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🔥𝟰𝟬🔥

𝗧𝗵𝗲 𝗗𝗮𝘆 𝗧𝗵𝗮𝘁 𝗪𝗮𝘀

29 de marzo, 2019

Ocho Hargreeves

-¿Harold Jenkins? -fruncí el ceño leyendo el papel -. Me resulta familiar.

Cinco me había dado un resumen sobre lo que les había dicho a mis hermanos mientras yo hablaba con Vanya, aunque al leer aquella misión en el papel, o mejor dicho ese nombre, algo dentro de mi sabía no era la primera vez que había escuchado de éste.

-Perdón, ¿acaso soy la única a la que le cuesta creerlo? -dijo Allison.

Estaba por interrumpirla, pero al ver como mi novio soltaba un quejido y se miraba el abdomen me interrumpí a mí misma para mirarlo con inquietud.

-Exactamente cómo saben todo sobre... ¿Cómo se llama? -siguió hablando mi hermana.

-Harold Jenkins -respondí sin dejar de ver a mi novio en búsqueda de más señales de malestar.

-¿Recuerdan a los enmascarados que atacaron la casa? -cuestionó Cinco.

-Sí, creo que los recuerdo -respondió Klaus haciendo memoria.

-Si, los que nos atacaron mientras te embriagabas -le reprochó Diego.

-Si. Ellos fueron enviados por la Comisión para que yo no vuelva y detenga el fin del mundo.

-¿La qué?

-Nuestro antiguo empleador -le respondí a la morena -. Ellos monitorean el espacio y el tiempo para asegurar que lo que deba suceder, suceda.

-Creen que el apocalipsis vendrá en tres días -siguió hablando Cinco -. Así que fui a la sede de la Comisión e intercepté un mensaje destinado a esos lunáticos, el cual parece mandaron porque Ocho estaba por descubrir la verdad.

Fruncí el ceño de inmediato, pues yo no tenía ni idea de lo que hablaba. De inmediato sentí la mirada de todos sobre mí, aun cuando yo no sabía a lo que se refería.

-¿Yo? -asintió -. ¿Cómo?

-Eso no lo sé, pero tu misma has dicho que te resulta familiar -respondió mi novio -. "Proteger a Harol Jenkins". Debe ser el responsable del apocalipsis.

Todos permanecieron en silencio por un par de segundos, el cual desapareció cuando Diego, Luther y Allison comenzaron a hablar a la vez cuestionando sobre todo lo que Cinco había dicho.

-Ocho lo conoce porque lo mencionó en la carta -soltó de pronto Klaus sentándose en el sillón -. Me quema la piel.

-Ya te lo dijimos, ella solo dejó una carta en su cama y nunca lo menciona -respondió Luther con fastidio.

-Eso no es del todo cierto -llamé la atención de todos -. Ese día no solo deje una carta.

Mis hermanos se miraron entre sí para luego mirar a Klaus, quien jugaba con la hoja en su mano. Le extendí la mía como si ese gesto preguntara si me la prestaba, a lo que él solo me la dio.

"Querido hermanito;

No sé si estoy tomando la decisión correcta, pero de lo que estoy segura es que no podría irme sin despedirme de ti. Sabes que Cinco es demasiado importante para mí, y creo que lo he demostrado durante las últimas semanas.

Hoy cuando Ben fue a mi cuarto te juro que pensé en negarme y no ir a aquella misión, pero algo me dijo que si no lo hacía quizá algo malo pasaría. Al volver conocía un chico, Harold Jenkins, él vino desde lejos con la intención de ser parte de nuestra academia, aunque papá lo rechazo.

Por alguna razón el saber de su simple y a la vez gran acción me devolvió la esperanza de ver a Cinco de nuevo. Espero y puedas perdonarme por dejarte, te prometo que volveré.

Te quiere, Ocho."

-¿Tienes idea de lo loco que suena esto? -cuestionó Allison exaltada.

-Oigan... -intenté llamar su atención mientras terminaba de leer la carta.

-¿Sabes que es loco? -le respondió Cinco con enfado -. Ocho y yo nos vemos como niños de trece años...

-Oigan...

-Klaus habla con los muertos...

-Oigan... -seguía insistiendo.

-Y Luther piensa que engaña a todos con el abrigo -siguió mi novio -. Todo sobre nosotros es loco, siempre lo ha sido.

-Tiene un punto -le dio Klaus la razón.

-¡Oigan! -grité haciendo todos me miraran -. Gracias -ironicé -. No escogimos esta vida, solo la viviremos, al menos por los siguientes tres días.

-La última vez que intentamos detenerlo, morimos -respondió Allison -. ¿Por qué sería distinto? ¿Por qué no voy a casa con mi hija?

-Porque esta vez, ambos estamos aquí -nos señalé a Cinco y a mí con la mano -. Tenemos el nombre del responsable y una pista -levanté la carta en mi mano -. Tenemos la oportunidad de salvar las vidas de billones de personas.

-Incluyendo la de Claire -agregó Cinco.

-¿Sabes su nombre? -preguntó número Tres.

-Si, y me gustaría vivir lo suficiente para conocerla -respondió mi novio mientras yo bajaba la mirada, cosa que no pasó desapercibida por él -. Quizá no sea el único.

Sentí la mirada de Allison sobre mí, pero me negué a devolvérsela.

-Está bien -murmuró, a lo que yo la mire de reojo -. Busquemos al bastardo.

Comenzó a caminar intentando salir de la habitación en afirmación de estar con nosotros, pero la voz de Diego la detuvo.

-Me convencieron con "Gerald Jenkins" -jugueteó con su cuchillo.

-Harold Jenkins -corrigió Cinco con cierto fastidio.

-Como sea. Ya perdí a dos personas esta semana -me miró -. No perderé más.

-¿Luther? -preguntó mi chico mientras Diego se acercaba a nuestro lado.

-Si, vayan ustedes -respondió -. Me quedaré viendo los archivos de papá, aún creo que tiene que ver con el por qué me envió a la luna.

-Perfecto -sonreí dispuesta a caminar hasta que Cinco me detuvo tomándome del brazo.

-¿En serio? -intervino Diego rápidamente -. Ahora quieres hacer del fin algo sobre tú y papá.

-"Busca amenazas", es lo que él me dijo -trató de defenderse -. ¿Crees que es una coincidencia? Debe estar conectado.

-No, debemos estar juntos -Allison colocó su mano en su brazo.

-En realidad no es necesario el peso extra -dije entre dientes ganando una mala mirada de la morena y el fortachón.

-No hay tiempo para esto -intervino Cinco antes de que alguno contraatacara.

-Vamos, se dónde podemos hallar al imbécil -agregó Diego -. Klaus, estás conmigo.

-Yo estoy bien aquí -respondió el mencionado -. Creo que... -se puso de pie -. Yo paso. Estoy sintiéndome un poco enfermo, así que...

No dijo nada más, se limitó a salir del salón seguido de Diego, Cinco y yo.

-Descansa -le grité mientras lo veía subir las escaleras.

Agradeció con un movimiento de mano siguiendo con su camino, yo hice lo mismo y caminé tras Cinco, quien caminaba con cierta dificultad.

-¿Seguro que estás bien? -cuestioné preocupada mientras salíamos de la Academia.

-Tranquila, esto puede esperar.

Antes de que pudiera decir algo más, Allison salió de la mansión con su chaqueta puesta.

-¿A dónde iremos? -preguntó la morena acercándose a nosotros.

-Creo que yo sé dónde -respondió Diego caminando a su auto.

Todos seguimos a mi hermano hasta su auto, aunque yo solo quería saber cómo se encontraba Cinco.

Nos hallábamos fuera de la oficina de policías, debido a la insistencia de Diego yo fui en asiento delantero -cosa que agradecí pues aún había tensión entre la morena y yo- mientras Allison y mi novio fueron atrás.

-Sé que ese tal Jenkins debe tener un expediente -dijo Diego apagando el auto y quitándose el cinturón -. Solo debemos conseguir este archivo.

-Y tu plan es, ¿qué? -comenzó a hablar Allison -. ¿Entrar ahí y preguntar por él?

-Conozco la estación como la palma de mi mano -le respondió mi hermano -. He pasado mucho tiempo adentro.

-¿Esposado? -pregunté a modo de broma haciendo me mirara con el ceño fruncido.

-Como sea -no lo negó -. Este es el plan.

-¿Plan? -lo interrumpió Cinco -. Me teletransportaré y tomaré el archivo.

-No, no es... -habló Diego -. No conoces las entradas y salidas del lugar, ¿sí?

-No es necesario -interferí -. Literalmente si él quisiera podría ir al otro lado del mundo y volver con sus saltos, si lo descubren solo se transporta fuera -me encogí de hombros.

-No, pero...

-Literalmente hice esto ayer -lo interrumpió esta vez Cinco a lo que yo fruncí el ceño -. Mi ayer, no el suyo.

-¿Fuiste al otro lado del mundo sin mí? -fingí ofenderme -. Que golpe tan bajo.

-¿Qué? ¡No! -exclamó rápidamente haciéndome reír -. No es tiempo para bromas, Och-...

Se interrumpió al soltar un quejido.

-¿Estás bien? -preguntó Allison a su lado.

-No es nada -se acomodó mejor en su asiento -. Me tomará dos segundos... -cambió el tema, pero Diego lo interrumpió.

-Escúchame, tú no entrarás ahí -remarco el "tú" -. Tome una decisión. Es lo que un líder hace, lidera.

Antes de que alguno pudiera decir algo, mi hermano bajo del auto dejándonos solos.

-Tengo que hacer una llamada -soltó Allison de pronto bajando del auto.

Una vez estuvimos solos solté un fuerte suspiro, vaya que se sentía distinto el ambiente con ella desde esta mañana. Me quité el cinturón dispuesta a bajar del auto cuando Cinco habló.

-¿Pasó algo? -dijo antes de que pudiera bajar del auto -. Es imposible no notarlo.

-Discutimos antes de que llegaras y le pegué -sentí su mirada sobre mí -. No sé qué me pasó.

Cerré los ojos mientras recargaba mi cabeza en el asiento, escuché a Cinco teletransportarse para luego sentir su mano en mi mejilla, giré mi rostro y abrí mis ojos notando ahora se hallaba en el asiento del conductor.

-Tranquila, seguro es el estrés -dejaba caricias con su dedo pulgar -. Una vez terminemos con esto podremos tomar unas vacaciones, ¿no te gustaría?

-Aprovechando mi situación, me gustaría vivir mi adolescencia como las personas normales, una donde no tenga que asesinar para sobrevivir -sonreí -. Quisiera divertirme, salir, conocer, crecer y quizá después tener mi propia familia.

-Espero pueda acompañarte en tus planes y compensarte los años perdidos.

-Ya lo estás haciendo -me acerqué y besé sus labios -. Bajemos.

Dejé un beso más en sus labios y abrí la puerta del auto, salí cerrando la puerta a mis espaldas y subí la banqueta mientras Cinco cerraba su puerta. Allison hablaba por teléfono por lo que solo nos limitamos a recargarnos en el muro de la comisaria mientras esperábamos a Diego.

Dejé mi cabeza caer cobre el hombro de Cinco y él apoyó la suya sobre la mía cuando Allison acomodó el teléfono de nuevo en la cabina.

-¿Entonces? -preguntó Cinco mientras Diego llegaba.

-De nada -mostró el archivo en su mano.

Allison lo tomó mientras Cinco y yo nos separábamos. La morena comenzó a hojearlo rápidamente mientras todos la mirábamos expectantes, abrió los ojos de más y acercó el archivo a su rostro para leerlo mejor.

-Mierda.

-¿Qué? -cuestioné.

-Harold Jenkins es Leonard Peabody -giró el archivó mostrándonos como tenía una foto del mencionado.

Antes de que pudiera hablar una punzada apareció en mi cabeza y las escenas que vi al tomarle la mano a Jenkins aparecieron en mi mente, pero no solo eso, también un recuerdo de cuando lo conocí y éramos solo niños.

Perdí el equilibrio y caí de rodillas al piso mientras sujetaba mi cabeza, pues el dolor aumentaba.

-¡Ocho! -escuché a Cinco sacándome del trance.

-¿Estás bien? -preguntó Diego -. Tus ojos eran ámbar.

-Vanya, tenemos que encontrarla, no puede estar con él -intenté ponerme de pie.

-¿Por qué? -cuestionó mi hermano mientras él y Cinco me ayudaban a ponerme de pie.

-Es peligroso -fue lo único que dije -. ¿Ahí viene donde vive? -miré a Allison, pues ella aún sostenía el archivo.

-Andando.

Fue lo único que dijo antes de entrar al auto.

El auto se detuvo frente a una pequeña casa ubicada no muy lejos de ahí, la punzada ya había desaparecido para mi suerte. Bajamos del vehículo y comenzamos a caminar hacia la casa frente a nosotros.

-Con cuidado -dijo Allison -. No sabemos de lo que Peabody sea capaz.

-No se veía peligroso cuando lo vi -respondió Diego -. Se veía algo flacucho.

-Si, bueno, así son la mayoría de los asesinos en serie y en masa -volvió a hablar la morena -. Digo, míralos a ellos.

-Gracias -respondió Cinco con sarcasmo.

-¿Se supone que eso es un alago? -fruncí el ceño.

-Buen punto -le dio la razón mi hermano, a lo que yo rodé los ojos.

Allison se fue por otro lado mientras Diego y Cinco subían las escaleras del porche, pues yo me quedé atrás.

-¿Qué quiere este tipo con Vanya? -cuestionó Diego

-No lo sé, ¿qué tal si le preguntamos después de matarlo? -respondió Cinco con sarcasmo.

Diego iba a hablar, pero ya no lo escuché pues me separé de ellos. Caminé a la ventana más cercana y con un simple movimiento de manos intenté abrirla, pero al parecer tras la visión aún no estaban estables mis emociones, por ende, tampoco mis poderes.

Solté un suspiro y volví con ellos notando Diego estaba solo ahora.

-¿Y Cinco? -pregunté subiendo las escaleras.

-¿No te fuiste con él? -negué con la cabeza -. ¿Crees que puedas usar tus poderes? No me gustaría destrozarla sin motivos -señaló el ventanal en la puerta.

-Me temó que no -asintió.

-Retrocede.

Antes de que pudiera preguntar retrocedió un poco para tomar velocidad y saltar directo contra ésta rompiéndola. Por inercia me cubrí con mis manos al ver los pedazos de vidrio volar, para mi suerte la mayoría cayó dentro de la casa.

-¿Estás bien? -me asome por la ventana rota.

-Sutil -dijo Allison llegando mientras miraba a Diego en el piso.

Cinco se acercó a la puerta y la abrió, dejándome pasar.

-¿Saben? La puerta no tenía seguro -agregó mientras la cerraba una vez entré.

-Si, bueno, mi modo funcionó bien -se quejó mi hermano, me acerqué a él y le extendí la mano para ayudarlo a levantarse -. Separémonos -comenzó a caminar hacia el comedor de la casa -. Griten si, ya saben, están en problemas.

-Liderazgo inspirador -soltó Cinco con ironía.

-Uno de los mejores -respondió Allison en el mismo tono.

Cada uno tomo un rumbo diferente. Cinco y Diego revisaban en la planta baja mientras yo subía con Allison al primer piso, ella entro en una de las habitaciones mientras que yo iba a entrar en otra hasta que vi la puerta del ático. Me acerqué a la cadena, pero al estar algo alta tuve que dar un par de saltos antes de lograr alcanzarla, tiré de esta dejando que las escaleras de desplegaran y comencé a subir.

-¡Chicos! ¡Tienen que ver esto! -grité al ver todo lo que había en esa habitación.

Los pasos se escucharon rápidamente, cuando menos lo noté ya se encontraban todos arriba viendo lo mismo que yo. Las paredes estaban llenas de fotos de la academia Umbrella, estaban nuestras figuras de acción, noticias y revistas sobre nosotros, entre otras cosas.

-Todos nuestros rostros están borrados -dijo Allison mirando las imágenes de las paredes pues tenían los rostros con rayones y nuestras figuras de acción tenían las caras derretidas.

Me acerqué a un buró donde pude ver algo muy peculiar, era mi antifaz. Lo tomé entre mis manos y un escalofrío me envolvió al ver pequeñas gotas de sangre impregnadas.

La imagen de Leonard matando a su padre volvieron a mi mente, pero no lo mencioné. No podía creer que aquel chico que conocí y al cual ayudé después de lo que pasó con papá pudiera hacer algo así, él me había devuelto la esperanza mientras que nosotros se la quitamos.

-Menos la de Ocho -agregó Diego, por lo que me giré a mirarlo -. Bueno, eso no es extraño, este tipo tiene serios problemas.

-Mierda -dijimos todos al mismo tiempo.

-¿Qué tienes ahí? -preguntó Allison mientras me acercaba a ellos.

-Mi antifaz, se lo di cuando lo conocí -murmuré -. Él era el niño que papá humillo la última vez que los acompañe a una misión.

-Esto no lo es sobre Vanya -dijo la morena atando cabos -. Esto es sobre nosotros.

Deje de mirar el antifaz para mirarlos, pero el ver a Cinco llamo mi atención. Parecía como si le comenzara a faltar el aire y soltaba quejidos por lo bajo, miré su rodilla y por esta descendía sangre que bajaba desde debajo de sus pantaloncillos hasta su calceta ya húmeda.

-¿Qué diablos te pasó? -mi angustia fue notoria.

Antes de que pudiera hablar, soltó un suspiró y cayó de pronto al piso.

-¡Cinco! -me arrodille rápidamente a su lado.

Noté como había una gran mancha en su chaleco, por lo que con las manos temblorosas aparte su saco y levanté un poco su chaleco y camisa. El aire se escapó de mis pulmones al ver como de su abdomen bajo era de donde salía toda la sangre.

-Cielos, Cinco -murmuró Diego al ver la herida de bala -. ¿Por qué no nos dijiste algo?

-No era importante -su tono era bajo.

-¿Cómo es que puedes pensar eso? -elevé mi voz mientras rompía una de las mangas de mi saco -. ¿No has visto lo que he hecho solo para volverte a ver? -hice un torniquete sobre su herida con la manga -. ¡Eres importante! ¡Lo eres para mí!

-Tienen que salir adelante -decía con un hilo de voz -. Tan... Cerca...

-¿Cinco? ¡Cinco! -comencé a llamarlo al ver como se detuvo -. Sígueme hablando, no cierres los ojos -lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, pero no obtuve respuesta -. Ayúdenme a sacarlo de aquí, tenemos que irnos.

Mi desesperación era evidente por lo que rápidamente me ayudaron a cargarlo mientras yo ejercía presión en la herida con la tela. No podíamos perder tiempo, no podía perderlo, no de nuevo.

Narrador Omnisciente

No demoraron mucho en llegar a la academia. Durante todo el camino Ocho fue con Cinco en el asiento trasero sin dejar de oprimir su herida. Los hermanos Hargreeves lo bajaron del auto con cuidado y como pudieron abrieron la puerta pues los poderes la menor seguían ausentes.

-Debimos llevarlo a un hospital -dijo Allison mientras pasaban por la sala del candelabro.

-Un niño con herida de bala sería sospechoso -murmuró Cinco.

-Si, como el altar asesino en el ático de Harold Jenkins -respondió la morena.

-¿Cómo te encuentras pregunté? -preguntó Ocho mientras entraban al salón principal.

-No sé cómo sigo vivo -soltó un quejido cuando lo bajaron en uno de los sillones.

Morgan se hinco a su lado siguiendo con su acción notando como Cinco se quejaba cada que respiraba.

-Aún pierde mucha sangre, ¿qué hacemos? -Allison se quitó su saco.

-Debemos sacar la bala -señaló Diego.

Número Tres se iba a hincar al lado de su hermana, cuando Diego comenzó a caminar fuera del salón.

-Diego, ¿A dónde vas? -le preguntó Allison al verlo salir, pero no obtuvo respuesta -. Iré a la enfermería a buscar con que sacar la bala, no tardo.

Y sin más salió de ahí dejando a Morgan sola con el chico. La chica recargó su frente en el sofá intentando contener sus lágrimas, pero el pensar que podría perder a su chico de nuevo la destrozaba. Sin notarlo un leve brillo grisáceo brotó de sus manos directo en la herida de Cinco -quien tampoco se percató de esto-, había canalizado el sentimiento de impotencia y miedo para intentar curarlo sin percatarse de eso.

Al escuchar pasos, Ocho perdió la concentración por lo que el fulgor desapareció. Levantó la mirada notando como Diego entraba apresuradamente junto con Allison.

-Llevémoslo a su cuarto, ahí lo curarán -ordenó su hermano mientras se preparaba a cargarlo junto con su hermana.

-¿Quién? -preguntó Morgan.

-Mamá.

La chica miraba atentamente como su madre terminaba de curar la herida de Cinco mientras este descansaba tranquilamente. Seguía preocupada por él y el hecho de que le ocultara algo como eso, pero sabía que para él siempre es más importante el saber que su familia estaría bien antes que él mismo.

-Solo debe descansar -dijo Grace llamando la atención de Ocho -. Estará bien.

-Gracias mamá.

La robot le sonrió a su hija y salió de la habitación dejándola a solas con Cinco. Morgan se acercó más al pelinegro, pasó su mano por el cabello del chico percatándose aún estaba manchada de sangre. Soltó un suspiro intentando contener sus lágrimas, se sentía de alguna forma culpable.

Ella podría sanarlo, pero no sabía controlar aquel poder en específico, o siquiera si sus emociones ya estaban estables. Trago secó al verlo y se acercó para dejar un suave beso en su frente, dejando caer una pequeña lágrima en el chico sin poder evitarlo -haciendo un pequeño brillo grisáceo apareciera ahí por un par de segundo, aunque ninguno lo notó-.

-Morgan -murmuró Cinco somnoliento, haciendo su voz sonara ronca.

-No hagas esfuerzos -hablo rápidamente al ver que intentaba levantarse.

-No podemos perder tiempo -volvió a hablar.

-Debes descansar, recién curaron tu herida -tocó con su dedo índice la herida del chico, haciendo se dejara caer de golpe en la cama -. No puedes levantarte de ahí, no hoy.

Soltó un suspiro frustrado, al saber no lograría hacer que la chica cambiara de opinión. Estaba por negarse de nuevo, pero Ocho habló de nuevo.

-Se que quieres evitar que el final llegue, pero así como tú quieres salvar al mundo, yo quiero salvarte a ti -su voz se quebró ligeramente -. He pasado toda mi vida prácticamente intentando encontrarte, y cuando al fin lo hice he estado cerca de perderte -una lágrima se deslizó por su mejilla -. Te lo pido, tomate solo lo que resta del día, mañana podemos seguir, pero primero quiero te encuentres bien.

Con cuidado se acercó a la chica para poder limpiar la lágrima que había salido de ella.

-Solo hoy, ¿Sí? -la chica asintió rápidamente -. Pero solo si duermes conmigo.

Morgan rio y asintió de nuevo, Cinco se hizo con cuidado a un lado dejando la chica se recostara a su lado. Ocho se acomodó en el pecho de su novio, cuidando el no tocar su herida.

Permaneció un rato ahí hasta quedar dormida, o al menos lo intento, pues una horrible imagen apareció en su mente. Escuchaba los gritos de Allison y Vanya a lo lejos y luego de pronto la morena estaba en el piso desangrándose.

-Ocho -sintió alguien la movía ligeramente, despertándola.

Abrió los ojos notando a su hermana mirándola con preocupación, pues seguramente notó estaba teniendo un mal sueño.

-¿Te encuentras bien? -preguntó Allison dejando a la chica sentarse en la cama.

-Si, eso creo -talló sus ojos con sus manos -. ¿Pasa algo?

-Debemos hablar -señaló con la cabeza la puerta.

La menor dirigió su mirada a ésta notando ahí estaba Diego. Con cuidado de no despertar a Cinco se puso se de pie, salió de la habitación con su hermana detrás de ella para poder hablar mejor con número Dos.

-¿Ya llamaron a Vanya? -fue lo primero que dijo Ocho una vez estaban en el pasillo.

-No responden en su casa -respondió Allison -. Y la recepcionista en su escuela de música dijo que hoy no se presentó.

La chica solo asintió mientras dirigía su mirada a su novio, quien descasaba plácidamente. Estaba por hablar cuando Diego intentó alejarse de ellas.

-Hey -llamó Morgan su atención -. ¿Estás bien?

-Si -respondió por un momento para luego desviar la mirada -. No lo sé, es extraño verla.

-¿A mamá? -preguntó su hermana "menor", a lo que él solo permaneció en silencio.

-Solo quiero decirle que yo... -se interrumpió a sí mismo haciendo que las chicas fruncieran el ceño -. No tenemos tiempo suficiente, debemos irnos.

-¿A dónde? -Ocho frunció el ceño.

-Ya veremos -intentó alejarse por el pasillo.

-No lo sé, Diego -lo detuvo Allison tomándolo del brazo -. Cinco esta acostado, inconsciente, literalmente casi moría, de nuevo -miró de reojo a Morgan, quien solo asintió dándole la razón -. Lo necesitamos.

-Podemos hacerlo por nuestra cuenta -se apresuró a responder.

-Ya lo hicimos, ¿recuerdas? -le recordó Allison -. Todos acabamos muertos.

-Tenemos a Ocho.

-No es suficiente -Morgan bajó la mirada al escuchar lo que dijo su hermana.

Los recuerdos de todo lo que había visto volvieron a su mente. No solo en sus pesadillas, sino que también de las veces que había entrado a la mente de su chico. Dirigió su mirada a éste mientras Allison hablaba de nuevo.

-No lo sé, yo solo... -se interrumpió a sí misma -. Creo que debo ir a ver a Claire antes de...

-No puedes huir de esto, Allison -habló Diego -. Eso fue lo que empezó este desastre en primer lugar.

Ocho sintió la mirada de sus hermanos sobre ella para luego mirar al chico en la cama, ellos habían huido de casa hacia diecisiete años y eso no había resultado del todo bien, ni para ellos ni para la academia en general.

-Luther tenía razón -soltó Diego de pronto llamando la atención de las chicas.

-Nunca creí que dirías eso -admitió Allison con una sonrisa burlona.

-Ni yo -agregó Ocho imitando la acción de su hermana.

-Si, bueno... Debemos estar juntos -miró a la menor -. ¿O no?

La chica solo le sonrió de lado mientras asentía dándole la razón a su hermano.

-Como un equipo -respondió la chica.

-Como un equipo -repitió Diego.

-¿Dónde empezamos? -preguntó Allison cruzándose de brazos.

-No hay otra dirección en el archivo, pero hay alguien relacionado -comenzó a decir su hermano -. La abuela de Jenkins. Vivía cerca de Jackpine Road.

-¿Crees que la llevó ahí? -preguntó Allison mientras ella y su hermana comenzaban a seguir a Diego, quien se alejaba por bajando las escaleras.

-Es un buen lugar para comenzar.

-Esperen -Ocho llamó su atención -. Le dejaré una nota a Cinco, los veo abajo.

Ambos asintieron y continuaron con su camino, mientras la chica iba a su cuarto. Le arrancó una pagina a una de sus libretas y escribió una pequeña carta contándole a Cinco lo que harían y a donde irían, una vez lista la dejo en el buro del chico y bajo para alcanzar a sus hermanos.

-¿No crees deberías limpiarte antes? -la chica miró donde Allison señalaba, notando sus manos sucias.

La chica solo asintió y fue a paso rápido al baño más cercano, donde lavó sus manos. Tuvo un ligero mareo al recordar la primera vez que asesinó a alguien con sus manos, por lo que se sostuvo del lavabo recobrando el equilibrio. Su respiración se había acelerado y sus manos temblaban al ver esa imagen de nuevo.

-¿Ocho? -escuchó tocaban la puerta.

-Ya voy -terminó de lavar sus manos rápidamente intentando despejarse.

Salió lo más rápido que pudo del lugar siendo seguida por sus hermanos. Intentó abrir la reja con un ademán de manos, consiguiéndolo. Sus poderes estaban de vuelta. Morgan caminaba a pasos firmes mientras detrás de ella Allison revisaba el archivo de Jenkins, el cual tomó antes de salir.

-No -Diego tomó a Ocho del brazo haciendo cambiara de dirección, mientras Allison los seguía -. Vamos, por aquí.

-Pero el auto está por allá -le respondió Morgan.

-Confíen en mí, ¿sí? -siguió tomando a su hermana del brazo.

-¿Qué está pasando? -preguntó Allison con el ceño fruncido.

-Vinieron por mi -respondió haciendo Morgan se detuviera de golpe y Allison mirara a sus espaldas -. Creen que hice algo -jaló a su hermana para que no se detuviera.

-¿Qué piensan que hiciste? -pregunto número Tres.

-Asesinato.

-¿Lo hiciste? -preguntó la menor alarmada.

-No, no, no, claro que no -respondió rápidamente Diego mirando a sus hermanas, quienes se les veía preocupadas -. ¿Por qué preguntan eso?

-Digo, llevas un cuchillo contigo a donde sea -comenzó a argumentar Allison a lo que Ocho a solo asintió.

-Si, tendremos que separarnos -soltó a Morgan de su agarre -. ¿Okey?

La menor lo miró insegura, no estaba del todo convencida de esa idea, menos tomando en cuenta la tensión entre ella y Allison.

-Estoy a cargo, ¿recuerdas? -respondió Diego rápidamente impidiéndole hablar -. Vanya te necesita -colocó su mano en el hombro de Morgan para mirarla a los ojos, los cuales se cristalizaron inevitablemente ante sus palabras.

-No hagas algo estúpido hasta que vuelva -amenazó la chica intentando mostrarse serena.

Su hermano solo se limitó a sonreír de lado. Sin poder evitarlo, Ocho se acercó a darle un abrazo a su hermano, quien apoyó su barbilla en su cabeza. La chica se separó de él y comenzó a caminar hacia el auto dejando a Allison con Diego.

-Cuídala, ¿Sí? -la morena solo asintió antes de ir tras su hermana.

Para suerte de Allison, la alcanzó rápidamente notando estaba parada junto al auto mientras miraba con preocupación a las patrullas acercarse a Diego.

-Él estará bien -soltó llamando su atención -. Sube, yo conduzco.

La menor solo asintió y entro al auto una vez Allison abrió las puertas. La más alta encendió el auto y comenzó a andar mientras Morgan solo suspiraba, sería un largo camino.

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