𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈: Futuro
𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈: Futuro
—¡Itachi! —La voz de Izumi se oye tan lejana y casi como un susurro, a pesar de estar justo a su lado, con sus cabellos castaños hechos un desastre y las mejillas rojizas de tanto correr, hasta alcanzarlo.
—Izumi —saluda él con una pequeña sonrisa y ella devuelve el gesto casi sin notarlo.
—¿Cómo ha estado? No te he visto desde hace un par de días, —él sabe que ella quiere decir "desde lo de Ino" o tal vez es sólo su imaginación—, ha faltado a las últimas dos asambleas.
—He estado un poco ocupado —se excusa Itachi como si nada, Izumi le mira un poco preocupada.
Ciertamente lo está, Izumi puede ver ese semblante cansado y un poco irritado, normalmente Itachi tiene una inexpresividad digna de alguien tan estoico como sólo él puede serlo no obstante, ya pesar de todo lo sucedido es cómo si Itachi se cuestionara algo. Izumi no lo dice y tampoco pretende preguntar pero, sabe a la perfección que ese comportamiento tan distraído tiene que ver directamente con la persona que conoció hace escasos días. Él sabe algo que no planea compartir o al menos no con ella, y se siente ligeramente decepcionada por eso.
Lo que Izumi ignora e Itachi le preocupa en realidad es, su conversación que acaba de tener con el Hokage. Itachi sabía a la perfección que sacar a Ino del radar hubiera sido un golpe difícil para el líder de la aldea sin embargo, hasta el momento es la mejor opción que cualquiera de ellos pudo descifrar. Y precisamente, es lo que desean evitar, la incertidumbre y el pánico de personas entrometidas (Danzo) en lo que sea que pudiera cuestionar las decisiones. Ino Yamanaka es peligrosa y no en el sentido real, sino en uno hipotético con la información que puede obtenerse de ella.
—Lamento si tomé esa decisión, no era mi intención no avisarle, lord Hokage —dijo Itachi con ese tono de voz neutro mientras, Hiruzen fumaba de su pipa y miraba seriamente al Uchiha. No esperaba una traición de su parte sin embargo, esa decisión tan precipitada sólo indicaba una cosa: realmente Ino podía causar problemas.
—Me impresiona un poco lo que hiciste —respondió el Hokage inhalando el aroma a tabaco— lo que me lleva a pensar que hay algo más.
Itachi asintió, y el principal problema es que no puede considerar que alguien encuentre a Ino deambulando por ahí y mucho menos con la información del clan Uchiha, sería no sólo catastrófico o peor, moribundo. La verdad, tras la que se había escondido era apenas una pequeña parte de lo que es, el Uchiha no había dicho nada de la masacre y tampoco de lo que deparaba el destino o al menos un poco de la historia que había contado Ino. Hiruzen Sarutobi no sabía nada en absoluto, hasta ese momento.
—Usted sabe que Ino tiene información valiosa.
—Por supuesto que lo sé, lo que no responde mi pregunta es ¿Qué sabe?
Itachi levantó la mirada de la pequeña reverencia que hacía.
—¿Qué intenta decir?
—Itachi —comenzó a relatar el hombre con un poco de pesadez— eres muy observador pero, a veces olvidas que también tienes emociones y eso puede llegar a cegar tu propio juicio, tú nunca tomarías una decisión sin consultarme o al menos sin darme un indicio y pienso que, lo hiciste precipitadamente porque esa Ino Yamanaka que ocultas tiene un conocimiento que podría poner todo en peligro y peor aún la historia.
No podía esperar menos del Tercer Hokage y fue cuando comenzó a relatar la historia que al menos Ino había contado, el asesinato de los Uchiha, Sasuke lleno de odio y con una infancia destruida, su unión a Akatsuki, la llegada de Orochimaru en los exámenes chunin, la marca de maldición, la invasión del Kazekage a manos del discípulo del hombre frente a él, la huída de Sasuke y sobre todo la muerte que él tenía. Hiruzen le escuchó paciente y aunque en algunas ocasiones le era imposible creer lo que le decían (porque nadie puede negar que quizás tenía un poco de esperanza en Orochimaru y eso lo rompió), pudo mantener su postura pero, Itachi no se dejó engañar y no decidió ignorar el hecho. Al finalizar el relato, el Sarutobi solamente miraba por la ventana y el tabaco de su pipa ya no tenía hierba, no se dio cuenta estaba más al pendiente de la terrible naturaleza que él mismo había creado. Se sintió derrotado, nunca pensó que esa decisión que Danzo le había sugerido convirtiera todo en destrucción.
—Supongo que hemos obrado mal, creímos que era la decisión correcta —más que convencer a Itachi, el hombre se intentaba convencer a sí mismo.
—Si me permite, considero que es un precio por lo que puede pasar.
Hiruzen rio un poco cansado.
—Itachi, eres un chico muy noble que siempre busca el bien pero, no puedo permitir que des tu vida por la aldea no si el precio a pagar es todo lo que me has contado. Durante todo mi tiempo como Hokage siempre he creído en la vida misma y que podemos cambiar, Minato lo demostró y henos aquí sin su presencia.
—Pero la vida debe protegerse —mencionó Itachi y su mente evocó rápidamente a Sasuke—. Usted sabe mejor que nadie que nada detendrá al clan Uchiha, podemos sacrificar a unos cuántos.
—Te he fallado, Itachi —interrumpió el tono de voz de Hiruzen, era apagado y se culpaba a él mismo por su poca capacidad para resolver problemas—, no puedo imaginar ese futuro que me has dicho, todo esto ha sido mi culpa.
—¡No puede decir eso!
—Itachi, entregaste tu vida a cambio de sólo un poco de paz, sólo eso.
Esas palabras eran casi las mismas que había escuchado de los labios rosados de Ino.
—Pero, señor...
—Eres un prodigio, pero eres joven —las palabras de aquel hombre azotaron su mente como un remolino— no podemos dejar que todo eso ocurra y mientras eso pase, mantén a Ino Yamanaka alejada de aquí, nadie debe saber de ella.
—Sí, señor.
—Itachi —lo llamó antes de salir de su oficina, el Uchiha miró de reojo— lamento por lo que estás pasando. Puedes retirarte.
Hiruzen vio a Itachi alejarse, no había más que decir. Sin embargo, suspiró y pudo despejar todo el oxígeno que había estado ocultando en sus pulmones, necesitan una salida, una que los ayude a todos. En especial a los más jóvenes que no deben pagar por sus errores.
La mente de Itachi pinta varios posibles destinos, y en todos hay caos o en su defecto muertes, en cada uno en el que busca una salida más fácil para todos, todos obtienen un futuro horrible, es el mismo dilema que el destino caprichoso e inmutable alguna vez le susurró al oído, elegir entre las vidas de desconocidos o de seres amados, jugando a ser un juez superior para tomar las vidas de los demás.
—¿Qué hacer? ¿Qué sentido tiene todo esto? —Se pregunta Itachi ya lo lejos puede ver a su madre escuchando las anécdotas de Sasuke.
Mikoto sonríe encantada con las palabras del menor de sus hijos, es una lástima que Fugaku a veces no pueda ver el ser humano que ambos han criado, se siente jodidamente orgullosa de Sasuke que a pesar, de no ser un prodigio es el mejor de su clase y se esfuerza constantemente. Eso, le recuerda a Itachi, lo mira a la lejanía acompañado de Izumi, la bonita chiquilla que siempre ha estado enamorada de su hijo mayor y creía (hasta ese momento) que sintió algo por ella no obstante, la distracción de su hijo y sus orbes perdidos en azul del cielo, pareciera que aquel hermoso color le recuerda a alguien, eso confirmara su sospecha.
—¡Hermano mayor! —Grita Sasuke emocionado.
—Sasuke —susurra el mayor.
El niño se aferra su hermano y sus mejillas rosadas apretujan el corazón de Itachi por la ternura.
—¡Adivina qué! ¡Hoy fui el mejor en lanzamiento de Shuriken!
—¿De verdad? —Ambas mujeres no pueden ignorar la hermosa sonrisa que Itachi plasma en sus labios.
—¡Sí! Por poco, me ganan ¡pero vencí!
—¿Quién quiso ganarte?
—Ino Yamanaka.
Izumi abre sus ojos en par, eso es imposible, Itachi no había comentado que la bonita chica a la que había ayudado es la misma o con el nombre idéntico. Mikoto por su parte no pasó desapercibida la expresión de Izumi y mucho menos el intenso rojo en las mejillas de su hijo, sonríe para sus adentros, así que sus sospechas son ciertas.
—¿Hermano? ¿Te sientes bien? ¡Estás sonrojado! —Dice Sasuke no entendiendo bien el porqué su hermano mayor no puede decir una palabra.
—¿Ino? Hija de Inoichi Yamanaka, ella es muy bonita ¿no crees, Sasuke? —Pregunta Mikoto revolviendo el cabello del menor y regalando una sonrisa conciliadora a Izumi quien, no comprende que sucede.
—¿Bonita? ¡Puaj! Las niñas son molestas.
Mikoto ríe encantada.
—Eso no dirás después, cariño. Vamos, Itachi debe estar ocupado.
—Bien —Sasuke muerde el interior de sus mejillas, molesto. Itachi recuerda un poco a Ino, ella debe estar bien, está con Shisui después de todo— ¡Nos vemos, hermano mayor!
Itachi mira de soslayo a Izumi, ella está sorprendida y con preciosos ojos oscuros sobre su persona, está sorprendida y derrota de esa palpable sorpresa, un poco decepcionada.
Va a ser un poco complicado.
Y tampoco podía mirar el espejo y no ver a Itachi Uchiha frente a ella. Porque eso había sido, sus sueños con regresado casi de inmediato después de ver a Madara Uchiha hacía tan solo uno días. Ahora no sólo eran tortuosos era la muerte de Itachi. Con una hermosa sonrisa, caminando frente a ella, con sus dos dedos tocar su frente con el ademán de cariño que práctica con Sasuke. Destrozado pero con una sonrisa en su maduro rostro, no pasaría de los veintidós años, demasiado joven, piensa.
Lo siento, Sasuke, será para la próxima. Había dicho Itachi para después caer y morir. Siendo culpable de un error que no era de él, de la injusticia perpetúa del mundo shinobi que acarrea un sin fin de guerras y conflictos que no deben existir, porqué es una jodida mierda que exterminar al clan haya sido la última opción de un gobierno corrupto y un líder Uchiha poco condescendiente e inflexible. Todo, gracias a malas decisiones de otros. Itachi es un pacifista, se debe ser muy idiota para no verlo y se puede aprovechar de él y su pureza como ser humano, adjudicándose un terrible deceso para ser juzgado como un criminal... todo para poder proteger a su pequeño hermano.
Carajo.
No pudo hacer nada, está demasiado lejos de poder hacerlo.
—Pensándolo bien, eres más extraña de lo que creí —no hay reflejo en el espejo del baño, en este se encuentra el enmascarado, con esa petulante personalidad.— No te sorprende mi bienvenida, la pregunta es ¿por qué?
Le mira y poco le importa estar en su top de red y los licras de su atuendo original. Es de media noche, la oscuridad del baño y el silencio del lugar la acompañan en esa aparente tétrica noche.
—¿Qué quieres? —Pregunta al que se hace llamar Madara no obstante, él no se mueve y aquel ojo tintado le observa de arriba a abajo.
Un nudo en su garganta aclama atención, ya no puede con eso, su mente y cuerpo lo ignorado por completo, suponiendo que sólo era una imaginación vana y superficial. Sin embargo, salió a relucir a penas se había sentido completamente inútil en el mundo, porqué los intereses de los gobiernos y militares son mucho más complejos de lo que alguna vez pensó.
Y su voluntad de fuego, se ha ido. En una traición, dolorosa y expectante.
—No seguiste mi consejo —responde Madara y puede sentir la presencia de él salir del espejo para situarse justo frente a ella, atravesando todo material sólido.— No sabes a dónde ir ¿verdad? Conozco esa sensación, y no podrás encontrar alguien que te entienda mejor que yo.
Tiene razón, no hay escapatoria de lo que se supone debería haber, se encuentra sola y no hay apoyo, claro que Shisui no cuenta es más bien un favor a Itachi.
—Ambos hemos perdido.
—Tú los mataste —dictamina sin temor al hombre— mataste a mis amigos. ¿Qué le hiciste a Naruto? ¿Por qué yo?
Madara camina firmemente hacia ella, y por ende retrocede. Él coloca ambos brazos a cada lado de su cabeza, no se ha percatado que su cuerpo choca contra la fría pared y el sentimiento corre por su cuerpo. Él es lo suficientemente alto, él mira hacia abajo y le hace sentir aún más pequeña de lo que se ha sentido en todo el tiempo ahí.
—Te lo dije una vez. Tú lo deseabas, únicamente te hemos ayudado - responde con claridad, y puede sentir el olor a sangre de su bata negra con nube rojas mostrando así, su pertenencia, sus ideales y todo de sí—, aunque... No están verdaderamente muertos ¿sabes? Están en pausa...
—Yo no deseaba verlos muertos.
—Claro que sí, y no puedes negarlo porqué lo vimos todo, deja de mentirte a ti misma.
—¿De qué hablas? Fenómeno —exige enfrentando a Madara, su ojo es tan rojo que siente una corriente en su cuerpo, no sabe con exactitud si es miedo o rabia, tal vez un poco de ambas.
—Por fin, vuelves a ser ruda, Ino Yamanaka —él aplaude resonando en el eco de la habitación basta— hubo muchas personas antes de ti, esa niña pelirrosa es un verdadero dolor de cabeza Sasuke esto, Sasuke aquello no hacía nadamás, y luego una Hyuga —si Ino podría ver debajo de esa máscara encontraría una sonrisa retorcida al mencionar a Hinata—, admito que no enorgullece que mi otro yo fuera débil y ella simplemente quiso quedarse conmigo, un pequeño error mío no debí dejarlo sólo y finalmente, llegaste tú.
El hombre acaricia su rostro mientras, ella no pierde ningún detalle de las palabras de él. No ha sido la única. ¿Sakura? ¿Hinata? ¿Qué mierda está pasando?
—Y lo estás logrando —dicta el enmascarado y siente su aliento pegar en su cuello y oreja, él aspira profundamente su aroma y pega aún más su cuerpo—. Debo admitir que no lo creí y ahora estás aquí y todo se logrará gracias a ti.
—Yo no he hecho nada.
—Eso crees tú pero, tus habilidades son extraordinarias y por eso fuiste la única que pudo hacerlo.
—¿Eres sordo? No he hecho nada.
—Que tú te hayas dado cuenta —Ino puede ver la máscara con más atención, él se regocija en satisfacción— al final quien inició esto lo terminará y por eso estamos agradecidos.
—Te he dicho que no hice nada.
Él ríe, Ino no le ve nada de gracioso.
—Eres inteligente.
Siente ese cosquilleo en ella y la paz que le abandonó hacía unos días vuelve con brutalidad. Se siente bien, se permite relajarse y asciende un poco de aquel oscuro y retorcido lugar en el que su mente se encuentra y no solo su mente sino su alma, escalando paso a paso para salir de aquel insufrible infierno que lleva a cuestas sobre sus hombros , el dolor, las muertes y el sufrimiento todos a la vez.
—¿Es emoción lo que siento? —Dice Madara con un tono burlón, siente el color subir a sus mejillas, aún cuando él la tiene presa— oh, ya veo... Me pregunto que hubiera Itachi hecho si supiera que estás aquí, pero no lo ver... Sasuke lo mató a sangre fría es una lástima, era demasiado inocente para este mundo.
La ira se apodera de su cuerpo, y forcejea con la fuerza que tiene, mínima ya que él es mucho más fuerte que ella. Empuja ligeramente al Uchiha y este ríe con una risa estruendosa y profunda, carente de sentimientos ella es su burla la presa de una bestia, él juega al gato y al ratón. Siente su cuerpo ser azotado en la pared y un pequeño choque en su cabeza, se marea y sus labios agrietados exigen oxígeno.
—Jodido imbécil— susurra con el nudo en la garganta quemando su estómago, mierda, duele.
—Eres estúpida, ¿sabes? Podría matarte en este instante y no intentar detenerme porqué querer.
Sí, lo sabe.
—Entonces, hazlo.
Y cuando menos lo piensa siente el metal frío en su cuello, el agradable olor a hierro le inunda las fosas y es entonces que puede sentir el agudo ardor en la zona. Madara encaja con satisfacción e incluso su ojo derecho destello placer, la pega aún más en la pared y siente una vez más el frío de esta junto al caliente cuerpo de Madara pegarse a ella, su capa es de una extraña tela y su cuerpo le transmite una gran cantidad de calor que parece quemarle las entrañas. Él jalonea las fibras de su largo cabello con fuerza dejando en descubierto su cuello, una vez más y siente la húmeda y caliente lengua de Madara saborear el líquido caliente, rojo y espeso que cae por el borde de sus senos.
—No lo has notado ¿cierto? —Pregunta él con goce, su aliento viaja hasta su oído, su voz se oye ligeramente más grave— te elegimos porqué él piensa que eres especial.
—¿Quién es él?
—No debería tener sentido. Quieres morir porqué eres mediocre.
—Si tantas ganas tienes, hazlo. ¡Que lo hagas! —Toma el kunai con fuerza y lo acerca aún más a su propia yugular rasgando un poco.
El músculo mojado de Madara lame con devoción el líquido que desciende de la herida, el movimiento la hipnotiza, de un momento a otro está relajada, y su respiración está jodidamente acelerada. Y presta atención por primera vez al rostro del tipo: tiene una enorme cicatriz en el lado derecho de la cara y permanece con el ojo izquierdo cerrado sin embargo, puede ver el deseo en el Sharingan que le acompaña. Pero no es deseo hacia ella, es el deseo a algo más y si le permiten decirlo, más grande en realidad, porque es la misma mirada que Sasuke ha tenido por años. Anhelando todo y nada. Apenas sobreviviendo.
—No lo haré, no te daré el gusto hasta que todo esto acabe.
—¡Eres un hijo de puta!
—Con esa boquita no obtendrás nada.
Encaja más el cuchillo soltando un gemido de satisfacción. Madara comienza a besar de forma apasionada sus labios y es que no puede seguirle el paso, la boca de él busca la fuerza y rudeza que él le transmite a ella sin embargo, es demasiado tosco para poder seguir su paso, Madara se separa de ella y el hilo de saliva que los une recae en el cuerpo de Ino. Es entonces, cuando el Uchiha jala bruscamente e invade su cuello con besos apasionados y ligeras mordidas succionado su piel y él sonríe con autosuficiencia cuando puede visualizar las marcas rojas en tan blanco lienzo; el hombre toma su cintura entre sus dedos siente el dolor de los dígitos marcar su piel, y acerca su pelvis a la de ella, presionando con fuerza ambas partes y el calor vuelve a emanar de sus cuerpos. Él carga a la muchacha entre sus brazos recargándose con la pared y ella por su parte, se aprisiona con sus piernas en las caderas de él y es capaz de percibir le roce de sus pelvis rozar aún más, ambas caderas se tocan y un delicioso éxtasis recorre su cuerpo entero, es placer. Un extraño placer que le abraza con pasión. Y él, mierda, se acerca a su rostro nuevamente.
Desgarra su piel y carne con el arma.
—¡Ino! —Escucha el grito de Shisui a lo lejos, —estás bien, todo está bien, estás conmigo.
Shisui la sostiene entre sus brazos, acaricia sus rubios cabellos tintados por la sangre, a él ni siquiera le importa que ella esté en poca ropa o que el baño esté bañado de sangre de la chica.
Ino apenas y parpadea para salir de su ensoñación, están en el suelo del baño y Shisui le abraza entre sus piernas y puede sentir el corazón del Uchiha golpear fuertemente en sus oídos, el temor se va y la sensación de tranquilidad la llena por completo.
—Tranquila, no pasa nada, estás bien —Shisui toma el rostro de ella entre sus manos y hace que lo mire directamente. Sin embargo, el rostro de Shisui se ve desencajado y busca con sus orbes oscuros la presencia de alguien más en el baño. No hay nadie en el lugar, sólo ellos dos—. No me voy a ir, ¿de acuerdo?
La Yamanaka asiente y se aferra con la poca fuerza que le queda al cuerpo de Shisui, él labraza de vuelta y acaricia sus cabellos, son suaves. A continuación mira el cuerpo de la muchacha tiene moretones de dedos marcados en su cintura y chupetones en su cuello, y no sólo eso sino una mordida fresca en el área. ¿Quién mierda le ha hecho eso? Está a punto de preguntar algo pero, Ino se ve demasiado afectada para si quiera decir algo.
—Estás bien —repite el Uchiha— estás conmigo.
La voz de su compañero le hace despegar su vista de la flama incandescente que se encuentra a sus pies iluminando el lugar húmedo y frío que le abraza y arrulla sus sueños cuando se encuentra a sí mismo en busca de un poco de compañía.
—Tuviste otro sueño —más que preguntar, su compañero infiere y le regala una sonrisa cuando despega la vista de él y se vuelve a concentrar en el amarillo del fuego—, no estás en condiciones de pelear si sigues con esos sueños, no digo que le digas a Pain pero sabes que cualquier persona podría ver que estás un poco distraído.
—No son sueños —explica y lejos de calmar la curiosidad de su compañero y algo así como amigo, el otro sonríe con hambre de conocimiento— son recuerdos.
—¿Justo ahora?
Asiente en silencio. También tiene esa duda, no son simples recuerdos, parecen pero no lo son, puede deducir que son memorias por las personas que viajan una y otra vez en su mente desde Izumi, Shisui y su propia madre; sin embargo, lo curiosos no son las personas sino los diálogos que hay, las interacciones y ese nombre que no puede ignorar, son recuerdos de algo que él no recuerda con claridad y tampoco está seguro si alguna vez pasaron. Kisame le mira un poco preocupado dentro de esas sonrisa culmilluda, no puede olvidar ese cabello rubio y esos ojos azulinos como el mismo cielo que es incapaz de ver.
—Debes hablar con Pain —sugiere Kisame—, de todas formas pueden saber que algo no está bien contigo y esa distracción en tu mente.
—No es importante.
—Sabes que tengo razón. En fin, vamos —Kisame toma su espada y se dirige a la entrada del lugar, da un último vistazo— ¿vienes?
Itachi pronto se para detrás de su compañero.
—Itachi, te amo —escucha el dulce susurro de aquella voz que le ha acorralado por semanas, su corazón comienza a latir estrepitosamente.
¿Quién es ella?
—¿Vienes?
Evidentemente, nada está bien.
He regresado con nuevo capítulo. Espero les haya gustado, estoy muy emocionada porqué aquí hay un pequeño fragmento de lo que pasa, ¿ya tienen idea de qué se trata?
¡Por cierto! Hay una referencia a un suceso en concreto, ¿saben que referencia es? Una pista: mi amiga Inari_nun tiene que ver, jajaja.
En fin, gracias por leer.
All the love.
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