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Capítulo 9.


¡Atención! continúa el smut sadomasoquista extremo, leer bajo su responsabilidad, contenido sexual explícito.


















Taehyung sonríe entonces, apartándose de los labios contrarios enderezándose acomodándose mejor entre las piernas contrarias, tomándose el tiempo de girarse tranquilamente para así, desatar los pies ajenos, viéndolos cortados, sangrando viéndose malditamente estropeados, volviendo a verlo a los ojos desabrochando su cinturón quitándoselo para así, llevarlo al cuello contrario amarrándolo fuertemente en este, robándole un quejido sonoro al menor sintiéndose asfixiado, tomando lo sobrante jalándolo cómo si de una correa se tratase, viendo el modo en qué Jungkook sollozaba cuándo él jalaba fuertemente haciendo que su cabeza viniese hacia adelante ocasionando que sus brazos se tensaran y los alambres de púas se clavaran más en sus muñecas tras la presión ejercida al ser estiradas.

Una sonrisa sádica se apoderó de su expresión entonces, desabrochando su pantalón gimiendo ronco al tomar su miembro erecto dejándolo ante la vista del menor, quién abrió mucho sus orbes temeroso, haciéndole reír levemente, frunciendo su ceño bajando la mirada contemplando él mismo cómo su erección se hallaba malditamente húmeda, las gotas de presemen descendían de su enrojecido glande y prácticamente su mente le pedía a gritos entrar en el mocosito bajo suyo, embistiéndolo sin piedad.

Jungkook era virgen, sí. Pero eso le importaba una mierda a Taehyung, quién sonrió ladino luciendo malicioso, separando un poco más las piernas contrarias alineando su miembro a la entrada del pelinegro, delineándola con su glande. Podía sentir lo palpitante de esta, los muslos internos del ojiazul temblaban levemente, su propio pene se encontraba erecto sobre su vientre sangrante con las gotas de presemen mezclándose a su sangre e inmediatamente Vante asumió, que su mascota era igual de enferma que él al calentarse por ser castigado de aquella forma.

A Jungkook le excitaba el dolor en su cuerpo, la dominancia y a Taehyung, le encantaba hacerlo mierda para después follárselo.

El sadismo desconocido que poseían ambos, no parecía tener límite, uno por ser inocente, el otro tras estar malditamente demente.

Una sonrisa se apoderó de su expresión macabra al oír el leve gemido que emergió de los maltratados labios de Jungkook, cuándo él delineó su glande húmedo en el anillo muscular contrario, mandando toda lógica a la mierda apretando su miembro adentrándolo de golpe al interior del menor robándole un grito adolorido.

Jungkook lloraba mirándolo, el dolor que sentía era intolerable e insoportable, removiéndose torpemente soltando un quejido cuándo el mayor tomó el extremo del cinturón jalándolo ejerciendo mas presión en su cuello, arrebatándole el aire.

Siquiera le dió tiempo a acostumbrarse a su tamaño, mucho menos al dolor que sentía, arremetió contra su entrada sintiéndose complacido ante la estrechez de las paredes anales contrarias, gruñendo ronco comenzando a dar embestidas bruscas, hostiles y fuertes, maravillándose con el llanto incesante del pelinegro quién removía sus brazos lastimándose.

La forma en que veía su miembro entrar y salir del interior del menor, con sangre ante su ya pasada virginidad e incluso el haberlo lastimado, aquella expresión dolorida pero a la vez suplicante de más, que se apoderaba del rostro aniñado de Jungkook, su vientre sangrando denotando el nombre de su dueño en su piel, el sudor que empañaba su carita de niño putamente inocente, sonrojado envuelto en lágrimas, aquellos sollozos, quejidos y leves gemidos, que se escapaban de sus rojizos labios hinchados aún sangrantes, esa mirada angelical, cristalina e infantil, joder, todo, absolutamente, malditamente, putamente, todo, de Jeon Jungkook, era arte inefable, no creyendo haber nada que lo superase, hasta ese preciso puto momento.

—T-tae...—Escuchó entonces, alzando su mirada grisácea dejando de contemplar el curvilíneo cuerpo contrario para observar su rostro, la forma en qué Jungkook le miraba suplicante, cansado y casi dejándose vencer por las consecuencias de haber soportado tanto.—,Taehyung...

Taehyung.—Su nombre, sin titubear, dudar o interrumpirse.

Ese jodido niño había pronunciado su nombre entre sollozos y gemidos, tornándolo putamente bizarro, sucio, angelical, único e incomparable. Una mezcla de inocencia fusionada a lo sexual, volviéndolo la mejor melodía favorita para Kim, quién lejos de dar tregua pareció perder toda lógica mandándola a la mierda, jalando del cinturón de modo tal que casi logra hacer sentar a Jungkook, de no ser porqué sus manos estaban fuertemente amarradas, robándole al menor un sollozo fuerte sumado a más lágrimas por el dolor, mirándolo temeroso jadeando cuándo el castaño unió sus bocas en un beso descontrolado, adentrando su lengua a la cavidad bucal contraria, mordiendo la ajena haciéndola sangrar, volviendo aquel acto algo insano, besándolo con la sangre fusionándose a la saliva descendiendo por las comisuras de la boquita única que poseía su mascota.

Su Jungkook.

Su niño.

Su ángel.

Su mascota.

Su propiedad.

Su perdición.

Su condena.

Su única obsesión.

Suyo,—malditamente suyo, estando dispuesto a matar a quién quisiera arrebatárselo, aún si fuese a su propia familia, a Seúl completo, Kim Taehyung estaba decidido a asesinar a quiénes fuese, con tal de mantener a ese mocoso a su lado y poder hacerlo suyo cuántas veces quisiera.

—Te ves tan malditamente hermoso, gimiendo mi nombre, bebé.—Se burla apretando más el cinturón en el cuello maltratado del menor, asfixiándolo sin piedad embistiéndolo cada vez más rápido, sabiendo que Jungkook es incapaz de sentir algo más qué no sea dolor, le duele cada embestida proporcionada por el mayor, cada jalón del cinto alrededor de su garganta herida, cada azote en los cortes de su vientre que forman el nombre de Taehyung, está sintiendo pura e incomparable agonía e increíblemente, a Vante le fascina eso.

Se aparta un poco del menor saliendo de este, oyendo el quejido que emergió delator de los labios contrarios e inmediatamente, le toma de la cintura girándolo.

Gira el cuerpo de Jungkook de tal modo, qué este quedó boca abajo, con sus manos cruzándose entre si tirando de los alambres, lastimando sus brazos aún más, clavándose en su piel resultándole intolerable, sollozando alto sin entender qué pasa cuándo Taehyung separa sus piernas flexionándolas,  haciéndolo elevar el trasero apoyándose en sus rodillas. El cinturón en su cuello es girado, con el castaño jalándolo nuevamente causando que la cabeza de Jeon se eleve, descubriendo su rostro anteriormente escondido en las sábanas e inmediatamente se burla de él.

—Ahora estás en cuatro bebé, cómo el lindo perrito que eres, cachorro.—Se ríe divertido, tomando su miembro gimiendo ronco al contemplar la sangre que ha manchado este, volviendo a alinearlo en la entrada lastimada del pelinegro penetrándolo abruptamente oyéndolo lloriquear, jalando del cinturón negándole el bajar la cabeza, ocasionando que siga lastimándose, queriendo reírse de la deprorable situación en la que se encuentra el niño, gruñendo maravillado empezando a embestirlo, creyendo que la escena favorita de toda su vida, es esta dónde puede observar su pene entrar y salir del interior de Jeon.—No tienes puta idea, de lo bien que se siente romperte el culo de esta forma, Kookie, no la tienes, joder.

Se sentía malditamente bien, de hecho juraría que al mocoso le encantaba ser humillado de aquella forma, pues al inclinar un poco su cabeza a un lado, pudo contemplar el semen blanquecino y tibio de Jungkook, manchando sus sábanas fusionándose a la sangre que también es suya. Se había corrido sin ser tocado, simplemente recibiendo torturas, penetraciones dolorosas acompañadas de golpes y palabras sucias, tan bonito e inocente niño estúpido.

Taehyung rió ronco mostrándose divertido, siendo testigo del temblar notorio del cuerpo bajo suyo, con Jungkook sollozando avergonzado mostrándose perdido y débil, calentándolo en demasía los leves susurros que ocultaban su nombre en labios del pelinegro, sintiéndose malditamente bien.

Azotó con su mano libre el trasero contrario, tomándose la libertad de agarrar nuevamente su navaja dirigiéndola a la espalda contraria, sonriendo ladino empezando a trazar sus iniciales justamente en la cintura del pelinegro, siendo heridas igual de profundas que las de su vientre, riéndose ante el llanto exausto de Jungkook sin poder hacer más, pues él no hablaba, no sabía decir más que el nombre de su dueño y eso, no era una palabra de seguridad, era un detonante para Taehyung.

El tiempo parecía haber dejado de importar, escuchándose el sonido de sus pieles chocando fundido a los sollozos de Jungkook y los gruñidos o gemidos articulados por Taehyung, con este embistiéndolo sin piedad alguna, azotando las heridas que eran sus iniciales en la cintura sangrante del menor, queriendo robarse absolutamente todo de Jeon dejándolo inservible.

V estaba siendo egoísta arrebatándole todo, quitándole sus esperanzas, orgullo, humanidad, despojándolo hasta de sus propios instintos y anhelos, dejando únicamente un cuerpo débil, maltratado e indiscutiblemente suyo.

—Las inciales de mi nombre en tu espalda, perrito, son para que siempre tengas presente qué al único a quién te le pondras en cuatro cómo una jodida perra en celo, es a mí. —Sentenció dando embestidas bruscas, profundas, rápidas siendo casi descoordinadas, violentas anhelando correrse llenando al menor.—Todo de ti es malditamente mío, Jungkook, tu cuerpo, tus súplicas, tu mente, corazón, joder...—Gruñó sintiendo las paredes anales contrarias, contraerse alrededor de su miembro presionándolo de forma deliciosa y levemente dolorosa a la vez.—, tu jodido culo, que me está volviendo más loco de lo que estoy.—Jadeó penetrándolo un poco más rápido.—Mierda, Jungkookie, todo de ti es jodidamente mío y lo sabes, tú naciste sabiendo eso perrito.

Pero Jungkook no responde, no puede hacerlo pues no sabe, aunque cree qué de poder hablar sería incapaz de ponerle objeción a eso, pues muy en el fondo reconoce que Kim Taehyung nunca se equivoca respecto a sus emociones, admitiendo qué lastimosamente si, él nació para pertenecerle a ese monstruo insensible quién estaba destrozando su cuerpo, arrebatándole hasta sus añoranzas más mínimas.

Un gruñido sonoro emerge de Taehyung entonces, soltando el cinturón liberando así a Jungkook de aquel suplicio de sentirse asfixiado, llevando sus grandes manos a los glúteos enrojecidos del pelinegro, separándolos un poco para dar sus últimas embestidas profundas, sintiéndose correr en el interior del ojiazul, con su semen llenándolo e impregnando las paredes anales aún palpitantes de Jeon, haciéndolo gemir involuntariamente.

—Joder, Kookie. Sin dudas, mi amor, tu culo es lo mejor del puto mundo y mío, solamente mío.—Susurra Kim, se aparta lentamente saliendo del interior contrario y ríe contemplando la forma en qué su semen desciende aún tibio manchando los muslos internos de Jungkook, mordiéndose el labio inferior guardándose su miembro, saliendo de la cama para así, girar el cuerpo del menor disponiéndose a quitarle sin cuidado alguno los alambres aún enterrados en sus muñecas.—No me veas así, mocoso.

—Ta-tae...—Jungkook lo observa, su cuerpo sucumbe en el dolor y cansancio, sus orbes luchan por mantenerse abiertos e increíblemente cree que de dormir, no despertará jamás.—, Taehyung...

—Jodida mierda,—Bufa el castaño rodando sus ojos, no está enojado con Jungkook, tampoco le desagrada que su amada mascota esté llamándolo incluso en esa situación deplorable, no obstante le calienta y mucho, estando casi seguro de qué si el menor sigue diciendo su nombre, se lo terminará follando de nuevo.—cállate Kookie, mantén tu boquita cerrada o te meteré mi polla en ella así te callas, mientras me la chupas y te atragantas.

Jungkook obedece, no porqué le tema a la amenaza sino por estar lo suficientemente cansado sabiendo que no podrá acatar tal orden. Y es así, cómo siquiera se queja cuándo el mayor lo toma entre sus brazos cargándolo de forma tal que él pudo esconder su rostro en el pecho contrario, ahora Taehyung va a curarlo, lo sabe, no porqué el castaño se sienta culpable de haberle lastimado, sino qué para así sanarlo y lastimarlo nuevamente después, algo que no joder.

A Jungkook no le molesta, incluso, comienza a fascinarle.




















Bueno amores míos, aquí les dejo el smut TaeKook, espero les haya gustado. Es el primero de muchos, muchos encuentros sexuales Taekook, así que eso, nada más que avisarles.

Sin más por decir me retiro, les ama inmensamente JungMin Hyung Girl, nos leemos luego, adiós.

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