♪ ── 𝖳𝗁𝖾 𝖮𝗇𝖾 𝖳𝗁𝖺𝗍 𝖦𝗈𝗍 𝖠𝗐𝖺𝗒 ━━ 𝗞𝗮𝘁𝘆 𝗣𝗲𝗿𝗿𝘆

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Dos semanas después

『𝖯𝖮𝖵 𝖲𝖠𝖬𝖠𝖭𝖳𝖧𝖠』

El ruido de los motores en el aeropuerto apenas y lograba distraerme del nudo que sentía en el estómago. Bajé del vehículo de Aly con la mochila colgada en mi hombro, mientras ella caminaba a mi lado cargando a su pequeño hijo, quien me miraba con curiosidad desde sus brazos.

── ¿Estás nerviosa? ── preguntó Alyson con esa tranquilidad que siempre la caracteriza.

── Mucho ── admití, metiendo las manos en los bolsillos de mi buzo para esconder mi ansiedad.

Alyson me rodeó con un brazo y dejó un beso en mi coronilla, un gesto tan tierno que me hizo recordar los días en los que me abrazaba así cuando era una niña.

── Pase lo que pase, me llamás por teléfono y estaré en Cambridge en un abrir y cerrar de ojos, ¿sabés? ── dijo mirándome con una sonrisa.

── Sí, Al. ── La abracé con fuerza, sintiéndome por un momento como aquella niña asustada que buscaba refugio en su hermana mayor.

El altavoz interrumpió el momento:

"Pasajeros del vuelo 23 con destino a Inglaterra, por favor abordar en el pasillo A-40."

── Supongo que ese es mi llamado ── murmuré sintiendo cómo el nerviosismo se intensificaba.

── Estarás bien, Samy. Lilian y Madison estarán ahí para vos ── me recordó Aly mientras sacudía mis hombros suavemente para darme ánimo.

Antes de que pudiera responder, alguien se abalanzó sobre mí, haciéndome caer al suelo.

── ¡Madison! ── la voz de Lilian sonó llena de reproche mientras intentaba ayudarme a levantarme ── ¡Ten algo de respeto!

── ¡Relájate, Lily! ── respondió Madison riendo, mientras me sacudía el polvo de la ropa ── Siento que voy a explotar de la emoción.

── Todas están iguales ── comentó Alyson entre risas, antes de saludar con cariño a Lilian y Madison.

El último llamado resonó de nuevo por los altavoces, devolviéndome al peso de la realidad. Mis manos temblaban ligeramente, pero mis amigas no tardaron en notarlo y me abrazaron por ambos lados.

── Nos vemos, chicas ── dijo Aly abrazando a Lilian y Madison antes de dirigirse a mí. Sus brazos me rodearon con fuerza una última vez.

── Te amo, Samy.

── Yo también te amo ── susurré, soltándome del abrazo para despedirme de mi sobrino. Le dejé un beso en la mejilla y otro en su estómago, provocando que el pequeño estallara en risas.

Pero justo cuando me giré para dirigirme a la sala de abordaje, algo llamó mi atención. Una voz familiar.

Mis ojos se encontraron con los de Alejandra.

Todo mi cuerpo se tensó al instante. Ella estaba ahí, a solo unos metros de mí, y aunque el encuentro fue fugaz, sus ojos también parecían cargar con una mezcla de emociones. Lilian y Madison notaron la tensión, y sin decir nada, me arrastraron hacia el avión.

── Debes superarla ── dijo Madison de forma acusatoria, entregando mi pasaporte al personal del avión.

── Ya lo hice ── respondí, pero mi voz tembló ligeramente.

Lilian me miró con una mezcla de ternura y diversión, mientras Madison simplemente negó con la cabeza.

── Entonces celebraremos que ya no está en tu vida ── propuso Madison levantando los brazos con entusiasmo.

── Eso será en nuestra primera noche en Inglaterra ── añadió Lilian con una sonrisa.

── Supongo que sí ── murmuré, aunque mi corazón seguía latiendo con fuerza.

Dentro del avión

Encontré mi asiento, me dejé caer y saqué mi teléfono del bolsillo. Un mensaje de Alyson apareció en la pantalla:

"Estoy muy orgullosa de vos. No olvides llamarme cuando llegues. Te amo."

Sonreí al leerlo, pero al alzar la vista, vi a Alejandra pasar por el pasillo con sus audífonos puestos. Inmediatamente bajé la mirada, fingiendo estar concentrada en la pantalla de mi celular.

El resto del vuelo fue tranquilo, aunque no podía apartar de mi mente las palabras de aquella mujer que conocí durante el viaje. Carmen, una anciana amable que, de alguna manera, logró sacar mis sentimientos más profundos sobre Alejandra.

── ¿Te has enamorado alguna vez? ── preguntó ella con una mirada que parecía atravesarme.

── Creo que sí ── respondí con honestidad, recordando cada detalle de Alejandra, desde su risa hasta el brillo en sus ojos.

── Entonces arreglen las cosas ── dijo con simpleza.

No supe qué responder. Las cosas con Alejandra se sentían tan rotas, tan irreparables. Pero había algo en las palabras de Carmen que me dejó pensando: "Un amor así no llega dos veces."

En Cambridge

El aire fresco de Inglaterra llenó mis pulmones cuando bajé del autobús. La universidad era aún más impresionante de lo que había imaginado, y por un instante, olvidé toda la carga emocional que había llevado durante el viaje.

── Bienvenidos a Cambridge ── dijo un hombre alto y de voz grave, con marcado acento británico. Nos explicó las reglas y mencionó que mañana nos harían un recorrido por la universidad.

Mientras caminábamos hacia nuestras habitaciones, conocí a Andrew Hale, uno de los guías asignados. Su sonrisa amigable y su actitud despreocupada lograron calmar un poco mis nervios, pero todo ese alivio se desvaneció al ver una escena que me paralizó.

Alejandra estaba allí, colgada del cuello de Dick Wilson, el instructor que nos había dado la bienvenida.

Su sonrisa, esa misma sonrisa que solía ser solo para mí, ahora era para él. Mis manos se cerraron en puños mientras intentaba mantener la compostura.

Por primera vez, sentí con claridad que ya no formaba parte de su vida.

Y dolía. Dolía más de lo que podía soportar.