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Capítulo 17.






















Cuatro días, habían transcurrido cuatro días y Taehyung tomó una decisión bastante extraña.

El día anterior luego de qué Taehyung optara por hablar con sus hermanos durante lo que para Jungkook fueron horas interminables, el mayor apareció irrumpiendo la tranquilidad de su habitación diciendole que harían un viaje.

Jungkook nunca había viajado a ninguna parte, de hecho desde que llegó a aquella casa jamás salió a ningún lado. Por eso quizá le resultaba algo fascinante, sintiéndose ansioso y a la vez nervioso de a dónde iría exactamente.

Entonces allí se encontraba, preparando torpemente pero de forma entusiasmada su maleta con ayuda de Jimin, doblando sus ropas a modo algo desprolijo, emitiendo sonidos tiernos abultando sus labios en pucheros notables ante el cómo no quedaban las prendas adecuadamente.

—¿Sabes a dónde irás?—Preguntó Park dedicándole una leve sonrisa, resultándole tierno el modo en que Jungkook negó rápidamente, sentándose al pie de la cama entrelazando sus manos sobre su regazo escuchando atentamente las palabras del mayor a continuación.—, Taehyung tiene una cabaña en el bosque, bueno—Murmuró rodando sus orbes en gesto sarcástico por su propia frase. —,una casona sumamente grande, demasiado para mi gusto pero él prefiere llamarle cabaña.—Suspiró terminando de arreglar la ropa del contrario en las maletas, dejando estas a un lado en el suelo, disponiéndose a sentarse junto al pelinegro tomando las pequeñas manitos de este dedicándole una sonrisa suave.—Creo que te gustará, hay cosas muy lindas allí y les hará bien a los dos estar solos, Tae necesita un respiro e incluso tú también, sé que intentará remediar lo que te ha hecho.—Confesó, pero aún luego de haberlo dicho pudo darse cuenta que en los orbes de Jungkook se reflejaba la confusión, cómo si Vante nunca le hubiese hecho nada, cómo si Jeon fuese el culpable y eso aterró a Jimin. —Mejor dicho, la pasarás lindo Kookie, eso sí.

El pelinegro asintió aún sin comprender mucho, prefiriendo quedarse callado antes de escribir cualquier cosa en su libreta de conejitos celestes, la cuál poseía una pluma en tono de tinta negra con la cabeza de un conejo blanquecino peludito en la base, algo infantil pero que ante los ojos de Jungkook resultaba hermoso, uno de los regalos más dulces que le había otorgado Taehyung.

Su Taehyung, el mismo hombre que ahora lo miraba con cierta curiosidad desde el umbral de su puerta manteniendo los brazos cruzados, frunciendo levemente el ceño ante la mirada perdida de Jeon sobre sus grisáceos orbes haciéndolo sentir extrañamente nervioso.

Taehyung era hermoso, pensó Jungkook internamente. Su corazón latió con fuerza de solo recordarlo, sus mejillas se tornaron notoriamente rojizas y sus orbes azulados se fijaron a su regazo contemplando el jugar de sus dedos a modo nervioso.

Jungkook nunca antes había sentido aquella sensación de nerviosismo en su estómago al contemplar a alguien, él no tiene conocimiento alguno de lo que es el amor ya que jamás fue amado en el pasado, pero ciertamente cree que aquello ocurrido cada vez que observa al mayor, es lo más similar al amar a una persona o eso quiere creer.

Taehyung por su parte no ha efectuado palabra alguna mientras lo contemplaba, su mente divagaba constantemente en algunos pensamientos que a su parecer eran absurdos, limitándose a negar para si mismo caminando hacia las maletas del menor, tomándolas sin mayor esfuerzo volviendo a salir de aquella habitación.

Estaba hecho un lío, realmente empezaba a creer que Jungkook se encontraba metiéndose en su cabeza como algún tipo de obsesión jodida qué, con el correr de los días se tornaría peor aún.

Tenía que deshacerse de ese sentimiento, tenía que deshacerse de Jungkook. — Pero no podía o quizá no aún.

—¿Dejarás a Hoseok encerrado en el sótano durante todas tus vacaciones con el mocoso?—Escuchó entonces, no le hizo falta voltear para poder saber, que quién lo estaba regañando como si de un chiquillo se tratase era SeokJin. —, Taehyung no seas inmaduro, si no lo sacas de ahí ahora va a enfermarse o peor aún, morirá, hazlo.

—Recuerdas cuando de niño me dijiste que dejara de sobre alimentar a mi pez o se moriría a los dos días, ¿te acuerdas?—Indagó el menor en tono meramente sarcástico, dejando las maletas en la superficie brillante del suelo en mármol de aquella lujosa sala, indicándole a los empleados mediante un breve gesto el llevarlas a la camioneta.

—¿Qué con eso?— Objetó Jin, sus orbes se entrecerraron un poco tras la pregunta de su hermano, ocasionando que este se volteara a mirarle manteniendo una expresión aparentemente cómica denotando una diversión qué ante los ojos del mayor, resultó espeluznante.—, venga Taehyung, no entiendo cuál es tu punto.

—Que se murió a los cuatro días, hyung, no a las cuarenta y ocho horas cómo dijiste.— Exclamó el castaño, más aquella frivolidad con qué sus palabras fueron expuestas resultó escalofriante e inclusive, poco humanas en pensamientos de su mayor.— No se morirá, en peores mierdas ha estado metido y sigue respirando, si fue hombre para meterse dónde nadie lo llamó, que también lo sea mientras está encerrado como la rata malagradecida que es.

—Estás estropeando una amistad de años por algo pasional, los amigos duran más que una obsesión, Vente.— Protestó el pelinegro, cosa que no fue siquiera tomada en cuenta para los pensamientos calculadores e insufribles de su hermano quién muy al contrario de mostrarse concientizado, pareció encontrarle diversión al punto de reírse por las palabras ajenas.—Eres un imbécil.

—No estoy estropeando nada, no seas ridículo y maricón, Jin. ¿Desde cuando te afecta tanto lo que haga o deje de hacer con Jhope?—Preguntó alzando una de sus cejas, sus brazos fueron cruzados al pecho e inmediatamente ladeó un poco su cabeza mirándole burlón.—, no es mi problema si extrañas que ese gilipollas te la meta, no me jodas.

—Taehyung...

—¡Taehyung las pelotas!—Le interrumpió entonces, sus pasos resonaron por el piso gélido de la sala e inevitablemente SeokJin se vió obligado a retroceder tras aquella cercanía furiosa en acción de su hermano.—, puede que tengas razón y los amigos duren más que una pasión irracional, pero al menos yo si siento, si tengo emociones, si soy deseado, prefiero pelear por un polvo, defender una buena follada e incluso matar por el jodido culo de Jungkook, antes que vivir como tú.— Exclamó pretendiendo humillar al pelinegro, algo que parecía estar consiguiendo pues la mirada de Jin se tornó herida e intimidada.— Mírate, rodeado de amigos pero sin nadie que te ame, nadie que esté dispuesto a dejarse matar por ti, alguien que mate por ti, estás tan solo y demacrado que lo único que haces es tratar de apartarme de Jeon pues él tiene lo que tú no.

—¿A un enfermo como dueño?—Se las arregló el mayor para preguntar, sabiendo que su falso valor momentáneo podría costarle muy caro si así lo quisiese Taehyung.—, ¿una vida de animal?

—Amor.—Soltó el castaño entonces. Aquella palabra era tan inmensa y a la vez sonaba como lo más obsoleto del mundo rodando por sus belfos.—Él tiene a alguien que lo ama.

—Tú no sabes que es amar.—Se jactó SeokJin causándole una risa ronca y petulante al castaño.

—Pues tú no sabes lo que es ser amado y aún así hablas por Jungkook como si conocieras de mis sentimientos.— Touché, Jin no pudo para su desgracia, refutar aquello, teniendo que morderse la lengua prefiriendo callar el sinnúmero de insultos destinados al menor, cuando un alegre Jeon bajó las escaleras acompañado de Jimin.—¿Todo listo?

—Todo, Vante.—Respondió Jimin frunciendo un poco su ceño algo confuso ante una escena donde Jin se hallaba arrinconado a la pared y su jefe parecía querer golpearlo.—¿Ocurre algo?

—Para nada, simplemente me despedía de mi hyung.—Habló indiferente el heredero, retomando su compostura mediante arreglaba el cuello de su camisa fijando los orbes a aquella tormenta azulada que eran los de Jungkook, su Jungkook, la criatura más preciosa y digna de ser herida, jodida e inmensamente perturbada hasta sucumbir en cenizas.— ¿Nos podemos ir? no quiero conducir de noche, no se me da del todo bien.

—A ti nunca se te dió bien conducir, siquiera de día, no sé qué tanto drama.— Espetó Jimin sabiendo que debía cambiar de tema con urgencia, pues Jeon parecía curioso por querer saber que ocurría y SeokJin se hallaba asesinándolo con la mirada. —Mi abuela conduce mejor.

—Tu abuela murió hace setecientos años.—Concluyó a modo de burla Kim, acercándose a la presencia diminuta de su mascota, alzando una de sus manos para así poder acariciar la mejilla ajena conteniendo el anhelo de volverla rojiza de un golpe, quería lastimarlo, lo deseaba tanto, maldita sea; pero ya habría tiempo para eso. —Andando, son bastantes horas de viaje en auto, no quiero demorarlo más.

El menor pareció accionar algo en su mente, pues apenas su amo dió aquella orden, comenzó a caminar a pasos torpes y continuos siguiéndolo de cerca con sus orbes fijos al piso abrazando fuertemente su libreta.

Una hora, dos, quizá tres estaban transcurriendo.

Claramente no pasó mucho después de eso, Jungkook no entendió completamente qué ocurría, tampoco pudo oír demasiado, simplemente tomó conciencia cuándo ya estaba dentro del coche sentado detrás con el mayor conduciendo y viéndolo por momentos a través del espejo retrovisor.

Nunca confíes en las acciones que parecen buenas si vienen en manos de alguien que toda su vida ha sido malo.— Pero Jungkook lo hacía.

—¿Qué tanto me ves?—Aquella pregunta se efectuó duramente en voz de Taehyung, aún cuando no lo miraba manteniendo su vista fija al camino con nada más que descampado a los lados de la carretera.—, te me has quedado viendo durante diez minutos sin moverte siquiera.

Jeon parpadeó varias veces presionando sus belfos fuertemente, en su mente se sintió torpe por haber hecho aquello de forma involuntaria más no pudo refutar la acusación, su curiosidad le había jugado en contra tras tantas preguntas mentales.
Un sonrojo se hizo notable en sus mejillas entonces, disponiéndose a comenzar a escribir lentamente y con dificultad pretendiendo así, explicarle al mayor la inquietud que lo estaba abordando justamente ahora.

“—Jimin hyung me ha contado cosas sobre el amor.”—Leyó Taehyung a través del rectangular espejo, viéndose obligado a morder su mejilla interna apretando fuertemente el volante, maldito Park y malditas ideas estúpidas le había metido en la cabeza a su mocoso.— “Él dice que cuando amas a alguien haces cosas como mi amo me ha hecho.”

—¿Follarte es demostrar amor según tú y él?—Se burló Kim, maldiciendo por lo bajo e inmediatamente borrando aquella sonrisa sarcástica al presenciar aquel mirar algo apenado e incluso triste en orbes del menor.—, cuándo amas haces el amor, no eres un maldito sádico enfermo como he sido contigo.—Prosiguió sin mucha vuelta, ahuecando las mejillas tras una mirada de reojo dedicada al menor a través del espejo retrovisor.—Yo nunca le he hecho el amor a alguien ¿por qué piensas que lo haría contigo o en dicho caso sería una demostración de amor hacia ti?

El silencio se hizo notoriamente incómodo tras la ausencia de una nueva escritura por mano de Jungkook durante largos minutos, un ambiente tan tenso que Taehyung no pudo evitar maldecir en voz alta golpeando el volante varias veces reduciendo la velocidad.

—¿En... entonces no me ama, mi s-señor?—Jeon habló, su voz resonó en el silencio e increíblemente accionó algo en su interior, una sensación desconocida, un sentimiento que lo asustó.

Y Kim se detuvo, el coche frenó casi saliéndose del camino quedándose nuevamente en silencio, luciendo perdido en sus pensamientos, ausente a tal grado que sus orbes se mantenían fijos al frente apagándose en aquel gris tornándose verdoso, sus manos apretaban el volante con tosquedad cambiándose blanquecinos sus nudillos, la respiración se le aceleraba volviéndose jadeante, todo de él no era más que un caos tras aquella pregunta que sirvió cómo un detonador a su mente perturbada.

Sabía que tenía dos opciones, molerlo a golpes nuevamente y asesinarlo para finalmente dejar su cuerpo tendido ahí e irse al demonio o quizá, llevarlo muerto a la casa de campo y utilizarlo en sus mierdas hasta que solo quedase un despojo del niño, esa era la primera, pues la segunda se trataba de seguir el otro impulso que aunque se describía como algo desconocido para él, parecía ir en aumento sobre sus instintos primarios.

Y Taehyung obedeció al segundo impulso por primera vez en su jodida vida.

Sin entender exactamente qué hacía consigo mismo, quitó su cinturón de seguridad rápidamente saliendo del coche con el único propósito de poder adentrarse a la parte trasera dónde un sorprendido Jungkook retrocedió temeroso, asustado de ser nuevamente castigado por su osadía, algo que no ocurrió cuándo el mayor lo jaló bruscamente a sus brazos.

El pelinegro no entendía exactamente qué demonios pasaba en ese instante, mucho menos comprendía qué hacía en el regazo de Taehyung o por qué este lo besaba con aquella intensidad que su desconcierto y falta de experiencia le impedían seguir con normalidad.

Su amo lo estaba besando, se hallaba recibiendo algo más que golpes en manos de aquel hombre malévolo y frívolo, parecía ser lo más cercano a una demostración de cariño, querer ¿a caso Taehyung lo quería?

Pobre Jungkook si esto llegaba a ser cierto algún día, después de todo no es bueno enamorar a los locos, no cuándo estos desconocen de límites y sobre todo, no conocen de la palabra amor confundiéndola con una obsesión enfermiza.

—Tú ganas Jungkook,—Su nombre, Taehyung nunca decía su nombre. —haré contigo lo que nunca hice, aquí y ahora. 

























Hola bebés, estoy de regreso, sé que me extrañaron, yo a ustedes y también, agradezcan que fui acosada por sietealmasuncorazon porque de lo contrario hubiese tardado un poco más en actualizar debido a mi falta de tiempo.

Estoy trabajando en nuevas obras para ustedes, me han llevado la mayor parte de mi tiempo libre, pero aquí estoy de regreso y para quedarme.

senheit  te lo dedico especialmente para ti bebé, te adoro mucho no lo te olvides eh.

Y sin más por decir, a parte del que el próximo capítulo es smut pecadoras, me retiro, les ama inmensamente Jungmin hyung.

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