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𝐈𝐕

Estaba en una posición incómoda. Suplicando estar en cualquier otro lugar menos en donde estaba en ese momento. Sentada en medio del río Cache, La poudre, en un kayak no menos, aplastada entre Andrew, Heather y un guía con demasiada loción para después del afeitado. Incluso pescar con su padre y sus viejos amigos Billy Black y el viejo Quill Ateara no había sido tan aburrido. Era tarde en la tarde por lo que debería haber sido cálido, pero no lo fue. Hacia muchísimo frío. Al menos ella se estaba congelando, Heather y Chad parecían pensar que este clima era perfecto.

El de cejas tupidas siguió comentando lo cálido que era y que no había necesidad de usar una chaqueta con un tono de autosuficiencia. Quería volcar su kayak y verlo congelarse en las aguas de abajo. Ella y Andrew estaban temblando, acostumbrados al clima cálido y seco de Arizona, aunque a ella le gustaba tanto la península olímpica en los veranos. La morena se encontró mirando hacia el cielo, del color del hielo, y rezando por que solo una franja de azul brillara a través de las nubes. Ó mejor aún, de sol amarillo.

"Entonces, Heather, ¿eres animadora?" Preguntó tratando de entablar conversación mientras gotas de agua fría caían sobre su brazo cada vez que alguien remaba. "Mjm..." Ella tarareó. Su cabello estaba atado en una larga cola de caballo que seguía golpeando a la pálida chica Swan en la cara cada vez que volvía la cabeza. Pero ella no dijo nada. No quería que la tímida rubia se sintiera mal. "¿Se conocieron por el lacrosse?" Preguntó, ella siendo una animadora y él un deportista era algo lindamente cliché. "Sí, hemos estado juntos desde julio, llegamos temprano para la práctica.." Dijo la rubia, sonando más animada que nunca. "¿Qué hay de ustedes? ¿Cuánto tiempo hace que se conocen?" preguntó Heather dándose la vuelta mientras la golpeaba en la cara con el cabello haciendo que los ojos de la morena se humedecieran.

Antes de que la morena pudiera pronunciar una palabra, Andrew saltó detrás de ella sacudiendo el kayak. "Helen y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, hemos estado juntos desde la escuela primaria" dijo sin explicar más sus palabras y haciendo que ella frunciera la nariz. Estaba haciéndolo sonar como si hubieran estado juntos, juntos desde la escuela primaria. Que definitivamente no era el caso en absoluto. Heather se dió la vuelta y le dedicó una pequeña sonrisa, ella se la devolvió con un poco de dificultad ya que su mente aún estaba dando vueltas y trató de evitar que sus ojos se humedecieran cuando el cabello de la rubia la golpeó de nuevo.

"..Ustedes dos son tan lindos" dijo Heather. Al oír sus palabras, la Swan se giró y miró a su amigo, quien sonrió con aire de suficiencia sin pensar que había hecho nada malo. Sintió el deseo de darle un puñetazo en el estómago solo para ver desaparecer su sonrisa tonta por hacer que las cosas parecieran algo que no eran. Pero no lo hizo. Sabia que éste bien podría haberla tirado por la borda y el agua parecía lo suficiente glacial, no estaba dispuesta a morir de hipotermia antes de poder terminar su primer semestre así que se contuvo. "Solo somos amigos, siempre lo hemos sido-" Le dijo a la tímida rubia. "Oh—" murmuró Heather. "Lo siento, solo asumí–" Empezó a disculparse. "Está bien.." Dijo rápidamente la de ojos azules. "Nos conocemos desde hace lo que parece una eternidad, así que puedo ver cómo lo confundes, pero somos amigos, nada más.." Sentenció. Esperando que sus palabras no dejaran rastro de duda sobre la verdad. También podría haber jurado que Andrew había dicho algo en voz baja, pero no lo captó a tiempo. Probable
mente estaba enojado, pero lo que sea. Necesitaba poner todo en orden. Y él tenía que lidiar con eso.

Realmente estaba empezando a molestarla.

Cuando volvió a reinar el silencio, Helen se ocupó de mirar a su alrededor, los árboles se movían silenciosamente con la brisa, en un grupo que parecía abarcar todos los lados. Un creciente sentimiento de nostalgia creció en su pecho, haciéndola recordar viejos recuerdos en medio de los verdes bosques húmedos del pintoresco pueblo donde había pasado su infancia todos los veranos. El olor del musgo, las gotas de lluvia cristalinas cayendo sobre el lodo húmedo y oscuro. El olor a bosque puro incontaminado. Hizo que se le encogiera el corazón. Le hizo extrañar los días más simples de ver la televisión y los partidos de fútbol mientras se recostaba en los brazos de su padre, él con su cerveza tibia en la mano mientras Bella estaba sentada en el pequeño sofá reclinable leyendo Cumbres Borrascosas debajo de una colcha de punto púrpura que había hecho para ella en uno de sus "pasatiempos" repentinos, era una cosa fea y llena de bultos con flores amarillas cosidas, pero a su hermana parecía encantarle de todos modos.

"—Entonces, ¿cuál es tu carrera, Andrew?" preguntó Heather, tomando su conversación ahora mientras su mente volvía a guardar sus recuerdos en la parte posterior de su cabeza hasta nuevo aviso. "Oh, umm..." Andrew sonaba sorprendido de que le hicieran una pregunta. Ella trató de ocultar una risita mientras él farfullaba alrededor en busca de una respuesta. Andrew se estaba especializando en ingeniería informática, que era básicamente código para nerd, algo que el rubio jugador de fútbol no era. Solo lo hacía porque le gustaban los videojuegos, no porque real mente supiera algo sobre computadoras.

"Ingeniería informática.." Respondió finalmente, mientras le daba una dura vuelta al remo. Con eso, se permitió soltar un resoplido, solo para burlarse de él. "¿Qué?" Heather preguntó dándose la vuelta después de escucharla. Le lanzó una mirada furtiva a Andrew a tiempo para que él le diera una sonrisa sarcástica, el "percance" de antes aparentemente olvidado, por ahora. "Helen cree que es para nerds–" dijo explicando. "Oh, no exactamente pero, ¡lo es!" Ella se defendió. "Solo lo haces porque te gusta jugar videojuegos y descargar música de limewire, pero te digo que no va a ser así de fácil–" Manejar esa tecnología no era tan fácil como descargar enlaces en una página comprimida mientras tratabas de evitar contraer un virus.

"¿Oh, sí?¿cómo lo sabes? apenas puedes enviarle un correo electrónico a tu madre, diablos" Escupió de vuelta. En su bajo insulto. La morena sonrió. "Porque yo, a diferencia de ti, en realidad leí el folleto cuando fuimos a la orientación de primer año" Andrew solo refunfuñó algo ininteligible. "—Ya puedo verlo, vas a terminar todo desgarbado y pálido con anteojos de dos pulgadas de grosor verborreando sobre códigos ó lo que sea que hacen los hackers..." Continuó, principal mente molestándolo ahora con mucha diversión. "¿Y entonces quién se casará contigo?" Terminó de fingir horror al plasmar una mano en su frente. Enfrente, Heather se rió.

"Sí, bueno, al menos elegí una carrera–" Le respondió haciendo que su sonrisa desapareciera en un ceño fruncido. "A diferencia de algunos perdedores que conozco—" Ella le hizo una mueca y él le sacó la lengua. Sabía cómo había golpeado su punto dolorido. Después de asistir a la orientación para estudiantes de primer año hace una semana, sentía mucha presión para elegir una carrera. La facultad universitaria había hecho un gran esfuerzo por mantenerse al día y establecer metas para que pudieran graduarse en cuatro años con su clase. Incluso les exigieron elegir una carrera para poder inscribirse en las clases. Había elegido estudios liberales al azar, pero estaba segura de que no era para ella. Ni siquiera sabía lo que significaban los estudios liberales. Cuando se lo contó a su madre, Reneé Dwyer dijo ohhh y ahh en lo que podía suponer que era interés por sus decisiones desesperadas.

"¿Qué quiere decir? ¿Todavía no tienes una carrera, Helen?" Heather intervino curiosa. "En realidad no, solo estoy esperando a ver qué me queda.." Murmuró mientras se mordía el labio inferior. Incluso antes de llegar a la CSU, nunca había tenido en mente una carrera soñada, a diferencia de esos niños que crecían sabiendo que querían ser bomberos ó estrellas de cine, ella simplemente fluía con lo que fuera que estaba allí y nunca se apegó a nada en particular además de correr. "..Yo estoy en una carrera de educación musical, espero que me ayude a ser una mejor coreógrafa para el equipo de porristas" dijo alegremente la rubia, por lo que la morena no pudo evitar sentirse feliz. "Apuesto a que serás una gran maestra.." Esperaba sonar amable en lugar de resentida. En la orientación, todos habían saltado para elegir carreras con la mayor confianza, dejándola sintiéndose como una impostora al no saber qué hacer.

"Gracias, entonces ¿en qué crees que te gustaría tener una carrera?" Heather preguntó después de un breve silencio. Se frotó los ojos con los dedos y se estremeció por el frío que se extendía como alfileres y agujas. "Realmente no tengo ni idea.." murmuró Helen mirando amarga mente al agua. "¿No tenías una materia favorita en la escuela secundaria ó algo así?" La morena pálida podía escuchar la preocupación en su voz. La confusión. Como si estuviera tratando desesperadamente de entenderla. “Me gustaba la fotografía, pero eso es porque nunca había tarea” dijo al recordar. Heather se rió. "¿Estabas en algún club? yo estaba en agricultura" preguntó. "Nop, nunca me gustó la idea de estar en ellos.." Los hombros de la rubia se hundieron un poco. La Swan sabía que estaba siendo difícil a propósito, principal mente porque estaba frustrada consigo misma por no haber elegido una carrera. Pero eso no era culpa de Heather. Así que decidió tirarle algo. 

"Estaba en el equipo de atletismo, a campo traviesa, la primera en la familia, mis padres nos hicieron a mí y a mi hermana esta extraña mezcla entre el cincuenta por ciento coordinadas y no coordinadas, fui la afortunada de obtener el mejor trato" dijo riéndose de lo completamente desquiciado que sonaba en voz alta. Heather se enderezó con un entusiasmo renovado que se podía escuchar en su voz mientras decía. "¡Bueno, ahí lo tienes! ¿Tal vez algo con eso?" Andrew se rió detrás de ella. "¿Una carrera en el atletismo? Helen no irá a los Juegos Olímpicos Heather" Tenía razón, pero su burla todavía se sentía como un nudo en el estómago.

"La ciencia del ejercicio es una carrera–" dijo con dureza. "–Pero no es algo que me apasione tanto, solo corro porque me hace sentir bien" admitió. Justo ahora, correr se sentía como una buena opción para escapar de este viaje. "Hay otras cosas que puedes hacer con la ciencia del ejercicio además de correr, ¿verdad?" preguntó Heather. "Bueno, sí, pero real mente no me gusta la idea de entrenar culturistas enérgicos por el resto de mi vida ó enseñar a los veteranos de guerra a caminar...no puedo asumir esa responsabilidad" Ella no era esa persona. "Bueno, entonces, tal vez algo llegue a tu vida cuando no lo esperes–, cambiando completa mente tu perspectiva" La rubia hizo un gesto mientras se giraba y le dedicó una cálida sonrisa. La morena escuchó sus lindas palabras y las valoró. Pero ella no podía comprarlas completa mente.

Sin una carrera, se sentía perdida.

La rubia se dió la vuelta y esta vez la morena estaba preparada mientras se protegía la cara con las manos para evitar ser golpeada. Escuchó a Andrew reír por lo bajo. Ese tonto. "¿Cómo es Arizona? siempre quise ir a un lugar cálido, ¿es cierto que sube a cien grados incluso antes del verano?" Ella había estado recibiendo muchas veces la misma pregunta desde que llegó a la CSU. Era agotador responderlas una y otra vez. ¿De verdad eres de Arizona? una chica le había preguntado mientras miraba su piel pálida como el papel. Le había dicho que era albina, una broma que ella y su hermana compartían, pero la chica no se había reído. "Sip–" Andrew y ella dijeron al mismo tiempo. "—Una vez, Andrew se desmayó por un golpe de calor porque estaba usando esta chaqueta de invierno, ¡no se la quitó porque pensó que lo hacía lucir genial!" Dijo recordando. El rubio le echó un poco de agua y con razón gritó cuando el frío entró en su cuerpo. 

"Nada de gritos–" Dijo el guía con severidad hablando por primera vez desde que subieron a los kayaks. Miró a Andrew. Él sonrió con su sonrisa más dulce y ella no pudo evitar devolverle la sonrisa. Justo como en los viejos tiempos. "Arizona es genial, pero es muy diferente a aquí, eso es seguro.." dijo recordando el calor.  "Apuesto a que es agradable y cálido" dijo Heather con nostalgia. "Demasiado calor a veces, pero Colorado es como un cubo de hielo, realmente no sé cómo lo soportan" dijo temblando cuando pasó una brisa. "No es tan malo, espera hasta que veas la primera nevada..." La rubia siguió divagando sobre llevarlos a esquiar más adelante en el año, pero la morena no podía concentrarse cuando un pensamiento oscuro burbujeó en la superficie. Quería preguntarle a Heather qué pensaba sobre los asesinatos en Denver. 

Había oído a la gente murmurar rumores antes y después de clases en los días siguientes, y Britney parecía no querer callarse al respecto. Al principio, lo había descartado porque Denver estaba a kilómetros de distancia y las probabilidades de que un asesino en serie viajara hasta Forth Collins eran remotas. Pero todo el alboroto al respecto estaba empezando a filtrarse en su cerebro. Estaba empezando a preocuparse. Y a asustarle. Tanto es así que se lo había mencionado a Andrew varias veces. Pero él la había mirado como si estuviera perdiendo los estribos, lo que probablemente estaba pasando, así que lo dejó pasar. Pero ella era la hija de su padre, y algunas cosas simplemente no encajaban.

Unas cuantas noches atrás, cuando los árboles arañaban su ventana como uñas golpeando el cristal, tomó su computadora portátil y buscó en Google las noticias sobre los asesinatos. Desafortunadamente, ella no había descubierto mucho solo que las cinco chicas eran jóvenes universitarias. Como ella. Para empeorar las cosas, no había ninguna pista sobre el asesino. No dejó huellas dactilares, ni fibras de camisa, ni huellas, nada. Y sabía que la policía podía averiguar muchas cosas sobre la escena del crimen con solo una huella de neumático, una pestaña ó algo así. Ella veía fielmente forensic files. Estaba bien informada. Pero supuso que el asesino también lo hacía, porque tuvo mucho cuidado de no dejar nada atrás.

No solo tenía miedo por sí misma, sino que también se sentía mal por esas chicas inocentes y sus familias. Tenía que haber una razón por la que el asesino les había elegido, y Helen Swan quería saber cuál era. Tal vez Heather, al haber venido de Fort Collins, sabía algo. Pero cuando abrió la boca para preguntarle a la animadora rubia al respecto, el kayak de Chad, Mark y Nora se acercó al de ellos. "Oigan, ustedes, vamos a volver a la orilla, ¿quieren venir?" Mark llamó. La morena cerró la boca y miró a Andrew. Parecía molesto, con el ceño fruncido. Probablemente con ella, por haberle dicho a Heather que "solo somos amigos" antes. Bueno, lo siento, amigo. Solo somos amigos. "¿Ya terminaste?" Ella le preguntó. Su mirada permaneció fija en la de ella. "Ni siquiera cerca.." Ella puso los ojos en blanco y se dió la vuelta. Quería salir de esta cosa, quería poner los pies en el suelo. 

"¡Sí, entremos!" Llamó a Mark, quien asintió y se alejó remando. Empezaron a remar hacia el muelle, donde se alzaba una masa de pinos centenarios que daban sombra a una choza alquilada y a unas mesas de picnic decrépitas. Habían conducido hasta aquí al amanecer y habían pasado la mañana caminando por los senderos naturales que serpenteaban a través del bosque. Luego habían vigilado un lugar para acampar y armado sus tiendas para no tener que hacerlo más tarde. Se alegró por eso ahora, ya que sus brazos la estaban matando por remar. El guía agarró el muelle y saltó. Empezó a amarrar el bote a la pequeña estaca de metal mientras ella tiraba el remo en el muelle y comenzaba a despegarse del bote.

"Sabes–" dijo Heather, luchando para salir del bote también. "Todos deberíamos salir otra vez.." Ella expresó la idea. "Sí, claro, algún lugar en mente?" dijo la morena y se lanzó al muelle y saltó varias veces, tratando de recuperar la sensación en sus piernas. La rubia subió al muelle detrás de ella y se frotó las manos sobre los muslos. "Mark y yo queríamos ir a Zydeco's, es este club el que se supone que es super divertido, mucha gente lo recomienda–" Siguió hablando mientras la chica pálida estiraba la espalda. "Suena interesante.." Ella sonrió honesta mente ansiosa mientras observaba a Andrew saltar del kayak con un ágil movimiento. Maldito sea él y su gracia atlética.

"Suena perfecto en realidad-" dijo el rubio mientras se acercaba a ellas, envolviendo un brazo alrededor de su cintura antes de que pudiera alejarse. Además, odiaba admitir que era porque él era más cálido que ella en ese momento. "—Podemos ir todos, los cuatro, como una cita doble" Parpadeando, ella lo miró por un segundo, incrédula. Luego se dió la vuelta para ver que Heather parecía incómoda por ella.

Le sonrió de nuevo, pero esta vez pudo sentir el tremendo esfuerzo que le costó hacerlo. "Genial..." Ella gruñó con los labios rígidos. 
































































*ੈ✩‧₊˚

Tarde esa noche, todos se sentaron alrededor de una fogata que los chicos habían hecho. Les tomó literalmente una hora ponerla en marcha, pero estaba tan agradecida cuando final mente lo lograron que vitoreó en voz alta e incluso besó a Andrew en la mejilla a pesar de su movimiento repugnante más tarde en la tarde. Él se sonrojó, lo que una vez pensó que era lindo, ahora significaba que estaba mezclando señales que no estaban allí. Se sentó junto a él, se acurrucó a su lado y se acurrucó en una gran colcha que había traído de Arizona, hecha con camisetas que su madre había coleccionado a lo largo de los años. 

Heather y Mark estaban sentados frente a ellos, entrelazados como un intrincado nudo de boy scouts. Chad y Nora parecían llevarse bien también, a lo que la morena no pudo evitar burlarse, una pareja hecha en el infierno, todavía no podía creer que esta había aceptado venir al viaje. Se sentaron uno al lado del otro y pensó haber visto sus manos entrelazadas un par de veces. Por un momento luchó con la idea de contarle a su compañera de cuarto lo idiota que era Chad, queriendo contarle todas esas cosas malas que había dicho sobre los Volturi en el restaurante. Pero ella desistió por el momento, no queriendo arruinar la paz. Y aunque no le gustaba lo que había dicho Chad, en realidad creía algo de lo que él había dicho. Al menos en parte.

Tuvo que sentarse al lado de Demetri volturi durante tres días la semana pasada y podía sentirlo furioso bajo la superficie de su exterior pálido y tranquilo, lo que la llevó a mirarlo contables veces. Si se dió cuenta, nunca lo dijo. En realidad, él nunca le habló en absoluto. No es que ella quisiera que lo hiciera. Él estaba tan gruñón la última vez que hablaron, que ella no estaba ansiosa por comenzar de nuevo. Pero después de toda la charla sobre su...¿familia?  quería algún tipo de señal de que él no era tan espeluznante y siniestro como Chad había dicho que era.

Desafortunadamente, estaba más convencida que nunca de que había algo gravemente mal con él. Inclusive podría jurar que él podia haberla estado mirado una ó dos veces en esos tres días, pero cada vez que ella le devolvía la mirada, él era como una pared. Se sintió aliviada cuando Britney le dijo que ella y Demetri no irían con ellos a La poudre. Britney dijo que Demetri le había dicho que tenía un asunto familiar que atender, lo cual tenía sentido ya que aparente mente Demetri era un tipo bizarro, extraño, misterioso, que cambiaba de color de ojos y tenía una cara bonita. Su excusa no le importaba mucho, siempre y cuando no tuviera que estar cerca de él y su vibración maníaca por más tiempo.

Después de su estresante primera semana, Helen Swan quería divertirse y, en su mayor parte, lo estaba haciendo. Mark y Chad habían traído una botella de Jack Daniels, y entre ellos dos y Andrew ya se había agotado la mitad. Odiaba el sabor de Jack Daniels, así que lo rechazó junto con Heather, Nora, por otro lado, se sumergió de inmediato, así que a medianoche, todos menos Heather y ella estaban borrachos.

"Oh, Dios mío-" dijo Nora, chocando con Chad. "¿Alguien sabe alguna buena historia de fantasmas?" Preguntó cayendo sobre el tronco en el que estaba sentada haciendo el ridículo, la morena no tuvo la satisfacción de verla hacer el ridículo tanto como hubiera pensado que lo haría. Ella estaba por el contrario, molesta. "¿Enserio? eso es tan tonto, chicos..que tenemos? ¿cinco años?" murmuró ante el cliché. ¿Qué sería lo siguiente? ¿Jason Vorhees saliendo del río para matarlos uno por uno hasta dejar la víctima final?

"¡No, no!" Nora dijo. "N-no entiendes, no en-tiendes, Helen, éstas historias de fantas-mas son cier-tas, tan ci-ertas, re-almente suc-edier-on" La morena hipó por el esfuerzo de contener la risa y miró a Andrew. Él le sonrió y se encogío de hombros. "Conoces algunas, ¿verdad, Chad?" Preguntó Heather al de cejas tupidas. "Recuerdo que contaste una en el viaje de último año a Disney World el año pasado" dijo la rubia. "Conozco una-" dijo Chad "Pero es tonta y no es verdad ni nada" dijo mientras curvaba sus labios en una sonrisa. "¡Oh, pero será divertido!" Nora dijo efusiva mente. "Vamos, Chad" dijo mientras batía sus pestañas hacia él. La morena sabía que éstas historias iban a ser contadas quisiera ó no escucharlas.

"Está bien, esta bien.." dijo Chad, mirando a su alrededor y dijo. "Había una vez en la noche de luna llena, un grupo de chicas que fueron a esquiar a la cima‐" Señaló la montaña gigante que se cernía sobre ellos en la distancia y la morena no pudo evitar mirarla con contemplación. "Todas eran amigas, estaba la chica buena, la chica mala, la chica grosera y la chica tonta" Ante su relato ella sofocó su risa. Parecía un mal chiste, no una historia de fantasmas. Chad le lanzó una mirada sucia pero continuó. "—Todas pasaron el día esquiando cuando de repente la chica tonta desaparece, las otras tres amigas se asustan y comienzan a buscarla en el bosque y gritan su nombre, pero no pueden encontrarla, así que deciden separarse y reunirse de nuevo en el telesilla al anochecer, por lo que cada una fue por caminos separados para buscarla..pero al pasar de las horas no pueden encontrarla, luego, cuando cae la noche y se encuentran en el telesilla, descubren que la chica mala ahora también está desaparecida, las otras dos están realmente asustadas, llaman al 911, pero el despachador piensa que es una broma por la luna llena, por lo que nadie viene a ayudarles, ahora está muy oscuro, aunque la luna brilla intensamente, saben que el bosque es peligroso, pero no pueden dejar a sus amigas solas, así que se van al bosque, con la esperanza de encontrarlas, pasan las horas y las chicas se están congelando, por lo que deciden regresar y tratar de llamar al 911 nuevamente, cuando escuchan este gruñido en los árboles, se detienen y miran a su alrededor, escuchan la nieve crujiendo bajo los pies que caen en su dirección.." La voz de Chad se había vuelto baja y dramática. La morena no se avergonzó de admitir que se había inclinado al igual que Mark y Heather.

"Miran hacia abajo a la nieve y ven que está manchada de rojo con sangre, hay tripas desagradables y retorcidas arrastradas por todo el lugar y las chicas comienzan a gritar, saben que son sus amigas, destrozadas en la nieve, comienzan a correr presas del pánico, pueden escuchar pasos rápidos que se aplastan detrás de ellas, la chica grosera mirando hacia atrás por encima del hombro se tropieza con una raíz, se cae y la chica buena trata de ayudarla a levantarse, ambas se congelan y ven esta figura alta de pie frente a ellas, parece humanoide, pero no lo es, como un hombre, pero no ha sido un hombre en mucho tiempo, tiene los ojos tan negros que parece que las órbitas están vacías, y se agacha de una manera que ningún cuerpo humano puede físicamente emular, las chicas están tan asustadas que ni siquiera pueden gritar, la cosa corre hacia ellas en un abrir y cerrar de ojos, la chica mala empuja a la buena frente a ella para salvarse, pero la cosa–, el cazador empuja a la chica buena a un lado y desgarra a la mala, desgarrando su garganta y su cuerpo en pedazos, la sangre salpica los árboles, la nieve, todo, luego la cosa se vuelve contra la chica buena..." Un escalofrío recorrió la espalda de la chica Swan mientras todo estaba en silencio excepto por la profunda voz de Chad, más suave que los árboles susurrando a su alrededor. 

"..La criatura la mira a los ojos, camina hacia adelante, los dientes goteando sangre y luego...¡LE MUERDE LA CABEZA!" Nora gritó casi cayendo y la oji azul aulló por su culpa. Heather también se quedó sin aliento, y Andrew comenzó a reírse a carcajadas. Chad y Mark soltaron carcajadas como idiotas justo cuando ella se giraba para golpear con sus pálidos puños el hombro de su amigo. "¡Deja de reírte idiota!" Gritó sintiendo el calor subir por su cuello y mejillas. "¡Oh hombre, eso fue genial! ¡Los tenía yendo! todos se estaban riendo y luego gritaron como un par de idiotas, deberían haber visto sus caras, en especial tu.." dijo el idiota de cejas pobladas señalándola. "—Solo grité por Nora" argumentó ella. "Ajá, seguro, digas lo que digas, Helen.." Él la despidió con una sonrisa que hizo que su rostro se sonrojara de irritación. 

"Esa también es una historia real, Helen" dijo Nora, todavía riendo salvajemente. "No, no lo es Nora, solo estás borracha" dijo con desdén a su compañera de cuarto intoxicada. "Bueno, más ó menos lo es" dijo Chad, este tipo parecía decidido a hacerla equivocarse en todo. "Toda la parte de que las cuatro chicas desaparecieron en la luna llena es verdad, la criatura aterradora en el bosque se inventó después de que un tipo loco juró que vio esta cosa una vez.." Dijo explicando. "¿Qué, vió un pie grande ó algo así?" Ella preguntó con escepticismo. Esto era exagerado incluso para ella. Chad rió sin responder y tomó un trago de la botella de Jack Daniels. "Algunas personas dicen que fue un hombre, otros un oso ó un lobo que las atrapó" Dijo, algo oscuro en sus ojos brillando cuando ella apartó la mirada. Tragando saliva y mirando alrededor hacia las sombras oscuras de los bosques circundantes. "¿Hay...lobos aquí?" Preguntó mordiéndose la lengua poco después, detestaba mostrar debilidades ante gente como Chad. "Sí, es por eso que tienes que traer un arma cuando vengas a acampar aquí" Señaló con la cabeza hacia su tienda, y las cejas de la morena se levantaron.

"¿Qué, tú...tienes un arma?" Ella preguntó con incredulidad. Crecer con un policía por padre, que sacaba las balas de su arma reglamentaria cada vez que llegaba a casa hasta el día de hoy. No pudo evitar mirar con cautela a Chad. Éste debió haber visto su expresión porque dijo. "Tengo un permiso, no tengas un infarto" Se burló sarcásticamente. Exhaló aún tensa, ningún permiso la haría sentir segura si tipos como Chad portaban armas abiertamente. Andrew la sobresaltó cuando le dio un apretón en el hombro. "Dios, estoy vencido" dijo Mark bostezando. "Y tenemos que levantarnos temprano mañana y volver al campus, tenemos práctica" Escuchó a Heather gemir y los vió arrastrarse juntos a su tienda poco después.

"Sí, bueno, creo que me voy a ir a la cama también" dijo Nora en voz alta.  Se puso de pie y le dió a Chad una mirada de "ven aquí". "Buenas noches–" dijo entrecortadamente. Helen puso los ojos en blanco. Chad la vio entrar en la tienda que Nora y ella compartían. Rezó para que él no hiciera ninguna visita a media noche. Qué asco. Porque ella no dudaría en echarlos a ambos a la tierra fría. Una hora más tarde, después de haber llegado al fondo de la botella de Jack Daniels, Chad entró tambaleándose en su tienda, dejándola a ella y a Andrew solos a la luz de la luna. Estaba exhausta. Pasar el día caminando, andando en kayak y preocupándose por los asesinos en serie le hará eso a una persona. "Voy a meterme, a menos que quiera un calambre en la espalda más adelante.." Murmuró mientras se levantaba arrastrando la colcha.

"¿Oye, Helen?" Susurró Andrew agarrando el edredón para evitar que se moviera. "No hemos podido hablar y yo–, estoy un poco dolido...que hayas invitado a todas estas personas, sabías que quería que fuéramos solo nosotros dos.." La Swan apretó los ojos y trató de pensar en algo que decir que no sonaría totalmente malo a pesar de que ya había comenzado a perder la compostura. Los minutos pasaban mientras el fuego crepitaba y estallaba. "¿Vas a hablar conmigo?" Su voz era suave, como una puñalada en el corazón. "Yo solo...sabes lo que siento por nosotros, no quiero que las cosas cambien, hicimos una promesa—" dijo en un murmullo. "No tienen que hacerlo, podemos seguir siendo amigos, tal como lo somos, solo seremos...más, ¿no sería eso mejor?" Preguntó. Dándose la vuelta mientras arrebataba la colcha, la morena vió a su amigo atónita.

"No solo me pediste en serio que fuéramos amigos con beneficios Andrew–" Éste no respondió por un momento. Su rostro se torció en un ceño triste que alguna vez la hubiera tentado a decir que sí. Pero ceder estaba mal. Habían intentado estar juntos una vez antes y él le había demostrado que no podía manejarlo. Él la había engañado con otra chica. El chico que había estado allí para ella desde el primer día, el único en quien se suponía que debía confiar, el chico al que había besado por primera vez en su vida le había fallado. La terrible experiencia casi había destruido su amistad para siempre. Pero estar sin Andrew nunca había sido una opción. Porque sin él no tenía a nadie. Y sabía lo tóxico que sonaba, porque lo era. Así que aunque todavía estaba herida por dentro. Ella lo mantuvo reprimido en su interior para preservar su amistad. Andrew sabía que sus días de citas habían terminado, ella se lo había dicho más veces de las que podía contar.

"No-" dijo finalmente. Sintiendo algo levantarse de sus hombros. "No sería mejor, Andrew, y no me preguntes por qué no, porque jodidamente sabes la respuesta a eso" Sintió que la mano de Andrew apretaba el edredón, así que lo arrebató de nuevo, arrastrándolo por la tierra. "Tenemos que ser amigos, si tomamos este camino de nuevo, uno de los dos terminará herido" Dijo mirándolo a los ojos azules. "¿Por qué no me dejas decidir si quiero lastimarme ó no, por una vez? si quiero que me lastimen, me lastimaré" dijo enojado poniéndose de pie. "Estás diciendo tonterías ahora, esto es una tontería, es una tontería lastimarte a ti mismo sin ninguna razón–" dijo alejándose rápida mente cuando él intentó agarrar la colcha de nuevo. "Tengo una razón—" dijo con fuerza. "Eres mi razón, te amo Helen, solo existes tú" Su pulso se aceleró ante esas palabras pero no por las razones que él hubiera querido. Ella no podía amarlo. Ella no podía amar a nadie. "¡Basta! me tomó mucho tiempo superar lo que me hiciste y ahora que somos amigos otra vez no quería que esto se arruinara.." Siseó al ver el dolor evidente en sus ojos y su corazón dolía tanto por ella como por él. Esa había sido la mirada que había estado tratando de evitar.

"Entiendo que lo que hice arruinó tu fe en mí, tu fe en el amor, pero pensé que después de todo este tiempo ya lo habrías superado, que podrías volver a confiar en mí, pero ahora puedo ver que eso nunca sucederá.." Él la miró, su rostro era una máscara de tortura en la brumosa luz del fuego. "No hagas esto..sabes que te amo...solo–" murmuró mirando a la oscuridad del bosque. "Simple mente no me amas de la forma en que yo te amo Helen, no me quieres" dijo, de repente agarrando la colcha y tirando de ella con ella, haciendo algo que ella nunca esperó. 

Tomó su rostro entre sus manos y presionó sus labios contra los de ella en un beso errático. Sintió que sus rodillas se doblaban por la fuerza, así que no tuvo otra opción más que dejar caer la colcha y agarrarse a sus brazos. Éste profundizó el beso, separando sus labios con la lengua. Los pensamientos a gritos de "¡golpéalo!" le vinieron a la mente a la Swan, pero antes de que pudiera actuar en consecuencia, él retrocedió y le miró, las llamas brillando en sus ojos. Sus manos limpiando su rostro y se sorprendió al descubrir que había llorado a través de el evento. "Déjate amarme Helen.." Susurró casi suplicándole. Pero ella sabía que esto terminaría de la misma manera que siempre. Terminaría con dolor. Y estaba cansada del dolor. De ser una alfombra para sus deseos.

"—No, y si alguna vez me besas en contra de mi consentimiento otra vez, te patearé las bolas–" Amenazó tan débilmente, con la voz entrecortada. El rostro de Andrew se distorsionó por la angustia. Se giró lentamente y se dirigió a su tienda. Observó, apretando la colcha una vez más contra su cuerpo mientras él cerraba la puerta de su tienda detrás de él, cerrando su corazón así como el de ella.




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