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꧁°•𝗨𝗻 𝗔𝗻𝗴𝗲𝗹 𝗟𝗹𝗼𝗿𝗮•°꧂

[One-Shot editado]

AVISO: Como dice arriba, el capítulo está editado porque cometí varios errores como el no mencionar que Tsubasa y Sanae ya tenían hijos, etc. Trate de no cambiar tanto la historia para que tenga coherencia. Gracias por la atención.

Sanae Nakazawa, ahora conocida como Sanae Ōzora, es la esposa del famoso jugador prodigio, Tsubasa Ōzora.

Mucha gente cree que ellos habían establecido una relación antes de que él se fuera a Brasil, debido a que ambos jóvenes se conocían desde los doce años y estuvieron conviviendo hasta su último año de secundaria, donde él se dio cuenta de los sentimientos que poco a poco fueron surgiendo hacia su manager cuando Kanda lo desafío por el amor de Sanae, que fue cuando se dio cuenta de estos. Él ahí pudo ver lo que esa hermosa chica significaba para él.

Cuando él se marchó, aún no habían establecido una relación amorosa o definir la relación que mantenían en ese entonces, ya que con las propias palabras del joven Ōzora, no quería tenerla atada.

Pero al pasar unos años y cuando ganaron la copa juvenil y se convirtieron en campeones, él chico le había pedido que se reunieran en la cancha, ellos solos.

Tsubasa le comenzó a relatar de cuan importante había sido a lo largo de su vida cuando en la primaria esa pequeña porrista lo alentaba en cada partido que este jugaba con gran pasión, de como ella siempre se mantuvo con él cuando se lesionó de su hombro y tobillo durante la secundaria, durante el campeonato, como le deseó suerte cuando participó en el torneo Sub-16, cuando fue a visitarlo a Brasil y la más reciente que fue su apoyo durante todos los partidos. Luego Tsubasa sacó un lindo anillo; que se encontraba escondido tras del balón que siempre portaba y le propuso matrimonio y ella con lágrimas ella acepto. No podía ser más feliz, ya que, al fin todo el amor que ella le profesaba a ese joven de cabellos alborotados, amante del fútbol, fue correspondido, culminando en que ambos se fundieron en un beso lleno de pasión y de sentimientos que ya no pudieron ser callados.

Su boda fue un gran festín, habían invitado a todos sus amigos, familiares y compañeros de equipo. Todos se encontraban felices por la pareja, porque todos sabían por lo que ambos tuvieron que pasar para llegar hasta ese momento.

En su luna de miel todo fue magnífico. Ambos se entregaron en cuerpo y alma, uno al otro en una noche apasionada, donde la luna fue el único testigo de aquella noche. Esa fue la noche en la que Tsubasa le juró que siempre estaría a su lado.

Pero, esa promesa no perduró mucho tiempo.

Él no cumplió con su promesa... Con el paso del tiempo había olvidado lo que le tanto cariño prometió a la joven esa noche bajo la luz de la luna.

Todo eso había provocado, que con el paso del tiempo un enorme vacío crecía dentro de la chica, que aún que los años pasarán, aún que estuvieran casados y con dos hijos, ella esperaba que el la volviera a mirar con los mismos ojos llenos de amor que cuando le dijo que la amaba...

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Sanae se encontraba sentada en el sillón descansando, ya que había terminada de ordenar la casa, cuidar a sus hijos, ver que estuvieran o que no les falte nada y preparar la cena para cuando llegue su marido de los entrenamientos.

Siempre era la misma rutina, aveces pensaba que hubiera sido mejor si ella le hubiera pedido unos años para casarse, ya que al comprometerse tuvo que dejar sus estudios y dedicarse a como convertirse en una buena esposa y ha aprender el español castellano, ya que semanas después de haberse casado y estado viviendo juntos en Brasil se fueron a vivir a España, donde actualmente viven desde hace cinco años.

Ella se sentía muy sola, no conocía a casi nadie, salvo a algunos compañeros de equipo de Tsubasa. Pero aunque tuviera a sus pequeños con ella, se sentía igual. Sola.

Extraña demasiado cuando ambos estaban recién casados. Él le ponía toda la posible, comían juntos, ella lo hiba a ver a sus entrenamientos, paseaban cuando el tenía días libres, se demostraban cuánto se querían el uno al otro, cuidaba de los recién nacidos Hayate y Daibu.

Pero ahora ya no queda nada de lo que fue antes, ya no salen ni comen juntos, no se divierten, ya casi no lo veía, ya no pasa tiempo con los niños, él ya nisiquiera la toca cuando está en casa.

El fútbol absorbe casi todo el tiempo de Tsubasa. Ella no puede decirle que lo deje, porque sabe bien que el fútbol significa mucho para él, es lo que siempre lo motiva y lo mantiene contentó.

Siempre pensó que si él es feliz ella también.

Pero con el tiempo se dio cuánta que estaba mintiendo, ella no era feliz, se sentía sola de poder compartir tiempo con su marido.

Campo de entrenamiento de Cataluña:

El joven Ōzora se encontraba terminando de arreglar se para ir con algunos de sus compañeros a entrenar a casa de uno.

Pero cuando sale se encuentra con un viejo amigo y ex rival.

Se encontró con aquel joven de gorra que hacía varios años enfrentó y luego formaron un equipo hasta que se marchó a Alemania.

Era Genzo Wakabayashi.

Se marcharon a un bar para poder hablar más tranquilamente.

Platicaron de cosas triviales como que habían echo con sus vidas, como les iba a cada uno en su equipo, etcétera. Hasta que el ojijade le preguntó cómo iban las cosas con su esposa y sus hijos.

Tsubasa le contestó que bien, aún que lo que le extrañó a Genzo fue que la respuesta de su amigo fue muy seca, restándole importancia al tema de su esposa y sus niños que ahora eran su familia.

Él le siguió haciendo unas cuantas preguntas más sobre su relación con Sanae o los pequeños y en cada respuesta que este daba contestaba sin ánimos.

Esto le pareció raro al joven de gorra, ya que no veía ese brillo que veía en su amigo antes cuando hablaba de su mujer y sus hijos.

Pero entonces algo paso por su cabeza.

Le preguntó que si se acordaba que hoy era su aniversario de bodas, vio como su amigo se sorprendió arqueando la ceja y fue ahí donde se dió cuenta.

El había olvidado su propio aniversario...

Suspiró. Le dijo a su amigo que se marcharía, debía volver a Alemania, dejo unos billetes en la mesa, pero antes de irse le dijo: "Ve a casa Tsubasa, ve y pasa la noche con tu mujer y tus hijos." Dijo eso y se marchó del lugar.

El joven de cabellos alborotados se puso a pensar. En las veces que pudo haber olvidado fechas importantes para ella, ya no pasar el tiempo con ella, dejándola sola en casa. Después de pensar eso dejo los billetes en la mesa salió del bar con dirección hacia su auto, condució hasta una florería para comprarle sus flores favoritas, luego fue a para a una tienda donde le compró unos dulces, algunos juguetes para sus pequeños y de ahí dio marcha hacia su casa.

Casa Ōzora:

Al llegar a su casa y estacionar su auto, agarró los juguetes, las flores y los chocolates que había comprado y se adentro a la casa.

Pero hubo algo que lo desconcertó un poco.

Al entrar no se encontró a Sanae y los niños en la sala, donde siempre los encontraba, la casa estaba perfectamente limpia, como siempre, pero no se veía a su esposa, ni de sus hijos, tampoco se escuchaba ruido alguno, camino hacia la cocina y tampoco los encontró ahí, normalmente ella le dejaba un plato con una deliciosa cena, pero nada. Luego recordó que había veces que ella se iba a acostar años gemelos y ella igual, así que primero a la habitación de sus hijos y allí los vió plácidamente dormidos, así que se fue directo a la habitación en donde dormía con Sanae.

Entró al cuarto y no vió nada ya que todos los focos estaban apagados.

Pero gracias a qué la ventana estaba abierta y la luz de la luna entraba pudo observar a su esposa estar acostada a la orilla de la cama con dirección a la ventana.

Él dejo las obsequios en la mesa del tocador y se encaminó hacia su esposa y ahí la vió, con sus ojos cerrados, se veía hermosa aún dormida, fue el pensamiento de Tsubasa.

Pero algo le llamó la atención, fue su expresión.

Tenía una clara expresión de tristeza y supuso que fue por su culpa, por el no haber estado en este día a su lado que es tan importante para ellos.

Se acercó hacia ella para acariciar su mejilla, pero cuando la tocó la sintió helada. Pero le resto importancia, porque pensó que era porque ese día estaba fresco el clima.

Intentó despertarla para poder darle los obsequios y pedirle disculpas por las veces que no estuvo con ella.

Pero al ver qué no despertaba, empezó a preocuparse. Trato de moverla sin éxito alguno, le pareció extraño que no se moviera y trato de tomar su pulso.

Pero cuando lo hizo, se sorprendió por lo que descubrió sintió una fuerte opresión en su pecho y empezó a llorar.

Lloró por lo impotente que fue.

Lloró porque siempre la dejo sola.

Lloró por no haberla valorar.

Lloró por todas la veces que ella lloro por su culpa de él.

Lloró porque ya nunca más podría tocarla, sentirla, dormir a su lado y ver su hermosa sonrisa.

Porque...

Ella se había ido para siempre de este mundo, se había ido de su lado.

Días después:

Al cabo de varios días se llevó a cabo el entierro, donde asistieron los padres de ambos, amigos cercanos y familiares.

La madre de su ahora difunta esposa lloraba desconsoladamente mientras su esposo y sus padres trataban de calmarla.

Él había decidido dejar a sus hijos a cargo de una niñera, no quería que sus hijos precensiaran el entierro de su madre y que vieran a su padre destrozado.

La mejor amiga de su esposa, Nishimoto Yukari, intentaba no caer en el mismo estado que la madre de su amiga, se aferraba a el traje de su pareja, Ishizaki Ryo.

Las personas que habían conocido a la pareja estaban cabizbajos, sin saber que decir, porque a todos les tomo por sorpresa y menos como calmare a su amigo que estaba llorando en silencio junto a la tumba de su amada.

Lloraba porque no puede regresar el tiempo y poder perderse en la dulzura de su voz.

El entierro de su amada fue en Shizuoka por desición de los padres de Sanae y por él mismo, que habían decidido que sería mejor que fuera enterrada en la cuidad donde creció y vivió gran parte de su vida.

Los padres de Sanae no culparon a Tsubasa por la muerte de su" pequeña guerrera" como ellos le decían, sabían que a él le dolía que al igual que ellos o más su partida de este mundo.

Al terminar el entierro varios de amigos de Tsubasa trataron de animarlo, sin éxito alguno.Se sintieron muy mal por su amigo, aunque esté no se dió cuenta, pues estaba tan sumido en la tristeza y culpa que no ponía atención a lo que pasaba en su entorno.

Fue por hijos donde la niñera los estaba cuidando, le pago, toma a sus hijos y se marchó a la casa de sus padres.

Cuando llegó a la casa donde antes vivía, este se fue directo a habitación que fue su cuarto cuando era solo un adolescente, no sin antes acostar a los pequeños en una cuna. Se echó a la cama y empezó a llorar sin emitir ningún sonido, esa noche no ceno, no fue al baño, no hizo nada, solo se quedó encerrado.

Sus padres y su hermano entraron varias veces a su cuarto para ver cómo seguían y siempre lo encontraban igual, acostado en la cama, con la mirada apagada y sin ese brillo de alegría que él siempre cargaba. Se encargaban de los gemelos mientras esperaban que su hijo/hermano bajara.

Al día siguiente tuvo que salir a comer por órdenes de su madre, mientras el intentaba comer por lo menos un poco, su familia trataba de animarlo, sin éxito, él solo tenía se la pasaba mirando hacia el vacio. Al cabo de unos segundos su vista se posó en sus hijos que se encontraban durmiendo y a pesar que se parecieran físicamente a él, siempre que los observaba, veía a su esposa en ellos.

En la tarde gua a comprar  boletos con dirección a España.

Cuando fue la hora de la despedida, muchos de sus amigos y sus padres se despidieron de él y sus hijos, intentando que su humor mejorará, pero él solo pudo decirle un "Adiós.." seco, sin vida.

Y de ahí partió a España con un profundo vacío en su pecho y con dos pequeños.

Meses después:

Ya habían pasado varios meses desde es funeral de Sanae.

Los compañeros de Tsubasa al enterarse de lo que le ocurrió a su amigo, hicieron todo lo posible por animarlo. Ya que cuando volvió a España su actitud era muy diferente a la que ellos estaban acostumbrados; ya no sonreía como antes, se le notaba distraído, evitaba a la prensa después de cada partido, siempre estaba cabizbajo.

Él siempre dejaba a sus hijos en casa de una niñera que él contrataba.

Tsubasa se había prometido que intentaría cambiar, sabía que a Sanae no le gustaría que él estuviera deprimido por ella y frente a los niños. Intentó todo por seguir adelante, pero sabe muy bien que solo se está mintiendo.

Cada vez que juega un partido se detiene a observar las gradas, imaginando que ahí se encuentra ella animando lo y echándole porras como lo hacía en su tiempo de primaria.

Cuando va al parque con los niños, ya no sonríe, se queda mirando a la nada, con esos ojos apagados y sin ningún brillo en ellos. Solo siente el frío en su cara, esperando sentir el calor de la mano de Sanae sobre la suya, aunque sabe que eso ya no va a ocurrir.

Cuando va a comer a un restaurante con sus amigos o compañeros, no come casi ningún bocado y cuando lo hace la comida no le sabe a nada, solo se pone a pensar en la deliciosa comida comida que su mujer le hacía con tanto cariño y esfuerzo, que al tanto le encantaba degustar, pero nunca se lo dijo, se arrepiente de eso.

Y lo peor para él es el llegar a casa.

Ella no está para recibirlo con un abrazo y un beso lleno de amor, ella no está para comer la deliciosa comida llena de amor y dedicación que le prepara a diario, en la casa ya no se siente el amor y paz que ella desprendía, ahora solo se siente fría y vacía, al igual que la habitación donde antes ambos dormían.

Y aunque tiene a sus pequeños Hayate y Daibu, aún le falta ese cariño que solo ella le sabía dar.

Siempre que llega a la habitación, después de dormir a los niños, él se volvía a despedazar, empezaba a llorar como un niño pequeño después de tener una pesadilla, solo quiere volver el tiempo atrás, se arrepiente tanto de haberla dejado sola tanto tiempo, de no haber podido pasar más tiempo a su lado, de poder decirle todos los días lo que sentía por ella y que la amaba, salir de vez en cuanto al parque o a un restaurante donde ambos compartían hermosos momentos o en la habitación donde se entregaban el uno al otro demostrando se su amor.

Ahora lo a pérdido y ahí se dió cuenta de algo.

Ella era su todo, que ahora se le fue arrebatada.

Incluso ha tenido que tomar pastillas antidepresivos y para poder dormir por el constante insomnio que sufría.

Un día como otro en los últimos meses, él llegó a casa sintiendo se solo, como siempre.

Era de noche y no tenía apetito para comer, sabía que si no comía empeoraría, ya que llevaba más de un mes sin comer lo suficiente y saltando se comidas, pero no le importó y se fue directo al cuarto.

Cuando llegó a la habitación se metió directo a bañar y cuando salió ya cambiado con un pantalón negro y una camisa de manga blanca. Empezó a llorar nuevamente.

Él se sentía culpable por todo lo que estaba pasando, pensando que es un castigo por todo el tiempo que dejó sola a Sanae.

Entre todo ese llanto, sintió una mano posando se sobre su cabeza, alzó la cabeza lo dejo demasiado sorprendido.

Delante de él estaba alguien a quien nunca se imaginó volver a ver.

Frente a el estaba...

Estaba ella, Sanae.

Se le quedó mirando por unos momentos tratando de comprobar que lo que veía era real y no un producto de su imaginación.

Al comprobar que no era un sueño se abalanzó sobre ella, aferrándose a su cintura como si su vida dependiera de ello.

Sintió como ella acariciaba su cabeza y empezó a sentir el calor que desde que ella partió no había vuelto a sentir.

Al estar más calmado, se separó observandola detenidamente con una mirada y una sonrisa melancólica, mientras ella se dedicaba a sonreírle como solo ella sabía.

Lo siguiente que hizo lo sorprendió un poco, ella le extendió su mano y él... La tomó con una sonrisa sabiendo que ahora podría estar con ella a su lado toda la eternidad.

Su cuerpo, cayó al piso, sin moverse, sin respirar pero con una sonrisa porque ahora estaría con ella por siempre.

Con su esposa.

Con la persona que lo complementa.

Con la mujer que le enseño lo que es el amor.

Aquella mujer con la que ahora podrá estar por siempre.

꧁♡︎❀❤︎❀♡︎꧂


Total de palabras: 2960 palabras. [Editado]

¡Hola! Espero que les haya gustado este One-Shot, ya que me esforcé demasiado en hacerlo, tarde casi una semana en hacerlo y estoy contenta por el resultado, para ser el primero que escribo está decente jajaja. No olviden, que si les gustó dejar su voto.

¡Nos vemos en la próxima!

ATTE:Wakabayashi_Web

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