
𝐗𝐈
Su mente rechazó todo; Demetri, la bestia lobo, Duncan y la supervelocidad y fuerza de Demetri. Los colmillos, los dientes. Nada de eso había pasado, ¿verdad? ella tenía que haber estado imaginando cosas. Pero el cuerpo pálido envuelto en la capa gris ahora desgarrada en girones que yacía en el suelo le dijo lo contrario: el cuero cabelludo ardiendo por el lugar donde lo golpeó contra el árbol y el olor cobrizo de la sangre en el aire eran inequívoca mente reales. Y fue esto, la evidencia irrefutable que persistió en el silencio posterior lo que hizo que su cabeza se acelerara. Su visión dio vueltas y se sintió débil, la adrenalina la estaba abandonando. Logró mantenerse consciente, pero sintió un dolor en el estómago y luego vomitó. La bilis ardiente no era más que eso, no había bebido alcohol esta noche, lo cual era una bendición disfrazada, tosió, no pudo respirar por la nariz y apartó sus desordenados mechones de cabello del vómito apestoso mientras escupía lo último, con un gruñido, la morena se puso de pie, pies que ahora registraban la tierra fría y húmeda debajo de ellos, se sentían entumecidos, helados, a ese paso cogería hipotermia.
La idea la hizo resoplar amarga mente. Había estado a punto de morir al menos unos minutos antes, pero ¿le preocupaba morir por exposición? esos eran los genes de su madre hablando. Se le ocurrió que Demetri podría no ser simplemente una especie de ser sobrenatural como lo había conectado a través de una demostración visual y cualquier otra peculiaridad extraña que había contado desde su primer encuentro, sino ahora también el hecho de que podría estar muerto ó agonizando. Tentativamente, avanzó poco a poco hacia él con las piernas pálidas y temblorosas, temiendo que en cualquier momento él pudiera volver a su estado asesino y arrancarle la cabeza de un mordisco. Aunque algo le dijo que él no lo haría conscientemente porque, después de todo, había luchado contra la bestia de Duncan para salvarla. Independientemente de lo que había sucedido, había una cosa que ella sabía sin lugar a dudas. Demetri, pálido y visceral, acababa de salvarle la vida. Helen Swan se encontró arrodillada, ignorando el dolor de las pequeñas piedras que se le clavaban en las rodillas. Acercó su rostro poco a poco, moviendo una mano para ponerla debajo de su nariz y ver si respiraba. La cercanía le recordó la frialdad de su piel, se sentía como hielo, pero estaba segura de que no era por la fría atmósfera. Su mano se contrajo por la sorpresa al darse cuenta de que no salía aire de sus fosas nasales. No respira. ¡Pero lo vi moverse! pero...
"-Dios mío, no..." Un gemido de horror escapó de sus labios agrietados. Está muerto. Sus manos cayeron rápidamente sobre su espalda, incluso con la extraña capa gris que se parecía a las que usualmente había visto en esos dramas de época que a Bella y a ella les gustaba ver en el canal de la BBC, aunque parecía relativamente modernizada, el frío de su piel aún lograba penetrarlo, como un personaje invisible de su propio ser. Flashes de una vieja película en blanco y negro, que mostraba a un hombre con un rostro pálido, vestido de negro y caminando entre las sombras, aparecieron en primer plano. Al igual que Demetri, la criatura, interpretada por el enigmático bella Lugosi, era tan inhumana como hombre, hermoso, pero pálido, misterioso pero encanta doramente frío y no-muerto... Su corazón dió un vuelco cuando la chica Swan negó con la cabeza, era tan imposible como todo lo demás, pero ya había aceptado la verdad en ello. Duncan era su opuesto, como en las leyendas cliché, leyendas que ahora sabía que eran reales. Después de todo, ¿acaso el bastardo bronceado no lo había llamado sanguijuela? y dijo que la dejaría seca? "Vampiro..." Movió la boca, pero su voz se sentía como si la estuviera hablando otra persona. Demetri Volturi, su compañero de proyecto, el ex de Britney, el chico al que no podía sacarse de la cabeza por mucho que lo intentara, era un vampiro.
No importaba lo que fuera, definitivamente estaba herido, no podía pensar en cómo podía algo, no, alguien, definitivamente era más él que algo a diferencia de Duncan, ¿cómo funcionaba su fisiología? ¿Le latía el corazón? Seguramente no respiraba, ¿cómo podría existir sin ello? su mente racional estaba siendo abrumada por todo esto, así que decidió cuál era el siguiente mejor curso de acción. "Entonces es el piloto automático, hazlo ahora, piensa después.." Murmuró haciendo una pausa para superar el ataque de miedo que la golpeó antes de apretar los labios. Sólo el lado derecho de la cara de Demetri era visible, pero podía ver que su boca ya estaba cubierta con la sangre seca de Duncan y sus mejillas tenían manchas de tierra, más allá, su piel era tan impecable como una piedra. Extendió su mano libre para tocar la piel de su perfecto pómulo, jadeando cuando su piel la sacudió tan violentamente que dejó un verdugón en su dedo. Pero ella no estaba preocupada por sí misma en ese momento, Demetri acababa de salvarle la vida. Pasó los dedos por su sedoso cabello rubio, conmovida de que alguien realmente arriesgaría su vida por ella. Alguien que ella había pensado que le era indiferente. No tenía sentido, a Demetri ni siquiera le agradaba, le apartó el pelo de la frente. Le preocupaba no poder sentir su vibra cuando siempre la sentía con él.
De repente una mano le agarró la muñeca, no lo suficientemente fuerte como para doler. "-¡Dios!" Ella saltó hacia atrás y cayó sobre su trasero. Los ojos de Demetri se abrieron, rojos y se puso de pie de un salto, como si no hubuera lucido muerto segundos antes. Su mirada se dirigió hacia la de ella y se llenó de algo cercano al pánico. La morena lo miró fija mente, era todo un espectáculo, pero luego apartó la mirada avergonzada. Ni siquiera hizo un intento de modestia. Él simple mente se quedó allí encima de ella, girando y mirando hacia el bosque como si buscara algo. Una vez más, sus ojos se posaron en ella, tirada en el suelo, y avanzó.
"¿Estás herida?" Preguntó con urgencia. Su tono musical transmitía alarma. Por un segundo ella no supo de qué estaba hablando. Era bastante difícil concentrarse con él medio desnudo frente a ella. Era la primera vez que veía a un chico desnudo que no estuviera sin camisa en una película ó en un amigo. Parecía que el desgarro en sus pantalones debido a los dientes de Duncan se había combinado ahora con una camisa rota debajo de su capa, la tela colgaba en tiras sobre su abdomen cincelado, una línea en V que descendía hasta las profundidades de sus jeans negros, la herida que Duncan le habia dado dejaba a la vista el interior de sus muslos pálidos.
Pero ella se centró en su rostro y se dio cuenta de que se refería a la herida en su frente. "Yo, es solo un corte, no tan mal espero, s-solo un corte.." Dijo repitiéndose, ojalá no hubiera una conmoción cerebral, extendiendo la mano para sentir que ya había dejado de sangrar. Ella lo miró, sintió que su corazón tartamudeaba y desvió la mirada ante la intensidad en ellos, podía verlos persistir en la sensación seca e incómoda sobre la piel de su frente. Entonces, la morena vio sus pies pasar corriendo junto a ella y se giró para verlo correr hacia las sombras en un borrón. "¡Espera! ¡La mordida! ¡Esas cosas negras!" dijo saltando, ¿cómo podía estar moviéndose ya después de tener esas venas serpentinas que parecían paralizarlo? "¡No puedes simple mente irte!" gritó también medio indignada. ¿Y si esa cosa volviera? un escalofrío recorrió su espalda. "¡No me voy!" Lo escuchó llamar desde algún lugar en la oscuridad. "Tengo ropa aquí, ¿te importa?" La Swan rápida mente se quedó en silencio, sonrojándose sola entre los árboles. Un momento después, Demetri regresó vistiendo los mismos jeans, camisa gris que había usado antes y su chaqueta familiar. La herida en su muslo parecía haber sanado como si nunca hubiera estado allí y ahora no parecía tener problemas para caminar. ¿Cómo es eso posible? Caminó casualmente, su cabello rubio moviéndose con la brisa nocturna como si simplemente no hubiera tenido una pelea que hubiera roto árboles centenarios en el proceso. Helen puso ambas manos en sus caderas, reprimiendo el recordatorio de cómo su propia madre a veces intentaba actuar cuando se consideraba en un "modo maternal". "¿Quieres decirme qué diablos fue eso?" Ella preguntó exasperada. "Y por favor, con detalles porque estoy a medio segundo de perder la cordura aquí.." Susurró dándole una mirada que gritaba "no me jodas". Demetri se apoyó contra un árbol, con los brazos cruzados sobre el pecho.
"¿Qué? ¿No puedes entenderlo?" dijo, sin mirarla directamente, la pálida piel de su rostro brillando. "Oye-" dijo enojada por su acto indiferente. "Tu amigo Duncan me acaba de mutilar y casi me mata, el mismo quien se transformó en esa...¡esa cosa! y te vi cambiar de este tipo misterioso a un...un.." tartamudeó cuando su rostro de repente se giró en un flash, en segundos Demetri se paró frente a ella, haciéndola jadear mientras retrocedía, él se había movido en menos de un abrir y cerrar de ojos. "Dilo, hazlo real, de lo contrario sólo te volverá loca y sólo servirá para complicar más las cosas" Sintió que su boca se abría y cerraba. Su corazón latía con fuerza en sus oídos mientras miraba directa mente a sus ojos rojos. "Un, un..vampiro—" Una parte de ella quería sentirse tonta por decirlo, pero la verdad era la verdad. Él no habló, su mandíbula se cerró con fuerza. "¿Quieres saber qué pasó? ¿saberlo realmente? esto no es un juego tonto Helen...esto es vida ó muerte" dijo, con un tono sedoso pero no menos cortante, parado a sólo unos centímetros de ella. "Sí" Ella escupió, viendo sus ojos entrecerrarse una pequeña fracción. Apretó los puños. "Mira, no te lo estaría preguntando si no lo dijera en serio, ¡no es como si pudiera volver a mi forma de pensar anterior como si nada hubiera pasado aquí! así que será mejor que me lo digas y me des una muy buena explicación y será mejor que no lo endulces con tonterías, y no más sarcasmo de chico cool, ¿entendido?" Dijo frunciendo los labios. Entonces ella le tenía miedo. Era tan amenazador, con los ojos llenos de furia y su cuerpo temblando de energía a pesar de estar quieto como una estatua. Pero no podía negar la parte irracional de ella que también estaba excitada. Se sentía como si estuviera a punto de descubrir algo inimaginable, algo tan irreal que simplemente tenía que existir. Intentó no traicionar sus tumultuosas emociones cuando dijo. "Entonces, sí, quiero saberlo todo, ahora mismo" finalizó con determinación en su voz.
"Lo que pasó fue que ignoraste lo que dije sobre salir con Duncan, lo que luego me obligó a mostrarme rompiendo las reglas y envenenándome con los sucios gérmenes de ese chucho, ahora tengo sed, Duncan sabe dónde estoy y sabe de ti, sabe cómo encontrarte, y ahora viene tras de ti, ¡eso es lo que pasó!" Gritó, sus labios rosa pálido se abrieron para revelar sus dientes brillando mientras chocaban entre sí. Ella retrocedió, con la histeria subiendo por su pecho. "Espera, ¿de qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con que viene detrás de mí?" preguntó, sintiendo sus músculos apretarse por todo su cuerpo, sus manos temblando mientras el sudor comenzaba a picarle debajo de las axilas. No solo el miedo por si misma le provocó casi arcadas, igualmente el hecho de que había mencionado datos personales de su vida inconscientemente. Bella..Papá...Mamá.. Duncan sabía sobre ellos. "Oh...no..el, Duncan, el sabe..sabe sobre mi..mi familia-" Jadeó horrorizada. Demetri frunció los labios y maldijo salvajemente. Pateó una piña con fuerza hacia la oscuridad; bien podría haber sido una bala, con la forma en que se disparó el proyectil. "-Escucha.." dijo el rubio pálido, volviéndose hacia ella nuevamente. "Se suponía que no debías enterarte de nada de esto...es la ley" dijo haciéndola fruncir el ceño. ¿ley? ¿Los vampiros tenían leyes? Duncan había dicho algo sobre Demetri sirviendo a alguien, como un amo, ¿era Demetri el esclavo de alguien? La idea sonaba absurda. "¿Por qué no? no es que la gente no sepa sobre vampiros, ha habido libros y películas.." dijo recordando a Drácula y ese horrible programa de televisión de vampiros que una vez había intentado ver pero que había abandonado después de que la protagonista femenina le puso de los nervios. Miró al cielo, deteniéndose, algo le dijo que allí donde había palabras intermedias no estaba hablando.
"Supongo que será mejor que vengas conmigo para poder explicarlo todo lejos de oídos no deseados" dijo, con los ojos oscurecidos de nuevo. "Sí...no, no voy a ir a ninguna parte contigo, en serio no puedes esperar que te siga, ¿verdad? así que puedes decírmelo aquí mismo" su voz tembló con una risita nerviosa, estaba agradecida por su intervención, pero era tan estúpida como para cometer el mismo error dos veces. La mandíbula de Demetri se movió como si estuviera molesto, entonces, comenzó a buscar algo en sus jeans. "Mira, aquí no es seguro para ti" dijo lo obvio. "Los de su especie se curan rápido, volverá y no perderá el tiempo burlándose de mí ni jugando contigo, tenemos que ir a un lugar seguro" afirmó antes de comenzar a caminar fuera del bosque a paso normal. La pálida morena no se movió, quería irse, pero no con él a pesar de la forma en que su cuerpo reaccionó ante su cercanía. Era tan peligroso, si no más, que Duncan, había salido de lo que parecía una infección demoníaca dada por la forma bestial de Duncan, mientras que Duncan se había roto la boca y probablemente había perdido algunos dientes con solo intentar morderlo. Demetri se detuvo cuando se dio cuenta de que no lo estaba siguiendo. "¿Vienes ó planeas quedarte aquí toda la noche para coger neumonía antes de convertirte en un juguete para masticar?" preguntó, sin siquiera darse la vuelta. "Prefiero otras opciones" plantó sus pies. Se sorprendió al escuchar que su voz sonaba más segura de lo que realmente sentía.
Demetri giró la cabeza y ella pudo ver su perfil esculpido y definido recortado contra la luz amarilla de la luna que inundaba el campo. "Vamos, no hay más opciones, así es la vida, mira-" dijo. "Puedes venir conmigo amablemente ó podemos hacerlo de la manera desagradable, es tu elección, pero de cualquier manera, vendrás conmigo" Mantuvo su voz baja, amenazadora. Ella sintió que su resolución se desintegraba contra su voluntad ante sus palabras. Más vale el mal conocido que el desconocido... "¿Adónde vamos exactamente?" preguntó moviéndose lentamente. "Primero mi auto, tenemos que salir de aquí rápido, no hay necesidad de una escena innecesaria frente a cabezas huecas ebrias que pueden difundir información errónea.." Murmuró algo más que ella no pudo entender. Mientras caminaban, separados por unos pocos pasos, la chica Swan de ojos azules tropezó contra una roca afilada que atravesó sus suaves pies, haciéndola jadear mientras maldecía de dolor. "Mierda..yo-, no me subiré a un auto contigo, no después de lo que acabo de ver.." Habló mientras revisaba rápidamente su pie, la idea de cortarse, su sangre, lo que Duncan había dicho sobre un Cantante de sangre, ¿qué significa eso? ¿Demetri la atacaría ahora que no estaba concentrado en pelear? ella no lo había visto brotar colmillos como a Duncan, ¿eso significaba que podía controlar su sed? ¿Cómo funciona eso? su mente corría en todas direcciones. Como si escuchara su dilema mental, el pálido rubio se dió la vuelta y vió su rostro suavizarse, como una piedra esculpida por la mano de Miguel Ángel. "Helen, esto ya es bastante difícil para mí sin agregar tus tercos caprichos humanos a la imagen, solo confía en mí, no soy yo quien estaba tratando de lastimarte allá atrás por si lo has olvidado, acaso te golpeaste la cabeza muy fuerte..?" Ella lo tomó con calma apesar de querer saltar sobre su guapo rostro para gritarle deseando agregar que ella era la verdadera víctima aquí, luciendo los moretones que sin duda podrían hacerla parecer como si hubiera peleado en el ring con un boxeador profesional y su cuerpo tembloroso, pero su boca no se abrió, mientras miraba en silencio, pesando sobre su intenso deseo de encontrar descubrió lo que acababa de suceder y su igual mente fuerte aprensión sobre las habilidades de Demetri, sobre lo que podría hacerle si la tenía a solas. Como estaban ahora. Luego miró su rostro, sus rasgos cincelados, como un modelo de revista retocado, su aura etérea y sus ojos inexplicablemente inhumana mente oscuros pero tranquilizadores y la energía tibia que emanaba de él, y en ese momento supo que podía confiar en él.
"Está bien, iré.." dijo lentamente, poco antes de levantar una mano. "Pero si siquiera piensas en intentar lastimarme, solo recuerda que tengo gente que me buscará si no llego a mi dormitorio mañana sana y salva" dijo esperando que él no dudara de sus palabras. De lo contrario, su débil amenaza sería completa mente ridícula. Los labios de Demetri se inclinaron hacia arriba en una sonrisa torcida que hizo que sus rodillas doblaran ligeramente. "No lo haré" se giró y comenzó a caminar, sin siquiera molestarse en esperarla. Recogió su bolso de donde había caído después del incidente y corrió tras él no sin antes revisar su pobre teléfono, era un milagro que no se hubiera partido por la mitad, los Nokia definitivamente eran un producto confiable. Cruzaron el campo rápidamente y en total silencio. Demetri siempre estaba varios pasos por delante de ella, sin mirar nunca atrás, sin reducir la velocidad. Aunque algo le dijo que él estaría a su lado en menos de un segundo si lo necesitaba. A medida que se acercaban al granero, quedó claro que la fiesta se estaba volviendo más loca en lugar de disminuir como ella habría pensado. La música estaba más fuerte que nunca y la gente estaba borracha. Estaba más que contenta de irse, probablemente sería la última vez que aceptaría ir a una fiesta en el futuro previsible.
Fueron al estacionamiento improvisado y vió el brillante auto rojo estacionado de Demetri brillando como una gema sangrienta a la luz de la luna. Por un segundo sus pensamientos se concentraron en el auto de Duncan, él había salido corriendo a pie, por lo que era probable que su auto todavía estuviera donde lo había estacionado cuando llegaron por primera vez a la fiesta, el repentino impulso de encontrarlo y rayar su pintura fue un fuerte deseo, se debatió sobre cuánto haría que él la matara más rápido aunque solo fuera para satisfacer su pequeña necesidad de venganza tanto como humanamente podía hacerlo, frustrada cuando llegó al camino de tierra, el rubio ya estaba dentro de su auto cuando ella lo alcanzó y se detuvo frente a ella. Escuchó que la puerta se abría y la abrió, reprimiendo la necesidad de escupir en el suelo, como si eso la hiciera sentir mejor durante toda la noche, también contuvo el grito ahogado mientras soportaba otra asombrosa descarga eléctrica. Ella miró su mano con asombro. Otro verdugón enojado había aparecido junto al que acababa de recibir al tocar a Demetri. Primero, la vibra de Duncan casi la había consumido, y ahora, estaba siendo asesinada por las sensaciones. ¿Qué diablos me está pasando?
"Entra—" dijo Demetri con impaciencia mientras entraba rápidamente mirándolo, retorciendo su mano entumecida para ahuyentar la sensación. El interior olía a él, limpio y fresco. Mientras se encerraba con su cinturón de seguridad, sin siquiera molestarse en pedirle que se pusiera el suyo, si podía luchar contra una bestia lobo del tamaño de un monstruo, probablemente podría caminar ileso de un accidente automovilístico a diferencia de ella, igual recordó el resto de los inocentes borrachos en la fiesta. "¿No deberíamos advertirles? ¿Ó al menos hacer que se vayan? ¿Qué pasa si regresa y...su auto todavía está aquí–" preguntó la morena mientras lanzaba una mirada por fuera del parabrisas cuando él giró el volante con agilidad en sus manos. Su rostro hizo una mueca, antes de desaparecer por completo, sus rasgos indiferentes. "No puedes preocuparte por ellos, además esa porquería no se atreverá a hacer tal escena, matarlos solo llamará más la atención hacia él y no solo te arrastró al bosque sin ningún motivo, él no puede darse el lujo de ser visto.." Declaró Demetri mientras pisaba el acelerador haciendo que el vehículo avanzara rápidamente, la tierra afuera se levantó como una nube mientras el auto se alejaba del granero y entraba a la interestatal. La culpa la devoró. Sus puños se cerraron en su regazo, su sucio disfraz de vampiro la hizo estremecerse mientras se mordía el labio inferior con fuerza antes de exhalar por la boca. "¿A dónde dijiste que íbamos?" Preguntó, tratando de distraerse de los pensamientos de autodesprecio, pero ¿qué podía hacer honesta mente? nadie le creería si entrara corriendo y les dijera que su cita, el mismo chico que había organizado la fiesta, acababa de convertirse en un monstruo, se reirían y pensarían que estaba borracha hasta las tetas. Pero lo que Demetri había dicho parecía correcto, ó al menos esperaba que él tuviera razón. "Mi lugar.." Dijo, la oscuridad dentro del auto contrastaba con el interior iluminado en rojo del auto de Duncan. "¿Como en...tu dormitorio?" Preguntó, pensando en la aterradora descripción que Chad hizo de su hogar en las montañas, esperando que no fuera allí hacia donde se dirigían. "Sí.." dijo antes de acelerar el auto nuevamente, sus ojos azules posándose en el dashboard, el velocímetro entrando a las 100 millas por hora. "Dios, ¿podrías, no sé, conducir más despacio? no quiero morir en un accidente si puedo evitarlo.." murmuró clavándose las uñas. "¿Tienes mucha prisa?" susurró, no era como si no quisiera ponerse a sí misma y a la maldita fiesta de Halloween a distancia, pero quería llegar al campus con todas sus extremidades intactas.
"Aún no lo entiendes, ¿verdad? en la situación que te has metido.." Dijo burlándose con una punzada de algo amargo, haciendo que ella frunciera el ceño. "Lo haces sonar como si yo pidiera esto.." Susurró acusatoria. "—Duncan podría estar corriendo de regreso en cualquier momento, y cuanto más lejos estemos de lugares desolados como este, mejor para ti" Agregó mientras continuaba conduciendo por el camino oscuro. "Entiendo que es peligroso, no soy estúpida, solo digo que no quiero morir en algo tan común como un accidente automovilístico si puedo evitarlo–" La morena replicó inteligentemente antes de detenerse para mirar los pálidos contornos de su cara. Su corazón tartamudeó. "¿Y por qué volvería por mí exactamente? ahora, tengo claro que fui usada como cebo, pero no soy nadie para él, nos conocimos prácticamente ayer...dudo que algo como él se preocupe por alguien como yo.." Ella dijo tratando de que tuviera sentido. Para ella estaba claro que había algo de historia entre Demetri y Duncan, dadas sus diferencias, podía ver un cliché ahí, pero, ¿por qué iría tras ella? ella no era importante para Demetri... ¿verdad? temblando un poco porque ya creía saber la respuesta.
"Porque ahora te ha echado el ojo, Helen, y estoy bastante seguro de que bebió un poco de tu sangre, la probó, lo que significa que podrá encontrarte más rápido, como un perro con un olor, no descansará hasta tenerte.." dijo. Ella se volvió para mirarlo, horrorizada. Pensaba que solo los vampiros eran adeptos a la sangre, pero igual Duncan había lucido extasiado cuando había lamido la sangre de su frente. Creo que voy a vomitar.. pensó sintiendo un frío pegajoso correr su nuca. "Te lo explicaré mejor cuando lleguemos a mi habitación—" Terminó por decir antes de continuar conduciendo ignorando la expresión aún espantada en su rostro.
•••
Veinte minutos más tarde, Demetri se detuvo frente a los dormitorios masculinos y saltó rápidamente en un borrón que le hizo respirar ahogada mente, temiendo que alguien lo viera. Ella también saltó, con los pies lastimados sobre el asfalto, feliz de estar de regreso en el campus de la escuela, la primera vez en su vida estaría contenta de estar en los terrenos de la escuela, Dios, ¿en qué se había convertido su vida? sólo sabía que de alguna manera se sentía más segura allí. Llegaron al edificio de Demetri y subieron al segundo piso, los pasillos estaban vacíos para su suerte, parecía que todos estaban afuera de fiesta toda la noche. El rubio golpeó la puerta con la llave y la mantuvo abierta para que ella pasara. Demetri entró detrás de ella y encendió una lámpara junto a su cama, que iluminó la habitación con una luz naranja profunda. No le sorprendió ver que Demetri tenía una habitación individual, completa con una mini cocina y un sofá. "Y pensar que tengo que compartir con una cleptómana, qué suerte tienes" murmuró con envidia mientras contemplaba el espacio modernizado. "Bueno, sólo tienes que pagarle al decano un par de miles de dólares disfrazados de una amable donación para conseguir uno" La voz musical habló en su oído haciéndola alejarse de un salto cuando escuchó una risa salir de sus pálidos labios. Como si nada, pasó junto a ella para sentarse en el sofá de cuero negro. La Swan se quedó en la puerta, temeroso de moverse. Demetri señaló la silla en su escritorio, donde había una computadora de escritorio nueva que hizo que sus ojos se desorbitaran, mientras se acercaba de puntillas. Pero ella no se sentó, simplemente se quedó quieta, metiéndose las manos en las axilas. "Entonces, cuéntamelo todo" dijo, tragando la creciente sensación de calor que subía por su espalda. Demetri se quedó mirando, con ambas piernas separadas a cada lado, y se rió. "No voy a morderte, si es lo que piensas, eso anularía el propósito de salvarte" añadió, probablemente tratando de hacerla sentir lo suficientemente cómoda como para confiar en él, pero haciendo todo lo contrario. "Creo que seré yo quien juzgue eso, gracias" Habló apresurada mente tratando de contener la necesidad de morderse los labios ya agrietados.
"–Como quieras.." Demetri bufó, la comisura de sus labios levantándose levemente. "¿Algo gracioso?" Preguntó con ligera irritación la morena Swan, no se había dejado arrastrar hasta aquí sólo para que se rieran de ella. "..Es cómico, para mí, nunca he tenido que decirle a nadie, al menos no a un humano que va a ser cambiado ó ésta destinado a morir—" Murmuró suavemente, sus palabras hicieron que su cuerpo se congelara de repente. ¿Morir? ¿Estaba hablando de matar gente tan abiertamente? Bueno, le preguntaste por respuestas tonta... "¿C-Cambiar? como en ¿volverse como tú?" Tartamudeó escogiendo preguntar lo otro, tragándose el nudo que se le formó en la garganta. "Quiero decir, normal mente cualquiera que me ve tal como soy lo adivina de inmediato, ó almenos solían hacerlo, los humanos hoy en día son tan ciegos a lo que camina entre ellos, como ovejas.." Dijo ignorando sus palabras mientras se pasaba una mano pálida por su cabello rubio con pereza. "Así que realmente lo eres.." La morena encadenó sus palabras dejándolas caer. "Sí" Sus ojos oscuros la buscaron, esperando que ella lo entendiera. Él pareció darse cuenta de que no lo había procesando en su totalidad, sin importar cómo lo había dicho en el claro del bosque, cómo por dentro había llegado a eso por sí misma, sin embargo, su lado humano racional, aún luchaba contra eso. "Soy real, las leyendas, aunque exageradas y muy mal contadas..son ciertas, los vampiros existen, bebemos sangre humana para saciar la sed ardiente" Dijo en cámara lenta, como si decirlo lentamente lo hiciera menos increíble para el mente humana. Él la miró, probablemente esperando que ella comenzara a hiperventilar y a gritar como loca. Lo que la hizo sentir insultada, se consideraba alguien con suficiente compostura, con la cabeza levantada, mirando hacia el techo de color crema pálido, sentía los pulmones pesados en el pecho. "Dios, desearía que esto fuera algún tipo de viaje en drogas con LSD, que Duncan haya deslizado algo en mi bebida y yo esté alucinando gravemente en la parte trasera de su auto de lujo, ¿se echará a reír en cualquier momento al entrar por la puerta, cierto?" Ella cuestionó brusca mente mientras el escozor de las lágrimas comenzaba a arder en las comisuras de sus ojos azules.
Demetri sacudió la cabeza solemnemente. "No bebiste nada esta noche" dijo directo. "Y tú cómo lo sabes..?" Ella comenzó a preguntar antes de detenerse con una expresión congelada en su rostro. "Porque te estaba mirando.." Dijo tan simple y sin arrepentimiento, todavía respondiendo a pesar de ver la respuesta ya dada en su rostro. La idea de Demetri acechando en las sombras del grupo de Duncan, con sus profundos ojos rojos, fijos en ella y solo en ella, envió una extraña mezcla de miedo y placer corriendo por sus venas. Tal vez ella estaba empezando a perder la cabeza después de todo.
"Oh, Dios mío..." murmuró con un sonido ahogado mientras agarraba su cabello ya enredado entre sus manos. "En realidad hablas en serio, realmente eres un...y él es...ustedes existen...esto no puede estar pasándome a mí" gimió. De todas las chicas que querían tener locas aventuras sobrenaturales como en esas novelas para adolescentes, ella no era una de las primeras que haría fila para ser elegida. "Sí, soy un vampiro, un chupasangre, nosferatu, stregoni benefici, apotminkin, cualquier nombre que la raza humana haya decidido darnos, aunque personalmente nos llamamos los fríos por razones obvias—" Dijo con una pequeña risa. Sí, ella podía entender eso, y ahora tenía sentido por qué él estaba tan helado todo el tiempo, su piel congelada como un bloque de hielo en invierno. Demetri se levantó del sofá y ella comenzó a retroceder involuntariamente. Se detuvo en seco. Sus pálidos labios se estrecharon. "Deberías sentarte, te ves pálida" Sugirió el rubio haciendo que la pálida morena soltara una risa forzada mientras lo miraba. "¿En serio? ¿Me veo pálida? eso viniendo de alguien como..¡cómo tu! bueno, ¿tal vez sea porque un loco me está diciendo que es un vampiro y realmente le creo?!" Gritó a medio camino antes de bajar la voz cuando sus ojos oscuros se entrecerraron, cierto, sólo porque no veían a la gente, no significaba que no pudieran ser escuchados. "Está bien, está bien...entonces eres un vampiro, ¿verdad? está bien, entonces...respóndeme esto...Duncan dijo, dijo que pertenecías a un...un maestro, ¿eres un esclavo como Renfield de Drácula?" Ella cuestionó. El vampiro en cuestión se tensó bruscamente, sus extremidades se tensaron antes de soltarse y volver a verse lánguido y relajado en menos de un minuto. "No soy esclavo de nadie, soy un...podrías llamarlo un ayudante, un sirviente con un propósito superior" Confesó mientras miraba fijamente a través de la habitación sin moverse. ¿Propósito superior? ¿Estaba diciendo eso en serio? ¿Qué tipo de propósito superior? ¡¿Dominación global humana?! cuestionó en su cabeza con miedo.
"¿Qué tipo de propósito...?" Preguntó lentamente, pasando lentamente junto a la silla de la computadora, como si la distancia pudiera hacer algo por ella. Él pareció suspirar lo suficiente mente fuerte como para que ella lo oyera. "Un propósito para defender la ley y mantener nuestra existencia en secreto para los humanos, mis maestros, ellos son los únicos gobernantes de nuestra especie, los más fuertes...hacen posible que los humanos vivan sin el temor de saber que existen cosas en la noche como lo hacían en la edad oscura, nosotros, yo–, los–, Volturi...creamos un equilibrio necesario" terminó de decir empujándose lejos del sofá y hacia una mini nevera similar, pero aún más cara que la que su padre le había comprado a ella para su habitación. Demetri sacó una pequeña botella de agua, la deslizó sobre la mesa de la computadora hacia ella y regresó a su lado de la habitación, cruzando los brazos sobre el pecho. Ella todavía estaba procesando lo que él había dicho. Los vampiros tenían leyes, Demetri había dicho algo similar de vuelta en el lugar, Helen Swan no sabía si quería reírse ante la idea de vampiros con apariencia de Drácula haciendo leyes y regulaciones para los de su especie, sonaba demasiado... ¿normal? Con un pequeño resoplido, abrió la botella y dió un trago profundo, su garganta reseca lloraba de felicidad por ello. "...Entonces, tu trabajo es simplemente...ir de puerta en puerta a la casa de los vampiros y decir: "Oye, ¿sigues teniendo cuidado con tus salidas?" Preguntó medio en broma, torpemente, esperando no ofender, pero ya era demasiado tarde. Demetri le dió una mirada poco divertida que casi la hizo estremecerse físicamente, sí, esa había sido una mala mirada. "—No, soy un guardia, viste la capa que llevaba, ¿verdad?" Preguntó. Recordaba perfectamente la capa que había estado usando en el claro antes de que fuera hecha trizas. Ella asintió. "Gris significa alto rango, negro segunda y tercera líneas, soy un rastreador, cuando alguien necesita ser encontrado y llevado ante los maestros, es yo a quien llaman para hacerlo...y soy condenada mente bueno en eso, nadie se me escapa" Dijo agregando la última línea con una sonrisa satisfecha de autosatisfacción que la hizo estremecer. "¿Alguna vez...?" Ella expresó con una voz baja. La imagen que le vino a la mente fue la de un gran felino, un perfecto depredador siguiendo a una pequeña liebre, el pobre ignorando los peligros que lo seguían hasta que fue demasiado tarde. "Nunca—" afirmó sin agregar nada más. Mientras reflexionaba sobre todo, bebiendo agua en el medio para entretenerse, algo le vino a la mente.
"Espera, dijiste Volturi...pero ese es tu apellido, no? así que, ¿son todos familia ó..? ¿Cómo funciona?" Preguntó curiosa, ¿Era algo así como compartir apellidos por asociación como un matrimonio ó algo similar? Éste sacudió la cabeza. "..Lo ponen como apellido automático pero no es mío, al igual que todos los demás incluso los maestros, mi verdadero nombre yo...el tiempo hasta lo ha olvidado" Murmuró suavemente girando la cabeza para mirar a la pared. Su expresión vaciló, lejos de su perfecto rostro de control, se veía triste ¿perdido? hizo que su pecho se sintiera pesado. "¿Cuántos-, cuántos años tienes real mente?" La Swan se preguntó en voz alta antes de que pudiera pensar en detenerse. El apuesto rubio volvió su rostro nueva mente, esta vez, sus pestañas revolotearon mientras parpadeaba y luego miró fija mente durante mucho tiempo y quieto. "Más de mil..yo..creo que viví en Grecia antes..antes de convertirme en lo que soy–, antes de que me reclutaran, vivía en Egipto con un esclavista conocido como Amun, él tenía a otro joven con él llamado Benjamín y una esclava sirviente que había cambiado, Kebi, él no era un buen líder en sí mismo, pero al igual que mis amos él era ambicioso, ansiaba poder, adquisición, una vez que mis maestros se enteraron de los incrementos de su aquelarre, vinieron por nosotros, con la esperanza de salvarse la vida, me entregó a regañadientes, desde entonces he pertenecido a las filas" susurró tan bajo que ella casi no lo entendió. Le habían vendido. Demetri había sido traicionado por quienes más confiaba solo para ser utilizado de igual manera. Igualmente sus pensamientos gritaron ¡¿Mil?! sus pensamientos internos gritaban de total incredulidad. Era más antiguo que algunas civilizaciones modernas conocidas por el hombre.
"Supongo que vivir tanto tiempo hará que cualquiera olvide algunas cosas.." Agregó tratando de ser patéticamente edificante por alguna razón. El rubio sentado en el sofá de cuero abrió la boca y su mandíbula se movió como piedra líquida. "No es del todo así, cuando un humano se transforma en lo que soy, el proceso no es como los que ves en las películas con las exageradas mordidas en el cuello y el intercambio de sangre, y ser servidumbre de tu amo como Renfield y Drácula, mi especie, tenemos...veneno en nuestro cuerpo que reemplaza la sangre que una vez tuvimos, ese veneno cristaliza nuestros tejidos y órganos hasta la célula.." Dijo haciendo una pausa para ver si ella lo seguía. La morena miró fijamente, una mano pálida agarró con fuerza la botella de agua. "¿Veneno...? ¿como las serpientes?" Ella susurró. Demetri negó con la cabeza antes de encogerse de hombros. "Mitad y mitad, cuando tenemos sed el veneno se acumula en nuestras bocas, es un agente paralizante, pero eso no es lo que estoy tratando de decir, el veneno desde que comienza el cambio altera la fibra misma del ADN de un humano hasta el punto de borrarlo todo lo que hizo a esa persona ellos, viejas cicatrices, pecas, defectos de nacimiento, recuerdos..con el tiempo el veneno los quema, solo el recordarlos constantemente ó los eventos traumáticos fuertes quedan..el resto, se desvanecen como humo entre tus manos... dejando una pizarra en blanco perfecta–" Escupió levemente con un tono amargo. El repentino deseo de calmar su dolor, el dolor que se podía ver reflejado en sus oscuros y conmovedores ojos, la hizo avanzar ligeramente, su mirada cayó rápidamente sobre ella, haciendo que su respiración se entrecortara y su corazón saltara. Ella se detuvo en seco. Ella asimiló esto, armándose de valor para preguntar lo que real mente la asustaba en el fondo, aparte de saber que todo lo que había sabido sobre el mundo en el que vivía no era del todo cierto.
"..Que..que pasaría entonces si–, ¿si me muerdes?" Ella preguntó suavemente. Agarrando con fuerza la botella de agua hasta el punto de hacer que el plástico gimiera audiblemente. "¿Cambiaría como dices?" Helen cuestionó. Tomó menos de un segundo ver el cambio en su figura. Atrás quedó su antigua melancolía. En su lugar había una expresión oscura, fría y aguda de determinación que la hizo querer retroceder aún más. También había algo en su mirada que hablaba de...¿miedo? tal vez pánico alimentado por la incertidumbre. Como si temiera el resultado...¿Era esto por culpa de sus supuestos maestros?Demetri habló observando sin apartar la mirada. "Nunca te mordería—" dijo bruscamente. Y por alguna razón inexplicable, sus palabras le provocaron rechazo. Su pálido rostro se torció en una mueca. Un temblor recorrió su columna y ella lo vió inhalar profundamente centrándose en un punto más allá de su frente.
"Oye...cálmate–" susurró levantando las manos. "Solo estoy hablando hipotéticamente...dijiste que...las personas mueren ó...cambian...así que supongo que esto es claramente un secreto que no debe ser conocido por nadie más que tú y tu...gente, así que..yo..yo–" Dejó la pregunta flotando, ¿significaba esto que ahora que involuntariamente había sido consciente de la realidad de la existencia de los vampiros, se vería obligada a...cambiar? su mente daba vueltas como si alguien hubiera quitado una alfombra debajo de sus pies, sus manos temblaban, con calambres cuando el agarre que había debilitado permitió que la botella cayera al suelo y rociara agua por todo el suelo, a su sano juicio le habría importado, pero su cuerpo ya se balanceaba contra su voluntad, la bilis caliente subía por su garganta al pensar en figuras pálidas y fantasmales exigiendo su sangre y la de su familia. Mientras sentía que tropezaba hacia atrás en una extraña vista en cámara lenta, unas manos frías aparecieron en su costado derecho manteniéndola alejada de otra contusión ó de un aterrizaje facial, electricidad recorriendo su cuerpo como un rayo en el proceso. Sosteniendole con una delicadeza apropiada de un objeto valioso.
"Te tengo, te tengo..." susurró el rubio, su voz como mantequilla derretida debilitó aún más su cuerpo, su cercanía que exudaba la frialdad de su piel era de alguna manera una característica bienvenida para su piel ahora ligeramente febril. "...Olvidé lo frágiles que pueden ser los humanos—" Murmuró suave mente girándose para arrastrarla de regreso al sofá de cuero, incapaz de confiar en sí misma, Helen le permitió arrastrarla como a una muñeca de trapo. "¿Puedes no ser un idiota por como...cinco segundos? ¿Ó es cosa de vampiros estar lleno de ti mismo?" Se encontró escupiendo sin ningún mordisco real cuando lentamente volvió a caer en el lujoso cuero, se sentía como descansar en una nube, una nube importada muy cara. "Es cosa mía..." Demetri respondió con lo que ella asumió era una sonrisa engreída y satisfecha que la hizo querer suspirar y también chillar mientras él se alejaba de su cuerpo todavía tembloroso.
"...No tienes que preocuparte por que te lastime, Helen, he tenido mucho tiempo para controlarme y a mis instintos, nunca perderé el control contigo y nada más te lastimará mientras esté aquí tampoco, soy fuerte, sabré si Duncan viene, estás a salvo conmigo...lo juro" dijo, casi aparentemente convenciéndose a sí mismo allí por un momento, como si no estuviera realmente seguro de si ella estaba a salvo con él. Pero la Swan estaba segura. Ella lo miró a los ojos y supo que él no la lastimaría a pesar del miedo que todavía reinaba dentro de ella. No después de haber hecho todo lo posible para salvarla esta noche. "Entonces...¿exactamente qué tan fuerte eres?" Preguntó la morena, tratando de mantener su voz ligera. Su mente estaba recuperando lentamente la estabilidad después del ataque de pánico. "Te he visto enfrentarte a un lobo monstruo de seis pies, así que.." murmuró lamiéndose los labios. Demetri arqueó una ceja. Sus pálidos brazos se cruzaron sobre su pecho mientras estaba de pie frente a ella. "Podría destrozar un auto con mis manos como papel de aluminio" Sonrió, sus dientes blancos brillaron peligrosamente. De repente volvió a ser consciente de lo letales que eran. Sintió que su boca se abría ligeramente, pero trató de disimular su asombro bromeando. "¿Se supone que eso me debe impresionar?" Dijo, tratando de pasar por poco impresionada. La sonrisa de Demetri permaneció en su lugar, como si se estuviera burlando de ella.
"Oye, tú lo preguntaste" él la miró por un momento, y luego sus labios formaron una amplia sonrisa. Parecía un niño pequeño en su cumpleaños presumiendo ante sus amigos. Todavía no podía imaginar la idea de que él fuera mil años mayor que ella. "Como has visto, yo también soy rápido" dijo. "Lo cronometré una vez con mi...hermano, lo más lento que puedo ir es cien millas por hora en una carrera ligera" Ahora estaba impresionada, si cien millas por hora era lo más lento que podía ir, solo podía intentar recordar vagamente la forma en que se había movido como una mancha pálida a través del claro. "¿Algo más que quieras saber?" preguntó, sonriendo ante la mirada aturdida en su pálido rostro. "¿Tienes colmillos? no vi..." Ella habló lamiendo sus labios resecos. La sonrisa de Demetri se desvaneció como si nunca hubiera estado allí, su garganta se contrajo en el mismo giro. "Sí y no..." afirmó sin más explicaciones. "Explica…por favor" dijo cansada tratando de no tentar su suerte. El vampiro rubio pálido descruzó los brazos, sus extremidades ondulando como piedra líquida. Incluso pareció respirar profundamente, como si hablar cargara un peso sobre sus hombros inhumanos. "Nuestros dientes reciben una nueva capa de esmalte una vez que ocurre la transformación, los fortalece más allá de lo que eran cuando eran humanos, junto con un afilado que rivaliza con cualquier cuchillo, podemos atravesar cualquier cosa de carne...hueso, metal ó piedra, no tenemos colmillos, son una mentira que los maestros comenzaron a circular hace mucho tiempo para que las masas estuvieran alerta ante tales características, para que los mortales se sintieran seguros de que podían protegerse si veían a alguien con dientes largos ó una adversidad por los objetos religiosos y apariencias demacradas" murmuró suave mente mientras ella avanzaba en el sofá conteniendo el escalofrío que recorrió su espalda cuando la imagen de los perfectos labios pálidos de Demetri se adelgazaron para mostrar grotescos dientes delgados y puntiagudos como los que tenían los nosferatu en la vieja película, arrancando carne, cartílago y músculo del hueso. Era la máquina de matar perfecta, el depredador perfecto, bonito, seductor y letal.
"Espera, ¿entonces me estás diciendo que los vampiros inventaron mentiras sobre sí mismos para...qué? ¿esconderse a simple vista?" La morena de ojos azules se burló incrédula. El vampiro rubio finalmente permitió que la comisura de su boca se levantara. "Precisa mente.." Canturreo como el gato que atrapó el canario. Helen se deslizó nuevamente en el sofá, respirando profundamente mientras procesaba todo pero poco a poco, digiriéndolo lo más rápido que podía, no había cantidad de tiempo que pudiera ayudar aquí, además, el tiempo es lo que menos tenía de lo que el apuesto vampiro rubio le había dicho. Su corazón volvió a dar un vuelco en su pecho, esta vez por miedo a otra criatura. Mirando hacia arriba, jadeó cuando los ojos rojos de Demetri se volvieron negros, casi como si él pudiera decir lo que estaba pasando por su mente. "Ya hemos establecido que eres un vampiro así que...¿qué diablos es exactamente ese bastardo de Duncan?" Ella cuestionó tensándose brusca mente cuando ojos dorados brillaron en su memoria junto con caninos afilados. Demetri estaba de pie con una mueca de descontento en su rostro. "Aquí es donde caemos en el lado más cliché de las cosas..." Escupió siseando las palabras como si no fueran más que basura.
Si ven algún error ortográfico, por favor avísenme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro