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10 de diciembre, 2002
Ocho Hargreeves
Vanya y yo nos encontrábamos en la cocina, hacíamos un par de sándwiches de mantequilla de maní y malvaviscos. Cuando Cinco despareció ella me dijo que tarde o temprano volvería así que para subirme algo el ánimo cada noche bajábamos a prepararle este bocadillo y dejar las luces encendidas.
—Listo —dijo Van tapando el último sándwich.
Hicimos dos en total, uno lo dejamos completo y el otro lo partimos a la mitad para ambas compartirlo. Lancé un pequeño rayo al foco de la sala y este se prendió, luego me acerqué al centro del lugar y dejé el plato en el suelo.
—¿Crees que vuelva hoy? —pregunté mientras me giraba a ver el cuadro sobre la chimenea.
Papá lo había mandado a hacer después de que él desapareciera, lo curioso de esto fue que no hizo un cuadro solamente de él, sino que estábamos juntos en aquella pintura, en esta estábamos sentados en un sillón con un fondo marrón, él tenía una leve sonrisa en cara al contrario a mi rostro que tenía una visible sonrisa mientras mis ojos eran verdes como cada que estaba a su lado, en mi opinión un lindo detalle.
—La verdad no lo sé, pero la esperanza es lo último que muere, ¿No? —se colocó a mi lado para observar también el cuadro.
Esperanza... De pronto recordé a aquel niño que había como conocido en la tarde, él hizo un largo viaje hasta aquí para poder ser parte de la academia y lo que lo motivó fue la esperanza de que quizá lo sería.
—Ya es algo tarde, quizá sea mejor ir a dormir ¿No crees? —asentí ante su comentario.
Ambas nos despedimos y nos fuimos a nuestros respectivos cuartos, aunque yo iba con un plan en mente. Tomé una mochila donde puse un par de mudas de ropa, mis pequeños frascos con lágrimas de reserva para las heridas, todas mis libretas que he llenado desde los cuatro años y los bolígrafos que me había dado Cinco. Me vestí y lo más sigilosa que pude fui a la cocina a hacerme un par de bocadillos, los cuales guardé en mi mochila también.
Ya con todo listo tomé unas cuantas hojas e hice un par de cartas de despedida. La primera la dejé en mi cama, la segunda se la dejé a Van, la tercera a Ben y la última a Klaus. Miré por última vez la casa y salí de ella.
Estaba completamente decidida a ir a buscar a el amor de mi vida, no sabía cuánto me demoraría, pero la esperanza era lo que me impulsaba a hacer está locura. Abrí la reja y elevé mi mirada al cielo topándome con la luna, cerré los ojos iluminándome por esta mientras sentía la brisa en mi rostro para luego soltar un suspiro y abrir mis ojos. Cerré la reja y comencé a caminar sin un rumbo fijo.
No pasó mucho hasta que choqué con alguien, dirigí mi mirada hacía la persona con la que choqué y era una mujer de cabello blanco con una vestimenta un tanto excéntrica pero bastante linda a mi parecer, además de tener lo que parecía un maletín o portafolio negro. Su rostro tenía una mirada hasta cierto punto cálida y una sonrisa de lado que resaltaba gracias a su labial rojo.
—Cuánto lo siento, no era mi culpa —dije un tanto nerviosa y apenada.
—Descuida cariño, te estaba esperando —habló haciéndome elevar una ceja mientras venían mil preguntas a mi mente.
—¿Esperándome? ¿Para qué? Ni siquiera me conoce —retrocedí un poco pues comenzaba a asustarme.
—Tu eres Morgan Hargreeves, aunque solo pocos conocen tu nombre por lo que casi nadie te llama, te llaman Ocho ¿O me equivoco? —negué algo dudosa de hacerlo o no haciendo que ella solo sonriera más —. No muerdo, solo he venido a ofrecerte algo.
—No la conozco, ¿Por qué aceptaría algo de usted? —hablé firme mientras el miedo lo sustituía con algo de seguridad.
—Porque soy la única que puede ayudarte a recuperar a Cinco —abrí mi boca tratando de decirle algo, pero simplemente no salían palabras de mi boca —. Me presento, soy la Encargada y he estado observándote desde hace un tiempo así que quisiera proponerte algo.
Aún no terminaba de analizar lo que me decía, sentía como mi pulso aumentaba mientras un mareo comenzaba a aparecer en mí. No entiendo cómo es que ella me conoce, pero su oferta realmente me estaba tentando.
—¿Qué cosa? —pregunté reteniendo aire.
—Tu trabajas para mí mientras yo te ayudo a buscarlo, en cuanto lo encontremos serás libre y podrás volver con él a casa ¿Qué dices? —dijo mientras me extendía su mano.
—¿Qué clase de trabajo? —cuestioné a lo que era soltó una risa por la nariz.
—Te lo diré cuando aceptes, entonces ¿Vienes conmigo?
Algo dentro de mi temía que fuera mentira para quizá explotar mi poder o algo por el estilo, pero parte de mí ya estaba desesperada. Mire de nuevo al cielo y tome su mano para luego soltar todo en aire que tenía en mis pulmones, espero no arrepentirme. Su sonrisa se ensanchó y de pronto desaparecimos del lugar.
Narrador Omnisciente
La campana del desayuno sonó haciendo que todos bajaran, sin embargo, la ausencia de Ocho fue imposible de no notar y el primero en cuestionar fue el mayor.
—¿Dónde está Número Ocho? —preguntó mirando el lugar vacío.
Vanya, Klaus y Ben se miraron entre sí, todos con tristeza en sus ojos y algo hinchados pues al enterarse de la noticia les fue casi imposible el no llorar ante su partida.
—Iré a buscarla —habló Grace para luego salir del lugar.
No tardó mucho cuando sus pasos se hicieron presentes de nuevo, pero ahora con un sobre en mano, el cual no dudo en dárselo a Reginald. Abrió el sobre con cuidado y sacó la hoja dentro de este desdoblándola con delicadeza.
"Querida familia;
Lamento el tomar esta decisión tan drásticamente, pero creo es lo mejor. Desde la partida de Cinco no me he sentido bien, realmente me hace falta por lo que he decidido ir a buscarlo por mi cuenta.
Aquel niño que vimos, el que nuestro padre trató bastante mal me ha devuelto la esperanza de volverlo a ver así que no pienso poner un pie en casa hasta que sea con él a mí lado. Quizá sea una locura, pero realmente le necesito y no quiero distraerlos más de sus misiones, siento que con mi amino de este último mes me he vuelto una carga, pero ya no más...
¿Cómo podemos ser una familia si no estamos completos?
Espero volver en cuanto antes, pero mientras tanto espero seguir viva en sus recuerdos como Cinco lo ha hecho en los míos.
Los quiere, Ocho"
El mayor con cierta impotencia presionó sus manos hasta que sus nudillos se tornaron blancos. Bajo la carta y miro a sus hijos, quienes lo miraban impacientes por saber que decía en el papel. Soltó un suspiro regresándole la carta a Grace y comenzó a hablar.
—Su hermana se ha ido —de inmediato todos quedaron estáticos y a la mayoría se les cristalizaron lo ojos —. Hoy mismo iremos a buscarla, no podemos perder a más.
Aun cuando buscaron por todos los lugares posibles no había rastro alguno de Ocho, como si de pronto la tierra se la hubiera tragado. Esto les dolió incluso más que cuando Cinco se fue pues ella había logrado impactar en los corazones de todos. Con la cabeza agachada volvieron a casa, cada uno dirigiéndose a su cuarto, aunque sin duda alguna Vanya era la más afectada.
Tomó la carta de Ocho entre sus manos y la abrazó fuertemente mientras varias lágrimas caían por su rostro, Ocho era la única que no la dejaba de lado, la que la procuraba, a la que todo le confiaba y ahora estaba sola. Le fue casi imposible conciliar el sueño después de su partida, sentía un vacío en su pecho de tan solo pensar que su hermana ya no estaría para ella.
A cada uno le costó el lograr salir adelante después de la partida de la chica pues ahora con mayor razón la casa se sentía vacía, ella de alguna manera era la que los unía y ahora se comenzaban a quedar sin razones para permanecer estables como familia, aunque algo siempre quedó en el interior de la pequeña Vanya, había veces en que aún la sentía a su lado y era lo único que me había mantener la esperanza de que en cualquier momento ella volvería.
Y aquí concluye la primera parte de la historia ksjzjwbw, espero esta semana poder subirles la introducción a la siguente parte de la historia.
No se olviden de seguirme en mis redes sociales (link en bio), perdonen las faltas de ortografía y recuerden que si quieren que les dedique alguno cap en las siguientes actualizaciones dejen su comentario aquí.
Nos vemos en la próxima actualización, los amoooo 🤍
- E
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