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7

Sus recuerdos.

(Narración Omnisciente ).

El día estaba neutral, nublado pero sin lluvia y refrescante. Había sido una noche fuera de su hogar bastante arriesgado, al menos eso pensaba Aliana, pudo quizás haber sido peor si no fuera por el hombre que estaba su lado. Ethan conducía aquel auto que habían dejado en la nada cuando estaban en busca de suministros, en busca de la urbanización que pudieron saquear con una que otra cosa. Él iba en completo silencio, incluso ella, mientras que en la mente de ambos se entablaba como compartieron su calor mutuamente. Ambos habían sentido esa química, esa llama encenderse en el momento en que sus cuerpos rozaron. Ethan mantenía su mirada en la carretera, deseaba llegar a la comunidad. No recordaba muy bien el camino pero tenía sus memorias frescas, podía recordar hacia donde debía dirigirse para que la joven a su lado fuera atendida de manera más segura y coherente. Él intentaba de evadir mirar a la joven a su lado, quien estaba recostada de la ventana pasajera pero era inevitable no ver a ese chica terca y arrogante que había conocido en el bosque, a quien lo había cautivado. Ethan miró fijamente a Aliana, esta quien yacía con sus ojos cerrados y cubierta de la chaqueta del joven, una chaqueta negra de cuero que le daba un poco de calor.

Veía su cabello amarrado en una coleta despeinada, y con flequillos afuera. Él pudo admirar de cerca aquellas pecas de Aliana, era un rasgo que ambos compartían. Aliana estaba pálida, era lo que él veía, había perdido el color que su hermosa piel tenía. Él estaba consiente de que ella no había podido conciliar el sueño, aún sentía su cuerpo temblar a su lado por la noche anterior que había tenido, una noche llena de trauma. Aunque para Ethan, no era la primera vez que se topaba con una manada que actuara de esa forma. Él pensaba en que los caminantes empezaban a evolucionar y acoplarse a su mundo, era un gran riesgo. Habían dejado la casa en la temprana mañana, con algunos suministros esenciales que necesitaba la comunidad, no había sido tanto pero al menos era algo que necesitarían. Ethan continuó conduciendo, pero no dejaba de mirarla, de admirarla. Desde la conversación de ayer, la perspectiva de Aliana que él tenía había cambiado. Las gotas de la lluvia emprendieron nuevamente, cayendo en las ventanas del auto pero no eran tantas como el día de ayer. Ethan miró a Aliana, esperando que esta reaccionara ante la lluvia pero ella continuaba dormida.

—¿Aliana?—Ethan la llamo, esperando obtener su atención pero Aliana no se movía, no reaccionaba.—Ya casi llegamos.—le aviso él pero nuevamente nada pasaba, Ethan, llenó de curiosidad observo sus ojos cerrados y inclinó su mano hacia Aliana para tocar su frente y sentirla llena de calor, sentirla húmeda ante el sudor.—Carajo.—lleno de impotencia saco la chaqueta de encima de Aliana, encontrando la gasa blanca llena de sangre y incluso la ropa de ella, la herida se había abierto.—Resiste, por favor.—Ethan en el desespero llevo su mano a la herida de Aliana, presionándola con fuerza.

Ethan no tardó en captar el porque la palidez, el porque la fiebre de la joven a quien intentó salvar en el día anterior. Él presionaba la herida con fuerza para evitar que perdiera más sangre de la que ya había perdido, ella no reaccionaba ante eso, estaba inconsciente. Aceleró el auto con más de prisa, esperando poder llegar al camino de Alexandria. No tenía idea de donde estaba pero él tenía fe de que encontraría aquellas casas abandonadas que lo llevarían justo a la comunidad en donde empezaba a acoplarse. Mordía sus labios con impotencia, no quería imaginar los rostros de Alanna y Caleb al saber que su mamá no estaría mas con ellos, y que él no pudo evitarlo. En su mente estaban los recuerdos del día en que llego tarde, del día en que perdió a Caroline y al bebé que ambos estaban esperando. Apretó con más fuerza la herida de Aliana, observándola y viendo como no reaccionaba. Ethan pedía en silencio que aguantara, que fuera fuerte. La lluvia no cesaba pero no era impedimento para ver a través de la ventana, la cual le mostraba un ambiente nublado.

Ahí fue cuando Ethan se empezó a sentir tranquilo pero ansioso, las casas abandonadas se empezaron a ver y eso era señal de que estaba cerca de la comunidad. Giró su rostro, viendo las gotas de sudor bajar por la frente de Aliana y como ella empezaba a temblar. Ella parecía estar alucinando nueva mente y era por la falta de sangre, por el agotamiento. Ethan apretó su herida viendo cómo ella pareció removerse con brusquedad ante eso pero ella se iba de lado y chocaba su cabeza junto a la ventana, no tenía fuerzas. Él prosiguió conduciendo viendo así aquellos Grandes muros y aquel gran portón. Él no le importo nada más, él detuvo el auto en seco y pudo ver aquel rostro conocido mirarle con preocupación. Connor Martínez parecía hacer guardia, y no tardó en reaccionar ante ver a su hermano bajar del auto con brusquedad. Ethan abrió la puerta de pasajero, viendo a Aliana más pálida de lo usual y este en sus brazos obtuvo el peso de la joven chica, llenando sus manos y camisa de su sangre. Los portones se abrieron y ahí muchos rostros observaron la situación, entre ellos, la líder de la comunidad; Michonne. Ethan apretó a Aliana contra su cuerpo, entrando por los portones con toda prisa.

—¿Donde está la enfermería?—pregunto agitado, viendo el rostro de aquella mujer de tez morena mirarlo inquieta, Michonne estaba aturdida ante lo que estaba viendo.

—¿Qué pasó?—se preguntaba ella, al igual que la mujer que llegó llena de desespero y en gritos al ver a su hermana en brazos de aquel hombre desangrándose y inconsciente.

—¡La enfermería!—Ethan dio un leve grito a su líder, quien no tardó en señal recto y incluso, alentarlo a correr con ella. Ethan continuaba apretando a Aliana a su cuerpo, mientras este corría por la comunidad, viendo a varias personas mirándolo, personas desconocidas y entre ellas, su hermano mirando la situación.

—¡Mamá!—un leve chillido causaba pánico entre las personas que estaban detrás de Ethan, quien no tardó en ver cómo Michonne se había adelantado para abrir la puerta de aquella enfermería, causándole un recuerdo del pasado.—¡Mi mamá!—los chillidos de Alanna siguieron hasta la enfermería, mientras que Ethan miró la primera camilla y ahí colocó con cuidado a Aliana quien empezó a ser examinada por aquel hombre desconocido.

—Sálvala, por favor.—le pidió Ethan a aquel hombre que no tardó en romperle la camisa a Aliana, para así tener más comodidad en sanar su herida, mientras que en el margen de la puerta se veía a Natasha sosteniendo a la pequeña Alanna que miraba con desespero a su madre.—Sufrió una caída, se enterró su navaja y se dislocó el tobillo. Intente saturar la herida pero... —la mano de aquel hombre sostuvo el hombro de Ethan, quien vio cómo aquel joven estaba lleno de desespero.

—Lo hiciste bien, necesito espacio y que salgan afuera. Ella estará bien.—Siddiq lleno de esperanza aquella habitación, la cual se encontraba llena de tensión y preocupación por la situación desconocida de la joven más querida de aquella comunidad.

—Ethan, Ethan. ¿Qué fue lo qué pasó?—el joven empezaba a ser sofocado por las preguntas, mientras que antes de salir de aquella habitación pudo presenciar el cuerpo de Rosita Espinosa en otra camilla inconsciente.

—Los caminantes nos atacaron, nos acorralaron.—dijo con prisa, viendo cómo Michonne lo miraba lleno de confusión, Ethan decía la verdad pero ante los ojos de Michonne parecía irreal.—Nos separamos y se cayó por un risco.—explicaba él con una prisa, se sentía sofocado.

—¿Qué carajos estás diciendo?—afuera de la enfermería se veía el desespero por Natasha en saber que había sucedido con su hermana menor, con lo único que le quedaba de su sangre. Ethan no contesto, observando nuevamente a la joven Rosita quien tenía vendajes en su rostro.

—¿Qué le pasó?—pregunto Ethan lleno de curiosidad pero todos parecían estar interesados en que le había pasado a aquella joven con quien llegó en brazos.—¿Donde esta su compañero?—Ethan mostraba preocupación ante las personas que también salieron en el día de ayer, mientras que aquellos ojos azules llorosos lo debilitaron. Alanna se había safado de los brazos de su tía Natasha, quien entre lágrimas parecía sensible ante la situación, intentando de ser calmada por aquel hombre desconocido que aguantaba sus hombros.

—Toma, limpia tus manos.—Michonne le pasó a él joven un pañuelo húmedo que había sacado de la enfermería, este no tardó en pasárselo por sus brazos llenos de sangre mientras que veía como la pequeña frente a él lloraba.—Daryl, llévala a casa.—un nombre desconocido había resonado en aquella conversación pero la pequeña Alanna negó y se aferró a la pierna de Ethan.

—Ven pequeña.—Ethan sostuvo en sus brazos a la pequeña que lo aclamó ante situación tan desesperada, mientras que todos observaron aquel gesto.

—¿Qué fue lo qué pasó?—la voz ronca de Daryl Dixon resonó por primera vez en aquella conversación, ante Ethan ese hombre era un desconocido y se llenó de confusión ante verlo.

—¿Quien diablos eres tú?—Ethan, agitado y abrumado por la situación resonó cortante y frío como usualmente solía ser, mientras que Natasha aún lado de este hombre pareció estar mareada.

—Natasha, es mejor que vayas a tu casa a descansar. Todo estará bien, estás sensible y estás débil, eso podría afectar el embarazo.—Michonne se acercó a Natasha, acariciando sus hombros y dándole consuelo, mientras que esta se negó a irse.—Lleva a Alanna contigo.—le recalcó nuevamente, esperando que la pequeña aceptara pero esta se negó y apretó más a Ethan para que nadie pudiera sacarla de ahí.

—Yo la llevaré a la casa.—Ethan sostenía en sus brazos a la pequeña Alanna, quien miraba por la ventana como una cortina tapaba lo que sucedía con su madre, mientras que la otra dejaba ver a una Rosita inconsciente, las cosas se habían salido de control.

—Michonne, debemos averiguar qué fue lo qué pasó con ella.—Daryl miraba a aquel joven lleno de desconfianza, se había ido de su comunidad solo unos meses y al volver se encontraba con que ocho extraños habían sido permitidos a ser residentes.

—Lleva a Alanna a su casa. Caleb debe estar con Jayden y Judith en su entrenamiento, yo iré a avisarles qué sucede.—Michonne se lleno de tranquilidad, no debía desesperarse en tan abrumada situación.—Vamos Natasha, vamos a tu casa.—le pidió Michonne, convenciéndola.

Ethan apretó a Alanna en sus brazos, acariciando su espalda y transmitiéndole seguridad a la pequeña que había visto a su madre llegar inconsciente, con sangre y todos preocupados por ella. El joven bajo los escalones del balcón de la enfermería para dejar atrás a la mujer que intentó rescatar, no había podido ni siquiera explicarle a su hermano lo qué pasó o decirle que estaba bien, todo había pasado muy rápido y Ethan solo quería un lugar seguro donde pudieran atenderla. Empezó a caminar por las aceras, sosteniendo en sus brazos a la pequeña niña de cabello castaño claro y de ojos azulados. Alanna ya no parecía llorar, pero se sentía agobiada por el hecho de poder perder a sí madre. Aunque tuviera seis años ella tenía la capacidad de entender las situaciones con las cuales vivía, al igual que Caleb, Aliana se encargó de criarlos en la realidad real y no una de fantasía. Ethan prosiguió caminando con ella, sintiendo que las miradas estaban en él pero estaba seguro que no solo había pasado algo con Aliana, si no que Rosita y Eugene también habían tenido un tipo de altercado allá afuera. Algo no andaba bien y él estaba consiente de eso.

Ethan llegó a la residencia que compartía con los Grimes, y no tardó en subir los escalones de aquel balcón para abrir la puerta con cuidado. Este entro, viendo así como del sofá se levantaba con brusquedad el menor de su familia, su sobrino Michael. Este no tardo en dejar un tipo de libro que parecía estar leyendo par ver cómo su tío entraba por aquella puerta con aquella dulce pequeña en brazos. Michael pudo notar la sangre en su camiseta y algo de sangre seca en su mejilla. Ethan bajó de sus brazos a Alanna, quien no tardó en subir las escaleras con rapidez hacia la segunda planta. Ethan se quedó observándola, mientras que esté lleno de cansancio se recostó de la pared, viendo a su sobrino mirarle pero antes de que Michael pudiera decirle algo, la puerta principal de aquella casa se abrió con algo de brusquedad. Ethan visualizó a aquel hombre, aquel hombre con cabello castaño oscuro y largo, cubierto de varias camisetas y una chaqueta, lo miraba lleno de seriedad y con mucha desconfianza. Ethan Martínez quedó frente a frente con Daryl Dixon, con quien no tuvo una buena conexión.

—¿Qué fue lo qué pasó?—Daryl Dixon fue claro con su pregunta y sin ningún problema de acusarlo, Ethan lleno de sarcasmo río, en presencia de su sobrino Michael quien miraba la escena confundida.

—Fui claro con mi explicación.—le respondió Ethan de una manera pasiva y sin ganas de buscar líos.—Ella despertara y te aclarara las dudas.—le añadió a su respuesta, viendo cómo Daryl no le bajaba la mirada.

—Ese cuento no me pareció muy convincente, mucho más cuando se a qué bando pertenecías tiempo atrás.—Daryl sacaba trapos sucios del pasado pero Ethan no sabía quien era este hombre, jamás lo había visto.

—Si hubiese querido matarla, lo hubiese hecho pero no lo hice y está aquí. No se quien carajos eres pero no me importa si acostumbras ser el héroe de la comunidad, y no me sorprendería que no fuese así, no estabas aquí anteriormente.—respondió Ethan a la ofensa de Daryl, mientras que por las escaleras se asomaba aquella pequeña con un pequeño bulto en sus brazos observando al joven que ya conocía desde que tenía memoria así que Daryl simplemente bajo la cabeza.—Ahora te pido que te vayas.—le pidió Ethan, señalándole la puerta principal.

—Alanna, estaré cerca.—Daryl miro a la pequeña Grimes, quien asintió con inocencia ante desconocimiento de lo que pasaba, mientras que Daryl simplemente desapareció. Ethan cerró la puerta con brusquedad y miró como Michael se acercó.

—¿Quien demonios era ese hombre y qué demonios pasó allá afuera?—Michael curioso y agitado por la forma en la que trató su tío se quedó parado delante de Ethan y en las escaleras sentadas Alanna los miraba.

—Él es el esposo de Natasha, se había ido meses atrás, hace eso cada año pero ya volvió.—explicó Alanna de manera inocente, aclarándole la duda a esos dos hombres mientras que Ethan la miró fijamente y observó aquella mochila.

—¿Qué traes ahí?—le pregunto Ethan para desviarle a Alanna lo que había presenciado, la pequeña sonrió y no tardó en abrir la mochila.

—Son recuerdos.—le sonrió Alanna, alentando a Ethan a sentarse a su lado en el escalón mientras que este lleno de cansancio la complació, viendo a Michael acercarse a las barandas.—Michonne me lo preparo en una caja para que no se me perdiera y para que tuviera conocimiento de las cosas que fueron importante para mi papá.—de la mochila Alanna saco una pequeña caja algo desgastada y cuando la abrió, se vieron varias fotografías, incluso cartas de un color amarillo y con algunos desprendimientos de papeles.—¿Quieres que te los muestre?—le pregunto Alanna llena de emoción a Ethan, quien no tardó en asentir y ver cómo aquella pequeña niña sonrió.

—Adelante, sorpréndeme.—le dijo Ethan, mientras que Michael observaba a la pequeña sacar de la caja todo lo que había adentro, respirando hondo.

—Ok, para hacértelo más fácil yo te voy a mostrar personas que fueron importantes para mi papá. Cada persona que está aquí son integrantes de un grupo original de mi abuelo paterno antes de llegar a esta comunidad, cuando llegaron a esta comunidad mi abuelo Rick terminó siendo líder de ella y ahora lo es su pareja, Michonne que es mi abuela también y es la mamá de Judith y Rick Jr.—Ethan sonrió ante la ingeniosa explicación de Alanna.—¿Entendiste?—le pregunto ella él.

—Si, lo hice.—le sonrió Ethan, a diferencia de esto, solo Alanna y Caleb habían visto a Ethan sonreír, ya que este no acostumbraba mostrar un semblante de felicidad en público.

—Bien, mira. Esta soy yo con Caleb cuando nacimos, quien nos sostienen son Michonne y mi abuelo Rick.—Alanna le mostró a Ethan y a Michael la fotografía que sacó, mostrando así a dos adultos sosteniendo a dos pequeños bebés.—Y está es mi mamá, Michonne me dijo que eso fue aquí en la comunidad.—Ethan contemplo la fotografía donde se mostraba a una joven Aliana delante del lago de Alexandria, Aliana sonreía y fue justo después cuando la zona segura de Alexandria cayó y fue invadida por los caminantes.

—¿Es Aliana?—pregunto Michael, Aliana parecía irreconocible en esa foto, Ethan la observaba y no podía creer que fuese ella.

—Luce irreconocible, luce hermosa.—Ethan alago a la mujer que había salvado, no dejaba de ver aquella hermosa foto a color, Aliana se veía totalmente joven y hermosa, aunque para él, seguía siéndolo.

—Si, ella era hermosa.—sonrió Alanna, quitándole la fotografía con cuidado y sacando otra.—Aunque ella aún lo sigue siendo pero aquí ella estaba junto a Abraham, él era su compañero de guardia en el día, mi mamá me dijo que él murió sacrificándose por Natasha.—la imagen que Alanna le mostraba era una elle a de nostalgia que no entenderían, se mostraba a aquel pelirrojo ex sargento sonriendo y sosteniendo un arma, aún lado de una joven Aliana.—Ella es Maggie y Glenn junto a mi tía Natasha.—Ethan le pasó la fotografía anterior para recibir la que Alanna le pasaba, viendo así una pareja abrazada, un joven coreano y una mujer de ojos verdosos y con su cabello amarrado. Aún lado de ella, Natasha quien sonreía aún lado del joven coreano.

—Wao, Natasha también lucía diferente.—comentó Michael observando la fotografía a través de la baranda, mientras que Ethan contemplaba la fotografía que transmitía felicidad, mucha felicidad.

—Glenn también se sacrificó por el grupo, y Maggie es una persona de la que mi mamá nunca me ha hablado pero me dijo que él partió al cielo durante una guerra contra mi abuelo Negan, él era el enemigo de mi mamá y de mi abuelo Rick, pero mi mamá me dijo que luego hicieron la paz.—Alanna explicaba de una manera inocente, mientras que Ethan y Michael la escuchaban, entendiendo cada cosa que ella les decía a su manera infantil.—Esta mujer es Sasha y Eugene junto a Tara, y está que está aquí es Carol.—Alanna señalaba a las personas diferenciándolas, ella sonreía.—Mamá me dijo que Sasha se sacrificó ella misma hace mucho, y pues Tara al igual que Carol se convirtieron en líderes de unas comunidades, yo nunca las he visto.—les comento ella a los dos jóvenes que la escuchaban.

—¿Qué comunidades?—pregunto Ethan curioso pero Alanna se encogió de hombros, no tenía mucho conocimiento.

—De verdad no lo sé, siempre he vivido aquí y solo he salido una vez afuera de los muros. Mi mamá me dice que es por seguridad pero qué tan pronto vaya creciendo ella me mostrará lo qué hay más allá de los monstruos allá afuera.—dijo Alanna, mientras que guardaba la fotografía que sostenía Ethan para sacar otra y Emma se reflejó la felicidad.—¡Mira es mi papá! ¡Míralo, era hermoso!—aquella emoción lleno de curiosidad a los dos jóvenes que la miraban, querían conocer quién era el joven que había cautivado a Aliana y quién era el padre de estos chicos. Ethan obtuvo la foto con curiosidad, observando en ella a un joven sosteniendo a una bebé. El joven portaba un sombrero de alguacil que Ethan ya había visto en esa comunidad y veía cómo este tenía un vendaje en su ojo izquierdo, era alto y era bastante apuesto.

—¿Es Judith?—pregunto Ethan descifrando en sus memorias que a quien él había visto con ese sombrero era ella, Alanna llena de emoción sonrió.

—Si, y él es mi papá, se llamaba Carl.—sonrió Alanna, viendo cómo Ethan al igual que Michael contemplaban aquella fotografía.—Él perdió un ojo y por eso se ponía un vendaje, pero mi mamá dice que él aún así era igual de valiente.—Alanna también admiraba a su papá a través de aquella fotografía, ella anheló siempre haberlo conocido pero ella deseaba ser como su mamá Aliana.—Ese sombrero ahora lo tiene Judith, mi papá se lo dejo. A diferencia de mi mamá pues ella se quedó con una pistola de él, tenía un silenciador y pues Caleb se quedó con su navaja, también algunas camisas que dice que usara cuando grande.—Alanna miró a Ethan, quien dejó de observar a Carl Grimes y le pasó la fotografía a la pequeña quien no tardó en guardarla.

—¿Y con qué te quedaste tú?—le pregunto Ethan curioso, mientras que veía como Alanna cerraba la caja y la acariciaba con una sonrisa.

—Con sus recuerdos.—los ojos azulados de Alanna miraron detenidamente a Ethan, quien ante esas palabras sintió un restregón en su corazón. Alanna guardó en aquella mochila la caja pero esas palabras habían creado un ambiente de tristeza para Michael y Ethan, pero ella ante su inocencia portaba una sonrisa.—Michonne me dio la caja para que recordara quién era, la tengo en la mochila para que nada le pase.—explicó Alanna, guardando la caja en la mochila mientras que Ethan de su bolsillo sacaba aquel collar de oro.

—Ten.—Ethan le enseñó a Alanna aquel collar con una fija cruz, Alanna confundida lo miró.—En esta cruz tú padre te protegerá siempre, es algo que él hubiese deseado que tuvieras.—Alanna ante la inocencia no tardó en sonreír y en aceptar que Ethan le colocara aquel collar, ella estaba emocionada.

—Gracias.—le sonrió ella, levantándose de las escaleras para agarrar su mochila e irla a guardar. Mientras que Ethan era mirado por su sobrino Michael, quien sabía que ese collar le pertenecía a Caroline.

Ethan se levantó algo aturdido de las escaleras, él era observado por su sobrino, quien podía entender sus emociones pues también sintió su corazón estrujarse ante aquella inocencia de Alanna. Ethan miraba por la ventana del hogar, viendo a través de las cortinas como Caleb parecía venir hacia acá con Michonne. Ethan presenció como en medio de la acera la mujer se arrodilló delante del pequeño, pareciendo contarle lo que estaba sucediendo. Ethan tan sólo vio como aquel pequeño bajo la cabeza entristecido y como Michonne lo abrazó. La situación en este hogar le causaba tristeza a Ethan, pero me causaba algo más, algo que no podía entender pero estar en este hogar la causaba paz. Pero en su mente, en aquella mente en blanco tenía esos ojos verdosos y ese calor del cuerpo de aquella joven. Ethan cerró sus ojos con frustración ante tener en mente a Aliana, deseando y pidiendo que por favor esta joven saliera ilesa de aquella enfermería.

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