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Helen Swan permaneció despierta durante horas después de eso. Deseando tener alguna señal para llamar a su hermana y despotricar hasta que se le apagara la voz. El rostro de Andrew la perseguía detrás de sus párpados cerrados. Seguía escuchando su voz, sintiendo sus labios. Ella no podía soportarlo más. Así que se arrastró para quitarse la cremallera del saco de dormir, se puso las zapatillas de deporte, se puso una chaqueta y salió a hurtadillas.
El aire era gélido. Haciéndola casi regresar dentro de la tienda. Pero la perspectiva de estar sola con sus pensamientos era demasiado horrible. En cambio, cargó hacia adelante, con la esperanza de calentar sus rígidos músculos con el movimiento. Caminó hasta la orilla del río y se quedó mirando la espesa franja de pinos que susurraban en el lado opuesto. La luz de la luna jugaba con sus ramas, contorsionando las sombras en formas espeluznantes. Tuvo la sensación de que cosas malvadas acechaban en la oscuridad de esos árboles. Hombres criptidos grandes y aterradores que mordían el cuello y la cabeza de las chicas en la luna llena. Ella miró hacia arriba y se congeló. Era la luna llena. Por un momento no pudo respirar mientras su mente se inundaba con imágenes de nieve blanca manchada de sangre y vísceras.
Ella respiró hondo y se calmó. Era solo una tonta historia de terror, nada más. La morena se dió la vuelta para caminar de regreso al campamento de todos modos, manteniendo los ojos en los árboles. No importaba lo que se dijera a sí misma, todavía les tenía miedo. Era como si la estuvieran observando. Casi podía ver los ojos brillantes que se asomaban entre cada miembro larguirucho. Caminando más rápido y mirando alrededor para asegurarse de que nadie la seguía. Una repentina ráfaga de viento sopló desde atrás, enviando su cabello ondeando frente a su rostro.
Farfullando, La Swan observó cómo el negro parduzco serpenteaba ante sus ojos y se extendía en la noche. Usando sus dedos para peinarlo hacia atrás, se metió dentro de su chaqueta y caminó aún más rápido, casi trotando. Su aliento se convirtió en niebla frente a su rostro y sus pies pisotearon con fuerza las agujas de pino que asfixiaban el suelo. Mientras corría, miró esos pinos, esos pinos que miraban fijamente. Fue entonces cuando ella lo vio; una forma sombría pintada contra la línea de árboles. Era casi del mismo tono que los árboles, verde oscuro, casi negro. La chica pálida se detuvo abruptamente congelándose por el miedo de lo incierto.
Había algo grande en el borde de los árboles. Algo vivo. Se movió, y ella dió un paso atrás, con el corazón palpitante. "Oh Jesús-" Era la típica escena de una mala película de horror, presa por la ola de frío que se apoderó de su cuerpo, solo pudo agacharse detrás de una roca y se escondió patéticamente. Bordeando el costado de la roca temblando, entrecerró los ojos para ver a través de la noche gris. La figura seguía allí. Parecía que podría ser una persona. Luego se partió por la mitad y se dió cuenta de que en realidad eran dos personas. Uno, lo reconoció como Chad, su silueta larguirucha inconfundible y el otro ¿tal vez Nora? ¿Estaban teniendo una sesión de besos en el lado opuesto del río? Y si era así, ¿cómo demonios llegaron allí sin kayaks? Se arrastró lenta mente alrededor de la roca mientras sus pensamientos le gritaban que se diera la vuelta y corriera de regreso al campamento dónde estaría segura en números. Pero ella se mantuvo firme, manteniéndose pegada al suelo.
Quería saber qué estaba haciendo Chad aquí tan tarde, con quién estaba hablando y cómo había llegado allí. Ella no vió un bote, y Dios sabía que él no podría saltar físicamente veinte pies a través del río helado. La otra persona se movió en la línea de árboles y se acercó a la luz de la luna. Parecía ser un hombre, alto y delgado con ropa oscura. Podía oírlos hablar de algo. Discutiendo, sonaba más bien, sus oídos captaban palabras perdidas sobre el agua que corría en el río como Hambrientos, testigos e imbéciles...
Helen se acercó poco a poco, con el corazón acelerado, lo que dificultaba escuchar. El hombre misterioso empujó sus dedos en el hombro de Chad, golpeando mientras hablaba con dureza. Luego señaló en dirección al campamento y chasqueó los dedos. Ella frunció el ceño y aguzó el oído. Chad agachó la cabeza y echó a un lado su chaqueta para meter las manos en los bolsillos. Mientras lo hacía, pudo ver el destello plateado de su arma a la luz de la luna. Sus ojos se abrieron contra su voluntad. Si Chad se sentía lo suficientemente amenazado por este hombre misterioso como para traer el arma para su encuentro, entonces esta era definitivamente una conversación de la que ella no quería formar parte.
¿Qué debía hacer al respecto ante tal bizarra imagen? Siguió mirándolos por un momento más hasta que el hombre misterioso desapareció en el bosque. Chad se quedó allí por un minuto y luego, él también pareció confundirse con las sombras. Ella dejó escapar el aliento. Y se levantó con piernas temblorosas para comenzar a caminar hacia el campamento, tratando de pensar en una razón lógica por la cual Chad se encontraría con alguien en el bosque en medio de la nada en la noche. Pero ella no podía pensar en ninguna.
Cuando se acercaba al campamento, se detuvo para echar un último vistazo a los árboles. Todavía parecían observarla, sabiendo secretos que ella solo podía imaginar. Dándose la vuelta para volver a su tienda, la morena descubrió que de repente había algo obstruyendo su camino. Chad. Ahogando un grito que subió por su garganta, jadeó cuando lo vió, tropezando con las ramas secas y pinos en sus pies y cayendo hacia atrás. Su trasero golpeó el suelo helado con un golpe fuerte y miró a Chad, con los ojos azules abiertos de par en par. "Amigo, ¡¿qué diablos te pasa?!" Su miedo se convirtió en ira. "¿Qué estás haciendo aquí?" Preguntó el de cejas tupidas ignorando sus palabras. Su voz sonaba diferente. Amenazadora.
"N..Nada-" Tartamudeó contra su voluntad. "Estaba dando un paseo, no podía dormir-" dijo poniéndose de pie con un siseo cuando pequeñas rocas se clavaron en sus piernas y muslos. "Hasta donde yo sé, a la gente se le permite caminar, ¿no?" Preguntó levantando una ceja desafiante. "..Si pero es extraño estar afuera caminando a las tres de la mañana.." dijo el idiota de cejas pobladas frunciendo los labios con falsa indiferencia, totalmente hipócrita. "Sí, bueno, es aún más extraño tener conversaciones misteriosas con extraños en el bosque por la noche, así que no veo cuál es tu punto.." La mirada de Chad se agudizó en ella. Y de repente recordó que él tenía una pistola en el bolsillo. Tal vez revelar que lo había visto no fue demasiado inteligente. Su cerebro gritó algo como ¡Eso piensas, tonta!
"-Pero estoy segura de que tenías tus razones, al igual que yo tengo las mías" dijo forzando una sonrisa. Continuó mirándola, sus ojos como cuchillos. "...Está bien, entonces...me desplazaré por aquí-" Dijo mientras se deslizaba alrededor de él hacia el campamento. "Solo..me iré-" murmuró. Pero ella no tuvo oportunidad de escapar, en un golpe, él la agarró del brazo y la empujó contra un árbol. "¡Qué!-, que diablos crees que estás hacien!?-" La parte de atrás de su cabeza golpeó con fuerza contra la dura corteza, y sus largos brazos sujetaron sus pálidos hombros con una fuerza que solo los hombres podían sostener a pesar de su complexión larguirucha. "Si le dices una palabra a alguien de lo que viste-" Advirtió, sus dientes apretados visiblemente. "Te juro que te mataré lentamente, no eres nada, así que nadie te extrañará si desapareces Swan, eso te lo puedo asegurar.." Su boca se acercó a la de ella, por un segundo la bilis subió por su garganta ante las posibilidades, pero luego su cabeza giró y se lo susurró al oído. Su aliento cálido.
Helen trató de no tener miedo, pero era difícil hacerlo mientras estaba inmovilizada contra su voluntad en la oscuridad. Sin olvidar que el también tenía un arma. "¿Entiendes lo que te digo?-" Los dedos de Chad se presionaron en sus brazos, las uñas se clavaron en la carne suave y pálida y le provocaron lágrimas en los ojos. "-Yo, yo no vi nada más que tú hablando con algún...algún amigo" Logró decir, su voz trinó a pesar de su intento de serenidad. ¿Alguien más estaba escuchando esto? ¿Andrew? ¿Mark? ¿Heather? ¿Nora? Él la sacudió con fuerza. "-No, no viste nada, ni siquiera saliste a caminar, te quedaste en la tienda donde se suponía que debías estar y nunca viste una maldita cosa, ¿entendido?" Él escupió, su saliva golpeando su mejilla. "Asiente si lo entendiste-" La morena se mordió el interior de la mejilla lo suficientemente fuerte como para sacar sangre mientras asentía con la cabeza.
"Bien..." mascullo éste cuando él quitó sus manos, ella hizo una mueca tan pronto como él se alejó lo suficiente como para cruzar los brazos sobre su pecho como si pudiera protegerla. Definitiva mente tendría moretones mañana. Chad comenzó a alejarse y luego se detuvo. Él la enfrentó de nuevo, y antes de que ella se diera cuenta, le había dado un fuerte puñetazo en el estómago, el tipo de puñetazo que te dejaba sin aliento y te hacía querer vomitar los jugos estomacales. La morena se dobló cuando sus piernas se hundieron en el suelo. "Eso es por defender a esas sanguijuelas.." dijo Chad desde arriba con cólera en su voz. Ella lo miró a través de las lágrimas y el cabello a tiempo para verlo caminar hacia el bosque como un fantasma.
El tiempo pareció pasar lenta mente una vez que finalmente se puso de pie tras minutos ó una eternidad, no podía discernir nada, agarrándose del árbol detrás de ella para sostenerse mientras esperaba que el dolor desapareciera. "...L-loco h..hijo de puta-" dijo débilmente, alimentada por el dolor punzante y la ira. Lentamente sintió que cada músculo de su cuerpo se relajaba como si la hubieran sumergido en un baño caliente. Las lágrimas cayeron por su rostro mientras las limpiaba. Nunca antes había recibido un puñetazo. Todavía sentía que iba a vomitar. Tampoco podía entender lo que Chad había querido decir sobre las sanguijuelas. ¿Qué sanguijuelas? ¿Seguramente no podría estar enojado por lo de los Volturi? y ¿por qué los llamaría eso de todas las cosas?
Sin perder otro momento tratando de descifrar las insensatas divagaciones de Chad, corrió de regreso al campamento, se subió a su tienda y cerró la cremallera detrás de ella, Nora permanecía roncando en su sobredosis de alcohol. Se metió en su saco de dormir y se acurrucó intentando, deseando desaparecer. Por un momento, pensó en ir a la tienda de Andrew y contarle lo que había sucedido. Tal vez con suerte iría y le daría una paliza a Chad ó, mejor aún, le diría que todo estaría bien y que podrían ser solo amigos. Pero los recuerdos de su pelea anterior la detuvieron. De todos modos, nadie le creería. Y Chad lo negaría, por supuesto. Tendría que vigilarlo ella misma si quería estar a salvo. Nadie por aquí iba a protegerla, eso era seguro y, lamentablemente, la navaja automática que tenía en casa para protegerse cuando caminaba de regreso a casa en la oscuridad todavía estaba allí en Arizona y no había forma de que su madre, Reneé "despistada" dwyer fuera capaz de enviarle tal cosa por fedx-express.
Se quedó despierta durante un largo rato, escuchando crujir y gemir las ramas de los árboles a su alrededor. No supo si pasaron minutos u horas, pero en algún momento entre escuchar los árboles y quedarse dormida, escuchó un sonido bajo y distante del grito de un lobo en la noche. Sonaba solitario, como ella.
*ੈ✩‧₊˚
Las pruebas de campo traviesa llegaron y se fueron el lunes después de su viaje a la poudre. Se suponía que Andrew vendría a verla correr pero él nunca apareció. Después de su pelea, en realidad no había esperado que lo hiciera, pero aun así se había encontrado mirando hacia las gradas cada pocos minutos para comprobarlo. Incluso sin él allí, había pateado traseros en el campo de atletismo de lo que no podía estar más orgullosa. Cada vez que corría, los latidos de su corazón borraban todos los pensamientos sobre Andrew. Y cuanto más corría, mejor se sentía. Estaba tan llena de adrenalina que ganó todas las eliminatorias y entró al equipo. No borró por completo el aguijón de la ausencia de Andrew, pero era algo.
Durante las siguientes dos semanas la había llamado cada vez menos. Solo se reunía con ella para almorzar y era como si él no estuviera allí, ahora casi nunca pasaban tiempo después de clase, y después de su asalto, ella no se había sentado más cerca que una mesa que los separaba en toda ocasión para evitar contacto físico, eso no era algo que olvidaría pronto, tal vez incluso nunca. Una amargura creció dentro de la morena, estaba perdiendo al único amigo que tenía en CSU y se sentía engañada. Como pensaba, y definitivamente, Andrew estaba tirando por la borda diez años de amistad solo porque ella no había cedido a sus deseos de convertirse en su novia.
¿Todos esos años habían significado tan poco para él que podía desecharla tan fácilmente como si ella hubiera sido la culpable? su hipocresía la hizo querer gritar a todo pulmón. El hecho de que no quisiera ser su novia no significaba que no quisiera ser su amiga, pero una parte profunda de sí misma gritaba que debería haberlo dejado ir mucho antes de venir aquí, solo porque Andrew era su único amigo ella se había sometido a lo que él quería, siempre, pero ¿y lo que ella quería? Incluso había perdonado a Andrew después de que él la engañara en ese entonces en la escuela secundaria. Su amistad había significado más para ella, más que una estúpida pelea. Ella solo deseaba que él sintiera lo mismo, pero por lo que parecía, parecía un deseo fútil.
El martes en el que se suponía que iba a encontrarse con Demetri Volturi en la biblioteca llegó demasiado rápido para su gusto. Ni siquiera estaba esperando por ello a pesar de su hermoso rostro, especialmente tras escuchar todos esos siniestros rumores sobre su familia y el ataque de Chad. Subió los escalones de piedra, medio esperando que Demetri no apareciera. Él no había estado en clase ayer, lo que ella pensó que era una buena señal, pero por alguna razón, su pecho se había sentido pesado, como el mismo sentimiento que había experimentado el día en que cruzó los ojos con él por primera vez. Tampoco quería ser la miembro irresponsable del grupo, así que al menos tenía que ir a comprobarlo. Entrar a la biblioteca fue instantánea mente como entrar en otro páramo paralelo, lleno de aromas, de café, papel de copia y libros viejos atrasados.
Se suponía que se reunirían junto a las computadoras de investigación, así que hizo un escaneo rápido de la habitación y se dió cuenta de que Demetri no estaba allí. Así que agarrando su bolso, se adentró más en la biblioteca, mirando por los rincones y mirando por encima del hombro, no había forma de que pudiera pasar por encima de él sin notarlo primero. Su aspecto, por mucho que le empezara a desagradar pensar en ello, no era el tipo de características que se pasan por alto fácilmente ó incluso ignoran, durante esos días qué había tomado clases con él antes de ir al ahora odiado La Poudre, había sido casi imposible ignorar los susurros y las miradas que algunas de las chicas le lanzaban al rubio, eran tan obvias que bien podrían haber bajado a su asiento y decirle lo sexy que pensaban que era a su cara. La pobre Britney vino a la mente de la morena Swan por un momento, hasta que el recuerdo de los otros chicos con los que había desfilado convirtió cualquier posible lástima que pudiera haber existido en algo nulo.
Dándose la vuelta sobre sus botas de gamuza. Helen se mordió el labio. ¿Quizás se olvidó? deseaba poder leer el número de teléfono ilegible que él le había dado para al menos poder llamarlo y culparlo para que viniera. Había intentado varias veces en clase reunir las agallas para pedírselo de nuevo, pero el intenso calor de su vibración contra la frialdad de su cercanía siempre la sofocaba. Pero ella tenía el número de Britney. Tal vez él la había abandonado a ella y al proyecto para estar con Britney? ese pensamiento trajo una pequeña astilla de algo amargo a su boca. ¿que demonios? sacudiendo la cabeza, le envió un mensaje de texto a la rubia.
"Oye, ¿estás con Demetri? se suponía que se reuniría conmigo para un proyecto, pero no está aquí"
Pasó un momento antes de que Britney respondiera.
"¡Dios mío, no! ¡Rompí con ese bicho raro hace una semana, LOL!"
Parpadeó, mirando el teléfono plegable plateado. Tuvo la tentación de entrometerse y preguntarle por qué lo había dejado, pero el tono de llamada de un mensaje entrante llegó antes de que pudiera debatir y tomar una decisión.
"¿Recuerdas el primer día de clases? bueno, desde entonces había comenzado a actuar extraño, incluso más que antes LOLZ, pero nunca dije nada debido a su cara de ADONIS *baba* en fin, estamos zippo, over"
Otra pausa que la hizo parpadear sin comprender y mirar fijamente a un tramo de escaleras a su izquierda, releyendo el mensaje, un escalofrío le recorrió el cuello antes de volver a meter el teléfono en el bolso y pensar en la posibilidad de que él pudiera estar en el segundo piso. Así que subió corriendo las escaleras e hizo un escaneo, habría tiempo para descifrar el mensaje de Britney más tarde.
Tras subir, sin ver a Demetri por ningún lado. Subió al tercer y cuarto piso, pero él no estaba en ninguno. Molesta más allá de lo creíble, la morena revisó el último piso, mirando detrás de todos y cada uno de los escritorios hasta que, finalmente, lo encontró, estaba descansando en el último. Parecía un modelo de una revista de moda, vestido con lo que bien podría ser una camisa de seda gris con botones, jeans negros y las ahora reconocibles botas negras. "¡Demetri!" Ella jadeó contra cualquier pensamiento racional ó vergüenza cuando lo vió, simplemente contenta de no tener que caminar más.
Éste no saltó como alguien esperaría que alguien reaccionaria después de gritar su nombre, de hecho, sus ojos oscuros se giraron sin siquiera mover una pequeña fracción de su cuello para devolverle la mirada, y fruncieron el ceño. "¿Por qué razón harías eso? ¿No sabes que esto es una biblioteca?" Preguntó. Sentado y fuera de su posición cómoda, para sentarse en una forma más civilizada. Su voz viajó de suave a aguda en segundos. Cambiando su peso mientras luchaba contra el impulso de comer la tierra de la vergüenza mientras el calor subía por su cuello, la pálida Swan dijo. "Te he estado buscando durante los últimos veinte minutos, fui a los cinco pisos, así que discúlpame por estar un poco agitada-" A él no parecía importarle. Ni siquiera la estaba mirando.
"¿Por qué estás aquí arriba de todos modos?" Ella exigió, todavía echando humo. "Dijiste que nos encontráramos en la biblioteca, aquí estoy-" Sus ojos permanecieron en la ventana al lado del escritorio. El cielo exterior estaba nublado, una imagen con la que estaba empezando a familiarizarse. Se preguntó qué estaba mirando. "Dije junto a las computadoras en el primer piso-" siseó, él parecía completa mente despreocupado. Tomando una gran bocanada de aire para calmar su creciente temperamento, la morena avanzó unos pocos pasos y se sentó en la mesa empujada al azar hacia la ventana de la bahía.
Se ocupó de organizarse, pero podía sentir la mirada de Demetri sobre ella y esa energía hirviente saliendo de él. Se preguntó por qué parecía tan sintonizada con su vibra, por lo general solo había sentido vibraciones de la gente cuando se acercaba a alguien por primera vez, después de eso nunca seguían siendo tan intensas. Mirando hacia arriba, la morena lo miró, pero él seguía mirando tranquilamente por la ventana, total mente en desacuerdo con su ambiente. ¿Se estaba imaginando cosas? Aclarándose la garganta, el rubio pálido giró su cabeza hacia la de ella, pero aún así no la miró directa mente. "¿Estás listo?" Ella preguntó. Parecía que prefería estar en cualquier lugar menos aquí.
"¿Por qué crees que estoy aquí?" Dijo contundente, y ella vaciló. "-Cierto, pregunta estúpida, es solo, te ves, no importa-" Murmuró sacudiendo la cabeza mientras sus manos se cerraban en puños. "...Estoy listo cuando tú estés lista" dijo, y ella lo observó mientras giraba un bolígrafo entre sus dedos largos y pálidos con movimientos fluidos, fascinada por el movimiento continuo de sus manos y la forma en que sus ojos oscuros y angulosos seguían la dirección de él bolígrafo, enfocado, sin pestañear. La pálida Swan rompió su trance y dijo. "Bueno, el profesor Polk ha dividido todo esto en secciones, así que si cada uno toma dos, podemos terminar más rápido" Hizo una pausa. Esperando a ver si se oponía. Pero no lo hizo, así que continuó mientras se cepillaba el pelo rizado detrás de la oreja. "Me quedo con los dos primeros y tú con los dos últimos, ¿de acuerdo?" Preguntó pausando por segunda vez.
"Parece razonable..." Su tono era musical pero indescifrable, ¿estaba siendo sarcástico u honesto? ella no podía decir. Exhalando por lo bajo, asintió y comenzó a releer cuál sería su parte del proyecto; solo un poco de investigación, un powerpoint, una presentación y una bibliografía. Demetri tenía que redactar el documento real. Esperaba a que él no pensara que le había dado la parte más difícil a propósito, aunque se lo merecía después de hacerla caminar tanto. Ligeramente comenzando a obsesionarse sobre si debería ó no ofrecer intercambiar secciones con él, Demetri preguntó de repente. "¿Cómo te llamas?" A la morena le tomó un momento recuperarse. Parecía tan extraño que él no supiera su nombre dado que ella ya sabía su nombre demasiado bien. "Helen..." dijo ella. "Helen Swan" murmuró girándose y mirándolo a la cara, ¿cómo es que él tenía una piel tan perfecta mientras ella todavía tenía que lidiar con viejas manchas de acné? ciertamente era injusto.
"Bonito nombre.." dijo Demetri. Sorprendiéndola dónde estaba sentada. "Uh, gracias" murmuró después de cerrar la boca simulando un pez fuera de agua. "-La mujer que algunos dicen que lanzó mil barcos, los historiadores dicen que su belleza estaba más allá de toda descripción, hombres dieron su vida por ella y ni si quiera le habían visto en persona, las leyendas fueron su motivación, creían en lo imposible.." La morena egoísta mente contuvo la necesidad de decirle que en realidad se llamaba así por su abuela paterna. Él no necesitaba saber eso. "¿Imposible?" preguntó confundida, había debates sobre la belleza de los siglos de Helena de Troya, pero la belleza siempre era algo subjetiva. Sus ojos oscuros saltaron a los de ella por un momento infinitesimal y luego volvieron a enfocarse en el escritorio. "Su belleza no era tan perfecta, tenía la nariz torcida y los ojos demasiado separados, pero las leyendas le otorgaron el estatus de perfección, una inmortalidad-, casi divina, un título que ningún ser humano puede alcanzar...habrían tenido que ser más que humanos...para ser tal cosa, aunque la creencia sigue en pie sin importar lo que digan..sus huesos se han ido y la gente todavía cree en su belleza" El tono de Demetri era melancólico y casi... ¿esperanzado? al mismo tiempo, lo que hizo que la morena parpadeara ahora como un búho.
Como si quisiera que ella estuviera de acuerdo en que la gente podía creer en lo increíble. Su vibra incluso se había calmado, volviéndose sombría por una vez. Era un marcado contraste con su mal humor habitual, y se sorprendió al ver un lado diferente de él por una vez. Ella no lo esperaba. Ella trató de sonreírle, pero todavía miraba fijamente al escritorio. Los músculos de sus mejillas se contrajeron, como mármol vivo, y cuando habló, su voz era áspera. "Mi nombre es Demetri..." dijo al fin. "Pero creo que ya lo sabes" Se sintió aliviada de cambiar de tema y volver a la normalidad. "Sí.." Entonces se sintió obligada a explicarse, sonaba como si fuera una chica acosadora espeluznante irónicamente. "Mi compañera de edificio es tu ex-" Confesó. A estas alturas, Britney probablemente ya estaba cazando a su próximo entretenimiento masculino.
"¿Cómo sabes que ella es mi ex?" Su voz no estaba enfadada ni hosca. Simplemente curiosa, como si no esperara que ella fuera tan conocedora de su vida ó algo así. "Oh, bueno, cuando no pude encontrarte, le envié un mensaje de texto y me dijo que habían terminado" Helen hizo una pausa y se mordió el labio. Preguntándose si este era un tema doloroso para él incluso si no parecía demostrarlo. "Lo siento.." Ella no sabía qué más decir. Después de todo, era inevitable, Britney no lo habría mantenido por mucho tiempo, a pesar de lo que había pensado sobre lo guapo que era. "¿Por que lo sientes?" El rubio le hizo un gesto para que continuara con su disculpa. "-Yo, yo solo lamento que hayas terminado, apesta terminar.." Ella tartamudeó como una idiota cuando sus ojos oscuros finalmente atravesaron los de ella.
"No sufras por eso-" dijo Demetri, encogiéndose de hombros cuando la comisura de su boca saltó casi para sonreír, pero no lo hizo. "Solo...apesta, cuando en realidad te gustaba la persona, además no era nada serio" Ante sus palabras, la morena entrecerró los ojos, pero él no la estaba mirando ahora. Aún así, contuvo sus palabras por un tiempo, pero después de unos minutos, no pudo evitar escupirlas. A diferencia de su hermana Bella, Helen no era el tipo de persona capaz de tragarse sus pensamientos. "-Escucha, no creas que soy grosera ó lo que sea, pero ¿cómo puedes salir con alguien que ni siquiera te gusta? ¿Eso no va en contra del propósito?" Preguntó. Por lo que ella sabía, y sabía mucho gracias a las paredes delgadas, él y Britney nunca habían tenido sexo, entonces, ¿por qué se molestaría en estar con ella si no le gustaba? Demetri pareció pensar bien su respuesta, moviendo los brazos detrás de la silla estirando los músculos flexibles que se movían cuando sus brazos se doblaban hacia atrás. La morena tragó un nudo en su garganta, no era como si lo estuviera mirando ó algo así.
Sentado de nuevo en su posición anterior, su mano pasó rápidamente por las páginas brillantes de su libro de texto y dijo. "Salgo con muchas chicas que no me gustan" murmuró aterciopelado. Y ésta arrugó la nariz cuando el sentimiento amargo se apoderó de su boca. "¿Por qué razón harías eso? ¿Por qué te someterías a tal cosa?" Su mente estaba tratando de comprenderlo. Pero, por desgracia, los hombres eran tan confusos como un perro que se persigue la cola. "¿Por qué no?" Respondió, casi se sintió como una provocación. "Porque eso es tonto, anula todo el propósito de las citas-" Señaló, colocando ambas manos sobre la mesa. Parecía el proyecto quedaría en segundo plano por el momento.
"Y por favor dime, ¿cuál es el propósito de las citas, oh sabia?" El sarcasmo goteaba de sus palabras y solo por irritación. La chica pálida agarró su silla, arrastrándola hacia adelante hasta que sus piernas casi chocaron con las de él, la frialdad de su cercanía envió piel de gallina a sus piernas. Por un cuadrado de segundo, un músculo en su cuello pareció saltar, sus labios delgados y sus ojos oscuros mirando sus piernas como si lo ofendieran.
"...El objetivo de las citas es salir con la gente que realmente te gusta para que puedas juzgar y ver si encajan" dijo con la voz más tranquila posible. "Encajar.." dijo Demetri lentamente. Sus cejas inclinadas se juntaron de una manera irritantemente atractiva. "¿Encajar qué, exactamente?" Ahora parecía honesto acerca de su pregunta. "Para encajar en tu vida..." Habló ella lentamente. Y por primera vez desde que lo conoció a él y a sus aterradores ojos oscuros, el rubio se giró con un movimiento tan rápido que la morena casi se cae de la silla si no se hubiera agarrado a la mesa. "¿Y si no hay una sola chica en este planeta que se ajuste a mi vida? entonces-, ¿soy libre de salir con chicas que no me gustan?" Preguntó. Casi gruñendo sus palabras.
"Bueno...sí, supongo, pero tiene que haber al menos una chica que se adapte a tu vida" Se rió un poco, tratando de aligerar el estado de ánimo cuando un escalofrío hizo que su piel se erizara como si hubiera recibido una descarga eléctrica. "Quiero decir que, hay muchas chicas por ahí, no deberías rendirte, ¿solo tienes cuánto? ¿Diecinueve?" Para su sorpresa, la boca de Demetri se curvó en una sonrisa triste. Sus ojos permanecieron en su libro. "Créeme, Helen, si pensara que hay una remota posibilidad de que haya una chica en esta tierra que...encajaría en mi vida..." Sus ojos se posaron en los de ella por un instante y miró profundamente, mirando sus libros una vez más. "-Digamos que no me va a pasar a mí.." Ella deseó poder ver sus ojos, leer lo que realmente había detrás de esa declaración. ¿Qué podría haberle pasado a este tipo que lo haría tan cínico? tanto como ella? ¿Y por qué le importaba si él salía con chicas que no le gustaban? no era una molestia para ella, pero ese ligero escozor en su pecho decía lo contrario. Además, tratar de convencerlo de algo que ella misma no creía se sentía como una mentira.
"Bueno..." Dijo ella, ansiosa por poner fin a este tema. "Estoy segura de que encontrarás a alguien-" Las palabras sonaron huecas, incluso para ella, su boca sabía amargamente de nuevo. Escuchó el sonido bajo y gruñido de él riéndose, pero era amargo y duro, frío. "No..." dijo. "No lo haré..." Había una nota de desafío en su tono que ella no entendió del todo, casi como si se estuviera obligando a creer las palabras. Tenía ganas de más ahora, pero no podía obligarse a hablar, su lengua se había vuelto de plomo. En cambio, permanecieron atrincherados en silencio, solo hablando cuando uno u otro necesitaban hacer preguntas sobre el proyecto y nunca, ni una sola vez, mirándose.
Avísenme si ven algun error, por favor 🙏🏻
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