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29

Las despedidas no son el final.

Arrastraba mis piernas como podía, juraba ya no tener aliento para seguir caminando pero estábamos cerca, más de lo que creíamos. Mis hombros estaban siendo el soporte de a quien habíamos encontrado sin aliento hace momentos atrás, mis hombros y los de Ethan eran el soporte de Jayden. Estaba inconsciente, estaba cansado y golpeado, verlo de esa forma me consumía la conciencia. Cuando lo encontramos pensé que estaba muerto, verlo fue sentir una punzada en mi corazón pero aún no moriría, no de esa forma. Arrastraba sus piernas mientras que Ethan y yo nos esforzábamos en caminar, en caminar lo más rápido que podíamos detrás de Daryl. Me dolía el cuerpo, me dolí cada extremidad, estaba debilitada de una forma inexplicable pero mi único aliento era llegar a Alexandria. Mordía mis labios, no tenía fuerzas pero debí cargar con él, debo cargar a Jayden como él me cargó a mi muchas veces. Estaba herido, sangre salía de su nariz y de su cien, lo habían jodido.

El día gris, el ambiente frío y nebuloso como la gran situación que se nos avecinaba. Giré mi mirada, viendo el rostro mutilado de Ethan. Sangre seca estaba plasmada en su mejilla, al igual que en sus labios, todos estábamos jodido de alguna forma. Aún así aquí estaba, junto a nosotros y jamás visualice a este ser a mi lado. Él me miro, sus claros ojos me miraron y me hizo aquella señal de seguir caminando, mi aliento volvió. No tarde en sentir un alivio cuando vi los muros de Alexandria intactos pero aquellos portones abiertos, no tarde en retomar aliento con Ethan para avanzar con rapidez pero Daryl Dixon se detuvo para ayudarme. Le deje el área libre, viendo como sostuvo a Jayden con Ethan. Estire mis brazos, mientras que veía en la entrada aquella mujer de tez morena, no tarde en sentirme aliviada cuando vi a Michonne nuevamente y a su lado, su fiel compañera quien al verme, se animó por completo. Empecé a caminar con rapidez hasta los abiertos portones de Alexandria para abrazar a Judith entre mis brazos pero mi mundo se detuvo.

Los gritos de emoción de Alanna y Caleb retumbaron una y otra vez en mis oídos, viéndolos a ellos salir por los abiertos portones. Veía como sus pequeños cinturones estaban ajustados, los veía armados y un alivio recorrió mi cuerpo, Michonne había llegado a tiempo. No tarde en tirarme de rodillas al piso, sintiéndolos a ellos recorrerme mi cuerpo con sus brazos. Con las pocas fuerzas que tuve los apreté a mi cuerpo, alzándolos para caminar con ellos encima de mi. Frente a mi, Ethan y Daryl entraron con Jayden, siendo socorrido por Siddiq. No pude evitar respirar con tranquilidad mientras que Alanna se deslizó por mis piernas para darle espacio a Caleb que me abrazara. Me adentré a la comunidad, teniendo a Michonne y a Judith aún lado de mi, mientras que visualice a muchos residentes a las afueras de sus casas, veía los caballos afuera y veía muchas provisiones. Aún Caleb estaba aferrado a mi, mientras que yo, yo estaba aliviada de una forma u otra de haber llegado a tiempo.

—¿Donde estabas mamá?—me preguntó Caleb, abrazado a mi, mientras que sentí como sus pequeñas manos tocaron mi cara, observaba mis golpes.

—Salvándome.—le respondí, mirando sus azulados ojos y su castaño cabello, estaba peinado de lado y no dudaba que mi padre los había cuidado.

—Espero que hayas retomado emergías en el camino porque vamos adentrarnos al ojo del huracán en cualquier momento.—deslice a Caleb por mis brazos para bajarlo al suelo, viendo como este se quedó a mi lado mientras que Michonne estaba frente a mi, atrás de ella; Alanna y Judith.

—Créeme, estoy lista para cualquier cosa.—le respondí, mientras que a la distancia pude ver a Ethan parado en las aceras de la comunidad, rodeado por Connor y Michael, los tres juntos.—Estoy lista para defender mi hogar, aunque sea una última ves.—le dije a Michonne, dirigí mi mirada a como Daryl no tan lejos de mi distancia, abrazaba a Noah mientras que se acercaba a Carol quien sostenía a Samantha.

—Todos están preparándose para combatir, algunos mayores se irán a Hilltop junto a varios niños e adolescentes, pero la mayoría se va quedar. Tenemos ventaja.—me contó Michonne, alentándome a caminar a su lado, mientras que nuestros hijos nos seguían.

—Por el camino pensé escondernos en las alcantarillados pero podrían rodearnos, así que podemos usar la guagua escolar para llevar a los niños e adolescentes a Hilltop. La otra guagua escolar podríamos usarlas con los mayores y algunos familiares, esa iría al reino, hay que dividirnos, no podemos mandar a nuestra gente a un solo lugar. Así que los llevaremos hasta la parte de atrás, ahí saldrán cuando todo empiece, deben irse preparando.—le hable a Michonne, viendo como ella asentí ante mi plan, mientras que delante de mi, se paró Carol junto a Daryl Dixon, incluso Ethan y Connor. Salude de mano a Kelly y a Connie, a quien agradecí ver junto a Yumiko.—Los susurradores no usan armas, se defienden con flechas y algunas navajas. Así que en las torres de vigilancia en cada esquina deben haber cuatro arqueros, incluyendo a Yumiko y Daryl.—estos asintieron ante mi propuesta, a lo que continué.—Necesito en las azoteas altas cuatro tiradores, Ethan y Connor podrían hacernos el favor, incluso ti Michonne, faltaría uno y ustedes lo localizan.—estos tres mencionados también asintieron ante la propuesta que les otorgue, mientras que observe a mi lado como Gabriel junto a Aarón llegaron, los salude.

—Yo puedo intentar.—me interfirió Kelly, viendo como le hacía señales de mano a Connie.—Incluso ella, somos buena en la mira.—no tarde en asentir, bien, serian ahora cinco tiradores y era con más ventaja.

—Podemos estar en la entrada, seremos parte del primer grupo que sería quien los recibiría.—me pidió Aarón, quien este parecía estar de acuerdo con Gabriel, aplaudí algo contenta.

—Bien, perfecto.—dije, viendo a mi equipo mirarme y como estaban de acuerdo con mi plan.—Entonces, manos a la obra. Preparen sus puestos y ayuden algunos residentes a prepararse, también a los niños. Conste, también Rosita se tendrá que ir con ellos, que Eugene la acompañe. Se encargarán de los niños.—hable, para así moverme entre medio de ellos para continuar hacia donde quería ir, mientras que alenté a Alanna y Caleb a caminar junto a mi, igual Judith.

—¿Y tú dónde estarás?—me preguntó Michonne, me paré en seco y giré, la mire fijamente.—¿Desde donde pelearas?—me arreglo ella la pregunta, a lo que no tarde en sonreír de lado, viendo como ella ya sabía la respuesta.

—En la entrada, esperándolos con los demás. Lo mío es combate y tengo muchas ansias de abrirle un hombro a esa zorra.—sonreí de lado, a lo que ella no tardo en asentir viéndome marchar junto a mi pequeña familia por las aceras de Alexandria, me sentía llena de adrenalina.—Bien niños, escúchenme con atención.—me detuve en seco en las aceras, mientras veía a los demás retomar sus posturas para prepararse. Obtuve la atención de aquellos tres niños observándome fijamente.—Necesito que actúen como si fuesen grandes, necesito que preparen sus armas y se hagan una pequeña mochila de lo que necesiten. También necesito que se cuiden las espaldas si no nos preparamos a tiempo.—les pedía, a lo que ellos aún me atendían.—Ustedes van estar a cargo de su abuelo Negan, al igual que de Rosita y Eugene, como pequeños que son ayudaran a Judith a proteger a Noah, a Rick Jr y Samantha. Es el mejor trabajo que puedo otorgarles.—Alanna y Caleb asentían ante lo que les pedía, al igual que Judith.

—¿Volverás para estar con nosotros?—me preguntó Alanna, quien me miraba algo curiosa, suspire, arrodillándome frente a ella.

—Escucha, no importa lo que pase hoy o mañana, o dentro de mil años Alanna, yo siempre estaré con ustedes el resto de sus días. Necesito que salgan de aquí porque aún no están preparados para lo que se avecina pero se que en unos años serán capaces de hacer lo que estoy haciendo, lo que todos hacemos porque estamos haciendo esto para que no sea el fin de su generación. Necesito que confíes en mi, que cuides a Caleb y que él te cuide a ti, pero que todos se cuiden juntos porque son familia, porque todos son parte de los Grimes.—le sobé sus hombros viendo como ella asentía ante eso, suspire aliviada, mirando a Judith y alentándole a que se fueran.

Me levante del suelo, observando como Caleb aún me miraba mientras que su hermana le alentaba a caminar junto a ella y Judith. Mire al cielo, aún nublado pero su iluminación opacaba mi vista. Incluso sentí algunas frías gotas llegar a mi rostro, caería una llovizna. A la distancia, veía a muchos residentes, veía como se abrazaban y como se separaban para prepararse, algunos para irse y otros para pelear. Mordí mis labios temblorosos, me entristecía saber que muchos no volverían a reencontrarse después de hoy y mi corazón entendía que no importa lo mucho que intentara huir, no me bastaría y moriría. Empecé a caminar por las aceras de la comunidad en donde crecí, en donde pase mis más hermosos momentos. Donde conocí personas increíbles, donde perdí a personas que marcaron mi vida para siempre. Me visualice caminando por las aceras años atrás, caminando a junto a Maggie y Glenn, o incluso Noah a quien lo honramos colocándole ese nombre a mi sobrino. Más allá del lago, me visualice sentada y entristecida, porque Glenn ya no estaba más, al igual que Abraham.

Mis pensamientos me llevaban a grandes memorias que jamás sacaría de mi mente, donde muchas veces estuve al borde de la desesperación pero ahí estuvo él, ahí estuvo Carl junto a mi. Caminando por esa vieja casa donde residía, me visualice en los escalones junto a él mirando las estrellas, mientras que Judith estaba en su regazo. Me quede parada frente a esa casa, eran tantas memorias. Empecé a caminar cuando vi a los nuevos residentes salir de ahí, dándome cuenta que el tiempo había pasado desde esa última vez. Sintiendo la tristeza invadirme cada recuerdo, me visualice caminando en la acera donde estaba parada junto a Natasha y Rick, una memoria que jamás olvidaría, fue una de las últimas veces que pude compartir con él. Él sostenía en sus brazos a Caleb, lo miraba con una melancolía que me rompió el corazón ese día. En mis brazos estaba Alanna, dormida y tan pequeña, jamás pensé que crecerían tan rápido. El recuerdo nublado de Rick y Natasha se desvaneció borrosamente, mientras que el mío continuó caminando pero ahora con Alanna y Caleb, más grandes.

—Pensé que tendría que cavar otra tumba en el cementerio familiar.—observe frente al balcón de mi hogar a Negan parado en la baranda, poniendo todo su peso en él mientras que estaba cruzado de brazos.—No dormí en toda la noche.—me dijo, mientras que me quede afuera de mi casa observándolo con una sonrisa.

—Vamos papá, me he ido muchas veces y he vuelto días después.—le dije, encogiéndome de hombros mientras que veía su semblante diferente, lo veía agobiado... igual que el de Michonne.

—No es lo mismo cuando sabes que a tu única hija quieren asesinarla y que vendrán a esta comunidad porque su cabeza tiene precio para ganar respeto.—baje la cabeza ante eso, viendo como él dejaba de poner su peso en la baranda pero ambos aún estábamos en la distancia.

—Papá, se que lo está pasando no te gusta y se que no quieres arriesgarte a que me adentré a esto pero debo rogarte que hagas algo por mi.—le dije, viendo como dejaba de cruzarse los brazos para mirarme mientras que aún sentía algunas frías gotas tocar mi rostro y cabello.—Necesito que recojas tus cosas y te vayas con tus nietos, necesito que los tengas sanos y salvo.—le pedí, acercándome un poco a él, viendo como parecía reír ante lo que pedí.

—¿Y debo dejar que mi única hija cometa un acto suicida?—me preguntó, pero no con burla, con enojo.—Me voy, me escondo y dejo a mi imaginación como te vuelan la cabeza, ¿es eso lo que verdaderamente debo de hacer?—veía su rostro, veía como ese semblante del hombre gruñón que había conocido me enfrentaba.

—Lo que necesito que hagas y lo que debes hacer es sacar a tus nietos con vida de aquí, Daryl confía en ti y se que está dispuesto a que tomes a sus hijos y los protejas con todas tus fuerzas. Porque si algo pasara, serás lo único que tengan.—hable agitada, con enojo y dejando salir esas emociones dentro de mi que empezaban a carcomerme, él negó, acercándose a mi.

—¡Soy un padre y soy yo quien debía morir primero que ustedes! No puedo ver a lo único que más amo en este mundo, lo único que me queda morir y yo estar escondido, porque es lo que un padre debe hacer, proteger a sus hijos y no pude proteger a mis dos primeros hijos pero no voy a dejar que mueras, no me lo perdonaría Aliana.—me hablo en un tono alto, reprendiéndome mientras que mi ojos se humedecían.—No puedo lidiar con la muerte de Nathan y debo lidiar aún con la de Natasha, ¿como voy a lidiar con la tuya?—me preguntó, mientras que sus ojos me miraban fijamente.—Un padre debe proteger a sus hijos, y es lo que haré, cueste lo que me cueste.—me dijo entre dientes, mientras que negué y lamenté todo.

—Y es por eso que vas a llevarte a mis hijos, porque eres un padre que puede criarlos de una forma extraordinaria que jamás tendrán miedo. Porque tú eres mi padre pero sigues siendo el Negan que conocí, y lo necesito para que proteja sin dudas a sus nietos. Porque nos los debes a mí y a Natasha, nos los debes papá.—mis lagrimas se desprendieron por mis mejillas, viendo como él simplemente colocó un semblante de seriedad, distanciándome de mi.—Papá.—lo llame viendo como él se detenía en seco, girándose y observándome fríamente.—Esto no es una despedida.—le dije, viendo como por primera vez en mucho tiempo, se iba sin despedirse.

Observe como me dio la espalda y como continuo caminando solo por las aceras de la comunidad en dirección en su hogar, me quede aturdida ante su actitud y en como no pude darle un fuerte abrazo. A través de los años jamás pensé que sería capaz de crear un lazo de padre e hija que hoy me estaba constante un gran dolor ante no tener una despedida como deseaba. Él se iba, distanciándose cada vez más de mí y simplemente recordé esos días, esos infernales días donde solo deseaba su muerte y ahora deseaba haber tenido mucho más tiempo con él ahora que podría caminar por estas aceras libremente sin ser juzgado por nadie. Tenía ganas de jalarme los cabellos, de caer de rodillas al suelo y llorar, pero eleve mi mirada y nuevamente comencé a caminar por las aceras de la comunidad. Aún continuaba observando a residentes salir de sus casas con mochilas, con sus pequeños hijos. Alrededor no veía a mis hijos, o a mis sobrinos, no sabía cuánto tardaría esto pero el tiempo no se detenía y mis horas estaban contadas. Las gotas de lluvia aún seguían cayendo en mi rostro y cabello, pronto se humedecería. Visualice la iglesia de la comunidad, visualice esa iglesia años atrás cuando estaba incendiada y destrozada.

Visualice las llamas del fuego, y más allá, en como Michonne y Rick arrastraban a Carl mientras que yo veía a todos lados esperando que no hubiese ningún salvador a nuestro alrededor. Camine hacia allá, aproximándome a una ola de recuerdos que jamás sería capaz de eliminar de mi mente. Pasaba por el lado de algunos residentes que salían de la iglesia, mientras que yo me dirigía a la parte de atrás de este monumento. A través de la puerta abierta de esta iglesia, me visualice en aquella tarima, Carl recostado pálido y con fiebre, muriendo lentamente. Me visualice gritando del dolor, con el temor de dejarlo ir, estaba frente a él en sus últimos suspiros. Continué caminando, tragando saliva al recordar esa larga noche. Observe aquellos trozos de madera, creando el símbolo de la cruz que brindaba la paz. El bulto de tierra aún estaba, lleno de césped y con algunas flores colocadas encima. Me acerqué con lentitud, enfrentando la gran pesadilla que me recorría cada noche sin escapatoria. Mi mano toco el símbolo de madera que estaba incrustado en la tierra, lo acaricié. Este tumba la habían hecho las manos de Michonne y Rick Grimes el día en que Carl murió.

Me arrodillé frente a la tumba, viendo las hermosas frescas flores con un gran color tiradas en el suelo. Acaricié el césped, y mire al cielo con mis ojos cerrados. Hoy era el día en que dejaba ir al ser que me hizo sentir amada años atrás, hoy dejaba ir a quien me protegió y me eligió sin importar que. Con lágrimas en mis ojos, sintiendo ese dolor en mi alma, liberaba a Carl Grimes de mi corazón para que descansara eternamente. Solloce, solloce fuertemente sintiendo un dolor en mi garganta en tomar esta decisión antes de mi último suspiro. Las memorias serían eternas sin importar que, sin importar a donde me llevara la vida después de este día, Carl siempre estaría en la otra más adentrada de mi alma. Hubiese deseado con todas mis fuerzas que nuestras memorias hubiesen incluido a nuestros hijos pero su muerte había sido demasiado pronto, y era lo más que me dolía que mis hijos jamás tendrán un recuerdo con quien sin duda alguna, los hubiese amado más que a nada en esta tierra. Sentí como acariciaron mi hombro y juré sentirme perpleja ante eso, ante ese tacto y me levanté con brusquedad del suelo, mirando frente a mi a Michonne pero ella, ella no había acariciado mi hombro y eso me dejó la piel erizada.

—Ha pasado tiempo desde que no venías aquí.—me dijo ella, mientras que aún la miraba perpleja ante el desconocido tacto que sentí en mi hombro, no tarde en restregar mi rostro para limpiar mis lágrimas.

—Lamentó que tengamos que poner en riesgo lo que hemos construido, solo por mi.—le dije, mientras que me acerqué a ella, ambas quedando frente a frente.—Años creamos lo que jamás alguien pudo, creamos lo que ellos soñaban.—comenté, refiriéndome a esos que nos habían dejado hace mucho y quienes nos habían dejado un gran vacío.

—Aliana durante años te vi crecer, muchas veces me tocó sacrificar muchas cosas por protegerte a ti, tanto a Carl como Judith y ahora, eres una mujer. Eres como una hija para mi, y haría cualquier cosa por mantenerte viva. Cualquier cosa.—ella llevo su mano a mi hombro, mirándome fijamente.—Rick y yo creíamos en ti como nada en el mundo, siempre supimos que serías la líder que hoy eres y verte actué hace un rato, fue ver a Carl años atrás antes de que partiera.—asentí, recordaba ese momento donde sincronizo todo para salvarnos, aunque le costara tiempo de su vida.

—No estarías aquí, si no fuese por ti. Me enseñaste a ser madre, me enseñaste a ser lo que hoy en día soy Michonne, y te lo debo.—le dije, mirándole fijamente.—Y es por eso que me quedaré, y pelearé contigo hasta que todo acabe, y sin importar que, moriría a tu lado o salvando tu espalda.—le comenté, viendo como ella sonrió de lado.

—Cada vez que te veo, cada vez que veo como actúas y cómo estás dispuesta a pelear, veo a Carl a través de tus ojos y me doy cuenta, que él jamás se equivoco contigo y se que yo tampoco. Y es por eso, que debo darte las gracias.—sonreí, mientras que este momento era importante, era lleno de honestidad y sinceridad.

—Yo soy quien debe estar agradecida contigo, por todo lo que has hecho por mi. Por todas esas veces que nos pusiste a nosotros primero que a ti, jamás olvidaría lo que has hecho por mi y sin importar que pase hoy Michonne, si debo elegir salvarte a ti y a todos, lo haré sin pensarlo dos veces pero por favor te pido que cuides el legado que ellos dejaron, nuestros hijos.—le pedí a corazón abierto, viendo como ella sonreía asintiendo ante eso.

—¿Es una despedida?—me preguntó, intentando de aguantar sus lágrimas, sus ojos estaban humedecidos y estaba apunto de derramar uno pero yo también estaba siendo fuerte para no recaer en mis emociones.

—Las despedidas no son el final.—le dije, recordando las mismas palabras que Carl Grimes me dijo horas antes de morir, viendo como ella me miraba perpleja ante eso pero mi piel se erizó cuando un estruendo resonó en mis oídos, sacudiendo nuestros cuerpos. Mire a Michonne con los ojos abiertos como platos, eso había sido una bomba alrededor de los muros principales.—Están aquí.—dije, mientras que pase por el lado de Michonne corriendo, viendo fuego en una de las abandonadas casas de las afueras de la comunidad. Empecé a ver a la gente correr, estaban tirando bombas caseras para tener ventaja.—¡Todos a sus puestos, los niños a la parte de atrás!—gritaba, sacando mi arma de mi estuche, visualizando a muchos correr a la parte trasera.

—¡Aliana, están aquí!—alce mi mirada al puesto de vigilancia, visualizando a Michael Martínez bajar las escaleras con rapidez para tirarse al césped y llegar a mi lado.—Son muchos caminantes, pero se pueden distinguir a los susurradores entre ellos.—asentí ante la información de Michael, mientras que alrededor de los muros se podían escuchar los gruñidos desde afuera. Este corría a mi lado, mientras que visualice en la parte de atrás de Alexandria dos guaguas escolares y entre ellas, un revuelto de una poca multitud en desespero.

—Michael, que los mayores se sienten y estén calmados, en la guagua "A".—le pedí, viendo como este me asentí, corriendo de mi lado para empezar a llamar a los mayores entre la pequeña multitud, mientras que visualice aquella chica llegar a mi lado, con mis dos compañeros.—Lydia, necesito que en la siguiente guagua "B", se coloquen los niños con algunos adultos. Esa será guiada por Rosita, necesito que la de los mayores sea guiada por Eugene. Tan pronto estén llenas, márchense.—le pedí a la niña, quien me asentía al igual que los dos adultos frente a mi, mientras que una de ellos era Rosita.

—¡Aliana!—giré mi vista, visualizando a Daryl con una cobija en sus manos revuelta encima de Samantha quien estaba en llanto, mientras que volví a sentir un zumbido en mis tímpanos. Alrededor de él, estaba Noah.—Tu papá viene con los demás, por favor, Rosita sostenla.—pidió Daryl, a lo que Rosita no tardo en recibir a la bebé en llanto en sus manos. Mientras que vi a Daryl arrodillarse frente a Noah.—Bien pequeño, vas a hacer lo que te pedí y vas a quedarte siempre con Rosita o con Negan, vas a obedecer y a esperar a que yo regrese.—Daryl envolvió sus brazos entre Noah, mientras que mi corazón se estremecía ante eso, este se distanció de su hijo dándole un beso en la frente y acercándolo a Rosita, para mirarme fijamente y irse corriendo por donde vino. Sostuve con mis manos los hombros de Noah al sentir otro zumbido, mientras veía a las personas adentrarse al autobús, mi corazón se alivio cuando vi a Negan acecinarse hasta donde yo estaba con Alanna y Caleb, quienes venían acompañados de Judith y Rick Jr.

—Aliana, no tenemos tiempo, tenemos que irnos ya.—me comunico Rosita cuando otro zumbido se escucho, a lo lejos pude ver humo y la ansiedad empezó a crecer en mi. Asentí, señalando a mis hijos para que me siguieran al autobús al igual que mi papá, quien evadió mi mirada y ayudó a Rosita a montarse.

—¡Mamá!—Alanna apretó mi brazo con fuerza cuando la monte en el autobús junto con Caleb, detrás de ellos Rosita y Negan nos observaban, a lo que mi corazón se detuvo un instante cuando mis hijos me miraron con ese rostro.—¡No te vayas!—me pidió Alanna, apretando mi chaqueta, sus azulados ojos humedecidos me detenían.

—Escúchame, por favor. Los dos, escúchenme.—les pedí con mi voz temblorosa mientras que a lo lejos escuchaba varios gritos, gente en pánico que me erizaba la piel.—Necesito que sean fuertes sin importar que suceda, necesito que por favor se protejan los unos a los otros.—mis manos sostenían a mis hijos mientras que los miraba fijamente, viendo sus ojos humedecidos y como parecían empezar a sollozar.—No importa lo que pase, no importa si no regreso más a ustedes, se que podrán con eso y con más. Porque son más fuertes de lo que creen, son valientes y lo llevan en la sangre. Sin importar que, los amare por siempre y deben hacer siempre lo que es correcto. No importa que tan oscuro estés el mundo, ustedes deben ser la luz que ilumine el camino. Deben ser quienes otorguen esperanza, deben ser quienes creen la salvación para los que la hayan perdido, deben ser quien den la unidad para quienes pierdan la confianza. Ustedes son la próxima generación, son Grimes y lo llevan en la sangre, y los amare en esta vida o en otra.—mis lagrimas se desprendían de mis ojos mientras los abracé con fuerza, los abracé como nunca antes.

—¡Aliana, ya están todos adentros, debemos irnos!—Michael al igual que Lydia me alentaba a irme pero los brazos de mis hijos no querían soltarme y una parte de mi, no podía.

—Aliana, por favor, protege a Jayden.—abrazaba a mis hijos mientras que alce mi mirada, observando a Rosita ante las palabras que dijo, asentí ante su pedido y pude ver calma en ella.—Por favor... —volvió a pedir.

Deje de mirarla para despegarme de mis hijos, observando sus lágrimas salir de sus ojos. Sus ojos azulados me transmitieron el amor más puro que jamás había sentido, el amor de una madre y sentí un dolor tener que verlos partir. Solté sus brazos y visualice como mi padre atrás de ellos me miro, me miro una última vez antes de ver como me iba. Alenté a Lydia y a Michael correr a mi lado, los alenté a mantenerse protegidos y cubiertos. Otro zumbido más fuerte provocó que me removiera, perdiendo el balance pero no tarde en reponerme con ayuda de Michael. Estos jóvenes estaban armados a mi lado, mientras que juraba escuchar gruñidos por varios lados. Veía humo, humo a las afueras, estaban atacando los muros para debilitarlos. Mi corazón palpitaba con rapidez mientras veía en los puestos de vigilancia a los arqueros, veía a Daryl y a Yumiko estar en posicion, veía a muchos estar preparados para la pelea. Cargue mi arma, mientras continuaba alentando a algunos residentes a salir por la parte de atrás pero me visualice en él. Más lejos, en las puertas principales de la comunidad veía a Ethan junto a Connor, quienes con Aarón y Gabriel reforzaban la entrada. Me quede parada, observándolos pero observándolo a él.

Veía su esfuerzo en ayudar, veía como estaba ahí dándolo todo por una comunidad en donde solo llevaba meses. Empecé a caminar, dispuesta a ir hacia él. Incluso lo llame, grite su nombre viendo como me miro mientras dejo de hacer lo que hacía. Sus claros ojos me miraron fijamente, y vi como este obtuvo su arma en manos y se fue acercando a mi, sentía mi corazón palpitar de amor y verlo ahí me calmaba, me obligaba a estar dispuesta a pelear pero su rostro se tornó en uno de pánico y cuando escuché ese grito llamarme, mi corazón se detuvo. Giré mi mirada, viendo a Caleb correr hacia mi con rapidez y grite, grite negando que girara pero ahí sentí el peor sentimiento del mundo cuando vi aquella bomba casera adentrarse entre medio de mi hijo y yo. Abrí la boca y los ojos grandemente cuando visualice lo que estaba a punto de pasar, ni siquiera lo había pensando dos veces. Grite con fuerza corriendo hacia él, sintiendo mi corazón querer salirse por mi boca pero todo se había tornado oscuro.

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