
🔥 24 🔥
25 de marzo, 2019
Ocho Hargreeves
—Como le dije antes a tu hijo y a su novia, toda la información sobre las prótesis que fabricamos es estrictamente confidencial —habló el doctor —. Sin el consentimiento del cliente no puedo ayudarlos.
Después de que Cinco encontró algo "decente" que Klaus pudiera usar volvimos a los laboratorios. Ahora a diferencia de esta mañana estábamos dentro de la oficina del mismo doctor, mientras que Klaus y yo nos encontrábamos sentados en las sillas frente a su escritorio Cinco estaba de pie a un lado mío.
—Pues si no nos dice su nombre no nos dará el consentimiento —dijo Cinco con cierto sarcasmo en su voz.
—No es mi problema, lo siento —volvió a hablar el de bata blanca —. No hay nada más que pueda hacer así que...
—¿Y qué pasa con mi consentimiento? —lo interrumpió Klaus resaltando el "mi".
—¿Cómo dice? —lo cuestiono el hombre frente a nosotros.
Okey, esto no era parte del plan por lo que yo sabía. Me giré a mirar a Cinco y él estaba igual de extrañado que yo así que me incliné levemente hacia mi hermano y susurré.
—¿Qué haces?
—Confía en mí, cariño —me susurró de vuelta, puede notar que Cinco lo miro mal por el apodo con el que me había llamado, aunque decidí ignorarlo. Mi hermano aclaro su garganta y volvió a hablar en su volumen habitual —. ¿Quién te dio permiso a ti para lastimar a mi hijo? —fingió tristeza y señaló a su "hijo".
—¿Qué?
—Ya me oíste.
—Oh, ¿En serio? —habló sarcástico, aunque yo solo fruncí el ceño confundida ya que en cierta manera el doctor tenía razón —. Entonces, ¿Por qué mi hijo tiene hinchado el labio?
—No tiene el labio hinchado...
Y antes de que pudiera agregar algo más, Klaus se levantó repentinamente darle un fuerte golpe en el labio logrando abrirlo. Cinco lo miró mal, pero al ver eso algo hizo clic en mi mente, ahora su plan tenía sentido.
Claro, manipulación.
Miré las cosas que había en el escritorio hasta que un cúter llamó mi atención, lo tomé y miré con una sonrisa de superioridad al hombre. Tragó saliva asustado y yo reí, vaya que era gratificante esa sensación de lograr hacer que alguien tiemble con solo una mirada.
—Y no solo eso, sino que trato de hacerme daño —hice un puchero y luego volví a sonreír haciendo que le dieran escalofríos, dirigí el cúter hasta mi ropa y la rasgue con este, pero al hacerlo con mi falda al parecer me había pasado un poco pues sentí como me ardía levemente, decidí no darle importancia y alborote mi cabello para luego mirar a Klaus —. ¿Crees que con esto sea suficiente? —le susurré.
—Perfecto —me susurró de vuelta —. Quiero el nombre ahora —miró al doctor.
—Están locos —nos miró con temor a lo que yo le sonreí mientras que Klaus rio sarcástico.
—No te das una idea —miró el escritorio y tomo una esfera de agua que había ahí mientras el doctor lo veía con la boca abierta —. "Paz en la tierra", que dulce es eso —leyó lo que decía para luego estrellarla conta su cabeza soltando un gemido de dolor —. Eso dolió.
Yo solo lo miraba con una expresión nula mientras que Cinco lo miraba sorprendido, me miró y luego frunció el ceño. Se acercó a mi hasta que sentí su aliento en mi oído y habló.
—¿Por qué no te sorprende? —me preguntó en voz baja a lo que yo reí levemente.
—Pase bastante tiempo con él, ya nada de lo que haga logra hacerlo —me encogí de hombros.
Él solo asintió levemente alejándose de mi para volver a su posición anterior. En un intento desesperado el doctor tomó el teléfono y comenzó a marcar.
—Llamaré a seguri-... —no dijo nada más pues Klaus lo interrumpió quitándole el teléfono de las manos —. ¿Qué haces?
—Hubo una agresión en la oficina del señor "Big" —comenzó a hablar Klaus desesperado por el teléfono —. ¡Necesitamos a seguridad! —arrojó el teléfono contra la mesa —. Esto es lo que va a pasar, "Grant".
—Me llamo Lance...
—Como en sesenta segundos, dos guardias entrarán por la puerta y verán sangre por todas partes y se preguntarán "¿Qué diablos pasó?" Y vamos a decirles que tú —recalcó el "tú" y comenzó a fingir que se le quebraba la voz —nos diste una horrenda paliza.
El doctor "Lance", como recién supe que se llamaba, nos miraba con temor así que me fue imposible no soltar una sonora carcajada haciendo que esté se asustara aún más.
—La cárcel te va a encantar, créeme, estuve ahí —volvió a hablar Klaus —. A los pimpollitos como tú se los pasan —comenzó a mover su cadera —de unos a otros y... Te irá bien —hizo un ademán con su mano —. Es todo lo que digo —finalizó mientras sonreía.
Cinco solo lo miraba confundido, como si tratara de analizar lo que había en su cabeza, aunque la cabeza de mi querido hermano es todo un misterio, además de que seguro era aún más raro sabiendo sobre su adicción que tiene desde que éramos tan solo niños. Yo solo reí por lo bajo pues estaba segura de que soy la única que puede llegar a comprenderlo.
—Eres un enfermo, ¿Lo sabias? —lo cuestionó el doctor.
—Gracias —dijo con una expresión nula para después escupir un trozo de cristal al escritorio.
Me fue imposible el no sonreír victoriosa ante la acción de mi hermano, estaba segura de que ya lo habíamos conseguido. Giré a mirar a Cinco y al igual que yo sonreía victorioso, aunque de su parte era más discreta su sonrisa.
Ahora estábamos en otra sección del laboratorio, específicamente en donde estaba toda la información sobre las prótesis. El doctor Lance se encontraba buscando la información sobre el dueño del ojo, Klaus estaba sentado sobre el escritorio con gabinetes mientras que Cinco y yo solo estábamos recargados en este. El hombre sacó un folder y lo comenzó a hojear hasta que a fin habló.
—Qué raro.
—¿Qué? —preguntó Cinco.
—El ojo no ha sido comprado por nadie aún —al escuchar eso Klaus bajó del mueble.
—¿Qué? ¿De qué habla? —le preguntó acercándose a él haciéndolo titubear del miedo que ahora le trasmitía.
—Bueno, el registro dice que el ojo con ese número de serie... —hizo una pausa mientras miraba de nuevo el contenido del folder —. No puede ser, todavía no ha sido fabricado —agregó dirigiendo su mirada al chico a mi lado —. ¿De dónde lo sacaste?
Cinco soltó un pesado suspiro, negó levemente con la cabeza y su mandíbula se tensó por lo que sabia enojado. Hicimos aquel espectáculo en vano...
—Esto no es bueno —soltó Cinco una vez estuvimos fuera del edificio.
Antes de que hubiera un escándalo salimos de ahí, Klaus salió como si nada hubiera pasado, aunque sacar a Cinco fue más difícil. Quería intentar buscarlo el mismo, pero lo detuve antes de que hiciera algo y aunque tuve que sacarlo casi arrastrándolo lo logré, además de que soporte todos sus murmuraciones y reclamos hasta la que al fin salimos del lugar.
—Pero yo estuve muy bien, ¿No? —dijo mi hermano con entusiasmo —. "¿Qué pasa con mi consentimiento, infeliz?" —se "imitó" y rio.
—Klaus, eso no importa —dijo Cinco con molestia.
—Tranquilo, ya lo resolveremos —intente calmarlo.
—¿Qué? ¿Por qué te preocupas tanto por ese ojo? —le preguntó a Cinco.
Cinco se soltó de mi agarré, pues lo había tomado de la mano para poder sacarlo del lugar, y se acercó a Klaus.
—Allá afuera —dijo señalando a la calle —hay alguien que perderá un ojo en la siguiente semana y provocará el fin de la vida en la tierra como la conocemos.
Se alejó de él y tomó mi mano de nuevo, pero ahora para poder irnos de ahí, comenzamos a caminar para alejarnos, pero la voz de mi hermano nos detuvo.
—Oye —detuvimos el paso —. ¿Me das los veinte dólares ahora o qué?
—¿Los veinte dólares?
—Si, mis veinte dólares.
—El apocalipsis se aproxima ¿Y tú solo piensas en drogarte? —le preguntó Cinco con fastidio.
—Bueno, también quiero comer algo —le respondió Klaus —. Me rugen las tripas —bromeó, agregó un gruñido y luego comenzó a reír.
—Eres un inútil, ¡Son todos unos inútiles!
—¿Disculpa? —le pregunté ofendida pues no era justo que solo por su enojo nos insultara.
Él me miró con el ceño fruncido pues de momento no entendió porque mi pregunta, pero a los segundos parecía que lo había entendido, titubeó un poco hasta que después de un par de murmuraciones y palabras sin sentido logró decir algo concreto.
—S-sabes a lo que me refiero —tartamudeó a lo que Klaus soltó una carcajada llamando nuestra atención.
—Aún te tiene controlado —hablo riendo, pero paro al recibir miradas serías por parte de nosotros, bajó un poco la mirada y volvió a hablar —. Por cierto, Ocho, hermanita querida, para eso existen las toallas y los tampones.
Fruncí el ceño y dirigí mi mirada hacía mis piernas donde pude ver que por una bajaba un hilo de sangre. Tarde un par de segundos en captar que la razón era que me había cortado con el cúter, ya que el ligero ardor comenzó tras intentar manipular al doctor.
—Eso explica tu humor —agregó.
—Eso no es... —me interrumpí, pues yo también comenzaba a hartarme —. Olvídalo.
Me dirigí a las escaleras que había para entrar al laboratorio y me senté en ellas, subí ligeramente mi falda y pude notar ahí la herida. Se veía que media alrededor de seis o siete centímetros, pero no era muy profunda, aunque necesitaría ser suturada.
—Por tu estúpido juego termino herida —le reclamó Cinco a Klaus mientras se acercaba a mí.
Se sentó a mi lado y miro con atención mi herida para luego ejercer algo de presión en esta para evitar siguiera sangrando.
—¡Ay, por favor! Relájate un poco anciano —le respondió girándose a mirarnos —. ¿Sabes? Acabo de darme cuenta de porque estás tan tenso, debes está caliente, como tetera —se acercó y riendo se sentó al lado derecho de Cinco —. Tantos años solo, sin ver a nadie y sobre todo sin Ocho, debieron volverte loco, es demasiado.
—Yo... —me miró a los ojos y luego desvío la mirada —. Yo no estuve solo.
—¿Qué? —fue lo único que salió de mi boca.
—Oh... ¿Con quién? —le pregunto mi hermano.
Internamente quería saberlo, lo más seguro es que mencionaría a "Delores" pero por más de que lo sabía no quería escucharlo. Mis sentimientos por él siempre se los dejé en claro y me dolía pensar que fui a buscarlo como una tonta mientras que él me remplazaba.
—Se llamaba Delores —lo sabía, por instinto aparte sus manos de mi pierna y yo ejercí presión en ella, me miró por un momento y luego bajo la mirada —. Pasé treinta años con ella.
—¿Treinta años? —la pregunta salió sola de mi boca, pero Cinco solo asintió ante ello.
—¡Wow! Lo máximo que estuve con alguien fue... —hizo una pausa tratando de recordar —. No sé, ¿Tres semanas? Y sólo porque estaba cansado de buscar un lugar...
A pesar de que no le estaba poniendo mucha atención ya no escuché nada más, pues Cinco aprovecho que estaba algo distraída para tomar mi mano y así teletransportarnos a un taxi.
—No pares, sigue conduciendo —le dijo Cinco al chófer.
Pude escuchar como pasamos frente a Klaus, miré de reojo como Cinco se había despedido de él con la mano mientras él le gritaba algo. Se reacomodó en el asiento y noté su mirada sobre mí por lo que yo que me dediqué a observar todo lo que había por la ventana en el resto del camino.
Ahora ya no podría dejar esa charla pendiente...
Después de prometerlo tanto al fin aquí esta el nuevo capitulo, una disculpa pero si demoro es porque estoy cerrando semestre además de que mañana tendré un examen importante pero denme solo un par de semanas que ya casi saldré de vacaciones.
Si gustan alguna dedicatoria no duden en comentarlo aquí, con todo gusto lo haré.
No se olviden de seguirme en mis redes sociales que están disponibles en mi Linktree (link en bio), perdonen las faltas de ortografía y recuerden que los amoooo. 🤍
- E
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro