alarma un poco a Shisui. Algo oculta e Itachi tiene una guerra interna por ello.
—¿Qué hiciste? —Shisui pregunta de forma inmediata.
—En mi tiempo —Itachi comienza— me uniré lo que me queda de vida a "Madara" —explica— pensé que Sasuke me daría caza, pero ha tardado bastante, si estoy vivo es por Hinata Hyūga. Ha cuidado de mi salud. Si no he muerto es porque ella no me ha dejado.
Para Shisui es un poco extraño ver la sonrisa sincera que muestra Itachi. Él realmente está agradecido con Hinata.
—Sí que son obstinados.
—Son mejores que nosotros —responde Itachi.
—¿Por qué preguntaste por Inoichi? —Shisui nunca pasa desapercibido ningún detalle, piensa Itachi.
—Hable con él hace un tiempo —Itachi por fin lo mira después de no hacerlo por bastante tiempo— él sabe exactamente qué sucedió con Ino. O al menos tiene una idea. Supuse que la sacaría de aquí antes de desatar el caos. O no lo ha logrado. O espera el momento correcto como nosotros. Hay tanto conocimiento que, no sabría por dónde empezar.
—Llegar al final de esto hasta las últimas consecuencias —finaliza Shisui— ha sido más agotador de lo que pensé. Pensamos que usar el genjutsu sería lo más sencillo para todos, pero solo cubre una parte del problema.
—No creo que no seas útil —Itachi responde sin muchos ánimos— ese fue el trato ¿cierto? Avanzar hasta saber en qué nos metimos.
—¿Nos? —Shisui arquea su ceja divertido.
—No es algo que deje pasar. —Itachi es más ameno, tal vez solo necesita de Shisui Uchiha—. Has hecho lo mejor para todos.
Shisui no está muy convencido. Pero hasta para Itachi el plan de su padre puede ser funcional, no una solución, aunque puede controlar mejor de lo que alguna vez tuvo Hiruzen Sarutobi.
Meter a algunos mandatarios del mundo shinobi en un genjutsu para evitar el conflicto puede ser un poco moral. Pero muy efectivo.
Así es como lo logró, pensó Itachi, en su futuro hubiese funcionado, sin embargo, Shisui estaba (está) muerto y en definitiva los usuarios de las ilusiones no tiene efectos tan duraderos. Una solución óptima de momento, una que consideraron y, sin embargo, no se pudo llevar a cabo. No obstante, Shisui tiene razón: es solo una patética forma de evitar el conflicto y con ello una resolución posterior, y ellos no tiene tiempo.
—Es lo mínimo a lo que tu padre me deja aspirar.
—¿Por qué estás tan molesto?
—Porqué no hemos detenido nada —Shisui se ve cansado— la historia solo tomo otro rumbo. Me dije a mi mismo que mantener las vidas que podemos, pero una Masacre al Clan Hyūga, una guerra con Suna; hemos perdido más de lo que me prometí proteger.
—Debes dejar de intentar asumir toda la culpa —Itachi es comprensivo con su mejor amigo, porque ambos han cargado con demasiado siendo tan jóvenes.
Shisui suspira y menciona:—Solo quedan unos días.
¿Shisui le tiene miedo a la muerte? Claro que no, no lo habría intentado de primer momento, pero ahora las cosas son diferente hay otras perspectivas y muchos cosas que él cómo Itachi comienzan a mirar.
—Te dije que no te enamoraras —Itachi es poco hilarante y supone que por eso Kisame es el miembro divertido.
—Oh, no empieces con eso, me dijiste que estuviera con ella y te eligió.
—Tú la obligaste —explica Itachi, no sabe mucho de la historia, en realidad, no quiere entrometerse en la mente de si mismo para verificar. Pero conoce demasiado a Shisui y a Ino para entender.
—No te hagas el santo conmigo —Shisui entrecierra los ojos— lo deseabas. Aún lo haces. Por eso estás aquí. ¿Has pensado qué le dirás si sobrevives?
—No. —Itachi es tajante—. No existe el tiempo suficiente.
—Estás aquí —responde con obviedad.
—El tiempo se detuvo de una forma extraña —Itachi explica con un aire melancólico que siempre lo acompaña— los sucesos se han detenido por completo. La historia se detiene, Akatsuki no ha encontrado otros jinchuriki, Sasuke sigue buscándome, todos los sucesos que debían pasar se han prolongado por razones que no logro entender. Tengo la teoría que, cuando Ino regrese, todos esos hechos tomarán la fuerza que perdieron. Uno a uno y si Sasuke no me mata, mi enfermedad lo hará.
Shisui asiente y comprende. Tiene sentido lo que Itachi explica, todos los sucesos pasan una y otra vez sin poder detenerlos. A eso se refiere con un bucle, como si todo el mundo dependiera de una maldita persona y supone que es Obito o bien, alguien de mayor jerarquía.
—Está decidido —Shisui se ve extrañamente feliz— esperaremos las últimas consecuencias.
—No deberías sentirte emocionado.
—Algo me dice que, no es el final, y esto no terminara aquí.
Itachi también lo presiente.
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Obito es todo lo que ningún shinobi tiene prohibido ser. Desquiciado, irrespetuoso y romper las reglas como en una vida anterior deseo hacerlo.
La ira comienza a consumir su razón. No es un simple capricho como Fugaku piensa que es, a veces, olvida lo estúpidamente cuadrado que es el Uchiha. Siempre escondido en el odio a Konoha, puede comprenderlo él estuvo ahí, pero el conocimiento es algo inherente al poder.
Y Obito es más poderoso que Pain e incluso puede apostar a ser más poderoso que el verdadero Madara.
A su parecer Sasuke es frágil, debe admitir que Itachi es un gran rival y Shisui de igual forma, pero a Obito le gustan los retos, aquel que se deje manipular menos puede un gran trofeo. Tal vez, por eso se obsesiono con Ino, porque aparentemente es frágil e ingenua, pero ha demostrado ser inteligente y usarlo a su beneficio.
Volviendo a Sasuke, es irrespetuoso, ególatra y de alguna forma inestable.
Itachi se preocupo demasiado por Sasuke en el futuro, para evitar el odio por su aldea o sus allegados y solo ser odiado por él. Pero, Itachi no es un Dios para controlarlo todo.
Sasuke siempre está destinado a odiar a su semejante, Naruto. Sasuke no puede huir de la energía que se transmite desde Indra y mucho menos puede evitar tener ese deseo de destruir a Naruto.
Para Obito aquello es patético, él mismo peleo con su mejor amigo y rival, Kakashi, él mismo estuvo en una situación similar y, sin embargo, carece de la emoción que ahora alberga tener poder y conocimiento.
No es omnipresente u omnipotente pero es un codicioso de mierda qué desea destrozar.
Obito ya no reconoce el amor que sentía por Rin No hará, es un sentimiento básico que tenía porque nadie confiaba en él y aparentemente, Rin lo hacía por mera cordialidad. No era amor, era una codependencia que no llegó a más porqué ella amaba locamente a Kakashi.
Esa vida se ha alejado tanto de él que no puede reconocerse a sí mismo.
Y todo por Ino Yamanaka.
Ella le enseñó sin que supiese cuál era la verdad del mundo, cómo funcionaba y la forma en la que podría ser considerado un todo.
La ama, de una forma nada sana, no en un sentido tan romántico, más bien de propiedad, de pertenencia.
Obito da un vistazo a Sasuke, quien, desea levantarse del suelo, a sus escasos diez u once años, puede sentir su valor y el odio que nace al verse derrotado.
Todas las shuriken traspasaron su cuerpo, Sasuke sigue siendo un prodigio pero nunca a la altura de su hermano mayor.
—Deja de resistirte, Sasuke —Obito habla divertido— solo debes desear y conseguirlo. Debes dejar salir aquel odio que existe en ti.
—¿Qué quieres de mí?
Sasuke no puede levantarse y jadea en el piso por el golpe en el estómago qué recibió de parte de Obito.
—¿De ti? Nada en particular —Obito lo levanta como si se tratara de un saco de papas— no eres tan especial como Itachi, ni eres tan poderoso como Naruto o al menos puedes llamar mi atención como Ino. Solo eres uno más de este podrido mundo.
Sasuke está herido y molesto. Siempre a la sombra de Itachi, de Naruto y lo más patético a la sombra de Ino.
—No te tomarías el tiempo de ser así.
—No seas orgulloso, Sasuke —Obito lo azota contra la pared y lo tiene del cuello para que no pueda huir, Sasuke es solo un niño indefenso— lo que quiero es que destruyas a Naruto. Que pierda el control.
—¿Por qué yo? —Cuestiona el niño con pesar. Todo se trata de Itachi y Naruto. Nunca de él.
—El pensamiento de Naruto es inquebrantable y nada como un igual al destruirlo —Obito se jacta de tener sabiduría— hazlo y yo te daré el poder que deseas.
—¿Poder?
—¿Seguirás repitiendo lo que yo digo?
Sasuke se mantiene callado.
—Destruye a Naruto, rétalo, deja que sea él mismo, haz que todos lo odien —Obito lo suelta del cuello alta y azul que viste— cuando lo hayas logrado yo estaré ahí, haré mi parte del trabajo. Haré que tu padre te vea como un igual, serás un renegado en esta aldea, pero tendrás el poder que siempre quisiste, Itachi vivirá a tu sombra y yo me encargare de todo.
Hay algo en los ojos de Sasuke que parece realmente convencido y otra parte, que siente temor. Sasuke solo es un niño. Obito considero a la manipulación como un reflejo primitivo, pero Sasuke no es exclusivamente muy grande y muy inteligente.
—Lo harás, pequeño Sasuke —con su mano jala del cabello al niño y obliga a que lo mire fijamente—. Descansa, Sasuke.
Obito lo deja caer como si fuese nada, el cuerpo de Sasuke rebota en el suelo y un grito desgarrador se oye en a los alrededores del Clan Uchiha. Un grito profundo, que raspa su garganta y el dolor estrujar su corazón y su pecho.
Las imágenes de la Masacre Uchiha realizada por Itachi. Una y otra vez pasando por la mente de Sasuke.
El dolor, el sufrimiento, mil veces repetidas.
Obito no iba a utilizar a Sasuke, en realidad, era más bien un pequeño plan de contingencia por si las cosas no saldrían como quería, quitaría los ojos a Nagato y utilizaría a Sasuke en su lugar.
Pero ahora es personal.
Fugaku no debió hacerlo personal.
Fugaku no debió anteponer a sus hijos en una guerra.
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¿Cómo sacar a Ino de aquella situación? ¿Cómo hacerlo sin que Obito Uchiha no se entere de sus planes? ¿Cómo explicarle lo que realmente está sucediendo?
Inoichi siente las náuseas regresar a su cuerpo, el dolor de Ino cada vez que se conectan en un vínculo, puede sentir la tristeza cuando está con Itachi o cuando recuerda su vida. No es capaz de sostener su mirada azul como la de su madre para poder ayudarla y hacerla cargar con todo el peso que tiene.
Para Inoichi no ha sido fácil. Ver a su propia hija pequeña de once años caminar con flores o reír con su mejor amiga, Sakura, y después tener que verla en una versión adulta y mejorada. No es fácil verla crecer y ver que el destino le tiene preparado eso.
No. No es para ella. No puede serlo.
Ella estaba destinada a la grandeza de su clan, a su equipo leal el Ino-Shika-Cho, a un amor que podría darle Shikamaru o que encontraría en otro buen hombre. Eso no debe ser.
Ino debe estar destinada a otra vida. Tal vez por eso Hima, lo mira con aquellos ojos azules llenos de entendimiento, de virtud y sobre todo, lo abraza entre sus brazos de forma cálida para hacerle saber que no sabe qué sucede pero que de todos modos lo apoya. O de las bromas sin chiste de Shikaku y una buena comida de parte de Chōza para demostrarle que a pesar de todo, educaron bien a sus hijos para estar lado a lado con su cosmos.
Inoichi cada vez que ve a Ino, odia a Itachi Uchiha. Por arrebatarle la oportunidad a su amada hija, pero se odia a sí mismo por no detener aquello, por ser advertido por el mismo Itachi y no haber sabido llevarlo a cabo.
Se odia por ser un mal padre.
—Inoichi. —Regaña Shikaku al verlo tan abstraído.
Inoichi posa su mirada en el consejo de clanes. Si es que se puede llamar así, porque el dichoso consejo ya no existe. Están los líderes de los clanes, miembros de familias pequeñas y otros integrantes que únicamente existen ellos.
—No es necesario que te vayas, Hiashi —comienza a hablar Kakashi con esa exasperante forma de hablar— estamos en terrenos completamente crueles en estos momentos. La división nos hará susceptibles a un ataque.
Todos asienten ante el punto de vista.
La renuncia del Clan Hyūga es el tema principal. Todos los miembros importantes de la aldea se encuentran en aquella sala cortesía de Shikaku Nara.
—El ataque está en nuestra propia aldea —expresa Ibiki Morino— Fugaku no se tentó el corazón para desaparecer a todo un clan. Nosotros no deberíamos de tentarnos el nuestro para defender lo que quede de Konoha.
—No es tan sencillo como parece —Shikaku más que harto por los murmullos y el conflicto menciona— el Clan Uchiha desde sus inicios ha sido no solo la sede de nuestra policía, ha sido el clan más fuerte de la aldea, no existen los Senju y parece ser que ningún otro clan tiene la fuerza. Estaríamos entrando en una guerra civil —todos prestan atención a Shikaku quién parece ser el único integrante que ve las cosas de una manera más objetiva— una que no ganaríamos.
—Tenemos al niño de las nueve colas —escucha decir a uno de los tantos shinobis que no tienen tanta importancia.
—No usaremos a un niño para ganar una guerra —regaña su amigo Akimichi— este conflicto lo iniciamos nosotros y usar a un niño no es muy bondadoso de nuestra parte.
—¡Por algo tenemos esa arma! —Grita otro y sinceramente Inoichi no piensa darle demasiada importancia, solo son personas con prejuicios y temerosos de lo que pudiese pasar con la aldea. No obstante, puede sentir el asco que le provoca aquellos pensamientos.
—Necesito paciencia —murmura Shikaku con pesar— mucho se habla y no hemos considerado la convicción del clan afectado. Hiashi, por favor.
—Los viejos sabios de mi clan hemos accedido a retirarnos de la aldea —empieza a hablar y a pesar de ser un hombre poco expresivo hay un poco de nostalgia en tan profundos ojos— no es conveniente que sigamos viviendo en una aldea en la que tampoco somos considerados —Hiashi es perseverante y endurece su rostro— el Clan Uchiha nunca lo ha dicho abiertamente, sin embargo, ellos saben que no son bien recibidos en este lugar y tomaron a la aldea por la fuerza. Con amenazas a Hiruzen, con violencia, con temor y quién sabe que otras tácticas, tiene a los mejores shinobi en sus filas. Por el bien de mi clan y mi familia hemos decidido movernos a las afueras de la aldea con una pequeña jurisdicción con Konoha.
—No puedes rendirte —Tsume Inuzuka habla con fuerza, algunos asienten en apoyo— debemos demostrar que ellos no tiene el control.
—Pero ya lo tienen —dice Kakashi leyendo su libro y sin despegar la mirada de él— no tiene caso que peleemos por algo que no ganaremos.
—¿Tú? ¿No eres el que dice que abandonar a un amigo es ser peor que escoria? —responde Genma.
—Kakashi tiene razón —habla Shikaku de nuevo— debemos prevenir el ataque de diversos países, pelear con los Uchiha solo disminuiría nuestro número de personas y no estamos en números verdes para seguir por ese camino.
—¿De qué hablas? —Kurenai cuestiona con aquel semblante tranquilo y lleno de calma que logra llamar la atención de los presentes.
Inoichi y Shikaku intercambian una mirada rápida.
—Inoichi —llama Ibiki con los brazos cruzados. Su compañero de trabajo solamente tiene reproche en su mirada.
—Tenemos al jinchuriki de una cola en el Departamento de Inteligencia —explica Inoichi con ese tono suave que usa para dar una mala noticia.
Los murmullos y las quejas comienzan a sonar por toda la sala, algunos en reproche, otros con miedo, otros están sorprendidos por la información, otros ya lo sabían como Kakashi y hay quiénes no les importa mucho como a Kizashi Haruno con tontos chistes y comentarios fuera de lugar.
—¡¿Y no planeabas decirlo?! —Cuestiona Tsume enfadada.
—Supongo que el cómo no es lo importante —entre las personas se escucha la voz conocida por Inoichi, Shikaku y Choza.
—Asuma —saludan los tres con respeto al hijo del difunto Tercer Hokage.
—Lamentamos la muerte de tu padre —comenta Inoichi cuando Asuma se acerca a paso lento.
Lo cierto es, que lo lamenta, pero todo ese caos no le ha permitido verdaderamente sentirlo. Inoichi está en vigilancia constante.
—Lo sé —responde como agradecimiento.
—¿Dónde estabas Asuma? —Pregunta Kurenai con las mejillas un poco rojas—. Tu padre murió.
—Tenía una misión encargada por el Tercer Hokage —responde Asuma con calma— junto al Legendario Sannin Jiraiya estuvimos investigando sobre una organización criminal que crece entre las sombras llamado Akatsuki —Inoichi mira a Shikaku— había pequeños reportes de mercenarios que se ganaban la vida valiéndose del dinero y la muerte de otros. Hubo rastreo de dinero y otras cosas, llegamos a la conclusión de que cazaran a las Bestias con Cola.
—¿Qué estás diciendo? —Pregunta Hiashi con la idea en la mente.
—Konoha será un campo de batalla —responde Kakashi ante la mirada de Asuma y confirmación de Shikaku—. ¿Algo respecto a los miembros? Si se dicen ser una organización debe haber un reclutamiento.
—Hace un par de años comenzaron a poner sus ojos en las Bestias con Cola, pero algo sucedió —Asuma mira a Inoichi— el líder comenzó a matar a cada uno de los miembros, incluido Orochimaru entre las víctimas —Inoichi desciende su chakra para que el balanceo no llame la atención de algún sensor presente— hubo registros de lavado de dinero, de miembros potenciales como Sasori de la Arena Roja y otros ninjas renegados como el antiguo espadachín, Kisame Hoshikaki. Todos ellos han muerto.
—¿Cómo hace una organización si matas a los posibles miembros? —Cuestiona Gai sin esa radiante sonrisa y su ridículo traje verde.
—Jiraiya investigó de más en cuentas escondidas, espionaje, cosas sin resolver y llegamos a una conclusión... —Asuma da una mirada a Inoichi, no sabe exactamente como tomar aquello—... el clan Uchiha está coludido con Akatsuki.
—¡E-so no es posible! —Grita alguien en la sala suponen es una mujer y seguido se oyen otros reclamos.
Es absurdo, piensan en su mayoría una cosa es el autoritarismo de Fugaku y otro completamente diferente el cazar las Bestias con Cola para obtener más poder, aunque considerándolo eso parece ser una opción viable.
Para Inoichi aquello es una locura y para Shikaku también, saben el problema de ante mano con los Uchiha y Konoha, pero el ser incriminados por el enmascarado... Porqué seamos sinceros: ¿Quién sería el más interesado en desaparecerlos? Es una completa locura.
—¿El maestro Jiraiya? —Kurenai está preocupada.
—Fue gravemente herido por el líder de Akatsuki —menciona Asuma— por suerte Tsunade nos hizo un gran favor al acompañarnos.
—¿Estás seguro de esa información?
—¿Qué quieres decir Kakashi? —Pregunta Ibiki.
—No pueden creerlo todo —Kakashi tan inteligente como siempre, piensa Inoichi—. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no después? Los Uchiha no tienen porque pelear por el control de una bestia, ellos pueden controlar una y yo tengo la prueba de uno de sus ojos.
—¿Acaso sabes algo Kakashi? —Izumo tan irreverente y estúpido como siempre.
Kakashi con su monótona, su andar lleno de cansancio y su ridícula novela con tramas cliché se encoge de hombros y mira sin que nadie se percate a Inoichi. Inoichi agradece en silencio, porque no está dispuesto a revelar la verdad sobre su hija.
—¿Por qué ahora y no hace años después del ataque del Zorro de las Nueve Colas? Cuando fueron casi exiliados de la Aldea, porque les recuerdo que esa información fue susurrada por muchos de aquí cuando se creyó en el control de un Uchiha sobre el Kyubi.
—Kakashi —nombra Shikaku para que esclarezca la información.
—Lo que quiero decir es, si ellos son Akatsuki, por qué no gritarlo a los cuatro vientos —Kakashi se encoge de hombros—no defiendo a Fugaku Uchiha y no estoy con ellos, pero es absurdo que gente con ese nivel de habilidades se mantengan escondidos. Ellos no actúan así, ellos toman las cosas, la prueba es que ahora Fugaku es el Quinto Hokage y no bastó mucho para que lo lograra.
Las dudas comienzan, unos a otros, las fundamentos en sus cabezas, los prejuicios, el odio y la envidia. Todo comienza a removerse en aquella sala, es la naturaleza de los shinobi, destruir todo y construirlo desde el egoísmo e interponer su verdad.
Inoichi y Shikaku se miran el uno al otro.
Kakashi tiene razón la Aldea de la Hoja será el campo de batalla, Konoha contra los Uchiha, los Uchiha contra Akatsuki (lo que queda de ellos), Akatsuki contra el mundo shinobi, el mundo shinobi contra Konoha y los Uchiha.
Aquello será una masacre.
Una que se pudo evitar.
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—Es un mal presagio.
Mira al cielo para ver la gran nube que se aproxima, la luz poco a poco se apaga, el viento comienza a soplar con gran fuerza y la temperatura desciende considerablemente. Es una tormenta, extraño, considerando que se encuentran en pleno otoño.
Itachi mira el cielo buscando respuestas. Shisui se ha ido porque se encuentra demasiado ocupado evitando sus responsabilidad. La verdad, no lo culpa, ser líder de la policía de Konoha es agotador y...
¿Cómo es que Shisui pasó de ser un traidor a ser el jefe de la policía?
Plan de su padre. Mantenerlo cerca.
—Por supuesto que él lo haría.
—Esperaba que fueras más rápido que esto.
Itachi se sobre salta al sentir la cercanía de Ino. Ella lo abraza por la espalda mientras está sentado, se cuelga un poco de él y se soma para dejar caer su largo cabello encima del cuerpo de Itachi. Siente su cabello con aroma a flores inundar sus fosas nasales, puede sentir gustoso su temperatura, irradia calor y vitalidad. Sus grandes ojos azules están ligeramente delineados y tiene ese gustoso labial sabor a frambuesa.
—Ino —saluda él.
Mira a la chica con aquel sonrojo en su rostro y se intenta esconder un poco. Lo cierto es, que Ino sabe que Itachi es Itachi, su Itachi. Tiene aquella simple y suave sonrisa que le hace revolotear, porqué Ino siente su chakra un poco triste y nostálgico, pero verlo sonreír en esas condiciones es terriblemente abrumador. En el buen sentido.
—Mira que hacerme esperar —ella le recrimina como si se conocieran de una vida, como cuando lo hace con Sakura por ser demasiado chillona o cuando Shikamaru es un holgazan y ni hablar de cuando Chōji se come más carne de la que debería.
—Solo descansaba un momento.
—¿Es desgastante? —Pregunta Ino sin soltarlo. Todavía tiene sus manos sobre su cuello y puede sentir su calor corporal, más frío de lo que debería.
—Un poco.
—Te entiendo —Ino le sonríe y esconde su cabeza en el cuello de él— desprenderte de tu cuerpo y manipular otro es agotador.
Itachi lleva su mano hacia la de Ino y roza solo un poco. Lo suficiente para que ella le mire y pueda encontrar un destello de confianza, sus manos son notoriamente más pequeñas que las de él, son suaves, y tiene un ligero esmalte color rosa. Ino sigue siendo tan vanidosa de lo poco que conoció. Acaricia sus nudillos y se siente jodidamente bien sentir sus manos por fin tocarse sin prisas, sin segundas intenciones.
Solo ellos dos siendo ellos dos, con un problema en el tiempo.
—Debe ser eso —él la mira de reojo pero sin despegar su mano de la de ella.
—Mentiroso —murmura Ino.
—¿Ya lo sabes? —que pregunta tan tonta, por supuesto Ino lo sabe mucho mejor de lobque cualquier puede conceder.
—Lo sé —ella dice con una bonita sonrisa— ella me lo dijo.
Ino asiente y no hace mucho por saber cómo lo sabe. Subestimar la relación de Shisui y de Itachi es como subestimar la suya con Shikamaru o Chōji. Confianza.
—No estés triste —Itachi habla cuando Ino deja caer parte de su peso en el cuerpo de él— saldrás de aquí y veras a tus amigos, tu familia, regresaras.
—No me manipules —Ino entre cierra los ojos.
—¿No lo logro? —Itachi pregunta con tal inocencia que Ino no puede evitar reír, verlo de aquella manera tan introvertida y ligera la hace sentir extraña, en un buen sentido. Itachi ha dejado de fingir en gran medida.
—No —Ino se aferra más a él y murmura— no me harás que olvide eso.
Itachi ríe solo un poco y acaricia sus nudillos en pequeños círculos y suele apretujar un poco cuando sabe que ella se tensa lo suficiente para retomar el tema. Sus manos son como un maldito rompecabezas a la medida, se buscan y se encuentran un par de veces cuando el calor desaparece al estar demasiado tiempo sin la otra.
Pasan un momento así, Ino abrazando por la espalda a Itachi y él acariciando su suave mano. Es un tipo de código que entienden el uno del otro.
Solo eso, una simple caricia que sobre pasa el tiempo y el espacio.
—Cuando regreses —comienza Itachi sin dejar de tomar su mano porque es malditamente terrible el vacío que crece cuando se alejan lo suficiente para extrañarse— no me busques.
Ino por fin lo encara sorprendida.
Itachi se ve más alto de lo común y con su cabello más largo, su rostro perfectamente perfilado de un hombre de veinticinco años, puede ver las ojeras más pronunciadas y aquellos ojos tintado de rojo.
Pero no es el único que ve diferencias, Ino no es exactamente como la recordaba la última vez, es más bonita, sus facciones han adquirido aquella madurez que refleja Hinata también, ha pasado el tiempo, su figura más estilizada y desarrollada, su cabello tan abundante y rubio. Su mirada ha adquirido cierta madurez que carecía.
—Debes estar jodiendo.
—Estoy muriendo —Itachi menciona al tenerla tan cerca y con esos profundos ojos azules, son enigmáticos y con aura de misterio.
—¿Solo eso?
—Ino...
—Ya hemos pasado por esto, mucho tiempo —Ino cruza sus brazos debajo de su busto e Itachi desvía la mirada por comodidad de ambos— lo solucionaremos, eventualmente —arremete segura.
—El tiempo está corriendo rápido y entre más rápido pase y al detenerse, puede tomar más fuerza —Itachi menciona con sutileza— además ya han hecho demasiado por mí. Deben encargarse para lo que viene.
—¿Deben? —Ino cuestiona confundida.
—Hinata Hyūga —responde Itachi con calma y tranquilidad.
—¡¿Qué tiene que ver Hinata en todo esto?!
Itachi en verdad quiere reír, pero Kisame en alguna playa hace un par de años mencionó después de un tórrido romance. No seas condescendiente con las mujeres, no te rías de ellas cuando se enojen, es un arma de doble filo.
—Hinata me ha mantenido con vida —Itachi responde, pero no quiere mostrar la sonrisa que se extiende en sus labios.
Porque Ino Yamanaka se ve muy bonita cuando se enoja.
—¡¿Hinata?! ¡¿Qué mierda significa eso?! —Ino se cruza de brazos y pisa fuertemente con su pie el pasto que hay debajo de ella, su ceño fruncido, la forma en la que él mojín se deshace y lo retoma con fuerza.
Ella está muy molesta.
Ino esta hecha una furia. ¿Por qué Hinata Hyūga estaría con Itachi Uchiha? Eso técnicamente es traición a Konoha. Miles de preguntas pasan por su cabeza y otros escenarios no muy emocionantes también, recuerda la sonrisa de Shisui y su ira aumenta. Claro que ese idiota lo sabía, siempre lo supo.
—¡No es posible, me niego a que lo sea! —Itachi la mira sin expresión alguna y ella sigue hablando—. ¡Sakura es Sakura y su enorme frente! ¡Pero Hinata es otra muy distinta!
Ino vuelve a sentirse como cuando era una niña de doce años, con Sasuke de por medio y su rivalidad con Sakura. La furia de ambas se ve reflejada en Ino.
—¿Por qué estás tan molesta?
—¡Claro que no lo entenderías! —Ino tiene la vena de su cabeza marcada, una sonrisa hipócrita y lo señala con su dedo golpeando su pecho incapaz de moverlo.
—¿Entender qué? —Pregunta Itachi confundido. Porque la versión de Itachi confundido es casi imposible de existir, ha vivido tanto que, no tiene sentido que así pase.
—¡Debí suponer que fue Shisui el de la idea! Ese idiota está molestándome.
—¿Shisui? —Itachi está extrañado.
Itachi no lo sabe y a sus veinticinco años no comprende que esta siendo víctima de los celos de Ino Yamanaka.
—¡Por supuesto! —Ino hace un puchero antes de respirar porque siente sus mejillas calentarse del enojo—. ¿Por qué Hinata te salvaría?
—Técnicamente me ayudó sin que yo lo pidiera.
Itachi no comprende nada y solo puede sentir aquel vigoroso calor crecer en sus entrañas, no puede evitar sentirlo y negarlo ya no está en sus condiciones. Le encanta ver a Ino Yamanaka perder la cabeza por algo tan sencillo como lo es Hinata Hyūga.
—¡Como sea! —Ino inhala y exhala—. Debo agradecer que Hinata te haya cuidado este tiempo —dice Ino menos alterada y más a regañadientes que nada.
Itachi sigue tan inexpresivo.
—Debo irme —Ino es tan caprichosa y sus mejillas sonrojas por la pequeña escena la hacen sentir un poco avergonzada con ella misma— papá me pidió que pasemos el día mañana, debe ser que antes de la primer nevada iniciará la guerra.
—Espera.
Ino se detiene con la cabeza hirviendo de enojo.
—Debo irme —Ino no quiere que Itachi vea su enojo y no por no ser problemática, Itachi tiene toda la razón. Está agonizando y no quiere saber más sobre el tema.
Cuando despierta siente el frío de la noches en su cuerpo, siente el helado viento golpear su rostro, el pasto está un poco húmedo y la oscuridad de la noche la abraza. La luna llena está a lo alto y se pregunta, si lo maravilloso de la naturaleza puede verse de cualquier punto en el mundo.
Las nubes bailan alrededor del astro, dándole un toque más lúgubre y oscuro de lo que puede reconocer. Un hueco crece en su corazón. Itachi tiene razón no es un buen augurio.
Se sienta sobre el pasto y poco le importa que su clásica vestimenta morada no sea la adecuada para que frío. Abraza su propio cuerpo y mira a su lado para encontrar a Itachi dormido.
Ino sonríe y el hueco en su pecho se llena de la calidez que siente con él.
—Es un poco extraño ver a la gente dormir —Itachi murmura con aquel tono de voz somnolienta, es mucho más profunda y ahogada de lo que es normalmente.
Ino sonríe muy divertida con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
Itachi sigue ahí, es admirable, piensa Ino sorprendida. Porque la cantidad de chakra que requiere regresar en su propio cuerpo es enorme, lo ha vivido, por eso su padre ahora vigila de sus sueños, para poder mantener presente en ellos. Itachi tiene grandes cantidades de chakra, define Ino.
No ha querido regresar, lo sabe, porque de haberlo querido ya lo hubiese hecho. Eso hace sonreír más a Ino, lo hace por ella, porque es algo que haría Itachi sin pensarlo dos veces.
—Te desmayaste solo quise dejarte descansar —Ino explica sin mucha importancia— es complicado manejar cantidades de energía a través de tu propio cuerpo.
—No estás muy sorprendida.
—No lo hago —Ino tantea el pasto hasta encontrar la mano de Itachi y posar su mano sobre la de él— solamente me sorprende que estés aquí por tanto tiempo.
—No funciona de esa forma —Itachi murmura toma asiento a lado de Ino para poder explicarlo de mejor forma— el tiempo que paso aquí es mínimo a comparación del qué pasa en nuestro tiempo.
Ino escucha paciente y comprende algo. Eso suena peculiar e interesante.
—¿Puedo tenerte más tiempo aquí? —Ino coquetea con una sonrisa atrevida.
Itachi sonríe un poco.
—No necesitas tenerme físicamente —dice él.
Como si fuese la cosa más simple del mundo. Itachi es una persona un tanto simple, no tiene la necesidad de decir demasiado y sus palabras lejos de ser demasiado complejas son más simples de lo que parece. Pero cargadas de mucho significado.
Itachi toma su mano de nuevo en un pequeño camino trazado previamente porque así son ellos, encuentran su camino al otro por muy lejos que estén a pesar del tiempo, la distancia, la circunstancias.
Sus manos se conocen, se recorren, se sienten y el calor que emana la una a la otra es justamente lo que despiertan el uno al otro. Ino toma los dedos de él y los acaricia un poco, sus manos son bastante varoniles, algo callosas, pero con un deje de suavidad qué no existe y, sin embargo, ella es capaz de sentir. De sentirlo solo a él.
Ino puede sentir su corazón acoplarse a los latidos de él, es como si de una forma u otra ambos supieran que se pertenecen.
Itachi es muy consciente de ello también.
Tal vez por eso es que se aferra con fuerza a ella, tal vez es por eso que necesita más de ella, te tocarla y sentir su calor en un pequeño y ligero como lo es el toque de sus manos.
—¿Qué pasara después? —Ino le pregunta a Itachi—. Si logro salir de aquí, porque no es posible detener a Obito...
Itachi tiene en su rostro la sorpresa, con sus ojos abiertos y el entrecejo ligeramente marcado. Ino puede deducir que, Itachi no sabía quién es el enmascarado.
—¿Obito?
—No lo sabías —susurra Ino— pensé que en el futuro él había destapado quién es...
—Madara es Obito —eso comienza a tener sentido para Itachi, de hecho, comienza a tener todo el sentido del mundo.
Itachi no sabe porqué pero comienza a sentir una gran angustia. Mira a Ino. Entonces, comienza a surgir... eso definitivamente no terminara cuando Ino salga de ahí.
—Esto no terminara aquí —como si supiera lo que él piensa ella dice— necesito más de lo que hice aquí. Si Obito está en el futuro podría ser detenerlo antes de que me encuentre.
Ino irradia esa confianza que tiene, pero para Itachi no sabe si eso es algún tipo de beneficio o directo a su muerte.
Itachi le da la razón con un ligero asentamiento de cabeza. Las reglas del juego ahora son diferente, ya no es Madara el jugador o lo que sea que haya querido el antiguo líder de los Uchiha, si no el plan de Obito.
Con ese nombre definitivamente tiene un paso adelante de Obito, tal vez de asegurarse de un plan trazado como el que ha hecho al visitar a Naruto mucho antes de encontrar a Hinata o el haberse encontrado con Inoichi Yamanaka.
Tienen solo un paso.
—Como sea —Ino se encoge de hombros— deberé de investigar tu enfermedad y prepararme para cuando salga de aquí —hay un destello de confianza que no puede dejar de ignorar.
¿Es acaso ese el espíritu de Naruto? Claro que lo es, reconoce en aquellos bonitos ojos azules lo que vio en un inicio en Hinata: deseo por hacer más.
Eso definitivamente sorprende a Itachi.
Itachi sonríe solo un poco, no demasiado, porque está seguro que no recuerda la última vez que se sintió pleno y feliz.
Ino sonríe para poder levantarse del lugar y retirarse. No obstante la mano fría de Itachi la detiene con fuerza, siente lo vacilante de su chakra y no es la toma natural de llegar hasta ahí, es definitivamente, que él desea que sienta lo que lo mismo.
Aún con sus manos unidas y un él tacto con natural, Itachi se acerca con aquella seguridad y porte que la hace temblar de una forma casi enfermiza. Él se acerca demasiado y puede sentir la mano de Itachi rozar su mejilla, el tacto tan sublime, como si fuese una pieza preciosa incapaz de romper. Itachi se acerca para poder tocar su frente con la de ella y así sentirse más de cerca, más caliente y compartir aquel vínculo que exige atención.
Su aroma sigue siendo tan parecido al aroma a un bosque. Ino siente sus mejillas calientes y sonríe cuando él cierra sus ojos con calma, ella también lo hace.
Estar tan cerca de su Itachi es jodidamente transformador si le preguntan. Ella extiende su red de chakra para poder sentir sus emociones a flor de piel: un maldito remolino. Melancolía. Dolor. Sufrimiento. Pero también. Cariño. Anhelo. Arrebato. Amor.
—No te alejes —susurra él sobre sus labios.
—No lo haré —responde con un pequeño balbuceo.
Ella sabe que sería demasiado si hace algún movimiento lleno de irreverencia. Itachi es tan diferente al joven Itachi y tan parecido. Es una extraña combinación de su dolor y de lo que ama.
Quiere sentirlo más.
Lo desea.
Pero Ino es inteligente y astuta si se lo propone.
Ese no será su último encuentro.
Lo sabe. Tan bien lo sabe que, Itachi no piensa hacer algo ni juntar sus labios o hacerla temblar de pies a cabeza, ni demostrar que se pertenecen el uno al otro, no lo hará.
Porqué aquello aún no termina y, por el contrario, es solo el inicio del fin.
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Espero les haya gustado. Me ha encantado escribirlo.
Quiero decir, primero que nada que estamos llegando a los últimos capítulos de esta primera parte.
Han pasado cuatro años aproximadamente desde que inicie esta historia. Puedo decir que ha sido un poco difícil escribirla y que las piezas encajen en su lugar y tener el resultado deseado.
Ha sido un proceso un poco complejo, en los que la inspiración no ha sido mi fuerte, pero aquí estoy siguiendo con esta historia.
Muchas gracias a todo por leerla.
Itachi por fin se ha enterado quién es verdaderamente Madara. Me tarde un poco, lo sé, pero no es tan fácil que él lo sepa estuvo toda la historia sin hacerlo jajaja. Por supuesto habrá Repercusiones.
Por cierto... ¡Sorpresa! Sí es un bucle en el tiempo. Para aquellos que saben de ciencia ficción esto puede ser un caos y bienvenidos al caos.
Cuéntame qué te pareció.
Gracias por leerme.
Nos leemos.
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