Capítulo siete | Final
Hansol se encontraba parado en el gran hotel donde su queridísima hermana había ingresado horas antes, la había seguido, porque desde hace unos días, comenzó a tener una extraña sensación de que le ocultaba algo. Al ver como salía de allí con sus típicos amigos, el tonto de Taehyung y el patético de Yuta, sintió la necesidad de que el verdadero problema estaba en uno de esos departamentos.
No sabía cómo ingresar, pues no era un cliente ni tenía tanto dinero para sobornar al hombre de seguridad, así que resignado, abandonó ese lugar, seguramente después su hermana se lo iba a decir, aún si ella no quería.
La noche transcurría de lo más perfecto, el plan que tenía con sus amigos estaba cada vez más listo. Sintió cómo su celular vibraba, seguramente era Yoongi.
—¿Dónde estás? —le preguntó.
«—En el aeropuerto, dentro de unas horas llegaré —respondió muy relajado.»
—Aquí te esperamos, buen viaje.
Cortó la llamada y volvió a su hogar, tenía que dormir demasiado para la gran masacre que habría mañana.
El avión había despegado, Yoongi acomodó sus audífonos y puso su música preferida, la sinfonía de Beethoven, debía de relajar todo músculo suyo para la acción.
Desde hace tiempo había esperado ese momento, aún a pesar de que Namjoon se haya escapado de Seúl, él de convertiría en su sombra y no lo dejaría en paz, nunca.
Sentía esa sed de venganza y victoria, después de lo ocurrido en la universidad, no debía de seguir en ese lugar, y menos aun cuando todo lo apuntaba como sospechoso de ese crimen. Él no había hecho nada malo, o eso era lo que quería hacerles creer a los demás.
Alzó su pequeña maleta y vio a su más confiada amiga, aquella que le ayudaría a terminar de una vez por todas con Kim Namjoon.
El viaje no fue tan largo, así que ahora se encontraba aterrizando, le envió un mensaje rápido a Hansol, indicándole que no era necesario que lo esperara, que él iba a llegar en el momento correcto.
Subió rápidamente a un taxi y estaba listo para la función, pero antes tenía que hacer una cosa primordial, y ella estaba en su casa.
El líder de la banda Ryet estaba listo.
En el departamento de Namjoon, Hoseok y Jungkook terminaban de alistar sus prendas y asegurar sus botines, no querían ningún tipo de abertura o algo de lo que ellos pudieran sujetarlos. Ambos chicos se habían preparado demasiado para este momento.
El peli morado sujeto su cabello en una coleta pequeña y el otro simplemente lo dejó así, con un toque atrevido.
Ambos escucharon unos pasos dirigirse hacia ellos.
Era Namjoon, quien llevaba puesto unos pantalones de estilo militar y una sudadera negra con algunos diseños. Un par de botas negras y una gorra del mismo color.
—Estamos listos —finalizó, colocándose los lentes que había usado en su primera batalla.
El momento había llegado, dos bandas con una gran rivalidad desde hace tiempo, buscaban ponerle fin a uno de ellos.
Namjoon y sus amigos salieron del hotel, rumbo al encuentro con Taehyung y Yuta, quienes le habían dicho que estaban dispuestos a pelear con ellos, porque más que amigo, consideraban a Namjoon como un hermano. Fue ese el motivo por el que el moreno aceptó.
Los minutos pasaban y la madrugada se convertía en mañana. La banda de RM, por fin estaba completa, sin embargo, la locura que estaba por hacer, no lo dejaba tranquilo, realmente iba a ser una locura.
Se despidió de sus amigos, no sin antes pedirle la dirección de la casa de Shana, porque ella era el motivo de su locura.
Mientras corría, por su mente pasaban recuerdos de cómo fue que llegó a estar en esa situación, había viajado a Tokio con un propósito, pero ahora, era diferente. Logró encontrar a quien realmente buscaba, su verdadera identidad, y agradecía que quien lo ayudó, sea nada más y nada menos que su futura novia, porque estaba dispuesto a luchar por su amor si no lo aceptaba, sentía que, sin ella, su vida no tendría la luz que siempre buscó.
Nunca imaginó encontrar el amor en una ciudad donde sólo pensó que había silencio y maldad. Él de consideraba alguien oscuro y malo, pero ella supo corregir ese concepto que tenía sobre si mismo, y ahora estaba a nada de completar su porcentaje de vida, porque quizás el setenta por ciento lo conformaba su creatividad, ingenio, y otras cosas más, pero estaba seguro que Shana, comentaría ese treinta por ciento que faltaba.
Cansado de tanto correr se detuvo en una gran casa blanca, sabía que Hansol no estaría en casa, así que, sin pedir permiso a nadie, ingresó por las puertas de fierro negro y tocó la puerta.
Su corazón latía muy rápido, quizá por la tremenda carrera que hizo o tal vez por la inesperada respuesta que recibiría.
Sintió un stop a toda su vida cuando la vio. Tan pequeña y risueña, esa inocencia que tanto le gustaba y esos moñitos que colgaban en su cabeza, al parecer recién había despertado.
Ella abrió los ojos al darse cuenta de quién estaba frente a sus ojos, rápidamente trato de ocultar su rostro adormilado, pero Namjoon no se lo permitió. La observo lentamente y al fin pudo acariciar su piel fresca de amanecer, sintió la suavidad de ella y el dulce aroma que emergía. Sintió qué estaba tocando a una flor, y si no fuera por el estornudo de Shana, hubiera pensado que era así.
—Namjoon —dijo ella.
—Hola —respondió el un poco nervioso, olvidando toda la valentía que tenía.
—¿Qué haces aquí? Aún es muy temprano para ir a clases.
—Solo vine a decirte algo —fue directo, aunque se moría internamente.
Shana no supo qué más decir, no entendía lo que sucedía.
Era el momento y lugar adecuado, así que se arrodilló frente a ella y no quito sus ojos sobre ella, diciendo las palabras más sinceras y puras que nunca antes había dicho.
—Choi Shana, ¿recuerdas el momento donde nos vimos por primera vez? Aún no puedo creer como ahora estoy perdido ante lo sucedido ese día, tú gritaste para que las puertas del ascensor no se cerrarán y lo único que hice fue ignorarte, ese fue nuestro primer encuentro, y el segundo fue el menos esperado, ambos chocamos y yo volví a casa con olor a pescado —ambos rieron ante ese recuerdo—. Pero ahora, agradezco infinitamente haber olido a eso, de lo contrario no hubiera conocido a la mujer de mi vida. No tienes idea de lo que has hecho, hasta podría decirte que eres una asesina, porque mataste al yo que creía ser, me ayudaste a ver con otro color esta vida, que muchas veces las personas no son lo que creemos, sino, somos nosotros quienes estamos mal.
Un fuerte aire corrió por el lugar, como señal de que algo iba a suceder.
—Me enseñaste tantas cosas y ahora me encuentro aquí, arrodillado frente a ti, para pedirte algo muy preciado y me siento tan honrado de hacerlo —sacó una pequeña cajita de color azul aterciopelado, mostrando un hermoso collar con un único diamante pequeño al centro—. Quiero que me ayudes a seguir descubriéndome, a no huir más de mí mismo, quiero que seas tú mi motivo a seguir adelante —y de preparo para decir las palabras más difíciles para él—, ¿Quieres ser mi novia?
Lo hizo, pero por la apariencia de Shana, sentía que algo no iba bien, pero ella solo se inclinó y le dio un ligero beso, casi como un rose, era su primer beso y no tenía tanta experiencia, pero hizo lo que su corazón le mandaba.
Estaba lista para dar su respuesta y gritarlo a los cuatro vientos, pero Namjoon la detuvo.
—No me lo digas ahora ¿okey? En mi siguiente venida, volveré por tu respuesta. —Dejó un ligero beso en su frente y tomando fuertemente sus manos se fue. Estaba muy feliz.
Shana tampoco podía creerlo, fue tan emocionante y maravilloso toda esta nueva sensación, ¿así que eso era amar? Tocando sus labios, entró hacia su casa y estaba por cerrar la puerta, pero un pie lo detuvo.
No lo podía creer, era su hermano mayor. La emoción que tenía Shana en ese instante, desapareció y fue reemplazada por una mirada de terror.
—No hay un buenos día para mí, hermanita —dijo seriamente.
—Yo-Yoongi —no podía ni pronunciar su nombre.
—¿Ahora dime, ese chico que se fue, era tu novio? —al parecer si los había visto.
Shana no supo cómo responder, pero Yoongi no iba a dejar las cosas así.
—Quiero que entres a casa y no vuelvas a salir, hoy no irás a la universidad ni a ningún lado, tienes prohibido conversar con alguien y pero aún si se trata de ese tipo, y vete haciendo la idea de olvidarte de él. No te conviene.
Shana no podía quedarse callada, no cuando su hermano decía todas esas cosas.
—Tú no tienes derecho a decirme todo eso.
—Claro que si tengo derecho —respondió él—¿Recuerdas la promesa que le hice a mamá? No estoy dispuesto a romperla, así que —la observó—. O te olvidas completamente de él, o —abrió su pequeña caja y sacó un arma de ella —. Él morirá.
Los ojos de Shana se invadieron rápidamente con lágrimas, desconocía a su hermano y ahora podía ver porqué Hansol le tenía tanto miedo, era un monstruo.
—No voy a hacerte caso esta vez, Min Yoongi —respondió con voz clara.
—No debiste decir eso Shana —guardo el arma en uno de sus bolsillos—. Ahora, quédate aquí, y ni piensen en salir.
Encerró a Shana en la mansión y salió rumbo al encuentro, ahora tenía otro motivo más para acabar con la vida del miserable de Namjoon.
Ambas bandas estaban reunidas nuevamente, solo uno vencería ese día, y ninguno estaba dispuesto a perder.
Hansol dio la señal a su banda, sabía que Yoongi se los uniría después. Namjoon hizo lo mismo, ambos estaban listos.
Pero un disparo en el aire detuvo todos sus movimientos.
Min Yoongi había llegado, quien solo tenía un objetivo y justamente lo estaba apuntando, solo le faltaba tirar del gatillo y por fin acabaría con todo.
Hoseok comenzó a reclamarles del porque tenían un arma, si era una batalla limpia, pero fue callado inmediatamente por Namjoon.
Yoongi apareció en medio de ellos, sorprendiendo a todos, pero no quitaba su vista del moreno que estaba frente a él.
Namjoon le preguntó por qué hacía eso, y Yoongi solo le respondió con una palabra.
Shana.
Le dijo que ella era su hermana y no estaba dispuesto a que un tipo como él jugará con sus sentimientos, estaba enterado de todo lo que hizo con ella, y el que ahora estaba enamorado, no se lo creía nadie. Fue en ese momento donde Namjoon le dijo que no tenía derecho a decidir por ella.
—Claro que tengo derecho.
Desajusto la pistola y cansado de escuchar su horrible voz, lo apuntó.
—Hasta nunca Namjoon —disparó.
Todos se sorprendieron por lo que sucedió, Namjoon todo su cuerpo y no tenía ningún agujero, pero la imagen frente a sus ojos, fue la herida más profunda que le habían causado.
Shana se había interpuesto por él, provocando que la bala impregnara su espalda. Lo último que Namjoon pudo ver, fueron sus ojos llenos de amor y temor, antes de que cayera al suelo.
—¡Shana! —gritó fuertemente.
No podía creer lo que había sucedido, tenía el cuerpo de su amada sobre sus brazos llenos de sangre, un sentimiento de dolor y desesperación comenzó a invadirlo, hasta el punto de abrazar el cuerpo de la rubia, con temor a perderlo.
Comenzó a pedir ayuda, no podía dejar que se fuera, no iba a permitirlo. Taehyung al ver la situación, llamó de inmediato a la policía y una ambulancia. Le dolía tanto ver a su amiga en esa situación. Fue un golpe muy bajo para ellos. Pero para uno en especial, se sintió la peor bestia del mundo.
Yoongi no podía creer lo que había hecho, le había disparado a su propia hermana. Las lágrimas salieron por su cuenta y sus rodillas temblaron al ver como su pequeña comenzaba a botar sangre por la boca, ¿qué había hecho?
Namjoon no dejaba de acariciar el rostro de Shana, no quería dejar de sentirla. Su rostro se iluminó cuando ella abrió los ojos y empezó a balbucear. Los ojos del moreno se dirigieron a ella, tratando de memorizar a cada movimiento de sus labios, buscando entender lo que decía.
—S-si quiero ser tu N-novia —dijo débilmente mientras trataba de mostrarle una sonrisa. Namjoon entendió perfectamente y nunca se le pasó por la cabeza que su respuesta, sería en una situación así.
Namjoon dejó un ligero beso en sus labios, la amaba, y no importaba toda la sangre que manchaba su delicado y angelical rostro. Para Shana eso fue más que suficiente, lentamente volvió a cerrar los ojos, no sabía si volvería a abrirlos, pero le alegraba que a la última persona que pudo ver, fue al amor de su vida.
La ambulancia había llegado, pero Shana ya había cerrado los ojos y esta vez no reaccionaba, Namjoon entre gritos pedía la salvaran, no iba a dejar que se vaya fácilmente, no cuando su historia recién estaba empezando. Los paramédicos le dijeron que no podía ir con ellos, en una situación así necesitaban todo el espacio disponible de carro.
Rápidamente Namjoon y Taehyung se dirigieron rumbo al hospital, detrás de ellos venían el resto de sus amigos. El corazón de Namjoon se ahogaba con cada respiración que daba, era inimaginable la desesperación que sentía.
Cuando llegaron, el moreno corrió detrás de la camilla que llevaba a Shana, pero al pasar por la puerta de emergencia no lo dejaron seguir, así que tuvo que quedarse esperando, algo que no le gustaba en lo absoluto.
Cuando giró a ver a sus amigos, al primero a quien vio fue a Yoongi, y sin decir nada plantó un fuerte golpe en su mejilla provocando que cayera al piso. La peli verde sabía que se lo merecía, así que no hizo nada para apartarlo, sin su hermana, él ya estaba muerto, así los golpes no se comparaban con el dolor que estaba sintiendo. Namjoon comenzó a desquitar su dolor en el cuerpo de Yoongi, sin importarle que estaban en un hospital.
Fueron separados por sus amigos y algunos unos enfermeros. Namjoon no lo iba a perdonar jamás, jamás.
Tres horas pasaron y por fin un doctor salió de la sala de operaciones, pero inmediatamente sonó una alarma que indicaba una emergencia en el quirófano, disculpándose con Namjoon y sus amigos, volvió a ingresar a la sala de operaciones.
Aquel suceso mataba cada esperanza que tenía Namjoon, quien estaba más perdido que nunca, no era ni RM ni el famoso chico popular Kim Namjoon, no era nadie.
Luego de unos minutos volvió a salir el doctor, pero por el semblante que tenía, no eran nada de buenas noticias.
—No voy a mentirles, la bala que recibió, incrusto gravemente el corazón de la paciente, no pudimos recuperarlo y ahora estamos a la espera de algún donante, para poder salvarle la vida. Pero hay un problema —dijo serio—. La mayoría de donantes de corazón se encuentran en Estados Unidos, y un corazón no dura más de treinta minutos fuera de la capsula que lo traería hasta aquí. Así que el donante debe ser alguien —fue interrumpido por Namjoon.
—De Corea.
—Así es joven, y el índice que tienen no es tan alto como parece, solo queda rezar para que ese corazón aparezca y de una nueva vida a esta persona —dijo aquello último y se fue.
Namjoon sabía lo que tenía que hacer, sería un sacrificio de amor, pero por ella, estaba dispuesto a hacer hasta lo imposible.
Antes de todo, quería volver a verla, aunque las enfermeras se lo negaron, el logro ingresar a la habitación donde se encontraba Shana. Verla conectada a todo esos aparatos y una evidente abertura en su pecho causó que volviera a llorar del dolor, porque esto le sucedía justamente a ella.
Se acercó con mucho cuidado y temor de romperla. Verla así de frágil, carcomía su interior al no poder intercambiar de cuerpo.
Tenía la sensación de que ella lo escuchaba, así que, aclaró su voz y comenzó a cantar lentamente las últimas estrofas de la canción que compuso, eran muy especiales para él.
"La vida es una palabra que a veces no puedes decir
Y la ceniza es una cosa que algún día todos deberíamos ser
Cuando llegue el mañana
¿qué tan diferente va a ser?
¿Por qué amar y odiar me suenan igual?
No puedo dormir en casa enfermo
Pero solo quiero
Quedarme a tu lado
Si pudiera elegir mi sueño
Yo solo quiero
Quedarme a tu lado".
Dejó un delicado beso en su mano y con todo el dolor que sentía, salió de la habitación.
El nuevo corazón había llegado.
Todos estaban felices, aunque el doctor les aseguró que nada estaba seguro, pero había una probabilidad de salvarla. Así que iniciaron rápidamente con la operación de trasplante.
Los chicos comenzaban a preocuparse, porque no veían a Namjoon por ningún lado. Sabían cómo era el amor que él y Shana comenzaron a sentir, cuando todo comenzó como un plan de venganza, terminó en el inicio de una nueva historia.
Luego horas llenas de angustia, la operación resultó favorable. Una nueva Shana había llegado a la vida.
Con el pasar de los días, ella comenzó a despertar poco a poco, tenía que quedarse internada por un largo tiempo, pero iba a pasar tan rápido que ni se daría cuenta.
Los amigos de Namjoon estaban muy orgullosos de él, se enteraron por una llamada, lo que su amigo había hecho, un verdadero sacrificio de amor. Nunca imaginaron que el moreno estaba dispuesto a hacer tal cosa, tal sacrificio por una chica que lo había cambiado, lo había ayudado a encontrar a su yo verdadero yo, pero que ahora no podría decirle cuanto la amaba.
Namjoon.
Fue lo primero que dijo Shana al despertar, sus ojos buscaban con ansias encontrarlo, pero él ya no estaba más con ella.
Se había ido.
La historia llegó a su fin, ¿que les pareció este capítulo? Me gustó demasiado escribirlo, Im crying 😭.
Nos vemos en el epílogo, gracias por su apoyo.
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