
✤ DÍA 7 ✤
La tarde había llegado y con ella había traído un pequeño problema para YeJi. No ha hecho nada más que pensar y pensar en que parte de su habitación había puesto sus cuadernos.
Los buscó hasta en el cuarto de DoYoung quién la ayudaba después de varios zapes.
—¿Segura que no los tiraste?—preguntó cansado el pelinegro acomodando una nueva caja con carpetas.
—Si—respondió YeJi—Esos cuadernos eran muy importantes para mi, no podría tirarlos así así—explicó.
DoYoung sacudió la cama con su mano y se sentó estirando sus piernas intentando recuperarse del trabajo que le dió reacomodar la habitación de su hermana.
—¿Qué tenías o qué?—preguntó mientras se masajeaba el hombro—¿Poemas y cartas a Chaer?.
YeJi prefirió no decir nada evitando mirar al menor quién entendió que estaba pasando.
—¿Aún sientes cosas por ella cierto?—se atrevió a preguntar.
YeJi miró con dolor y miedo a los ojos de su hermano y suspiró—No puedo evitarlo...—susurró.
DoYoung se acercó lentamente hasta su hermana y la abrazó; él sabía cada detalle de lo que le pasaba, él sabía de las noches en las YeJi fantaseaba con estar junto a ChaeRyeong.
Aún recuerda como su mayor le contó entre lágrimas que le gustaban las chicas y que tenía sentimientos hacia ChaeRyeong; DoYoung se juró que no dejaría que su hermana sufriera por alguien, y esa no sería la excepción.
—Llevas enamorada de ella desde que la conociste—susurró el azabache acariciando el pelo de su contraria—YeJi te quiero y no me gusta verte así...
YeJi se separó de su hermano sonriendole débilmente—Lo sé pequeño Youngie—dijo acariciándole la mejilla—Pero son cosas que no pude evitar...
—Te estás lastimando YeJi...
—De una forma muy bonita...—respondió sonriendo.
Su teléfono sonó indicándole una nueva llamada entrante, YeJi se separó de su hermano y contestó.
DoYoung siguió buscando los cuadernos de su hermana en una caja apartada de las otras, la agarró del lado contrario lo que causó que al levantarla el contenido caiga al suelo de la habitación. Se arrodilló pensando en guardar las cosas antes de que su hermana se enterase pero entonces lo vió, uno de los tantos cuadernos que tanto buscó.
Agarró el cuaderno y guardó las fotografías rápidamente, se levantó del suelo dejando caer un sobre. Lo levantó nuevamente leyendo la parte trasera de este.
"Para: Lee ChaeRyeong".
DoYoung abrió los ojos con sorpresa, recordó la vez en la que su hermana pasó horas escribiendola y pensaba dársela a su amiga en el día de su cumpleaños.
Tenía una historia bonita, pues recuerda como YeJi se había obsesionado con una canción y siempre se la cantaba a ChaeRyeong; sabía que el contenido del sobre era exclusivamente para ella, pero no sabía nada de lo que había escrito.
—¿Qué tienes allí?—Oyó la voz de su hermana detrás suyo.
Decidió no ocultarlo y se paró mostrando el sobre en frente suya—¿Qué habías escrito?—Espetó.
Ahora era YeJi quién no tenía palabras para explicarle lo importante que era esa carta para ella.
—Damela Young—Espetó YeJi intentando arrebatarsela.
—¿Qué tan importante es para que no quieras decirme?—soltó en burla el menor.
—Young solo damela.
—Contesta.
YeJi recuerda lo que había pasado para escribir aquella carta. Ver como lastimaban a su pequeña ChaeRyeong por "no ser bonita" a los ojos de otras personas. Odiaba verla llorar por los comentarios que le hacían las personas en el instituto, así que intentó de todas formas ayudarla.
Le decía siempre lo hermosa que era, le decía que la amaba y que no le importasen los malos comentarios que ellas siempre estarían juntas sin importar que. En esa carta YeJi había escrito gran parte de sus pensamientos y sabía que le dolería que DoYoung se enterara que existe ese lado tan vulnerable suyo.
—Hwang DoYoung—Espetó—Dame esa carta en este instante.
DoYoung obedeció al ver que ya no le quedaban opciones para resistir, sabía que le importaba mucho esa cosa pero no pensaba que demasiado.
—Ten—dijo entregandosela—Por cierto también encontré esto.
DoYoung dejó ver el cuaderno a lo que YeJi relajó el semblante y lo abrazó—Lo siento—susurró—Y gracias por la ayuda...
—Olvídalo—susurró molesto—Debo ir a terminar unos deberes—se excusó—Y tú deberías hacer lo mismo.
DoYoung abandonó la habitación dejando sola a su hermana con sus pensamientos.
Se sentó en la cama acariciando el sobre que ahora llevaba en la mano, lo abrió cuidadosamente recordando el sufrimiento que fue escribir eso.
Desplegó la hoja dejando escapar todos los sentimientos que una vez la alentaron a transcribirlos en un pedazo de papel. Se sentó y no pudo evitar reír al leer a su yo de diez y seis años intentando que su amada ChaeRyeong dejase de sentirse mal por culpa de las malas personas. Aún así, le sorprendió como pudo escribir tan bella carta a esa edad y no poder escribir un simple poema en la actualidad.
Leyó unas simples palabras y siempre supo que su parte favorita, serán siempre la parte en la que habla de sus ojos.
Ella amaba ver los ojitos de ChaeRyeong, eran su perdición, le encantaba admirarlos de cerca y de lejos, le encantaba verse en ellos y que un pequeño brillo saliese de estos.
Y su sonrisa... la sonrisa de ChaeRyeong era una de las más bellas que YeJi haya visto nunca, le encantaba ver sonreír a su amiga, pero era aún más hermoso ver que las sonrisas eran por culpa suya. Recordaba el momento en que se lo dijo, en que le dijo que su sonrisa era su favorita y que por favor no dejase de hacerlo.
Ya con veintiún años, sabe que las sonrisas de ChaeRyeong no serán para ella, sabe que está pronto a perderla por culpa de sus sentimientos.
—No quiero volver a pasar por esto Chaery...—susurró al suelo—De verdad te amo...
Y era verdad, YeJi amaba a ChaeRyeong mucho más de lo que debía como una simple amiga, ella amaba a ChaeRyeong por quién era y eso la tenía jodida, pues sabía que no era correspondida.
(...)
ChaeRyeong se encontraba esperando a su amiga quién aún no llegaba. Pensó en que algo le había ocurrido pues no respondía las llamadas ni los textos que le dejaba.
Suspiró pesado y bajó la vista a su móvil.
—¿Aún no llega?—preguntó divertida EunJi interrumpiendo la vista a su móvil con una mano.
ChaeRyeong levantó la vista quedando cara a cara a la peliazul logrando que se sonrojase levemente.
—E-EunJi—soltó nerviosa.
La recién nombrada rió—Ya te he dicho que me digas Mia; EunJi es muy formal.
Chaer escondió su rostro con sus manos en un intento desesperado de ocultar su sonrojo—Lo siento—dijo entre risas.
EunJi apartó las manos de su menor sonriendole en el proceso.
—Te acompaño ¿si?—le habló. ChaeRyeong asintió sonriendo.
Mia había agarrado la mano de ChaeRyeong y la empujó a que salga de la academia. Caminaban tranquilamente conversando sobre cosas estúpidas y reían al oír las ocurrencias de cada una.
A ambas les gustaba la compañía de la otra aunque solo sean unos minutos, eso era reflejado en la sonrisa que dejaban ver al instante de haberse pasado conversando después de una larga tarde ensayando.
—Entonces un día—relataba riendo la peliazul—Me había roto un brazo por intentar un truco sobre la patineta.
ChaeRyeong soltó una carcajada al ver las caras que hacía su contraria, de verdad le encantaba pasar tiempo con ella.
De repente se detuvieron en una esquina por culpa de YeJi quién de la prisa que llevaba por llegar a buscar a su amiga, no se dió cuenta que había chocado con ella.
—¿Hwang YeJi?—preguntó furiosa ChaeRyeong.
La recién nombrada paró en seco dándole la espalda a la menor.
YeJi prefería evitar la mirada de ChaeRyeong puesto que ya sabía que se encontraba junto a EunJi, prefería no molestarlas y pasar de largo antes de que comenzace a sentirse mal por haberle fallado. Ya iban dos días en los que ChaeRyeong no sabía de ella y que apareciera de la nada sin explicación sería un punto en contra.
No quería que EunJi se entrometiera en su vida, no en este momento.
—¿Estás bien?—habló la peliazul.
YeJi estaba nerviosa y no pensaba con claridad sus palabras, temía decir algo que la comprometiese o que la cague directamente.
—Si—soltó nerviosa—¿Y ustedes?.
—¿Si?—respondió EunJi—¿A donde ibas?.
YeJi miró a los lados buscando una excusa para sacarse a ambas chicas de encima y lograr salir de ese momento incómodo.
—Iba a...—dijo mirando hacia los lados cuando vió a una persona totalmente desconocida—Iba a ver a una amiga—respondió finalmente.
—¿Quién?—preguntó ChaeRyeong.
—Está allá, aún no me ha visto—explicó señalando a la chica que estaba al otro lado de la calle.
—¿Segura?—preguntó EunJi—Por qué parece que no te ha visto en la vida.
—E-es una amiga lejana—argumentó—Me tengo que ir, a-adiós.
La más alta se alejó de las otras dos quienes se encogieron de hombros para luego mirar como YeJi se acercaba a la desconocida como si se conocieran de alguna parte.
—¿Estás bien?—le preguntó EunJi a ChaeRyeong una vez YeJi se fue.
—Es obvio que estaba mintiendo—respondió apenada—Esa chica ni siquiera la conoce y la ayuda solo por que se le pidió, lo presiento.
EunJi acarició la espalda de la más alta intentando que olvidase el pequeño inconveniente que tuvieron.
—Vamos, tu hermana debe de estar esperándote.
ChaeRyeong abrazó a EunJi y continuó su camino.
En cuanto a YeJi...
—¿Quién eres y por qué me abrazaste de repente?—Espetó la desconocida—¿Qué crees que soy o que?.
YeJi trató de tranquilizarla antes de que creace una escena—Tranquila, soy Hwang YeJi, discúlpame por haberte incomodado de verdad, no fue mi intención—dijo haciendo una corta reverencia.
La más baja empezó a reír apenas oyó a la más alta, le parecía tierno su forma de enfrentar los problemas.
—Está bien YeJi—respondió la azabache—Soy Wang Yiren.
Yiren extendió la mano en forma de saludo hacia la nerviosa y sonrojada YeJi, que seguía pidiéndole disculpas por haberla incomodado.
YeJi sonrió ante el gesto de su contraria y correspondió—Un placer.
—Entonces...—soltó en un tono coqueto.
—¿Entoces?—preguntó YeJi.
—Vamos ¿no piensas invitarme a comer algo luego de no golpearte por haberme abrazado sin previo aviso?—le reclamó.
YeJi volvió a sonrojarse esta vez intentando disimularlo con una carcajada—Tú ganas—habló—Pero—dijo señalandola con el índice—Tú pagas.
—¡Oye!—Exclamó Yiren dejando un golpe amistoso en el hombro de la más alta.
—Es lo justo—respondió YeJi entre carcajadas.
—Sígueme.
Yiren agarró el brazo de la más alta y entre risas la guió hasta un lugar poco conocido a gastar dinero a lo pendejo.
Top 5 maneras de terminar epicamente un capítulo x'D.
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