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0018 / especial pt. II

Tokio, Mayo del 2019

JI HYEON

Han pasado dos meses desde que llegué a Japón, meses en los que aprendí tantas cosas, y meses con los que estoy muy agradecida, porque conocí a una gran persona.

Las primeras semanas fueron muy difíciles, sentía que en cualquier momento iba a caer y no podría levantarme, quise renunciar a todo y volver a Corea, pero no podía tomar esa decisión de repente, más aún cuando mi madre estaba en su mejor momento laboral. Decidí darme una segunda oportunidad, porque me di cuenta de que si seguía permitiendo ese maltrato por parte de Yoshinori y su grupo, era porque yo no me defendía correctamente. Busqué la manera de evitarlos a toda costa, algo que funcionó por unos días, pero ellos no eran tontos.

Los últimos días de Marzo pasaron sucesos que nunca olvidaré, convirtieron mis peores pesadillas en realidad, pero después de eso, ellos desaparecieron como el polvo al soplar. Estaban allí, los sentía vigilarme, pero no podían acercarse a mi. Incluso Yoshinori se había alejado por completo, desde aquel día en donde supuestamente me había pedido perdón en aquel salón, y al parecer cumplió el favor que le pedí.

Mi vida comenzó a fluir, disfrutaba de mis clases, mi tiempo libre, y de los momentos con mi mejor amigo. Asahi.

Fue tan raro el día donde intercambiamos varias palabras y miradas, en aquella enfermería.

Marzo del 2019.

Seguía sentada al costado de la camilla mientras miraba como la enfermera colocaba sustancias extrañas sobre la herida en la mano de Asahi. Aún me sentía culpable, no debí ingresar de esa manera al salón T-12, apesar de que él dijo que fue un accidente que sucedió antes, la frescura de esa herida decía todo lo contrario.

—Listo, procura no cargar mucho peso en tu brazo izquierdo y debes volver mañana para un cambio de vendaje. ¿Entendido? —cuestionó la enfermera.

—Entendido. —respondió Asahi.

La enfermera sonrió y se retiró del lugar. Miré su mano vendada, no sabía que decir, estaba confundida y preocupada.

—Tienes un portafolio muy interesante Hyeon. —soltó de repente.

No entendí a qué se refería, pero me quedé congelada después de recordar. ¡Entonces él se llevó mi portafolio!. Fue imposible no mirarlo con enojo, porque ¡cómo pudo atreverse a revisar el contenido!

—Ah, no me malinterpretes —fue lo primero que dijo.

Se levantó de la camilla sin darse cuenta del estado de su mano, lo que provocó un quejido de su parte. Me asusté y con cuidado lo ayudé a reincorporarse. Cuando sentí que estaba tocando su espalda, mis mejillas se colorearon al instante, debido a que no me gusta tener contacto físico con nadie. Me separé de golpe y me quedé viendo su rostro. Hasta ese punto no había notado que Asahi era un chico muy lindo, pero ese no era el punto.

—Manejas un estilo muy parecido al mío, hasta siento que podrían ser compatibles. —volvió a decir, mientras se acercaba más a mí.

—¿Qué? —cuestioné nerviosa.

—Tus ilustraciones Hyeon.

Volví a la realidad y sólo asentí. Me sentía tan avergonzada. Hubo un silencio por parte de ambos, pude observarlo fijamente, la profundidad de su mirada era tan fuerte que sentía un fuerza apoderarse de mi por un momento, pero su sutil sonrisa desaparecía esa sensación por completo. Él comenzó a reír de repente, lo que provocó que lo miré confundida, fue una reacción inesperada. ¿Acaso se burlaba de mi?

—¿De que te ríes? —pregunté seria. Muy seria.

—¿No leíste la nota verdad?

¿Nota? Si antes estaba perdida, ahora no entendía nada de lo que decía.

—Tu reacción lo dice todo —se puso de pie, lo que me causó un poco de temor—. En la contraportada de tu portafolio dejé un mensaje para conversar contigo Hyeon.

Rápidamente saqué el portafolio de mi mochila y en efecto, había un papel adhesivo con una nota que decía: "Nos vemos en el salón T-12, quiero conocerte."

Después de leer el papel lo miré, todo fue una simple coincidencia. No sabía de ese encuentro, pero estuvimos en el mismo lugar.

—Yo... No se qué decir. —confesé sincera.

—Está bien, no te preocupes —cargó su mochila—. ¿Nos vemos después?

—Si.

—Bien.

Con su semblante un poco apagado, vi como salió de la enfermería. Sentí que estaba perdiendo la oportunidad más grande de mi vida, una amigo. Porque no solo era un chico amable y sencillo, también compartimos los mismos intereses por el arte. Era algo parecido a lo que él dijo, ser compatibles. Y eso es lo que son los amigos, o es lo que he aprendido hasta ahora.

No esperé un minuto más y salí detrás de él. Al verlo caminar por el pasillo, corrí hasta llegar a él y le hice una propuesta.

—Mañana en el salón T-12. —le estreché la mano izquierda.

Él pareció sorprendido por un momento, pero accedió.

—Allí estaré. —respondió sonriente, después de tomar mi mano.

Volvimos a vernos fijamente, tratando de descifrar algo que ninguno sabía que era con exactitud, pero sentimos una conexión especial, muy especial.

💛

Desde que amaneció, sigo con una sensación extraña en mi vientre. Ya era mediodía y no podía estar concentrada con las clases por alguna razón, estaba nerviosa. Traté de relajarme haciendo unos garabatos, pero no funcionó. Levanté la mano para pedir permiso e ir a los servicios higiénicos y el profesor accedió.

Salí del salón y solté un profundo suspiro, algo inusual en mí. Caminé por el pasillo mientras trataba de distraer mi mente y pensamiento. Hoy vería a Asahi, pero no sabía en qué momento. Conversé con mi madre sobre este tema y ella estaba muy feliz, ambas sabíamos lo complicado que era entregarle mi confianza a alguien, y más aún en un país distinto, lo que implica otras culturas y valores. Pero algo en mi interior me aseguraba que él era el indicado para ser mi amigo. Espero no equivocarme.

Aunque sabía que solo era el comienzo, estoy dispuesta a dar todo de mi por hacer que esa amistad florezca. Esa era yo.

Estaba por girar hacia los servicios, pero no pude ignorar el pasillo en donde se encontraba el salón T-12.

"¿Asahi estará allí?"

Estaba en duda. Si iba y no había nadie quedaría como una tonta, pero no perdía nada con intentarlo. Observé mi entorno y me aseguré de que ningún profesor estuviera cerca. Corrí hacia el respectivo salón, y antes de entrar dejé de lado la negatividad en mi mente. Debía tranquilizarme.

Lastimosamente al entrar no había nadie, está vacío. Aunque una parte de mí pedía que él apareciera, no podía ocultar mi tristeza.

—No está aquí. —comenté en voz alta.

Recordé lo sucedido el día anterior y se me escapó una carcajada. Seguramente él estaría en la enfermería cambiando su vendaje. Con la esperanza de verlo en ese lugar, tome la manija de la puerta para salir, pero me detuve.

—Si estás aquí.

Giré lentamente y lo vi. Él sonreía. La sensación de calidez no tardó en hacerse presente. Por un segundo quise correr a abrazarlo, pero era muy imprudente.

—Hola. —fue lo primero que mi mente pensó.

—Hola Hyeon.

💛

Ya han pasado aproximadamente 30 minutos o tal vez más y puedo decir que venir a este lugar fue la decisión más correcta. Sé que faltar a clases me traería problemas, pero no puedo negar que esto era cien veces más interesante y divertido.

He reído como quince veces ante las ocurrencias de Asahi, quién diría que era todo un bromista. Conversamos de las últimas tendencias de arte occidental, y algunos pintores famosos. Aunque los debates no faltaron, era un intercambio de saberes que me encantaba.

—Asi que aún no has ido a la exposición de Vang Gogh.

—No logré conseguir las entradas, eran muy limitadas.

Ir a esa presentación iba a ser el regalo que mi madre me había ofrecido, pero cambiamos de idea luego de ver los precios exclusivos. No podía darme el lujo de invertir tanto, aunque si estaba un poco deprimida por ello.

—¿Y tú? —pregunté curiosa.

—Fui a dos exposiciones cuando era niño. Pero me gustaría volver.

—Seguramente fue una experiencia maravillosa.

—Si, aunque sería mejor cuando estás con compañía.

Podía sentir su mirada sobre mí, tal vez solo imaginaba, pero era cierto. Al elevar la mirada él estaba allí, observándome fijamente.

—Hagamos una promesa. —soltó.

—¿Promesa?

—Prometamos ir juntos a la próxima exposición que será en Agosto.

—¿Qué? ¡Agosto! —esto era increíble, una segunda oportunidad para ver sus preciadas obras.

—Si, fue una noticia que se confirmó ayer. Entonces, ¿te gustaría ir conmigo a la exposición?

—¡Por supuesto! Mejor dicho, me gustaría. —no podía ocultar mi emoción.

Ambos estábamos contentos, podía verlo en sus ojos. Desde ahora, contaba los minutos para que llegue ese día. Tres meses pasarían rápido, así sería.

Mayo del 2019.

Desde esos días donde comencé a ver con más frecuencia a Asahi, sentía que mi mundo estaba mejorando. Aún cuando la presencia de Yoshinori estaba allí, no era algo que me preocupaba, porque tenía a mi mejor amigo.

Como dije, los días pasaron super rápido, y ahora ya terminábamos Mayo. Era temporada de las evaluaciones finales, pero con eso llegarían las vacaciones de medio año. Era lo que necesitaba, tiempo libre. Me aseguré de estudiar muy duro para sacar buenas calificaciones, de lo contrario no podría ir a la exposición con Asahi. Mi madre era muy estricta con los estudios, así que debía esforzarme.

Hoy era el último día de clases de teoría, por lo que la próxima semana comenzaban los parciales, estaba nerviosa, pero ver la seguridad con la que Asahi se desempeñaba me enseñó a confiar más en mis conocimientos.

—¿Hyeon?

Salí de mis pensamientos y presté atención a lo que mi amigo decía.

—¿Si?

—Estás muy distraída hoy, ¿te parece si vamos por un café después de clases?

Debo de confesar algo, últimamente he comenzado a sentir una sensación rara en mi interior, no creo que se traté de algún malestar, pero es una emoción más que nerviosismo, y poco a poco se va haciendo más frecuente.

—Claro, está bien. —respondí sin darle muchas vueltas.

Con una sonrisa de Asahi, él volvió a su carpeta y me dejó más que pensativa. Dudó que está sensación tenga que ver con él, es ilógico.

El timbre sonó, indicando el fin de clases. Guardé mis cosas con mucha calma, mientras no paraba de pensar en todas las cosas de las que podía hablar con Asahi, tendríamos una tarde ocupada, o eso esperaba.

—¿Lista? —apareció a un lado de mi mesa.

Sólo asentí, mientras acomodaba mi mochila. Ambos salimos del salón y caminamos hacia la salida del colegio. Se sentía un poco raro el silencio, ya que solemos conversar en cualquier momento, solo esperaba que no sea por algo malo.

Salimos del colegio y comenzamos a caminar en dirección a la cafetería que ambos conocíamos. De vez en cuando fingía mirar alguna ave o árbol para identificar si Asahi estaba molesto o no, porque ese silencio comenzaba a preocuparme. Nos detuvimos en un semáforo y sentí que debía de aprovechar el momento y preguntar que sucedía, pero al dar la vuelta y enfrentarlo sentí como tiró de mi brazo y acortó toda distancia. Fue inevitable no sonrojarme, desconocía el motivo de eso.

Cuando él me separó no tenía la valentía para verlo, mis mejillas seguían ardiendo. Con la mirada hacia abajo giré nuevamente y continúe con el camino. Pero él sostuvo mi mano.

—Tienes que tener más cuidado Hyeon, ven aquí.

Me quedé congelada cuando colocó uno de sus brazos sobre mis hombros, acercándome nuevamente hacia él. Tratando de volver a la normalidad le seguí los pasos y logramos llegar a la cafetería, mis mejillas ya no estaban calientes, pero ahora el problema era en mi vientre, sentía una cosquilleo imparable. No tenía idea de lo que sucedía con exactitud.

—¿Puedes decirme que es lo que pasó? —pregunté directa, mientras trataba de manejar bien mi respiración.

—Casi te atropellan Hyeon, no sé en qué estabas pensando —rio sutilmente.

¿Atropello? Seguramente me vi como una niña irresponsable, no puede ser, desearía retroceder el tiempo.

—Así que me encargué de evitar todo tipo de peligro, protegiéndote —continuó.

—Gracias. —fue lo único que pude decir.

Los cafés llegaron y rápidamente bebí de mi taza, provocando que me quemara, estaba muy caliente. Rápidamente Asahi colocó una cuchara sobre mis labios, algo que me sorprendió completamente. No pude decir ni hacer nada, más que tener los ojos muy abiertos.

Comenzaba a odiar la poca distancia que había entre nosotros y más aún los latidos sin sentido de mi corazón. No quería asegurar lo que en mi mente ya se estaba formando.

—Hyeon, ¿qué sucede contigo? —retiró el cubierto—. Últimamente estás muy distraída y te estás lastimando. —comentó con seriedad.

No sabía que decir, porque ni yo misma tenía la respuesta. Sólo me limité a bajar la cabeza avergonzada. Todo era muy confuso.

—¿Son por los parciales?

Moví mi cabeza lentamente, afirmando su pregunta.

—Entiendo, en ese caso, estudiaremos juntos. Y no voy a aceptar un no.

Aquella idea me encantaba, pero temía comportarme de una manera incorrecta al tener a Asahi todo el tiempo junto a mí. No creía poder concentrarme como debía.

—¿Estás de acuerdo? —preguntó al no obtener una respuesta de mi parte.

Sabía que él podía ser muy determinante cuando proponía algo, pero siempre tiene la consideración de preguntar por mí opinión o estado.

—Si, no tengo problema con ello. —respondí con una sonrisa. No quería preocuparlo con temas absurdos.

—Bien, tenemos el fin de semana para estudiar, los dividiremos en...

Dejé de prestar atención a lo que decía, y por primera vez sentí una pequeña calidez y felicidad nueva en mi interior, al verlo frente a mi, escuchar su voz, y darme cuenta que el chico que tenía como amigo, podría ser algo más que eso.

El fin de semana pasó con tranquilidad por suerte, y los parciales fueron tan sencillos gracias al apoyo de Asahi. No sabía cómo agradecerle, sin él estaba segura de que probablemente hubiera desaprobado. En cuanto a mis emociones, me sorprende como pude manejarlos y separarlos del colegio, porque no podía combinar dos cosas en un mismo lugar, como dijo mi madre, solo generaría un desbalance, y eso no podía permitirlo.

Si, con ayuda de mi madre pude confirmar que los sentimientos nuevos que comenzaron a nacer en mi era debido a Asahi, mi mejor amigo me gusta. Aunque quisiera poder evitarlo era muy complicado, no podía mandar en mi corazón, y ya era un poquito tarde. Él aún no lo sabe, pero creo que es mejor así, no me gustaría romper todo lo que ambos construimos por un sentimiento que probablemente solo lo sienta yo. Tampoco quería lastimarlo.

Continuamos estudiando juntos para las evaluaciones próximas, y sólo podía ocultar mi emoción por verlo, no quería ser tan evidente, tenía miedo de ser descubierta, fue por ello que tuve que tomar una decisión.

La última semana de parciales finalizó y con ello solo quedaban las finales que sería en Julio. Tenía que concentrarme al máximo para poder obtener un buen promedio y así poder conservar mi beca. Por lo tanto, tenía que ser muy estricta conmigo misma.

—¿Puedo saber la razón de tu desición? —preguntó Asahi, confundido.

—Probablemente lo sabrás después de las evaluaciones, pero será solo por esta semana, ¿si?

Ninguno de los dos estábamos preparados para separarnos de tal manera, pero sé que es necesario. O al menos así lo siento.

—Bien, aceptaré que estudiemos por separado, pero solo si vamos al parque de diversiones después de los exámenes finales.

No pude resistirme ante esa propuesta, así que terminé aceptando. Ahora tenía todo en orden, me concentraría de mejor manera para los exámenes y luego podré disfrutar de todo el tiempo del mundo al lado de Asahi. No podía ser más feliz.

Las semanas pasaron más rápido de lo que imaginaba, llegando así a los días finales de Junio, dónde pude concluir mi última evaluación con éxito. Sabía que mis calificaciones serían muy buenas, por lo que no pude ocultar mi emoción al revisar mi boleta de notas finales. Lo había logrado.

Salí del salón de profesores, y corrí hacia mi salón de clases. Esperaba con ansias ver a Asahi y celebrar nuestros logros juntos, pero al llegar no lo encontré. Supuse que todavía no había regresado, porque su mochila aún permanecía en su carpeta. Con la esperanza de verlo, decidí esperarlo, antes de volver a casa.

Los minutos pasaban y él no aparecía, solo quedaban algunos alumnos en el salón, en instintivamente me preocupe de inmediato. Recogí mi mochila que ya estaba lista, y comencé a guardar las cosas de Asahi. Salí del salón y comencé a buscarlo, tenía mis sospechas de que podía estar conversando con algún profesor, así que fui hacia el salón correspondiente. Cargar su mochila era algo que no hacía a diario, por lo que me sentía tan feliz y muy emocionada.

Llegué al salón de profesores y luego de preguntar, me informaron que Asahi ya se había retirado del lugar. Sólo pude agradecer por cortesía, y poco a poco mi felicidad se iba esfumando. ¿Dónde está él?

Caminé por los pasillos vacíos mientras trataba de conservar la calma. Había muchas otras posibilidades de que Asahi estuviera todavía dentro del colegio, pudo ir a la enfermería, al baño, a la cafetería, o algún otro lugar. Tenía que ser paciente.

Decidí sentarme en las escaleras que llevaban al segundo piso, no podía llamarlo porque no se traía celulares por los exámenes de hoy, así que no había manera de contactarme con él. Abracé su mochila y tratando de controlar los malos pensamientos, esperé.

El tiempo pasó, un aproximado de veinte minutos según mi mente y me sentía cansada. Creo que era tiempo de ir a casa. En ese momento escuché unos pasos bajar por las escaleras, con mucha emoción me levanté, pero solo vi a la persona que menos esperaba.

—Hyeon. —Dijo él con un tono bajo.

—Hola Yoshinori.

Quería evitar cruzar más palabras con él, no tenía mucha energía para discutir con alguien que no merecía mi tiempo.

—¿Estás esperando a Asahi?

Aquella pregunta me sorprendió por completo, con un poco de inseguridad afirmé, y él bajó unos escalones más.

—Creo que será mejor que vayas a casa, al parecer tardará un poco.

No entendía muy bien su punto, por lo que tuve que preguntar a qué se refería directamente. Pero comencé a tener una sensación muy rara.

—¿A qué te refieres?

—Creo que no lo sabes. —Susurró, pero si pude oírlo muy bien.

—¿Saber qué?

—Está bien, seré directo —dijo con seriedad—. Él está con su novia ahora.

Escuchar esas palabras de Yoshinori eran imposibles de creer, pero la seriedad con la que lo dijo me hizo creer tantas cosas. Tantas cosas de las que ya sospechaba, donde cruelmente me hice una ilusión que no debía.

Tratando de mantener la cordura, bajé la mochila de Asahi y la incliné hacia adelante.

—¿Puedes dársela? —traté de pronunciar correctamente las palabras, no debía titubear.

—Si. —fue lo único que dijo.

—Gracias.

En cuanto tomó la mochila, di la vuelta y comencé a bajar los pocos escalones que había. Sentí un pequeño mareo, sin duda tenía que ir a casa pronto.

—¿Estás bien?

No quería hablar, porque sabía que mi voz comenzaba a romperse poco a poco. Sólo asentí con la cabeza y continúe con mi camino.

Mi mente estaba en una guerra de pensamientos, mientras que mi corazón solo amenazaba con encerrarse en el dolor que comenzaba a apoderarse de mi. Mis ojos comenzaron a picar y la necesidad de llorar estaba latente. Mis piernas comenzaron a correr, quería salir de allí lo más rápido posible.

"Asahi tiene novia."

Ese pensamiento parecía tan irreal, pero ahora todo tenía sentido. Él y yo, jamás existiría.

Nota de Autora:

Hola a todxs mis lectores bellos de esta historia. Ha pasado tanto tiempo, pero solo puedo decirles que Truthful ha vuelto. He ido corrigiendo los capítulos y también apliqué un nuevo estilo de gráficos, espero les agrade.

Lo siguiente que diré son las actualizaciones, comenzaré a subirlos de a poco, entre especiales, que cuentan detalles del pasado de Hyeon y algunos chicos, y los capítulos normales. Pueden omitir los especiales si desean, pero no lo recomiendo, ya que el pasado es una historia muy importante en la trama.

Me está gustando el rumbo que voy construyendo en los capítulos que aún no público, solo espero que esté a la altura de ustedes y lo disfruten tanto como yo.

Dejó este segundo capítulo especial, y nos vemos en las próximas actualizaciones. Gracias por seguir con la historia.

💛~.

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