8 años

Ocho Hargreeves

—¡Te voy a ganar! —grité mientras me deslizaba por el barandal de las escaleras.

—¡Eso es trampa! —exclamó Diego a mis espaldas mientras trataba de bajar lo más rápido que podía las escaleras, aunque era más que obvio que no lograría alcanzarme.

Yo solo lo miré y le mostré la lengua una vez estuve en la "meta", que era la entrada de la cocina. Él llegó a los segundos jadeando y cansado, se apoyó en sus rodillas para tratar de recuperar el aire mientras yo lo veía con una mirada triunfante.

—Eres una tramposa... —dijo aun regulando su respiración a lo que yo solo reí y entré tranquilamente a la cocina.

—Hola mamá, ¿Y papá? —dije un tanto entusiasmada pues ya estaba logrando dominar los idiomas que nos obligó a aprender y se lo quería mostrar.

—Salió cariño —yo solo baje la mirada —, pero si quieres para subirte el ánimo puedo preparar galletas.

—¿Te puedo ayudar? —exclamé emocionada a lo que ella asintió y comenzó a sacar los ingredientes —. ¿Y tú? —me dirigí hacia Diego, quién me miró confundido —. ¿Ayudarás a hacer las galletas?

—No gracias, mejor prefiero comerlas —dijo saliendo casi corriendo de la cocina.

Reí y me dirigí con mamá, quién ya tenía todo listo. Me enseñó paso por paso como hacerlas, yo solo aproveché y fui anotando la receta en mi libreta para poder algún día prepararlas sin su ayuda. Mamá salió un momento y de pronto sentí una mirada a mis espaldas, con mi poder tome una de las manzanas que había en el frutero y se la arroje escuchando un quejido particular.

—¿Qué te pasa? ¿Pudiste haberme matado? —grito, yo me giré y lo vi sobándose la cabeza donde la manzana había impactado.

—Upss —dije irónicamente mientras reía recibiendo una mirada fulminante de su parte —. Deberías dejar de ser tan gruñón, si así eres ahora no me imagino como serás cuando crezcas.

Cerré mi libreta y me levanté de la mesa para ver cómo iban las galletas aún a mis espaldas pude escuchar una pequeña descarga seguido de un quejido de Cinco, había tratado de tomar mi libreta, pero al manejar mejor mis poderes aprendí a poner pequeñas descargas de energía en mis campos así que ahora mi libreta además del pequeño campo que tenía para protegerse ahora también si alguien que no sea yo la tomaba le daba una pequeña descarga.

—Deja ahí —me acerqué y tomé mi libreta —. No seas chismoso o a la próxima haré que la descarga sea más fuerte.

Mamá regreso y yo salí de la cocina para poder ir a mi habitación, pero Cinco me detuvo ya que se teletransporto frente a mi impidiendo que siguiera mi camino.

—¿Qué?

—¿Me podrías ayudar? —dijo en un tono bajo casi inaudible.

—¿Disculpa? No te oigo —solté en tono burlón, aunque lo había escuchado claramente.

—No me hagas repetirlo, Ocho —suplicó, aunque después se le veía el arrepentimiento en su mirada pues una sonrisa burlona se extendió en mi rostro.

—¡Vaya! Cinco Hargreeves pidiéndome ayuda y luego suplicándome, eso no se ve todos los días —de nuevo me miró mal y yo reí —. Andando, cuéntame en mi cuarto.

Subimos hasta mi habitación, él se arrojó a mi cama boca abajo mientras yo dejaba mi libreta en el escritorio y tome asiento en la silla de este.

—Entonces, ¿Con qué necesitas ayuda? —dije abriendo mi libreta y comenzando a tomar nota mientras él se giraba para poder quedar pecho arriba.

—¿Ya analizaste "La Odisea" como pidió papá? —dijo mirando fijamente algún punto del techo.

—Si, de hecho, me encantó como se expresa Homero —suspiré recordando el motivo por el que mamá había comenzado a hacer las galletas.

—¿Lograste entenderlo? —dijo sorprendido, se sentó en la cama me miró directamente a los ojos, yo no pude evitar ponerme nerviosa.

—¿Recuerdas que la semana pasada mi tiempo "libre" lo pasé con papá en su oficina? —él asintió lentamente y yo suspiré —. Pues digamos que me lo estuvo explicando y mejore creo yo mi pronunciación, incluso me aprendí las primeras líneas.

—¿Puedo ver? —yo me puse aún más nerviosa pues nadie a excepción de papá me había escuchado hablar otro idioma que no fuera el inglés, pero aun así accedí.

—"Ἄνδρα μοι ἔννεπε, μοῦσα, πολύτροπον, ὃς μάλα πολλὰ" —dije sin mirarlo a la cara ya que sabía que si lo hacía me trabaría.

—¿Y qué significa? —dijo sorprendido.

—Es de las primeras líneas, es algo como "Háblame de un hombre complicado, musa, cuéntame cómo vagaba y se perdió." según lo que me explicó papá.

—¿Podrías enseñarme? —dijo acercándose a mí, asentí y fue por un banco que había en la esquina de mi cuarto.

Le enseñe un poco y luego mamá nos habló para poder comer galletas de las que hicimos juntas. No quedaron nada mal y como Diego les dijo a los demás que yo le ayude a prepararlas todos me felicitaban pues el sabor era bastante bueno, incluso un poco mejor que las que hace mamá sola. Después de eso el resto de la tarde le seguí explicando sobre la obra de Homero a Cinco y le ayudé a perfeccionar su griego como papá lo había hecho estos últimos días.

—Nada mal, Morgan —me felicitó tras terminar de recitar un poco del libro que nos dejó.

Nos encontrábamos en su oficina, ya que el día anterior no lo pude hallar le tuve que mostrar hasta después que sabía aquellas líneas.

—¿Morgan? —pregunté algo nerviosa.

De mis hermanos Cinco y yo éramos los únicos en no tener nombres como tal, a petición de mis hermanos fue que mamá se los puso. Cinco y yo preferimos no tener alguno, aunque yo en un principio lo hice más que nada para que él no fuera el único que seguía teniendo como nombre un número, pero después le fui teniendo un particular cariño.

—Ese será tu nombre, si es que te agrada, claro —dijo con una sonrisa apenas visible.

Por alguna razón él siempre era así, con mis hermanos siempre fue súper estricto mientras que conmigo lograba mostrar ligeramente un poco de su lado amable. Un tanto hipócrita en mi opinión.

—Claro que me gusta, pero preferiría que me llamen más por Ocho que por Morgan, ya he pasado ocho años de mi vida con ese nombre y me gusta —temí por su reacción, pero no se enfadó ni exaltó como yo pensaba, sino que sonrió de nuevo.

—Entonces solo hay que usarlo para ocasiones especiales —en mi cara se formó una amplia sonrisa y yo asentí frenéticamente —. Ya puedes retirarte.

Aclaro su garganta, cambio de nuevo su semblante a uno serio y yo salí de su oficina, desearía fuera así con todos mis hermanos y no solo conmigo pues estoy segura su relación con mis hermanos mejoraría si pusiera algo de su parte.

Holiii, ¿Cómo están?

Saben que me encanta el poder traerles un nuevo capítulo de esta historia que les hago con amor.

Mañana es navidad así que estense muy pendientes pues les subiré un especial relacionado a esta fecha.

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Nos vemos en la próxima actualización, los amoooo 🤍

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