
✤ DÍA 9² ✤
Permanecieron en silencio un buen tiempo observando el techo que pareciera que se hubieran dormido.
Oyeron la puerta abrirse dejando ver a Jennie quién observó a su hija muy acurrucada con aquella chica de la que tanto le habló en el pasado.
—YeJi hija—habló.
La recién nombrada se paró de golpe al escuchar a su madre—¡Mamá!—exclamó nerviosa.
—Sólo venía a preguntarte algo, pero puedo esperar—dijo con una sonrisa—Chaer, cuidamela por favor, es un poco torpe.
ChaeRyeong rió ante las palabras de la mayor y giró a ver a YeJi quién tenía el rostro teñido de un rojo color.
—Téngalo por seguro—respondió guiñandole el ojo a la mayor.
Jennie se retiró cerrando la puerta dejando a ambas jóvenes solas riendo a carcajadas sobre lo que acababa de pasar.
—¿Tu a que venias Chaery?—preguntó YeJi después de varias risas.
—Yo...—dijo ChaeRyeong con cierto nerviosismo—Venía a disculparme por lo que te había hecho ChaeYeon, ella no tenía por qué hacerlo—suspiró—De verdad perdóname YeJi.
La recién nombrada sólo la calló y la abrazó—No te preocupes Chaery—dijo—Sé que ChaeYeon no me quiere cerca pero solo me alejare si tu me lo dices.
ChaeRyeong se asustó al oír esas palabras. No deseaba eso, nunca quiso que su mejor amiga se aleje, desde que inició con su plan de enamorarla hasta ahora que la vida decidió jugar en contra de su mayor, no deseaba que YeJi se alejase de ella por nada del mundo, la quería a su lado así sea como su novia, su amiga o una desconocida, prefería morir que perder a alguien tan especial como YeJi. Pero había un problema, ella no sentía lo mismo que su mayor, y temía lastimarla al sentir cosas por otra persona que no sea ella.
—YeJi...—susurró ChaeRyeong.
YeJi hizo un gesto indicándole que le prestaba atención a sus palabras.
—Yo...—susurró—Yo te quiero...
YeJi sonrió levemente al oír las palabras de la menor, lentamente se acercó a esta acariciándole la mejilla con su dedo pulgar, la acercó lentamente hacia si hasta que oyó la puerta abrirse de golpe.
—¡YeJi!—exclamó DoYoung.
—¡DoYoung!—Espetó YeJi.
—¿¡Qué mierda estás haciendo!?—gritaron al unísono. Ocasionando que ChaeRyeong riese.
—Olvídalo—soltó DoYoung—Chaer ¿Podrías dejarnos solos un momento?, debo hablar con YeJi de algo personal, si no te molesta.
ChaeRyeong asintió y acató la orden el pequeño Hwang. Salió de la habitación y bajó las escaleras dispuesta a ayudar a la feliz pareja.
En cuanto a DoYoung...
—No puedo soportarlo—se quejó—¡Yo esperaba que mamá volviera y me de apapachos a mi!—lloriqueó—¡Ese poste andante me está quitando a mamá!.
YeJi se aguanto la risa para no molestar a su hermano—Youngie sabes que la felicidad de mamá siempre estará en primer lugar ¿no?—DoYoung asintió—Ya te acostumbrarás, mamá nos ama, incluso más que al poste ese como lo llamas.
—¿Me prometes que no me cambiarás por Chaer cuando lo logres?—preguntó apenado el menor.
YeJi cambió el semblante y miró a su hermano; había olvidado el trato.
—Lo prometo pequeño tonto—dijo con una sonrisa.
DoYoung abrazó a su hermana y está correspondió mirando seriamente hacía la puerta de su habitación.
Después de unos minutos los hermanos bajaron a ayudar a terminar de acomodar las cosas junto con su madre; entre risas, bromas y juegos lograron terminar todo a tiempo.
ChaeRyeong disfrutaba de una agradable taza de té después de haber almorzado con los Hwang. Recibió una llamada por lo que tuvo que volver a su casa por órdenes de su hermana.
YeJi se ofreció acompañarla a lo que no se negó.
—Abrígate Yejdeong—le habló Chaeyoung con un tono de preocupación.
YeJi rió para luego tomar un abrigo y responderle a su mayor—Inventame otro apodo este es terrible—soltó en burla.
Roseanne rió para luego gritarle que se cuidase.
Ambas chicas salieron de la vivienda entre un poco de risas, aún así, el silencio que se había formado, se volvió un poco incómodo para YeJi.
Ella aún soñaba con besar los labios de su menor, soñaba con tenerla cerca para poder abrazarla y llenarla de cariño así le cueste la vida. Quería cuidarla de todos aquellos que intenten lastimarla de algún modo.
Por su lado ChaeRyeong, tenía sentimientos confusos hacia su amiga; aún deseaba sentir sus labios sobre los suyos y ver si podría aclararlos después de eso. Pero... ¿Aún era muy pronto?... esta pregunta hacia eco en la cabeza de ambas chicas.
Apenas han pasado nueve días y ChaeRyeong ya sentía la necesidad de besar a su contraria. Pero aún tenía un problema; EunJi.
Aquella simpática e interesante chica que lograba ponerla nerviosa tan solo con tenerla cerca, aquella chica que la esperaba fuera de la academia para acompañarla a su casa y hacerla reír durante el camino. Se sentía dividida ante los sentimientos que empezaban a crecer a medida que conocía más ambas chicas.
Conocía a YeJi desde hace tanto tiempo, por eso le era casi imposible sentir cosas por ella, en cambio Mia. Ella le hizo sentir cosas desde el momento en que la vió, y aunque eso sería un problema, no estaba dispuesta a lastimar a YeJi.
—Chaer—la llamó YeJi.
ChaeRyeong la miró a lo que esta solo se mordió los labios.
—He de irme antes de que ChaeYeon baje—Soltó apenada.
ChaeRyeong asintió en respuesta.
—Perdóname YeJi...—susurró.
—No pidas disculpas por la actitud de tu hermana Chaer—expresó la más alta—No importa de verdad, sé que tú no eres así y con eso me basta.
ChaeRyeong se mordió el labio y miró a su amiga antes de hacer algo que posiblemente le costase la cabeza luego.
Se puso de puntillas y rápidamente dejó un corto beso en la comisura de sus labios. YeJi de la sorpresa solo se quedó mirándola. ChaeRyeong entró corriendo a su casa sin dar explicaciones.
YeJi se tocó suavemente la zona en donde le había dejado ese beso y sonrió, estaba yendo bien a pesar de no haber hecho casi nada por culpa de sus responsabilidades.
O eso era lo que creía...
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