𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐈: Viaje
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐈: Viaje
El cuartel de interrogación es tan oscuro como supuso y recuerda, sus frías paredes dejan traspasar de alguna forma el frío gracias a su tabique poroso. Camina entre los pasillos. El edificio es como un pequeño laberinto solo alguien que sea lo suficientemente inteligente o tuviese dotes de sensor podría encontrar la habitación deseada. No es un secreto que aquellas dificultades fuesen hechas por Inoichi Yamanaka para evitar la infiltración de cualquier elemento contando a los propios shinobi de la Hoja. Por esa razón el departamento es reconocido a nivel mundial, buscando en algunas ocasiones la ayuda de los Yamanaka para involucrarse en ciertas misiones. Nadie puede negar el talento nato para la infiltración en mentes.
La construcción del Departamento de Interrogación está hecha específicamente para no encontrar a sus elementos.
Itachi conoce el lugar, incluso cuando el líder del Clan Yamanaka cree que nadie puede descifrarlo, sonríe para sí, Inoichi siempre ha pecado de precavido pero ninguna técnica es inmune para esos ojos que él tiene.
Encuentra la puerta, es negra de un metal pesado lo suficientemente gruesa para desviar el sonido, tiene escrito en relieve el apellido Yamanaka, toca un par de veces y espera pacientemente a que abran.
Tanto Fugaku como el Tercero le dado la tarea de hablar con Inoichi, la diferencia era que su padre deseaba conocer la nula insistencia que había tenido el Yamanaka desde un par de días (específicamente cuando vio a su hija) Inoichi dejó de insistir su situación, solamente le había sonreído engreídamente en una de las reuniones de consejo de Clanes, en la que había establecido un examen de aptitudes para definir si eran aptos para el desarrollo del nivel shinobi en cada clan.
Una nueva idea que había surgido desde el Clan Uchiha, no todos los elementos de los clanes son necesarios para la vida de un ninja, eso explicaba —palabras de Fugaku— las pérdidas de vidas constantes y el fracaso en las misiones. Nadie podía objetar ante tal lógica, porque es cierto, la mayoría de los genin que eran asesinados en sus primeras misiones de rango B y en algunos escasos casos de rango A; provocando más pérdidas que ganancias.
Por lo que decretó: Todo aquel que fuera excepcional, debería ir a la Academia Ninja, los promedio tendrían entrenamiento esencial en batalla, mientras que los que no contaran con las habilidades se dedicarían a la actividad base de su clan.
Eso molestó a uno que otro líder de su clan, como fue el caso de Hiashi Hyuga porque mejor que nadie sabe que las habilidades desarrolladas hasta ese momento de su primogénita no son suficientes para pertenecer a la Academia, sin embargo, lejos de preocuparse por su hija y la incapacidad de protegerse, siente vergüenza de ser uno de los clanes sin elementos necesarios y por ende bajar el nivel militar que ha peleado. El Quinto Hokage disminuye el número de shinobis para el clan Hyuga.
—Pretendes que nuestros números disminuyan —aclaró Hiashi con una postura firme —mientras el tuyo aumenta.
—Puedes tomarlo como un favor —Fugaku era claro— los shinobis con mayor resistencia física y mejor en el campo de batalla es el Clan Uchiha. Las estadísticas no mienten, fuera del clan Uchiha la efectividad de sus shinobis es del cuarenta por ciento, mientras el nuestro es del ochenta y cinco por ciento. Si deseamos proteger nuestra aldea, debemos pensaren la probabilidad.
—¿Qué hay de los equipos especializados? —Preguntó Ibiki Morino—. La estructura básica de los equipos en la academia no solo ayuda al trabajo en equipo, especializa a generaciones a contribuir para mejorar la relación de clanes.
Es verdad, incluso años antes se han valorado las habilidades no solo al equipo Ino-Shika-Cho, hablamos de otros tanto lo es el próximo equipo de Kiba Inuzuka, Shino Aburame y Hinata Hyuga es el equipo de rastreo con mayor eficacia en el futuro, también el próximo equipo 7, ya ha sido canalizado aún años antes a su creación y como esos equipos hay docenas de ellos, ya lo han pensado.
El Uchiha sonríe.
—Eso está resuelto, habrá un miembro Uchiha en cada uno de ellos —los líderes de los distintos clanes se miran desconcertados— habrá afiliaciones que no funcionarán o pierden su efectividad —Fugaku miró directamente a los miembros del actual Ino-Shika-Cho, Inoichi frunció el ceño molesto, en tanto, los otros dos esperaron que su amigo fue prudente— aunque ustedes no crean, se ha demostrado que la efectividad de diversos equipos combinando a pesar de que estemos atados a lo tradicional tienen resultados exitosos.
Hablaba de Ino y Shisui.
—Lord —llamó Tsune— no solo podemos vivir los clanes de nuestras actividades, necesitamos desarrollarnos como ninjas, además, las pagas ayudan al sustento económico tanto de la aldea como de personas huérfanas.
Ese es un punto, la mayoría de las pagas de los ninjas era para su sustento como lo es el caso de personas solas sin el apoyo de grandes clanes tal como Kakashi Hatake, Maito Gai y otros tantos.
—Entonces tendrán que esforzarse lo suficiente.
Tras hablar otros cuantos puntos de inconformidad de los líderes, no habría un cambio de opinión, muchos debieron suponerlo y otros tantos se decepcionaron más del régimen.
El silencio de Inoichi respecto a sus planes no pasó desapercibido para el líder de la aldea, el silencio en una persona como él solo significaba una cosa: tenía mucho que decir o sabría más de lo que aparenta.
—¿Tienes algo que decir, Inoichi? —El Yamanaka lo ignoró olímpicamente, entre tanto, los demás salían de la habitación del despacho de Fugaku. Shikaku estaba quieto esperando la respuesta de su amigo al igual que el Akimichi, de una forma un poco peculiar el Uchiha buscaba la manera de provocar a Inoichi, algo que no tenía sentido pues, Fugaku ya es el Hokage.
—¿Tendría que decir algo?
—Tu silencio me parece extraño, eso es todo.
Inoichi finalmente sonrió, con aquella sonrisa altanera y llena de rivalidad que comenzaba a crecer entre ambos. A Fugaku evidentemente le molestó, no obstante, no haría algo que diera pie a la Aldea siquiera de cuestionarle, no porque tuviese miedo era para evitar tener problemas que no necesitan. Inoichi se está convirtiendo en uno y no solo él, alguien con la inteligencia de Shikaku Nara es de temer.
Fue entonces que había enviado a Itachi vigilarlo.
Itachi esperó con toda la paciencia del mundo a que el hombre dentro de la habitación se dignara a salir, probablemente ya sepa de su estancia en su propio departamento de División de Inteligencia y lo hará esperar. Lo que no sabe el Uchiha, es que el líder del clan Yamanaka está sentado en su oficina completamente en silencio.
Inoichi está sentado en una silla cómoda en donde parece meditar a un grado superior mientras usa un dispositivo expansivo de señales neuronales para poder comunicarse con Ino. Tienen una pseudo-conversación, si bien nadie sabe una ciencia cierta las técnicas del clan Yamanaka, usan uno de sus tantos jutsus secretos y prohibidos; uno de ellos radica primero en la transmisión de información cual computadora a un disco duro externo para posteriormente, almacenarla en un lugar oculto de la mente de dicho clan y es que, el clan Yamanaka fragmenta la mente de sus individuos en caso de temer el acceso a su psique y coloca un almacenamiento de datos oculto que ni el más poderoso genjutsu debería tener acceso a ella, en él puede haber secretos de estado que podrían destruir una nación entera. Sonríe.
Siente su nariz sangrar tras largos minutes, el uso de conexión mental a tantos kilómetros y de una técnica prohibida de su clan, tal vez no fue su mejor idea.
Cuando Ino corta su comunicación suspira tranquilo, ella se encuentra bien, aunque, no puede pasar desapercibido la emoción que ella emanaba, mucho más radiante y cálida llena de ímpetu, incluso pudo sentir su felicidad por su bien (no joven quiere un ataque cardiaco tan) y el de la relación con su hija no quiso indagar en la mente de su pequeña flor, no es correcto.
¿Verdad?
Su emoción inicial se ve interrumpida por el chakra de Itachi, no lo quiere espiar, está ahí para hablar con él. Siente la pequeña vacilación en su chakra.
Abre la puerta y se encuentra con la escena: el Uchiha se mantiene parado recargado en la pared con los brazos cruzados, levanta su vista, está serio sin expresión alguna, es como si de pronto aquel rostro jovial se volviese duro.
Recuerda a Ino hablar sobre él y lo que hizo en el futuro, lo que ha hecho por la aldea y cómo cuidaba de ella estando en las sombras. Recuerda vagamente el brillo de Ino, el valor que tuvo siendo tan joven con una responsabilidad de ese peso.
Inoichi reconoce la mirada.
—¿Tú padre te ha mandado?
—El Tercero.
Y en realidad no miente, el hombre le había asignado que confiara en Inoichi y Shikaku, si alguien puede hacer algo al respecto son ellos.
Las cosas en la aldea si bien no son las mejores, ha aumentado la violencia que si bien siempre ha existido sin embargo, ahora las personas no saben cómo sacar su frustración, hay nuevos impuestos en cada uno de los comercios, los servicios son cada vez más caros y ni hablar del rechazo en la Academia Ninja, si alguna vez pensaron en tener una mejor calidad de vida como shinobi ahora no están seguros por ser rechazados, de diez niños que presentan el examen preliminar solo uno logra ser lo suficientemente capaz para afrontarlo . La sociedad toma un rumbo que jamás había tomado aún en los peores momentos.
Hiruzen Sarutobi ahora sabe que un joven no debe cargar con problemas que no le pertenecen.
Inoichi tiene el escrutinio en su mirada, no es que no le crea, realmente sabe la razón por la que le mira ya Itachi parece no importarle.
—Pasa.
Itachi agradece y entra a la oficina del sensor. Es grande y demasiado impersonal que requiere su cargo todo en colores neutros en especial los grises a excepción de una hermosa lespedeza en un pequeño florero pintado con huellas de pequeñas manos. No es difícil deducir que es de parte de su hija.
Inoichi toma asiento nuevamente para mirar a Itachi, hay algo extraño en él y por una fracción de segundo una idea cruza su mente.
—¿Qué necesitas hablar? —Inoichi es directo e Itachi sonríe levemente, tan astuto como pensó—. Supongo que el Tercer Hokage te ha mandado.
Itachi escucha el pequeño tono con el que habla Inoichi, es solo un poco molesto y dudoso, tal vez ambos. El Uchiha asiente.
En realidad, Hiruzen ya había mencionado algo similar a Inoichi. Sino queremos que el mundo colapse debemos detener al Clan Uchiha había dicho a Shikaku y al Yamanaka, de hecho, una de las tantas veces en las que el viejo líder de la aldea había sucumbido en la culpa gracias a sus malas decisiones que cargaba en la espalda. Trágico. He cometido errores y estoy consciente de ellos ambos sabían que uno de los tantos era Orochimaru, pero ninguno de ellos como lo ha sido una masacre a nuestro propio pueblo, nuestra voluntad de fuego nos rige y si deje a Fugaku en el cargo fue para darnos un poco de tiempo.Shikaku asiente y da un vistazo a su amigo, lo que Hiruzen deseaba es evitar la muerte de ambos lados del clan y la aldea, únicamente para un poco de tiempo y quizás darle el beneficio de la duda a Fugaku como Hokage.
—Y detener la expansión de tu padre —Itachi no respon— sé que no es precisamente lo que vienes a hablar conmigo. No del todo.
Itachi se mantiene quieto.
Parece pensante, inquieto.
—¿Vas a decir algo muchacho? O ¿Prefieres que le diga a tu padre que estás aquí?
—Es sobre su hija.
Inoichi está rígido, el tono de voz tan profundo del Uchiha logra descolocarlo, la expresión oscura y esa mirada apagada, logra entenderlo detrás de esa extraña aura de genio y oscuridad que emana. Una vaga idea cruza la mente del sensor, recuerda a Ino por un instante y entonces se relaja sin dejar de mirar fijamente al genio.
—No eres de por aquí, ¿verdad? —Inoichi permanece quieto, probablemente debió intuirlo, todo indica aquella discrepancia: el chakra irregular que parece controlar de mejor forma, él ligero cambio de tono, la mirada perdida y, sobre todo, no ha llamado Ino a su hija. Porque incluso sino quisiera Itachi, su lespedeza logra encender una ensordecedora comodidad en él.
Tiene una pose más sofisticada y elegante, su rostro se ve más maduro, más lúgubre, más oscuridad en él.
Itachi se esconde detrás de su cuello alto y sonríe. Su sonrisa es triste y rota, de una persona que ha perdido todo en su vida, aunque tiene un poco de esperanza, la mínima para sobrevivir, pero no la suficiente para vivir. Él tiene el corazón roto o quizás todo, su alma, su corazón y lo que más ama. Inoichi ve por primera vez un pequeño destello del verdadero Itachi; el que carga con el dolor de haber asesinado a su clan, la mujer que amaba, a sus padres y sobre todo dejar a su hermanito desamparado sin si quiera poder verle, sufriendo las consecuencias de un destino que decidieron por él sin cuestionarle y él aceptándolo ciegamente con fe.
Inoichi ve a la persona que Ino ve.
Itachi nunca ha dudado del talento de Inoichi.
—¿Qué tiene mi hija? —Cuestiona el hombre, notando inmediatamente la diferencia entre ambos.
Itachi no está familiarizado con Ino, por el contrario, parece ajeno a su mención, no la conoce, sin embargo, no puede ignorar el no intento del Uchiha por ocultar la curiosidad acerca de la chica. Ella realmente le interesa tal vez no de la forma convencional.
—Debe regresar —Itachi es tajante como el Yamanaka lo supuso— lo antes posible —enfatiza.
—¿Qué tanto sabes? —Es extraño, piensa Inoichi, no cuestiona la forma en la que Itachi sabe regresar, aunque es de suma importancia y en anhelo a saberlo lo alberga, no obstante, Itachi se ve tranquilo, pero está lo suficientemente consternado, un Yamanaka siempre es sensible—. Ino no se encuentra en estos momentos en la aldea. Se encuentra con un Uchiha.
Itachi asiente ante el comentario, ácido y en desacuerdo, Inoichi no está de acuerdo con la elección de persona con la que ha salido Ino de aldea. Por lo tanto, la extraña capacidad de curiosidad innata de Itachi sale a flote, entonces sus deducciones son ciertas, su padre no rechazaría a un Yamanaka, por el contrario, lo más seguro es que la uniera a sus filas dado sus dotes y habilidades de sensor, no lo aceptarían, pero sería un elemento clave.
—Shisui, me parece —el hombre lo hace deliberadamente.
Itachi está rígido, y su mirada sombría reluce de entre sus cabellos; eso no puede significar algo bueno, ambos lo saben, porque el Uchiha recuerda aquella extraña aquel día en el bosque, su mente había estado lo suficientemente borrosa para haberlo notado en primera instancia, no obstante, sus sentidos lo entretenido con ella, lo había sabido y eso solo puede significar una cosa: está involucrado sentimentalmente.
—Así que Shisui está con ella.
—No parece agradarte la idea —Inoichi es hábil, mucho más de lo que las personas creen.
—No hay mucho que pueda hacer en estos momentos. Si está con él entonces me temo que su estancia aquí debe acortarse —Inoichi está de acuerdo— se ha involucrado bastante en este tiempo.
—¿Por qué no me dices lo que está pasando? Y ¿Cómo fue que llegaste aquí?
Itachi retira el cabello de su rostro con parsimonia, inhala lentamente y exhala un poco agotado. Y es así que Inoichi confirma las palabras de Ino: él ha cuidado Konoha desde las sombras, nunca nadie lo ha visto y todos lo tomamos como un criminal más. El Yamanaka acepta que juzgar al Uchiha no es correcto, porque Itachi está ahí aun cuando ha tenido problemas suficientes, incluso cuando no conoce a Ino, extrañamente cuida de ella.
—El hombre que trajo a su hija se hace llamar Madara Uchiha —Inoichi lo sabe, Itachi lo nota y continúa— es parte fundamental de la organización criminal Akatsuki, sin embargo, no es quien dice ser al menos no el tiempo que he convivido con él pero, parece confiar en su hija, la manera en la que no intercede con ella a pesar de que este con su padre porque no confía en el clan —Itachi tiene un acierto, Ino confía únicamente en su padre— por eso acudo aquí para que Ino —la primera vez que la llama por su nombre, la mención tiene una ligera vacilación que el desertor disfruta— pueda retirarse.
—Quieres que interceda —Inoichi deduce, sin embargo, algo de lo que ha pecado él como su lespedeza es su voluntad de fuego inquebrantable y esa perseverancia casi irracional, Ino tiene claro su objetivo y no descansará hasta que sea viable— y no es lo único que sabes.
—Están en busca de algo, que lamento no tener conocimiento de ello, tengo la seguridad de que se cualquier cosa que decidan evitar o provocar, no es humano o no la forma, ningún poder mundano podría romper la fibra ligera entre ellos y nosotros.
Inoichi comprende lo que Itachi habla. Ninguna persona ni con todo el chakra del mundo podría trasladarse de un punto en el tiempo a otro, requeriría probablemente la energía del sol, por lo tanto, la respuesta a la pregunta de Inoichi llega.
—Imagino que estás descubriendo la forma de llegar hasta aquí —concluye Inoichi.
Itachi asiente con la cabeza.
Inoichi da un respiro, su cabeza está a punto de explotar, la información que el Uchiha le ha dado es simple pero compleja, como en un inicio Ino le dijo: hay más preguntas que respuestas. Si Itachi se ha dado a la tarea de regresar por segunda ocasión y ser descubierto por ninjas sensores a cargo de su padre es porque las cosas están a punto de colapsar.
—Bien, haré lo que pueda para que Ino salga de aquí —da una pequeña pausa— con una condición. No busques a mi hija, no intentes contactarla y mucho menos te involucres con ella.
Itachi hace una reverencia en señal de respeto y acato en la orden, no piensa buscar a la chica a menos que la situación requiera de ello, sin embargo, no está en sus planes involucrarse con la futura líder del clan Yamanaka, solo espera que Ino Vuelve mucho antes de que Sasuke le de caza y fin a su vida, de lo contrario el verdadero caos se avecinará.
El Uchiha está a punto de salir de la oficina.
—Una última cosa más —Inoichi siente la mirada del joven en él, escondido debajo de aquel cuello alto— evite que la relación entre Shisui e Ino avance a más.
El dolor de cabeza que le golpea es mucho más fuerte que las veces anteriores que usó su Mangekyō Sharingan, es tan insoportable que puede desmayarse e cualquier momento o quizás es su problema de salud, en el peor de los casos: ambos. Ya no tiene la fuerza suficiente para cualquier técnica que lo involucre demasiado. Tal vez debió aceptar la sugerencia de Kisame.
No deberías viajar en esas condiciones, tampoco acercarte demasiado a tu antiguo hogar, podrían pasearte el en especial el chiquillo rubio y ruidoso. Kisame puede ser verdaderamente fastidioso para alguien tan pasivo como lo es él. Aunque, agradece la propia burla de su compañero, siempre leal. Y es que, en ese momento, no le importó mucho, solo necesito encontrar a la chica que estaba dando suficientes problemas a su destino.
Todo había comenzado de la misma forma que Ino, con sueños borrosos que tenían el mínimo sentido. Iniciaron con simples recuerdos que solían atormentarle día a día desde que había masacrado a todo su clan, y había notado una pequeña diferencia en los acontecimientos; primero los recuerdos eran nítidos y dolorosos, cambiaron a otros que no recordaba y culpaba a su mente por jugarle en contra; después, memorias jamás vividas y recuerdos implantados donde Shisui estaba vivo tan brillante como suele recordarlo con su sonrisa arrogante y sarcasmo disfrazado, estaba Izumi tan bonita como la recuerda y luego estaba ella, nunca la había visto ni recordado, con su cabello rubio danzante, sus grandes ojos azules, sus chillidos y sus mejillas rosadas. Era una belleza,
La decidió investigar, fue una corazonada, no se avergüenza por desear saber quién era ella, al menos no después de un par de sueños que (en su opinión) sus ropas cuando caminaba por terrenos verdosos con grandes secciones en flores, podían sentir por segundos el cálido tacto de una mano descender por a suya y ni hablar de las noches en las buscaba un poco de intimidad pues, los sueños eran cada vez más realistas.
Su piel suave debajo de él, su figura marcada en relieves que tanteaba como un desquiciado las veces que quería, sabía que estaba rayando en la locura porque sus dedos marcaban con fuerza los pálidos muslos de la chica o que masajeaba sus perfectos y deliciosos botones rosados, lo estaba volviendo loco. Solo era una pequeña probada porque cuando la escuchaba era como tocar cielo.
—Itachi ... —jadeante y placentero cuando ella se retorcía de éxtasis debajo de él con cada embestida que le daba.
Ella entrecerró sus largas piernas y movió su cadera para profundizar las estocadas, si existía un Dios y estaba allá a fuera estaba seguro que debía rogarle para poder contenerse. La mujer en cambio, esbozó una tierna sonrisa, era hermosa con su rostro perlado gracias al sudor, sus labios rojizos gracias a los ósculos que encontraban la forma de unirlos una vez más; como si aquella fémina le robara toda su fuerza de voluntad tocó sus largos cabellos rubios y pudo quitar el mechón rebelde que ella amaba y lograba darle un aspecto más seductor.
Tenía el rostro más maduro, más hermosa.
—Itachi —volvía a susurrar ella.
—Ino... —casi inaudible.
Y despertaba saboreando su nombre, claro con un problema en los pantalones después de despertar cada mañana, se tocaba la cabeza y sentó un par de lágrimas rojizas bajar por sus mejillas aun sintiendo el aroma a sexo en sus fosas nasales combinado con el aroma a jazmines del shampoo de la fémina.
Francamente, las cosas comenzaban a sobrepasarlo en todos los aspectos en especial cuando estaba con ella piel con piel. Y no era que no hubo estado con alguien más, sin embargo, nunca había pensado llegar a tal placer con sólo un sueño, porque había amado a Izumi pero eran demasiado jóvenes para conocerse de otra forma, además, tampoco se había dado la oportunidad de conocer a una chica que le gustase lo suficiente.
Él es un desertor, se prometió que no merecía conocer un amor pasional porque no valía la pena, no desde que había aniquilado a su clan, el amor no era algo que quisiera sentir o al menos el pasional, porque amaba a Sasuke y Konoha mucho más de lo que podría aceptar. Hasta que apareció ella entre sueños que pronto un pequeño anhelo en su interior deseo que era real, una parte de él no lograba diferenciar los sucesos.
—Algo debe estar torturándote —se burló Kisame un día.
No era para tanto, pero la naturaleza del Akatsuki rayaba en lo hilarante, después de haberlo visto un poco confundido y después de desaparecer para tomar un baño frío todas las mañanas durante semanas. Para Kisame solo era un joven que por fin necesita de atenciones femeninas.
Itachi lo miró de reojo, no, no era divertido.
No obstante, ese día, Itachi se mostró más estoico de lo normal y si inexpresividad alertó un poco a su compañero. Cierto, el Uchiha solía ser silencioso con él mismo, pero se encontró un tanto consternado y frustrado, Itachi solía estar en un mundo interno sin señales de aparente vida en cambio, estaba confundido.
Kisame lo alto detenidamente, podía decir mejor que muchos que conocía un poco más Itachi que el resto de imbéciles que lo juzgaban. Algo dentro del ex ninja de la niebla realmente puso atención a su compañero, porque recordó un poco de cuando conoció al Uchiha, todavía era demasiado joven y se preguntó si su condición reciente tenía que ver con alguien específico.
—¿Qué sucede contigo? —La sonrisa socarrona de Kisame se hizo presente— y no puedes negarlo porque hay algo que no cuadra en todo esto.
—¿Qué es eso, según tú?
—Estás distraído y solo te he visto así por tu pequeño hermano.
Tenía razón.
E Itachi prosiguió a contar solo una pequeña parte de sus sueños sin mencionar una cierta rubia, una mínima con la que Kisame no cuestionaría demasiado, pero calmaría su saciedad de un buen chisme.
El espadachín entendió un poco de la historia, Itachi siempre había sido una persona hermética con él o al menos disfrutaban de su compañía como buenos compañeros, sabía que había algo detrás de la pequeña historia acerca de ligeros sueños, pero, como todo relato contado por Itachi había algo oculto en ella o una parte oscura que no estaba dispuesto a compartir.
Con cada palabra mencionada, Kisame podía notar más inquieto al joven Uchiha, lo sueños incrementaban su frecuencia y con ello las constantes burlas del otro, sin embargo, Itachi se mostraba más ausente y con deseos de conocer más.
Itachi como buen genio que es empezó a pensar de más.
—Me imagino que el pequeño viaje a tu autodescubrimiento comienza hoy —ironizó Kisame con toda la burla que podía poseer, y es que el ex ninja de la niebla tenía de hablador lo que tenía de bocón (literalmente).
—Puedes quedarte si gustas, nadie te obliga a ir.
—Blah, no me divertiré tanto si me quedo aquí.
Itachi lo miró para que avanzará y así fue.
—¿Estás seguro que esos sueños —había burla en el hombre— son sueños?
Itachi se detuvo.
—Ya sabes probablemente no estás dormido.
Kisame le quitó importancia.
Pero para Itachi no fue así. Se tomó bastante en serio las palabras de Kisame, probablemente era una jugada de parte del otro, no obstante, algo en la mente del joven prodigio hizo clic en su mente. ¿Lo había pensado? Sí, la diferencia es que no le dio la importancia suficiente.
Él fue un espía doble y lo siguió haciendo mucho después de su deserción de la aldea, no le queda más que investigar sobre ella: no fue un reto como supuso, pero, confiar en el nombre de un sueño sonaba como una locura. Aunque, cabe destacar que lo hizo.
Ella le era vagamente familiar, la recordaba como si de un sueño se tratase, de una vaga vida que ahora estaba tan lejos que apenas y recordaba sin sentirse culpable. Entonces sucedió, recordó aquel cabello rubio y ojos tan azules como el cielo mismo, su extravagante personalidad y hablar de su ligera afición por las flores. Yamanaka, Ino Yamanaka.
No tardó mucho, pero lo suficiente para acercarse a Konoha, tenía una vaga idea de lo que podría pasar, porque conforme se acercaba más rápido a su antiguo hogar sus sueños eran más vibrante en tonos y la consciencia en ellos aumentaba. Un terrible control comenzaba a nacer dentro de estos y lo más importante, estaba acercándose al momento en el que se encontró aquella bonita chica. Fue justo el día en el que siguió el consejo de Kisame (o burla) y ¿si no era un sueño? Su cabeza dio un par de vueltas, su poder en aquel sitio aumentaba tenía la opción de interactuar a voluntad y seguía el mismo principio de un sueño en la consciencia, así que lo hizo de una forma u otra.
Fue el día en el que se encontró por primera vez con Ino, debe admitir (mucho más de lo que pensaba) que la chica en persona era mucho más bonita de lo que su mente le había permitido observar, su cabello se veía mucho más sedoso, su piel era mucho más pálida de lo que recordaba, sus labios eran más rosados y sus grandes orbes destellaban mucho más brillo detrás de ese perfecto azul. Sintió ahogarse cuando en la profundidad del mar cuando ella lo notó, se veía feliz y no sabía si Ino realmente lo sentía (supuso que sí) pero, estaba conmovida, de una extraña forma ella sentía algo por él. Su estómago se revolvió. No estaba en sus planes.
Ella estaba consciente de él, de ambos. Porque los dos se miraron el uno al otro ignorando olímpicamente a Shisui e Izumi.
Había algo entre ellos que no necesita palabras.
Aún lo siente.
Despertó del trance, teniendo un nombre, emoción y sensación de aquel bonito rostro. Kisame estaba a su lado mirándolo de forma cuestionable, no había burla en él, estaba confundido y sorprendido, Hoshigaki realmente comenzaba a pensar que era más que un simple sueño, había información que podría llevar a otro lado lo conocido. El problema, Pain comenzó a preguntar la distracción de Itachi.
Itachi lo ignoró y todos asumieron que era acerca del rumor de Sasuke Uchiha deseando darle caza a su hermano mayor.
El Uchiha necesita más respuestas.
Por lo tanto, comenzó su pequeña investigación acerca de Ino Yamanaka; fue sorprendente la cantidad de información que había de ella en el mundo shinobi: sabía acerca de su comida favorita aquellos jitomates cereza que compra con regularidad cerca de Konoha debido a su frescura, también sabía que su pasatiempo son las compras en especial en aquella tienda que venden ropa tan reveladora, o que hay ciertos rumores en los que tiene mucha más relación de la que aparente con Shikamaru Nara, ese no tenía sustento sólido.
No obstante, necesita más información, la extraña relación de Ino con Tobi o el supuesto Madara, no tenía una base sólida. Gracias a pequeños momentos en los que sólo miraba había mención de Madara Uchiha como el hombre detrás del viaje de Ino, nada bueno podía venir de la intervención del enmascarado. Itachi sintió un extraño deber de cuidar a la bonita chica, Madara la acolarra para que haga justo lo que él desea y está seguro que hay un interés por ella, casi una obsesión, el estómago se le revuelve con solo pensar en Tobi deseando más a Ino.
Lo que más llamó su atención fue que al menos la desaparición de Ino Yamanaka, integrante de la nueva formación del Ino-Shika-Cho uno de los equipos más leales de Konoha, no estaba registrada, pensó que podría ser un problema clasificado, eso explicaría la nula salida del equipo diez a misiones. Había cosas extrañas y sin sentido en el caso.
Necesitaba acercarse más a Konoha sin levantar sospechas con Madara o Pain.
Entonces ella apareció como respuesta.
Kisame se retiró en una parte de su camino, ambos llamarían la atención y las indicaciones iniciales eran pasar desapercibido.
Su travesía fue cómoda, extrañaba la belleza de los atardeceres de Konoha o sus pueblos aledaños, el aire era tan fresco y sintió por un segundo que todo el peso que cargaba no existía, que solamente estaba en su amada aldea completamente en libertad, mirando la voluntad de fuego de las futuras generaciones y sobre todo una vida con Sasuke, en la cual no le odiaba ni deseaba darle muerte, una vida que fue y pudo ser. El potente aroma a cosmos inundó sus fosas nasales y pronto se acercó a ellas, eran de un bellísimo color lila, estaban en su mayor punto; se agachó un poco y las acarició, eran flores que podían sobre salir entre otras con una única presencia, entendía porque era la flor favorita de Ino, eran un perfecto símil.
—La vida nace —susurró aspirando una vez más.
Siguió su camino mirando el cielo azul tan inmerso en él, disfrutaba como hacía años no lo llevaba a cabo.
Cuando dio en un pequeño pueblo en los que nadie mencionó algo cuando ven a un desertor entre sus calles, muchos los conocían y le temían o simplemente eran personas con más problemas que él. El lugar era lúgubre, frío y bastante problemático. Caminó lo suficiente para dar con un pequeño lago donde pudiese descansar, no confiaba en los lugares cerrados y nadie lo apreciaría para aceptarlo, al menos no de una forma gratuita.
Toma asiento y de alguna forma que no comprende hay cosmos en el suelo secas y muertas, supone que nadie las ha cuidado en mucho tiempo o las olvidaron, tal como el pequeño pueblo en el que se encuentra que no parece tener más de doscientos habitantes, la miseria y la pobreza predomina.
Nadie tiene cabeza para cuidar un cosmos porque prefieren beber esa agua.
—La vida muere.
Unos ligeros pasos se oyen detrás de él, a través de los escasos arbustos visualiza el cuerpo de una fémina a pasos tranquilos, ella parece no percatarse de su presencia, por lo que sigue su camino sin ningún problema. No obstante, es una simple hazaña para no detenerse y seguir su camino sin llamar la atención.
Pero.
¿Cómo no llamaría la atención si es una Hyuga?
Nadie le había dicho que una misión de dos semanas se extendería más de un mes. Su equipo había tenido una misión de importancia vital, requería el rastreo de un centenar de cuerpos blanquecinos que, según el reporte, recorría parte del País del Fuego con distintas técnicas causando caos. Recorrió junto a su equipo genin gran parte de este y según tenía entendido, la misión se extendería por lo menos dos semanas más en tanto buscaban a dichas personas.
—Debe ser una trampa con fuente Kiba en algún momento después de olfatear y olfatear junto a Akamaru, no había rastro o aroma.
—¿Por qué nosotros? —Shino siempre fue una persona sensata que no perdería la objetividad tan fácilmente. Tenía un punto.
—¡¿Estás diciendo que no somos tan importantes? —Recriminó Kiba con rabia.
—N-no creo que sea eso, Kiba —interrumpió Hinata como pudo, a veces el Inuzuka solía ser un poco imprudente, solo un poco.
Kiba miró a Shino para que prosiguiera.
—Piénsalo, somos de los once de Konoha, somos un equipo de rastreo y nos han mandado a una misión en la que él rastro se pierde en dos días, tenemos un camino que borran y trazan constantemente —mucho antes de que Kiba dijese algo continua - llevamos casi un mes de misión y no hemos obtenido resultados, si esto no fue demasiado extraño diría que alguien nos quiere fuera de Konoha.
—Eso no tiene sentido —pensó por primera vez el Inuzuka— Naruto es el Jinchuriki si quisieran alejar a un shinobi de la hija sería él, el antiguo equipo diez no tiene un elemento tan importante y el equipo Gai tampoco, podríamos ser nosotros.
Pensaban que tendría que ver con una emboscada por los ojos de Hinata.
—No nos detendrían casi un mes —concluyó Shino y Hinata asintió.
Un mes era demasiado para una emboscada, ¿cuál era el objetivo real?
—Nos tendremos que separar.
—Shino —murmuró Hinata un poco preocupada, eso era una locura, estaban casi en la frontera del País del Fuego no podían separarse así tan sencillo.
—¡¿Qué dados? —Alegó el Inuzuka y un ladrido de Akamaru le hizo segunda.
—Nos separaremos en tres puntos diferentes, cada tercer día nos pondremos en contacto y acordaremos un punto en común para vernos, si esto no se resuelve en dos semanas regresaremos a Konoha y que manden un equipo especializado —ordenó Shino.
—¿Dos semanas? ¡Estás loco! No podemos separar dos semanas, hay peligros y Hinata puede ser atacada por enemigos.
Ella sonrió y agradeció la preocupación de su amigo, no se ofendía porque creyera que era débil sino porque él estaba un poco paranoico debido a su Dōjutsu.
No pasará estamos demasiado lejos y Hinata podría buscarnos en caso de peligro o con cualquier insecto.
Kiba regaló una no muy convencida mirada a Shino, ese plan no le gustaba, no eran genios como Neji o Shikamaru, tampoco tenían a una telepata como Ino oa alguien con fuerza bruta como Sakura. Era una locura, sí, pero ambos sabían que quería llegar Shino, tenía dos hipótesis: la primera era que a la persona que atacaría directamente era Hinata o la segunda, alguien quería mantenerlos específicamente a ellos fuera de todo rango de Konoha.
Tendrían que esperar cualquiera de las dos.
—Cuídense.
Fueron las últimas palabras de los tres.
Por eso se puede encontrar caminando a un pueblo cercano a Konoha, no estaba lo suficientemente lejos del punto de reunión que tendrían en dos días. La primera semana trabajando sola había tenido un astro marcado cerca de la Aldea Oculta entre la Lluvia, sin embargo, para la segunda semana el rostro había desparecido y con ello la mínima idea, por suerte había encontrado personas muy amables que la ayudado y dado de comer, estaban agradecidos con Konoha y el Clan Hyuga, esperaba que sus compañeros tuvieran la misma amabilidad.
De camino había activado su Byakugan por cualquier situación y fue justamente cuando lo encontró. No lo reconoció de inmediato porque ni siquiera recordaba haberlo visto alguna vez, Hinata era demasiado introvertida para conocerlo o haberlo visto; pero sí notó su posición incluso su flujo de chakra estaba completamente alterado y no era para menos, Itachi estaba sufriendo constante dolor en todo su cuerpo a causa de su enfermedad, en especial porque el Uchiha tenía un chakra bastante peculiar.
Hinata siguió caminando sin llamar la suficiente atención de la persona, pero, parecía que la chica no estaba de suerte.
De un momento a otro la chica frenó completamente en seco a pesar de su propia velocidad, una ola de incertidumbre la recorrió de pies a cabeza provocando que abriera sus lindos ojos. Eso sí, reconoció en seguida la capucha negra con nubes rojas, observó detenidamente al joven adulto que tenía frente a ella, tenía su brazo derecho sobre saliendo de la capa en un elegante movimiento, se sintió solo un poco intimidada, si estaba frente un miembro de Akatsuki tenía que ser lo suficientemente hábil para escapar porque no lo sería en batalla.
Itachi movió lentamente su mano en señal de acercamiento. Hinata activó su Dōjutsu.
Abrió sus ojos en par por la sorpresa, no solo su flujo de chakra estaba alterado también sus órganos internos, estaban lastimados o enfermizos. No sabía ninjutsu médico, pero sabía que él de puro milagro estaba viviendo.
—N-no es posible —susurró la chica por la impresión.
—No te lastimaré —la profunda voz de Itachi golpeó sus oídos, era como una suave canto y Hinata sintió un poco de empatía por su condición y la manera en la que parecía no inmutarse.
Él le miró directamente desactivando su Byakugan a su vez encontró aquellos ojos tintados de rojo sangre, así como el parecido con quien alguna vez fue su compañero de clase, era Itachi Uchiha.
Ninguno dijo algo.
Hinata confiaba en que no la lastimaría.
Porque era así, Itachi no pensaba hacerle daño, la había reconocido; era Hinata Hyuga perteneciente a los once de Konoha y había sido compañera de su hermano como de Ino, si alguien podría ayudarle a conocer a la bonita muchacha podría ser Hinata.
—¿Qué necesitas de mí? —de toda la fuerza que pudo tener Hinata, habló claro, tenía una extraña sensación de incertidumbre. Además, el recuerdo de cierto rubio había golpeado su cabeza, debía ser tan fuerte como un roble.
Itachi la observó detenidamente, no parecía temerle solo estaba un poco confundida.
—Ino, —Hinata frunció un poco el ceño, sus cejas ser curvaron haciéndola ver más bonita—, Ino Yamanaka —repitió.
Hinata abrió sus orbes blanquecinos, sus labios se entreabrieron junto a una helada ola de aire que golpeó su cuerpo, el viento sopló justo en su rostro comiendo sus largos cabellos azulinos.
Y sin saber exactamente porque Hinata temió por su compañera.
Camina con fuertes pasos por el Departamento de Interrogación, seguía exactamente igual que como lo recordaba, oscuro, frío, pero con un gran significado para ella. Solo pedía que su padre la recibiera, había sido una misión bastante compleja, nadie podía decir que los secretos más oscuros de Suna estaban dispersos por varios elementos, entrar y robar información fue desgastante. Había encontrado, datos bastante curiosos que podrían provocar más problemas.
No obstante, su cabeza se ve lo bastante distante con la presencia de Shisui detrás de ella, solo espera que su padre no sienta aquella conexión que tienen, sus mejillas todavía se sonrojan al recordar su misión y los encuentros tan... íntimos.
Su corazón golpea en sus oídos con fuerza, por primera vez, siente algo por ese tiempo a parte de incertidumbre, todo gracias a Shisui Uchiha.
Está tan distraída que tampoco nota la silueta de la persona que se acerca en el mismo pasillo, pero, no es la figura del joven lo que la distrae de su objetivo sino la fluctuación de energía lo que llama su atención.
Él camina a paso lento sin mirarla con la vista puesta en el piso, está distante y con aura más lúgubre, su porte cada vez más estilizado a cada paso, ojeras marcadas y ceño ligeramente más marcado.
Su corazón da un golpe en su pecho que lleva sus manos a su boca para no decir alguna imprudencia.
Ambos se dirigen uno frente al otro.
Ino lo mira con un brillo en sus bonitos ojos celestes, el reflejo mismo de sus sentimientos, por primera vez Itachi puede verla con más detenimiento, es verdaderamente hermosa no solo físicamente también en su ser y ella parece estar consciente de ello; se permite sentir el magnetismo que ella tiene a flor de piel, la atracción que naturalmente siente como la bola de emociones que nacen de quiénsabedónde. Mientras tanto, Ino es capaz de mirar hacia arriba, Itachi se ve tan alto como se supone que sería su versión más adulta; es tan jodidamente atractivo a lo que alguna vez pensó, él la mira con aquellos enigmáticos orbes estudiando su persona más allá de lo que ella puede comprender.
—Eres tú —susurra Ino con parsimonia, sus ojos comienzan a estar brillosos, se siente bien porque Itachi, su Itachi está con vida.
Itachi esboza una sonrisa triste y sin poder controlar su propia mano acaricia la mejilla de Ino, una caricia finita que les permite sentir la grandeza del universo solo para ellos. Ino cierra sus ojos disfrutando del tacto.
—Realmente estás aquí —vuelve a murmurar y limpia sus pálidas mejillas. Sin más, lo abraza sintiendo el calor emanar de su cuerpo, su corazón golpea dentro de su tórax, sabe que Itachi siente lo mismo que ella. Él acaricia sus cabellos rubios y siente que es la persona más bella que haya visto aun con su cabello enmarañado y sus ropas sucias—, estás aquí —repite en un intento ahogado.
Un simple abrazo se convierte en algo más, es un encuentro íntimo de dos personas que se han buscado y se encuentran por primera vez.
—Estás bien —menciona ella cuando lo mira aun en un simple abrazo, esperando paciente a que él la mira, cuando finalmente es así, es imposible no sentir el dolor que Itachi tiene, su lucha interna— no te vayas.
—Debo irme —responde seriamente pero no puede engañar a Ino, hay un pequeño tono afligido escondido en su estoicidad— tú debes irte —afirma Itachi.
—No lo haré —niega la chica una vez que se ha aferrado nuevamente a Itachi, no puede irse, no hasta terminar lo que ha empezado, no puede dejarlo ir porque no podría con eso. No quiere perderlo— no me iré, no sin ti.
Itachi la mira con esa tenue sonrisa, ella lo conforta y lo hace sentir en paz. Extraña paz.
—Podemos encontrarnos, solo detén esto.
Ino está confundida y hace un pequeño puchero con sus mejillas rosadas, está callando alguna réplica. El gesto hace esbozar otra sonrisa al Uchiha.
Ella es todo lo que imaginó y más.
—Espera, no digas eso, porque... —Ino mueve sus hombros acompañado del salmón de sus mejillas— yo...
Él ríe, es la primera vez que escucha aquella voz ronca tan cerca de sí.
—Eres un idiota —susurra nuevamente, Itachi la intimida, la pone nerviosa— reverendo idiota. Solo... —se pierde nuevamente en el ónix de los orbes de Itachi con largas pestañas y profundidad inalcanzable, da un paso— ...regresa.
El Uchiha abre sus orbes un poco ya que la cercanía de Ino es asfixiante, siente su aroma calarle hasta la médula ósea, huele a cosmos como lo supuso, su calor corporal siente encenderle aquella reprimida sensación de su pecho y logra erizarle la piel. Ella muerde su labio inferior esperando una respuesta, logra sentirla a mayor profundidad, desde las marcas rojizas en lo blanquecino de su cuello y dígitos en uno de sus muslos, siente la emoción de ella y del responsable de aquellas huellas.
Levanta su mirada y la sorpresa golpea con fuerza estaba distraído. Shisui está detrás de ellos con los brazos cruzados recargado en la pared, el mayor esboza una pequeña vista desconocida (aun para él, que lo conoció toda su vida). Ambos comparten una mirada y sabe en ese momento, que Shisui lo sabe, que él está ahí buscando a Ino.
Y sin más, Itachi pega con dos dedos de su mano izquierda en la frente de la bonita chica.
—Será para la próxima, Ino.
Los colores subieron hasta su rostro y se escondió detrás de su flequillo largo.
Itachi da un último vistazo a Shisui, la desvía hacia el suelo, comprende que es lo que es y no lo que podría ser.
Shisui la ama.
Ella está confundida.
Y él, solo quiere que todo salga bien.
Espero les haya gustado. Coméntenme qué les pareció y cuales son sus teorías acerca de cómo llegó al pasado.
Gracias por leerme.
All the love.
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