Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕𝐈𝐈: Te quiero

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕𝐈𝐈: Te quiero

Inoichi suspira una vez que el trago de sabe pasa por su garganta, a cualquiera le quemaría sin embargo, con tantos años de experiencia en el arte del alcohol para él nada es estrictamente fuerte, claro que no tiene nada que ver el truco que le enseñaron hace meses en el País del Hierro. Aunque, solamente intenta buscar la forma de evadir aquellos pensamientos que le intrigan.

Y no era para tanto en ese momento que ocupó su habilidad como ninja sensor, las cosas en la aldea al menos los últimos días a parte de estar lo suficientemente tensas muchos clanes y en especial aquellos leales a Konoha, han sido espiados por Raíz (lo cual ya es sospechoso) y otros tantos por miembros del clan Uchiha. Había sido hacia dos días en los que había comenzado a frecuentar mucho más la casa de Shikaku junto a Chõza, las misiones en su mayoría fueron dadas al clan Uchiha por lo que tenían más tiempo para hablar sin sus amadas esposas, no obstante, había sentido que lo seguían y no fue asombro que Fugaku Uchiha lo mandara a espiar pero no había problema porque sus noches acompañado de amigos eran únicamente para hablar de otros temas, vaya que Fugaku se estaba tomando mucho empeño en no salir traicionado.

Entonces harto de las patéticas tareas del líder de la aldea, quiso saber de quién se trataba no le sorprendió que fuese Itachi Uchiha, por el contrario, el joven quería que supiese que estaba ahí por élya que ningún ninja daría un paso en falso y mucho menos un geniocomo él, una vez siguiendo el chakra del genio hubo una inquietante sensación. Un chakra cálido y brillante, no era el de su amigo (que muchas veces le acompañaba), era uno distinto que conocía a la perfección porque él era creador de aquella persona. Su hija, Ino.

No fue posible, y quizás estaba exagerando porque había tomado unos cuantos tragos de más sin embargo, no podía negar aquella energía, era la de su pequeña lespedeza.

¿Qué mierda hacía su hija con aquel chico? Y como pudo aquella noche, salió disparado hacia su casa, donde encontró a su pequeña hija dormida en su cuarto. Entonces, comprendió que algo no estaba nada bien.

—Sigues haciendo eso —habló Shikaku, mientras movía el cuerpo de su amigo Akimichi quien estaba completamente dormido sobre la mesa.

—¿Hacer qué?

—Bebes para distraerte, ni siquiera estás ebrio.

—Sabes que todo esto no está bien —Inoichi mira a su mejor amigo, tiene razón, no está ni siquiera mareado, su mente repasa sus memorias—, hay más interrogantes que respuestas, Fugaku en el poder no puede significar nada bueno, la forma de ascenso, el consejo, Danzõ, fue tan precipitado.

Shikaku sonrió, fue el primero haberlo pensado pero a comparación del Yamanaka, no cuestiona directamente y es más condescendiente. ¿Quién podría juzgarlo? Todos piensan lo mismo la única diferencia es que nadie lo externa, Hiashi no lo haría porque básicamente el clan Hyuga es una extensión con sus propias normas, los Inuzuka tiene más trabajo que cualquiera, los Sarutobi están casi extintos y otro tantos de menor número no están en condiciones de cuestionar.

—No vayas a hacer algo de lo que puedas arrepentirte —más que sugerencia es una orden por parte de Shikaku— aunque eso no es lo que te tiene así.

Como si fuese un libro abierto Inoichi cambia su expresión de una molesta a una seria. Inoichi comienza a platicar su experiencia de hace unos días. Shikaku escucha pacientemente, las habilidades de Inoichi como sensor son tan buenas como la de los Uzumaki, no puede ser broma, ni confusión sin embargo, no puede ser posible que hayan dos chakras de la misma persona y ese detenimiento del Uchiha con ellos, cualquier momento seria perfecto para espiarlos y más estando ebrios.

—Has notado que nos espía, sin embargo, hace unos días dejó de hacerlo, eso no es normal —más que para Shikaku habla.
para sí mismo.

Shikaku escucha la familiaridad de Inoichi al hablar del joven, hay algo detrás de todo eso que su amigo parece no querer compartir y tal vez es que esta involucrada su pequeña hija o la naturaleza del joven Itachi. El Nara observa detenidamente a su mejor amigo, oculta información y es su principal molestia, Shikaku suspira. No será tan fácil.

—Estás diciendo que Ino, tú hija, está con Itachi.

—Suena a una locura —admite Inoichi tocándose el puente de la nariz con frustración. Hay inquietud en sus palabras como si supiese exactamente lo que está pasando, es como aquel día del nacimiento de Naruto, hay una extraña ola de incertidumbre poco flexible.

—No lo es.

—Debemos llegar al fondo de esto —menciona Inoichi, lo que sea que está pasando no solo con los Uchiha, sino con Itachi y ese chakra, Itachi Uchihq nunca daría un paso sin titubear. Quiere que lo descubra pero ¿por qué él?

—Te estás metiendo en camisa de once varas.

—Tú y tu holgazanería —farfulla— hay algo detrás de todo, que es incapaz de salir por pie propio y solo hay una persona que puede ayudarnos.

Shikaku abre sus ojos ante la realidad de la respuesta del Yamanaka, no hay nada que decir, ve aquella convicción en esos ojos verdes con azul. Inoichi siempre ha pecado de ser bastante confianzudo con él mismo. No le preocupa en absoluto pues, ya está más que acostumbrado sino las consecuencias que puedan haber.

—Kakashi es Anbu.

—Itachi también lo es. Y no encuentro quien pueda ayudarnos a parte de ellos. No confío en los hombres de Danzō y tampoco en la gente de nuestro pueblo.

Shikaku traga de su pequeño vaso para mirar nuevamente a su amigo, ¿por qué tanta insistencia?

—Inoichi —llama el Nara— ¿Qué sabes de Itachi Uchiha?

Inoichi finge estar más obsesionado con su vaso que en la pregunta y es que, no tiene idea de cómo responder aquella interrogante. Es una historia extraña sin embargo, no hay tiempo si quiera de cuestionarle porque Itachi le ha dado una pequeña señal que debe seguir, después de todo Inoichi Yamanaka tal vez influyó un poco en la voluntad de fuego del joven Uchiha.

Ino espera pacientemente a que no haya ningún sonido en aquella casa. Shisui se había despedido dando las buenas noches y se había alejado tranquilo y con una bonita sonrisa cuando marcaban las diez de la noche, ambos estaban tranquilos nadie había dicho nada sobre aquel acercamiento.

Es media noche la luz de la luna brilla incesantemente por el pequeño cuarto que le han dado, tiene una pequeña cama de invitados y un pequeño compartimiento para guardar sus cosas. No se ha acostado y por el contrario, está sentada sin sus sandalias shinobi, escuchando el sonido del agua correr y otros tantos como el canto de los grillos o el ligero viento chocar. Espera encontrar algún sonido del padre de Itachi quien no ha llegado, su madre se ha dormido y no está muy segura si Sasuke esté por ahí o dormido. El chakra de Itachi lo percibe arriba en el tejado, no ha bajado de ahí desde hace unas horas.

A pesar de sentirse cansada, espera un poco más necesita caminar de noche y vislumbrar alguna salida cercana, y aunque la tiene porque prácticamente la casa del líder del clan está a un extremo del Distrito no puede darse el lujo de confiarse.

Toma entre sus dedos sus sandalias y poco le importa el frío que pasa debajo de las puertas corredizas pues, sale a paso rápido de su habitación y comienza a caminar por el pasillo oscuro con pasos pequeños y de punta, evita que se oigan sus pasos o alertar a alguien de su próxima salida. ¡Eres genial, Ino! Irte a meter en un lugar donde claramente te vigilan.

—¿Por qué estás tú aquí?

Ino se sobre salta casi dejando caer sus sandalias tomándolas en un ágil
movimiento. Abre sus ojos ante la sorpresa de encontrar a Sasuke, con su pijama azul y su cabello desordenado.

—Hola, Sasuke —intenta decir en un pequeño susurro para que no la oigan, sin embargo, los nervios la hacen hablar fuerte y claro.

Sasuke por su parte la mira de arriba a bajo con un pequeño mojin en su rostro y no precisamente porque se vea terriblemente bonita sino porque ha notado el comportamiento de su hermano mayor y como le ha robado su atención aquella rubia.

—¿Qué haces aquí? —cuestiona nuevamente el niño, e impresiona a Ino cuando con un solo vistazo pregunta—: ¿Estás intentando escapar?

Sasuke entrecierra los ojos e Ino bufa desesperada resoplando su cabello en el rostro. Como debió suponer, Sasuke siempre había sido brillante ¿por qué habría de ser una estúpida excepción?

—No estoy huyendo —responde ante la molestia del niño, esa chica es extraña, bonita pero extraña.

—Eso parece.

—¿Puedo pasar? Necesito tomar aire fresco.

Sasuke se coloca frente a ella sin dejarla pasar.

—Suena a mentira —infiere el pequeño, cruza sus brazos y a Ino se le comprime el corazón de la ternura que hay en Sasuke, es engreído e irrespetuoso pero tiene la inocencia de cualquier niño de su edad—. No me gusta que estés aquí.

—¿En serio? —cuestiona Ino con una sonrisa y Sasuke regresa el gesto tan altanero como siempre— no recuerdo haberte preguntado.

Bien, tal vez el pelear con un niño no ha sido buena idea pero, Sasuke aunque sea en el futuro ya debía pagarle el daño moral por tratarla como una chica ruidosa y chillona. Sasuke parece irritarse más y regresar a aquel puchero que le hace verse aún más lindo.

El niño parece no querer moverse y es entonces que Ino sonríe como siempre, como si la respuesta del universo estuviera en sus manos. Abraza al pequeño por la hombros en un cálido y gran gesto, Sasuke alarmado la empuja un poco sin tener mucho éxito y sin embargo, no es la molestia lo que le sorprende sino aquel aroma floral que ella desprende. La mente de Sasuke se desconecta por unos segundos y reconoce el olor, el cabello, el color de ojos y el abrazo por igual.

Sasuke abre los ojos a la par.

—Tú...

Una vez que Ino ve la expresión de desconcierto del pequeño, decide tomar su calzado y salir rápidamente.

Ino vislumbra la oscuridad de la noche, aquella brillante luz del Distrito Uchiha están apagadas y el silencio alberga en sus oídos. Es todavía más solitario que hace unos minutos en su nueva habitación. Da algunos pasos antes de abrazarse a sí misma por el viento helado, mira hacia arriba encontrando la luna en su mayor punto tanto brillante como grande, está en medio del firmamento alumbrando todo a su paso.

Y sin darse cuenta, sus pies descalzos comienzan a hacer un pequeño ruido marcando pasos hasta la muralla del Distrito donde se encuentra, la piedra está helada y el relieve es tan áspero como imaginó, acaricia el símbolo Uchiha, es extraño no se siente cálido como alguna vez pensó de niña cuando imaginaba estar casada con Sasuke sino está frío y es tan gris como la misma noche. Sus sueños de antes (¿ahora?) son deslizados por otras sensaciones, ya no son sueños de una niña que deseaba ser la esposa de Sasuke o ser la más bonito son fácilmente reemplazados por su propia incertidumbre,  el ser desconocida por todos y sentirse un poco vacía, pensaba que esos pensamientos no estarían una vez que su misión empezaba pero no es así.

Coloca sus sandalias en orden para saltar arriba de una rama de un árbol para salir del Distrito. El lugar está en completa oscuridad.

Y una vez más comienza su viaje a las afueras de la aldea, salta entre árboles y en algunos casos corre por tierra, estudia el terreno, esperando encontrar el chakra de Konan no obstante, sabe mejor que nadie que la Akatsuki no estará ahí en absoluto sin embargo, tiene un poco de confianza en ella porque parece ser la única que sabe por lo que pasa.

El lugar en el que ha parado está solo, solo unos cuantos árboles y la noche estrellada es la única que la acompaña. Toma asiento en el césped, e intenta respirar profundamente, exhala y vuelve a respirar. Una, dos, tres y hasta cuatro veces. Aunque, no logra su cometido. Su mente sigue trabajando y pensando a la vez que siente el chakra a su alrededor como también sus nervios incrementar.

¡No funciona!

—Maldición, Shikamaru —dice a regañadientes. ¡¿Cómo le hace para concentrarse y estar en calma?!— ¡Idiota!

El chillido de Ino puede escucharse con claridad.

Intenta regresar —había dicho Konan, sin embargo, lo que olvidaba aquella hermosa mujer es que no es tan sencillo como piensa, tampoco es algo que pueda controlar y por el contrario, es algo que es inconsciente.

Ella no tiene el poder para hacerlo, tampoco tiene la paciencia de Shikamaru y en definitiva no es Itachi. ¡Eso es! Itachi, pudo ir hacia ella, el pequeño detalle que había olvidado por completo, Itachi su Itachi o bueno, él del futuro pudo conectarse por un momento, estar justo ahí con ella. Si él pudo entrar, ella puede salir.

El pensamiento hace que sus mejillas se tinten de un color rosado y mucho más cuando su mente le recuerda aquel otro sueño que había tenido, con Itachi y ella claramente embarazada. Lo que significa que ella e Itachi, estuvieron juntos. Sus mejillas pronto se tornan de un tono rosado a rojo intenso.

Suspira, no es algo que pueda ir corriendo a decirle, jala sus cabellos rubios con fuerza.

—¡Esto no es posible! —grita con fuerza.

—Nunca lo es.

—¡Itachi! —dice sobresaltada.

El Uchiha está detrás de ella con su traje Anbu, él le mira intrigado porque la chica pasó de una expresión serena a un rojo vivo combinado con algo de frustración. Él se acerca a ella a pasos cortos, no está seguro si lo sintió llegar y por el asombro en su rostro sugiere que no.

Y es que no puede dejarla sola en medio del bosque. Porque cuando su padre le pidió la tarea de seguirla en todo momento, se tomó bastante en serio su trabajo a parte, no podía con la incertidumbre de verla sola pues su pecho no le permitía dejarla así como si nada. La había seguido porque ese es su trabajo no porque le importe.

—¿Estás bien? —pregunta Itachi preocupado.

—S-sí, no es-s nada —habla la chica para mover sus hombros.

Itachi sonríe tenuemente, esa chica es la que conoció aquel día en el río Nakano no esa chica que regresó del País de la Lluvia, con su exótica belleza usándola a su favor. Ella es Ino Yamanaka, no la persona que desea salir de ahí a cualquier costo. Por su parte, Ino se siente un poco cohibida por la manera tan intensa en la que Itachi la mira, como si descubriera algo a través de sus grandes ojos azules.

Él puede ver a través de ella.

—¿Qué haces aquí? —Ino se golpea por dentro por lo ridículo que se oye.

—Tengo la misma pregunta.

—Me estabas siguiendo —responde Ino una vez que se ha parado y está a la altura de Itachi, cruza sus brazos e Itachi ni puede evitar sonreír.— O ¿me equivoco?

—No lo haces —admite él.

Es un poco extraño, la atmósfera tan peculiar que se ha formado entre ellos dos. Ambos se miran, Itachi es bastante más perceptivo de lo que muchos piensan, siente una extraña conexión hacia Ino pero, ahora es diferente, no es ella y lo hermosa que se ve bajo los rayos de la luna sino porque hay algo más que lo hace sentir embriagado por ella, no es como.la tensión de Shisui e Ino, es más profunda como si supiese que la ha buscado.

Ino sonríe abiertamente, sabe que Itachi iría tras ella. En cambio, nota esa pequeña diferencia, él solía tomar su distancia y ahora no hay una barrera de incomodidad.

Ambos comparten una mirada larga sin decir nada.

—Lo lamento —dicen ambos al unísono.

Es el momento para disculparse, los dos lo tienen el claro.

—Lo siento —habla Itachi con ese tono de voz tan profundo, Ino lo mira con curiosidad dentro de aquella voz hay una pequeña vacilación, está nervioso— no quise tratarte mal, me molesté por Sqsuke e Izumi, no fue mi intención faltarte el respeto.

Ino abre sus ojos un poco y es que, es algo que admira de Itachi, su capacidad para demostrar humildad y aceptar sus errores, es lo que la ha llevado a sentir sus latidos estrepitosamente en su pecho. La chica sonríe sin mostrar sus dientes y encarna sus cejas sintiéndose como un animal pequeña.

—No —habla ella— yo también lo hubiese hecho si ponían en peligro a Shikamaru o a Chõji, no debí decirle a tu padre esa parte.

Itachi desvía su mirada ante la empatía de Ino, siente el calor subir hacia sus mejillas y el corazón desembocado queriendo poder seguir viendo aquellos ojos azules. Ahora comprende mejor a Shisui, Ino es simplemente lo que ellos nunca imaginaron siquiera merecer.

—Está bien ¿no? —dice Ino mirando fijamente la luna— ambos buscamos proteger a las personas que amamos.

Por primera vez, Itachi se permite sentir hipnotizado con ella y no es que no lo hubiese hecho ya, sino que por primera vez desde que la conoció ha dejado sentir a flor de piel lo que ella le provoca, y no porque hayan estado acompañados de otros, sino porque se había reprimido a sí mismo a sentir. Las mariposas vuelan en su estómago, revoloteando aquí y allá, chocando en su cuerpo una y otra vez, intentando descifrar lo que ella le hace sentir. La mira de arriba a abajo, no las palabras grotescas de la vulgaridad, intenta comprender qué es lo que ella dice o detrás de sus palabras, siempre había sido sencillo descifrar a las personas, unas eran demasiado transparentes y otras tantas eran cerradas pero con una pizca de sentido común pero Ino es todo lo contrario, es indescifrable aún para su intelecto y habilidades, es como si esperara pacientemente para atraparlo en el mar de sus orbes.

—Konan tenía razón —susurra Ino, de un momento a otro se siente inquieta y triste. Itachi se siente de esa forma, él está perdido en su mente porque el desnivel de su chakra es pequeño pero hay una lucha interna en el Uchiha— la forma de proteger a los nuestros suele ser injustificada pero comprendemos poco de eso.

Itachi la escucha con parsimonia, son palabras que él diría pero Ino parece no entender del todo su significado o lo está comprendiendo.

—Akatsuki —afirma en joven lejos de cuestionar. Ino asiente y tiene de nuevo aquella mirada que le demostró cuando la conoció, hay un debate interno sobre lo que conoce. Akatsuki no es completamente malo ni Konoha es completamente bueno.

—Me siento patética, todo lo que conocí es mentira y lejos de ayudar a una causa estamos perdidos y no sabemos hacia donde ir. Estar varada aquí no es una forma de ayudar —Itachi sabe que se lo dice a sí misma, él la mira sin pestañear— y tú no quisiste ser de mucha ayuda.

Itachi inclina su cabeza confundido. E Ino abre sus ojos a la par, bocona tenía que ser. Pero lo que más le sorprende es que, Itachi no cuestiona lo que sucedió aquella noche cuando Itachi del futuro (nota mental, buscar otro nombre más... agraciado) había llegado hasta ahí.

—No lo sabes —murmura Ino pensativa.

Y como si de un robot se tratara se ha puesto a unos escasos centímetros del rostro de Itachi, el joven Uchiha se hace un poco hacia atrás aún no está acostumbrado a la efusividad y cambios de humor de la Yamanaka, es cautivador y extraño. Sus grande sojos lo estudian a la perfección, sus ojos oscuros,aquellas líneas en sus mejillas, sus largas pestañas y su expresión de sorpresa tan similar a la de Sasuke.

Ino no estudia su expresión, lo estudia a él.

La chica de un segundo a otro ha regresado a su postura bajando su mirada un poco apenada y no tiene nada que ver el terrible sonrojo en sus mejillas o su corazón palpitando con velocidad, ni tampoco el delirios aroma a roble con metal, por supuesto que no.

Ambos se miran ridículamente nerviosos, y cualquiera que los viera pueden pensar que son dos adolescentes en su primera cita, aquella tonta y privada cita.

—¿Saber? —cuestiona el chico.

—Tú, bueno no tú sino el tú del futuro... Suena ridículo, lo sé pero regresaste aquella noche que fui con Konan, eras diferente —Ino se sonroja un poco al recordar la esencia de Itachi, no la pureza de su chakra actual o su curiosidad, habla de un joven maduro y de fuerte convicción, el chakra de una persona puede decir mucho. Además no podría olvidar esa energía, es la misma con un ligero desnivel y menos calmado—, sabías que yo estaba aquí y no pareciste sorprendido, me cuestionaste qué había hecho pero no me dio tiempo de responder... te habías ido.

Ino está afligida. E Itachi hace un mueca sin pensarlo, ¿por qué se siente un poco molesto? ¿Por qué siente un ardor en su pecho cuando ella se sonroja? Intenta ignorarlo.

Itachi escucha atentamente. ¿Lo recuerda? No, en absoluto había sido un episodio en negro y ni Shisui ni Izumi mencionaron algo porque pudo ser casualmente, solía pasar después de días sin descanso a usuarios del Sharingan e incluso había tenido episodios así antes de que llegara Ino.

—Pensé en decirle a Konan —Ino baja la mirada y busca una respuesta en el mar negro arriba de ellos— pero... —Intenta decir que ella también regresó, que lo hizo, sin embargo, no puede confiar en Itachi no porque sospeche de él sino que debe seguir al pie e la letra las instrucciones de la Akatsuki, además Itachi ya ha sido un doble espía.

—¿Pero?

—Podría dar aviso a Madara o quien quiera que sea, puede trabajar con él aunque no lo sepamos —miente, aunque le funciona por lo tranquilo que se ve él Uchiha.

—¿Qué intentas hacer? Sino confías en Konoha, en Akatsuki y en el Clan, ¿por qué te esmeras tanto?

Aquellos orbes azulinos y expresivos le dan una pequeña respuesta, una que no necesita palabras y un gesto que le confirma esta. Ino lo abraza, sus brazos a cada lado de su cuerpo, su cabeza escondida en su pecho escuchando sus latidos tan rápidos que pareciera desean salir, Itachi es cálido de una forma que no puede explicar. Es peculiar la forma en la que él acepta el abrazo sin chistar y con el nerviosismo de un primerizo, logra cubrir con sus brazos el cuerpo frío de la chica, el aroma de su cabello le golpea con fuerza y la pequeña tibieza que ella emana golpea a su cuerpo con fuerza.

—Porqué me importas —habla ella en un tono de voz bajo.— Porqué no quiero que te hagan daño de nuevo, porqué no podría soportar que te hagan otra vez todo lo que te hicieron. Porqué te quiero.

Ella lo mira sin despegar tan agradable gesto, él la mira detenidamente y por primera vez desde que la ha conocido, se permite sólo por un momento ahogarse en tan profundo azul. No importa que su respiración ya no esté o que ella le consuma todo lo que piensa con solo verla, en realidad no importa, porque está demasiado ocupado perdido en tan preciosos ojos.

Itachi finalmente acepta el abrazo colocando su cabeza entre su cuello y su hombro, aspirando el olor a cosmos y sin pensarlo o pasarlo por la razón como siempre ha actuado simplemente lo siente y dice:

—Yo también te quiero y no quiero perderte.

¿Acaso lo demás importa? ¡Para nada! Y así está bien.

Abre los ojos de golpe, sus mejillas húmedas combinadas con un inmenso dolor en el pecho y no se tata de su enfermedad o de sus malestares repentinos, es ese dolor que tienes cuando te han desgarrado el corazón, el amargo sabor del dolor y la tragedia, las lágrimas de lo deseado que nunca se obtuvo.

Limpia con delicadeza sus propias mejillas para poder seguir su camino sobre aquella cueva, es tan oscura y fría como él, el viaje había sido demasiado agotador para poder ignorar sus condiciones críticas, ni siquiera Kisame había querido asistir.

Es un viaje de una semana, no estás en condiciones —había dicho su compañero con un deje de preocupación en su voz, Itachi está jugando con fuego que no conoce y nadie ahí lo hace.

Sus pasos de un momento a otro lo llevan hasta la gran sala que recibe el viento helado de aquella insípida aldea, las pequeñas gotas de lluvia se disfrazan de benevolentes y entran con fuerza al lugar. Da un pequeño vistazo hacia su izquierda donde está la mujer de cabellos azulinos, ella lo mira de regreso pero tampoco se inmuta en la mirada que le dedica: fría y solemne.

Konan observa a Itachi sin expresión alguna, no pensó que llegaría tan rápido desde donde se encontraba. Es una sorpresa que esté justo frente a ella, esperado paciente a que diga algo.

—¿Qué se te ofrece? Me pareció que  había prisa en tus palabras —cuestiona la mujer, Pain le había ordenado que atendiera a Itachi, es poco común que un miembro pidiese hablar con ellos directamente, por el contrario entre menos trato físico tuviesen, mejor.

—Necesito información.

A Konan le sorprende pero no lo deja ver, ¿por qué acudir a ellos? Itachi es un excelente espía y shinobi.

—Me sorprende tu petición.

—Shikamaru Nara, es el nombre que necesito.

Konan lo observa sin pestañear. Es el nombre del joven Jounin que mató a Kakuzu y Hidan (matar, matar, no) con ayuda de su equipo y Kakashi Hatake. Poco sabe de la relación de Itachi con algunos miembros de Konoha porque sinceramente no le interesa sin embargo, con tantos años conociendo al Uchiha puede observar algo diferente, no es su inexpresividad como el día que lo conoció tampoco es su compañerismo que ha denotado a pesar de ser llamados ninjas criminales, es complicado de comprender y mucho más en él.

—Tú sabrías esa información.

—No la suficiente.

—¿Qué información quieres? —sin rodeos, claro y preciso.

—¿Desaparición reciente?

—No que hayan informado, han habido pocas misiones del equipo diez y se mantiene con ellos en Konoha—Konan percibe un pequeño estrés en el cuerpo del Uchiha, busca información pero no exactamente del Nara.

—Bien —eso es suficiente al menos para él. Konan lo llama por última vez para saber la verdadera razón de su visita— solo quería saber que no mintieran.

Y para estar seguro que no estuviese relacionada con la chica.

Ino, su mente la nombra a la par que los sueños que más bien son recuerdos de una vida que no ha tenido aparecen en su mente como película, aquel abrazo y sus sinceras  palabras, todo de un golpe capaz de despertar su ansiada curiosidad.

Sin embargo, necesita respuestas. Si Ino está en Konoha con su equipo, ¿cómo llegó ahí?

Espero les haya gustado.
Una disculpa la demora, no estaba inspirada.
¿Qué les pareció? Háganme saber en un comentario.
All the love.♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro