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La fiesta de cumpleaños había terminado y con ello, los momentos incómodos también.
Luego del pequeño momento en que comieron el pastel y algunas palabras por parte de los chicos mayores del grupo, uno a uno se despedía del cumpleañero y de los invitados.
Quedando al final, solo seis personas en la sala.
—Fue muy lindo tenerte aquí Hyeon, gracias por haber aceptado nuestra invitación —le dijo Hyunsuk con una clara sonrisa de oreja a oreja.
—Gracias a ustedes. Fue una fiesta muy agradable —sonrió.
—Doyoung, ¿puedes acompañarla a su casa? —se dirigió a su amigo, que estaba al costado de Hyeon.
Ella negó con sus manos diciendo que no era necesario, pero ante la insistencia de Hyunsuk tuvo que terminar aceptando.
Pero había un problema. A pesar de que tenían un auto para transportarse, Doyoung no podía conducir aún, por ser menor de edad. Luego de que Hyunsuk analizará eso, llamó a Yoshinori, quien hablaba animadamente con Akira.
Hyeon se quedó estática en su lugar, no quería soportar ningún momento más cerca de él y aunque podía decir que no necesitaba ningún favor de nadie y que podía ir sola a casa, no quería ser tan maleducada con el cuidado que le ofrecían. Y más que todo, por ser Hyunsuk quien le proponía esas soluciones.
Doyoung sabía de la incomodidad que sentía Hyeon al estar o escuchar el nombre de Yoshinori, no era tonto y lo había descubierto durante toda la noche y sabía muy bien cómo actuar.
—Hyung, no te preocupes. Llevaré a Hyeon a su casa en un transporte público para que se sienta segura. —Fue lo único que dijo.
—Falta menos de 15 minutos para la medianoche Doyoung, y no es tan seguro que dos adolescentes vayan solos por la calle y menos en un transporte vacío —ambos jóvenes miraron con sorpresa al mayor.
—Sukie —lo llamó Akira, quien ya tenía una idea en su mente—. Podría llevarla yo, mi chófer acaba de llegar, será más seguro.
Hyunsuk sonrió feliz ante esa idea y aceptó de inmediato, aunque tanto Hyeon como Doyoung querían oponerse, el problema ya estaba resuelto. Nada podría salir mal.
Todos salieron del departamento, no sin antes despedirse de Hyunsuk. Él sonrió como una madre orgullosa, le gustaba ver la interacción que podían llegar a tener sus “hijos” con solo obedecer las órdenes que él daba.
Cuando escuchó la puerta cerrarse, no pasó ni tres segundos cuando cambió su semblante a uno preocupado. Y sin la necesidad de dar la vuelta, pronunció algunas palabras:
—¿Es ella verdad? —dijo de repente—, la chica de quién estuviste enamorado mientras estudiabas en Japón —finalizó, luego de recordar por completo el rostro de Hyeon, el mismo que estaba en uno de los recuadros que tenía Asahi guardado en su estudio.
—Si. —Fue lo único que respondió su amigo.
Sin decir nada más, se adentró a uno de los pasillos para llegar a su habitación. Estaba cansado mentalmente y necesitaría pensar mucho el día siguiente.
Hyunsuk era el único en la sala ahora. Con un suspiro pesado, escondió su rostro en sus manos. Tenía que encontrar la mejor solución para que aquel sentimiento que sus amigos sentían por Hyeon, no involucre su amistad, ni a ellos como persona. Tenía que ser más cuidadoso con Doyoung. Aunque ya tenía un punto a favor; Asahi había superado ese pasado, o eso creía, pero no era un motivo suficiente para quedarse tranquilo.
Con un bostezo de cansancio, estiró su cuerpo, y luego de apagar unas cuantas luces de la sala y el comedor, se dirigió a su habitación para descansar. Sin embargo, ignoró por completo la presencia de alguien más en ese lugar.
—Así que alguien más está enamorado... —susurró.
Con una extraña mueca entre confusión, preocupación y diversión, salió de su escondite, mientras seguía bebiendo de su vaso con leche de fresa.
Los secretos, no eran sólo secretos para él y eso iniciaría una terrible guerra.
Hyeon no podía creer en qué situación se encontraba ahora.
Estar sentada junto a Doyoung, detrás de Yoshinori y Akira, era lo único que le faltaba para tener un día espectacular.
“Gracias vida”, pensó.
Al parecer todo resultó ser un plan de Akira para dar a entender que solo ella tenía la atención de Yoshinori, ofreciéndole conducir, luego de ordenar a su chófer que regresara a su casa en un taxi. O así lo había deducido Hyeon, sabía cómo se comportaba una mujer cuando tenía interés en alguien y Akira no lo ocultaba tan fácilmente.
El auto se puso en marcha, y la única preocupación que tenía Hyeon en ese momento era Yoshinori. La incomodidad llegó a reinar en el ambiente, y aunque tenía a Doyoung a su lado, era raro como la ansiedad comenzaba a consumirla. Estaba muy nerviosa.
—¿Todo bien? —le preguntó con un tono bajo, algo que no pasó desapercibido para Yoshinori, quien no dudó en ver a Hyeon por el espejo retrovisor.
—Si.
Fue lo único que dijo Hyeon, y desvío su mirada hacia la ventana de su lado. No quería ignorar a Doyoung, pero tampoco quería ponerlo en una situación incómoda. Sin embargo, solo había provocado un gran dilema en la cabeza del contrario, quien buscaba una respuesta urgente.
El camino por los próximos 10 minutos pretendía ser silencioso, pero aquellas palabras que pronunció Akira fue la gota que derramó un gran vaso de incomodidad total.
—¿Ustedes son novios? —les preguntó a los chicos de atrás.
Hyeon y Doyoung se miraron, y después de unos segundos respondieron con un rotundo "No". Akira comenzó a añadir más halagos para ambos, alegando que se verían bien, que eran el uno para el otro, y que serían una bonita pareja en el instituto. Todo eso lo hacía con una intención no tan buena, pero al parecer sólo Doyoung se quedó embobado ante todas esas suposiciones del futuro, aumentando así sus ganas de luchar hasta lograr enamorar a Hyeon.
El tiempo pasaba muy rápido, y mientras Akira seguía comentando acerca de la supuesta nueva pareja, Yoshinori no dejaba de sentir una horrible molestia en su interior, y sabía que eran celos. No tenía otra explicación, pero lo que se cuestionaba era el por qué. Si él no sentía nada por ella, solamente era un recuerdo del pasado.
Harto de escuchar e imaginar a Doyoung y a Hyeon en una relación, detuvo el auto y habló:
—Llegamos.
Todos se callaron al instante, o por lo menos Akira lo hizo, ya que era la única que estuvo alardeando. Hyeon dirigió su mirada hacia la ventana cerca de Doyoung y en efecto, había llegado a su casa. Pero una nueva duda le surgió: no recordaba decirle su dirección a nadie, ni siquiera a los chicos que conoció recientemente. Entonces... ¿Cómo es qué Yoshinori sabía dónde detenerse?
Su impulso de curiosidad fue mayor y rápidamente dirigió su mirada hacia Yoshinori, que sólo miraba hacia el frente del auto. Ignorándolo por completo, cargó su mochila y salió del auto con la ayuda de Doyoung. Ahora tenía que despedirse de ellos y no sabía exactamente cómo hacerlo.
—Sana y salva —dijo Doyoung mientras ordenaba el cabello de la chica con cuidado—, nos vemos el lunes, bonita —hizo un ademán con tristeza, no podía soportar la idea de no verla por dos días, aunque Hyeon no sentía lo mismo.
—Nos vemos Doyoung —fue lo único que pudo pronunciar con una media sonrisa. Se dirigió a la parte delantera del auto y con una reverencia se despidió de los dos chicos que se notaba que eran mayores que ella—. Gracias.
Doyoung aceptó la triste despedida y luego de ver como Hyeon ingresaba a su casa, volvió a entrar al auto para volver a su departamento, sería otro largo viaje.
«Ojalá pienses en mí bonita», pensó Doyoung con mucha ilusión.
«Ya veremos quién es el centro de atención, Lee Ji Hyeon...», aseguró Akira en sus pensamientos.
«No esperaba volver a verte de este modo Hyeon», susurró Yoshinori en un tono demasiado bajo, mientras veía de reojo como ella desaparecía de su campo de visión.
—Bien, hora de ir a casa.
Yoshinori logró sacar de su trance a sus amigos y volvió a encender el auto, que en cuestión de segundos ya estaba en marcha nuevamente.
Hyeon vio como el auto desaparecía, y por fin pudo respirar con normalidad, pero al inhalar el frío aire, sintió su pecho doler, y no pudo evitar toser con brusquedad. La humedad de la noche no la ayudaba a respirar y comenzaba a sentirse más agitada de lo normal.
Ingresó a su casa y ante el primer contacto con la calefacción pudo controlarse. Frotó sus manos buscando más calor y al ver a su tía frente a ella no pudo evitar soltar un grito.
—Necesito que me cuentes todo —dijo ella con emoción y preocupación.
Hyeon sabía que tendría que mentir por esta ocasión, pero sólo en algunos aspectos. Sin embargo, la situación que comenzaba a vivir pudo más que ella.
—Yoshinori estaba allí —abrazó a su tía, mientras las lágrimas se apoderaban de sus ojos.
No podía engañar a su tía diciéndole que todo marchó bien, cuando estuvo por más de tres horas soportando la incomodidad de ver a la peor persona de todas. Sumado a otro chico que no dejó de mirarla también.
—Cariño —decía Jessi mientras consolaba los sollozos de su sobrina. Se dio cuenta que no lo había pasado bien.
—Vamos a calmarnos y hablemos ¿sí? —tomó el rostro de Hyeon y limpió sus mejillas húmedas. Ella asintió y caminó hacia la sala principal.
Se sentó frente a su tía y con la poca fortaleza que tenía, comenzó a contarle todo lo que había experimentado y vivido desde el momento en que llegó al departamento de sus amigos. Aunque supo muy bien como ocultar lo sucedido con Asahi, sabía que no era tan importante como lo que le pasaba con cierta personita.
Jessi analizaba y comprendía cada situación que escuchaba de su sobrina, aunque trataba de entender algunos puntos claves, sentía que estaba omitiendo algo, lo cual podría ser muy importante después.
Estuvieron así por más de media hora. Hyeon ya estaba más calmada, y se preparaba para escuchar todo lo que su tía tenía que decirle.
—Hyeon... —la mayor la miró—. No es una emoción nueva lo que sentiste al ver a Yoshinori otra vez, tal vez el momento no fue el adecuado, pero el que estés ahora aquí contándome aquello ya es un gran avance. Supiste interactuar con sinceridad y diversión con los otros chicos, según lo que dices, y aunque hubo momentos donde te sentiste "acorralada" entre dos paredes, creo que estás comenzando a soltar aquella timidez e inseguridad sobre tus acciones. —Sonrió.
Hyeon escuchaba cada palabra con atención, aunque un escalofrío pasaba por su cuerpo al recordar lo sucedido, pero volvió a su estado normal.
—No voy a negar Doyoung es un buen chico, pero aún es muy temprano para decir que ciertos sentimientos están floreciendo —hizo un énfasis en el chico—. Recuerda que a veces podemos confundir amor, con la falta de afecto o atención y no quiero que terminen dañándose, aún son jóvenes.
Las emociones de Hyeon comenzaron a tomar claridad, y aunque no pudo evitar ruborizarse, comprendía cuál era la verdadera razón.
—Dejaremos nuestra conversación ahora, porque ya es muy tarde, y tenemos un día largo mañana.
Hyeon recordó las actividades que haría el fin de semana y asintió. Sentía su cuerpo pesar, estaba muy cansada. Se despidió de su tía con un beso en la mejilla y caminó hacia su habitación.
Las palabras de su tía llegaron a su mente como si fuera eco:
"Recuerda que a veces podemos confundir al amor, con la falta de afecto o atención."
Si realmente era así, un alivio inmenso se apoderó de Hyeon. Sentía una carga menos con respecto a los sentimientos que comenzaba a desarrollar por Doyoung, lo cual era muy efímero, pero ya no tenía de que preocuparse. Ahora se sentía relajada y más segura de su amistad con él.
Le prepararía una sorpresa, por todas las cosas que hizo por ella hasta el momento. Era su manera de agradecimiento.
Aunque él no buscaba eso.
Les doy un pequeño spoiler: comenzará a crecer un sentimiento muy bonito en la historia, pero no será la protagonista total, porque el pasado volverá con fuerza.
¿Qué será? Lo veremos en el próximo capítulo.
💛~
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