
✤ DÍA 11 ✤
La tarde se había convertido en una de las peores horas para YeJi. Se lanzó a la cama esperando no romperla en el proceso y suspiró.
No sé le ocurría nada y estaba medio dormida después de el partido de anoche en donde recibió un balonazo por parte del rival que no estaba dispuesto a aceptar la derrota.
Se dió vuelta y vió la hora, cosa que la asustó, pues había olvidado que debía ir a ver a ChaeRyeong.
Saltó de su cama y rápidamente buscó algo que ponerse en su closet, agarró la sudadera que le había regalado su madre hace unos días y se la colocó. Salió corriendo de la habitación y bajó las escaleras cuál rayo; se despidió de su madre y de Chaeyoung.
Corrió y corrió hasta donde sus fuerzas le permitían, pues con el frío y nevado clima, solo hacía que perdiera más aire rápidamente. Llegó hasta la dichosa academia respirando forzadamente, vio a las chicas salir a lo que se alarmó. Entró pidiendo permiso y disculpas al golpear a otras por culpa de la prisa que se cargaba por encontrar a su amiga. Buscó la sala de su amiga y en otras también esperando encontrarla.
Oyó un sonido proveniente de una sala a lo que rápidamente se dirigió a este; entró sin titubeos encontrándose con ChaeRyeong y EunJi prácticando una coreografía.
—Yaetteong—dijo ChaeRyeong con sorpresa—¿Qué haces aquí?—Preguntó.
—Venía a buscarte—respondió la mayor—Hola EunJi—saludó a la peliazul con la mano.
—Estábamos terminando de hecho—dijo ChaeRyeong—¿Quieres ver la coreografía?—preguntó con entusiasmo.
YeJi asintió sonriente y buscó un lugar donde acomodarse. La música inició.
(Supongamos que esa es la coreografía que practicaron ¿De acuerdo? De acuerdo. Prosigamos :D)
YeJi vió como ambas bailarinas se conectaban a medida que la música sonaba; las vió lanzarse miradas fugaces que eran disimuladas con sonrisas. Apretó una de sus manos al ver la química que compartían ambas chicas.
La coreografía había acabado sin embargo la canción de fondo seguía dándole un mal presagio; vió a los ojos de EunJi quién sonrió con malicia. YeJi tensó su mandíbula al ver como EunJi acercaba más a ChaeRyeong contra si quedando a centímetros de su rostro.
—"A ver si puedes con esto"—pensó EunJi.
Había acercado a ChaeRyeong lo suficiente para dejarle un beso en los labios. ChaeRyeong al principio se sorprendió pero rápidamente correspondió al no pensar en nadie más. Eran ellas únicamente en su mundo.
YeJi soltó el agarre y dejó caer unas lágrimas; salió de la sala a toda prisa sin mirar hacia atrás, sintió como le habían destrozado el corazón y la ilusión.
Solo corrió, corrió hasta que sus piernas se cansaron; no pensó que EunJi llegaría a hacerle sentir cosas a ChaeRyeong en tan poco tiempo de conocerse.
Se detuvo repentinamente bajo un árbol secándose las lágrimas que no cesaban; le dolía ver la sonrisa de ChaeRyeong mientras sentía los labios y brazos de EunJi sobre ella. Pero más le dolió que su amiga le haya traicionado de esa manera.
Necesitaba hablar con alguien a lo que fue a casa de JiSu, la única que la ayudaría sin problemas. Se limpió las lágrimas y se dió camino a casa de esta.
Oyó su teléfono sonar repetidas veces dejando ver el nombre de ChaeRyeong en este; las ignoró todas y llamó a su hermano.
—Dime—respondió el chico al instante.
—Estaré en casa de JiSu, no me esperen—dijo.
—Está bien, cuídate—se despidió su hermano.
Colgó la llamada y corrió nuevamente. Unas pocas gotas caían del cielo aterrizando sobre nuestra protagonista que no hacía más esfuerzos por correr; solo quería llegar a llorar sin problemas en los brazos de su amiga.
Caminó bajo la lluvia un buen tiempo, viendo a otros que se apresuraban a llegar a resguardarse de las gotas que caían con un poco más de fuerza que hace unos momentos, vió a otros compartiendo paraguas y no pudo evitar soltar unas lágrimas.
En su camino se cruzó con un chico que cargaba a una chica sobre su espalda corriendo desesperadamente para resguardarse de la lluvia.
Y luego estaba ella; soltando lágrimas e imaginando que ese beso era suyo. Imaginando que tenía a ChaeRyeong a su lado abrazándola y oyendo su suave voz que la enloquecía de cierta manera.
Llegó a casa de JiSu; tocó la puerta esperando a su amiga quién la recibió al cuarto toque.
—¿Qué haces aquí?—Preguntó JiSu con preocupación—Estás toda mojada, enfermarás de esa manera Hwang YeJi—la regañó.
YeJi solo permaneció en silencio, era lo que menos le importaba en ese momento.
—Ve a darte una ducha y sácate esa ropa toda mojada—le ordenó JiSu.
Pero YeJi no se movió. En cambio, solo soltó una risa para luego caer de rodillas al suelo. Lia al no entender que sucedía, decidió que era buena idea preguntarle.
Se acercó a su empapada amiga acariciándole la espalda, hizo que la mirara solo para darse una idea de lo que sucedía, en cambio YeJi, solo lloró y saltó a abrazar a su amiga.
Entonces lloró; lloró y dejó ir aquellos sentimientos que ahora lastimaban a su pobre, indefenso e inútil corazón, sus pensamientos la atormentaban y el recuerdo de ChaeRyeong besando a EunJi no salían de su mente, solo habian pasado once días desde que le confesó que le gustaba; solo once y ya había salido herida. Abrazó aún más fuerte a Lia mientras ignoraba las llamadas de su celular y cada posible mensaje de ChaeRyeong tratando de justificar sus acciones.
—¿Puedo quedarme esta noche?—preguntó entre sollozos la más alta.
—Por supuesto—respondió JiSu—¿No tendré problemas con DoYoung verdad?.
—No—respondió YeJi—Sólo no quiero ir a casa por hoy, sé que irá a buscarme y no quiero verla.
—Mejor aseate y ven a contarme—la animó JiSu.
YeJi asintió e hizo lo que su amiga le dijo.
(...)
ChaeRyeong corría desesperadamente a casa de YeJi para explicarle que fue exactamente lo que había sucedido en ese momento.
Era consciente de los sentimientos de su amiga, y no quería alejarla, aunque eso indicaba sacrificar su felicidad.
Sentía cosas por EunJi, por eso no había pensado en nada más que corresponderle ese beso a su mayor; ¿pero a que costo?. Había lastimado a la persona que menos quería.
Las lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia que golpeaban el camino violentamente. Se secó estas y continuó corriendo.
Agotada y empapada; llegó hasta la vivienda de los Hwang, aquella familia que probablemente la odia en esos momentos, se acercó despacio y tras pensarlo mucho, se dignó a tocar el timbre.
Esperó un poco hasta que la puerta se abrió, grande fue su alivio al ver que se trataba de DoYoung.
—¿Está aquí?—preguntó con miedo.
—Dijo que no llegaría hoy—respondió indiferente el menor.
—Debo hablar con ella—expresó—Al menos dime donde está Young.
El recién nombrado lo pensó, hasta que finalmente decidió que sería lo mejor.
—Está en casa de JiSu—habló—Mejor ponte esto, esta lloviendo feo—finalizó pasandole un impermeable.
ChaeRyeong le agradeció, se colocó el impermeable y comenzó a correr bajo la lluvia nuevamente.
Esta vez no había nada que la detuviera, corría como si nunca lo hubiera hecho, esquivaba charcos y evitaba las gotas con la poca ayuda que le brindaban los árboles. Pero nada le importaba, debía llegar hasta allá.
Ambas sabían que aquel beso marcaría un antes y un después en su relación, su amistad quedaría en el olvido si ninguna se oía en ese momento.
El dolor de haber visto aquel beso, de sentirse una completa idiota, el dolor de tener que soportar verla feliz con otra, de no hacer nada para cambiar los sentimientos de la menor por el mero de hecho de que es lo mejor; de no arriesgarse por aquella persona que ama, de saber que su corazón se partía en mil pedazos al saber que ella no le correspondía, todo eso sentía YeJi en ese momento.
Por su parte ChaeRyeong, ella se sentía peor; ya que sabía de los sentimientos de su amiga, sabía que se arriesgaba en grande al convivir con ambas chicas que la hacen dudar sobre sus sentimientos. Estaba más que confundida; quería mucho a YeJi, la hacía reír, la acompañaba, la escuchaba, la hacía sentir especial. EunJi por su parte, ella la apoyaba a superarse en lo que le apasiona, le ayuda con aquello que no sabe y la alienta a lograrlo. Dos chicas que la hacían sentir especial a su manera. Eso era demasiado complicado y confuso para el pequeño y lastimado corazón de ChaeRyeong.
Llegó hasta la casa de JiSu y golpeó la puerta repetidas veces, al undécimo toque le abrieron dejando ver a una confusa y enfadada JiSu.
–¿¡Donde está!?—preguntó exasperada—¡Debo hablar con ella!.
Pero JiSu se negó—Mejor vete, pierdes tu tiempo—soltó indiferente.
ChaeRyeong se mordió el labio y bufó—¡No me iré de aquí hasta aclarar las cosas con ella!—Espetó—¡He estado corriendo bajo esta lluvia como imbécil esperando encontrarla para aclarar lo sucedido Choi JiSu!—exclamó.
La más baja no habló. Se quedó rumoreando su próxima respuesta por lo que simplemente suspiró.
—Espera aquí—dijo cerrando la puerta para luego dirigirse a hablar con su amiga.
Y como era de esperarse, ninguna quería afrontar el destino que les deparaba.
YeJi salió de la casa lista para escuchar lo que su menor tenía para decir; se puso los pantalones de niña grande y salió a ver que sucedía.
—¡Yaetteong!—exclamó ChaeRyeong—¡Puedo explicarlo, lo juro!.
YeJi solo la paró.
—¿Explicar que?—preguntó entre risas—¿Qué sabías sobre mis sentimientos y aún así decidiste hacerlo?—rió—ChaeRyeong puedes hacer lo que quieras de tu vida, no me importa.
—¡Claro que te importa!—exclamó ChaeRyeong—Si no te importara no hubieras salido corriendo de la sala de prácticas.
YeJi se tensó y desvío la vista rápidamente.
—De verdad que lo último que quería en este mundo era lastimarte...
YeJi apretó el puño y dejó caer unas lágrimas—Pero lo hiciste—espetó—Pero no importa—volvió a reír—Puedes hacer lo que quieras... no somos nada ¿no?.
ChaeRyeong dejó caer unas lágrimas acompañadas de las gotas de lluvia que solo aumentaban con el paso de los minutos.
—Yo...—susurró ChaeRyeong—No quiero perderte YeJi...
—Yo tampoco quise perderte pero al decirte lo que sentía era muy difícil evitarlo...—suspiró—Perdóname por habernos hecho esto...
—¡No, YeJi!—exclamó ChaeRyeong.
YeJi la ignoró y se metió a la casa de JiSu en donde volvió a derrumbarse.
ChaeRyeong sólo caminó hasta llegar a su casa; no estaba lista para perderla tan pronto.
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