𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈: Confías demasiado
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈: Confías demasiado
Ya había dejado de sentirse ofendida por cualquier muestra en la que ella se volviese inútil ante gente como Itachi y Shisui Uchiha. Aunque, ahora definitivamente puede sentirse casi humillada, el par de ojos le sigue los pasos mientras ella no puede respirar.
Siempre supo que ella no alcanzó cierto nivel cuando todos empezaron a crecer, Sakura se las arregló y decidió entrenar con Lady Tsunade, Hinata si bien no era la más destacada entre ellos pero los regímenes de entrenamiento de su clan la habían posicionado como una adversaria, Tenten era la mejor en armas de los once de Konoha su destreza y habilidades en el campo de batalla eran incomparables y ni hablar de Temari, no era parte de ellos pero sí era lo suficientemente fuerte.
Ino no se había adiestrado en el combate cuerpo a cuerpo, sabe lo básico, atacar y cubrirse; no está muy orgullosa de eso, pero realmente nunca lo necesitó. Solía tener misiones con su equipo y la fuerza bruta recaía en Chōji y Shikamaru siempre hacía una estrategia para que no saliera lastimada o hacerlo lo menos posible. Su talento recayó siempre en su habilidad de infiltrarse, robar información y ser básicamente una espía de gran nivel.
Ino Yamanaka simplemente no funciona como un elemento de combate.
Y tal vez es su culpa.
—Estás muy golpeada —advirtió aquella voz le hizo erizar su piel en primer momento, más profunda.
—No es nada —quiso aminorar la situación.
Itachi no negó o algo por el estilo y, por el contrario, la observó detenidamente. Es buena mintiendo pero su labio roto con sangre coagulada, la mancha morada en sus costillas y ni contar los innumerables rasguños y golpes en todo su cuerpo hablaban por sí solos.
Él se acercó y tomó su nuca para jalar de ella, Ino intenta evitar el gemido por dolor en su cuello, su cabello suelto fue levemente jalado por la fuerza de la mano de Itachi, una gran silueta de un mano estaba marcada en su blanquecino cuello.
—Gajes del oficio —quiso decir ella con sorna y solo salió un pequeño susurro.
Itachi no mencionó algo, su mirada se había vuelto más penetrante de lo normal y para Ino eso solo significaba una cosa: estaba mirándola profundamente. Lo aprendió a conocer, para ser una persona poco expresiva realmente tenía una línea que seguía, tenía mucha experiencia leyendo a las personas, Shikamaru no siempre decía lo que pensaba pero era demasiado transparente, Sai no tenía señales de siquiera tener emociones o sentir empatía así que... Había aprendido a leer a los hombres cercanos.
—Estás muy lastimada.
No podía negar las palabras de Itachi, realmente lo estaba, no tenía como contradecir después de la paliza que le había dado el sujeto al que le había sacado información.
Era una misión terriblemente fácil, al menos para el ego de Ino Yamanaka, los golpes de las aldeas anexadas a ciertas aldeas; había comenzado para acercarse a la Aldea oculta entre las Nubes, había sido de lo más desafiante pues el terreno irregular no ayudó en la climatización de la unidad. Debían ser sigilosos, Kakashi se había regresado a Konoha después de un pequeño incidente con el hijo del Cuarto Hokage, por lo tanto, había dejado únicamente a Ino e Itachi como equipo.
Tenía que admitir para su bien que Itachi era un compañero verdaderamente comprometido con la seguridad de la misión. Era tan brillante o más que Shikamaru —cosa que ayudó a la admiración hacia ambos—. El primer día había sido únicamente de investigación del terreno, es decir, buscaban puntos ciegos de la seguridad del lugar, pasaron la noche en un lugar oscuro dónde ambos hicieron guardia sin mencionar algo; pero podía decir que ella odiaba los silencios incómodos, sin embargo, estos nunca existieron. El segundo día fue el de más movimiento para ella, una vez que encontraron los puntos ciegos (no fueron especialmente difícil), era la hora de inmiscuirse y encontrar a las personas correctas para dar el golpe a Kumogare, ese día recuerda, terminó cansada y con un agotamiento mental bastante deteriorado, durmió muy poco y esperó a que alguno de los sueños pudiesen volver. Para el último día harían su golpe definitivo, como siempre, Itachi protegería su espalda y se encargaría de cualquier incidente.
Siempre consideró la extrañeza de la situación: ¿Por qué Fugaku se esmeraba en mantenerla ocupada siendo ella la que se inmiscuyera? Sabía que su padre es mucho mejor en esa tarea, el mismo Itachi y Shisui como otros tantos, tal vez era una de las tantas cosas para que ella se mantuviera lejos de su aldea, pero debía haber algo más.
Ino no pretendía que las cosas salieran mal, pero se mantenía muy ocupada mentalmente para no seguir los pasos de Itachi y una vez que llegó con el líder y mafioso del pequeño pueblo, tomó otro error: enfrentar ella sola a un hombre que le doblaba el tamaño y que era peor de lo que su informe podía descifrar.
Recuerda los golpes en su cuerpo, la forma en la que pudo esquivar varios de ellos, su puño canalizar chakra y golpear al tipo para posteriormente hacerlo enojar; intentó liberarse de uno que otro golpe, el tipo sacó una katana de su lujosa oficina e intentaba cortar algo de ella, se alegro cuando vio la ventaja de que el tipo en realidad no sabía usarla y preparó su kunai para esquivar, pero Ino no es muy buena en ello. También recuerda que el tipo iracundo golpeó un par de veces, la mano del sujeto en su cuello, la falta de oxígeno y el cómo la estrelló contra la pared para tomar su falda y... no pasó mucho para que Itachi lo dejara noqueado y auxiliara de inmediato a su persona.
—¿Estás bien? —Preguntó él, sostuvo como pudo a la casi morada chica.
Ino no lo pensó mucho pero aquello la hizo sentir un poco bien.
—No puedes usar tu ninjutsu médico, estás muy débil —ordenó Itachi con aquella expresión en su rostro: indiferencia. Pero ella sabe que eso no es más que una pinta.
Ino temblaba, apenas y podía tomar del agua que estaba entre sus manos, el dolor de su cuerpo se reflejó en su rostro, definitivamente no estaba preparada para ello. Sin embargo, Itachi permaneció ahí a su lado todo el tiempo en que ella no pudo estar de pie por sí sola, en el que el vómito no paraba cuando intentaba ingerir alimento o cuando tuvo que lavar sus heridas en un río cercano.
Por eso ahora, se siente como una chiquilla ingenua.
—Ustedes sí que saben mantenerme en trampas.
Tanto Shisui como Itachi la miran directamente; y es que, Ino se ve mucho más bonita de lo que pueden recordar. Su cabello está suelto justo como lo llevará en un par de años, el típico mechón de cabello tapa la mitad de su rostro, ella sonríe abiertamente y sus manos pasan a sus caderas queriendo mostrar por lo menos algo de seguridad ante los dos hombre frente a ella.
—¿Les corto la lengua el ratón? —Ino intenta burlarse abiertamente, en cambio, alza su ceja mostrando algo más de suficiencia. La mirada de ambos la hace sentir terriblemente diferente.
Con Itachi la cosas son intensas, sus orbes oscuros, oscuros, oscuros logran hacerle temblar hasta los huesos, sin embargo, todo es más sencillo con Shisui, sus ojos destellan algún tipo de sentimiento que no logra entender, todavía.
—N-no e-es eso... —Shisui así como el buen shinobi que es, es ridículamente torpe con sus palabras y rasca su cabeza con completo nerviosismo, sus mejillas sonrosadas y una sonrisa abierta—. Es que te ves... diferente... te ves...
Ino baja la mirada cohibida ¿Dónde quedó aquella chica presumida que por un elogio de un Uchiha lo restregaría en la cara de cualquiera? No lo sabe, es en estos momentos cuando necesita recordar su vida pasada, la sencillez con la que vivía y solo debía preocuparse por vencer a Sakura o verse linda para Sai, molestar a Shikamaru o regañar Chōji.
—Diferente... —Ante las palabras de Itachi, Ino como Shisui voltean a verlo. Eso no lo esperaban.
Ino lo observa intentando encontrar algún indicio de que sus palabras sean mera cortesía, y no es para menos, nunca pensó que él la pudiese admirar de esa forma, porqué según sabe él estaba enamorado de Izumi. Aquellas palabras son reales ante la suspicacia de Ino no importa si son simples o sencillas hay una connotación dentro de ellas. Hay un inminente mensaje doble como suele hablar Itachi.
Él realmente lo cree.
E Ino siente sus mejillas enrojecer y sus hombros se mueven de forma aleatoria, está nerviosa, se siente como un pequeña niña.
Para Shisui lo toma por sorpresa aquella expresión, si bien, Itachi no es la persona más expresiva, sabe de qué índole tiene sentimientos, pero definitivamente ha avanzado un poco de aquel joven shinobi tan expresivo como una roca. Se siente sólo un poco orgulloso y sonríe cuando en definitiva no puede dejar de ver a Ino.
Cualquiera estaría celoso, pero él no es cualquiera y sabe perfectamente que ese enamoramiento no debería de existir porque él debería estar muerto y ella en su tiempo. ¿Cómo no pensar que ella es bonita? Se pregunta. Si su cabello cae en cascada, sus ojos tiene un peculiar brillo que define como determinación, su rostro está ligeramente más marcado a pesar de los moretones apenas visibles, su cuerpo denota entrenamiento y se siente tan débil cuando está con ella.
Ino recoge un mechón de cabello detrás de su oreja sonrojada. Itachi como Shisui pueden ver puntadas en su cuello y cuero cabelludo, el muy hijo de puta que la golpeó dejó un jalón de cabello bastante doloroso, por eso tiene el cabello suelto, duele al peinarlo.
—¿Y bien? —Cuestiona Ino una vez que el silencio dejó de reinar.
—Itachi me comentó lo que sucedió —Shisui tiene ese tono severo para acercarse a unos cuantos pasos a Ino, ella lo mira directamente a los ojos encontrando preocupación por ella— ya sabía lo que podía pasar, pero debes dejar de llevarte a un exceso.
Ino desvía su mirada de Shisui a Itachi, quién, ni si quiera la mira o se digna a hacerlo, está como si nada con una sonrisa en sus labios escondiéndose detrás del cuello de su camiseta.
—¿Exceso? Hice lo que tenía que hacer —expresa entre diente Ino estrujando con la mirada al otro Uchiha— el líder de ese pueblo no era cualquiera, era...
—Entiendo eso, pero tu misión era otra —respondió Shisui con su semblante más serio.
—¿Qué se supone que debí hacer? —Ino es terca como ella sola y los brazos cruzados debajo de sus pechos es una negativa rotunda.
—Seguir la misión —Shisui habla muy enserio— no estás en tu futuro, aquí las cosas son poco predecibles y no siempre estará Itachi o yo para que no termines muerta.
Ino muerde el interior de su mejilla intentando callar lo que realmente piensa. Claro que lo sabe, solo que por momentos olvida que no está Shikamaru Nara haciendo un plan o Chōji Akimichi para protegiendo su espalda, lo sabe.
—Terminaste mal —habla por primera vez Itachi con aquella voz tan profunda que por un momento Ino olvida que le habla el hombre de esa época y no el hombre del futuro—y por el descubrimiento de Shisui sabemos que cualquier cosa puede suceder ahora.
—¿Qué descubrimiento? —Pregunta la Yamanaka con un genuino interés dejando de lado el probable regaño que recibiría. Sus brazos se relajan y toma una postura más relajada.
—Hay una tabla de piedra con secretos de los Uchiha —Shisui no se inmuta en ocultar esa información, confía en Ino y aunque ella quisiera, no podría leerla— técnicas, parte de la historia del clan, pero encontré algo diferente... Hablaba del flujo de tiempo.
—Ella también lo mencionó —susurra Ino con la mirada de los presentes sobre ella— hace unas semanas de cerca me encontré a alguien. Era una mujer, no dijo su nombre, de hecho tampoco dijo de dónde venía y apareció de la nada, dijo que Madara la utilizó, ella fue quién me trajo hasta aquí, bueno el cómo fragmentó el tiempo. Fue idea de ella que todo esto sucediera.
—¿De cerca? ¿Ahora no dices? ¿Qué es el flujo en el tiempo? —Se cuestiona Shisui—. ¿No reconociste la lectura de energía?
—Pensé que sería como con él, que volvería a aparecer. No quiero decir un encuentro, ella sabía quién era yo, era extraño —Ino hace una pausa sintiendo como una ráfaga de viento la hace estremecer— no tenía chakra o no en palabras convencionales, tenía energía sí, pero no algo que yo hubiese conocido. Ella hablaba del flujo de tiempo como un enorme nudo de causas y consecuencias, ella dijo que nada cambiaría hasta que el tiempo mismo lo necesitara.
—Por eso tu futuro no ha cambiado, un hecho inminente hará cambiar la historia —deduce Shisui.
—Eso dijo, que hasta entonces yo no podré lograr que nada cambie y el tiempo esté detenido.
—El conflicto por eso demora tanto —habla Itachi mirando el horizonte.
—Podría ser parte de un genjutsu —como en un inicio había deducido Shisui, lo repite esta vez más convencido.
Después de la lectura de la tabla de piedra, había deducido que efectivamente tenía que ver con alguna técnica propia de alguno de los Uchiha, hay diversas técnicas particulares de aquellos que despiertan el Mangekyo Sharingan como lo es Amaterasu o Kotoamatsukami. Sin embargo, ahora que lo piensa es una combinación de ambos y el papel de un Uchiha es importante.
—¿Quieres decir estamos en uno? —Cuestiona Ino buscando la respuesta en Shisui. Él la mira con cierta inseguridad, es preocupante que alguien como el Uchiha se encuentre de esa forma.
—No podríamos saber, los usuarios del Sharingan lo sabríamos pero tendría que ser alguien con mucho más poder o conocimiento del que tenemos —explica Itachi, esa idea había surgido en un inicio, sin embargo, no existía indicios más que la peculiaridad de cierto astro.
—La Luna —Susurra Ino ante la mirada de Itachi ante el anochecer.
Los estragos visibles de lo que pudiera ser solo son guiados a través de la Luna, no es un secreto para Itachi o Shisui, sin embargo, Ino parece estar sorprendida.
—No ha cambiado de fase desde que llegaste —Itachi menciona mirando a Ino— se esconde detrás de ella, no lo podemos percibir.
Las rodillas de Ino flaquean.
—Esa mujer tiene el poder para influir en la Luna —explica Shisui, más bien, infiere— o un Uchiha que lo hace.
—¿Cómo podría salir de esto? ¿Es colectivo? —Ino siente perder la razón, suena a una locura, pero si todo aquello es parte de alguien más y no es más que una simple ilusión de Madara la destrozaría por completo—. Nadie tiene tal poder.
Shisui e Itachi se miran por una fracción de segundo en el que Ino no puede ignorarlo.
—Hay técnicas que pueden hacerlo —Itachi es tan hermético— el problema empieza que no tenemos algún cabo suelto.
Ino está a punto de mencionar algo, pero prefiere guardarlo.
Sabe que hay dos Uchiha detrás de todo eso, lo supo en el momento de pisar el Santuario Nakano. Fue solo un sueño, uno real, en el que sabía que las dos personas que tenían al ex líder de Raíz entre sus brazos son parte de algo mucho mayor. Pero la confianza es algo que Ino ha tenido únicamente con su padre, para sellar un destino que se debe evitar.
La muerte de Itachi aún causa nauseas a Ino.
—Solo nos queda prepararnos —Ino asiente entre las palabras de Shisui— eso te incluye a ti.
—¿Perdón? —Ino se siente solo un poco indignada con el comentario. Alza la ceja de una forma casi exagerada por no decir ridícula.
—Tengo la razón y lo sabes —Shisui solo está un poco feliz de molestarla, Itachi igual, pero se abstiene de hacerlo abiertamente— eres pésima en el taijutsu. No estás en forma.
—Dijiste que mejoré —los ojos de Ino se abren tanto que es incapaz de asimilar las palabras del Uchiha— que soy excepcional.
La Yamanaka deja las manos debajo de su busto, se encuentra solo un poco ofendida, mucho a decir verdad.
—¿Y-yo dije... e-eso? —Shisui ríe y rasca su cabeza con ingenuidad— lo eres, en tus técnicas...
Ino lo sigue mirando fúrica, pero Shisui es más rápido y decide buscar un poco de apoyo en su mejor amigo. Itachi, por su parte, no parece sentirse intimidado por la chica, al contrario, es divertido ver a Shisui comportándose como un joven promedio y no el genio que es.
—Eres buena en lo que haces —Itachi es concreto a diferencia de Shisui que es más... adulador— pero en el ámbito físico estás por debajo del promedio. Se comprende, eres una kunoichi formada para ser espía o médico de apoyo, el entrenamiento físico no es esencial para tu rama o tu clan.
Ino se sorprende cuando comprende que Itachi la ha estudiado bastante bien, por no decir, extraña. Su rostro se muestra con un pequeño rubor.
Internamente Ino se encuentra un poco avergonzada, lo había olvidado por completo, no solía entrenar mucho físicamente, en sus años como genin la fuerza bruta radicaba en Chōji y aunque Shikamaru al igual que ella carecían de esa fuerza, la balanza se nivelaba cuando se trataba del Nara y solo bastó un ridículo examen para demostrarlo. Ella está en desventaja, en una muy grande, y por eso mismo que odia depender tanto del famoso trío Ino-Shika-Cho.
—Por debajo del promedio. —Susurra la iracunda y estruendosa Ino de la que ahora mismo se jacta que ya no existe, sale a relucir—. ¡No estoy por debajo del promedio!
Itachi la mira un poco... sorprendido.
—De hecho lo estás —Shisui solo da un pequeño paso hacia atrás para evitar que el puño cerrado de la chica de directo en su cara, puede que no sea tan temperamental como Sakura Haruno pero no puede negar aquel problemático carácter, según Shikamaru.
—Ino sales lastimada en cada una de las misiones en las que estás, el enmascarado está suelto y en cualquier momento podría decidir que tu tarea terminó —Shisui enumera las razones una por una— has sido demasiado condescendiente contigo y no está tu equipo de apoyo. Te confías demasiado.
La chica entrecierra los ojos sintiendo que la cabeza le va a explotar por las terribles verdades que están lloviendo en su cara.
—Eres un... —responde entre dientes— bien, para eso están ustedes ¿no?
Lejos de referirse a Shisui, Ino se inclina con manos en la cadera un poco hacia enfrente para ver con detenimiento a Itachi.
—No es por esa la razón —explica Itachi intentando descifrar las intenciones de la Yamanaka.
—Sé que a tu padre le gusta tener el control —ella está quitada de la pena, es decir, sabía que había bajado mucho su nivel al ser ascendida a chunin, pero no pensaba que tanto— espiarme es solo un paso para él.
—No podemos cuidarte la espalda todo el tiempo —Itachi muchas veces es inexpresivo, sin embargo, ahora se mantiene serio y podría jurar que existe un atisbo de molestia— quedaste mal la última vez.
Shisui ríe internamente porque la furia de Ino ha comenzado a despertar nuevamente y no quiere ser víctima de ella. Aunque, encuentra sumamente gracioso el encuentro entre los otros dos.
—¿No eres tú el que debería entender el sacrificio de otros? —comenta burlona.
Itachi la mira fijamente, está serio y el cuello alto no permite que Ino pueda descifrar sus expresiones para al menos entender más.
—Las decisiones difíciles requieren más que voluntad.
—¿Estas diciendo que no tengo voluntad? ¿O más que eso? —Shikamaru estaría agradecido de ver a la muy problemática Ino Yamanaka revelarse a un Uchiha y más a Itachi Uchiha. Muchos pensarían que él exagera, pero no pueden estar tan seguros de eso.
—Se necesita mucho más —Itachi se mantiene firma ante Ino.
—¡Pero qué dices! Tengo voluntad —Ino ha sido descubierta, de ese imparable carácter que podría masacrar a cualquiera (no literalmente), de alguna extraña forma Itachi puede sentirse cómodo con eso.
—Debes ser inteligente.
—¡Estás diciendo que no lo soy!
—Debes ser precisa.
Shisui quiere en verdad romper en risa; Itachi no nota lo terriblemente estoico que se encuentra, no se da cuenta que sus ojos siguen a la perfección a la rubia que solo golpea con su dedo el pecho de él. La cercanía tan agobiante que lo hace sentirse tan divertido e incómodo a la vez.
—Escucha bien, Uchiha —Ino golpea nuevamente su dedo índice al pecho de Itachi, ella a penas y nota que él ya es más alto que ella o bueno con más consciencia— por algo el maniático ese, me dejó aquí varada, por lo que, debe necesitar mis habilidades para hacer lo que tenga que hacer así que no... soy bastante precisa en TODAS mis técnicas.
—Lo hizo porque fuiste la más manipulable.
—¡Hijo de pu...!
¡Zzz!
Ino intenta entender lo que acaba de suceder, sus manos tiemblan y su labio superior intenta no morderlo para evitar soltar el gritito que está ahogando su garganta. Ahora entiende la sorpresa que siempre ha tenido por las acciones de Itachi, son tan rápidas y el asombro no cabe en su rostro.
No siente la mano con la que iba a soltar una bofetada a Itachi ser sometida en su espalda, tampoco nota el kunai que sacó el Uchiha del propio porta armas de la rubia y ahora está amenazando su cortarle el cuello. Ino siente la presencia de Itachi detrás de ella, su aliento choca contra su cuello erizando su piel al contacto, no hay presión en su muñeca o su mano pero existe la firmeza aplicada ella, el frío del metal rasga un poco su piel y el ardor nace de entre sus músculos del cuello para posteriormente sentir la sangre recorrer su cuerpo y una punzada de dolor.
Ino siente miedo y no sabe por qué.
—Basta —la voz de Shisui la despierta de la pequeña ensoñación.
Ino parpadea un par de veces, está de rodillas en el árido piso que los compaña, su cuerpo tiembla y no sabe porque el nudo en la garganta quema excesivamente.
—Era un genjutsu —responde nuevamente Shisui, su expresión ya no es una sonrisa burlona sino una realmente preocupada— no lo notaste.
Ino mira hacia arriba encontrándose con los ojos de Shisui en completo asombro. Él está preocupado, bastante.
Se siente apenada.
—No, no lo noté —susurra con pesar— demasiado rápido.
—Como lo pensé —Shisui avanza unos pasos y se sienta de cunclillas para poder estar a la altura de ella, toma entre sus dedos el bonito rostro de la chica— necesitas más que tus técnicas para salir de aquí.
Ino está sonrojada pero su atención no se encuentra en el joven que acaricia su mejilla y le regala una sonrisa realmente reconfortante, se encuentra en Itachi quién la sostiene entre sus brazos aún cuando ella está en el suelo.
El menor de los Uchiha la observa y ella a él, pero hay algo diferente que inquieta a Ino. Algo que pensó que no aparecería, que con su llegada y el evitar matar a su clan podría quitarle, sin embargo, Ino no podría estar más equivocada.
Ese algo está surgiendo inevitable.
Es el destino.
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Las gotas de agua golpean la superficie de las paredes, los techos y los suelos, la calidez con la que el líquido suele cobijarle y a veces, solo a veces, la hace cuestionarse la vida que pudo ser y no fue o si lo que está haciendo está bien. Puede sentirlo, aunque muchas de esas veces no quiera aceptarlo, hay ocasiones en las que duele más de lo que puede recordar.
Él no se ha ido, o tal vez es su exasperante forma en la que desea que no lo haya hecho, de cualquier forma la lluvia la hace sentir acompañada y con ese hueco de soledad que mágicamente desaparece.
—¿Melancolía? —la voz profunda golpea las paredes de la torre.
Konan es demasiado cerrada para que sus facciones se deformen y muestre verdaderamente su expresión, intenta fingir que ver el cuerpo de Yahiko no la afecta en absoluto. Como si todo lo que él solía provocarle nunca hubiese existido.
—Escepticismo —responde.
—Supe de la breve visita de Itachi Uchiha —Konan no lo mira pero sabe que Nagato busca una pequeña respuesta o un atisbo de la misma— supongo que está esperando que su hermano menor le de caza y tiene algunos puntos a completar.
—Han pasado varias cosas desde entonces. Aunque en realidad —Konan todavía no lo mira y Nagato se pasea a su lado con una interrogante en la mirada de Yahiko— vino a preguntar sobre una persona.
Nagato espera paciente a que la mujer decida continuar.
—¿Madara? —Cuestiona una vez que el silencio reina y ella no se digna a mirarlo. Sabe perfectamente que si alguien puede interponerse en los pasos del Uchiha es el enmascarado.
—No. —Konan por fin lo mira, confirmando que sus sospechas son ciertas, Itachi suele conocer y hacer cosas planeadas con sigilo—. ¿Todavía no sabes acerca de Madara?
—No, desde la muerte de Deidara —tan tajante como siempre— tiene meses desaparecido y todo está tan estacado...
El silencio vuelve y la lluvia no cesa, por el contrario, el cielo se cae y no parece dar más.
—¿Zetsu? —Cuestiona nuevamente la fémina.
—Desaparecido.
Entonces ella toma un respiro con calma, Nagato espera tranquilo.
—Buscó a una mujer —habla Konan— alguien de Konoha.
—¿Relacionada con Madara?
—No es posible eso —Nagato la mira y entre aquel Rinnegan hay un extraño destello de curiosidad— Ino Yamanaka, es una chunin joven, perteneciente a uno de los clanes más leales y antiguos de la aldea. ¿Por qué estaría Madara interesado en una persona tan simple?
—Las personas más simples pueden tener sorpresas —reconoce Nagato, en una vida ajena, él solía serlo— podría ser otro tipo de problema.
Konan intenta no reír ante tal comentario.
—Ellos no están interesados en esos ámbitos —aclara Konan—es demasiado astuto y Madara desapareció mucho después que Itachi viniera.
—Madara resguarda muy bien sus secretos y tenemos que seguir el plan —ordena Nagato, los ojos de Yahiko se esconden detrás de la bata de cuello alto.
Si algo han entendido aquello huérfanos de la Aldea de la Lluvia, tener información te hace no solo peligroso e inestable, sino prepotente y por eso deben confiar en lo único en lo que confían: la paz.
—Ese es el punto —vuelve a mencionar Konan, Nagato ahora sí se siente intrigado— el plan... No hemos capturado a dos de los jinchuriki restantes, ha pasado demasiado tiempo y no hay señal de que podamos capturarlos. Algo está pasando...
Konan levanta la mirada del piso, el lugar que no ha dejado de mirar desde que está presente Nagato. El aire frío choca contra su rostro y la ligera brisa de la lluvia la hace estremecer, a veces olvida la sensación refrescante, pero la lluvia también golpea con recuerdos tortuosos que se esconden debajo de su piel.
—¿Qué sugieres que esté pasando? —cuestiona Nagato, pero Konan no se deja mentir porqué hay un pequeño tono dubitativo en él, como si dentro de sí supiera algo.
—Hay algo, no sé que es, debido a nuestros pasos de expansión y pérdida de elementos, no importa, ya debimos ir por ambos jinchuriki, hemos perdido miembros de Akatsuki pero no debería ser una razón por la que los hechos se retrasen.
—¿Crees que Madara nos esté saboteando?
Konan guarda silencio.
—¿Qué tanto sabemos de Madara? —Ahora sí mira directamente a Nagato—. Su repentina desaparición y después, Itachi, sabes que él no movería un pie sino supiera alguna posibilidad.
—Te inquietó su visita.
Nagato ha conocido a la mujer frente a él toda una vida, si algo inquieta a Konan, no es buena señal. Suele ser demasiado intuitiva que muchas veces es negado debido a su propósito con él y Akatsuki.
—No solo es eso —comenta— Itachi me pidió investigar a Ino Yamanaka, ella era compañera de su hermano menor —la mujer toma un minuto para poder explicar, pero la inexpresividad de Nagato le presiona a seguir— supuse que era una extraña forma de dar una encomienda, aunque no fue eso lo que encontré después.
—¿Itachi te pidió volver a investigar?
Konan niega con la cabeza.
—Investigue por mi cuenta, después de la desaparición de Madara y Zetsu nuestro número disminuyó, Itachi, Kisame, los seis cuerpo, tú y yo; ambos sabemos que estás muy débil —apenas y susurra Konan con pesar— decidí investigar mucho más a fondo. Ino Yamanaka está en ceros, no hay expediente de nuevas misiones, el clan Yamanaka y el Clan Hyūga han cerrado solicitudes externas y de su propia aldea y la Aldea Oculta entre las Hojas ha decidió levantar muros, al parecer algo alarmó a su líder.
—¿El jinchuriki? —Nagato sabe que aquellos movimientos pueden ser precaución hacia la casa de Naruto Uzumaki.
—No parece ser el problema principal —explica Konan con ese pequeño aire de superioridad— el jinchuriki ha tenido diversas misiones, unas clasificadas, otras simples de novatos; no están protegiendo al nueve colas.
Nagato mira profundamente a su compañera, su inquietud es casi asfixiante, un punto extraño a considerar debido a su hermetismo. Tal vez es un poco extraña la idea que puede plantearse Konan, es una posibilidad, pero puede ser verdad.
—El Nueve Colas no necesita protección, él solo acabo con Hiddan y Kakuzu —Nagato aún tiene un poco de sentido del humor— ¿Qué crees que está pasando exactamente?
—¿Y si nos traicionaron? —Cuestiona Konan con el ceño fruncido debido a la idea que ha surgido.
—¿Madara e Itachi? No soy fanático de la política, pero sabes que esos movimientos son suicidad para ambos, más para Itachi.
—Eso explicaría la intervención de Madara, el silencio de Itachi y el porqué Zetsu se ha ido.
Si algo ha de estar seguro Nagato es de la pequeña co-relación que hay entre Itachi y Madara, es como si, a pesar de ser familia el uno con el otro no existe. Son solo dos personas que comparten un clan y la trágica historia detrás de eso. Sin embargo, no hay una relación profunda o que pudiese dar un indicio de una posible alianza entre ellos.
—¿Qué sugieres? —Pregunta Nagato con aquel tono de voz tan profundo que hace erizar los vellos de la nuca a Konan. Si esa idea es completamente real, Nagato tomará cartas en el asunto y ella sabe que el estallo de una guerra es la única salida.
—Espionaje, es la única opción para conocer los pasos de Madara y de posibles aliados.
—Konoha —murmura el hombre con una retorcida sonrisa.
La precisión es meramente una idea casi ficticia de lo que pensamos que pasa con el mundo exterior, es una idea vaga creada por un sin fin de creencias arraigadas por nuestras experiencias y de los que han vivido mucho antes que nosotros.
Lo que no saben es que esas ideas de traición, desconfianza y color solo un reflejo de lo mucho que han confiado en Obito Uchiha y ni si quiera notaron que ese es su nombre real.
Obito estaría muy divertido con todo lo que puede causar. Desconfianza. Miedo. Incertidumbre.
La receta casi perfecta.
Solo necesitan encontrar a Itachi Uchiha y listo.
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Mira al ser celestial que inunda aquella casa de madera con su potente luz, piensa en las palabras de Shisui y en todo lo que ha pasado últimamente. Suspira y no puede creer que hasta respirar duele, todos sus músculos están tensos, el sudor fue recientemente limpiado gracias al baño que se acaba de dar, pero pensó que al menos aminoraría el terrible dolor; hasta el cabello más fino le duele.
—Estúpidos —murmura a penas tomando asiento en la cama, sus piernas flaquean y si tuviera la suficiente fuerza lo maldeciría el doble.
Pero está lo suficientemente cansada e Itachi tenía razón: es un asco en el combate cuerpo a cuerpo.
No lo dirá en voz alta, por supuesto que no lo hará, entonces considera que eso casi tan estúpidamente haberse revelado en contra de un Uchiha y más si ese Uchiha es Itachi.
Todo comienza más o menos así: había decidido (convencida más a regañadientes, gracias) a trabajar un poco en su taijutsu, sabe mejor que nadie que esa no es parte fundamental de sus entrenamientos, la prueba está en los pequeños moretones (casi desaparecidos) que están en su cuello.
—Eres práctica —dijo Itachi con aquel tono tan solemne— sabes usar la fuerza del oponente en su contra pero no siempre es suficiente. —Ino recordó su combate con Sakura en aquellos exámenes. Asuma le había dicho lo mismo, sabe usar la fuerza o debilidad externa para sus propios beneficios, lo que la hace una ágil espía pero no una buena contrincante.
—Tienes fuerza en los músculos —comentó Shisui con los brazos cruzados en su pecho y un pequeño sonrojo en las mejillas, el muy idiota estaba viendo cómo "pretende" entrenar— lo que quiere decir que puedes pelear con certeza siempre y cuando estés completamente enfocada, lo cuál es un problema porqué tus reflejos son lentos y tu fuerza bruta se desperdicia.
—Soy bastante lenta para alguien de mi rango —murmuró Ino con un poco de frustración.
—Eso es a considerar, el tiempo en el que creciste hizo que carecieras de ciertas habilidades —explicó Itachi sin muchos rodeos, típico— no tenemos tiempo de fortalecer los lugares que carecen de fuerza, pero podemos fortalecer las ya existentes.
Ino entrecerró los ojos analizando lo que Itachi dijo.
—No tenemos suficiente tiempo para que tengas un entrenamiento exhaustivo —Shisui cambió tan rápido de emoción que logró conmocionar un poco a Ino— las demás naciones han perdido contacto con el País del Fuego y exigen respuesta a Konoha.
—¡¿Planean atacar?! —Ino se encontraba asustada, los ataques que ha vivido han sido bastante sorpresivos pero no de la dimensión de lo que está por pasar.
Pero tampoco pasó desapercibida la rigidez en la que el cuerpo de Itachi se encontraba, sus venas marcando su brazo, su espalda recta y firme, su mirada filosa. Ino sintió nauseas y una profunda decepción crece en su interior.
Algo como la culpa la invadió.
No quiere, pero reconoce la mirada de Itachi dentro del sermón que le da, es la combinación de muchas cosas.
—Lord Fugaku prevé cuatro semanas, por lo menos para los primeros ataques —Shisui la miraba fijamente intentando transmitir la seriedad del asunto.
—Trabajaremos la fuerza —respondió Itachi una vez que las miradas de Ino y Shisui dejaron de mantenerse en el otro por largos minutos— los ataques directos son un problema para ti, necesitas velocidad y defensa como parte primordial, Madara no te ataca directamente por lo que con él tendremos que manejarlo de otra forma.
Ino se encogió un poco y no es por la explicación que el Uchiha tiene sobre ella, como pudiera ver justo lo que hay detrás de ella, más bien es la facilidad con la que parece no encontrarse decepcionado, como si entendiera que si Ino Yamanaka es débil no fuese un defecto.
—¿Otra forma?
—Tus habilidades como ninja sensor —Shisui se acercó a pasos lentos— Madara o quién sea, tiene habilidades específicas, genjutsu es una muy común en el clan Uchiha, podrías leer sus movimientos antes de que lo intente. Tenemos una ventaja, él no piensa matarte.
—Tú hablas de sentir el chakra, prever sus movimientos, anticiparlos canalizando la energía. —Ino estaba poco más que sorprendida(1)—. La extensión de los ninjas sensores a lo que se conoce como red de chakra es en palabras básicas sentir a otros, no leer sus movimientos.
—La vacilación de chakra —respondió Itachi.
—Aplica en estados emocionales y anímicos así como mentales —explicó con el ceño fruncido y una capacidad impresionantemente analítica.
Es por eso que había pensado que el nivel de locura de Madara —Obito— está en un nivel mayormente insano, porqué puede sentir las convicciones de las que habla del cómo ha llegado tan lejos y verdaderamente cree que hace lo correcto. La confianza que irradia Madara respecto a sus creencias, es enfermiza, su chakra no tiene una pizca de ser nauseabundo porque sus convicciones son terriblemente correctas en su criterio. (2)
Él cree que va a salvar a todos o por lo menos a una persona.
—Todos tenemos un patrón en comportamiento y por ende en la lectura de chakra, así es como puedes saber quién es quién —Ino quiso golpear a Shisui por parecer demasiado presumido, pero él le sonrió descaradamente— deberías encontrar esos espacios en su chakra, saber cuando va actuar, la respuesta inmediata de su comportamiento.
—Eso requiere su estudio, estar cerca de él, mantenerlo en un cambio constante.
—Por eso necesitas mejorar tu defensa.
Itachi y Shisui compartieron una mirada por un instante. Sin embargo, Ino no se dejó engañar del todo; hay algo que no querían decirlo o no del todo, por supuesto, ha sido muy común en ellos ser discreto con muchos secretos alrededor de todos.
—Seré una carnada... —dijo Ino en un murmuro y recordó las cientos de veces que Shikamaru la ponía en el ojo del huracán, pero siempre confiaba en él y en su manera de llevar a cabo con éxito una misión.
—Es lo único que puedo ofrecerte —comentó Shisui mirándola fijamente, no te preocupes encontraré la forma de estar ahí es lo que quería decir él, no obstante, sabe que las cosas con Itachi y ella son un poco incómodas en ese momento.
—Bien, ¿qué sugieren?
Probablemente no debió de haber preguntado. Lo que sucedió después fue como un parpadeo.
Se siente avergonzada y el reflejo se encuentra en sus mejillas. Recuerda que Shisui desapareció en un nube de humo con una sonrisa arrogante. Idiota.
Aunque si es sincera, eso no fue lo que le hizo poner todo en perspectiva: fue la mirada tan oscura de Itachi, el entrecejo y la inexpresividad. Ino intentó no sorprenderse pero no lo logró, sus piernas temblaron y el nerviosismo de apoderó de ella.
Itachi no se movió en absoluto y sus orbes oscuros, oscuros, oscuros la miraron fijamente sin parpadear. Y entonces, lo supo, aquella mirada sin una aparente emoción y un sobre análisis de sus acciones era aquella que recuerda de la versión futura del Uchiha; es una pequeña fiera que pensó podría desistir si cambiaba el destino, sin embargo, no fue así. Es como si Itachi estuviera destinado a tener aquella mirada vacía y dolorosa repleta de una culpa que a penas y comienza.
Agudizó sus sentidos, su mirada cambio a una que siempre solía tener con el Equipo 10, lista para cualquier orden que Shikamaru diera, tanteo el relieve del arma en su pierna y extendió la red de susceptibilidad de chakra tan lejos como pudo. Sintió el cálido chakra de Itachi y dos personas a cinco kilómetros únicamente, era probable que fueran de la Policía Militar, no reconoció la lectura de energía.
El chakra de Itachi no ascendía o descendía, era estable y concentrado en todo su cuerpo, un perfecto control que le hizo recordar a Sakura por una fracción de segundo.
Ahora que lo recuerda, siente todavía más vergüenza, sacó un kunai de su porta armas e Itachi sonrió ligeramente, Ino sintió sus mejillas enrojecer, porqué no ser burlaba de ella por tan patético movimiento, la verdadera razón era que, él pudo preverlo pero no con sus ojos rojizos. Para Itachi aquello no era más que una circunstancia curiosa, Ino es impredecible con su carácter y lo hace sentirse curioso de la naturaleza de la Yamanaka para hacer movimientos precisos y con una lógica secuencial en ellos.
Kunai, pose de defensa y ataque. Básico para un shinobi.
—Sabes perfectamente que eso no servirá —la voz de Itachi era grave a Ino le recuerda cada vez más aquella versión adulta.
—Pruébame —respondió con determinación en aquellos orbes azules brillando.
Y si era sincera, Ino Yamanaka es astuta pero no en el ámbito físico. El pequeño recuerdo de su pelea de Kakuzu y Hidan golpea su mente, el cómo la habían golpeado sin piedad, su terquedad, cierto rubio idiota salvando el día y el mayor peso cayendo sobre los hombros de Kakashi, Shikamaru y Naruto.
¡Vaya que es lenta! Lanzó puño, patada, puño y patada; ningún golpe logró darle a Itachi y por el contrario él se movió a una velocidad bastante rápida sin conmocionarse por los actos de la rubia.
Ino intentó no perder la concentración en la lectura del chakra de Itachi que se mantiene completamente estable, sin ningún cambio, él es ágil y el simular pelear se vuelve como una pequeña danza, es tan natural como respirar.
—Solo estás cansando tu cuerpo —advirtió el Uchiha— necesitas reserva para cualquier ataque ya sea a distancia o a corto plazo, te confías demasiado.
—¿No dijeron que debía entrenar fuerza? —preguntó ella con una sonrisa divertida y un muy marcado coqueteo, el sudor comenzó a descender por su frente, sus mejillas adquirieron un tono rosa y su respiración terminó por aumentar, por su parte, Itachi sostuvo su mirada y ella vio algo así como una sonrisa en sus orbes.
—Hay otras formas de hacerlo que gastar energía innecesaria —Itachi y su solemne tono de voz no hizo más que sacarle una risa tonta.
—¿Cuál es su observación, sensei? —Cuestionó Ino una vez que su puño fue directo a la mejilla de Itachi y logró solo sentir aquellos cabellos oscuros rozar sus nudillos, solo un poco.
—Tu concentración para estudiar mis movimientos es buena, —respondió él bloqueando una patada con su antebrazo—, tu atención es bien dividida entre tu manejo de chakra, el estudio del mío y evitar fatigarte —siguió explicando— pero tu estado físico es el problema, eres lenta para alguien de tu rango, tu equilibrio es un factor a considerar para dar un golpe certero y careces un poco de confianza al querer atacarme con un arma.
Todo eso era cierto.
—Dijiste que no era suficiente —Ino tomó entre sus dedos el filado kunai para después intentar regular su respiración y quitar el mechón de cabello estorbando en su bonito rostro.
—Pruébalo —invitó él.
Y así lo hizo, lanzó el arma con fuerza pero no la suficiente para querer herirlo (que de todos modos no podría haber hecho) pero el movimiento de Itachi tan certero y fugaz que logró golpear kunai contra kunai. Ambas armas salieron disparadas a sentidos opuestos provocando un corte en el brazo derecho de Ino.
Itachi miró fijamente la herida para después mirarla a ella, su rostro perlado por el sudor se veía rojizo y sus cabellos comenzaron apegarse a su piel, algo dentro de Itachi se removió y fue rápidamente desechado. Ino lo miró pero su atención estaba más fija en el líquido sumamente caliente que descendía por su brazo, el ardor pasó a segundo plano.
—Fallé —se burló ella con una tonta risa.
Itachi entrecerro los ojos. ¿Acaso le estaba coqueteando?
Ino no curó su herida, al contrario tocó y salió un poco más de sangre, hizo una extraña mueca que Shikamaru y Chōji entenderían como jodidamente doloroso pero Itachi no lo dice aunque se encuentra un poco confundido.
—No gastar energía de más —respondió la Yamanaka al ver aquella curiosidad en Itachi.
Es como su pudiera leerlo y para él eso es inquietante.
—Debes evitar ser atacada —Itachi estaba bastante confundido. ¿Ino Yamanaka no escucha nada de lo que se le dice?
—Es entrenamiento —dijo ella con simpleza como si eso fuese un consejo que no va a tomar en cuenta.
—Estás herida, no podemos entrenar así —Itachi quitó aquella inexpresividad ese su rostro y por un momento Ino pudo ver un poco de la humanidad que a veces esconde, delata su firma de chakra y algo en su rostro— tu atención se dispersa.
—Piénsalo —respondió Ino pasando la mano por su cabello manchando con sangre en el proceso— es el escenario perfecto, si el imbécil ese intenta atacarme.
E Itachi sabría que eso es verdad, lo mas probable que podría pasar es que antes de un ataque directo Ino saldría herida de cualquier forma, mucho antes de que Obito quisiera un enfrentamiento directo.
—Solo bloqueo de ataque —aceptó él.
Y así fue, los primeros ataque de Itachi eran precisos con las armas, Ino no logró bloquear varias o un montón de ellos, algunos rasgaron su piel en sus brazos y piernas y otros pasaron desapercibidos. Ino puede ver detrás de su mentira y sabe que Itachi nunca le dio directamente, solo para que las armas no la tocaran o cómo explica que ninguna dio en su rostro o un órgano vital.
—Eres condescendiente —regañó ella con su kunai y el esfuerzo en su rostro. Ceño fruncido, labios rojizos de tanto morderlos y los músculos temblando.
—Todavía no eres tan rápida —Itachi estaba más ocupado viendo un las armas dispersas en suelo seco— y la agilidad que puedes tener es de bloqueo.
—¿De qué hablas? —Cuestionó la chica.
Itachi caminó a paso lento entre las armas tiradas. Algún tipo de satisfacción se instauró en su pecho, al ver a Ino tan susceptible y frágil frente a él; no era el tipo de sentimiento que compartió con Izumi quién era más inocente y francamente no había sentido lo que crecía en su estómago y un poco más allá. Era algo más profundo con un toque de subversión que comenzaba a recorrerle la espina dorsal. Un tipo de placer desconocido que nació lo profundo de su pecho.
Ver a Ino Yamanaka tan sumisa y con las piernas flaqueando lo hizo sentir de una forma tan... placentera, ser él quién puede hacerla sentir tan jodidamente vulnerable.
Porque Ino mantiene los orbes abiertos, los labios de igual forma y su respiración se agita tan rápido que el simple acercamiento de Itachi la hace tener un frenesí en el pecho. Es algo que no había sentido; no con Sai que era una extraña atracción ante lo misterioso que era; no hacia Sasuke que era algo superficial e infantil; tampoco con Shikamaru que era un amor sencillo y fácil que era como entenderse en la misma mente y moverse tan práctico que todo era simple o pacífico como respirar; y tampoco era como Shisui, que a pesar de ser algo tan sencillo como Shikamaru era divertido y ligero, un lugar dónde sentirse segura y comprendida; no obstante, podría decir con seguridad que con Itachi todo era completamente diferente con un revoltijo de emociones, intenso, profundo y algo de lo que nunca pudo sentir antes: apasionado.
Itachi está cerca que puede sentir su calor corporal emanar sin culpa alguna, como si nada acerca su mano derecha hacia Ino, ella pensó que acariciará su rostro o quitará el mechó de cabello de su rostro ¡Ilusa! Itachi toma sus cabellos con la mano fuertemente jalando de ella.
Ino gimió por la sorpresa.
La fuerza del Uchiha es sorprendente, intenta jalar su cabeza para poder quitar el agarre y, sin embargo, falló por completo. Ino miró con los ojos abiertos de par en par la actitud de Itachi, no le sorprende su agudeza sino el brillo en sus ojos, hay placer en ellos al verla tan sumisa y débil como si aquello fuera parte de un acto más allá de un simple entrenamiento.
—Intenta quitarte —ordenó con su voz más gutural, más grave y causando un estremecimiento en Ino. No como suele ser con Madara, aquello extrañamente le agradó y le hizo temblar en un retorcido buen sentido.
Ino obedeció sin ningún problema, aunque no pudo enfocarse en su primer momento, la mirada de Itachi era penetrante, intensa y oscura que no logró enfocar su chakra en algún punto para golpear y simplemente permaneció quieta intentando descifrar cuál sería el siguiente movimiento. Su mente divagó y su mano tomó el antebrazo del Uchiha aplicando fuerza en ella, Itachi sonrió, pero no era una sonrisa que le había visto tener.
Recuerda vagamente sus gestos, aunque no lo hace muy a menudo y mucho menos ahora que está a punto de estallar una guerra, sabe diferenciarlas: Sasuke, suele ser cargada de ternura por lo que puede provocarle el muy insoportable Sasuke de diez años; Shisui, esa es sincera sin algún tipo de dolor y a veces Ino se pregunta que pasaría si Shisui estuviera vivo en el futuro ¿Habría algo de felicidad en la vida de Itachi? Recuerda la sonrisa de Itachi con su madre y poco con su padre. Y en ese momento, no es una sonrisa que haya visto antes y mucho menos con ella o con Izumi, hay un extraño sentimiento en su chakra que puede reconocer en alguien más que en Itachi Uchiha: es sentimiento de celos y posesión.
La hizo estremecer.
El agarre de Itachi comenzó a doler.
—No utilices un golpe directo —afianzó más su mano en sus hebras, Itachi pareció acariciar aquellos cabellos— utiliza tu cuerpo, recuerda que el taijutsu no solo es el combate cuerpo a cuerpo es estudiar el cuerpo del oponente para usarlo a tu beneficio. Tienes fuerza en tus piernas, úsalas.
Ambos se miraron fijamente y la mente de Ino fue a un lugar al que no debió ir, Itachi se percató cuando las mejillas de ella adquirieron un tono rojizo.
Entonces como si fuese un reflejo subió su pierna derecha para agilizar un rápido movimiento y poder aplicar una llave, sin embargo, Itachi se vio más hábil y bloqueo el posible movimiento, enredando más su mano a su largo cabello.
—Mierda —murmuró Ino con frustración. Su brazo libre de la herida sujetaba el de Itachi y su rodilla era bloqueada por el antebrazo del Uchiha.
Pensó que si enredada sus piernas alrededor del cuello de Itachi y usaba el peso de este para poder no solo quitarse sino usar su peso para derribarlo iba a funcionar. A veces Ino Yamanaka peca de ser ingenua.
—Deja de jugar y hazlo —nuevamente ordenó a la chica— quítate o inmovilízame.
—Eres un presumido e insoportable —dijo ella entre dientes.
Itachi no se movió y continuó mirando esperando a que Ino hiciera un movimiento en falso para poder someterla más de lo que ya estaba. Un revoltijo de emoción lo hizo vibrar ante la mirada atenta de Ino.
—Hazlo.
La Yamanaka bajó su pierna para poder tomar el cuello de la camisa de Itachi con sus dedos sin importar que su herida en el brazo manchara la ropa del Uchiha.
Lo atrajo hacia ella misma, presionó de más prenda de ropa y logró hacer sangrar más su brazo, el liquido rojizo descendió tan rápido como era posible manchando no solo la ropa sino el rostro y parte del cuello de Itachi.
El asombro de Itachi se vio reflejado en sus ojos más no en su rostro, pero era de esperarse ¿no? Así que, la observó detenidamente, estaban a escasos centímetros, él aroma al perfume de Ino y sudor se combinó en su nariz, podía ver el azul de sus ojos que ahora que lo pensaba era casi verde o con pequeños destellos, sus mejillas eran de un tono más rosa que rojo debido al esfuerzo y los moretones de su misión anterior estaban expuestos gracias a la fuerza que generaba con al tener el cabello enredado en su brazo.
Ino siente algo revuelto en su estómago cuando recuerda exactamente cómo la fuerza del cuerpo de Itachi la estaba aprisionado con pequeños pasos. Poco a poco, la fuerza ejercida sobre el pequeño combate. Ino con su mano izquierda tomó un kunai que pasó rápidamente a la derecha a pesar del pequeño dolor que tenía y lo acercó hacia la yugular del Uchiha.
Primero Itachi miró de reojo el arma y sus penetrantes ojos se encontraron con los suyos. Había algo dentro de ellos que parecía ser curiosidad o el próximo movimiento a realizar, cualquiera de las dos sería algo grato.
—Cualquier nervio que toque podría hacerte perder la consciencia —dijo ella en un susurro, no quería que Itachi se alarmara al estar tan cerca de su rostro.
—Tendrías que ser rápida —respondió serio, aunque Ino percibió un atisbo de diversión como si eso que ella fuera a hacer no tuviera mucho sentido— me temo que no lo eres.
Intentó ignorar las palabras pero sabía que su enojo no era muy bien disimulado porque mordía su mejilla izquierda para evitar decir algo que pudiera desconcentrarla.
Pero aquello no fue lo que más le sorprendió sino la rapidez con la que Itachi la estaba acorralado poco a poco. Ino intentaba aplicar un poco de fuerza para evitar ser movida, sin embargo, fallaba abiertamente en eso, pues Itachi Uchiha siempre ha sabido usar la la fuerza y debilidad del otro en su contra.
Francamente la resistencia que intentaba aplicar era casi exasperante su propio peso era derribado por él y las fuerza que aplicaba Itachi era casi mínima.
—No apliques tu fuerza porque el oponente la usa a su favor —dijo Itachi sin ese tono que muchas veces tiene Shisui y es más como una observación.
—Presumido —murmuró sin intención de seguir aplicando fuerza y fue entonces, cuando sintió un golpe en su cabeza y espalda. Un quejido salió de sus labios para sentir un pequeño mareo, casi al perder la consciencia.
Itachi había golpeado a Ino contra un árbol, estaba casi impactada de lo rápido que había pasado de un lugar a otro, bajó su brazo herido y escucho al kunai caer cerca de sus pies. La mano del Uchiha seguía en su cabello enredada y aplastó aquellas hebras entre su palma y la corteza del árbol. El muy cínico le tenía literalmente acorralada entre su cuerpo y un jodido roble de 200 años.
—Debes cuidar todos los ángulos de batalla —Itachi susurró como si hubiese contado un secreto tan profundo como matar a su Clan para evitar una probable guerra.
La piel de Ino se erizó con el aliento caliente de Itachi chocar contra sus propios labios. La cercanía la estaba inquietando, pero no en el mal sentido, había algo dentro de sí misma que quería experimentar algo así como un pequeño arrebato para poder romper el espacio (si es que existía alguno). Aquella sensación creció aún más cuando los cabellos del Uchiha golpearon sus mejillas y el arrebato decidió tomar el poder sobre ella y cuando sus intenciones se adelantaron mientras el aroma a madera y el calor emanar de Itachi chocó contra su razón, Ino dio un paso enfrente entre el cabello ser estrujado y su poca mente sobre ella.
Pero debe admitir que perdió no solo la concentración sino también la poca cordura que cree que le queda.
La mano libre de Itachi se acercó a su rostro, específicamente la ligera caricia que sintió en su mejilla, fue un simple toque que hizo y reaccionar no solo con el nerviosismo sino con un extraño calor que surgió en su vientre, su respiración aumentó. Entonces, con toda la premura que pudo contener en su momento Itachi no tuvo más opción que tomar su nuca y acercarla en un movimiento tan simple y con un deje de elegancia que a Ino la hizo temblar de pies a cabeza.
Ino parpadeó confundida porqué sentir los labios de Itachi Uchiha tocando los suyos, un pequeño roce que logra hacerla sentir tan jodidamente vulnerable.
Itachi sonrió sobre los labios de Ino, no fue un beso, pero definitivamente hacerla sentir así logró satisfacer ese pequeño deseo.
—No debes dejar que el enemigo se acerque demasiado —dijo Itachi cuando acercó más a Ino para que ambos se miraran fijamente.
Y.
Color rojizo.
Sharingan.
Genjutsu.
No había nada, después.
Cuando Ino sintió abrir sus ojos, su garganta seca, sus cabellos estaban sueltos, la sangre seguía recorriendo su brazo, pero no la suficiente para perder el conocimiento.
Ino se desmayó porque reconoció esa sensación de dificultad al tratar saliva o poder moverse, no había sido el desgaste de chakra o la pérdida de sangre, fue todo responsabilidad de Itachi. Quién la miraba detenidamente a unos cuantos metros de ella, tenía los brazos cruzados y sin ninguna expresión en su rostro.
Solamente esperaba su reacción.
—Supongo que perdí —dijo Ino y recordó en ese momento a Sakura en los exámenes chunin.
—Tienes mucho que entrenar —Itachi respondió con un poco de decepción en su voz o quizás era algo que no podía reconocer del todo. ¿Acaso era preocupación?
—Lo sé —un susurro regalado al viento— lo sé.
—Solo tenías que inmovilizarme y tener una ventaja.
Itachi se dio la vuelta, a punto de irse, sin decir nada. Aquella situación lo había puesto a alerta.
Lo cierto era que, había sucumbido a una parte que no tenía idea que podría encontrar en alguna parte de él. Algo desconocido que ni su versión adulta del futuro había tenido tiempo de experimentar del todo, solamente cuando era necesario habría dicho Kisame con una sonrisa divertida en un terrible burdel.
Una idea que sabría causaría problemas sino lograba controlarla.
Necesitaba espacio.
Itachi dio un paso y, sin embargo, su cuerpo no se movió, dio otro y su cuerpo estaba estático, sin algún tipo de movimiento en él.
Intrigado dio un vistazo hacia atrás.
Y la vio.
Ino sonrió con aquel presuntuoso gesto, con la audacia de un gato que atrapó a su presa y un risita divertida. Estaba recargada en el árbol, se notaba el cansancio en su rostro y la mirada fija en Itachi. Te tengo quería mencionar pero probablemente estaba muy ocupada intentando no sentirse más exhausta de lo que ya estaba.
—El objetivo era inmovilizar al enemigo.
Su voz sonaba más grave y pudo ser por su garganta seca o por el esfuerzo.
Itachi no despegó sus ojos oscuros e intrigados respecto a ella. Estaba curioso y aquel interés que siempre le causó ahora es cada más potente o profundo no la veía como alguien que era desconocida, buscaba un indicio de ¿qué? No estaba muy seguro.
Intentó nuevamente moverse, intentó mover sus brazos, pero estaban los suficientemente rígidos para hacerlo.
—Una red de chakra —dijo Ino con esa voz altanera, las manos sobre su cadera y Shikamaru probablemente hubiese dicho mujer problemática— use mi propia sangre para crear el camino.
Itachi se miró a sí mismo, estaba en lo correcto, la sangre de la herida de Ino estaba cubría sus ropas y parte de su cuello, podía sentir una ligera opresión en él. Pero eso no explicaba sus pies atados o sus brazos.
—El cabello —explicó con simpleza— y tu sangre —levantó del suelo su kunai con un poco de aquel líquido— mientras sostenían mi cabello me asegure de que hubiese suficiente fuerza para arrancar un poco de ellos, se pegaron a tus pies y manos lo que permite que sean algo así como hilos de chakra.—Ino guiñó uno de sus ojos mientras sonreía divertida, aunque el desastre que era la hacía ver verdaderamente satisfecha con su cometido.
—Usaste mi sangre como conducto a la tuya —Ino asintió con la cabeza y una gran sonrisa, Itachi parpadeo intentando recordar si tenía alguna herida en su cuello y entonces, recordó cuando ambos estaban uno frente al otro y aquella opresión había sido una pequeña herida.(3)
Itachi tocó su cuello para encontrar un pequeño rasguño casi imperceptible. Astuta.
—Dijeron que Shikamaru o Chōji no podrían protegerme al no estar aquí —Ino comenzó de cir mientras los hilos de chakra y la red reducían hasta ella, Itachi la miró para saber qué quería decir— pero, se equivocaron en eso. El equipo Ino-Shika-Cho los tres somos uno y uno somos tres, no importa dónde, cuándo o con quién estemos siempre estamos con nosotros. He aprendido a pensar como Shikamaru y a pelear como Chōji. Podré confiarme pero al tener un equipo como ellos la confianza es lo único que tengo ahora.
Ino sonrió e Itachi supo de inmediato que Ino Yamanaka no había cambiado mucho de su vida en el futuro, claro que muchas cosas habían cambiado respecto a Konoha pero su espíritu como integrante de tan magnífico trío seguía latente y no lo diría o aceptaría plenamente pero ella estaba orgullosa de tan gran equipo. Ino no necesitaba ser de un equipo como el siete lleno de competencia y problemas o como el ocho, un equipo con suficientes inseguridades, solo necesitaba estar con un holgazán de primera y un sujeto con problemas al comer.
Hasta ese momento Ino no lo sabía pero estaba madurando en otras cosas más allá del entrenamiento.
Ino no dijo nada y solo vio cuando Itachi se dio la media vuelta para retirarse.
—¡Oye! Gané —dijo orgullosa.
—Lo hiciste, sí.
—¿Seguiremos? —No sabía exactamente porqué pero un gran nerviosismo la golpeó y sus hombros se movieron sin parar.
E Itachi sin voltear a verla solo dijo:—Lo siento, Ino, será para la próxima.
Ahora que lo recuerda solo puede sentir sus mejillas calientes y la vergüenza que alguna vez sintió es borrada, así como, en su lugar hay orgullo y satisfacción.
Aunque, sienta la necesidad de restregar que tomó por sorpresa a Itachi Uchiha (definitivamente no lo venció) hay algo inquietante que no puede dejar de dar vueltas en su cabeza una y otra vez. No es (claro que no) su posición en haber seducido a Itachi para que cediera en su pequeño enfrentamiento (que no lo fue) y poder crear una estrategia por lo menos para cumplir el objetivo inicial —Shikamaru estaría estúpidamente orgulloso y lo sabe—, lo que la tiene vagamente confundida es la palabra que habría dicho y que alguna vez le dijo.
No las había repetido al menos no con ella y puede ver que, el significado está implícito, es decir, no puede evitar lo inevitable como le dijo aquella mujer, pero ahora es importante porque no se trata de Sasuke o el Clan Uchiha, se trata del mundo shinobi y de Itachi Uchiha.
—Me enteré que pudiste inmovilizar a Itachi —Shisui entra a la habitación tan despreocupado con ropa para descansar que a Ino no le afecta que ella está en bata de baño y tiene el cabello mojado aún.
—¿Te lo dijo? —Pregunta Ino sonrojada, eso se está volviendo un poco incómodo.
—No es de muchas palabras —Shisui se ve quitado de la pena y ciertamente divertido porqué Itachi está más silencioso de lo común—. Me sorprende que lo hayas hecho, apostaba a que no lo harías.
Ino lo mira indignada y después sonríe para acostarse a lado de Shisui en aquella casa alejada de todos lados. Un regalo de Fugaku, no quiero que intervengan más de lo necesario y eso significa ningún contacto con nadie más que mi hijo y su amigo y a veces tu padre, claro que así no lo dijo pero Ino heredó la perspicacia de Inoichi puede traducirlo.
Una vez acostada mira el techo y Shisui simplemente la imita.
—Hay algo raro en él —murmura Ino, espera que Shisui caiga rendido en un sueño profundo y no le responda.
—¿En Itachi? —Para su mala suerte Shisui tiene ese tono que sabe descifrar gracias a veces usa Shikamaru cuando algo es tan obvio.
—Hay algo que pasa dentro de él y...
—Lo viste con tu Itachi —Ino mira a Shisui directamente, la luz de la luna lo alumbra y puede ver los cabellos rebeldes negros sobre la almohada o sus ojos oscuros mirarle con intensidad. Porqué tu Itachi suena bastante personal.
—Creí que eso que tiene Itachi no iba a volver a pasar —Ino ignora el dolor que le causa en el pecho— creí que estaba a salvo de sentirse así...
—Hay cosas que deben pasar, quizás Itachi siempre ha sido así.
—¿Así cómo? —Ino se acomoda de lado dando la espalda a Shisui para que no vea sus ojos vidriosos por Itachi.
—Hay oscuridad en todos nosotros —responde el Uchiha con un tono solemne y él francamente lo piensa— Itachi no es la excepción y siempre ha estado ahí cuando era niño, cuando lo conocí, incluso cuando tú llegaste.
—¿Entonces es el destino?
Ino se acurruca en la cama para poner sus manos en su pecho y así evitar el hueco que ha comenzado a crecer.
—Lo que sea que sea —Shisui susurra— es parte de todos nosotros.
Ino no piensa dar protesta cuando Shisui pasa su brazo sobre su cintura y se acerca lentamente para abrazarla, tampoco piensa cuestionar cómo es que sabe de su Itachi —pero es Shisui y mierda, ¿cómo no va a saberlo?— y mucho menos desea dar explicación del cómo se ha dado cuenta de que Itachi es solo un reflejo de su Itachi.
—¿Itachi siempre ha tenido esa oscuridad?
Pero la respuesta se queda en el aire al sentir a Shisui Uchiha abrazándola fuertemente y su respiración pausada invitandola por fin descansar después de un largo día.
E Ino no ha logrado comprender qué a veces el destino es caprichoso y siempre llega a ti.
(1): La firma de energía (en este caso el chakra) es la forma en la que reconocen si una persona es quién, basada en lo que respecta a como Ino percibe el chakra de las personas al ser un ninja sensor tengo la hipótesis de que puede no leer sino prever si una persona puede o no atacar dependiendo de su estado emocional o de cómo se conduzca. No de la misma forma que lo hace Itachi o algún Uchiha que "leen" los movimientos. Es solo una idea de cómo podría Ino en este fic explotar su habilidades sin necesidad de ponerle capacidades que no posee.
(2): La razón por la que Ino no percibe a Obito como un chakra nauseabundo es que la moral y ética de Obito indican que hace lo correcto, que ese es el verdadero camino. A diferencia de otros que saben que lo que hacen es incorrecto y aún así lo hacen con dolo. Puse este ejemplo, ya que la redención en Naruto es algo extraña y me gusta pensar en personaje poco morales porque se vuelven más ricos a la hora de trabajar con ellos. Además que esto ayudará para fines de la segunda parte.
(3): Imite un poco la pela que tuvo con Sakura durante los exámenes chunin, la diferencia es que Itachi es poco probable que cayera ante un transferencia de mente. Me parece que Ino tiene una mente analítica y no solo por Shikamaru sino porque la mente es su especialidad además que la lectura de chakra de acuerdo a ella, sabe que Itachi u Obito nunca le harían daño deliberadamente, a lo que voy es, y puede tomar esa ventaja para ella aunque sea para ganar algo de tiempo porque seamos honestos Ino nunca estaría a la altura de Itachi, por lo menos podría tener algunas sorpresas. El uso de la sangre es una forma de conectar con el propio red de chakra de Itachi e inmovilizarlo, vamos a decir que los combinó para poder hacer su movimiento.
Espero les haya gustado me tomó un poco de tiempo hacer este capitulo, no sabía como desarrollarlo. ¡Y aún así se logró!
¿Qué les pareció el momento ItaIno? Personalmente creo que ellos tendrían mucha química.
Gracias por leerme. Nos leemos.
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