━━ [ 🎤]: 𝐩𝐫𝐞𝐟𝐚𝐜𝐢𝐨.
o. 𝐏𝐑𝐄𝐅𝐀𝐂𝐈𝐎. 🎤 ༉‧₊˚✧
𝐇𝐎𝐋𝐋𝐘𝐖𝐎𝐎𝐃 𝟏𝟗𝟗𝟓.
LA NOCHE CAÍA 𝐒𝐎𝐁𝐑𝐄 𝐄𝐋 𝐎𝐑𝐏𝐇𝐄𝐔𝐌 aquel lugar estaría repleto de personas para asistir al show de Sunset Curve. La banda de chicos juveniles aunque no eran muy famosos, pero hoy eso cambiaría.. porque serían conocidos como unas leyendas. Ahora mismo encontraban realizando una prueba de ensayo a los que trabajaban en el lugar, por si había alguna falla en algún equipo técnico u otra cosa; las voces bien en tonadas de los chicos cantaban Now O Never, una canción que esta noche sería recordada como un éxito.
Se escucharon varios gritos alentadores por parte de los trabajadores del lugar, quienes seguían haciendo su trabajo pero aún así disfrutando del show de los chicos.
— ¡Excelente! — Exclamó un trabajador demostrando su gusto por la primera canción que habían tocado.
— ¡Estuvo genial! — Halago otro trabajador aplaudiendo levemente.
Una chica pelinegra les aplaudió ya que le gustó la banda. — ¡Si!
— Gracias. Somos Sunset Curve. — Agradeció Reggie guiñándole el ojo a ella.
— Lástima que era solamente la práctica. Estuvimos geniales. — Comentó Bobby, haciendo un ademán con el vocalista.
— Espera a que se llene de ejecutivos discográficos. — Habló Luke conmocionado sobre esta noche.
— Alex, estuviste increíble. — Halago Reggie al baterista.
— Oh no, solo estaba calentando. Ustedes estuvieron increíbles. — Respondió el rubio no aceptando el halago de uno de sus mejores amigos.
— ¿Podrías aceptar tu genialidad por un momento? — Soltó Reggie mirando al rubio, el cual giró sobre sus talones observando a sus amigos detrás de él, los cuales le dieron su aprobación.
— Es cierto, estuvo mortal.
— Okay, entonces, estaba pensando que podríamos recargarnos antes del show. Estaba pensando en street-dogs. — Propuso Luke esperando la aprobación de sus mejores amigos las cuales no se hicieron esperar.
— ¡Woou! — Dijo Reggie en forma de asombro. Luke supuso que la respuesta de él era un sí rotundamente.
— ¡Sí! — Apoyo Alex apuntando a Luke con su baqueta.
La pelinegra los observó con una sonrisa divertida haciendo que Bobby se bajó del escenario que tocarían hoy, dirigiéndose a la pelinegra.
— Hey Bobby, ¿a dónde vas? — Preguntó Luke al ver la acción repentina de su amigo.
— Estoy bien. — Afirmó el nombrado, caminando hacía la chica que trabajaba en el lugar. — Soy vegetariano, nunca lastimaría a un animal.
— Son muy buenos, chicos. — Afirmó la pelinegra de manera sincera, ignorando las intenciones del pelinegro.
— Gracias. — Agradeció Luke dedicándole una sonrisa sincera.
— Veo muchas bandas; personalmente también toco y, disfruté mucho su show. Y Realmente lo sentí. — Confesó la pelinegra, ella podía notar la música fluir por las venas de aquellos chicos tan jóvenes.
— Por eso tocamos. Soy Luke, por cierto. — Se presentó el vocalista de aquella banda.
— Hola, soy Reggie. — Saludo el nombrado, él era como el niño pequeño del grupo.
— Alex. — Pronunció el rubio con normalidad, no sentía esa atracción por las mujeres.
— Bobby. — Habló el último quien sobre salir para coquetear con la chica, Luke mojó su dedo índice para introducirlo en el oído de este.
— Un gusto conocerlos, chicos. Soy Rose. — Se presentó ella luego de conocer los nombres de ellos.
— Toma nuestra demo y una camiseta talla hermosa. — Habló Reggie regalándole aquellas cosas.
— Gracias, no la usaré para limpiar mesas. — Bromeo Rose riendo levemente.
— Buena idea, si se mojan, se te deshacen en las manos. — Explico Alex ganándose unas miradas por parte de sus amigos.
— ¿No tienen que ir por perros calientes? — Pregunto Bobby repentinamente para que lo dejaran solo con aquella chica.
— Sí, él comió una hamburguesa para el almuerzo. — Reveló Luke caminando para irse, seguido de Reggie y Alex.
Los tres chicos salieron por la puerta trasera del Orpheum ya que la entrada principal estaba llena de sus fans que esperaban entrar al concierto, salieron tranquilamente con sus cosas para ir a comer street-dogs.
— ¡De eso estoy hablando! — Hablo emocionado Luke.
— ¿Al olor de Sunset Boulevard? — Pregunto Alex mirando a su alrededor toda la basura que se encontraba a los lados. Reggie abrió su mochila sacando una camiseta de la banda.
— No. — Respondió Luke pateando el pie izquierdo de Alex por la estupidez que había dicho para después patear un charco de agua, salpicando esta. — Lo que dijo esa chica esta noche que nuestra música es como una energía, nos conecta a los demás. Pueden sentirnos cuando tocamos, quiero tener esa conexión con todos.
— Necesitaremos más camisetas. — Bromeo Reggie al ver la larga fila de fans esperando entrar.
— Vamos, chicos. — Dijo Luke poniéndose el gorro de su polerón para que no los reconocieran. Alex miraba hacia el lado contrario.
— Señoritas. — Habló Reggie acercándose a las últimas chicas en la fila, dándole las camisetas que había sacado anteriormente para luego irse.
— ¡Reggie, espera! — Grito una de las chicas atrayendo la atención de los chicos que se encontraban adelante de ella.
— ¡Dios mío, Reggie! — Gritó emocionada la otra chica observando como el cantante se marchaba.
— ¡Hola, soy yo! — Exclamó la pelinegra que se encontraba saltando de emoción.
Los chicos se encontraban colocándole los condimentos a sus street-dogs; el lugar no era muy higiénico ya que se encontraba en el motor del auto.
— No puedo esperar a comer en lugares que no sirvan la comida en la parte trasera de un auto. — Confesó Alex sabiendo que todo cambiaría esta noche, se acercó al señor que era dueño del lugar. — Hey, disculpa, mojé los cables de la batería con jugo de pepinillo.
— No hay problema, sacará el óxido. — Respondió relajadamente el hombre dándole una palmada en su espalda, soltando una risa.
— Eso no... — Alex miró confundido al hombre, al ver que no le importó, soltó— Está bien. ¿Qué?
Se fueron a sentar a un sillón que caían perfectamente los tres; en el lugar se encontraba más gente a su alrededor.
— Esto es increíble, chicos. Vamos a tocar en el Orpheum. Aquí tocaron innumerables bandas y terminaron siendo famosas. ¡Seremos leyendas! Coman chicos, porque después de esta noche, todo cambiará. — Dio un pequeño discurso Luke, haciendo que los tres chicos juntarán los street dog en forma de unión.
— Sabe diferente. — Confesó Alex al probar un mordisco de aquel hot-dog.
— Tranquilo, hombre. Aún no morimos por comer esto. — Tranquilizó Reggie al rubio, Luke miró extraño su street dog para luego seguir comiendo.
Aquel día la suerte no estuvo de parte de los chicos. Se hizo presente el sonido de la baliza de una ambulancia, la cual se venía abriendo paso rápidamente entre algunos grupos de gente que se encontraban en el callejón contemplando lo sucedido.
𝐋𝐎𝐒 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋𝐄𝐒, 𝟐𝟎𝟐𝟎.
Hoy era un día cálido pero a causa de las grandes nubes que obstruían el paso de los rayos de sol; una rubia bajaba sus pertenencias del camión para adentrarlas a su nuevo hogar, esta era una casa de un piso ubicada en barrio muy lindo de Los Ángeles, por fuera tenía unos arbustos en forma de pequeños círculos, el pasto se encontraba bien cuidado resaltando el verde. La chica sonrió orgullosa de todo lo que lograron sus padres, habían invertido todo el dinero en esta casa, ya que donde vivían no estaba muy bien el trabajo, el pago bajó casi volviéndose el mínimo.
Los dos mayores se encontraban cesantes por el momento, estos tenían fe en esa gran cuidad, esperaban que todo mejorará.
— Cariño, ¿Cómo vas? — Escuchó gritar a su madre desde la sala.
— Bien, por el momento. — Respondió Emily, acomodando su guitarra electrica en el soporte, alejándose lentamente por si está caía.
A la rubia le apasionaba la música desde pequeña, sentía una conexión muy grande a pesar de que nadie en su familia tuviera dotes para la música. Tocar música es su manera de escapar de la ansiedad... podría decirse que era como su dardo tranquilizante; le diagnosticaron este trastorno a sus 12 años, desde aquel entonces tomaba pastillas para controlar esto. Quitando eso de su vida, es una chica muy dedicada cuando componía canciones, tenía una melodía y nadie sacársela de si cabeza.
Hace algunos días tarareaba una melodía que no podía olvidarla, por el momento no había pensado en alguna letra así que las anoto en un pentagrama. La chica se dejó caer en la cama que no tenía colocada ninguna sábana, solamente destacaba lo blanco de aquel colchón. Suspiró mirando las cajas de ropa que se encontraban alrededor de ella, refregando sus ojos.
Le resultaba agotador el cambio sobre todo la parte de acomodar las cosas en su lugar porque ni modo que viviera alrededor de cajas, ella solamente pedía que sus padres estuvieran bien, y obtuvieran esa estabilidad económica ideal. A la rubia se le habían ocurrido varias maneras de ayudar a sus padres, tenía pensado ofrecerse a limpiar el garaje a los vecinos, tampoco cobraría demasiado por este servicio.
Se levantó de su cama soltando un leve suspiro, tomó las cajas de ropa sacando las prendas y doblarlas una por una.
[...]
Pasadas unas cuantas horas la habitación ya se encontraba ordenada solo faltaba desembalar las cajas, el sol estaba empezando a bajar para darle el paso a la noche. Emily salió de su habitación yendo en dirección a la sala encontrándose a sus padres acurrucados durmiendo en el sofá, deben estar muy cansados para haberse quedado dormidos.
Sonrió con comprensión ya que era obvio que los mayores estuvieran más cansados con todo esto de la mudanza, busco una manta y los tapo. Emily salió de su casa cerrando lentamente la puerta para no despertarlos, antes de cruzar, miró por ambos lados por si venía algún vehículo al ver que no pasaba ninguno, cruzó caminando hacía la casa de sus vecinos. Al pasar miro los grandes ventanales de la casa, suspiró levemente con un toque de nerviosismo, toco el timbre levemente, observando a su alrededor las plantas. Pasaron unos segundos hasta que salió un señor con gafas negras y pelo negro y blanco.
— Hola, ¿en qué puedo ayudarte? — Habló con caballerosidad el señor de aquella casa.
— Hola soy Emily, su nueva vecina. La verdad quería preguntarle algo, sabe que mi familia está pasando por un problema económico por la compra de la casa. — rió levemente.— entonces le quería preguntar si podía ordenar su garaje por dos dólares, es para ayudar a mis padres con esto de la casa.
— Oh, entiendo. Déjame preguntarle a mi esposa, mientras pasa. Soy Mitch por cierto.
Mitch cerró la puerta de la casa para ir a buscar a su esposa, dejando a Emily observando con curiosidad la casa. Al ver tantas fotografías de un chico pelinegro con una guitarra en mano, se acercó lentamente para tomar la fotografía y analizarla. Aquel chico tenía bonitas facciones, era lindo, al pensar aquello se sonroja un poco. Sentía una sensación extraña, no podía describirla... era como si alguien la estuviera mirando desde lejos, volteó mirando los grandes arbustos que se encontraban afuera de la casa, sin embargo no había nadie.
Siguió mirando las fotos del chico, podía notar que era querido por su familia, supuso que era hijo único. Por un momento aunque no lo conociera le hubiera gustado escucharlo cantar, se veía tan talentoso.
— Ese es mi hijo, Luke. — Se sobresaltó aferrándose a la fotografía que tenía en sus manos. Al voltear se encontró a una señora no tan mayor observándola con una sonrisa.
— Me asusto un poco. — Habló un poco nerviosa para dejar la foto en su lugar. — Un gusto soy Emily. — Se presentó la chica con una cálida sonrisa extendiéndole la mano.
— Oh vaya, veo que tenemos el mismo nombre. Yo también me llamo Emily, que coincidencia, ¿no? — Dijo ella soltando una pequeña risa. — Ven, tomemos asiento.
Las dos mujeres tomaron asiento, la menor sentía que temblaba de nervios por esto, quería que la mayor contratara sus servicios.
— ¿Eres nueva aquí? Podría jurar que nunca te había visto, si no, lo lamento.
— No se preocupe, soy nueva, recién llegué ayer.
— Entiendo, mi esposo me dijo que estabas ofreciéndole ordenar el garaje, ¿estoy en lo correcto? — Cuestionó la mayor con un deje de duda.
— Sí, señora Emily. La verdad con mis padres estamos pasando por un problema económico al comprar la casa, en su trabajo anterior la paga no era muy buena, ellos se sacrificaron al vender nuestra casa y comprar esta. Entonces la verdad quisiera ayudarlos por lo mínimo que sea. Se que lo hacen por nuestro futuro aunque siento que es más por el mío, que el de ellos.
— Dime Emily solamente, chiquilla tampoco soy tan vieja. — Bromeo ella y le sonrió amablemente—. Ya veo... eres una joven de buenas intenciones, y obviamente te diré que sí porque me parecen muy nobles tus causas — hizo una pausa de unos segundos para inferir—. Tus padres se deben sentir afortunados al tenerte.
— ¡Muchas gracias, Señ- es decir Emily! Se significa mucho para mi, si quiere puedo empezar ahora mismo. — Agradeció la menor, se sentía feliz por poder ayudar a sus primogénitos, ellos habían hecho mucho por ella, y era el momento de devolverlo, aunque ellos no lo pidieran.
— No, no. Puede esperar, quiero conocerte primero, como dije siento que eres muy buena chica. Dime Emily, ¿A qué escuela asistirás? ¿Qué quieres estudiar?
— Creo que mis padres me consiguieron una beca en la Preparatoria Los Feliz, dijeron que tenían buenas referencias de su programa. Y por el momento me dedico a la música, también esas fueron una de las razones de la mudanza, tengo más posibilidades en Los Ángeles que me contrate alguna disquera.
— Entiendo, el negocio de la música puede ser difícil, y demasiado. — Habló la mujer con un tono de tristeza haciendo enfoque en la última palabra.
Emily sintió un poco de arrepentimiento al ver la cara de la mayor, sintió como su hubiera dicho algo terrible.
— ¿Dije algo malo?
— No, no. Lo decía por mi hijo Luke, me tocó ver como se esforzó por aquello.
— Ah, estaba viendo sus fotos, es muy talentoso por lo que puedo notar. Me gustaría poder conocerlo algún día.
— Sí, el realmente lo era y me arrepiento tanto de no haberlo apoyado en su tiempo. Él era la luz de mis ojos, y no creo que puedas conocerlo. — Emily sintió la pena de la mujer, se veía tan arrepentida por lo de Luke, no podía saber mucho pero podía notar sus facciones y como afectaban el tono de su voz.
— Oh, ¿están peleados? — Emily se arrepintió en el mismo instante de haber preguntado eso, quería azotar su cabeza en la pared por aquella pregunta estúpida.
— No, él falleció...
— Lo siento mucho, Emily. Yo no tenía idea, perdón por haberle hecho esa pregunta.
— No es tu culpa, querida. No tenías como saberlo aparte de las vecinas chismosas. — Las dos mujeres rieron causa de lo último dicho por la mayor. La dueña de la casa carraspeó su garganta, pasando sus dedos por los ojos limpiando un poco las pequeñas lagrimas que estaban a punto de escapar. — Ven, te mostraré el garaje y lo que hay que hacer para que no te pierdas mañana.
Se levantaron del sillón pasando por el pasillo de las habitaciones, contó cuatro puertas en total, supuso que eran tres habitaciones y el baño. La casa es bonita por dentro, en realidad era la misma de ella solamente de lugar opuesto. Por aquel pasillo seguían pareciendo fotos de ellos con su hijo cuando pequeño, sonrió al ver aquellas fotos familiares tan bonitas. Acelero un poco su paso hacía la mayor se había quedado un poco atrás por mirar las fotografías, la dueña de la casa abrió la última puerta de la casa prendiendo la luz, dejando ver todas las cosas del garaje, no era habían tantas pertenencias se podría decir que era un término medio.
— Mañana podrías empezar por aquel mueble, — mostrándole un gran mueble de color negro con varias cosas— tiene todas las herramientas desparramadas de Mitch. — La mujer rio por su comentario, indicándole que podía guardarlas en una gigantesca caja de herramientas.
Emily asentía tratando de recordar el orden para mañana, trataría de hacer el mejor trabajo posible.
— Y por último las cajas, algunas cosas no deberían estar aquí, podríamos dejarlas adentro. — Indicó la mujer, una caja llamó la atención de Emily.
Una caja contenía el nombre "Cosas de Luke", se acercó lentamente a ella con la intención de abrirla, al notar esta acción se volteó hacia la mayor, esperando alguna confirmación, la cual asintió sonriéndole. Emily abrió el contenido de esta caja, encontrándose un cuaderno, un disco con el nombre de Sunset Curve, y una polera con el mismo nombre de la banda, pero aquel cuaderno tenía su atención completamente. Saco el cuaderno, levantando su mirada hacia Emily.
— ¿Puedo abrirlo, Emily? Si me dice que no, lo entendería.
— Si, ábrelo no hay problema, a Luke le hubiera gustado compartir su música.
Abrió el cuaderno encontrándose letras de canciones con grandes títulos, algunos que ella cambiaría pero muy creativos, sonrió al ver uno que decía: " Country de Reggie, bebé. " y al lado ponía una nota con un gran asterisco que decía: " No dejar que Reggie coloque su Country aquí ". Siguió re-hojeando leyendo rápidamente pero quedando sorprendida por aquel trabajo. Al terminar, lo dejo en su caja, quedo sin aliento, ¡esos podrían haber sido unos grandes éxitos! Podía jurar que algunos títulos le parecían conocidos pero se olvidó rápidamente de aquello.
— Me he quedado sin palabras, las canciones de Luke, ¡eran increíbles! Con solamente leerlas siento una muy grande admiración hacía él, al leerlas puedo sentir lo bien que el se desarrollaba con la música. Ojalá algún día pueda llegar a sentirme así, estar plenamente con la música.
— Vaya, que lo eran. Aún recuerdo cuando era pequeño, y logró tocar una canción en guitarra. Jamás olvidaré lo emocionado que se veía, y cuando se quedaba horas escribiendo canciones hasta la media noche. Me alegra escuchar eso de ti, siendo que no tuviste la oportunidad pero puedo notar que todo esto, tendrá su antes y después para ti. — Dijo Emily con algunas lágrimas de emoción por las palabras de la menor.
— Yo también siento que marcará un antes y después, ¡muchas gracias por haberme dejado leerlo! no sabe grandioso lo que significa para mi, creo que su hijo se convirtió en mi nuevo referente de la música.
— Oh, Emily, no sabes lo feliz que me hace escucharte decir eso. Luke y sus amigos hubieran estado muy felices por aquello. — Se sinceró para abrazar a la menor. — Ah, Emily.
— ¿Si? — Respondió la rubia en el abrazo.
— Puedes llevarte la caja de Luke, se que estarán en buenas manos contigo.
Al escuchar eso, la rubia se separo rápidamente sorprendida.
— ¿Qué? Yo, yo no podía, Emily. Estas son las cosas de él, no puedo aceptar esto.
— Tu puedes, cariño. Desde que te observé mirando las fotografías pude notar tu admiración hacía él, y quien es mejor que tu para sacar a la luz estas canciones. Siento que a Luke le hubiera gustado que alguien diera a conocer todo lo que trabajó y, tu eres esa persona, yo doy las manos al fuego por ti. Aunque te conozco hace poquito siento una conexión contigo, cariño.
— Yo siento exactamente lo mismo, Emily. Aceptaré esto por ustedes, por usted, Luke y Mitch. Llevaré estas canciones al cielo, lo prometo. — Declaró Emily, soltando algunas lágrimas de la emoción para abrazar nuevamente a la madre de su referentes musical.
¡Hola, espero que les haya gustado el prólogo! La verdad trabajé mucho
en este, quería iniciar bien la
historia y creo que esta bueno,
si no lo editaré, quien sabe.
También quiero agradecer a las
personas que hicieron gráficos
tan preciosos para esta historia.
Tampoco olvidar que la playlist
esta en los comentarios de la
sección "playlist" uwu.
¡Nos leemos pronto!
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