
🔥 25 🔥
25 de marzo, 2019
Ocho Hargreeves
El camino fue algo incómodo y al llegar traté de bajar lo más rápido que pude del auto para poder entrar a la academia. Como pude subí las escaleras ya que el dolor en mi pierna había aumentado, pero antes de poder entrar a mi habitación sentí como me tomaban del brazo.
—Te agotaras más rápido si sigues usando tu poder —dije al toparme con sus ojos verdes.
—Tú no tienes que reservar energías para usar tu poder y no pudiste usarlo para subir más rápido.
Le sonreí sarcástica y traté de entrar a mi cuarto, pero él aún no me había soltado. Lo miré para que se diera cuenta, aunque sabía que lo había notado, pero hizo caso omiso y me tomó del brazo para hacerme entrar a su cuarto.
—Siéntate, voy a sanar tu herida —habló mientras comenzaba a buscar algo, estaba por reclamar, pero me interrumpió antes de siquiera hablar —. Se lo que dirás y sé que no podrás curarte sola.
—En la comisión aprendí a sanar varios tipos de herida, desde las más superficiales hasta las que parecían de muerte —dije saliendo de su habitación.
—Eso era gracias a tus lágrimas, ¿No?
Pare en seco por un momento, en realidad no había pensado en curarme con ellas. Fui directo a la habitación de Ben, ya que ahí había dejado mi mochila la última vez y comencé a buscar alguno de mis frascos de reserva, pero no había nada. Saqué todas las cosas de mi mochila con la esperanza de que hubiera algo en el fondo, pero no había rastro alguno de aquel frasco.
—¿Ya me dejaras ayudarte? —escuché de nuevo su voz a mis espaldas.
Bufé y guarde de nuevo mis cosas en la mochila para luego sentarme en la cama que alguna vez le perteneció a mi hermano. Cinco se acercó a mí y se agachó para quedar más a la altura de mi herida, levantó levemente mi falda un poco arriba de donde brotaba la sangre y comenzó a limpiarla con una gaza cubierta de alcohol etílico.
—¿Te lastimé? —me preguntó tras escuchar que solté un jadeo de dolor, pero yo no le respondí —. No podrás seguir ignorándome por siempre.
—No lo haré por siempre, solo tenemos una semana garantizada antes de que todo termine.
Lo escuché soltar un suspiro mientras yo me giraba a mirar a cualquier otro punto de la habitación tratando de pensar como iniciar aquella conversación pendiente que me comenzaba a enloquecer. Tomé el aire que me permitieron los pulmones y aclaré mi garganta, haciendo que me mirara.
—¿Qué hay de...? —tragué seco —. ¿Delores?
—Oh, ella... —dijo desviando la mirada y poniéndole atención a mi herida.
—Supongo fue alguien importante —dije con dificultad.
—Vaya que lo fue —suspiró y comenzó a preparar una aguja para poder suturar mi herida pues al parecer era profunda —. Llegó en el momento correcto. Había perdido a todos solo por quererme demostrar que era capaz de lograr más, pero tal parece que no lo estaba y papá lo sabía —solté un gemido de dolor en cuanto comenzó a coser mi herida —. Lo siento, debí avisarte.
—No importa —dije limpiando rápidamente una lágrima que se me escapó por el dolor —. Continúa.
—Al llegar al apocalipsis solo vi ruinas y a nuestros hermanos... Muertos —me dio una mirada rápida —. Incluso tú — murmuró y yo solo baje la mirada.
—Debió de ser difícil.
—Lo fue y la soledad me afectó, hasta que ella llegó a mi vida y me ayudó a no estar solo —me fue inevitable sonreír de lado —. Le contaba todo y si te soy sincero siempre quiso conocerte... Ya quedó.
Lo miré extrañada por un momento, pero al verlo levantarse y recoger las cosas que había usado para cuadrar mi herida. Acomodé mi falda y me acerque a él para colocar mi mano en su hombro, cerré los ojos y me concentre para poder entrar por un momento a su mente.
—Me gustaría que pudieras conocerla —lo escuché decir.
Abrí mis ojos y le di una media sonrisa ya que se me observaba, solté un suspiro para luego tomarlo de la mano y llevarlo hasta mi cuarto. Entramos y comencé a buscar un par de cosas sintiendo su mirada sobre mí.
—¿Qué haces? —dijo al verme sacar de mi armario un uniforme.
—No quiero que me vea así y tenga una mala impresión de mí —le respondí entrando al baño para poder cambiarme.
—¿Quién?
No le respondí ya que cerré la puerta del baño, me quite el uniforme rasgado y lo remplace por el nuevo. Salí de ahí y volví a mi cuarto donde Cinco se encontraba sentado en mi cama con algo entre las manos. Dejé el uniforme en la cesta de ropa sucia que estaba junto a mi escritorio y me senté a su lado.
—"El principito", aún recuerdo el día en que te lo leí —dije mirando el libro que sostenía.
—"Me creía rico y poseedor de una flor extraordinaria..." —citó sin despegar la vista del libro.
—"... Pero lo único que poseo es una flor común" —agregué haciendo que me mirara —. Delores —dije respondiendo la pregunta que me había hecho antes de cambiarme —. Quiero conocerla.
Él me sonrió y colocó su mano en mi mejilla acariciándola levemente para luego acercar nuestros rostros, sentí su cálido aliento mezclarse con el mío y luego nuestros labios uniéndose. Tras unos segundos nos separamos del beso, pero no nos distanciamos ya que unió su frente con la mía.
—Iremos en la noche, ¿De acuerdo?
Me separé un poco de él mirándolo un poco extrañada, pero asentí tras ver qué lo decía en serio, me sonrió de lado y luego se acercó de nuevo a mi para besar una vez más mis labios.
https://youtu.be/btX0F7EMNjY
Las horas pasaron y el sol se ocultó dándole inicio a la noche. Cinco y yo nos encontrábamos camino a dónde según él encontraríamos a Delores, según él no era demasiado lejos, pero me resulto algo extraño en cuanto entramos al estacionamiento de Gimbel Brothers pues ya se encontraba cerrado. Bajamos del auto y comenzamos a caminar hasta estar cerca de la tienda, ya que Cinco se había estacionado algo lejos de ésta.
Al llegar frente a la sucursal sentí como tomó mi mano y nos teletransporto dentro, lo cual me resultaba extraño ya que pensaba que la podríamos ver quizá fuera de la tienda o quizá en un lugar abierto las veinticuatro horas, pero no dentro de una tienda departamental cerrada.
—Ven —dijo sin soltarme aún la mano y comenzar a caminar entre los pasillos.
Narrador Omnisciente
Ambos continuaron caminando entre las tinieblas hasta que Ocho vio un par de linternas, le dio una a Cinco y ella conservó la otra para poder alumbrar su camino, aunque no sabían que en realidad no estaban solos en aquella tienda.
—Es ella —dijo Cinco llamando la atención de la chica y la iluminó con su linterna para que Ocho la pudiera ve —. Delores.
La de ojos cambiantes se quedó en silencio por un momento al ver de quién se trataba y estaba segura de que si en ese momento estuviera bebiendo algo lo hubiera a escupido.
Es un maniquí, pensó.
Sentía que la cara se le caía de vergüenza al darse cuenta de que estuvo sintiendo celos de un pedazo de plástico, aunque internamente agradeció se tratara de plástico y no de alguien real ya que odiaría pensar que existieran alguien más que quisiera quitarle a su chico.
— Es... — lo pensó un par de segundos, miró a Cinco quien tenía un pequeño brillo en la mirada y agregó —. Linda.
Aunque en sus adentros pensaba que era una locura luego cayó en cuenta de que para él aquel maniquí al cuál llamó Delores era importante debido a que lo acompañó en uno de los momentos más difíciles. No admitiría que era una locura, pero si gracias a "ella" había logrado hacerlo sentir menos solo haría lo necesario para que no pensara que lo veía como un loco o algo relacionado, sabía que no lo era pues al ponerse en sus zapatos quizá hubiera hecho lo mismo.
Cinco le sonrió a lo que Ocho imitó su acción, él acepto presentarle a Delores pues sabía que ella era la única persona que lograría entenderlo y aunque en un principio tenía pensado ir sólo ahora agradecía la compañía de la chica.
—Que gusto verte... —dijo él de ojos verdes mirando a Delores mientras empezaba a "dialogar" con ella —. Te extrañé, obviamente... Bueno, fueron días difíciles... Así es, ella es Ocho... —la mencionada movió su mano levemente en forma de saludo a lo que Cinco soltó una pequeña risa —. Lo sé, pero no hay palabras suficientes para describir lo linda que es...
Ocho sonrió de lado, pero de inmediato el momento fue roto ya que dos enmascarados que ambos conocían bastante bien se dieron a notar pues comenzaron a disparar. Fue inevitable que Cinco gritara al ver cómo varias de las balas impactaran contra su compañera de apocalipsis, pero sabía que si no quería que también dañaran a su amada debían de ocultarse así que tomo la tomo la mano de Ocho y para poder esconderse entre los pasillos.
—Mierda, son ellos —dijo Cinco mirando a los sujetos armados.
Ocho miró a dónde el chico veía y confirmo sus palabras, se trataban de sus excompañeros Hazel y Chacha. Era evidente que debían de salir de ahí por lo que miró a su alrededor y un plan se le vino a la mente, no por nada en su infancia Luther y ella discutían sobre quién podría ser mejor líder pues su don de crear planes bastante precisos era natural.
—En cuanto te de la señal toma a Delores, yo te daré más tiempo —el chico estaba por protestar, pero antes de que pudiera hacerlo agregó —. Confía en mí.
Cinco la miró y asintió, claro que confiaba en ella así que no lo dudo más. Ocho se asomó ligeramente y con un par de movimientos de mano sacó volando el arma de Hazel e hizo que Chacha cayera.
—Ahora —dijo Ocho mirando a Cinco.
Él de inmediato salió de su escondite para tomar al maniquí y esconderla en otro pasillo.
—Volveré por ti —le susurró a Delores.
Tras eso comenzó a correr por los pasillos mientras que Hazel y Chacha trataban de herirlo. Ocho con cuidado de que no la vieran se acercó a Chacha, notó que estaba por dispararle a Cinco y decidió lanzarle un rayo haciendo que falle el disparo, lo cual el de ojos verde aprovecho y se teletransporto. La de máscara rosada se giró enfadada hacia la chica, pero está le lanzó otro rayo y escapó.
—¿Viste eso? —le pregunto Chacha a su acompañante mientras se ponía de pie ya que gracias al impacto del segundo rayo había caído.
—Dijeron que eran especiales —le respondió Hazel buscando a los chicos con la mirada —. ¿Y ahora?
—Ve por allá —me señaló con la cabeza —y yo por el otro lado, nos vemos en el medio. Dispara a todo lo que se mueva, pero no le des a la chica, recuerda lo que dijeron.
Ambos comenzaron a caminar en búsqueda de Cinco, mientras que él se encontraba buscando algo con que defenderse. Encontró una pala y después de probarla un poco se teletransporto para atacar a Chacha con esta. Hazel noto su presencia y comenzó a dispararle, pero Cinco fue más rápido y se teletransporto a dónde estaba Ocho.
—Vamos —le susurró a la chica y tomó su mano.
Ambos comenzaron a correr hasta llegar a Delores, Ocho con ayuda de sus poderes tomo una maleta y se la dio a Cinco, quién comenzó a guardar al maniquí, pero antes de poder hacerlo fueron acorralados. Ocho hizo un campo de energía dándole más tiempo para guardar a Delores, Hazel y Chacha trataban de dispararles, pero todas las balas quedaban atrapadas en el campo. Los ojos de la chica comenzaron a tornarse morados distrayendo a Hazel y Chacha, ella aprovecho eso e hizo que las balas en el campo salieran volando hacia ellos provocando que retrocedieran. Cuando estaban por atacarlos de nuevo comenzó a salir un brillo morado del pecho de Ocho y comenzó a elevarse levemente, les lanzó rayos a ambos lanzándolos por el aire.
Cinco la miró asombrado, Ocho volvió a la normalidad y descendió. El de ojos verdes se colocó la maleta y tomó su mano para poder teletransportarse.
—Y pensé que lo de Griddy's había sido increíble —le halago Cinco mientras corrían a lo que Ocho le guiño el ojo —.
Hazel y Chacha los vieron y trataron de dispararles a lo lejos por lo que Cinco intento teletransportarse, pero ya no podía. Se asomó a ver dónde estaban y al verlos se agachó de nuevo.
—¿Qué pasa? —se preguntó a sí mismo.
Ocho se levanta un poco para verlos y luego lo tomó de la mano para comenzar a correr. Ambos saltaron un estante, pero lograron ser vistos y les comenzaron a disparar, se acercaron a ellos acorralándolos.
—Los tenemos —dijo Chacha apuntándole a con su arma.
Estaban por dispararles, pero al escuchar las sirenas de la policía se distrajeron así que aprovecharon para esconderse, cuando regresaron su vista a dónde se suponía estaban los chicos ambos se enfadaron.
—El maldito volvió a saltar con la chica —exclamó Hazel molesto al no verlos.
—Ven, vámonos —le respondió Chacha para después comenzar a irse.
Al ya no escuchar más que las sirenas Ocho se asomó y los vio marcharse. Se agachó de nuevo y viendo a Cinco con la respiración agitada sosteniendo a Delores en sus brazos.
—¿Están bien? —les preguntó Ocho a lo que Cinco asintió —. Vaya, ella es una guerrera — pasó su mano suavemente por la cabeza de Delores —, al igual que tú —dijo está vez acariciando la mejilla de Cinco con la mano contraria, haciendo que él cerrará los ojos ante su tacto —. Hay que irnos antes de que nos vean.
Cinco abrió los ojos y asintió.
El camino a casa no fue largo, pero ambos estaban cansados, entraron a la academia y comenzaron a subir las escaleras hasta que se toparon con Luther y Alisson.
—¿Cinco? —preguntó Alisson al verlos.
—¿Ocho? —preguntó está vez Luther.
—¿Qué demonios les pasó? —preguntó Alisson viendo su aspecto.
Ambos tenían el uniforme desalineado ya que estaba roto de algunas partes y también se encontraban sucios. Además de que Ocho tenía una herida en la mejilla, algo que ella no había notado.
—¿Están bien? —preguntó Luther —. ¿Les ayudamos? —trató de tomar la maleta que contenía a Delores pero Cinco se lo impidió tomándolo del brazo.
—No hay nada que puedas hacer —respondió Cinco —, nadie puede...
Y sin más que decir soltó a Luther para tomar la mano de Ocho y ambos dirigirse al cuánto del chico.
¿Qué les pareció el capítulo de hoy? ¿Les gusta la nueva presentación de los capítulos? Son cambios muy sutiles, a mi me gustaron pero quiero saber su opinión.
Si gustan alguna dedicatoria no duden en comentarlo aquí, con todo gusto lo haré.
No se olviden de seguirme en mis redes sociales que están disponibles en mi Linktree (link en bio), perdonen las faltas de ortografía y recuerden que los amoooo. 🤍
- E
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