11 años

Ocho Hargreeves

—Si quieres mejorar tu español debes de practicarlo —dijo papá después de mi petición.

Ya hacían varias semanas que me había interesado por este idioma pues era de los pocos que mis hermanos no lograban entender, lo cual era una gran ventaja ya que todo lo que no quisiera nadie supiese lo podría escribir en este idioma.

—Claro que lo he estado practicando, pero los pocos libros que tenía en español ya los terminé de leer —dije nerviosa pues lo que quería es que me dejara tomar alguno de los de su librero.

—Puedes volver a leerlos —regreso su mirada a su libreta y yo solté un suspiro —. ¿Y qué tal vas con tus poderes?

Hasta hace un poco descubrí que cuando me enojo a sobre manera mis ojos cambian de color a un violeta brillante y de alguna manera puedo controlar la electricidad, pero solo cuando mis ojos están de este color. Aún se me complica el poder controlarlo pues al estar conectado con mis emociones es más complejo tomando en cuenta que suelo cambiar rápido de temperamento y soy bastante explosiva, antes solo podía dar pequeñas descargas con ayuda de mis campos de energía, pero ahora con este nuevo poder me resulta más difícil controlar la fuerza con que lanzo una descarga, aunque ya hemos hecho un par de pruebas con ello.

—Creo que mejorando, aunque sigue siendo difícil controlarlo del todo —mire a mi padre un tanto nerviosa.

Iba a agregar algo, pero la puerta fue abierta por Pogo, quien vino a decirle que Luther lo buscaba. Atrás de él estaba el rubio y yo sólo rodé los ojos al verlo, pero luego lo mire fijamente para tratar de saber lo que pensaba. "¿Qué hacía Ocho con papá? Espero olvide la absurda idea de tener el liderazgo", se le notaba un poco inseguro a lo que yo sonreí levemente.

—Luego seguimos hablando, número Ocho.

—Claro, con permiso —dije saliendo de la oficina con la cabeza en alto mostrándome segura para que Luther se alterara y funciono pues pude ver cómo se estremeció.

Me fui a mi habitación y tomé uno de los libros que tenía en español para seguir practicando, me recosté en mi cama y comencé a leerlo tratando de entenderlo, aunque eso fue bastante sencillo, lo que se me dificulto fue cuando decidí empezar a leerlo en voz alta pues aún me trababa y algunas palabras se me dificultaban.

—¿Qué haces? —dijo Cinco entrando a mi cuarto.

—A veces me pregunto si no tienes cuarto propio, o por lo menos a alguien más para hablar —dije burlona mientras encogía más piernas para que se sentará —. ¿No has pensado en buscar algún amigo? —despegue mi mirada del libro vi cómo me miraba con una mirada sería haciendo que riera fuerte —. Sabes que bromeó, sabes que te quiero mucho y adoro tu preferencia.

Continuaba con su semblante serio así que me acerqué a él para abrazarlo y besarlo varias veces en sus mejillas hasta que comenzó a soltar risitas. Por lo tanto, yo también me reí con él, me separé un poco para verlo a los ojos, me sonrió y yo a él, pero luego su gesto cambio a uno de sorpresa.

—Tus ojos... —lo mire sin entender —. Son verdes... —tras eso rápido me dirigí al espejo para confirmaron y tenía razón.

No era la primera vez que me pasaba pues desde hace un tiempo comenzaba a sentirme diferente estando a su lado, cada que lo veía sentía escalofríos y el pequeño cosquilleo en mis ojos que pasa cada que cambian de color. Trataba de esconderlo, pero me ha resultado casi imposible.

—¿Cuándo le dirás a papá? —yo solo encogí los hombros —. No es la primera vez que te pasa, deberías decirle.

—No creo que sea buena idea —trataba de no verlo para tratar que el color se esfumara.

—Prométeme que se lo dirás.

—Sólo si prometes guardar el secreto hasta que yo se lo pueda decir —pronuncie una vez sentí de nuevo el cosquilleo indicándome habían vuelto a la normalidad.

—De acuerdo —me gire y ambos unimos nuestros meñiques cerrando el trato, me senté de nuevo en la cama tratando de no verlo mucho para evitar el color volviera —. ¿Y qué libro leías?

—"El principito" —dije tomando de nuevo el libro, pero me miró extrañado pues él no entendía tanto el español como yo —. Es "El Principito", es un libro hermoso.

Le relaté un poco la trama y luego insistió de que le leyera un poco, yo no me negué pues se lo iba traduciendo y me servía como un repaso hasta que papá nos llamó para entrenar, hicimos caso y terminamos apenas unos minutos antes de cenar, pero el suficiente tiempo para poder ducharnos antes de. Iba rumbo a la sala para esperar a que mamá nos llamará a cenar, pero el sonido del violín me hizo cambiar de dirección hacia la habitación de Vanya, estaba tocando una hermosa melodía así que espere a que terminara para poder hablar.

—Vaya que has aprendido rápido —dije emocionada mientras aplaudía un poco —. Lo haces precioso.

—Muchísimas gracias Ocho —dijo mientras se acercaba a abrazarme —. ¿Cómo te ha ido con papá?

Vanya era la única que sabía sobre mis charlas con papá pues solo le contaba sobre estas a ella, de hecho, era la única en toda la casa que sabía todo sobre mi como ningún otro. Tal vez todos la dejaban de lado, pero yo siempre había tratado de incluirla y si no lo hacían prefería quedarme con ella, siempre ha sido así desde pequeñas.

—Bien, aunque aún no logro convencerlo de dejarme tomar alguno de sus libros —dije sentándome en su cama.

—¿Y lo de tu nuevo color de ojos? —imitó mi acción —. ¿Alguien más lo sabe? ¿Aún no le dices a papá?

—Nadie, solo tú y Cinco por obvias razones —a este punto ambas estábamos susurrando para que nadie escuchará, pero por si las dudas con ayuda de mi poder cerré la puerta.

—¿Y papá? —negué con la cabeza —. Deberías decirle —susurro y termino de guardar el violín.

—Si, claro. Le diré "papá, los ojos me cambian a color verde cuando veo a Cinco porque me gusta" —dije con sarcasmo y Vanya río —. ¿Qué pasa?

—Acabas de admitir que si te gusta —dijo riendo.

Le había contado sobre cómo me sentía respecto, pero siempre que me decía que era porque me gustaba yo lo negaba. Sentí mis mejillas comenzar a arder y comencé a titubear tratando de explicarme, pero eso hizo que ella riera más hasta que oímos que nos llamaba mamá para cenar, salvada por la campana literalmente.

—A la próxima no te escapas —dijo aun riendo mientras salíamos de la habitación.

Cenamos como de costumbre, aunque no pasaron desapercibidas las miradas que había entre Cinco y yo aunque estuviéramos hasta el otro lado de la mesa, cada que sentía el cosquilleo agachaba la mirada para que nadie lo notase y luego lo miraba de nuevo aunque estaba al otro extremo de la mesa.

AQUÍ HAY AMOOOOOOOOR.
Ok, ya me calmo pero es que me encantan ksjzjwbw.

Esta será la última actualización del año jsjs, espero se la pasen super en la cena para recibir el 2021. Mucho éxito este año que viene y les deseo lo mejor.

Perdonen las faltas de ortografía y no sé olviden de seguirme en mis redes sociales disponibles en mi Linktree (link en bio).

Nos vemos en la próxima actualización, los amoooo 🤍

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