0014 / especial pt. I
Tokio, Marzo del 2019.
Hyeon aún recuerda el vergonzoso suceso que vivió en la casa de Yoshinori. No podía creer que estuvo a punto de caer en su jueguito de "niño bueno". Sentía su rostro hervir con solo pensar en la frase que había dicho su madre. No tenía sentido, entonces, ¿no era la única que piso esa casa?
Ya había pasado algunos días, pero no podía simplemente ignorarlo. Revoloteó su cabeza tratando de olvidar ese recuerdo, pretendía concentrarse en los exámenes que ya estaban cerca, pero había otro problema que también era su martirio.
Había perdido su portafolio.
Su mundo secreto, como lo llamaba, podría estar ahora en las manos de cualquier estudiante, pero aparte del temor de perderlo, quizás podían plagiar sus diseños. Tenía que recuperar su "tesoro" a cómodo de lugar.
Preguntó por cuarto día en la recepción de cosas perdidas, pero su respuesta fue la misma. Se despidió del encargado y comenzó a caminar rumbo a su salón de clases.
Extrañamente los alumnos a quienes ella consideraba "cretinos", no la habían molestado como de costumbre, mucho menos Yoshinori, quién al parecer era como un fantasma. Estaba aliviada por una parte, ya que así no tendría que empezar el día discutiendo o sufriendo una estúpida broma de ellos. Sin embargo, otra parte de ella estaba preocupada.
Tal vez esa falta de acciones, era una señal de que planeaban algo muy grave en contra de ella, debía de estar muy prevenida.
Ingresó al salón de la clase de Cerámicas y se sorprendió de ver lo que tanto estaba buscando sobre su mesa. Corrió hacia ella y la abrazó como si de una mascota se tratase. Fue inevitable no recibir miradas de rareza por parte de los demás, pero nada le importaba más que haber recuperado su preciado portafolio, ignorando por completo la nota que venía con ella.
El maestro llegó y todos comenzaron con la exposición que habían preparado durante la semana, para Hyeon no fue nada complicado, por eso era considerada una buena estudiante y hasta el momento ha manteniendo esa buena reputación.
Estaba ansiosa por volver a dibujar algo en su portafolio, había dejado ese hábito desde que lo perdió, pero ahora volvería a retomarlo.
Prestó atención a sus compañeros mientras exponían, y podía sentir lo nerviosos que estaban, pero cuando ellos la miraban, Hyeon no hacía más que animarlos. Poco a poco se ganaba el cariño de varias personas.
La primera clase había terminado, y por suerte el próximo profesor estaba ausente, así que ese tiempo sería muy útil para Hyeon, quien sabía muy bien cómo usarlo.
Guardó todas sus cosas y salió del salón. Tenía en mente a donde ir, había descubierto un salón especial que sería su lienzo en blanco. Comenzó a caminar más rápido, mientras su emoción crecía, y nada ni nadie iba a interrumpirla.
Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien la seguía. Cuando solo le faltaba poca distancia para llegar, sintió como alguien jalaba su brazo y la apartaba de su destino.
"¡Noo!", gritó mentalmente como si fuera la protagonista de un secuestro.
Lo único que hizo fue cerrar sus ojos, pero los abrió de inmediato cuando escuchó como cerraban la puerta con seguro. Una pequeñísima parte de ella se sintió aliviada de que fuera Yoshinori quien la había "secuestrado" pero eso no quitaba el miedo y el enojo que sentía.
—¿Qué te sucede? —rápidamente Yoshinori cubrió su boca, haciéndole la señal de silencio.
Hyeon no iba a permitir que él volviera a darle órdenes, estaba cansada de eso, pero cuando iba a gritar prefirió callar, al ver por las ventanas a un profesor que pasaba por el pasillo. Entonces, ¿estaba siguiendo los pasos de Kanemoto?
Luego de ver como el profesor pasó de largo, una indignada Hyeon encaró al chico detrás de ella.
—Pero que estupidez estás... —nuevamente fue interrumpida.
—Lo siento. —se disculpó.
La situación era un poco incómoda, pero mucho más para Hyeon, quien trataba de analizar ese comportamiento raro de Yoshinori.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Hyeon obviando su confusión.
—Por lo que sucedió en mi casa.
Un rubor invadió las mejillas de Hyeon, con sólo recordar lo que había visto y protagonizado ese día, pero rápidamente volvió en sí al recordar que todo había sido un maldito plan, o eso era lo que suponía.
—No tienes por qué hacerlo, fue mi culpa.
Caminó hacia la puerta, pero sabía que estaba cerrada con llave.
—Si tengo que hacerlo, no era mi intención. —volvió a decir Yoshinori.
—Escucha —Hyeon reunió toda la valentía que tenía y habló firmemente—. No sé quién eres exactamente, ni lo que haces con tu vida, pero ese día para mí quedó en el olvido, así que, si quieres que te perdone, está bien, te perdono. —suspiró—. Solo quiero pedirte una cosa.
—¿Cuál? —preguntó Yoshinori un poco interesado.
—No vuelvas a dirigirme la palabra.
Yoshinori se quedó estático al escuchar aquello último. Cuando vio que no podía hacer algo más, solo caminó y quitó el seguro de la puerta. Salió primero sin decir nada, dejando a Hyeon atrás muy confundida, pero satisfecha con su decisión.
—Pero que le pasa a ese tipo —dijo molesta.
Hyeon abandonó el salón y fue en dirección el lugar que había buscado inicialmente, al que debió llegar hace 10 minutos. Revisó que ningún profesor o alumno merodeara por los pasillos y rápidamente corrió hacia el salón T-12, su nuevo lugar preferido.
ASAHI.
Aún no podía creer que había devuelto aquella belleza de arte que tenía en mis manos, pero no podía apoderarme de algo que no era mío, así que supuse que hice lo correcto.
Seguí con la mirada a la dueña del portafolio preguntado por cuarta vez si alguien habían dejado su portafolio perdido en recepción, pero al recibir una respuesta negativa solo volvió a su salón, cabizbaja.
"La sorpresa que se llevará."
Me había encargado de colocar el portafolio en el lugar donde lo encontré, pero esta vez con algo extra.
Vi como ella ingresó a su salón y chilló de emoción al ver lo que tanto había buscado sobre su mesa. Comencé a reír ante su comportamiento, era muy tierna.
El timbre de inicio de clases había sonado, así que bajé de mi escondite y fui a clases, con una emoción por lo que sucedería después.
—Buenos días estudiantes —saludó el profesor.
Todos respondimos cordialmente, listos para dar inicio a la clase de Cerámica II. Tenía mucha ilusión de compartir esta materia con Hyeon, pero no alcancé los cupos para inscribirme en su clase, por lo tanto, tenía que adaptarme a mis nuevos compañeros por ahora. Aunque estaba emocionado porque tenía otras clases que si compartía con ella.
Estaba tan concentrado pensando en ella que no me di cuenta que el profesor me había llamado más de tres veces, lo que me llevó a tener una llamada de atención. Reí ante lo sucedido y me levanté del asiento rumbo a la oficina del director. Nunca antes había tenido una llamada de atención.
"Que divertido."
Mientras caminaba por los pasillos, pude escuchar su voz claramente, era ella. Me acerqué lentamente a su salón de clases y me coloqué cerca de la pared y con mucha precaución comencé a ver lo que hacía, mejor dicho, lo que decía.
—La Antigua Grecia fue testigo del desarrollo de uno de los artes más exquisitos, la cerámica...
Era muy interesante el tema que había elegido, pero por algún motivo me concentré en esos delgados y delicados labios, no quería parecer un acosador, pero era inevitable no prestarle atención. Algo sucedía en mi interior.
Cuando sentí que su mirada venía hacia mí, rápidamente me escondí y por primera vez pude sentir la emoción de adrenalina, aunque sé que eran solo nervios. Toqué mi pecho, sintiendo como mi corazón latía rápido, traté de respirar y volver a lo que estaba haciendo, pero su presentación había terminado.
Con una sonrisa tonta, continué mi camino hacia la oficina.
—Soy un tonto —me dije con diversión—, un tonto enamorado.
Sabía que la llamada de atención no tendría validez, no era porque tenía una gran influencia en el colegio, sino porque era un alumno destacado y un simple y primer error no era tan grave como para recibir un severo castigo. Así que, agradecí al director y me retiré de su oficina.
De regresó al salón, vi la hora en mi reloj y solo faltaban 10 minutos para terminar la primera clase. Sabía que el profesor Sakone no iba a asistir hoy, por lo tanto, Hyeon estaría libre, así que era momento de empezar mi plan.
Luego de guardar mis cosas, salí corriendo del salón en dirección al lugar donde esperaría a Hyeon, solo esperaba que haya leído la nota que dejé en su portafolio.
—Si lo hizo... —dije seguro de mis palabras y corrí hacia el salón T12.
Desde el día que comencé a investigar cada dibujo o pintura que Hyeon había plasmado en su portafolio, sentí que por fin alguien podía entenderme. Era inevitable observarla durante algunos días, aunque al principio creía que seria algo pasajero, me di cuenta que cada vez era más profundo el interés que siento, y con mucha valentía decidí que ya era momento de conocerla realmente.
Solo iba a presentarme y decirle lo que pienso sobre su trabajo artístico, quizá se enoje conmigo porque yo fui quien tomó su portafolio, pero se cómo manejarlo.
Cerré la puerta del salón y observé mi reloj, aún faltaban cinco minutos, así que tal vez podría organizar un poco el lugar. Como era un salón sin uso, el polvo y la suciedad no sería un buen ambiente para ella, y también para mí, claro.
Dejé mi mochila en una esquina y comencé a limpiar las pocas mesas que había y unas cuántas sillas. Era raro como este salón tenía todo lo necesario, como si fuera un día común de clases, pero eso no era lo importante.
Limpié algunas estatuas y las organicé de acuerdo a la fecha de nacimiento de cada autor. Solía ser muy curioso por el arte clásico, debido a que mi padre era pintor y no dudó en heredarme esos conocimientos. Es por eso que conozco mucho sobre ese tema.
Por segunda vez, limpié las sillas y mesas, tenía que estar reluciente, no entiendo porque me concentraba tanto en ese aspecto, pero no quería demostrar mi falta de cordialidad, y menos si se trataba de ella.
Seleccioné una mesa y dos sillas y las ubiqué en el centro del salón. No era una cita, no me malinterpreten, solo quiero conversar con ella.
—Perfecto.
Me senté en una de las sillas y esperé a que ella ingresará por la puerta, no buscaba que se impresione o algo así, pero quería comenzar una nueva amistad.
Pasaban los minutos y aún no venía, tal vez nunca leyó la nota, es por eso su ausencia. Pero no podía darme por vencido, pudo tener un imprevisto, y eso le robó algo de tiempo.
Me levanté de mi asiento y abrí la puerta. Cuidando de que nadie me viera, incliné mi cabeza hacia afuera y comencé a buscar algún indicio de ella.
Volví a ver mi reloj y ya habían pasado 10 minutos, con la esperanza de verla, seguí esperando. Vi como una puerta se abría, y por inercia volví al salón. Busqué una pequeña abertura, y vi lo que sucedía. Yoshinori apareció con un semblante frío y cabizbajo, seguramente porque algo no salió como quería. Tan típico de él. Pero solo podía sentir lástima de la persona que lo dejo así, porque probablemente sufriría las consecuencias.
Espere por la segunda persona y me quedé consternado.
—Hyeon...
Dije al ver que salía del mismo salón que segundos antes salió Yoshinori, era imposible creer que ellos tuvieran algún tipo de ¿relación?
Al ver que ella venía para mi dirección, toda la confusión y la pequeña molestia en mi pecho desaparecieron. Sentir otra vez esa emoción desbordar de mí, hizo que tropezará con las sillas que anteriormente había ordenado.
Sentí como una parte de mi mano ardía y al verla tenía una herida muy grande. Con rapidez me levanté, tratando de buscar algo con que cubrirla, pero era demasiado tarde.
Hyeon ya estaba aquí.
Nota de Autora:
Luego de varios siglos de no actualizar, espero me perdonen, ya saben cómo es la universidad. Pero bueno, aquí les traigo una parte de la historia detrás del porqué Asahi recuerda a Hyeon, en el próximo capítulo ella y él... Mejor esperen con ansias la próxima actualización jeje.
¡Gracias por todo leer, votar y comentar!
Por cierto, este es el primer capitulo de la mini maratón que haré, así que espérenlo. Y también hay nueva portada wiiiiii.
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💛~
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