Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7.











Leve mensión de smut, comienzo de un smut sado que se desarrolla  en el capítulo 8. Leer bajo su responsabilidad.










Caminó sin prisa alguna a su habitación con sus pies descalzos sintiendo lo frío del suelo, manteniendo aquella sonrisa ególatra que tanto le caracterizaba.

Si nos ponemos a pensar en la personalidad de Kim Taehyung queridos míos, debemos admitir que ese simple gesto es símbolo de caos absoluto. Una sonrisa de Vante, cómo le apodaba su padre, es el pase directo al infierno mismo sin retorno y condenado a la agonía.

Y en este momento sonreía, joder.

Se detuvo ante las enormes puertas de su habitación tomando ambos picaportes abriendo bruscamente, alzando una ceja ladeando su cabeza pretendiendo no perderse en la imagen divina ante sus ojos.

Si conoces a Kim Taehyung, has de saber que lo qué simboliza divinidad ante sus orbes, es objeto de obsesión para él. Y si, estaba malditamente obsesionado por ese mocoso.

No ha olvidado su promesa de jugar con su amada mascota, incluso eso se disponía a hacer cuándo se vió obligado a detenerse escuchando la pelea de golfas que tenían Jimin y SeokJin.

Pero ahora nada lo detendría, había llegado el momento que esperó durante todo el puto día y no maldición, nadie se lo quitaría.

Aquella imagen era simplemente maravillosa, el tono blanquecino de su piel única e incomparable, la desnudez completa de aquel cuerpo inocente y virginal. Sus azules orbes luciendo cómo dos inmensas galaxias llevándolo a lugares desconocidos, la forma en qué respiraba errático mirándole nervioso, mordiéndose el labio inferior tornándolo más rojizo de lo que ya era naturalmente, lo sonrojado de sus mejillas, su azabache cabello luciendo desordenado, todo de ese mocoso era malditamente perfecto sin poder ser descrito con palabras simples.

Fue entonces qué Taehyung encontró una nueva palabra para describir a su Jungkook, inefable.

El menor era simplemente inefable, algo irreal, una maravilla que no podía ser descrita en palabras, no existía nada que pudiese describir su perfección, no existe absolutamente nada más perfecto que Jeon Jungkook ante los orbes de Taehyung, quién habiendo visto tantas maravillas en el mundo, cree nunca haber visto algo tan hermoso cómo ese niño de ojos azules.

Su Jungkook era químerico e inefable.—Único para alguien tan caótico e insano cómo él.

El castaño sonríe ladino cerrando las puertas tras él permitiéndole a Jungkook el admirarlo, con el menor siendo un torrente de emociones desconocidas asustándolo internamente. Pues aún cuándo lo niegue, Taehyung es hermoso e irreal.

Se ve tan jodidamente perfecto con su abdomen descubierto de piel manchada por la tinta de tatuajes adueñándose de su pecho y hombro izquiero, con esos felinos orbes grisáceos tornándose peligrosos, amenazantes. Jungkook no quiere admitirlo, pero la sonrisa de Taehyung es lo más engañoso del mundo ante él, pues luce tan malditamente bondadosa e inocente, que es capaz de lucir cómo un ángel personificado, no obstante oculta un sinfín de atrocidades capaces de helarte la sangre, atemorizarte y traumarte a tal punto de no poder dormir preso de las pesadillas horrorozas que se adueñarán de tu jodida cabeza perturbándote.

Vante es el demonio más siniestro, macabro e insano, del maldito mundo y Jungkook se está enamorando, maldición.

Está encontrando bondad en la mentira, compación en la manipulación, amor en el sadismo, placer en el dolor y eso, eso es jodidamente malo para ambos, pues Jungkook puede enamorarse totalmente mientras Taehyung podría terminar confiando, aceptando, cuidando e incluso protegiendo.

Digan ustedes ¿quién perdería más? ¿el Diablo al amar a un ángel, sabiendo que una vez su corazón vuelva a latir por amor, podría ser su fin? o quizá ¿el ángel? ese a quién sólo se arrancarán sus alas siendo condenado a un destierro seguro.

Recuerden qué el ángel sabe que será desterrado por amar al Diablo, mientras que este, no sabe que su corazón volverá a latir por su ser celestial, cambiándolo para siempre dándole una debilidad.

Es por eso queridos lectores, que los ángeles le llaman placer divino, los demonios castigo infernal y los simples humanos mortales, le llamamos amor.

Díganme ustedes entonces ¿quién perderá más después de esto? ¿Taehyung o Jungkook?

—¿Tienes miedo, mi amor?—Pregunta con burla el mayor acercándose a la cama, se sienta justamente a un lado del menor manteniendo su expresión burlona analizándolo e increíblemente el pelinegro asiente.—, tienes miedo ¿de mí?—Jungkook niega confundiéndolo.—, ¿entonces?

Miedo a quererte, Taehyung.—Piensa el ojiazul, más siquiera se molesta a responderle. Sabe de memoria en estos pocos días conviviendo con el mayor, qué el sembrarle más dudas a V es motivo de desconfianza incrementada y no joder, no quiere recibir castigos sin haber cometido faltas.

Es por esto quizá que simplemente se sienta en el colchón aún sintiéndose algo avergonzado por su desnudez, alzando ambas manos temblorosas llevándolas al rostro contrario acunándolo con delicadeza e inocencia propia de alguien cómo él, inclinándose hasta unir sus labios a los contrarios tomando a Taehyung por sorpresa.

El mayor no entiende el por qué su mascota lo está besando de forma torpe e inexperta, pero si comprende qué este no quiere expresarle sus miedos temiendo que sean utilizados en su contra, aún cuándo Taehyung va un paso más adelante siempre, aunque este sepa qué el miedo más grande de Jungkook es sentir cariño hacía un monstruo cómo él.

Entonces corresponde sin dudarlo más, cierra sus ojos llevando sus grandes manos a la estrecha cintura del pelinegro, tomándola con posesividad, acercándolo más a él de modo tal que Jungkook termine cediendo sentándose en su regazo con una pierna a cada lado del contrario.

Puede que Taehyung se esté volviendo más loco de lo que ya está, pero ciertamente para un demonio cómo él, el besar la boca de Jungkook se asemeja a tocar el cielo mismo sintiéndose Dios por un momento, se abre paso entre los belfos contrarios adentrando su lengua a la cavidad bucal del pelinegro recorriéndola, acariciando la contraria siendo testigo del jadear sonoro expresado en el niño e internamente sonríe.

Jungkook siempre cede ante sus caricias y besos desde que llegó a sus manos, pero no es por conveniencia ni miedo, por supuesto que no, él termina cediendo tras desear más.

—Eres tan hermoso, perrito.—Susurra en sus labios entre abriendo sus grisáceos orbes encontrándose los azules contrarios mirándole inocentemente. Y pronto entiende su propia referencia.—mi inefable príncipe.

Los ojos de Jungkook son tan azules que pueden ser comparados con un océano meciéndose salvajemente tras la tormenta grisácea que son los orbes de Taehyung destellando en brillos cómo si fuesen relámpagos alumbrando la oscuridad de su alma, al maravillarse con aquella celestial mirada inocente y necesitada de su falso amor.

—Tae...—Es lo único que articula el menor no pudiendo decir más, pero siendo suficiente para el mayor quién sonríe ladeando su cabeza contemplándolo.

Las grandes manos de Taehyung se deslizan desde los muslos contrarios subiendo lentamente y sin pudor por los glúteos del menor ascendiendo a su espalda delineando su espina dorsal, causando que Jungkook se erizara jadeando ante las caricias del mayor sobre su piel, manteniendo su frente apegada a la contraria mirándolo sin siquiera rehuir su mirada un instante, aún cuándo se encuentre malditamente sonrojado, avergonzado y vulnerable, mantiene el contacto visual creyendo qué de romperlo, V volverá a comportarse brusco e insensible con él.

Sin embargo las cosas parecieran estar a su favor en ese instante, pues desconoce los pensamientos que surcan la cabeza del castaño, cuándo este deja de mirarlo inclinándose a su cuello comenzando a esparcir besos húmedos haciéndolo cerrar sus orbes llevando una de sus manos a la nuca contraria enredando sus finos dedos en la cabellera ajena.

Taehyung muy por el contrario a la ocasión anterior está acariciándolo solamente, sus manos se deslizan cuál pinceles por la piel contraria comparándola con un lienzo en blanco, uno qué quisiera pintar de escarlata tiñéndolo del rojizo de su propia sangre, conteniéndose.

Jeon Jungkook es arte para Taehyung, su pequeña e incomparable pintura irreal e inigualable, su propiedad, su muñeco, su debilidad hecha ángel.

No lo admite, quizá no lo admitirá nunca, pero le está resultando más que un simple capricho, se vuelve algo más profundo e increíblemente no le desagrada.

Pero no mis queridos lectores, no es amor lo que Kim Taehyung siente, personas cómo él son incapaces de sentir cosa tal.

Es una obsesión, un deseo pasional tornándose inmenso e irrevocable, un anhelo de posesión absoluta, de sumisión inmensa, un sentimiento de debilidad odiada e insana, una necesidad.

Aunque ciertamente a mi parecer, la necesidad aveces puede resultar más inmensa y peligrosa que el amor mismo.

El amor puede morir y superarse, la necesidad enfermarnos, enloquecernos, matarnos.

Un demente obsesionado es mucho más peligroso que un enamorado no correspondido y en este caso, la primer definición es la de Taehyung siendo la segunda un reflejo de Jungkook.

El menor jadea sonoro cuándo sin previo aviso su cuerpo es trasladado nuevamente a la cama, siendo recostado en el colchón con sus piernas flexionadas apenas manteniéndose un poco separadas, Taehyung sonríe entonces apartándose del cuello contrario para volver a mirar sus hermosos orbes que denotan sorpresa, llevando su mano al muslo del menor recorriéndolo mientras asciende hasta su cadera apretándola lo suficiente cómo para robarle un quejido bajo, incliándose a los belfos rojizos del pelinegro besándolo de forma demandante abriéndose paso con su lengua, trazando una línea imaginaria desde el vientre ajeno a su miembro semi erecto, acariciándolo con su dedo índice.

—Resulta fascinante el modo en qué reaccionas tan rápido a mis caricias, bebé.—Se burla el mayor sonriendo contra los labios contrarios, no obteniendo más que un gemido en respuesta por parte de su sonrojado niño, maravillándose ante aquella mirada suplicante ansiando ser tocado aún más.—Dímelo,—Pide alzando una ceja, observando la confusión en Jungkook quién parpadea frunciendo apenas su ceño.—¿de quién eres Kookie?—Pregunta deslizando su mano abriéndose paso entre los muslos internos del menor, acercando dos de sus dígitos a la entrada tibia y palpitante, haciéndolo sonreír ególatra.—, sabes cuál es la palabra, mi amor, tú la conoces.—Continúa ejerciendo presión fingiendo adentrar un dedo en el anillo múscular contrario.—Dímela.

Jungkook lo mira relamiendo sus labios, respirando agitado manteniendo una de sus manos sobre el pecho contrario, siendo testigo de los latidos serenos del corazón frío que posee Taehyung, rebuscando en su mente la forma de poder articular la primer palabra que llegó a su cabeza, creyendo qué es la correcta.

Muerde su labio inferior volviendo a fijar su azulada mirada a los grisáceos ojos contrarios y entonces, no lo duda. Separa sus labios tomándose un tiempo e inmediatamente lo dice.

—Tuyo.—La palabra sale veloz de su boca desplazándose con fluidez, sonando malditamente segura sin derecho a la duda e increíblemente aún cuándo debería haber resultado Jungkook el condenado, fue todo lo contrario.

Tuyo.—Oh querido Jeon Jungkook, no debiste haberle dicho semejante palabra, no deberías haber pronunciado ese honorífico, pues aún cuándo no lo sabías acababas de condenar a Kim Taehyung a sucumbir en la locura para siempre, preso de la necesidad.

Y cómo les dije queridos lectores, un demente obsesionado es mucho más peligroso que un pobre inocente enamorado.

Ahora díganme ustedes ¿quién tiene más que perder?



















No se lo esperaban ¿eh? ok, debo admitir que este capítulo iba a subirlo después, porqué el que viene a continuación ES EL SMUT BIEN SEPSI DEL TAEKOOK, pero decidí subirlo ahora y mañana el otro o quizá ahora más tarde, depende de que tan rápido termine el capítulo de Hilo Rojo.

Ahora bien, espero les haya gustado este comienzo, porqué en el siguiente capítulo, no mis amores, no habrá romanticismo, es de Taehyung Vante, Dioso, Grey, mamadisimo, mi rey, mi religión, de quién estamos hablando.

Peero cómo ustedes son cómo yo, seguramente amen ese capítulo que es el comienzo del mucho, mucho, muchisimo, smut que contiene Unhealty.

Ahora bien, dedico a BAEKOOK95-97 y JungOberlin y sin mas me retiro amores.

Les ama inmensamente JungMin Hyung Girl, nos leemos lueguito que hoy ando inspirada y de buen humor, además que no tengo más que hacer, así que eso. Los amo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro