🎃Tree
Yoongi salió de su habitación en busca de algo para entretenerse.
—¿Y yo te llamé? ¿Para qué?
El demonio siguió sus pasos en silencio admirando la casa de Yoongi, era aburridamente acogedora.
—No lo sé, tú sabrás. ¿A caso no sabes? el truco es que haces un pedido al demonio y lo obtienes.
—¿Un pedido? ¿Cómo un deseo?
—Ujumm.
Jimin asintió bajando las escaleras aún detrás de Yoongi, deleitando su vista con ese gran trasero apretujable.
—¿Qué se puede pedir a un demonio?
—Lo de siempre, mucho dinero, casas lujosas, autos de ensueño, viajar por el mundo, vivir por la eternidad, salud infinita, mujeres bellas, quitarte un callo del pie, ser más flaco o tener el pito más grande... ¿Qué se yo? Cosas estúpidas que los humanos desean.
—¿Entonces eres Asmodeus el señor de la lujuria y el engaño? —Preguntó yendo a su cocina.
Eran las seis de la mañana y creía que ya no podía dormir. Al menos no con un demonio persiguiendolo por toda su casa.
—Nop, la verdad no lo soy, soy Saturno, o Ashma Daeva como te dije pero dime Jimin, soy solo su hijo o uno de muchos sabes, mi padre tiene tantos hijos por ahí como yo, es lujurioso solo piensa en meterla en cualquier agujero.
Yoongi apretó los labios para no reír mientras rebuscaba en los estantes.
—¿O sea que eres...
—Un archidemonio. —Respondió. —Descendiente de los demonios mayores o de Lucifer.
Jimin desapareció de donde estaba parado al lado de Yoongo y apareció justo sentado sobre la encimera. Yoongi se llevó una mano al pecho muerto del susto.
—¡Joder no hagas eso! Me dará un infarto o algo.
Jimin sonrió ladino observando a su víctima. Porque si lo era, una víctima más. Pero ésta era especial.
—¿Y si eres un demonio dónde están tus alas? —Preguntó interesado sirviéndose café. —¿Los demonios toman café o siquiera comen?
—Los demonios amamos las cosas terrenales. —Sonrió mirando con intensidad a Yoongi. —Pero no logramos saciarnos es nuestro castigo.
El rubio mayor carraspeó, por alguna razón se sintió desnudo y vulnerable frente al demonio.
—Y si existe el infierno también existe el cielo. —Comentó sirviendo una taza de café extra para el demonio.
Quizá era como para convencerse de que sus padres estaban en algún lugar esperando por él.
Jimin aceptó el café sin apartar su vista de Yoongi y sonrió. Ese chico era todo un enigma para él. Ni si quiera se había asombrado cuando le dijo que podía pedir lo que fuera.
—¿Y, Min Yoongi? ¿Vas a pedir algo? Sabes hay muchos por ahí que se mueren por un deseo cumplido... literal. —Susurró lo último con malicia pero Yoongi no oyó eso.
—¿Cómo sabes mi nombre? —Atajó al instante el rubio más grande.
—Busqué en tu billetera tu carnet de identidad. —Jimin puso sus ojos en blanco. —Soy un demonio so bobo, se todo. Sé que deseas algo y pronto lo vas a pedir.
Yoongi alzó una ceja sin dejar de mirarlo, ese gesto hizo que el demonio se ruborizara un poco. ¿Un demonio ruborizado por culpa de un humano?
—¿Y tus alas de demonio? ¿No tienen alas como los ángeles?
—¿Siempre eres así de entrometido y preguntón Yoongi? Solo pide el estúpido deseo que guardaas en tu interior y listo. Yo me iré rápido.
Yoongi golpeteó sus dedos en la encimera donde Jimin estaba sentado. No iba a meterse con ningún demonio. Google decía que Asmodeus o en este caso su hijo era un falso y un engañoso, saber con qué artimaña iba a envolverlo. Y Yoongi no estaba dispuesto a entregar su alma a ningún demonio.
—¿Tengo que darte mi alma a cambio? —Preguntó dudoso aunque sabía perfectamente cual era la respuesta.
—Oh vamos pensé que eras listo Min, es un trato, un acuerdo bilateral te doy algo y me das algo a cambio. Solo debes decir truco a trato.
—¿Truco o trato? —Preguntó Yoongi suspirando y pasando su peso de un pie al otro.
—Estamos en Halloween amargado se realista u original.
Yoongi rodeó la encimera para salir de su cocina pero Jimin apareció justo frente a él.
—¡Mierda, ya te dije que no lo hagas! ¿Podrías irte? No quiero pedir nada, fue un error el llamarte no sabia lo que estaba haciendo ahora vete como has dicho hay muchos por ahí que desean obtener algo. Yo no deseo entregarte mi alma.
—Vamos Min algo debes querer. ¿Quieres un pene más grande? ¿Más grueso? ¿Una Mansión?
—Ya tengo un pene bastante bien dotado por si quieres saber y mi casita es suficiente para mí, así que vete no necesito nada de ti. Vete vete. —Susurró moviendo su mano hacia adelante.
Tomó a Jimin de los hombros lo alejó y pasó de largo para ir hasta su habitación y tomar una larga ducha.
Tomó su toalla y sus cosas y se metió en el cuarto de baño, abrió la regadera y se desnudó para meterse.
El agua hizo que sus músculos se relajaran al sentir el agua caer por su espalda, tomó el gel de baño y lo esparció por su cuello y luego por su torso y su abdomen.
—Oh vaya, tienes razón ya tienes un pene muy grande.
Yoongi volvió a dar un salto y el jabón se le resbaló por las manos y fue a dar al piso mojado del baño.
—Por la mierda Jimin, deja de aparecerte así. ¿A caso no puedo ya tener privacidad en mi propia casa?
Jimin sonrió, sus ojos casi desaparecían al hacerlo pero su vista bajó de inmediato para ver fijó la intimidad del rubio.
Yoongi se llevó inmediato ambas manos a su entrepierna para cubrise de la mirada tan penetrante y lasciva del demonio.
—Eres interesante Min. ¿Qué vas a pedir? Un pene grande ya lo tienes... ¿Un auto último modelo? ¿Un Tesla?
Yoongi rodó los ojos tratando de cubrir lo más que podía de su piel. ¿Qué tenía la gente contra su pene? Lo de Jay había sido una broma de muy mal gusto pero Jimin ni si quiera lo conocía bien y...
De pronto una luz se le iluminó.
—Sal de mi baño y espérame en mi habitación, ya hablaremos sobre lo que quiero pedir.
Jimin asintió y volvió a desaparecer del baño y Yoongi pudo bañarse con más tranquilidad. Sonrió, quisa si iba a necesitar algo del demonio Jimin.
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