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✤ DÍA 13 ✤

Después de todo lo ocurrido, Hwang había decidido darle un mejor rumbo a su vida.

Había hecho las pases con su hermano y su madre, le había explicado sobre su desaparición repentina y hasta se ofreció a limpiar toda la casa por medio año, cosa que su madre no desaprovecharía.

Entre risas salió de su casa a sacar la basura encontrándose con alguien en particular.

—¿Wang YiRen?—preguntó YeJi cerrando el contenedor de basura.

—¿Hwang YeJi?—respondió confusa la más baja.

—¿Qué haces por aquí?—Preguntó YeJi acercándose a la pelinegra.

—Pues, vine a visitar a un amigo—Respondió YiRen—¿Y tú?.

—Vivo aquí—respondió riendo la mayor poniendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

YiRen empezó a reír al ver la actitud de su mayor y la miró con cierto interés.

—¿Quieres venir?—la invitó YiRen—JeongWoo es un buen tipo y casi no tiene amigos, necesitamos expandir el grupito—soltó desanimada.

—¿JeongWoo?—preguntó la mayor—¿Park JeongWoo?—YiRen asintió ante la pregunta—Carajo hemos sido amigos a los cinco años y luego empezó a cerrarse en su habitación, no he sabido de él la verdad—dijo YeJi golpeándose la frente levemente.

—Es buen momento de verlo otra vez—respondió YiRen.

—Sabes que si, a JiSu le gustará volver a verlo, también a DoYoung—respondió Hwang—Déjame le aviso a mi madre y hablo con JiSu y DoYoung para ir a por unos helados ¿Qué opinas?.

—Acepto—dijo YiRen con una sonrisa.

—No me tardo—dijo YeJi yéndose a su casa a hablar con su madre.

En cuanto a YiRen, esta fue corriendo hasta la casa del tan mencionado JeongWoo y tocó el timbre repetidamente, siendo recibida por la madre del joven quién la hizo pasar entre sonrisas y halagos.

La pelinegra fue corriendo a la habitación del muchacho encontrándose con las puertas cerradas y gritos provenientes de su habitación. Entró azotando la puerta asustando al chico que dejó caer el mando de su Play Station.

—¡YIREN!—exclamó el chico cayendose de su silla—¿¡Qué haces aquí!?.

La recién nombrada va hasta la ventana de la habitación estirando las cortinas dejando pasar a la luz del sol, logrando que el chico se tape los ojos quejándose por la luz que había irrumpido en su habitación por cortos segundos.

—¡Joder JeongWoo, levántate, báñate y alistate por qué pienso sacarte de aquí!—le dijo la pelinegra.

El recién nombrado rió amargamente y miró a su amiga.

—¿A donde iremos o qué?—preguntó JeongWoo levantando el mando del suelo.

—Iremos a pelotudear con YeJi, un tal Young y otra tal JiSo—soltó esto último con duda.

—Wait—dijo el chico—¿Hwang YeJi, Hwang DoYoung y Choi JiSu?—preguntó JeongWoo.

—Eh si—respondió YiRen—YeJi, Soponcio y Lucrecia—soltó nerviosa.

JeongWoo se dió un facepalm al oír a su amiga.

—Creo que no te lo he contado—respondió—Pero los cuatro eramos muy amigos antes de que el señor Hwang haya dicho que yo era una mala influencia para sus hijos solo por que escuchó que yo era gay—suspiró JeongWoo al recordar lo mal que la pasó gracias al padre de sus amigos—No he salido desde entonces y no he sabido de ellos a pesar de ser vecinos—sonrío con nostalgia—Creo que volver a verlos será buena idea.

YiRen abrazó a su amigo al ver su expresión y le dijo—Estoy segura de que ellos también quieren verte.

—Si es así, vamos—respondió JeongWoo con una sonrisa.

Se apartó de su amiga y fue directo a buscar ropa para cambiarse y alistarse antes de que su amiga lo matase. Volver a ver a sus amigos le hacía cierta ilusión.

Salió del baño ya cambiado y con un olor a perfume barato según la pelinegra; salieron de la casa despidiéndose de la señora Park –madre de JeongWoo– y fueron al encuentro de los Hwang.

JeongWoo había distinguido dos figuras a unos metros al frente y sonrió en grande al ver que se trataba de DoYoung y YeJi.

—¡YOUNG! ¡YEDDEONG!—exclamó corriendo hacia los recién nombrados, quiénes giraron hacia el chico al oír sus nombres—¡SOY YO JEONGWOO, EL PEQUEÑO JEONGWOO!—exclamó dejando caer unas lágrimas.

—¡WOOGGIE!—exclamó DoYoung al oír a su viejo amigo.

Ambos chicos corrieron al encuentro del otro y entre abrazos y lágrimas, volvieron a tener un buen momento juntos.

—¡Yeddeong!—dijo el chico abriendo los brazos esperando el abrazo de su amiga quién ahora le redoblaba la altura—¡Eres un maldito poste Yeddeong!.

YeJi soltó una carcajada y abrazó al chico logrando levantarlo haciendo que DoYoung y YiRen rieran al ver como el coreano se aferraba al cuerpo de su amiga por temor a caer.

—¡Bajame maldito poste con patas!—gritó desesperado el pelinegro.

YeJi acató la petición de su amigo y suavemente lo bajó, JeongWoo al tener los pies nuevamente en la tierra fue corriendo a esconderse detrás de DoYoung.

YiRen rió junto con YeJi y se acercó a esta abrazándola, YeJi correspondió rodeandola con un brazo.

—¿Y JiSu?—se atrevió a preguntar JeongWoo.

—Dijo que nos encontraba en el árcade—dijo YeJi acomodándose el pelo—¿Vamos?—preguntó a lo que los demás asintieron entusiasmados.

Entre risas, los cuatro se dirigieron al lugar acordado.

Y mientras los chicos se alejaban hablando sobre todo lo que había pasado en ese tiempo en que no se habían visto, YiRen se apegaba más a YeJi en un vago intento de que su mayor la mirara.

—¿Siempre han sido así?—preguntó YiRen intentando romper el silencio que se había formado entre ambas.

—Lo creas o no, si—respondió risueña YeJi—JeongWoo, JiSu y DoYoung han sido mis primeros amigos y les tengo un cariño especial—explicó—Me dolió cuando mi padre nos dijo que Wooggie era una mala influencia para nosotros y que no debíamos de estar cerca de él por qué "nos mudará su enfermedad"—Espetó haciendo comillas con los dedos—Sin embargo, queríamos seguir viendolo pero la señora Park no quería que siguiéramos dañando a su hijo—suspiró.

—Debió ser duro para todos alejarse de las personas a quiénes amaban sólo por qué no era "religiosamente correcto"—soltó YiRen en tono burlon.

YeJi rió—Ni siquiera era por religiosidad, simplemente papá era un idiota que odiaba a todos.

—Me sorprende que hables así de tu padre YeJi—soltó YiRen.

—Mi padre es un tema que prefiero olvidar—Espetó—Si te parece bien, hablemos de otra cosa.

YiRen sonrió—Me parece perfecto.

La pelinegra se separó de la castaña y le tomó la mano haciéndola correr por la calle hasta alcanzar a los chicos quiénes ya se encontraban a cierta distancia de ellas.

Llegaron hasta el lugar acordado encontrándose con una joven que llevaba unos jeans rasgados, una camiseta blanca y su peculiar peinado de trencitas pegadas.

—¡JISUS!—exclamó JeongWoo corriendo al encuentro de la chica.

Esta al oír el apodo que me habían puesto se giró rápidamente hacia el lugar en donde le habían nombrado encontrándose con JeongWoo y sus demás amigos.

—¡WOOGGIE!—exclamó JiSu corriendo al encuentro del chico.

—¡Joder que felicidad volver a verte!—expresó el chico con lágrimas en los ojos al haber abrazado a su amiga después de tanto tiempo.

—¡Te extrañé tanto maldito idiota!—dijo JiSu hundiendo su rostro en el hombro de su menor—¡Joder esperaba tanto volverte a ver!.

El chico se separó de su amiga y al verla con lágrimas en los ojos no pudo evitar reír.

—También te extrañé cucaracha de dos patas.

Ambos volvieron a sonreír y volvieron a abrazarse fuertemente.

Otras tres personas los miraban con una sonrisa y esperaron a que se separacen para continuar.

—De verdad los extrañé—dijo JeongWoo secándose las lágrimas—No saben cuanto.

—Sin YiRen este reencuentro no hubiera sido posible—expresó YeJi—Denle un aplauso.

Los cuatro aplaudieron con entusiasmo al ver a la más baja, está hizo poses en señal de agradecimiento por los aplausos de sus ahora, nuevos amigos.

—El grupo deberá expandirse—dijo DoYoung.

Los demás asintieron.

—Denle la bienvenida a Wang YiRen al club de los homosexuales—dijo DoYoung con una sonrisa.

JeongWoo abrió los ojos con sorpresa al oír el nombre del grupo—¿Todos gays?—preguntó.

Los cuatro asintieron haciendo que al coreano le salieran unas lágrimas de felicidad y se abalanzara a abrazarlos a todos con fuerza.

(...)

Habían pasado las siguientes horas jugando en los juegos, a las carreritas y hasta tomándose fotos.

Pero en este momento se quedaron estáticos en una banca a punto de arrancarse la cabeza por el aburrimiento que sentían en ese preciso momento, y todo por que ya no tenían que más hacer.

—¿Quieren algo de comer?—dijo YeJi captando la atención de todos—Yo pago.

Los cuatro saltaron ante las palabras de la mayor y sonrieron.

—Vamos entonces—dijo JiSu.

Los cinco se levantaron dispuestos a ir a buscar un local en donde poder malgastar el dinero de la mayor.

—McDonald's—sugirió JiSu—Hay juegos ahí.

—¿Qué dicen?—preguntó DoYoung. Los demás asintieron.

Y fueron felices hasta el local que quedaba solo a unas tiendas al frente.

Entraron tranquilamente yendo a buscar una mesa en donde descansar sus traseros y piernas después de haber caminado por varios minutos, un descanso de seis horas no les vendría mal.

—Iré a pedir—dijo YeJi—¿Qué van a querer?.

—Cualquiera que tenga una cajita feliz—dijo DoYoung.

—Lo mismo—respondieron los demás al unísono.

YeJi rió y se levantó de su asiento siendo seguida por YiRen.

—Se siente bien pertenecer nuevamente a un grupo—dijo YiRen agarrando la mano contraria entrelanzandola con la suya.

YeJi ignoró esto y sonrió antes de responderle—¿De verdad?.

—Si—dijo YiRen—JeongWoo está muy feliz después de verlos nuevamente y yo—suspiró abrazando el brazo de su mayor—Yo me siento mucho mejor al haberlos reunido.

YeJi paró al escuchar a la más baja y la miró confusa—¿Cómo así?.

YiRen se separó de la mayor y se acarició el brazo tratando de agarrar seguridad—Yo...—suspiró—No he tenido amigos tan buenos desde hacía mucho... JeongWoo fue el único que me apoyó cuando le conté que era lesbiana y es por él que estoy en Corea en este momento—soltó apenada.

—Dijiste que eras de China ¿No es así?—preguntó YeJi.

—Si—respondió YiRen—Mi madre me dijo que no aceptaría a una hija lesbiana y me echó de la casa—relató—Mis supuestos amigos no me aceptaron allá en China, en cambio, JeongWoo y su madre me acogieron en su casa hacía ya un tiempo, pero luego de que conseguí un trabajo, me mudé para ya no ser una carga para ambos.

YeJi mantuvo el semblante serio al oír a su menor; no sabía que había pasado por algo tan cruel como un abandono.

—Sé que no podemos cambiar el pasado—dijo YeJi—Pero ahora tenemos la oportunidad de escribir un nuevo presente—sonrío—Y sería bueno que ese presente sea al lado de gente que si te amará y apoyará en todo.

YiRen sonrió, se secó las lágrimas y abrazó a la mayor quién gustosa correspondió acariciando el pelo de su menor.

Ambas chicas se separaron, YeJi acarició la mejilla de su contraria y le secó las lágrimas con los pulgares, logrando que su contraria se ruborizara ante el tacto de su mayor.

YeJi rió ante la reacción de su contraria y la abrazó nuevamente—Vamos a pedir de comer antes de que esos nos asesinen y se coman nuestros huesos—bromeó logrando hacer reír a la menor.

YiRen volvió a tomar la mano de su contraria guíandola nuevamente por el local.

Lo que ambas no se imaginaban era que en ese mismo lugar; una joven se encontraba observándolas desde lo más alejado del local, apretando su botella de gaseosa, dejando escapar una lágrima traicionera que dejaba en claro el dolor que sentía en ese preciso momento.

—Entonces ya es un adiós Yaetteong...

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