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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕: Consejo

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕: Consejo


Todavía no es el amanecer, el frío de la mañana viaja por su cuerpo indicándo que la temperatura seguirá tan baja como piensa, a pesar de ser un mes caluroso parece que el invierno ha llegado y no planea irse, al menos no en mucho tiempo. Camina mirando los pequeños negocios de la aldea, algunos están cerrados y otros tantos se ven tan tristes a pesar de estar abiertos como lo ha estado en esa última semana, la agonía de la vida de la Aldea de la Hoja es cada vez más evidente y con ello, todo lo colorido que pudo haber pasado. La gente ya no suele caminar por las tardes, tampoco los niños juegan a los ninjas ni mucho menos ha salido el sol como lo hacía hace apenas escasas semanas, todo se ha transformado en un lugar casi desierto y triste, ya no hay vida o si quiera un poco de fe o esperanza.

Itachi sigue caminando por las calles desiertas, únicamente se ve él en ellas, sus pasos casi no son oídos y supone que la gente decide ignorarlo por lo que el símbolo Uchiha significa a estas alturas. Las pequeñas ventanas prefieren cerrarse cuando lo ven pasar y las madre quieren cubrir los ojos de sus hijos para que no puedan ser participantes de lo que sea que se esté construyendo ahora como Aldea de la Hoja.

¿Acaso eso se siente ser rechazado? Supone que es lo que sintió en otra vida como desertor y mató a todo su clan, probablemente es lo Ino quería evitar. Se siente frustrado en tan solo pensar en la bonita rubia, ella quería salvarlo y al final no lo logró o al menos, una parte porque la gente lo sigue viendo con miedo y asco aun cuando él no tiene la culpa, la diferencia es que el orden y la paz son dos adjetivos que se obtuvieron gracias al nuevo orden que los Uchiha han impuesto, Sasuke crecerá en una aldea que lo odiará y le verán mal solo por su nombre, por algo debe evitarse que los Uchiha vivieran. Por algo debía hacer lo que debía hacer.

—Las mañanas son más frías que de costumbre. —No le sorprende cuando Kakashi está a su lado con su traje Anbu y su libro tan educativo.

—El viento también reciente el cambio —responde sin mirar al otro, no tiene la cara necesaria para verlo.

—El cambio a veces es la única opción, Itachi —Kakashi tiene un peculiar don para decir mucho con tan poco.

Y la verdad es que Kakashi tampoco puede creer todo lo que ha pasado en tan solo cinco días, es decir, en menos de una semana electa. No solo la soledad y el impacto social de la aldea se ha visto comprometida sino también la estructura de gobierno y con ello los cargos Shinobi, las academia está silenciosa y sin juegos como los niños pues muchos han faltado a clase por terror de sus padres, los Chunin se encargan de pequeñas misiones correspondientes a un gran inferior como buscar gatos o perros y los Gennin en la actualidad ni siquiera se permite pedir una misión o tarea, los Jounin solo hacen pequeños trabajos de acompañamiento y Anbu como la policía de Konoha son quienes están a cargo de todas las misiones desde una escolta de mayor rango hasta la exterminación de enemigos.

—Capitán, ¿cree qué esto está bien?

—No soy quien para juzgar, Itachi.

—¿Entonces por qué su mirada no dice lo mismo? —Cuestiona el joven. Hatake tiene esa misma interrogante en su ojo, aquella que busca una razón por la que el Tercer Hokage dio paso a los Uchiha, sabe que hay algo detrás, más turbio.

—Por la misma razón que tú, a veces órdenes son órdenes —Itachi sabe que eso es una mentira piadosa que Kakashi en efecto no cree, pero sus sospechas entran en todo, Kakashi sabe que Itachi sabe algo o de alguien responsable de todo lo que está pasando.

—A veces en eso no radica la justicia —y es verdad, a pesar de ser hijo del nuevo líder del pueblo parece ser el más disgustado.

—Suenan a palabras de Shisui —responde Kakashi con sus manos metidas en sus bolsas del pantalón, mira por una fracción de segundo a su compañero y no muestra interés a su plática, por su puesto que es algo que no es verdad—, han habido rumores.

El Uchiha sigue caminando atento a las palabras del otro, supone que tiene algo que ver con las palabras de su padre, ¿pueden perdonar a Shisui por supuesta traición al clan Uchiha? A estas alturas no está muy seguro que así sea, su padre está actuando como nunca lo había hecho, puede ser impredecible ahora.

—¿Qué clase de rumores?

—Han visto a Shisui cerca de la Aldea Oculta entre la Lluvia, aliados a la aldea lo han visto rondar por ahí —Kakashi no pasa desapercibido la rigidez en la mandíbula de Itachi. Y es que, hay ocasiones que siente conocer al Uchiha como ninguno lo ha hecho y hay veces (que es casi siempre) que siente que Itachi es mucho más que un joven prodigio, confirma sus sospechas, Itachi siempre supo sobre Shisui. ¿Qué tanto sabe Itachi respecto al nuevo Hokage?

—Deben ser rumores.

—Los rumores siempre tienen algo de verdad —y lo son— pero hay otros de los que deben cuidarse un poco. Son aquellos que hablan sobre una organización que está naciendo o resurgiendo se las sombras, su nombre es Akatsuki. Nadie sabe absolutamente nada sobre que buscan o quieren sin embargo, creo que los rumores de Shisui están un poco conectados a ello, o al menos eso dicen por ahí.

—¿Shisui en una organización criminal? No es su estilo —responde Itachi, la verdadera razón es cierta rubia que se le ocurrió desaparecer sin dejar rastro. ¿Le sorprendió que Shisui tan lejos? Un poco, significa que Ino está en terrenos en los que está en desventaja completa y salir de no sería una opción tan sencilla como lo que creyó.

Está un poco (solo un poco ¿de acuerdo?) preocupado por Ino. El conflicto regresa, durante cinco días había estado un poco ocupado en servir a su padre que no quería recordar a Ino Yamanaka y su grandiosa visita al pasado, es más, comenzaba a sentir un poco abrumado con sus sentimientos y prefería dejarlo de lado, al menos había funcionado hasta ahora.

—Tú conoces las intenciones tras desaparecer ¿cierto? —Kakashi nunca está con rodeos, desde hacía un par de semanas había comenzado a sospechar que la desaparición de Shisui tiene que ver con el nuevo cargo de Fugaku Uchiha.

—Es difícil saber lo que Shisui piensa.

—Aún así, hay una historia detrás de esto, y lo sabes, no puedes negarlo y aunque quisieras las cosas están demasiado caóticas para hacerlo.

—Como ha dicho capitán, no soy quien para juzgar.

Kakashi lo observa mientras Itachi avanza un par de pasos, puede ver que incluso detrás del uniforme Anbu, existe el símbolo Uchiha en la ropa del joven.

—Me temo Itachi que no seré tu capitán por mucho tiempo —dice entre dientes el Hatake, pero de algo está seguro no es el único con esa inquietud y parece que muchos la tienen, incluyendo al mismo Itachi Uchiha.

Itachi decide no replicar su cabeza tiene mucho más que pensar, en primer lugar en Sasuke y la aldea, en segundo en que debe ignorar lo que sea que le provoque Ino Yamanaka o lo que haya provocado por regresar al pasado.

Los miembros de Raíz lo observan llegar al recinto donde su padre trabaja actualmente, puede mirar a unos cuantos que reconoce de trabajos anteriores, unos cuantos niños ya los de siempre que incluso han dudado de él, aun cuando demostró ser mejor que ellos. Todos y cada uno de ellos le observan minuciosamente hasta dos chiquillos con pinceles en mano, un miembro parte del clan Yamanka y hasta Yamato, y pasa de largo con su mirada fija en su padre.

Fugaku espera pacientemente a que su hijo este justo frente a él. No le interesa el reproche de los otros para con ellos, ¿quién mierdase creen? Ellos son Uchiha y aunque muchos ahí son talentosos son clanes mediocres como el Aburame y el Yamanaka.

—Itachi —llama él.

—Lord Hokage —hace una reverencia.

—Ahora que estamos completos, tengo un anuncio que darles —el hombre habla fuerte y claro, su lenguaje corporal denota seguridad y un poco de represalia—, el día de hoy les daré aviso de su nuevo líder de Raíz, Itachi Uchiha.

Tanto Fugaku como Itachi y Kakashi no esperaban menos, nadie dice nada y sus expresiones son calculadas sin ningún deje de emoción tanto negativa como sin embargo, existe la tensión a lo desconocido oa lo que el nuevo Hokage quiere. Eso sorprende a todos menos al propio Uchiha, todos creían que los especialistas Anbu o al menos Raíz desaparecería dada la naturaleza leal a Danzõ pero pueden vislumbrar que no es así y solo dos sospechan de esas palabras.

—Actualmente, estamos entrando en un nuevo régimen político y social con el clan Uchiha a cargo, la unión de la aldea debe ser claramente situada y prolongada a pesar de las diferencias que podemos tener, muchos de ustedes no estarán de acuerdo y sin embargo, debemos velar por el bien de Konoha o en su defecto de lo poco que nos queda como nación.

»Su lealtad deben saber que lejos de estar con Danzõ o el anterior Hokage, está con la aldea sobre todas las cosas, y Konoha los necesita, me han llegado rumores desde hace un par de semanas que un grupo llamado Akatsuki ha querido conseguir a las bestias con cola a toda costa y el peligro que eso significa es cada vez mayor no se sabe absolutamente nada de esa organización criminal, solo lo necesario que ellos quieren que sepamos no obstante, he dejado a Anbu y a Raíz para contener cualquier tipo de situación entre ellos y nosotros. Como sabrán el Zorro de Nueve Colas pertenece a Konoha y nuestra tarea es protegerlo a toda costa, no permitiremos que sea capturado y mucho menos que cualquier persona entre, la seguridad de la Aldea es lo más importante, además de que es posible que las demás regiones o países también sean parte de un ataque y nosotros podamos darle apoyo a nuestros compañeros shinobi. Hoy como el Quinto Hokage, doy la orden de no solo pelear por su tierra sino de vigilar las veinticuatro horas, los siete días las entradas de Konoha. Quiero saber quién entra y quién sale, y sobre todo quién planea traicionarnos. ¿De acuerdo? «

—Sí, Lord Hokage —responden al unísono.

—Itachi como su nuevo líder, deberá seguir a la orden de sus indicaciones sin replicar y cualquiera que dude o se niegue. Será juzgado como traición a la aldea.

Los presentes no se mueven y en cambio, Fugaku dirige su fuerte expresión sin emociones o dudas hacia los shinobi, a pesar de tener esas mascaras de madera es posible observar el ojo color rojo sangre viéndolos uno a uno. Ninguno dice algo, no hay palabras para poder expresar la paz extraña que son capaces de sentir en ese momento, es tan surrealista.

Sin embargo, la sensación de éxtasis total combinado con el revoltijo en sus estómagos y el deseo de querer cuidar a la aldea a pesar de todo son a través de los ojos de Itachi que miran a todos de soslayo, no se detiene en ninguno como su padre sino en un pequeño vistazo detrás de esos cabellos negros y ese cuello alto.

—Su primera misión comienza ahora —expresa Itachi con ese tono tan frío que la consciencia de Kakashi logra confundirse, más no dice algo.

—Sí, señor —dicen todos al unísono, cada uno de ellos con la convicción correr por sus venas hasta sus lenguas para que puedan hablar.

Fugaku sonríe orgulloso de lo que sus ojos (con el sharingan o no) son capaces de ver: los miembros de Anbu y Raíz están arrodillados ante su nuevo líder, su hijo mayor, con esa expresión estoica y como si de un lienzo se tratase, no hay emoción real en sus ojos tan oscuros y a la vez perfectamente coloridos de ese carmín tan parecido a la sangre.

Itachi asiente y los shinobis de élite desaparecen en un parpadeo de aquella habitación que conforme pasan los minutos desaparecen el significado que durante mucho tiempo fue la mayor posibilidad de paz en el mundo ninja.

—Ahora tú y yo hablaremos de tu misión personal —Fugaku camina hasta tomar asiento en su nuevo puesto, se ha tomado muy en serio la tarea, ahora no hay quien lo bastante de esa silla.

—Espionaje de los clanes más leales de Konoha.

—¿Tienes algo que decirme? —Cuestiona su padre con calma.

La tiene y en realidad, es peor de lo que pensaba; los clanes en absoluto están de acuerdo con los cambios hay unos que hablan sobre lo injusto que es el nuevo que está presente, entre ellos son los pequeños clanes y las pequeñas familias como los son la familia Haruno y la pequeña familia de Tenten; sin embargo, no tienen la fuerza suficiente militar y probablemente en opinión pública para replicar. Entre otros, se encuentran los clanes mayores como el Nara, Akimichi, Sarutobi, Aburame, Inuzuka y el de gran renombre, el clan Hyuga; las grandes familias llenas de prestigio y que mejores shinobi han regalado a Konoha, esos clanes son otra historia y completamente diferente, requieren explicaciones y mucho más que eso: una revocación de puesto.

—Hiashi Hyuga está más ocupado en el entrenamiento de su hija, Shikaku Nara intenta atender las demandas de su clan, Chõza Akimichi de igual forma e Inoichi Yamanaka, —hace una pausa, su padre espera a que continúe—, es el más indispuesto con la situación y parece que hablar con el líder de su propio clan no nos traerá buenas noticias y menos si Santa Yamanaka no está de acuerdo.

Fugaku mira incesantemente a su hijo, no hay mentira aunque supuso que el trío Ino-Shika-Cho sería un verdadero dolor de cabeza pero confío en que todo estaría bien, al final sus hijos eran compañeros de academia y probablemente líderes de sus clanes (hablando de Sasuke). Subestimó a ese trío tan leal no solo a Konoha sino al Tercer Hokage, su maestro.

—¿Hay opción de hablar con él?

—Está dispuesto —escuchó decir a Inoichi en aquella taberna hace dos días— solo si hay un diálogo con otros clanes, el Nara y Akimichi por supuesto y el segundo más poderoso, el Huyga.

El hombre suspira con fuerza, Inoichi Yamanaka va a ser una persona difícil de lidiar y no está dispuesto para que eso pase, no les ha costado tanto para que un Yamanaka llegue con su supuesta voluntad de fuego exija respuestas.

—¿Hay algo más?

—¿Algo más?

—Quiero saber todo sobre Inoichi Yamanaka, sus gustos, sus odios, a qué hora va al baño, con qué toma su trago, quiero saber absolutamente todo, en especial sobre su hija —eso no significa nada bueno, su padre quiere información precisa y no solo de vigilancia— y del clan Nara y Akimichi.

—¿Sobre su hija? —Itachi quiere golpearse por no darse cuenta de sus palabras, su padre lo mira directamente a los ojos que intentan encontrar la respuesta a su pregunta— quiero decir, no podemos obtener información de ellos, son niños como Sasuke. Dudo que tengan información importante.

—No es por información, es por precaución —responde el mayor sin importancia confirmando que tiene algo en mente—, ve.

Itachi hace una reverencia para dar la vuelta y poder salir del recinto. No obstante, le es imposible salir de aquel lugar pues Inoichi Yamanaka acompañado de Inabi Uchiha, entra con ese porte que ha replicado su hija. El hombre lo mira fijamente, y piensa que es todo un prodigio por ver a alguien tan joven a cargo de Anbu no podría dejar que su bella lespedeza tuviera ese peso sobre sus hombros, una sonrisa se pinta sobre los labios del líder del clan especialista en flores, no por lo intimidante que cree ser Inoichi sino por lo cohibido que se encuentra el lenguaje corporal del hijo de Fugaku.

—Señor... —llama Inabi.

—Fugaku —la voz de Inoichi se oye por todo el lugar, de alguna forma que hace recordar la fuerza con la que habla Ino, sutil pero con convicción.

—Le dije al señor Inoichi que no podía pasar... —expresa el hombre, Inoichi no lo mira y Fugaku tampoco, tienen una mirada fija en el otro.

—Está bien, puede pasar —explica él Uchiha dando paso con su mano— justo requería tu visita, Inoichi.

—Lo mismo pienso, Fugaku.

El Uchiha no lo demuestra pero esa actitud de Inoichi es desafiante ante sus ojos, el no reconocerlo como su líder le molesta.

—Me retiro —avisa Itachi con una reverencia a ambos, no lo quiere admitir pero la presencia del líder Yamanaka lo incomoda un poco.

—No, quédate —interrumpe Inoichi con una sonrisa, tan parecida a la de su bonita hija— solo estaré por un momento, y esto también le incumbe a tu hijo. Como parte del consejo de clanes, fuiste llamado a una audiencia, Fugaku, necesitamos respuestas tu hijo como futuro líder también es requerido.

—¿No debería ser Shikaku quién me avise de esta insolencia? —Pregunta Fugaku irritado pero no lo suficiente para que su temperamento lo delate.

—¿Insolencia? —Ironiza el Yamanaka—. Es solo lo justo, ahora eres el Hokage y es tu trabajo. No te pido que hagas otra cosa, más que tus deberes.

—¿Quién eres tu para juzgar mis deberes?

—Soy un aldeano que te pide que cumplas con la ley.

—Yo soy la ley —afirma Fugaku.

—Pues cumple con tu trabajo y asiste al consejo de clanes —Inoichi cruza sus brazos, Itachi ahora comprende donde Ino sacó tan irreverente carácter.

—¿Osan poner en duda mi cargo?

—No nos atrevemos a nada, nos debes explicaciones y lo sabes Fugaku. No fingas que no, porqué es tu deber informarnos de absolutamente todo y las decisiones que tomas.

—Creo que te estas confundiendo, yo no les debo nada.

—Eres un melómano.

—Inoichi, ahora soy tu Hokage y por lo tanto me debes respeto. —Fugaku se ha levantado de su puesto, sus ojos están puestos sobre la relajada pose del Yamanaka.

—El respeto se gana —es la maldita verdad—, y cuando nuestros actos intervienen, no hay nada que se pueda hacer.

Itachi teme que su padre tome represalias en contra de Inoichi pero el hombre parece más bien divertido y con un sentido de justicia que nunca había visto. Es decidido y empático, cualidades que heredó a su hija, y debe proteger a toda costa.

—¿Qué es lo que quieren? —Cuestiona finalmente el Uchiha, sabe que discutir con el Yamanaka no trae buenas repercusiones. En primera, por su sentido intacto de voluntad de fuego y en segunda, por su poder de palabra con los demás clanes.

—Una audiencia contigo y el consejo.

El gran cuartel aguarda a los líderes de los clanes más prestigiosos de Konoha, los que toeme un gran acervo cultural a excepción de las pequeñas familias que no son condieradas como clanes. Entre ellos, Ibiki Morino, Hiashi Hyuga, Shikaku Nara, Chõza Akimichi, Tsume Inuzuka, Shibi Aburame como representante de su clan, entre otros.

Cada uno ignora olímpicamente la presencia de Itachi para centrar su atención en Fugaku, quien entra a paso firma sin titubear, detrás de él se encuentra su primogénito, quien está ahí más por obligación que por gusto.

—Que gusto que hayas aceptado venir —menciona Shikaku, lo que menos (problemático) que quiere es tener una discusión con el nuevo Hokage.

—Es mi obligación —responde el Uchiha.

Una vez que todos han tomado asiento en la gran mesa y, a la cabeza se encuentra Fugaku como el nuevo líder sin embargo, todos saben que en esa silla el lugar es del señor Feudal que extrañamente no se encuentra en la habitación. Todos toman asiento en el lugar que les place eso sí, respetando sus jerarquías como trabajadores de la aldea. Itachi por su parte, está detrás de su padre como apoyo (que no necesita, cabe aclarar)

—¿Nadie hablará? —Pregunta Fugaku al ver el silencio de los presentes, es desesperante como ninguno toma el valor y no es precisamente porque están de acuerdo con la situación, sino que hay tantos inconvenientes que no saben por donde comenzar.

—Fugaku. —Empieza Hiashi con su vista fija en el hombre, no le teme.— Nos debes una explicación de cómo llegaste a tu actual puesto.

—Como Hokage —complementa el Uchiha— dilo como es, ahora soy su Hokage.

—Y como Hokage, debemos saber como llegaste a ese puesto —menciona Choza en nombre de todos, tampoco le parece congruente lo que ha pasado y mucho menos si fue discípulo de un Sarutobi. 

—¿Debo darles explicaciones? Fue el Tercero quien me nombró, exíjanlo a él. ¿Quieren respuestas? Pregúntenle a él.

—No es suficiente —habla Tsume acariciando a Kuromaru— desapareció de la noche a la mañana.

—Fue su decisión —explica el Uchiha, no cuestionan directamente sus capacidades como líder de la aldea, dudan si él fue el causante de la decisión del Tercero—. ¿Qué quieren saber exactamente? No fui la razón por la que Hiruzen renunció, ni mucho menos el clan Uchiha.

—Parece lo contrario —no puede esperar menos de Inoichi, es el menos de acuerdo con su nuevo puesto.

Fugaku lo observa fijamente, el hombre Yamanaka no se inmuta y parece burlarse de él en su cara, el asunto le parece divertido y es precisamente porque Inoichi como Shikaku saben que hay un movimiento turbio detrás de esa decisión, es como si la presión de Fugaku estuviese en los hombros de Hiruzen.

—¿Por qué cuestionan a su nuevo líder como un traidor?

No es necesario que lo digan pero sus expresiones muestran su verdadero sentir, no pueden negar la incertidumbre con la que se han desenvuelto sus acciones, ¿quién no lo sentiría? Están encerrados en una aldea con un líder en una prisión a la que ahora le llaman hogar.

Los pasillos húmedos, el aroma a petricor, el frío puede sentirse gracias a la porosidad de las paredes y el sitio en el que se encuentra, un lugar en el que no da el sol. Ha estado tantas veces ahí que no puede sorprenderse por lo descuidado que se encuentra esa instalación.

No le sorprende lo lúgubre y horrible que es Raíz. 

No hay personas, y es por las nuevas tareas que los miembros tienen, vigilar los alrededores de la aldea y supone que están llevando con éxito su trabajo, de no ser así no habrían dejado el lugar solitario justo para él.


Entra a la habitación a pasos firmes, el hombre esboza una pequeña sonrisa cuando lo ve entrar por la puerta de madera. No esperaba menos de Kakashi Hatake, si alguien buscaría las respuestas sería él, solo llega a una conclusión: Itachi le ha permitido buscarlo.

—Lord Hokage —Kakashi hace una reverencia.

—No soy más tu Hokage.

—No pensé que estaba aquí.

—Ha sido sencillo, nadie buscaría aquí —espeta Hiruzen aspirando el sabor de su adorada pipa—, no es tan incómodo hay libros, alimento y mi pipa.

Kakashi sonríe debajo de la máscara, el viejo parece no perder el sentido del humor a pesar de estar arrestado. Porque es como se encuentra, arrestado. No pueden mentirle a un mentiroso, es visible que ha sido un privilegio que Fugaku le reportó al anciano poder mantenerse dentro de la aldea, no es una coincidencia que se encuentre en una habitación a penas iluminada y sus objetos personales, un arraigo casi domiciliario.

—Supongo que es lo más cómodo.

—Nunca te equivocas, Kakashi.

—¿Por qué no le sorprende que esté aquí? —Kakashi da unos pasos hasta entrar en la habitación, con una cama vieja, un escritorio amplio y varios libros tirados aquí y allá.

Hiruzen se recarga en la pequeña silla en la que ha estado los últimos minutos antes de que el ninja que copia entrase por la vieja puerta.

—Porque serías el único que sabrías que hacer, el último lugar para mucho sería el primero para ti.

Kakashi no tiene como objetar, es verdad. Como miembro de Raíz necesita respuestas de Danzō sin embargo, él no se encontraron ahí y no hay pista de donde está.

—Fue un poco de suerte.

—La suerte no existe —menciona el hombre con su apacible calma— ¿a qué se debe tu visita, Kakashi?

Hatake camina escasos pasos y se recarga en la pared con los brazos cruzados, no solo tiene la intención de hablar, busca la trampa de las últimas decisiones de la aldea.

—¿Por qué renunció? —Hiruzen espera esa pregunta tarde o temprano.

—Hay cosas fuera de la jurisdicción de un Hokage más allá de lo que normalmente se piensa, durante mucho tiempo quise arreglar los problemas de los demás pero no siempre ha salido como deseamos y una prueba de eso fue tu maestro, Kakashi. Fue una decisión por el bien de la aldea, —Kakashi escucha pacientemente a que haya un indicio dubitativo en su discurso, no lo hay—, el renunciar fue una decisión que me compete solo a mí, a veces debemos darle acceso a otras generaciones para mejorar el estado de la Hoja.

—¿Al clan Uchiha? —Cuestiona Hatake sin miramientos. 

—Muchos odian a ese clan, porque les temen a ellos ya su poder que muchos otros lo desean, tú tienes una parte de ello, un regalo de Obito —Kakashi no puede mencionar algo porque el Tercero sabe donde picar en su pasado como si fuera un nervio, aquel en el que duele sus palabras, aun después de tanto tiempo— no todo es malo aunque lo parezca.

—Ellos en el poder son, diferentes.

—No tanto como tú y yo.

—¿Cómo renunció? —Hiruzen sonríe ante la tenacidad del peliblanco— eso va en contra de las leyes.

—No fue difícil si es lo que preguntas, la decisión del Hokage siempre está en manos del anterior, el consejo solo es una forma de una pseudo democracia que pocas veces demuestra la falta de voluntad del pueblo, en ocasiones es solo una mentira piadosa. Al entrar en guerra o estar a punto de entrar en un conflicto bélico y si el Hokage muere o se retira no necesita de su consejo y tampoco del señor Feudal.

Kakashi asiente, la información (deliberadamente) dada por el Tercero solo acepta sus pequeñas hipótesis que había hecho en su mente y supone que no es el único que se ha dado cuenta.

—Imagino que a Danzō no le gustó.

—Imaginas bien.

—¿Dónde está Danzō?

—No lo sé —admite el ex líder de la Aldea de la Hoja— nadie ha venido desde que Fugaku subió al cargo y siendo sincero, no puedo verlos. Todavía pienso en como Asuma sé tomará esto.

Kakashi asiente, nadie había pensado en Asuma y su hermano, nadie lo había hecho. ¿Por qué Hiruzen es tan solemne con decisiones tan precipitadas? ¿Por qué no dice nada?

—Tu silencio siempre me da de qué pensar.

—Señor, con todo respeto ¿por qué lo hizo? Y no me tragare el cuento de que es algo personal, hay algo detrás de sus intenciones y sé que tiene algo que ver con el Clan Uchiha.

Hiruzen hace un gesto genuino de alegría ¡por supuesto que sí! Kakashi lo sabría tarde o temprano. Entonces, el Tercer Hokage cuenta solo una parte de la historia aquella disputa entre el clan y la aldea, y Kakashi comprende lo irritable y la extrañeza de Itachi.

—Itachi —susurra Kakashi, ¿cómo es que no notó algo extraño en su compañero? En alguien al que incluso podría considerar un amigo, tal vez el Hatake se siente culpable, tal vez pudo hacer algo para no llegar a ese extremo.

—Él es muy joven —comienza a explicar el anciano— es lamentable la forma en la que ambos bandos lo utilizamos, admito mi responsabilidad al usar a alguien tan joven e inexperto como él, me fío demasiado por ser pacifista. Algún día él será reconocido por lo que hace.

—¿Qué es eso exactamente?

Kakashi no duda de las palabras del otro pero, siente que hay algo que le oculta. Hiruzen hubiese tenido un gran diálogo con Fugaku Uchiha sin llegar a lastimarlos, no tendría sentido que el hombre se retirara. Lo que no sabe Kakashi es que esa información es aun más delicada, el viaje en el tiempo de Ino Yamanaka y que la muerte de Shisui sería un parte aguas importante, cambiado por aquella extranjera de tiempo.

—Todo a su tiempo Kakashi —responde Hiruzen aspirando nuevamente de su pipa, los últimos días en ese espantoso lugar su disminución de ansiedad ha pasado por el tabaco en sus labios. Mira como el ninja que copia intenta mencionar algo—, no comas ansias, si todo sale mal Itachi te contará la verdad.

—Itachi está ocupado —no es reproche, ciertamente el Uchiha tiene demasiados conflictos en su cabeza.

—Es por él que estás aquí.

Una vez que el hombre ha comenzado a hojear sus libros es un claro mensaje de que tiene que retirarse puede llegar alguien o notar su ausencia en la vigilancia. Tras alejarse unos cuantos pasos, el hombre dentro de la habitación le llama:

—Por cierto, Kakashi. Espero tu visita con tabaco.

—Claro, señor.

Es una señal de que hay ojos en todos lados vigilando sus pasos los unos a los otros en especial, cuando Kakashi se ha dado la tarea de investigar la naturaleza del asunto.



—¡Es inaudito! —grita Tsume tras pegar con la palma de su mano en la mesa, los presentes (que en su mayoría son hombres) han mirado a la mujer como si estuviese loca e incluso Itachi está intimidado por la mujer.

—¡Tsume! —regaña Shikaku sosteniendo a la mujer como puede. La fuerza que tiene es casi desconsiderada dejando boca abiertos a los hombres de la habitación.

—Tranquila Tsume, podemos hablar con calma —sugiere Ibiki.

—No voy a hablar calmada, lo que ha dicho su alteza, —gruñe la mujer con sarcasmo ante la mirada estoica del nuevo Hokage—, es una burla, ha deshecho el consejo ¡Deshecho! ¡Y ustedes están ahí como si nada!

—¡Mantengámonos como personas civilizadas!

—¡No, Inoichi! Lo que está pasando es muy grave, no hablamos de algo tan sencillo como quitar y poner, hablamos del sistema de la aldea y el futuro de nuestros hijos, ¡tu hija!

Inoichi quién había querido mantener la compostura tras las palabras tan soberbias de Fugaku, no puede aceptar lo que la Inuzuka le ha dicho. El Uchiha se había tomado la libertad de escuchar pacientemente a los otros líderes de clanes, tenían el derecho y todos aquellos cuestionamientos los respondió al pie de la letra pues en su mayoría eran los mismos, cuestionando las decisiones del anterior Hokage y uno que otro comentario sobre las nuevas misiones asignadas a los cargos shinobi, ninguno estaba de acuerdo pero los argumentos sólidos de Fugaku convenció (un poco) a todos.

—Los Uchiha son los más preparados para esas misiones, no perderemos gente que no puede protegerse, no podemos perder más personas —había dicho Fugaku y lo cierto es que, muchos sienten lo mismo porque quieran o no aún hay estragos de la guerra.

Sin embargo, para Inoichi Yamanaka alguien tan importante como la aldea es su pequeña cosmos, su hija, su princesa. Cualquier cosa que tuviese que decirse no importa en absoluto porque prefiere proteger a su pequeño cosmos, aquella chiquilla insolente y risueña que tiene por hija. A veces solo a veces, desea tener un varón como Shikaku u Chõza porque así no estaría en acertadas veinticuatro horas. Ya sabes, cosas de padres.

Por eso había coincidido en el pensamiento de Fugaku no obstante, no es la solución a sus problemas.

—Tal vez pueda coincidir en las perdidas que se han tenido —acepta— pero eso no quiere decir que nos rechaces, Fugaku. Todos somos de Konoha.

—Por la misma razón es que nadie tendrá misiones clasificadas, no están lo suficientemente aptos.

—¡¿Cómo van a estarlo si no les permites crecer?! —alega Inoichi, cruza su brazos sobresueldo pecho y su mirada filosa observa los movimientos del Uchiha. Es de los pocos que pueden verlo, no la potente autoridad que es o siempre ha sido, es el hombre que intenta hacer algo bien por su aldea y el futuro de sus hijos. Conoce ese sentimiento aunque no está muy seguro si es la forma correcta de llevarla a cabo.

—Las cosas son así y no cambiaré de opinión, Inoichi.

—Los harás débiles —Inoichi esta frente al líder de la aldea, Itachi espera paciente la señal de su padre por sí a caso aunque, dentro de sí sabe que eso podría acarrear problemas con cierta persona—, el estado natural en el que nacieron nuestros hijos y están creciendo los hacen propensos a ser débiles sin embargo, —mira unos segundos a Hiashi, tiene la misma sensación, gracias ninja sensor—, podemos reforzar mejores shinobis y kunoichis si siguen con sus entrenamientos y respectivas misiones.

Hiashi asiente con ese semblante tan inexpresivo como una roca firme y dura, es el sentir de unos cuantos respecto a sus primogénitos, ellos no tienen a un Itachi Uchiha o un Shisui entre sus filas, no hay genios en sus clanes por lo que les queda confiar en sus descendientes directos tal es el caso de Chõza Akimichi.

—El Clan los protegerá es su tarea como policía de la Hoja.

—No es eso.—Hiashi habla—. No se trata de protección o no, debemos cuidar también los intereses de la aldea, los acuerdos, incluso el número de genin egresados de la Academia, probablemente también los matrimonios.

Es cierto, muchas cosas se ponen en juego no sólo la integridad de los shinobi. Como buen mundo en guerra, cualquier movimiento que asgure o intente preservar la vida en su nación puede considerarse no sólo oro precaución también como aviso de un posible ataque y ninguno duda que sus recientes aliados o los más viejos quisiesen tomar represalias por simples mal entendidos; entre ellos los exámenes chunin y los egresados de sus estudios pues cada uno no cumpliría con los requisitos de misiones o en su defecto de preparación. Y el talón de Alquiles de Inoichi, matrimonio con su hija, la posibilidad de formar vínculos con otros clanes (externos a Konoha) como lo fue el Uzumaki y en Senju en algún momento, está fuera de todo parámetro.

—Eso está solucionado. Si es lo que te preocupa. La estabilidad del clan Hyuga estará intacta, lo mismo para ti Inoichi.

—¿Y qué vas a hacer?

Itachi no se ha movido ni un centímetro a pesar de la cercanía entre el líder Yamanaka y su padre. Escucha con paciencia los puntos de todos, tienen razón, su padre está perdiendo la gran objetividad que siempre ha tenido y se ha dejado cegar por un extraño sentido de responsabilidad de la paz que ha adquirido en las últimas semanas o meses. El joven asciende sus ojos hacia Inoichi quién lo mira fijamente sin saber exactamente porque. Lo cierto es, que hay algo extraño en él y no sabe descifrar la razón.

—Ya se ha pensado en eso.

—¡¿Cuál es tu solución?! ¡¿Casar a mi hija con uno de tus hijos?! —ironiza el rubio con una risa amarga, no podría caer más bajo aunque la falta de expresión del otro le permite sentir frustración.

No puede estar hablando en serio, es inaceptable de él depende que su cosmos se case con alguien de ese clan.

—No veo porqué no —responde el Uchiha sin afectarle el reproche del otro— Tu clan tiene hablidades que combinadas con un Uchiha pudiesen estar preparados para cualquier cosa.

—¡No hables barbaridades!

Inoichi hace frente a Fugaku, esta a escasos centímetros del otro y sobre todo ha activado su actividad como sensor, verificando la verdad en el ahora lider de Konoha. No hay vacilación en su chakra o en su lenguaje corporal, habla en serio. No obstante, su mirada verde azulada es puesta en un desliz sobre la persona detrás de Fugaku: Itachi.

Y es que eso sería casi imperceptible pero los dotes de Inoichi Yamanaka son mayores lo que muchos piensan, el desnivel del joven Uchiha fue pequeño y duro apenas una fracción de segundo lo suficientemente pequeño pero no para él.

El muchacho lo mira firme sin pestañear y solo puede ver el color negro detrás de ese cuello alto. Está inmóvil esperando algo ¿qué? No sabe.

Claro que conoce ese desvalance en el chakra creyó que Inoichi no lo notaría, iluso, Itachi puede ser todo un genio y mucho más que cualquier shinobi sin embargo, muchos olvidan su tenacidad e inteligencia.

—Puede veneficiarle a muchos clanes, a nuestra propia aldea, han habido acuerdos en el pasado que unieron familias y aquí estamos, tú mejor que nadie lo sabe, Inoichi, al igual que tú —Fugaku mira de soslayo a Hiashi, este último asiente, no puede negar lo evidente— al final nos ha beneficiado y deberías estar agradecido te han dado tus mejores compañeros¹.

—Mi hija no acarreará los problemas del pasado —Inoichi pone la suficiente atención para volver a sentir la vacilación del chakra del joven Uchiha, vuelve a ascender y descender al pronunciar el nombre de su hija.

—No son problemas, todos y cada uno de ustedes tendrían oportunidad de mejorar.

—¿Mejorar? ¿Atando a Ino? ¡A mí hija! ¡¿Con alguien como ustedes?! ¡Mucho menos dejaría que se acercaran a ella!

Inoichi señala a Fugaku con su dedo índice, acusándolo de lo que todos ya saben ahí: las claras diferencias con el nuevo Hokage y su sistema disfrazado de orden. Aunque, lo quelogra captar su atención es Itachi y la pequeña rigidez en su puño izquierdo, de nuevo comienza a hilar entre su pensamiento las señales del Uchiha sin embargo, eso no es posible.

—¿Por qué no dices de una vez tu problema? —Fugaku cruza sus brazos.

—Mi problema y el de todos aquí —los líderes abrieron sus ojos de las palabras de Inoichi y no es que no lo pensaran solo querían decirlo de una forma más sutil— es cómo llegaste a ese puesto.

—No permitiré que sigas cuestionando a tu líder, Inoichi —Fugaku habla tan profundo que Itachi reconoce ese tono, su padre está molesto pero, Inoichi no se inmuta.

Itachi puede ver la fortaleza de Ino, justo frente a él. Y mierda, no puede dejar de pensar en ella, y más por la simple razón de haberla dejado con Akatsuki y sobre todo por el inminente interés que ha tenido Inoichi respecto a él, porque no pudo evitar sentir ese vacío en el estómago cuando menciona a la chica, tampoco puede evitar sentir conmoción por las palabras del padre de Ino. Si Inoichi lo hacía para probar su hipótesis, funciona bastante bien.

—Inoichi —las palabras de Shikaku resuenan en la habitación, lo que menos quería era que su amigo metiera la pata de esa forma.

—Vamos, hombre —Chõza toma por el brazo al Yamanaka para que se aleje de la casi posición de pelea que emplea su amigo— no compliques más las cosas.

Inoichi mira a sus amigos confirmando que probablemente sí se le salieron las cosas de las manos, Shikaku asiente y percibe algo perturbado a su amigo, hay algo que deben verificar.

—Bien —acepta— solo una pregunta.

Fugaku lo mira de soslayo.

—Ya no hay consejo, ¿cierto?

—Por tu insolencia no debería responder pero dadas las circunstancias en las que nos encontramos la respuesta es no, y cualquier decisión cae sobre mis hombros.

Los presentes no puede con la sorpresa y saben que eso significa una cosa: la Aldea de la Hoja depende únicamente del Clan Uchiha y con ello, de un poder absoluto.

Una vez que todos han salido de la habitación a sus respectivos hogares para convocar a sus clanes Shikaku, Chõza e Inoichi caminan pacientemente entre los pasillos de la torre Hokage. Los tres clanes más leales a Konoha saben que serán los principales objetivos a investigar por parte de Fugaku, podía verlo y hasta sentir la rivalidad que había comenzado a crecer entre los Uchihay los Yamanaka.

—Eso sí que será un problema —Shikaku como siempre menciona con flojera, mejor que nadie puede preveer lo que podría pasar— todo por tener una niña.

—Su pequeña cosmos —Chõza se burla. No con el afán de molestarlo sino que el mejor interrogador de Konoha ceda ante los caprichos de una chiquilla, es enternecedor.

—Ya quisiera verlos lidiar con una niña, es en definitiva el mayor reto como shinobi hasta la fecha —expresa el hombre casi ofendido.

—Probablemente en un tiempo ya no será Yamanaka —exagera el Nara.

—Podría ser Hyuga, Inuzuka o Uchiha —termina por decir el Akimichi.

—¡¿Qué?! —gira su cabeza con fuerza, no, definitivamente no, eso no está en sus próximos planes, su hijita no saldrá con esos vagos e insensibles que no saben tratar a una dama—. ¡Ustedes están locos!

Ambos hombre comparten una sonrisa llena de burla sin embargo, esta es desplazada gracias a los pasos detrás de ellos. El trío Ino-Shika-Cho viran su vista hacia la persona y es ni más ni menos que Itachi Uchiha.

Mantiene una distancia prudente para no invadir sus espacio personal y mostrarse demasiado confiado sin embargo, Inoichi como Shikaku no puede pasar desapercibidos aquella mirada inexpresiva intentando contar una historia.

—¿Se te ofrece algo? —cuestiona el Yamanaka.

Itachi hace una ligera reverencia.

—Señor Inoichi, Shikaku y Chõza.

Los tres hombres lo miran sorprendidos pues, no esperaban ese acto de cordialidad e Itachi solo salía a terminar sus deberes como vigilar a Inoichi pero ese es otro tema, una simple coincidencia.

—Deja pasar al chico —sugiere Shikaku intentando disipar la tensión de Inoichi hacia el joven.

—Gracias —agrega Itachi y camina a escasos metros.

Caminan lentamente mientras, siguen charlando sobre cosas sencillas de los tres clanes, Itachi no puede pasar desapercibido los temas triviales que Inoichi parece liderar y es precisamente porque no confían en el chico.

—...Entonces, pasaré por la noche, el clan ya está demasiado inmiscuido en la fórmula de esas plantas... —habla Inoichi.

—Por supuesto, el clan Nara ya casi logra sacar el elixir solo unas cosas y estará listo.

—No quisiera probar ese psicodélico —refiere el Akimichi y da una palmada a sus amigos— y tampoco ser tu hijo.

—Ser hijo de Inoichi Yamanaka puede ser muy problemático. No imagino cuando Ino tenga la edad para salir con un chico.

—¡¿Qué dices?! ¡Ino solo saldrá con Shikamaru o con Chõji!

Alarmado Inoichi enrojece de la posibilidad de tener que reprender a los hijos de sus amigos si lastiman a su flor cosmos sin embargo, aquel pensamiento es desplazado por el pequeño cambio de chakra del chico frente a ellos. Vuelve a reconocer el desnivel, el tintineo de energía del chico y sobre todo el ligero pulso de Itachi que logra desequilibrar su respiración. Agrupados los signos para un ninja sensor es bastante fácil, son los signos completos de una persona que gusta de otra y extrañamente está triste por eso.

¡¿Qué mierda tiene que ver Itachi Uchiha con su hija?!


No puede creer que hayan pasado varios días desde que se desmayó en pleno bosque y Konan (a quien no le ha podido dar un apellido porque no lo ha dicho) la ayudó cuando pensó que podría dejarla ahí y justo pensaba que era mala, ahora está segura que no es así (de eso y muchas otras cosas).

Salta entre los árboles cada vez más rápido mientras el fresco aire del atardecer choca con su bonito rostro, su cabello danza como si tuviese vida propia y el frío que alguna vez sintió en su piel ha desaparecido tan sutil como un pequeño susurro. Cualquiera que la viera no reconocería a la misma chica demacrada y tan descuidada que incluso pareció no ser la misma Ino Yamanaka que todos recuerdan. Ahora es diferente.

Emocionada y con la convicción que heredó de su padre, ve a lo lejos los grandes muros de Konoha y entre ellos una gran pancarta que no logra visualizar con claridad. Sonríe y afila su mirada con parsimonia cuando siente ese chakra verde azulino detrás de ella.

Sigue su camino y a un kilómetro de estar en el lugar una mano la detiene.

—Yo que tú no haría eso.

—Shisui —está detrás de ella tomando su mano para que no de un paso en falso y termine por huir.

—No te alejamos de la aldea para que regreses por tu propio pie —refuta Shisui— es irónico que desees regresar.

Ella sonríe abiertamente y con su mirada tan azul como el cielo lo escrutinian de regreso y cuando Ino decide afilar su vista Shisui se permite sentir un revoltijo en su estómago.

—¿Quieres decir que te preocupas por mí?

Ella es tan coqueta que Shisui necesita disimular lo nervioso que comienza a sentirse.

—Me preocupo por ti —admite él— no puedo dejar que alguien que viene del futuro vague por ahí.

Ino incrementa su sonrisa aun más, se acerca a paso lento en aquella rama al Uchiha, él es más alto por lo que evidentemente ella necesita mirar hacia arriba, su expresión es tan cínica que Shisui sabe que hay algo distinto en ella.

—Me siento halagada, Shisui —canturrea acercándose a unos centímetros del rostro de él, el mechón de cabello aún cubre el rostro de Ino y por primera vez, él puede ver él pequeño verde que se esconde detrás de ese azul.

—Es mi trabajo —Shisui está embriagado con su aroma a jazmines y una pisca de sándalo.

—Eso imaginé.

Ino susurra en un suspiro, se ha acercado lo suficiente para que Shisui siente los pechos de ella rozar su pectoral y la extraña manera de ella para rozar su pierna con la entrepierna de él. Ligero pero un enloquecido movimiento.

Están a escasos centímetros uno del otro que cualquiera podría sentir la tensión que hay entre ellos. Ella lo tiene apresado a pesar de que él pueda pensar lo contrario. Hay algo, completamente diferente de la chica que siente enloquecer a Shisui, no sabe exactamente qué es, puede pensar que es un genjutsu porque lo ha hecho sentir un sin fin de emociones a flor de piel o que es una trampa en la que ha caído de algún enemigo por verla ahí frente a él tan preciosa y vislumbrante. Está vulnerable ante ella y todo lo que desea hacerle.

Sin embargo, algo en la sonrisa y sus ojos de ella que hay diferente no solo es su vestimenta con aquel top negro como el que solía usar y el cuello uve que ha adquirido mucho menos la falda negra tan corta que antes era cubierta por la morada y los protectores arriba de sus rodillas aumentando el atractivo visual en sus largas piernas. Ella está mucho más atractiva que antes pero también, más determinada a hacerlo caer con ella.

Con la misma sonrisa arrogante, Ino se acerca más a los labios de Shisui para rozarlos delicadamente y que él de él primer paso.

Confiada, él lo hace. Primero un pequeño ósculo que radica en un simple unión de labios sin embargo, el pecho incapaz de querer sentir solo una caricia le exige a Shisui le profundice el acto, y así lo repite. Toma con sus manos la cabeza de ella para poder profundizar el tacto, sus labios se mueven poco a poco logrando causar el efecto deseado en ambos conocer la boca del otro. Ella en un instinto posa sus manos detrás de la cabeza de él para poder acariciar sus cabellos.

Sus labios se mueven como unos malditos expertos en el arte de besar, y es entonces por la ola de calor que comienza a sentir Shisui necesita sentir más de ella por lo que, cuando Ino abre sus labios para adquirir un poco de aire, es también una cordial invitación a que sus lenguas se encuentre en un placentero y juguetón encuentro. Se acarician lentamente sus lenguas dentro de sus bocas y así sentir enloquecer sus instintos, Shisui quiere más mucho más por lo que muerde el labio inferior de ella e Ino cae rendida cuando succiona el labio superior de él.

Y así se muerden, acarician y succionan únicamente en su calidad bucal. El Uchiha no puede imaginar algo más con tan solo el placer que ha comenzado a sentir.

Es tan complicado como es que Shisui ha acorralado a Ino contra el árbol, es simplemente tan enigmático que necesita más y eso es, poder sentir la más cerca, más íntimo.

—Me encantas —susurra él una vez que se han separado y no puede creer lo increíblemente hermosa que se ve con sus mejillas sonrosadas, su rostro húmedo, los ojos cargados de placer exigiendo más. Acaricia su rostro con su pulgar, sintiendo la piel tersa de ella, sus dedos acalambrandose por la corriente que le transmite—. En verdad, me gustas mucho...

Ambos quieren más y planean continuar con su tarea cuando escuchan:

—Shisui Uchiha, te busca el Quinto Hokage. Puedes ir por voluntad o te llevaremos a la fuerza.

Ambos voltean al dueño de la voz. Ino intenta no soltar palabra alguna cuando vislumbra a Kakashi mirándole fijamente con verdadera curiosidad. Shisui mantiene su rostro inexpresivo y se aleja de un salto de Ino, porque simplemente el estar tan embelesado con ella no notó siquiera la posición de Kakashi y mucho menos de la persona detrás de él.

Itachi está detrás de Kakashi con su inexpresividad de siempre.

No lo lleves a lo emocional, si lo haces fallaras y todo lo que harás estará perdido —había dicho Konan con aquel profundo tono de voz seguido de sus instrucciones para trabajar para ella.

Ino controla sus emociones mucho mejor de lo que alguna vez lo hizo y entonces, pretende olvidar la curiosidad de Kakashi y el pequeño destello de tristeza de los bonitos ojos de Itachi adornados con esas largas pestañas. La mirada de él está sobre ella sin embargo, ambos evitan mirarse el uno al otro, extrañamente duele en sus estómagos vacíos. Aunque ambos saben que no es el estómago.

—Señorita —habla Kakashi, ante la extraña tensión entre los otros tres— acompañenos de igual forma. Fugaku Uchiha, el Quinto Hokage tendrá el gusto de conocerla.

Para sorpresa de Shisui y de Itachi, Ino asiente y regala una sonrisa coqueta detrás de su cabello rubio y brillante.

—El gusto será mío.

La persona detrás de la visión que aquel pedazo de planta parlante le muestra es ridículamente tentadora. La frustración golpea el cuerpo de Obito, no toleró la forma en la que chica había besado a Shisui Uchiha, sus puños se aprietan con fuerza ante el recuerdo de la imagen.

¿Quién mierda se cree Ino Yamanaka?

Esta jugando el mismo juego que él, y eso es tan cruel que no está dispuesto a compartir a Ino, mucho menos con Itachi o el patético de Shisui. No es obsesión, es cuidar el regalo que les ha traído a ese par de estúpidos héroes de Konoha.

Ahora Ino ha tomado otro lugar en su plan, tal vez será divertido. Hasta excitante.

¹: Hace unos meses leí una teoría (no se si sea cierta o no) para ser sincera intente indagar un poco pero no lo encontré, en ella dice que el clan Nara, Akmichi y Yamanaka descienden de la misma persona, por lo que son prácticamente familia. Usaré esta información para deducir que hubo un matrimonio arreglado que dirigió etos tres clanes y por eso dicha unidad. Espero se haya entendido.

Gracias por leer, espero les haya gustado. Me ha encantado escribirlo.
¿Qué creen que hayan planeado Ino y Konan?
¿Qué les pareció?
Nos leemos.♡







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