[𝟙.𝟜] 𝕞𝕖𝕖𝕥𝕚𝕟𝕘 𝕥𝕙𝕖 𝕋𝕒𝕣𝕘𝕒𝕣𝕪𝕖𝕟 𝕤𝕚𝕓𝕝𝕚𝕟𝕘𝕤
La reina Alicent acompañó a la prometida de su hijo Aemond al un cuarto para que Eaddelyn pudiera descansar luego del largo viaje que hizo. Alicent toca la puerta con delicadeza dejando ver que habían llegado con la princesa Helaena Targaryen.
-Se puede pasar?- pregunta Alicent. Helaena sólo asiente tímidamente desviando la mirada en la castaña -quiero presentarte a Lady Eaddelyn Stark, la futura esposa de tu hermano Aemond- introduce a su hija.
Helaena saluda haciendo un gesto con su mano -hola, Lady Stark.
Eaddelyn se acerca a la princesa -me puedes llamar Eaddelyn- resalta de nuevo el hecho de su incomodidad cuando la llaman lady.
Ignora el reclamo de la norteña -has visto a Aegon?- pregunta la reina.
-No- responde en seco.
Alicent carraspea -se supone que tenía que asistir a sus lecciones semanales con ser Criston- bufa llamando la atención de la lobo.
-Lecciones?- pregunta con deseo.
Dirige su mirada a Eda -precisamente. Mi hijo me prometió que estaría yendo una vez a la semana a practicar con ser Criston. Dónde se habrá metido?- cuestiona con frustración mientras camina en círculos.
-Puedo ir?- pide Eaddelyn entusiasmada.
La reina queda extrañada ante los gestos de emoción por parte de la norteña -quieres ir a ver las lecciones de combate?
-Me gustaría participar en ello- aclara.
Madre e hija se lanzan unas miradas fugaces -es mejor que no te hagas daño un día antes de tu boda, La- que diga, Eaddelyn- niega finalmente Alicent saliendo del cuarto.
La castaña suelta un suspiro de decepción -gusta que le traigamos ropa más cómoda, milady?- preguntaba una de las sirvientas a Eda.
Esta se da cuenta que aún portaba su atuendo del norte, debajo todo era hecho de cuero flexible desde la chaqueta y pantalones, y arriba la cubría una capa hecha con pelaje de animal -no será necesario. Sólo le encargo que traigan mi valija donde tengo el resto de mi ropa.
La sirvienta asiente -enseguida, milady.
Dejan solas a la princesa y la norteña -te molesta si te pregunto por qué te molesta que te digan "milady"?- interroga respetuosamente Helaena.
Eda deduce las cualidades de la princesa: es amable, cuidadosa, sincera y tranquila. Todo lo opuesto a lo que era la castaña quien era extrovertida, energética, fría y desafiante -simplemente aspiro a destacarme algo más que una simple doncella- detalla.
-Ya veo- desvía su mirada a su manta que estaba cosiendo -muy pronto estarás de blanco y negro- decía con una voz en bajo despertando la curiosidad de la lobo. A qué se refería con ello la princesa? Será porque Eaddelyn viste constantemente de negro y vive rodeada de nieve por Invernalia? Esto es una ilusión de que pese a estar en Desembarco del Rey no dejará de portar el símbolo de su casa Stark? Quizá.
Mientras Lady Stark vagaba en sus pensamientos, un chico alrededor de 12 años con cabello plateado y lacio llegando casi a su cuello ingresa al cuarto -Helaena! Helaena!- exclama agitado -has visto mi espada?- pregunta.
Helaena sólo se limita a alzar los hombros y es Eaddelyn quien responde -te ayudo a buscarla- ofrece como voluntaria.
Parecía una perfecta oportunidad para conocer a los hermanos de su futuro esposo y así ganarse la confianza de ellos con la intensión de ir ganando la confianza de la reina Alicent. El chico observa a la norteña extrañando al nunca verla antes -quién eres?- pregunta curioso.
-Soy Eaddelyn Stark de Winterfell- se presenta cordialmente.
Los ojos del platinado se iluminan -eres la pupila de nuestra madre- hace memoria -soy el príncipe Daeron, un gusto conocerte- le sonríe -y te agradezco que me ayudes.
Sonríe levemente al príncipe Daeron y juntos salen del cuarto una vez que Eda se despide de la princesa -en que lugares has estado desde la ultima vez que viste tu espada?- intenta ayudar.
Daeron intenta recordar -estuve en mi cuarto, luego en la cocina, luego en la sala común. Pero ya revisé en esos lugares y nada!- insiste.
-Estabas en compañía cuando te encontrabas en aquellos lugares?
Con eso bastó para que el menor de los Targaryen se acordara -si!! Mi hermano Aegon y yo desayunamos juntos. Yo dejé a un costado mío y de Aegon la espada. Debió tomarla para molestarme! Agh! Lo debí suponer!!- maldice.
-Bueno, supongo que ya sabemos a dónde ir- afirma la norteña.
-Oh no... pero mi hermano siempre trae compañía en su cuarto- detiene Daeron.
-Hoy no está en su cuarto, tu madre busca de él por todo el castillo, me imagino que ha revisado su habitación y no estaba presente- define con inteligencia.
El príncipe deja escapar una enorme sonrisa -tienes razón!! Vamos!- sale corriendo con Eda por detrás alcanzo su paso y una vez que llegan a la recámara del príncipe Aegon, abren la puerta con cuidado. Cuando ingresan los ojos de los jóvenes directamente se desvía en la espada del platinado recargada justo en la ventana -ahí está!!- la toma con demasiada emoción -eres brillante, Eaddelyn!- halaga el príncipe.
-Gracias, príncipe Daeron.
Ambos estaban tan distraídos que ni se dieron cuenta que alguien se aproximaba a ellos. Su voz es la que hace desviar su atención del otro -qué creen que hacen aquí?!- cuestiona con desagrado un chico con el rostro con ojeras reflejando cansancio, vestía de simples trapos sucios que hacían suficiente para cubrir su cuerpo y por último su cabello demasiado desaliñado.
Eaddelyn escucha tragar saliva al pequeño Daeron -buscaba de mi espada. Tú te la robaste! Es un regalo de papá!- excusa.
Gracias a las palabras del chico, la castaña se hizo la idea de que la persona enfrente a ellos era el primer hijo varón del rey Viserys Targaryen -de verdad crees que papá te la dio?- responde con una risa sarcástica -él no le importamos. Ya deberías saberlo- acepta Aegon.
-Mamá dijo que nuestro padre me la mandó a hacer!- insiste Daeron.
-Y todavía lo crees!- argumenta burlón -eres más tonto de lo que pensaba.
Eaddelyn no se iba a quedar atrás, y menos recordando la vez que Aegon intentó manosearla sin su permiso -pues déjame decirte que tú no te quedas atrás- defiende al príncipe Daeron.
Aegon desvía su mirada a la norteña -te conozco de algún lado?- pregunta apenas señalándola con su dedo.
-Lo dudo, con tanto vino me imagino que te afectó el cerebro a tal grado de no poder pensar, tan siquiera- lo observa desafiante.
El mayor de los Targaryen intenta caminar hacia Eaddelyn pero el pequeño Daeron interviene poniéndose frente a la lobo alzando su espada -no tendré miedo de usar contra ti- dice con firmeza.
-Pff! Aún ebrio puedo con un niño de doce años y una mujercita- revela Aegon egoísta.
La morena no iba a tolerar que cualquiera la subestimara. Por lo que cuando el príncipe Aegon intenta arrebatarle la espada a su hermano menor, Eda anticipa la acción y toma primero la espada de Daeron, seguido de hacer que Aegon tropiece con sus propios pies y caiga rodando al suelo lastimándose su rostro. La norteña apunta con la espada directo a la cara del príncipe caído.
-Hasta predecible saliste- le devuelve la burla.
Los dos príncipes Targaryen quedaron impresionados y asombrados ante las habilidades de Lady Stark -ya sé quién eres!!- por fin Aegon hace memoria -la amante de mi hermano Aemond!- suelta un par de carcajadas -el menso no para de hablar maravillas de ti. Ahora ya veo de lo que habla- se pasa su lengua por sus labios.
-Entonces sabes de lo que soy capaz de hacer si planeas ponerme un dedo encima- amenaza con autoridad.
-Oí que estás aquí para casarte con Aemond- suelta -menos mal que yo no soy el desafortunado- replica.
-Aww, ardido porque no estas en el lugar de Aemond?- responde Eda sarcástica.
El hermano mayor niega con la cabeza -si fueras mi esposa, pondría Lágrimas de Lys en tu bebida- amenaza.
La norteña rueda sus ojos sonriente -si fueras mi esposo, lo bebería sin dudarlo- contesta muy de acuerdo con Aegon haciendo que este se le borre la sonrisa.
-Así es, Aegon- Aemond llega también a la habitación a las espaldas de su amada caminando hacia ella -ella es mi futura esposa- complace orgulloso mientras la acerca tomándola de la cintura y besando esos deliciosos labios.
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