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28

Tarde para amarte.

Mi cuerpo estaba débil, débil como hace mucho no lo sentí. Retomaba aire, mientras que la luz del día alumbraba los bosques. Veía mis manos llenas de sangre, mi ropa llena de sangre. Me arrodilla en el césped, sintiendo como el aire removía mi cabello. Mis manos estaban agotadas, tantas que no podía sostener ni siquiera mi navaja con fuerza. Había perdido la cantidad de cuántos caminantes remate en la noche hace unas horas, ya no tenía fuerzas. Estaba nuevamente frente a ese hermoso río, viendo a la distancia aquella cascada. Este nuevo día era similar al anterior, nublado y frío. Era una señal, una señal de que aún el arcoíris no saldría. Limpie mis manos en el río, limpie la sangre seca y podrida que estaba allí plasmada. Moje mi rostro, sacando la suciedad y restregando mis ojos, estaba cansada. Me veía en el reflejo del agua, veía aún sangre en mi frente y mejillas, estaba llena de su suciedad. Volví a restregar mi rostro con el agua, mientras que sentía mi alma agobiada.

Estaba detenida aquí, en medio de la nada y lejos de mi hogar, lejos de mis hijos. Debían estar asustados, debían tener claro de que algo estaba pasando. Alce mi mirada, viendo a Jayden, viendo como se arrodilló a mi lado demostrando el cansancio. Con sus manos atrapó el agua fría del río, restregándola por su rostro y sus manos, limpiando también la suciedad. Mire como se veía el agotamiento físico e incluso, mental. No tenía que decirlo para saberlo, para saber lo jodido que él estaba pero aquí estaba, a mi lado. Me levante de su lado, dándole espacio mientras que veía a mi alrededor, veía el bosque y a varios caminantes tirados en el suelo, muertos. Suspire, estirando mis manos y mis piernas, intentando de calentar mis músculos. Mientas que me acercaba a los caminantes, viendo sus manos vacías sin cuchillos, no eran ellos pero se que los había atraídos para cazarnos. Se dirigían a Alexandria y no habría forma de que llegáramos primeros que ellos, y eso me arrancaba el corazón.

—Debemos irnos, hay que llegar a Alexandria.—observe a Jayden levantarse de la orilla del río, sacudiendo sus manos para secarlas.—No podemos quedarnos aquí a esperar a los demás, si fuera ellos, también volvería a Alexandria.—me dijo, acercándose a mi mientras se doblaba al suelo y recogía su arma.

—Ella mandará la horda hacia allá, parte de lo que tiene, destruirá nuestro hogar. Debemos crear un plan.—le comenté a Jayden, mientras que este al igual que yo, nos quedábamos parados frente a frente.

—Aliana, ella fue clara. Quiere matarte, quiere territorio y poder, pero más allá, verte muerta. El único plan es sacarte viva a ti y a tus hijos de Alexandria, llevarlos a un lugar seguro.—me dijo, mientras que me alentaba a caminar a su lado, lo cual no tarde en hacer.—Escucha, no quiero ir por encima de lo que deseas hacer pero tus hijos me importan demasiado y se que deben estar asustados, quiero llegar a Alexandria, aunque sea mi último día en la tierra, es lo único que deseo hacer y te llevare conmigo allá.—añadió, mientras veía como avanzaba con rapidez para adentrarse al bosque.

—Jayden, no van a parar y no quiero arriesgarlos. No finjas que vas a seguir con un plan, Michonne no está aquí. Estamos tú y yo, nos conocemos de años, y sabes lo que va pasar. No fue la única que sintió que Alfa hablaba en serio.—me detuve ante mis palabras, viendo como Jayden se detuvo dándome la espalda.—Va a encontrarme y va a matarme de igual forma, va hacerlo.—él se giró, mirándome fijamente y negó.

—Si va a matarte, entonces va tener que matarnos juntos. Porque todos estamos juntos en esto y aunque te duela que sea así, somos una familia y no solo te protegemos a ti, nos protegemos a todos, protegemos a tus hijos. Porque te lo debemos, porque yo te lo debo a ti y se lo debo a Carl.—masculló con algo de rabia, mientras que volvió a darme la espalda para proseguir caminando.

—No voy a permitir que mueras, cuando es tu tiempo de ser feliz. De amar a alguien, vas a ser padre Jayden y no sabes el hermoso sentimiento que es serlo.—continué hablándole, caminando a su lado y viendo como evadía mis palabras.

—Creo que ambos estamos tarde para amar, Aliana.—deje de mirarlo ante esas palabras, ante esas duras y frías palabras que eran las más sinceras que había escuchado.—No importa lo que pase, lo que esto nos cueste. Debemos sobrevivir el día para llegar a Alexandria, porque sin importar que, sin importar cuán tarde sea para yo amar a Rosita o tu amar a Ethan, debemos hacer que valga la pena el esfuerzo de haberlo intentado.—suspiro, deteniéndose a lo que no tarde en hacer lo mismo, estando frente a él.

—¿Qué tal si no llegamos a tiempo?—le pregunté, viendo como él sonreía de lado y se encogía de hombros.—¿Qué tal si morimos en el intento?—añadí a la pregunta, mientras que alanis estábamos en el medio del bosque, en la nada.

—Si no lo logró, me prometerás que irás hacia ella y le dirás cuanto la ame. Si ambos no llegamos, entonces moriremos juntos, empezamos juntos; morimos juntos.—no tarde en estrechar mis brazos para abrazar con fuerza a Jayden y sentir sus brazos acorralarme en un gran abrazo.

—Terminaremos lo que empezamos.—susurre sonriendo mientras que sentía esas ansias de llorar ante esas palabras llenas de melancolía que Jayden claramente expresó pero abrí mis ojos grandemente cuando visualicé detrás de él, uno de ellos observarnos.—¡Jayden!—me aislé de él, empujándolo para desviarlo del susurrador pero sentí como fuertemente me golpearon la cabeza.

La vista se tornó nublada mientras que caí al suelo fangoso, mi vista se opaco ante la gran iluminación del cielo, mientras que mis piernas eran sostenidas a lo que sentí como me arrastraban. Intentaba de incorporarme para arrastrarme por el suelo, pero el dolor de cabeza me invadió lo suficiente para dejarme inmóvil. Sentí como me elevaron en el aire y intentaba de buscar a Jayden pero mi vista continuaba opaca. El sonido de un disparo molesto mis oídos, creando un pitido. Mi cuerpo perdió el balance, cayendo por un fangoso risco ante un empuje, sentí como manos manoseaban mi cuerpo en busca de sostenerme. Mientras que aún intentaba de retomar el aliento, de retomar la conciencia de lo que estaba pasando. Cerré mis ojos, sintiendo mi cuerpo débil y no tarde en retomar mi vista. Estaba tirada en el suelo, un suelo lleno de fango mientras que a mi alrededor había un susurrador tirado a mi lado con sangre desprendiendo de su pecho. Gemí ante el leve dolor de cabeza, mientras que intente incorporarme.

No tarde en levantarme, sintiendo mi respiración agitada mientras que visualice a varios susurradores a aparecer frente a mi. No tarde en maldecir para así, empezar a correr, huyendo de ellos sin saber el paradero de Jayden. Empecé a correr con fuerza, sintiendo como me perseguían y la adrenalina corría por todas mis venas mientras que aún me sentía debilitada y desorientada ante el golpe que recibí en la cabeza. Saque de mi estuche aquella arma, alzándola en el aire y dando levemente un tiro, que estaba segura que si Jayden estaba alrededor, captaría su atención. Corría a través de los bosques pero ante el suelo fangoso, no tarde en resbalarme, dándole ventajas a ellos de alcanzarme. Volví a retomar el balance, empezando a correr nuevamente a través de los árboles, logrando visualizar a Jayden a través de ellos, corriendo. No tarde en silbarle, esperando captar su atención y este no tardo en silbar para atrás, a lo que empecé a correr hacia él, hasta que mi cuerpo fue empujado contra el suelo con brusquedad.

Sostuve mi arma con fuerza, alzándola pero las manos llenas de tierra de aquel susurrador apretaron mis manos, alzándola y golpeando mi estómago con su rodilla. Lo que me hizo caer al suelo arrodillada, dejando caer mi arma. No tarde en incorporarme, sintiendo un talón golpear mi boca, logrando morderme mi lengua. Gruñí, sintiendo el amargo líquido de la sangre mezclarse con mi saliva. Ante el susurrador volver a repetir la acción, agarre su pierna, logrando que cayera al suelo. Lo que no tarde en coger mi navaja y clavársela al próximo susurrador que se acercaba a mi. Se la deje encerrada, doblándome y cogiendo mi arma para acercarme a él, y dándole un tiro en la cabeza sin excepción. Saque mi navaja de su estómago, viendo la sangre salpicar, girándome al sentir al otro levantarse del suelo. No tarde en darle un codazo en su mandíbula, se reincorporó mientras que eleve mis nudillos, mostrándole que sería una pelea limpia y sonreí de lado.

—Vamos, peleemos como mujeres.—le rete, describí su género ante anteriormente escuchar su gemido por mi golpe, vi como se desgarró la máscara, mostrándome su rostro lleno de suciedad.

—Vamos a despedazarte hasta que mueras.—me amenazo, alzando sus nudillos para aceptar mi reto.—Ella va encontrarte, si no te mato yo, te mata el.—me amenazo, a lo que reí.

—Prefiero morir en sus manos que en las suyas, eres muy débil.—le reí en su rostro, a lo que ella se acercó a mi, elevando su nudillo a mi rostro pero no logró golpearme.

No tarde en tomar su brazo, para sostenerlo detrás de su espalda y darle una patada. Distanciándolas de mi, ella se giró molesta y con mis palmas, le alenté a que atacara. Ella volvió hacerlo, empujándome y sentí como unos brazos me agarraron con fuerza. Enfadada ante dos personas contra mi, forcejee viendo como ella se acercó a mi para golpearme pero no tarde en elevar mis piernas ante el sostenimiento de otro susurrador, golpeando su estómago y logrando que ella gimiera, le había roto la boca, al igual que como me hizo a mi. No tarde en impulsar mi cuerpo hacia atrás con fuerza, logrando que su cuerpo también se fuera para atrás, lo golpee con fuerza contra el árbol, logrando que sus brazos me soltaran. Me giré con rapidez al ver como aquella mujer iba hacia mí para atacarme, pero el susurrador detrás de mi se había incorporado con rapidez, logrando empujarme al suelo, logrando que ella golpeara mi estómago nuevamente. Gemí levemente, escupiendo sangre de mi boca. Visualizando otros pies acercarse, alce mi mirada, viendo a otro susurrador.

—Vamos a llevarte con ella, con o sin vida.—me dijo, se veía altamente grande y fuerte, jamás lo había visto pero este alzo su mirada pareció distanciarse ante otros pasos escucharse, intentaba retomar aire.

—Dos hombres contra una mujer, no se quién tiene más huevos.—sonreí de lado, sonreí cuando giré mi mirada y visualice a Ethan junto a Daryl estar frente a mi, no tarde en aceptar la mano de Ethan, levantándome y quedando a su lado.—No me iría sin ti.—me susurro, mientras que los tres miramos a nuestros tres oponentes.

Ambos nos miramos, viendo como Daryl y aquel grande susurrador se miraban fijamente, parecían conocerse anteriormente pero tan solo mordí mis labios y los seis nos acercamos mutuamente, empezando un combate. Sentí como aquella susurradora arañó mi rostro, ambas cayendo al suelo ante el resbaloso fango. Visualice como Daryl y aquel susurrador se golpeaban mutuamente de pie, mientras que Ethan y el otro que me había atacado, se golpeaban con brusquedad. El peso de aquella susurradora me retuvo el aire, mientras que apreté su cuello con fuerza, hasta que ella se salió de encima de mi. Me levante del suelo, sintiendo como sus nudillos se plasmaron en mi mejilla con fuerza, a lo que sentí un leve calentón. Ante su otro golpe, no tarde en jalar su cabello con fuerza, acercando su cuerpo hacia mi, y apretándole el cuello con mis brazos, pero esta golpeó mi rodilla con el talón de su pie, haciendo que me alejara de ella. Gemí levemente, chocando con el hombre con quien Ethan peleaba, este me miro, empujándome con brusquedad al suelo.

Mientras que Ethan pareció incorporarse de un suelo, dándole un leve golpe en el rostro ante la acción que cometió contra mi. Volví a gemir ante sentir nuevamente un golpe en mi mandíbula, me incorporé con enfado, esa hija de puta iba a morirse. Me acerqué con brusquedad hacia ella, empujando su cuerpo por la colina fangosa, ambas cayéndonos. Me incorpore, viendo como ella aún estaba arrodillada intentando de levantarse. Le proporcione una patada en su nariz, haciendo que se cayera de lado. Pero esta nuevamente se levantó, acercándose a mi con rapidez pero esquive su golpe a mi rostro, logrando yo proporcionarle uno, mientras que esta saco de su bolsillo una navaja. Reí, invitándola a atacarme. El filo de su navaja rozó mi mejilla, sentí un leve ardor pero no tarde en en atrapé nuevamente su mano cuando fue atacarme, quitándole la navaja con rapidez y sin más remedio, se la incrusté en su estómago. Ella gimió, cayendo al suelo, mientras que le saque la navaja y volví a incrustársela, llenando mis manos de sangre. La saque, viendo como ella cerró sus ojos, inconsciente.

—Nosotros ganamos.—suspire, sacudiendo la navaja para quitarle la sangre mientras que escuche un revuelto y al alzar la vista pude ver a Ethan junto a Daryl rodando por la colina, ambos llegando a mi lado gruñendo.

—Hijo de puta... —Ethan arqueó la espalda mientras que eleve la vista a la colina, viendo aquellos dos susurradores mirándolos pero tan solo vi como Ethan alzó su arma y le disparó al que me había atacado, este cayó por la colina, hasta nosotros; muerto.—Cabrón.—masculló nuevamente, intentando de incorporarse mientras que el otro se fue, me quede mirando fijamente a Ethan y este al igual que yo, no tardamos en acercarnos con rapidez para abrazarnos.

—Mi amor... —susurre en su oído mientras lo abracé, lo abracé con emoción de tenerlo aquí, rápidamente compartimos un beso, mientras que a nuestro lado, Daryl se incorporaba, mirándonos.—Estás completamente jodido.—le dije, viendo su rostro golpeado pero este no tardo en parecer burlarse de mi.

—A ti te rompieron la boca y casi la nariz, creo que estás más jodida que yo.—me respondió, mientras que este a mi lado miro a Daryl, riéndose. Me aislé de Ethan, mirando aquel arquero, como me miro y no tarde en abrazarlo.

—Mucho tardaste.—sonreí ampliamente sentí como Daryl Dixon acepto mi abrazo, cerré los ojos calmando mis emociones de tristeza ante por fin dar el paso de enfrentar esto.

—Lo siento... —le susurre unas disculpas, unas disculpas que pronunciaban lo dolida que estaba por el dolor que estaba pasando, por la pérdida de mi hermana. Daryl y yo nos separamos del abrazo, ambos mirándonos fijamente. Mientras que Ethan parecía examinar los cuerpos.

—No tienes que disculparte por algo que no fue tu culpa.—llevo su mano a mi hombro, palmeándolo mientras que le sonreí ante eso.—Somos familia.—asentí rápidamente ante eso.

—¿Cómo llegaron hasta aquí?—pregunté, murándolos, viendo como Ethan se acercaba a mi, mientras que Daryl también examinaba los cuerpos.—¿Donde están Carol y Michonne?—pregunté ante no verlas aquí, ante ver que ellos no habían venido con ellas.

—Los disparos, siempre usas la misma técnica.—me respondió Daryl, colocándose frente a mi.—Carol y Michonne deben estar llegando a Hilltop. Nosotros nos encontramos hace unas horas, luego decidimos dividirnos, volvimos por ustedes.—me respondió Daryl, mientras que Ethan descansaba recostado de un arbusto.

—¿Por qué irían a Hilltop?—pregunté curiosa ante eso, viendo como Daryl y Ethan se miraban de manera nebulosa, lo que me creo más curiosidad.—Díganme.—les pedí.

—Michonne y Carol esperan poder enviarle a Maggie una carta, requiriendo su ayuda. Pero hablarían primero con Alden, iremos a Alexandria a sacar a los niños de ahí, para llevarlos a Hilltop. Ahí estarán a salvo de los susurradores.—me respondió Daryl, a lo que levemente entendí la situación.

—Alexandria será el campo de batalla, ¿no?—pregunté, viendo como Ethan asentía. A lo que empecé a restaurar mi aire, llevando mis manos a mis caderas y dando leves vueltas.—¿Cual es el plan?—volví a preguntar, sabiendo que ellos ya tenían todo ajustado.

—Quienes quieran quedarse a pelear en Alexandria, lo harán, quienes no; se irán. El punto es, que vamos atacarlos y no esperaremos a que te localicen. Ponemos en riesgo nuestro hogar, pero salvamos tu vida y las de todos, no solo es por ti, es por nosotros. Los niños estarán protegidos en Hilltop, no irán por ellos.—asentí ante la respuesta de Ethan a eso, a lo que lo mire fijamente sin decir nada.

—Ella debe saber que aún estás en el bosque, piensa que no llegarás a tiempo para escapar, nos acorralará allí pero la estaremos esperando.—añadió Daryl al plan.—Michonne lo tiene todo preparado, nosotros debemos estar listos antes que todo.—lo mire, sabiendo las ganas que deseaban de protegerme.

—Debemos buscar a Jayden, él debe estar cerca.—comenté, ante mi compañero correr a través de los bosques para escapar de los susurradores.—No me iré sin él.—les dije, para ajustar mi cinturón y buscar mi arma en la colina.

—Jayden debió haber continuado el camino al norte, debió seguir a Alexandria.—me comunico Daryl, subiendo la colina junto a Ethan a su lado.

—¿Habremos matado más caminantes juntos?—le preguntó Ethan a Daryl, confundida los mire viendo como ellos se sonreían.—Daryl y yo apostamos contra Jayden, él dijo que mataba más caminantes que nosotros dos juntos. Apostó su escopeta.—me aclaro Ethan, a lo que asentí, al menos ellos sabían como divertirse.

—¿Apostaron por una escopeta?—pregunté, viendo como ellos se encogieron de hombros.—Patético.—dije pero sonreí ante eso, sonreí ante ver como Daryl y Ethan parecían estar cómodos ante su mutua presencia.

Ellos sacudieron su ropa, la cual estaba más ensuciada que la mía. No tarde en sacudirme también mientras que sentí algo de dolor en mi cuerpo, creo que debía tener más de una fractura en mi espalda con todas las caídas que me he dado. Suspire, recogiendo mi arma y guardándola. Detrás de mí aparecieron aquellos dos hombres, quienes se acercaron a mi. Ethan se puso a mi lado, alentándome a caminar pero estiré mi mano para atrapar la suya, entrelazando nuestros dedos. Él me sonrío, y ambos, caminamos juntos por el bosque junto a Daryl, quien iba más adelante. Mis emociones se calmaron cuando sentí su tacto, él caminaba a mi lado pero me protegía, sentía como siempre me guardaba detrás de sus espaldas. Aún recuerdo el día en que lo conocí, en que su arma me apuntaba fijamente pero sus ojos demostraban la nobleza de no herirme. Apreté su mano, sintiendo su calor. No podía dejar de mirarlo, de mirar su rostro sin importar cuán sucio estuviera. Deseaba tanto que las cosas terminaran de una forma tan diferente, deseaba que lo nuestro fuera más largo de lo que fue la última ves que ame a alguien.

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Solo dos capítulos más para el gran final. De verdad que me siento melancólica, quien diría que ya la terminaría tan pronto.

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