𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐕: Un poco más de tiempo
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐕: ❛ Un poco más de tiempo ❜
Para Ino ver a su padre trabajar siempre fue emocionante y la hace sentir bastante orgullosa de que Inoichi Yamanaka es su padre, en líder del Clan Yamanaka. Ella siempre fue demasiado condescendiente con el cargo, no era que no le interesara, solamente que estaba más ocupada intentando ser la kunoichi más bella de Konoha. No era la mejor, pero su padre siempre le enseñó aunque ella no estuviera muy interesada en ello.
Su padre siempre ha sido excepcional.
—¿Cómo conseguiste convencer a Fugaku de esto? —Shikaku peca muchas veces de ser ingenuo. Tiene una sonrisa burlona e Ino ríe un poco. Shikamaru es tan parecido a su padre aunque para él sea bastante problemático.
—Le dije que necesitábamos extracción de información —Inoichi se encoge de hombros restando importancia— dudo mucho que le importe.
Ino mira a su padre con ese semblante serio y poco divertido. Es verdad, a Fugaku no le importa mucho Izumi Uchiha o lo que pudo haber pasado con ella. Él había mandado la orden de que ella fuese sola a sondear el terreno de la Aldea Oculta entre la Lluvia. Había sido planeado, pero no entendía con qué objetivo.
—Fugaku es temperamental —dice Shikaku como una explicación— y sabes bien qué él no va a hacer algo sin un plan. Es un genio, admitámoslo.
—Tú también eres un genio —Inoichi responde y checa si los signos de la muchacha en la cama están en orden, primero su ritmo cardíaco, sus niveles en la sangre y coloca su cabeza con cuidado sobre la cama quitando la almohada— y no por eso mandas a una niña a un lugar como es ese.
Para Ino aquello es personal, decide, su padre tiene un problema con Fugaku y no es para menos, entiende la situación. Francamente, no pensó que los Uchiha fuesen víctimas de sí mismo y su rencor, ella pensó que él Clan de élite sería una víctima más de Danzō y el régimen del Tercer Hokage. Su padre la apoyó y nunca dijo nada, sin embargo, ahora la molestia es latente y como bomba, carece de tiempo para explotar.
—Fugaku no confía en ti —Shikaku contrataca e Ino no puede dejar de pensar que Shikamaru es una copia exacta de su padre, siempre rebelde y en contra posición de las decisiones de Inoichi.
Pero tan leal y protector como solo puede serlo un Nara.
—En ti tampoco —sonríe Inoichi— él cree que estamos conspirando para obtener la información de Akatsuki o el inicio de.
—Hacerlo creer que lo traicionamos es peor que esto.
—Fugaku no dirá nada —Inoichi coloca unas sillas a un lado de la cabeza de Izumi— si los rumores de Ibiki son ciertos, debe estar más ocupado con la audiencia que pidió el país de la Tierra, si desea tomar el control del país de fuego los demás líderes pueden empezar a temer.
—Creí que solo era Konoha —habla Ino por primera vez, su padre la mira con ese semblante serio, aunque Ino puede vislumbrar la preocupación en sus ojos.
—¿Itachi no te lo dijo? —Inoichi es aprensivo con su hija—. Una de las misiones de Shisui fue escoltar al señor feudal y alimar asperezas. Con la salida del Clan Hyūga, el señor Feudal comenzó a tener muchas preguntas y temió una guerra civil en Konoha. Shisui tuvo un papel de persuasión, calmar un poco las cosas porque si el Clan Uchiha desea puede obtener el control no solo de la Aldea, del país completo.
Ino siente el rencor en las palabras de Inoichi. No, Itachi no le comentó y mucho menos Shisui, tenía un par de días que no lo veía, eso significaba sus extrañas desapariciones.
—Bien, no tenemos tiempo para eso —Inoichi se calma y continua— entrarás a la mente de Izumi —Ino le mira confundida porqué mente e Izumi no van juntos en una oración— yo seré una extensión para que no haya un rebote y regreses.
—¿Qué buscaré? —Ino cuestiona y la mirada de su padre pasa de ella a Shikaku en busca de apoyo.
—No buscaras en concreto algo —Shikaku se rasca la cabeza con flojera— solamente buscaras a Izumi.
—Eso no tiene mucho sentido. —Ino entre cierra sus ojos mirando a su padre—. ¿Qué me estás ocultando?
—Tenemos la teoría de que la persona que le hizo esto, lo hizo porque Izumi vio algo o se percató de alguna circunstancia —Inoichi habla con tranquilidad— si es el caso podemos traerla de vuelta y que ver lo que vio, puede ser el enmascarado o una forma en la que salgas.
Ino entrecierra sus ojos aún más, es un tema a considerar, Izumi no tendría por qué estar en esa circunstancia si no tuviera algo que perder. Es decir, ¿por qué tendría algo que estar relacionado con Izumi? Se pregunta Ino.
—De acuerdo —Ino asiente y toma asiento en la silla a lado de Izumi— solo buscarla.
—Haz contacto, lectura de energía y estado mental —Inoichi se coloca atrás de Ino para tocar su cabeza— estaré aquí viendo todo lo que tú ves. Si hay algo extraño, recuerda que no es real, solo encuentra a Izumi... Entraremos en...
Tres.
Dos.
Uno.
El pitido golpea en sus oídos, la conocida náusea golpea en su estómago y la extraña sensación de ser golpeada por el chakra de Izumi invade todo su cuerpo.
La brisa del viento es cálida, el sol está en su punto más alto y la luz no permite que vea específicamente lo que hay frente a ella. Parpadea un par de veces, talla sus ojos y se para en seco de donde sea que se encuentre.
Mira a su alrededor, es la calle más cercana al hogar del Clan Yamanaka, reconoce la barda alta y el empedrado que mando a poner su bisabuela mucho antes de que ella naciera. Reconoce vagamente el aroma a lavanda y a cerezos, el aproximadamente el medio día y los colores vibrantes y hermosos se vuelcan sobre su percepción.
—No pierdas el tiempo —Escucha la voz de su padre en su cabeza.
—¿Estás viendo lo mismo que yo? —No hace mucho caso al regaño de su padre, en realidad, está fascinada con el lugar, es una perfecta calca de su hogar, con detalles que nadie sabría que hay, que ni siquiera Shikamaru sabría—. Es una copia exacta de la Casa Yamanaka.
Ino se acerca a la gran barda en una esquina pegada al suelo, hay un par de plantas que sobre sale del concreto, sin embargo, puede sentir el relieve de esta enorme pared. Cierra los ojos para reconocer lo que alguna vez tallo a escondidas de su Clan. El relieve sigue intacto, pero algo desgastado como si solo hubiese pasado el tiempo.
Sakura e Ino, mejores amigas para siempre.
—¿Cómo es posible? —Ino murmura para sí, pero sabe que su padre puede escucharla.
—Concéntrate, Ino —regaña Inoichi— busca a Izumi.
—¿Un genjutsu puede replicar la realidad desconocida? —Ino cuestiona a su padre—. Son detalles que ella no tendría, no puede tenerlos porque el Distrito Uchiha está al otro extremo de la aldea y ella y yo nunca nos conocimos... Algo no está bien.
Sin esperar respuesta alguna, Ino coloca sus dedos frente a ella y busca el chakra de Izumi. Puede sentir varias firmas conocidas, otras desconocidas, otras que no sabía sabía existían. Todo ser en la aldea tiene presencia en aquel lugar.
—Está en Ichiraku —concluye Ino intrigada—. Me acercaré.
—Debes ser cuidadosa no sabemos si su inconsciente puede percibirte —Inoichi tiene aquel tono severo y preocupado, hay algo entraño, piensa Ino.
No debería de tener lectura de chakra, Izumi no tendría porqué si su padre aseguró que ella y su mente estaban dormidas.
Ino camina entre las calles de memoria, son los mismo lugares, no obstante, tiene aquellos lugares recientes, el puesto de barbacoa que suelen visitar, tiene la remuneración del lugar de un par de meses antes de que ella llegara ahí, está la tienda telas que a Sakura le gusta visitar, está el karaoke donde suelen ir en cada cumpleaños.
Su mente se mantiene ocupada que no se percata que está en la entrada de Ichiraku.
—¡Ino! —Sakura le grita—. Pensé que estarías entrenando. ¡Pasa!
Ino se sorprende un poco, Sakura tiene el cabello un tanto largo y un pequeño flequillo. No tiene tiempo para detenerse, es jalada por Sakura. Extiende su red de chakra y reconoce a Sakura, pero no es Sakura.
—Shikamaru dijo que no saldrías hasta dentro de un rato. —Sakura le mira con una sonrisa—. ¿Por qué me miras así?
—Sueles llamarme puerca —Ino sonríe de forma forzada, es Sakura pero no tiene aquella mirada llena de rivalidad—. Decidí buscarte, ¿está aquí, Izumi Uchiha?
—¿Por qué te llamaría puerca? —Sakura inclina su cabeza un poco.
—Porque así me llamas —Ino parece obvia— pero debe ser que esto es poco real.
—¿Poco real? ¿De qué hablas Ino?
—Esto no es el mundo real, Ino —su padre explica en su cabeza— si alertas aunque sea un poco al inconsciente de Izumi, te expulsará. Actúa normal, no seas una intrusa.
—¡Nada fre... Sakura! —Ino ríe de forma exagerada y muerde su mejilla incómoda— pensé que estaba aquí Izumi.
—¡Lo lamento tanto! ¿Me buscabas, Ino?
Ino la mira y la incomodidad supera su propia expectativa. Izumi se ve bastante mayor a la última vez que la vio, su cabello cae en cascada en su espalda, no porta su banda de regulación, viste una minifalda negra y una camiseta morada con el símbolo del Clan Uchiha, los protectores de las piernas logran hacerla ver más alta de lo que ya es y ni hablar del ligero maquillaje que tiene puesto en su bonito rostro.
—¡Izumi! —llama Sakura e Ino saluda con una sonrisa en los labios.
—¡Hola Ino! ¡Sakura! —Izumi abraza a Sakura e intercambia reverencia con Ino.
—Izumi... te ves... bien —Ino sabe que decir, un elogio suena bastante bien, mientras la estudia.
Izumi se ve radiante, con sus ojos brillando y una comodidad que nunca le había visto a pesar de haberla conocido, se ve más madura, más adulta, más Uchiha. Sus orbes oscuros le regresan la mirada y, entonces, sabe que algo ha pasado.
—Mírate Ino, te ves hermosa —Izumi elogia — tú también Sakura.
—No como tú, ya casi es tu día —Sakura se ve emocionada— mi madre dice que el día de tu boda las mujeres suelen verse muy radiantes.
—¿Boda? —Ino presiente que la respuesta no le va a agradar.
—¡Es de las bodas más sonadas, Ino! —Sakura regaña y extraña un poco la forma despectiva y agresiva de Sakura de decirle cerda—. El heredero Uchiha se casa con Izumi.
—¿Itachi? —Ino sabe que preguntar está de más, se trata de él y de Izumi, no necesita una confirmación. Muerde su labio con fuerza para evitar sentir el revoltijo en su estómago, el sabor asqueroso que le provocan los celos.
Ni siquiera le importa que su padre pueda ver y sentir lo que ella. Repentinamente, se siente malhumorada, terca y sobre todo irritada. Así que esa es la ilusión de Izumi, piensa Ino.
—¡Por supuesto que Itachi! —Chilla Sakura.
—Felicidades... —Ino saca su mejor sonrisa e hipocresía de dónde quiera que pueda tenerla.
—¿Te sientes bien Ino? —pregunta Sakura un poco preocupada.
—Sí, solo que practique bastante —Ino se esconde en la fachada de mujer cansada.
—Lo lamento si te incomoda —se disculpa Izumi— sé que tu relación con Itachi es poco confortable y no pensé que fuese a incomodar tanto.
—¿Mi relación con Itachi? —Eso definitivamente explicaría porque Izumi la mira mucho, o eso cree, no es problema que hable de ellos porque Izumi no está consciente del mundo físico y no su eterno genjutsu.
—Sé que ustedes no suelen llevarse bien y es un poco complicado porque terminaste con Sai hace unos días —Izumi se ve realmente preocupada por ella y su chakra no miente, ella está convencida de lo que habla— puede ser incómodo...
—Por supuesto... —finge Ino con total naturalidad— mi relación fallida con Sai...
—Lo de llevarnos mal solo fue una época.
Ino siente sus mejillas arder y su estómago retorcerse cuando escucha aquella voz. Puede sentir la molestia de su padre a través del vínculo, parece ser que ni en un genjutsu le agrada.
Izumi sonríe ante la llegada de Itachi e Ino se mantiene rígida por su cercanía.
—¿Cierto, Ino? —Itachi la mira fijamente sin pestañear.
Claro que eso puede manejarlo, Itachi es más simple de lo que pueden decir muchos, pero es la versión adulta y misteriosa que está atrapada en el futuro o una muy cercana, es aquella versión que la hace estremecer y doblegar.
—Sí —dice mientras intenta calmar la confusión y el golpeteo de su corazón— fue hace mucho tiempo.
—¿De verdad? —Izumi es entusiasta y con alivio dice:— no sé que habría hecho si tú e Itachi habrían terminado juntos, ambas familias les habría encantado y no podría haber hecho nada contra eso.
La furia de su padre se extiende por el vínculo, el maldice o algo por el estilo, una sonrisa se asoma por sus labios. Inoichi es tan molesto, hilarante y cínico cuando se trata de Ino.
—¿Es divertido? —Itachi pregunta con ese tono oscuro y profundo, hay algo en sí mirada que le parece inquietante.
—Eso no habría pasado —Ino entiende que es la inseguridad de Izumi la que habla, Izumi tenía miedo de perder a Itachi cuando ambos se conocieron— hay otras cosas —Ino sigue tan divertida por lo malhumorado de Inoichi.
Pero la insistente mirada de Itachi la inquieta. Extiende su habilidad como sensor y puede sentir la energía de Itachi, su chakra, tal y como Sakura, él es él con esa firma de energía, pero carece de lo que hace a Itachi su Itachi.
—¡¿Cómo dices eso Ino?! —Chilla Sakura con torpeza.
—La firma es la misma. Encontraste a Izumi —Inoichi habla en su mente hay una curiosidad idónea en su voz— debe ser su inconsciente o su subconsciente donde se encuentra lo que pasó. Búscalo.
—Eso no explica el chakra d Itachi y Sakura ni el de nadie.
Su padre no responde, está pensando.
—¿Sucede algo? —Itachi se acerca a ella para mirarla fijamente, Ino fija su vista en el reflejo del bote de los palillos que está justo frente a ella.
—¿Qué mierda...?
Ino se mira en el reflejo, pronto recuerda a uno de los tantos sueños, tiene el cabello largo muy largo, cae por su espalda, el flequillo le da un aspecto más maduro, tiene delineador en los ojos haciéndolos ver más profundos, labial brillante en sus labios y ni hablar del vestido ceñido color púrpura. Por lo menos la mente de Izumi tiene buen sentido de la moda.
—¡Ino! —Regaña Sakura e Izumi ríe divertida.
—¿Papá? —Ino cuestiona cuando no siente el vínculo con su padre, no siente la molestia, los detalles que Inoichi anota en su mente y ni hablar de los constantes insultos en contra de Itachi.
—¿Estás bien, Ino? —Ino asiente y se irrita cuando Sakura no la llama puerca o cerda—. Estás un poco pálida.
—Debe ser el estrés —explica Inl cuando siente aquel arrastre cuando su mente regrese a su cuerpo.
—Sai es un idiota y que no te preocupes con ir sola a la boda de Itachi e Izumi —Sakura la mira y sigue sin ver ese destello de rivalidad— iremos juntas, puedo hablar con Sasuke, estoy segura que él entenderá.
—Tomaré un poco de aire —dice con una sonrisa medio floja— me duele la cabeza —no miente.
Se sale de aquel conocido local, siente el mareo y un pequeño pitido suena, sin él respaldo de su padre probablemente saldrá en cualquier momento. Respira profunda y lentamente, debe obtener una respuesta si es el inconsciente de Izumi el trauma y lo que sucedió debe estar impregnado en cada elemento de su mente.
—No te ves muy bien —Ino tiembla y la risa melodiosa de Itachi retumba en sus oídos.
—No lo estoy —murmura ella con molestia.
—Te sorprendió la noticia —concluye Itachi y se acerca a ella cuando se recarga en la pared.
—Bastante —Ino saca de su gran repertorio de sonrisas la más vislumbrante, la más divertida de todas— no pensé que fueras de los que se casen.
Itachi la mira fijamente y sonríe un poco, es una media sonrisa, Ino reconoce esos gestos de Itachi un par de años más joven.
—Fueron los sabios del Clan Uchiha —Itachi explica como si fuese lo más sencillo del mundo— debía casarme, Izumi parecía ser la indicada.
—¿Parecía? —Ino encarna la ceja divertida.
—A diferencia de ustedes los Yamanaka —Itachi la mira sin parpadear— los matrimonios arreglados son lo más normal.
—Mis padres fueron un acuerdo —acusa Ino— no todo es cierto.
—Pero dejarían que tú fueras libre.
Ino sonríe porque es completamente cierto, había sucedido en un par de cosas, su padre siempre había protegido a su hija, ella se vestiría como ella quisiera, se entrenaría y especificaría en lo que ella quisiera. La relación con Shikamaru debía estar en otro punto al ser un pacto entre clanes de siglos, pero Ino nunca seguía las reglas impuestas por su clan o por lo menos las más insignificantes.
—¿Matrimonio por conveniencia? —Ino murmuró.
El genjutsu es demasiado hábil, tiene la ligera sospecha que Izumi piensa todo eso, no habría razón para casarse con Itachi más que un matrimonio arreglado, siente una gran inseguridad que Ino e Itachi se sientan atraídos el uno al otro. Es como si ese estado mental hablara por ella misma, deduce Ino.
Aunque eso no explicaría lo otro.
Un paso a la vez.
—Evita muchas cosas si me preguntas.
—¿Ah si? —Ino arquea su ceja divertida—. ¿Cómo qué?
—Citas que salgan mal, acuerdos en relaciones que no están planeados, perder el tiempo con la persona equivocada —Itachi la mira— dejar de esperar.
Ino desvía su vista de él un poco incómoda. Niega un poco y entonces, comienza la búsqueda.
—Suena tentador. —Coloca sus brazos debajo de su busto en son de altanería, si desea información debe ser precavida y lo más natural posible—. ¿Qué me dices de Sasuke?
—Sasuke no necesita un matrimonio arreglado —Itachi parece tranquilo con eso— era el trato entre los sabios y yo.
Ino sonríe porque eso es algo definitivamente haría Itachi con tal de dejar ser a su hermano libre.
—La guerra entonces tuvo sus frutos —dice Ino con total naturalidad, necesita que Izumi recuerde el suceso que la llevó a aquel estado.
Recuerda las enseñanzas de Inoichi, nunca enfrentar el trauma a una persona con poca estabilidad mental y emocional. Está en terrenos desconocidos, no sabe lo que Izumi vivió, cualquier cosa puede alterarla.
—¿Guerra? —Itachi inclina la cabeza confundido.
—Sí, la guerra —Ino comienza a sentir su propia presencia ser arrastrada.
—No ha habido guerra desde la tercera guerra shinobi —Itachi se acerca y toca su frente con sus manos, están bastante cálidas y puede sentir los protectores ANBU en ellas— te ves bastante pálida y estas helada.
—Hablaba de esa guerra, —Ino sonrió e ignoró el calor en sus mejillas—, estoy estudiando a mi Clan, muchas reformas cambiaron después de la Primera y Segunda.
Itachi parece creerle.
—Muchas cosas cambiaron a partir de ellas—Itachi se ve sereno y mira el cielo encima de ellos.
—¡Ino! —Escucha el grito de Sakura—. ¡Entra ya esta servido!
Ino se mantiene irritada nuevamente y roda los ojos con un fastidio inminente.
—Me agrada más cuando me dice cerda —Ino murmura y es que esa Sakura puede ser más educada pero no es su Sakura, la irritable pelirrosa que tiene como mejor amiga y rival.
—¿Qué te diga cerda? —Itachi está confundido y divertido a la vez—. ¿Por qué lo haría?
Ino muerde su labio inferior en busca de una respuesta que no se tan estúpidamente ridícula.
—Ya sabes la rivalidad, Sasuke, cosas de niñas —Ino encoge sus hombros con indiferencia, mira de reojo a Itachi para que la explicación tenga más sentido.
—¿Rivalidad por Sasuke? —Itachi se ve confundido y un poco consternado—. Pensé que tú y Shisui...
—¿Qué Shisui y yo qué? —Ino entrecierra los ojos.
Entonces, comprende que Izumi también vio la relación estrecha que tiene con Shisui o es una forma en la que su inconsciente relaciona una cosa con la otra.
—Pensé que estabas enamorada de él, lo has estado desde que eras niña —Itachi se ve serio, pero con un aire que puede reconocer, hay alerta.
—Juego de niños —explica Ino como si fuese lo más normal del mundo— debemos entrar, nos deben estar esperando.
—Él también te amaba.
—Si tuvimos nuestro... momento... —Ino balbucea ante la mirada tan profunda de Itachi.
Ino siente la presión en su pecho y cabeza, la ausencia de su padre solo da paso a que ella pueda salir sin ser una intrusa en aquel estado de la mente de Izumi. Camina unos pasos para abrir los papeles que adornan Ichiraku a unos pasos está Sakura e Izumi platicando sobre la dichosa boda.
Tiene la intención de acercarse cuando siente la mano de Itachi detenerla. Gira sobre sus pies para encararlo y entonces nota el Sharigan en sus ojos. Las nauseas golpean su estómago, el mareo incrementa y sabe que no queda mucho tiempo hasta que siente el pitido en sus oídos.
Cuando abre los ojos sigue sentada en el mismo lugar que recuerda, la habitación de Izumi justo a su lado. Su padre toca su frente y limpia un poco de su sudor.
—Se rompió el vínculo pero pudiste regresar rápido, quedamos en evitar eso —Inoichi ofrece un poco de agua a Ino y ella la acepta.
—Pude obtener algo de información.
—¿En tan poco tiempo? —Cuestiona Inoichi con verdadero interés—. ¿Cuánto tiempo hubo de diferencia entre él regreso de Ino y el mío?
Ambos pares de ojos azules miran a Shikaku sin pestañear, son endemoniadamente idénticos.
—Un minuto —Shikaku bosteza en son de aburrimiento, pero es solo la fachada.
—Estuve más de media hora después de que se cortó el vínculo —Ino observa— si es un genjutsu es uno muy fuerte y poderoso, el tiempo es relativo y es tan real.
—¿Con qué fin? —Inoichi expresa—. El chakra de Izumi no se siente ahora, está en un fondo recóndito en algún lugar al que tuvimos acceso.
—Es una ilusión para ella, vive en paz, con sus seres queridos, está apunto de casarse con Itachi —no lo dice pero se percata de Shikaku mirando la reacción de Inoichi— todo es tan real e irreal si eso es posible.
—¿Por qué lo dices? —Shikaku toma la palabra.
—Porque ella no conoce a Sakura, no tuvo mucho contacto con Sasuke, detalles en la realidad que ella no debería tener porqué no existen al menos en este tiempo.
—¿Cómo fue que saliste si lograste quedarte? —Shikaku se ve interesado e Ino sabe que está haciendo una hipótesis en su cabeza. Ha conocido tanto a Shikamaru.
—Itachi...
—¿Por qué todo lo que sale mal siempre debe estar involucrado ese Uchiha?
Ino y Shikaku quieren reír, eso sería una mala decisión.
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—Sabía que estarías aquí.
Itachi mira de soslayo a Shisui, recién entra al polvos Santuario Nakano, esta vacío, el aroma a tierra se impregna en las paredes, la humedad de la madera hace aparición. El lugar se ve mucho más viejo de lo que recordaba, han pasado demasiado sin que haya sido pisado por otros Uchiha.
—¿La misión? —Itachi pregunta mientras toma asiento en el piso del lugar, enciende una pequeña vela junto al anochecer.
—El señor Feudal tiene sus dudas —Shisui es directo— fueron corregidas.
Pero Itachi conoce a Shisui y la mente de su padre. Por supuesto enviaría a uno de los mejores hombres que tiene, por supuesto que, obligaría a Shisui a envolverlo en un genjutsu. Ninguno planea decirlo, pero de una u otra forma están de acuerdo con los movimientos de Fugaku Uchiha, no es por menos, pero a pesar de tener problemas en Konoha mantener el caos dentro a estas alturas es lo mejor que pueden hacer.
—¿Cuánto tiempo nos dará?
—Si Inoichi Yamanaka es preciso una semana y días como máximo —Shisui responde porque al menos esa parte no está envuelta en ellos.
Itachi como Shisui son bastante mejor observadores, y sin embargo, hay cosas que no pueden controlar. Su padre ha demostrado confiar menos en Obito "Madara" Uchiha de lo que siempre alegó, aunque sabe perfectamente que una parte de él nunca confío del todo.
Por eso ahora Shisui está a cargo de ciertas misiones e Itachi observa de cerca la aldea.
Todo vuelve a ciertos pasos.
—¿Crees que lo logren? —Shisui es curioso y altanero por naturaleza.
—Deben de... tenemos dos Bestias con Cola en Konoha, el caos es inminente, controlar a ambos puede tener un precio alto —Itachi es ciertamente un poco realista— Inoichi debe terminar esto.
Shisui toma asiento a su lado y jala de su cabello como solía hacerlo hace tanto tiempo. Parece calmado y de cierta forma, hace temblar a Itachi, ha aceptado su destino y ahora solo es cuestión de días.
—Solo unos días —murmura Shisui con calma— es curioso —Itachi presta atención y Shisui le recuerda la primera vez que trabajo con Itachi, la misma mirada inocente y esa curiosidad innata que duele desprender— la vida de los shinobis. Siempre pensamos que nosotros éramos la élite y que podríamos controlar lo incontrolable, ahora no podemos detener lo inminente, siempre nos preocupamos por otros y... ¿Cuándo nos preocupamos por nosotros?
—No era algo que te importara —responde Itachi quitado de la pena— no pensé que te importara, no realmente.
—No quiero sonar presuntuoso, pero tampoco eras del tipo de persona que saldrías con una chica y una muy bonita —Shisui es cínico y se burla en su cara— todavía recuerdo cuando no sabías entablar una conversación con Izumi si no era ella quién la iniciaba.
Itachi desvía la mirada para pasar desapercibido el ligero sonrojo en sus mejillas. Shisui es jodidamente molesto si se lo propone.
—La gente cambia.
—Nosotros no cambiamos, Itachi —Shisui es algo así como bipolar— mejoramos o empeoraron, nunca cambiamos.
—Todo es más sencillo cuando no se trata de nosotros mismos —Shisui ve el reflejo del fuego en los ojos de su amigo, hay un aire de autosuficiencia en sus palabras— es más fácil huir y ser de ayuda para alguien más que arreglar lo que hemos destruido.
—Eso no es suficiente.
Itachi observa como Shisui tiene su mirada en el fuego, Shisui piensa y supone que es su muerte la que lo hace ser tan sabio.
—¿Por qué me dices todo esto? —Itachi nunca se deja engañar—. ¿Hay algo que necesites?
Shisui ríe de forma suave y tranquila, Itachi es sumamente intuitivo aunque no sea capaz de verlo. Supone que tiene algo que ver con su proximidad con Ino. Él no lo nota y duda que sea consciente de eso, pero se ha vuelto más abierto, más sensible, menos Uchiha.
—¿Alguna vez quisiste algo más que no fuese la paz? —Itachi entrecierra sus ojos—. ¿Algo más que no fuese el bien de Sasuke?
—Nunca pensé en una vida que no fuera esta —admite Itachi con el semblante sombrío— ¿Por qué?
—Serán nuestro últimos días o por lo menos los míos. —Shisui se acerca a abrazar a su mejor amigo por los hombros—. Dime algo que quisieras hacer. Algo que sea tan mundano y exista la belleza en ello.
—¿Cómo qué?
—¡Por favor, Tachi! —Shisui es divertido y relajado como solía ser mucho antes de eso, de Ino y del Clan Uchiha—. No te hagas el santurrón conmigo, puede ser cualquier cosa, beber hasta vomitar, comer hasta vomitar, ir a las aguas termales y ver chicas...
—¿Por qué todo tiene que terminar en vomitar?
—Es un decir —Shisui quiere reír por la cara de Itachi, sus ojos abiertos de par en par y el sonrojo en sus mejillas— debe haber algo, y lo haremos. Lo que tú gustes, lo haremos y no miraremos las consecuencias. Solamente haremos lo que dos personas de nuestra edad tiene que hacer.
Pero Shisui suele ser ingenuo en la vida cotidiana, porque Itachi es reservado y tímido. En algún momento, Kisame en un futuro lo intentó: un pequeño burdel de los que conoce mejor que nadie un par de chicas y un Itachi demasiado abstraído en el mismo para comprender el sexo como debía hacerlo.
—Nombra una y lo haremos —Shisui se ve y se siente emocionado— podemos empezar con un poco de sake. Podemos hacer una pequeña parada en un pueblo, beber más, podemos invitar a Ino...
Itachi lo mira fijamente sin pestañear y Shisui aguanta la risa burlona, Itachi es posesivo y celoso.
—¿Qué estás sugiriendo?
—¡Itachi, Itachi, Itachi! —Shisui se acerca a Itachi para abrazarlo y susurrar como si se tratase de un maldito secreto— no me digas que no has pensado en eso.
—¿En eso?
—En el sexo —Shisui ríe divertido por la seriedad de Itachi— si sabes como funciona, ¿verdad?
—En Raíz nos entrenan.
Para Shisui aquello es terriblemente divertido casi asfixiante. Por supuesto, que Raíz preparaba a sus miembros, algunos casos de mujeres eran operadas para evitar embarazos durante misiones de espionaje o simplemente por no ser demasiado precavidos, los hombres raramente eran sometidos al pequeño corte de conductos, sin embargo, Raíz entrenaban a sus miembros con toda seguridad para tener sexo no de una forma educativa o placentera en el autorizado si no como herramienta para obtener información o un favor a cambio.
En el mundo shinobi el sexo es solo una jodida moneda de cambio.
Shisui supone que Itachi perteneció demasiado joven a Raíz por lo que no permitió que entendiera en su totalidad el acto. Fugaku había decidido ser menos primitivo y había quitado aquella ley en Raíz, resulta que, todo movimiento de esa índole sería exclusivamente utilizado para misiones de espionaje superior y en otros casos el uso de genjutsu. Una pequeña mejora.
—No hablo de eso —Shisui se sonroja y rasca su cabeza nervioso— nunca han llegado a más que un beso, ¿cierto?
—¿Por qué te importa?
Shisui nuevamente quiere reír, pero no lo hace porqué Itachi sabe perfectamente lo que sucedió entre él e Ino, porque sabe que no quedó en algo platónico e idealista.
—Tómalo como un pequeño favor que les haré —Shisui se ve emocionado y nada ofendido por la mirada extraña que le dedica Itachi—. Iremos a beber y después me agradecerán.
—Estamos en servicio, no tenemos edad suficiente e Ino está con su padre.
—Tú padre lo entenderá —Shisui se levanta del lugar y sacude sus ropas— estás más cerca de los veinte que de los quince. Ino no abstendrá de una buena fiesta.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Tú hazme caso —Shisui da una mano a Itachi para levantarse del lugar— yo sé lo que te digo.
Itachi no confía mucho.
Pero qué más da.
Vida solo hay una.
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—¡Esto es genial! —Ino grita con emoción.
Shisui ríe encantado e Itachi sonríe un poco. Claro que ninguno sabría que Shisui los llevaría a uno de los bares más desconocidos y exclusivos a las afueras de Konoha. Sólo se habían aparecido junto a Ino con una pequeña invitación.
—¡¿Cómo conseguiste entradas?! —Ino pregunta completamente extasiada—. La frentona y yo intentamos reservar una mesa y tuvimos que esperar dos meses para obtener una.
—Supongo que es mi encanto.
Shisui es un poco presumido al respecto. Claro que no va decir que es un pequeño favor que le debe el dueño al que le salvo la vida tres veces porque estaba siendo extorsionado por alguno que otro maleante para tener su club privado en pie. Una de las más sencillas misiones de Shisui, pero de las más fructíferas.
—Entremos —dice Shisui.
El lugar es bastante amplio a las afueras de Konoha. Es un gran edificio, hay luces de colores, aroma a alcohol, música nueva y desconocida para shinobis y que sin embargo es conocida por ciudadanos y aldeanos, cuerpos sudorosos bailando y cuerpos unidos a través de besos fugaces.
Los tres caminan entre las personas, pero no para pasar a alguna mesa en el primer piso, si no para subir unas escaleras. Ino chilla emocionada y con todo lo que conlleva aquel lugar.
Al subir al segundo piso pueden ver a mujeres bailando y a otras vestidas con vestimentas tradicionales. Hay algunos hombres y mujeres en mesas privadas con botellas vacías y algunos juegos de cartas.
El dueño sonríe cuando señala uno de los asientos privados, rojos de tela extremadamente costosa, una mesa al centro y una botella de sake llena, tres vasos en el centro.
—Gracias, señor —agradece Shisui cuando llegan al lugar.
—Es lo único que puedo hacer por salvarme la vida tres veces y mantener mi negocio a flote —el hombre es robusto y con lentes— disfruten su estancia, jóvenes y señorita.
—¡Muchas gracias, señor! —Ino se despide desde la lejanía del hombre que ríe ante encantadora chica.
—¡Esto es imposible! —Ino abraza a Shisui y él corresponde el gesto.
Ino toma del cuello a Shisui y lo atrae a sí misma, el abrazo es cálido y reconfortante, Shisui toma la cintura de Ino y la acerca más.
—No es nada, Ino —Shisui sonríe— hoy solo seremos nosotros tres.
Shisui sirve los primeros tragos.
Itachi agradece en silencio. El alcohol definitivamente no es su mejor amigo, se siente abrumado y mareado, esta seguro seguro si pudiera verse tendría las mejillas calientes y sonrojadas. Es un poco surrealista la experiencia.
Nunca había vivido una experiencia similar, su vida se basaba en ser un shinobi de élite y parece ser que Shisui por mucho que fuese un poco más libre se veía extremadamente ebrio para sí, divertido, agradable y extrovertido.
Shisui coquetea con la mesera para que traiga tragos gratis. Itachi niega divertido porque él es lo suficientemente cínico para sonreirle a la chica y hacerla sentir especial. Cuando ella desaparece Shisui vuelve a ser Shisui, con una sonrisa bobalicona y habla de cosas sin sentido.
Por otro lado, mira a Ino, ella se ve como pez en el agua. Ella sí que va reparada para la ocasión, un pequeño vestido púrpura ceñido y brillante, un escote sencillo asimétrico y unas sandalias blancas, su cabello suelto y su flequillo adornando su cara, un poco de maquillaje. Ellos, ni siquiera conocen el código de vestimenta, algo civil y ordinario, no demasiado efusivo como los presentes y con típico color negro.
Ino bebé y vuelve a beber.
—Esto en definitiva no lo esperaba de ti —Ino señala con el dedo a Shisui y sus palabras se arrastran— me hubiese ahorrado muchas filas si estuvieses vivo en el futuro.
—No lo creo —Shisui esta ebrio y también arrastra las palabras— a las chicas bonitas siempre les regalan tragos —Shisui guiña el ojo.
Itachi es extraño, solamente mira a Shisui desenvolverse de la forma más natural que tiene, Ino no parece incómoda y por el contrario solo ríe con las mejillas sonrojadas.
Itachi no sabe si es por el alcohol o por el desconocido ambiente, pero siente un poco de incomodidad cuando Shisui suele ser coqueto y obstinado con Ino. La fierecilla renace cuando la pretende mantener dominada y dormida.
—Eso no sirve de mucho —Ino encoge sus hombros— los tragos suelen ser cortesía por Hinata... ¿Qué estará haciendo Hinata? ¿Ya se le habrá declarado a Naruto? —Ino está muy ebria y parece demasiado cómoda en ese estado.
—¿Aún piensas en tus amigos? —Itachi pregunta porque Ino se ve demasiado bonita cuando habla de ellos.
—¡Pff! ¡Claro que sí! —Ino es más chillona y suelta de lo que puede soportar las personas—. ¡Cuando regrese lo primero que haré será venir de nuevo!
—¿Vendrás sin nosotros? —Shisui exagera y toca su corazón herido, abraza a Itachi e Itachi ríe poco.
Son demasiado idiotas.
—Sí dejaran de meterse en problemas probablemente estaríamos juntos. —Ino tome de su recipiente hasta terminar el trago—. No se hagan los inocentes conmigo.
—Ino te preocupas por nosotros —Shisui finge llorar— awww, es tan lindo.
—¡Claro que me preocupo par de imbéciles! —Ino es un poco agresiva y agarra a ambos de las camisetas para acercarlos a su rostro.
Itachi puede sentir el aroma a sake y frambuesa de los labios de Ino, es el labial que usa, concluye. Shisui no se percata mucho porque su cercanía y agresividad lo intimidan.
—Me pones tan sentimental ¿verdad, Itachi?
Itachi se mantiene en silencio porque así es el. Poco ruidoso e introvertido.
—Ustedes son patéticos —Ino está muy borracha— salvar al mundo... ¿Qué hay de los demás? —Ino hace un pequeño puchero y los suelos, toma de otro trago que está segura que es de Itachi que no lo ha tocado—. ¿Qué hay de los demás que debemos soportar la pérdida? Ustedes son unos malditos egoístas.
—Cualquiera lo haría —dice Itachi y siente que arrastra solo un poco sus palabras.
Ino ebria es más demandante.
—¡Eso es mierda! —Las personas cercanas no la miran, la música es muy fuerte y el show de bailarinas es llamativo para el público—. A veces... por eso extraño a Shikamaru... —Shisui como Itachi se miran fijamente sin decir una palabra.
Shikamaru es un tema casi prohibido para Ino y para ambos, es una parte de la historia que ninguno quiere decir. Es la sombra (irónicamente) de la vida que Ino tenía.
—¿Qué quiere decir? —Itachi la mira por un momento. Puede visualizar sus ojos llorosos, su cabello rubio un poco alborotado y ni hablar de sus mejillas rojas, rojas, rojas.
—Todo era más sencillo con él —Ino toma de nuevo de su trago y Shisui por muy extraño que parezca ha dejado de tomar para poder escucharla— teníamos problemas por lo de los clanes y blah blah blah, pero... era más fácil amarlo... —Itachi se acerca a Ino hasta quedar a su lado y Shisui también se acerca—. Con ustedes todo es más complicado, amarte Shisui es divertido y energético, eres vibrante... —Ino se sonroja porqué él no deja de mirarla intensamente—, pero es horrible saber que morirás y no te importa... —una lágrima se desliza por su mejilla— es como si nada fuese suficiente para convencerte...
Shisui la mira y tiene esos ojos oscuros heridos.
—Ya hablamos de esto, Ino —Shisui no intenta ser grosero, pero se supone sería una salida amistosa.
—Tú hablaste yo escuche —murmura ella.
—Has tomado demasiado —regaña Itachi y quita de entre sus dedos el pequeño vaso— debemos irnos.
—No, no me iré —Ino se aferra— no he disfrutado de un trago desde que no celebré mi cumpleaños. Así que no me iré —Ino arrebata el trago nuevamente y lo toma por completo.
—¿Cuál cumpleaños?
—Mi cumpleaños por supuesto —Ino se acerca a Itachi con una sonrisa divertida— iba a ser mi cumpleaños cuando desaparecí... Cuando deje mi vida ahí... iba a ir a un karaoke, Shikamaru y Sakura pagarían la cuenta porque Naruto es tacaño y Chōji no ahorra mucho que digamos, Hinata estaba en una misión y el compungido de Neji no me soporta... ¡Como sea! ¡No me moverán de aquí!
Itachi y Shisui se miran uno al otro, eso en definitiva no lo sabían. Ella había llegado ahí cerca del río Nakano, había hablado de una misión contra Akatsuki.
—Debemos irnos.
Itachi es paciente y Shisui acaricia los cabellos de Ino cuando ella se acurruca en el hombro de Itachi. Ino entrecierra los ojos un poco cansada y sabe que no ha bebido en años, aparentemente.
—N-no... Ese imbécil me quitó mi casa y mis amigos —Ino está enojada y borracha, arrastra aún más las palabras— me dejó sola... Solo quiero estar aquí...
—No estás sola —Itachi la acerca hacia él para poder poner su cabeza sobre su hombro y acomodarla un poco.
—No me hables, Itachi.
—Genial —susurra Shisui divertido— ya no está enojada conmigo.
—Está bien, no hablaré.
Shisui sonríe porque Itachi es lo suficientemente masoquista para tener a Ino en sus brazos y arrullarla un poco. Shisui todavía acaricia sus cabellos rubios y largos. Shisui se pregunta, si las cosas habrían sido diferentes, si Ino habría ido a beber con ellos como lo ha hecho o si Itachi sería tan paciente si se tratara de Izumi.
Ino parpadea pesadamente cayendo en un sueño aparentemente pesado. Lo cierto es, que Ino ha tolerado bastante, Obito ha logrado mantenerla en alerta y solo necesitaba un poco de su antigua vida para estar en paz.
Ambos Uchiha se miran.
Es momento de irse.
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Cuando llegan a la cabaña donde vive Ino. La acuestan en la cama, sigue con su bonito vestido morado con brillos, su cabello tendido en la cama y su maquillaje un poco corrido. Ella tararea una canción desconocida para ellos, es alguna canción de moda.
—Ino debes dormir —Itachi menciona cuando la acomoda en la cama.
Ella se ve extrañamente desordenada dándole un aire más extrovertido. La fierecilla despierta y el extraño impulso por verla jadear como lo hace ahora que ríe torpemente, lo desespera.
—No... Todavía podemos seguir... —Ino sonríe de forma coqueta—. ¿Cierto, Shisui?
—Oh, no, a mí no me miren —Shisui rasca su cabeza con nerviosismo. Ino se ve soñolienta y es un desastre su ropa, aunque puede sentir esa aura de Itachi, aquella posesividad que emana—. Debes dormir, mañana será otro día y estaremos bien.
—¿De quién era esta casa?
Ino ríe un poco.
—Era de Obito —Shisui responde— la abuela de Obito solía tener varios cultivos por aquí, cuando murió su abuela, Obito solía vivir aquí... Después de su muerte, nadie venía.
Ino se queda muda, vive en el hogar del maníaco que la trajo hasta ahí. Siente su estómago revolverse.
—¿Había algo especial en él?
Itachi la mira por la pregunta.
—Solía ser extrovertido y un desastre, muchos decían que era un asco como shinobi, murió para darle su ojo a Kakashi Hatake.
—Naruto... —Ino murmura y dentro de su borrachera puede comprender la pequeña conexión de ambos.
Ino puede entender porque hay veces en las que Obito puede tener un pequeño fragmento de Naruto. Porque odia tanto el futuro. Porque decidió arrastrarla al fondo de la oscuridad.
—¿Estás bien? —Itachi pregunta.
—Sí... —Ino siente sus mejillas arder porque ahora está sentada en la cama y tiene tan cerca a Itachi que puede oler su aroma en conjunto con sake.
—Yo prefiero irme —Shisui menciona una vez que ambos no dejan de mirarse— mañana tengo deberes y tu padre ya debe odiarme por sonsacar a su hijo.
—¿No te quedaras? —Ino tiene ese brillo de suplica en sus ojos, aquel destello que tiene cuando Itachi esta presente.
—Debo ir al cuartel de la Policía —Shisui se encoge de hombros— los miembros están un poco molestos por el regaño de Lord Hokage.
—¿Regresaras? —Cuestiona Ino.
—Sí.
Shisui sonríe con aquel gesto que a Itachi lo hace tensarse. Oh, Shisui eres un cabrón.
—Puedes dormir con Itachi, apuesto que es mejor compañía que yo —Shisui dice con simpleza— nos vemos.
Y sin decir mucho desaparece con una sonrisa retorcida y burlona.
—Tendrás que dormir —dice Itachi con pesar— mañana será otro día.
Ino sonríe con torpeza.
—Quédate a dormir —pide ella cuando él la mira— este lugar es tétrico, necesito que alguien se quede.
Itachi parpadea un par de veces, entiende la situación. El lugar está demasiado lejos del Distrito Uchiha y mucho más del centro de Konoha. Para Ino aquello es nuevo, siempre estaba reunida con su equipo, para ella, estar en lugar tan recóndito es extraño.
—Velaré tu sueño —responde Itachi.
Ino se acomoda un poco en la cama y es entonces, cuando palmea su lado. Itachi la mira confundido. Para él es completamente nuevo, ella siempre había sido muy coqueta y era de esperarse que ella deseara estar con él, sin embargo, la vulnerabilidad de su estado y su torpeza dentro de su borrachera la hace más impredecible, más torpe y menos cuidadosa.
—No te preocupes —explica él— dormiré después.
—No seas terco —regaña Ino lo mira con aquellos ojos azules y brillantes, hay algo implícito que desconoce y que, sin embargo, logra despertar en él— ambos debemos descansar. Quedan días para el festival de invierno.
Itachi asiente en silencio y se acuesta a lado de Ino, quien le da la espalda. Puede sentir su temperatura corporal, infiere que es por el alcohol aquel calor sofocante, todavía tiene sus mejillas calientes y ni hablar del cabello de Ino esparcido en la cama. Su aroma tiene un deje de sake, pero aquel dulce olor a jazmines y lavanda logra producirle un dolor en el vientre bajo, es exquisitamente delicioso.
—Sé que no estás dormido —Ino murmura con una risita.
—Dije que velaría tus sueños —Itachi es serio y se toma muy en serio su tarea.
Ino se voltea y ambos se miran de frente en la cama. Itachi puede ver lo bonita que se, a pesar de su estado desordenado, con sus mejillas rojizas y la luz de la luna bañando su cuerpo. Puede ver mejor su silueta acostada, el contraste entre la oscuridad y la luz del astro la hace ver tan sublime y etérea.
—¿Sucede algo? —Ino está aún más sonrojada.
—Shisui me preguntó por qué nunca hemos pensado en nosotros mismos.
—¿Cuál fue tu deducción? —Ino a pesar de estar un poco ebria pone atención a Itachi.
—Él cree que es porque siempre estuvimos condenados —Itachi susurra cuando Ino lo mira más seriamente— yo considero que puede ser una forma de ser cobardes.
—¿Cobardes?
—Lo mencionaste en aquel lugar —Itachi se acomoda en la cama para estar sentado y mirar mejor la ventana. No hay nada, solo árboles y un eterno oscurecer del lugar— somos egoístas y preferimos que alguien más cargue con el problema.
—Y-yo... —Ino enrojece más por la vergüenza que siente— suelo decir cosas muy apresuradas cuando bebo, Shikamaru dice que me vuelvo más parlanchina y sin filtro de lo que ya soy...
—Tienes razón —explica él— nosotros no somos como tus amigos —no hay un reproche pero Ino siente que es más una advertencia— somos más complejos y difíciles, tú misma lo dijiste, somos difíciles de amar.
—No lo decía en serio...
—No te disculpes —Itachi sonríe y cierra los ojos tranquilo— es lo que puede llegar a ser cuando la vida shinobi se interpone en todo.
Ino asiente y el nudo en su garganta aparece. Toma asiento a lado de Itachi.
—No lo decía por eso —Ino es incapaz de mirar a Itachi, aún así Itachi puede verla a través de la luz del astro— amar a Shikamaru es simple porque él es simple, pero eso nos trajo muchos problemas, él nunca luchó por buscar una respuesta en contra del consejo de nuestro clanes.
Para Ino aquello, es difícil de aceptar, no había tenido tiempo de entenderlo, pero esa era la realidad. Shikamaru Nara no era de los que se negaban a una orden y evitaba el conflicto de cualquier índole.
—¿Piensas que él te ama?
Itachi es directo. Ino se remueve un poco.
—Pienso que lo hizo, pero de diferente forma a la que yo lo hacía —Ino susurra y mira a Itachi— pienso que no me amaba lo suficiente.
Itachi comprende su sentir, suficiente, es la palabra a la que todos estamos condenados. Al hacer, al amar, al saber, al tener.
—Nadie podría amarte lo suficiente —dice Itachi como si fuese la cosa más natural del mundo— no eres difícil de amar, Ino —Itachi sonríe— por el contrario, creo que la facilidad con la que pueden amarte es lo que te hace ser tú.
—Itachi... —Ino susurra y siente el nudo en su garganta crecer.
—Amarte es de las cosas más sencillas que he hecho —Itachi toca su mejilla con su mano, es un ligero roce, pero lo suficientemente firme para hacerla estremecer.
Ino no está tan ebria ya, para que sus sentidos no sean meramente claros.
—No es cierto —Ino susurra sobre los labios y el cálido aliento de Itachi, tiene aquel aroma a sake y tal vez un poco a menta, no está segura— no es difícil amarlos. Amarte es profundo y asfixiante en el mejor de los sentidos. Shisui...
—Él te ama —Itachi acaricia más su mejilla y se acerca lo suficiente para unir sus labios— nunca pensaría mal de ti.
—Y-yo...
—Amarte ha sido de las mejores cosas que he hecho —Itachi la mira a través del azul de sus ojos, aquel azul ahogado en la oscuridad.
Ino ahora siente sus mejillas arder cada vez más. Ahora todo está más claro, menos borroso, más vivido; con el corazón golpeando sus oídos, con el estómago dando vueltas y sobre todo, con los labios de Itachi presionado los suyos.
El exquisito sabor a sake se remueve con el sabor a frambuesa de su labial y el sabor a menta de los labios de Itachi. Una combinación asfixiante que logra descargar una corriente eléctrica por la espina de ambos.
La fierecilla se remueve con fuerza y despierta ansiosa de más.
Profundizan el tacto, con dientes y lengua chocando entre sí para ser más profundo y largo, más extasiado, más placentero, más etéreo. Itachi profundiza más el tacto al tocar su cabeza y cuello, jalando de Ino para poder sentirla más y cada vez más.
Es húmedo, es caliente y recibo cuando debe haber más lengua o más dientes. Más respiraciones agitadas y más jadeos cuando debe haberlos.
Ambos exigen el tacto y la cercanía se vuelve cada vez más asfixiante. Ambos lo exigen con fuerza y poca templanza.
Las manos de ella tiemblan con solo sentir su cercanía, y él, se encarga de acomodarse sobre la cama y poder acercarla cada vez más. Ino siente sus el delicioso dolor en su vientre bajo junto a la punzada de placer que nace. Itachi sólo es víctima de lo posesivo que es, de lo estúpidamente ansioso que se siente.
Ella llega a su regazo y él pasa sus manos hacia su cintura.
Hay un pequeño vaivén que los hace estremecer a ambos, con el dulce sabor de su saliva impregnado en la boca del otro, un pequeño suspiro se escapa de la boca de ella. Siempre deseoso de más, respiraciones agitadas y un pequeño destello de placer inyectado en los suspiros.
Itachi pasa sus manos con temblor hacia las piernas de Ino. El tacto es torpe, pero firme, es profundamente deseoso y fuerte para dejar una pequeña marca roja porque si de algo ha de pecar Itachi es lo perversamente posesivo que puede ser.
Ino pasa sus manos por el cuello de Itachi y profundiza el beso, se vuelve más mojado y gustoso. Como si fuese una maldita experta pasa de forma instintiva a su cuello, aspira su aroma y lo guarda en sus memorias, madera, metal y menta.
Itachi huele a un día en el bosque, cálido, lleno de vida y con sabiduría.
Ino sonríe atrevida, sus ojos azules brillando con un destello lleno de diversión, puede ver a Itachi un ligero brillo desconocido que sólo ha visto una vez. El placer desconocido de tenerse el uno al otro.
Ella muerde el blanquecino cuello de él y un suspiro lleno de extasis con la voz ronca aumenta el formidable dolor debajo de su vientre. El deseo comienza a recorrerle la sangre y el aire de pronto comienza a escasear al sentirse fragil con sus dos piernas alrededor de la cadera de él.
La voz de Itachi se queda muda y ronca, si eso es posible, sus manos son inexpertas pero pronto como el jodido genio que es encuentra los patrones entre los suspiros de Ino. Demuestra lo bueno que es aprendiendo, sus manos son firmes y capaces de marcar cuando debe, de morder los labios cuando ella pide con ligeras respiraciones y de acceder a su piel cada que ambas pelvis se tocan la una a la otra.
Ella ríe dentro del beso y en su torpeza por ongerie bebidas que no puede controlar mete su mano fría debajo de la camiseta de él. Su piel es suave y como su temperatura es capaz de quemar con tan sólo el tacto, siente el ligero relieve del trabajo como shinobi, sonríe encantada y atrevida. Tantea un poco para sentir el músculo marcado y escuchar los guturales ahogado que hay atrapados en su garganta.
Sin mucho que hacer él se inclina hacia ella y jala de su cabello con fuerza para poder acceder a su cuello, tan delgado, tan suave y hecho exquisitamente para morderlo y dejar una maldita marca rojiza.
Está satisfecho.
La fierecilla ha tomado el control total.
Es pertenencia.
El uno al otro.
Un pequeño gemido sale de sus labios. Ino toma su propio vestido y está a punto de bajar el escote, sin embargo, Itachi toma sus manos y en negativa la mira.
Si puede decir que queda embriagado no solo de su aroma a flores combinado con sake barato, por la manera en la que la sonríe, el brillo en sus ojos, el cansancio plasmado en su rostro y sus labios rojizos exigiendo que vuelva a tomarlos con el bastardo genio que es.
—¿Q-qué pasa? —Ino no comprende y la confusión se muestra en su rostro.
—No lo haremos así —explica Itachi con una dulce sonrisa. Ino se esconde bajo su cabello porque él nunca le había sonreído de esa forma.
—Pensé que tú... —Ino tiene el vestido a medio acomodar, con la falda del vestido demasiado arriba luciendo su ropa interior y el escote a punto de bajarlo. Ella arruga la ropa un poco— yo...
—No —él se niega y toma entre sus manos las de ella— estás ebria y no es correcto, no estamos en condiciones. No de esta manera.
Ino se sonroja y tiene razón, aun puede sentir el sabor de sake en su legua y el mareo aún no baja. No sabe dónde meter la cabeza de la vergüenza.
Itachi toma su mejilla.
—Debemos dormir —él dice como si su camiseta que no sabe por qué demonios no está en su lugar y entre tanto se encuentra a lado de la cama.
Ino asiente y se baja del regazo de Itachi. Siente su mejillas arder más, Itachi está demasiado... ejem, despierto. Sin embargo, el cansancio puede más y se acomoda para dormir.
No hace mucho caso cuando siente la pequeña cobija sobre su cuerpo y la respiración de Itachi sobre su cuello. Ino sonríe divertida, al menos, Itachi ya no es tan introvertido.
—Descansa, Ino.
Y solo son ellos durmiendo sin pensar en la guerra que se aproxima.
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☽ ⋆ ❀ ⋆ ☾
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Cuando llega después de terminar sus asuntos con la policía militar de Konoha, solo necesita un baño, un poco de comida y sobre todo un buen té que le quite la resaca. Nota mental, si llega a sobrevivir no volver a tomar cantidades grandes de sake.
Si no lo mata la guerra lo hará el sake.
Abre la puerta y escucha la cadena del baño jalarse.
—Veo que ustedes se saben divertir —Shisui intenta bromear— y sin mí.
—¡Agh! ¡Cállate idiota! —Ino toca su cabeza—. No grites.
Shisui cierra la puerta y camina hacia el pequeño sofá que se encuentra cerca de la cama. Se sienta y avienta por ahí su chaleco shinobi.
—Itachi ya no es el pequeño Itachi, ¿Ino?
—¡Cállate! —Ino corre de nuevo al baño por la resaca que tiene.
Shisui sonríe divertido.
—¿Shisui? —Itachi lo mira soñoliento con su típica mirada seria y poco agraciada.
—Ustedes se divirtieron —Shisui se levanta del sillón para poder caminar hacia la cama y recostarse a lado de Itachi— yo tuve que soportar al hijo de Jun ser irreverente y con una horrible resaca.
—No es lo que tú... —es interrumpido por el sonido de Ino volver el estómago, demasiado alcohol—...crees.
—Sí claro —la sonrisa perversa de Shisui se asoma— eso dile a tu cuello con mordidas, a tu camiseta en el suelo y ni siquiera te percatas que Ino anda de aquí y allá solo con ropa interior.
Itachi tiene la inexpresividad en su rostro.
Shisui ríe a carcajadas, mientras Ino maldice dentro del baño. No volverá a tomar con Shisui Uchiha.
Pero los tres piensan, que eso dure solo un poco más de tiempo.
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¡Espero les haya gustado!
Antes que nada, muchas gracias por haber leído, este capítulo es algo así como un respiro. Ha habido mucha tensión en la historia y esto definitivamente fue una forma de aligerar un poco. Pienso, agregar otros capítulos más de esta índole para profundizar en ItaIno y en Shisui como un buen amigo.
Shisui es el personaje que tendría acceso a cualquier lugar y nunca sabrías como sucedió. Itachi ebrio es realmente algo divertido, pero no tanto como Ino podría ser de irreverente. Amé escribir el ItaIno, ¿pensaron que iban a llegar a más? No, no, no eso tendrá su espera y los recompensaré.
Este capítulo no es relleno, tiene su importancia en la historia.
¿Qué les pareció? ¡Cuéntenme!
Gracias por leerme.
Nos leemos.
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