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0011

Hyeon regresó al salón, y con mucho cuidado, tratando de no hacer ruido, entró. Con una sonrisa inocente fue directo a su asiento, provocando miles de suspiros por parte de sus "ahora" compañeros.

—Doyoung —lo llamó con voz suave.

Él giró a verla, quedando inmóvil ante aquella bella sonrisa. Hyeon no entendía lo que sucedía con ese chico, su actitud era muy extraña.

Mashiho y Haruto reían en silencio, les divertía tanto el comportamiento de Doyoung, que no podían aguantarse. Sin embargo, no a todos les agradaba esa cercanía. Hyeon titubeó por un momento, pero solo extendió sus brazos.

—Aquí está tu portafolio. —le entregó el material.

—Oh, gracias. —respondió Doyoung con una singular sonrisa. Modo coqueto activado.

Hyeon tenía una incertidumbre, no quería ser entrometida, pero no perdía nada con preguntar sobre el trabajo del portafolio.

—Hum, Doyoung... —volvió a llamarlo.

Rápidamente él le prestó toda la atención posible, causando más gracia a sus amigos.

—Yo quisiera saber —fue interrumpida por el profesor que ingresaba al salón.

Doyoung notó el ceño fruncido de la chica, se acercó hacia ella sin darse cuenta que invadía su espacio y le susurró.

—Hablamos en el almuerzo ¿okey?

Hyeon se puso un poco nerviosa ante tal cercanía, dando como única respuesta un movimiento con la cabeza en forma de afirmación.

Doyoung sonrió victorioso y volvió a su lugar. Sus amigos se quedaron muy sorprendidos ante lo sucedido, pero prefirieron no decir nada.

—Entreguen sus trabajos, por favor. —finalizó el profesor, luego de guardar sus archivos. La clase había terminado.

Hyeon comenzó a recoger sus cosas. Para ser su primer día, tuvo una clase muy liberal y para nada compleja, todo iba de maravilla.

Estuvo a punto de cargarse la mochila, pero Doyoung la detuvo. No iba a desaprovechar ese momento, sería un caballero para ella, su caballero.

—No es necesario —dijo Hyeon al notar su intención—, pero gracias.

Con una sonrisa forzada Hyeon recogió su trabajo terminado y caminó, dejando atrás a un Doyoung rechazado.

—Será para la próxima amigo. —dijo Jihoon animándolo. Aunque él y sus amigos seguían divirtiéndose con esa situación.

La clase de Manualidades blandas había terminado, dando inicio a una nueva.

Retratos.

Luego de dejar el trabajo de Doyoung, Yoshinori decidió ir al supermercado. Quería sorprender a sus amigos en forma de agradecimiento, y tal vez podía intentar preparar una cena deliciosa.

Dejó su bicicleta en el respectivo estacionamiento, e ingresó al lugar. Las ideas en su cabeza comenzaron a confundirlo, si compraría algo, pero, ¿por dónde empezar?

Caminó hacia la sección de carnes, era esencial, pero aún no había pensado en que platillo cocinará.

Tomó un recipiente con carne de res y lo vio detenidamente, quizá así le llegaba alguna idea.

—Se ve muy apetitosa. —dijo una voz femenina, aquella que Yoshinori conocía a la perfección.

—Akira, ¿Cómo estás? —preguntó sonriente.

—Mmm, no es obvio. —dijo ella, señalando su carrito de compras, provocando que ambos rieran.

—Es cierto. —respondió Yoshi, un poco apenado.

—Aquí la pregunta es, ¿qué haces tú aquí? Según recuerdo, nunca te gustó hacer las compras. —dijo ella pensativa.

—Fue espontáneo, nada de otro mundo.

—Mmm, puede ser... —habló Akira con cierta diversión— ¿Y qué harás con esa carne?

—Yo, bueno... —estaba vacilando, no quería quedar en ridículo.

—¿Cocinarás? —cuestionó muy curiosa la peliazul.

—Si, el problema es... ¿Qué cocinaré? —Yoshi se rindió.

—Mmm.

Una idea cruzó por la mente de Akira, era muy tentadora, y estaba segura de que su querido amigo de la infancia, no dudaría en aceptar.

—Hagamos esto. —dijo, mientras comenzaban a caminar buscando los ingredientes que faltaban.

La clase de Retratos fue tan divertida, que todos terminaron con las manos y caras manchadas de pinturas de colores, quién diría que dibujar un rostro sería tan escandaloso. Más aún gracias a la dichosa "corriente artística" de Jihoon y Haruto. Por suerte todos lograron un buen desempeño en clase, llevándose consigo tal anécdota.

Y no pueden olvidar las clases de Bodegones y Literatura, aquellos poemas que declamaron sus compañeros, fue tan épico y muy conmovedor.

Luego de casi seis clases terminadas, Hyeon se encontraba en la sala de consultas de su tía Jessi, contándole todo lo que había sucedido hasta ese momento, siendo un gran alivio para ella.

No había visto en meses tal sonrisa y carisma en su sobrina, eso la alegraba.

—¿Y cómo dices que se llama tu "nuevo amigo"? —preguntó muy interesada.

—Doyoung. —respondió— Aunque es un poco raro. —añadió.

—Ah, el alumno Kim. —habló Jessi, con más interés.

—Ese mismo.

Escucharon dos toques en la puerta, con un —adelante— por parte de la psicóloga, se abrió, dando ingreso al chico del que estaban hablando, que al parecer estaba muy animado.

—Señorita Lee, ¿puede mi compañera Hyeon acompañarme un momento?

Hyeon vio a su tía un poco nerviosa, sin embargo, Jessi creía que era una gran oportunidad de socializar para su sobrina.

—Claro que si Doyoung. —dijo con una rara sonrisa. Algo que no pasó desapercibido para Hyeon.

Doyoung no dudó en tomar de la mano a Hyeon, esperando alguna reacción por parte de ella, pero al parecer ella no se había dado cuenta, aún. Eso era bueno.

Aquella acción si fue notoria para Jessi, quien estaba más que emocionada por lo que sucedía con Hyeon. Ella conocía a la perfección al alumno Kim, aunque se le otorgue el título de un chico "rompecorazones" y sea muy popular entre los estudiantes, sabía que sería un buen amigo para su sobrina, y estaba segura que esa amistad no pasaría a un nivel superior, a menos que Hyeon haya cambiado de interés sobre su chico ideal.

Aunque ya había oído unos rumores de que él estaba "enamorado" de Hyeon, sabía que no duraría mucho ese sentimiento, no era la primera vez que le sucedía algo así a Doyoung, y como su psicóloga, lo conocía a la perfección.

Soltando una suave risa, anotó todo lo que su sobrina ha vivido en las últimas horas de clase en un cuaderno, estaba preocupada de que algún detalle se le escapara, pero que mejor aliado que el alumno Kim, para saber todo.

Ambos compañeros caminaban rápidamente, casi como si trotaran, la emoción en uno de ellos era evidente, y agradecía que los pasillos estuvieran libres, ya que así llegarían más rápido.

Un salón, dos salones, el comedor...

Doyoung se detuvo.

¿No que sólo iban a conversar? ¿Por qué se detuvo en el comedor?

Hyeon no estaba preparada para ingresar a un lugar tan concurrido y lleno. No entendía cuál era el objetivo de Doyoung. Lo único que hizo en el momento fue mirar hacia abajo, pero aquella acción fue tomada de otra forma por él.

—Entiendo. —dijo Doyoung con una risa nerviosa, mientras soltaba suavemente la mano de Hyeon.

Ella entendió lo que pasaba, era un malentendido.

—No te preocupes. —dijo él, más calmado.

—No es eso Doyoung. —respondió Hyeon, un poco seria.

La situación entre ambos se puso muy tensa, Doyoung no quería empeorar la situación, y más aún, no quería incomodar a su "amada", así que, sin medir sus acciones acarició suavemente la cabeza de Hyeon.

—Nos vemos mañana. —finalizó, ingresando al comedor.

Por la mente de Hyeon, no pasaba otra cosa más que el por qué Doyoung se comportaba de esa manera, apenas lo conoció este mismo día, solo unas horas, entonces, ¿por qué esas acciones con ella?

Con un suspiro, prefirió no entrar, aquello que sucedió con Doyoung le dió un giro por completo a su día, pero podía aclararlo mañana, tal y como lo dijo su amigo.

Pérdida en sus pensamientos decidió volver con su tía, después de todo no habría más clases, por la ausencia del profesor de Ilustración.

Continuó con su camino, pero tuvo el presentimiento de que alguien la seguía, o quizás ya se estaba volviendo loca. Ignorando eso, avanzó con mayor rapidez, no había duda de que necesitaba hablar con su tía.

Sin embargo, aquel presentimiento era real.

—¿Por qué no me recuerdas Hyeon? —se preguntó, luego de salir de su escondite mientras observaba como aquella chica que en algún tiempo llegó a demostrarle el verdadero amor, caminaba muy apresurada. No había cambiado en ese aspecto.

Río al recordar su primera anécdota juntos cuando estudiaron en Japón. Era imposible olvidar todos esos detalles y más aún, aquello que dejó una huella no tan bonita en su memoria.

Gracias a uno de sus amigos de ahora.
Yoshinori Kanemoto.

Tan sólo mencionar su nombre, podía recordar todo lo que sucedió hace tres años. Él era su amigo, y a pesar del accidente que lo dejó sin recuerdos, no lo había perdonado.

Cambiando su facción por una más divertida, ingresó al comedor, en dirección a la mesa donde estaban sus amigos.

—Hey, Asahi.

Lo llamaron.

Sin duda nadie debía enterarse de lo que realmente sucedía. Nadie.

¿Qué les pareció el capítulo de hoy? ¿Cuál será el motivo por el que Asahi jamás perdonará a Yoshi?

Un nuevo personaje, Akira, quien será el dolor de cabeza de muchos, incluyéndome.

Mucho love para ustedes Yemitas, ya estamos por llegar al primer 1K de lecturas.

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💛~

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